Source: The Conversation – (in Spanish) – By Matías López Iglesias, Profesor titular del departamento de Ciencias Sociales, Universidad Europea Miguel de Cervantes

Este verano marca el regreso de una de las sagas más emblemáticas de la comedia cinematográfica con el estreno del remake de The Naked Gun.
Liam Neeson toma así el relevo de Leslie Nielsen, protagonista de la película cuasi homónima original The Naked Gun: From the Files of Police Squad!, creada por el influyente trío ZAZ: David Zucker, Jim Abrahams y Jerry Zucker.
Esta nueva entrega ofrece una oportunidad para reflexionar sobre por qué, más de cuatro décadas después, su estilo sigue siendo objeto de culto, referencia académica y modelo de innovación humorística.
¿Quiénes eran los ZAZ?
David y Jerry Zucker crecieron junto a Jim Abrahams en Shorewood, Wisconsin. En 1971, cuando estudiaban en la Universidad de Wisconsin–Madison, crearon el grupo teatral Kentucky Fried Theater, donde hacían sketches cómicos y parodias en vivo.

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De esa experiencia nació su primera película, The Kentucky Fried Movie, que reunía escenas absurdas y divertidas en un estilo único y muy reconocible gracias a su curiosa forma de trabajar, en la que siempre compartían todo –el guión, la dirección y la producción–, algo poco común en Hollywood.
Dicha fórmula, coral y colaborativa, recuerda a la forma de trabajo desarrollada por los surrealistas en los albores del siglo XX. Así, usando la técnica del cadáver exquisito, generaban un dibujo, frase o incluso relato basado en una sucesión de fragmentos individuales mínimamente comunicados, hasta producir una obra absurda, irracional pero consistente. En aquel caso, era una forma de trabajo muchas veces conseguida bajo el efecto de las drogas para alejarse de prejuicios y lograr aceptar la propuesta del otro sin demasiadas críticas.
Del slapstick al ingenio visual
Las películas dirigidas por Jim Abrahams y los hermanos Zucker se distinguen precisamente por su surrealismo y su humor absurdo. En sus relatos no hay una separación clara entre lo cómico y lo cotidiano; lo ridículo y lo torpe se convierten en parte del día a día. El espectador comprende que lo que se muestra no representa la realidad, sino una versión exagerada de ella.
Esto es evidente, por ejemplo, en Airplane!, donde hacen una adaptación casi directa de la película Zero Hour!, tras identificar que el guión original parecía ser una parodia implícita. El filme se convirtió en un fenómeno: con un presupuesto de 3,5 millones de dólares, recaudó más de 83 millones. Su éxito renovó el cine spoof, en el que el humor desafiaba la seriedad de los géneros.
En Airplane! los personajes pasan de una situación absurda a otra sin pausa. La estructura narrativa se apoya en recursos cómicos como el slapstick –un tipo de comedia que se centra en la exageración de la violencia física–. Pero, lejos de los elegantes efectos creados por Charles Chaplin o Buster Keaton, en este caso se lleva al extremo.
Esta narrativa no solo interviene en lo visual; los espacios y los tiempos se entremezclan, lo que potencia aún más el tono absurdo del filme, generando un contexto completamente incoherente con respecto a lo conocido. Un ejemplo claro es la filmación de una escena de despedida de una pareja como si estuvieran en una estación de tren, siguiendo las convenciones clásicas de este tipo de momentos, justo antes de que despegue un avión.
Tácticas humorísticas recurrentes
Jim Abrahams y los hermanos Zucker emplean el humor absurdo como recurso para mostrar a sus personajes desde una perspectiva moralmente ingenua o ridícula. Estos nunca reaccionan de forma apropiada ante los acontecimientos, lo que provoca una comicidad que desafía los límites de la racionalidad y, en cierta manera, provoca admiración hacia el personaje, que se mantiene resiliente frente a cualquier situación sobrevenida.
Los gags en las películas de los hermanos Zucker no están necesariamente ligados a la progresión de la trama. Funcionan de manera independiente y pueden comprenderse incluso fuera del contexto de la película, ya que no requieren una conexión directa con la narrativa principal para hacer reír.
A comienzos de los 80, depuraron este estilo con la serie para televisión Police Squad!, en la que se ve una evolución de la comedia visual. Los ríos de humor y descontrol audiovisual a base de gags simultáneos en cámara exigían una atención activa del espectador.
Esto se complementaba con la voluntad de alejarse de la comedia a la hora de interpretar diálogos absurdos. Así, actores dramáticos como Leslie Nielsen o Peter Graves recitaban frases ridículas como si formasen parte de dramas serios, lo que intensificaba el efecto cómico.
Además, los ZAZ frecuentaban rápidos guiños a cámara, traspasando la cuarta pared e invitando al espectador a empatizar con los protagonistas y seguirles el juego, aceptando su complicidad dentro de un universo caótico.
Esa consecución de miradas en combinación con el humor visual, verbal y la subversión de las convenciones creaba un tipo de parodia que, incluso siendo absurda, mostraba una cuidada precisión en su construcción narrativa.
Legado académico y cultural
Los ZAZ dejaron una poderosa influencia en comedias posteriores y marcaron el surgimiento de una comedia de culto ligada al absurdo, que sirvió de antecedente a estilos como el de Ben Stiller.
Su enfoque influyó en series animadas como Family Guy o Rick y Morty, que juegan con lo paródico, la ruptura de formato y el humor referencial. Introdujeron estrategias disruptivas de guión y acumulación absurda de tramas, adelantando un enfoque visual más activo y menos dependiente de la risa enlatada.
Tras los ZAZ, surgieron imitadores como Seltzer y Friedberg –directores de Date Movie, Epic Movie o Casi 300– que saturaron el género con parodias de escasa calidad, lo cual deterioró la percepción pública de esas comedias.
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El desafío del remake de The Naked Gun –cuya versión original fue escrita por los tres pero dirigida solo por David Zucker– no es solo recrear un estilo, sino demostrar que la inteligencia cómica puede sobrevivir en una era dominada por lo inmediato. La precisión humorística de ZAZ es hoy difícil de replicar. Requiere conocimiento del género parodiado, actores capacitados y guiones elaborados pero libres. El ritmo digital acelerado, los formatos breves y la cultura de lo inmediato complican ese tipo de parodia. Por ejemplo, la sucesión de gags es un recurso que actualmente no llama tanto la atención al ser muy habitual este tipo de agrupación de contenidos en los vídeos de las redes sociales.
No obstante, la expectativa es que este nuevo filme recupere la tradición. Si lo logra, honrará una fórmula que cambió los parámetros de la comedia cinematográfica y televisiva
Los ZAZ no inventaron la comedia, pero redefinieron sus formas con audacia, precisión y una visión estética libre, creando un legado que aún hoy resuena en formatos modernos. Este nuevo estreno es una buena excusa para volver a valorar su genialidad creativa y su influencia duradera. Redescubrir su obra hoy no solo es un ejercicio de memoria cinéfila, sino también una manera de cuestionar aquello que nos hace reír y por qué.
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Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.
– ref. Los ZAZ, la parodia absurda que redefinió la comedia moderna – https://theconversation.com/los-zaz-la-parodia-absurda-que-redefinio-la-comedia-moderna-260731
