Cuando un perro era una cosa: el viaje legal de los animales desde la antigua Roma hasta la actualidad

Source: The Conversation – (in Spanish) – By María José Bravo Bosch, Catedrática de Derecho Romano, Universidade de Vigo

Representación de un perro en un mosaico de Pompeya. Sergii Figurnyi/Shutterstock

Los animales han ocupado durante siglos un lugar ambiguo en el pensamiento jurídico: presentes en la vida cotidiana, en la economía, en la religión y en el arte, pero ausentes –o casi– como sujetos de derecho.

Desde el mundo romano hasta nuestros días, su estatuto legal ha sido objeto de una lenta y compleja evolución, que hoy nos obliga a repensar la relación entre derecho, vida y sensibilidad.

De la utilidad al símbolo: los animales en Roma

En el derecho romano, los animales eran considerados res, es decir, cosas. Su valor jurídico derivaba de su utilidad: podían ser vendidos, heredados, sacrificados o utilizados como garantía. No existía una categoría legal que los reconociera como sujetos con intereses propios.

Sin embargo, esto no significa que fueran irrelevantes en la cultura romana. Al contrario: los animales estaban profundamente integrados en la vida social, religiosa y simbólica.

Los juristas distinguían entre animales salvajes, domésticos y domesticados. Estos últimos –aunque capaces de alejarse– conservaban su vínculo jurídico con el propietario si se demostraba el llamado animus revertendi, es decir, la intención del animal de regresar.

Este criterio tenía implicaciones patrimoniales importantes, especialmente en casos de pérdida o recuperación de animales domesticados. En cierto modo, esta lógica recuerda al ius postliminii, aplicado a personas o bienes que regresaban al ámbito jurídico romano tras haberlo perdido por causas externas; por ejemplo, guerra o cautiverio.

Por otro lado, el llamado edictum de feris regulaba la responsabilidad por los daños causados por animales fieros en las vías públicas, estableciendo quién debía responder en caso de ataque a un transeúnte. Se trataba de una medida de protección ciudadana, que muestra cómo el derecho romano abordaba la relación entre animales peligrosos y espacio urbano.

Durante mucho tiempo, se interpretó erróneamente la lex Pesolania de cane –referida a los daños provocados por perros– como una norma que protegía al animal. En realidad, sancionaba al propietario de un perro que causaba daño no por proteger al animal, sino por preservar el orden público y la seguridad de las personas.

No se trataba, pues, de una ley de bienestar animal, sino de una norma de responsabilidad. Esta aclaración, fruto de estudios recientes, permite entender mejor el contexto jurídico romano y desmontar ciertas idealizaciones modernas sobre la protección animal en la Antigüedad.

Sujetos invisibles

El punto clave es que, en Roma, los animales no eran sujetos de derecho. No podían ser titulares de obligaciones ni de derechos. No existía una categoría intermedia entre la persona y la cosa. Esta dicotomía rígida –que ha marcado la tradición jurídica occidental– excluía cualquier posibilidad de reconocer a los animales como portadores de intereses jurídicamente relevantes.

Incluso cuando se castigaba el maltrato animal, el fundamento no era la protección del animal por sí mismo, sino la defensa de valores sociales, religiosos o morales. El animal era amparado como símbolo, no como ser sensible.

El giro contemporáneo: sensibilidad y dignidad

Hoy, sin embargo, el panorama ha cambiado. En las últimas décadas, numerosos ordenamientos jurídicos han comenzado a revisar el estatuto legal de los animales, reconociendo su sensibilidad, su capacidad de sufrimiento y, en algunos casos, su dignidad.

Algunos códigos civiles –como el francés, el alemán o el suizo– han introducido categorías específicas que los distinguen de las cosas. En España, la reforma del Código Civil en 2021 reconoció a los animales como “seres sintientes”, lo que implica un cambio profundo en su tratamiento legal: ya no son simples objetos patrimoniales, sino entidades que merecen consideración propia.

Este giro no es solo simbólico. Tiene consecuencias prácticas: afecta a los regímenes de custodia en casos de divorcio, a la responsabilidad por daños, a la protección penal frente al maltrato y a la posibilidad de establecer derechos de visita o cuidado compartido. En algunos países, incluso se ha planteado la posibilidad de reconocer derechos fundamentales a ciertos animales.

¿Un nuevo paradigma jurídico?

La pregunta que se plantea hoy es si estamos ante un cambio de paradigma. ¿Podemos seguir pensando el derecho desde la dicotomía persona/cosa? ¿O necesitamos nuevas categorías que reconozcan la complejidad de los seres vivos?

Algunos juristas proponen hablar de sujetos no humanos de derecho, una noción que permitiría integrar a los animales en el sistema jurídico sin equipararlos a las personas, pero sin reducirlos a objetos. Esta idea, aún en construcción, plantea desafíos teóricos y prácticos: ¿qué derechos podrían tener? ¿quién los representaría? ¿cómo se articularía su protección?

Lo que está claro es que el derecho ya no puede ignorar la cuestión animal. La sensibilidad social, el avance de la ciencia y el desarrollo de nuevas corrientes éticas han puesto sobre la mesa una realidad que exige respuestas jurídicas sólidas.

El tránsito desde la categoría de cosa hacia formas de subjetividad jurídica animal es un proceso normativo complejo que interpela al derecho en sus fundamentos. En ese contexto, volver la mirada al derecho romano permite identificar los límites de la tradición jurídica y los desafíos que implica construir un marco legal capaz de integrar a los animales como titulares de protección efectiva.

The Conversation

María José Bravo Bosch no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Cuando un perro era una cosa: el viaje legal de los animales desde la antigua Roma hasta la actualidad – https://theconversation.com/cuando-un-perro-era-una-cosa-el-viaje-legal-de-los-animales-desde-la-antigua-roma-hasta-la-actualidad-265647