Dilemas del fútbol: los éxitos de los clubes frente a las Sociedades Anónimas Deportivas en la liga española

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Jose Torres-Pruñonosa, Profesor Titular de Universidad, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

Afición del Osasuna, uno de los cuatro equipos españoles de fútbol que siguen manteniendo el estatus de club. Marta Fernandez Jimenez/Shutterstock

La industria deportiva en España no es solo pasión, estadios llenos y retransmisiones millonarias, también representa un 3,3 % del PIB nacional. Sin embargo, este sector vive atrapado en un dilema permanente: ¿priorizar la rentabilidad económica o los éxitos deportivos? La cuestión no es nueva. En 1990, la Ley 10/1990 del Deporte obligó a la mayoría de clubes a transformarse en sociedades anónimas deportivas (SAD) para combatir la elevada deuda que ponía en jaque la viabilidad de las competiciones. Solo cuatro instituciones –F.C. Barcelona, Real Madrid, Athletic Club y Osasuna–, y gracias a tener entonces sus cuentas saneadas, lograron mantener su modelo asociativo de club.




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La intención de la ley era clara: imponer disciplina financiera y asegurar la sostenibilidad de un sector con deudas crecientes. La transformación en SAD pretendía conseguir un modelo de gestión donde la responsabilidad económica estuviera en primer plano.

¿Qué dicen los datos?

Hemos analizado el caso español para poner a prueba si el modelo de club es realmente menos eficiente que el de las SAD. Para ello, examinamos todos los equipos de LaLiga a lo largo de 11 temporadas, midiendo tres dimensiones:

  1. Eficiencia deportiva, relativa al rendimiento conseguido en el campo en relación con los recursos invertidos.

  2. Eficiencia económica, vinculada a la capacidad de generar ingresos y controlar gastos.

  3. Eficiencia social, que recoge el valor creado para diferentes grupos de interés (entre otros, sociedad, trabajadores o aficionados).

Los resultados del análisis muestran que, en el plano económico, no hay diferencias significativas entre clubes y SAD. Dicho de otra manera: convertirse en sociedad anónima deportiva no garantiza una mayor eficiencia financiera.

Esta conclusión resulta especialmente relevante porque uno de los objetivos centrales de la ley de 1990 era, precisamente, corregir la fragilidad económica de las entidades. Sin embargo, décadas después, las deudas han seguido acumulándose y el modelo SAD no ha logrado resolver los problemas estructurales que aquejan al fútbol profesional español.




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Dimensión deportiva y social

En cambio, al mirar más allá de lo puramente económico, las diferencias son claras. Los clubes resultan significativamente más eficientes en lo deportivo. Es decir, logran un mayor rendimiento en el campo con los recursos de los que disponen y, además, tienen niveles superiores de eficiencia social: crean más puestos de trabajo, aportan más recursos financieros a la sociedad en forma de impuestos, de entre otros factores.

En otras palabras, los clubes no sólo compiten con éxito en lo deportivo, sino que también demuestran que es posible mantener un modelo sostenible, competitivo y profundamente arraigado en su base social.

La nueva Ley 39/2022 del Deporte ha dado algunos pasos en esa dirección. Por un lado, ha reabierto la posibilidad de que más clubes puedan competir en el ámbito profesional sin estar obligados a ser SAD. Esto significa que podrán crearse nuevos clubes deportivos que, manteniendo la forma asociativa, puedan llegar a participar en las máximas divisiones. Por otro lado, la ley introduce tímidos mecanismos para incrementar la participación de los aficionados en los órganos de gobierno de las SAD. Estas medidas son más simbólicas que reales y resultan claramente insuficientes.

El futuro de la gobernanza deportiva

El futuro sólo puede entenderse avanzando hacia modelos híbridos de gobernanza, capaces de combinar eficiencia económica, logros deportivos y compromiso social. En ellos, los distintos grupos de interés –pero muy especialmente los aficionados– deberán tener un papel real y no meramente testimonial. Sólo así será posible afrontar los desafíos que marcan la agenda de la industria deportiva actual: la entrada de fondos de inversión y la multipropiedad, el riesgo de pérdida de identidad de los clubes históricos y las crecientes exigencias de sostenibilidad financiera que limitan la competitividad deportiva a nivel internacional.




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Los clubes pueden ser igual o más eficientes que las SAD no sólo en lo deportivo sino también en su dimensión social. Lo importante no es la etiqueta jurídica, sino la capacidad de construir estructuras de gobernanza que integren sostenibilidad financiera, éxitos deportivos, legitimidad y compromiso comunitario. Ese es el gran reto: mantener viva la esencia social de los clubes, al tiempo que se asegure su competitividad en un mercado global cada vez más exigente.

The Conversation

Jose Torres-Pruñonosa es socio del Futbol Club Barcelona.

Socio abonado del Club Atlético de Madrid

Leire San-Jose no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Dilemas del fútbol: los éxitos de los clubes frente a las Sociedades Anónimas Deportivas en la liga española – https://theconversation.com/dilemas-del-futbol-los-exitos-de-los-clubes-frente-a-las-sociedades-anonimas-deportivas-en-la-liga-espanola-265903