La selección: una mirada abierta 50 años después del franquismo

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Lola Delgado, Editora de Política y Sociedad, The Conversation

Exposición en la que se muestran sellos de la época franquista. Hèctor Juan/Wikimedia Commons, CC BY-SA

Un reciente artículo en The Conversation abordó la cuestión de los embalses construidos durante el franquismo. Según una investigación, entre el 50-70 % del agua embalsada en España estuvo controlada históricamente por empresas eléctricas, no por los regantes como proclamaba la propaganda del régimen.

Al cumplirse 50 años desde la muerte de Francisco Franco nos parecía el momento adecuado para traer a la actualidad diversos artículos que examinan aspectos del régimen que gobernó España entre 1939 y 1975.

Y también algunos desmentidos históricos que conviene saber, como el de que los embalses eran cosa de Franco.

Esta discrepancia entre propaganda y realidad se extendía a muchos otros aspectos de la vida cotidiana, especialmente cuando se trataba de derechos y libertades personales.

Restricciones legales y sociales.

La vida diaria estaba marcada por numerosas restricciones legales y formas de represión.

En 1954, por ejemplo, el régimen modificó la Ley de Vagos y Maleantes para incluir los actos homosexuales como “estado peligroso”. Las consecuencias fueron severas y desconocidas hasta hace relativamente poco tiempo: cientos de homosexuales fueron internados en la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, en Lanzarote, un campo de trabajos forzados en una mina con condiciones durísimas.

Para las mujeres, las limitaciones eran especialmente rígidas y, desde luego, desmienten esa idea que tienen hoy en día muchos jóvenes de ultraderecha de que con Franco se vivía mejor. Actividades que hoy consideramos básicas requerían autorización escrita del marido o del padre: abrir una cuenta bancaria, trabajar, viajar al extranjero o gestionar propiedades.

El divorcio estaba prohibido, lo que significaba que no había escapatoria legal de situaciones, por ejemplo, de violencia doméstica. La llamada “licencia marital” no era un mero trámite burocrático, sino una manifestación legal de la falta de autonomía de la mitad de la población.

Las instituciones de control social

Cuando las mujeres no se ajustaban al modelo establecido, existían mecanismos institucionales para “corregirlas”. El Patronato de Protección a la Mujer internaba a aquellas consideradas alejadas del ideal de “mujer decente” definido por el régimen. Esta institución operó desde 1941 hasta 1985: sorprendentemente, una década después de la muerte del dictador.

La dureza del sistema también se reflejaba en instituciones aparentemente benéficas. La Casa de Maternidad de Les Corts, en Barcelona, gestionada por las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, acogía bebés abandonados y madres solteras. Las fichas de estas mujeres que hacían aquellas monjas incluían calificativos como “anormal”, “muy tonta”, “negra” o “retrasada mental”, revelando el trato degradante que recibían personas en situación de vulnerabilidad.

El peso simbólico del régimen

El “alcance” del régimen se extendió incluso más allá de su fin. Francisco Franco estuvo enterrado en el Valle de los Caídos hasta 2019 en un monumento cuya cruz puede verse desde más de cien kilómetros a la redonda. Este monumento, construido con trabajo forzado de presos políticos, fue durante décadas un recordatorio visible del poder del régimen. Actualmente el lugar está en un proceso de resignificación para darle una nueva vida después de trasladar los restos de Franco a un cementerio cercano.

¿Cómo hemos cambiado?

Pero en estos 50 años desde que el dictador murió, la sociedad española ha experimentado cambios importantísimos. Los estudios actuales sobre su evolución ponen de manifiesto aperturas en áreas como la salud mental, cambios rotundos en derechos civiles, estructura familiar y libertades individuales. La comparación de los indicadores actuales con los del período franquista permite evaluar con perspectiva histórica las condiciones de vida de entonces.

Hemos evolucionado. La libertad nos ha permitido hacerlo. Cuando se examina la documentación histórica, las leyes de la época y el funcionamiento de sus instituciones, emerge una realidad ineludible: la vida bajo el franquismo estuvo marcada por restricciones legales, control social y ausencia de libertades básicas para amplios sectores de la población.

Hoy somos capaces de verlo desde la distancia y de decir con libertad que si de algo sirvieron aquellos años fue para que hoy hayamos aprendido de los grandes errores. Ojalá jamás se repitan. Ojalá esta sea la última efeméride que recordemos sobre aquellos tiempos.

The Conversation

ref. La selección: una mirada abierta 50 años después del franquismo – https://theconversation.com/la-seleccion-una-mirada-abierta-50-anos-despues-del-franquismo-270631