Cuando los subtítulos y el doblaje de una película no coinciden (ni tienen por qué)

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Marta González Quevedo, Profesora de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

En _Cantando bajo la lluvia_ el personaje de Debbie Reynolds acaba teniendo que doblar a la protagonista de la película que están rodando. IMDB

La necesidad de traducir películas es tan antigua como el cine sonoro. Desde principios de los años 20 del siglo pasado se empezaron a escuchar, casi como si fuera magia, las voces de los personajes que se veían en la pantalla grande.

Sin embargo, con esa nueva tecnología, surgió también un nuevo problema: “¿qué estaban diciendo esos actores y actrices?”. En la mayoría de las películas se hablaba inglés, pues Hollywood era uno de los mayores exportadores de la época, por lo que, en nuestro caso, para aquellos que no conocían el idioma hacía falta “trasladarlo” al español.

Hay muchas formas (llamadas modalidades) de traducir un filme o una serie, pero las dos más conocidas son el doblaje y el subtitulado.

Diferencias entre modalidades

Cuando hablamos de doblaje, entendemos que, al ver el producto audiovisual, podemos escuchar las voces de los personajes en nuestro idioma tras haber sido traducidas y reinterpretadas por actores. Por el contrario, con los subtítulos escuchamos las voces originales y lo que dicen está escrito en pantalla, normalmente en el idioma del receptor, aunque puede ser también el mismo que se habla.

Muchas veces podemos elegir la modalidad que más nos guste en las salas de cine: en ocasiones preferimos disfrutar una película en nuestro idioma; en otras, queremos escuchar la actuación original. En casa, la mayor parte de las plataformas online ofrecen la posibilidad de elegir la versión que queramos.

Sin embargo, llegar hasta ese punto, hasta entender la película en un idioma diferente al que fue creada, es más difícil de lo que parece.

Los traductores audiovisuales no solo tienen que traducir lo que se dice, sino que deben ser muy cuidadosos con cómo se dice (el tono, el sentido, la ironía). Aunque importan mucho los diálogos, también lo hace la imagen, tanto los objetos que se ven en pantalla como los movimientos que hacen los actores u otros elementos. Por ejemplo, si un personaje asiente con la cabeza, no podemos traducir su frase en negativo. Tendremos que reformularla para expresarla en afirmativo, siempre dando la misma información que en el original.

¿Por qué a veces no coinciden?

Para complicarlo aún más, los elementos que hay que tener en cuenta no siempre coinciden en el doblaje y el subtitulado.

Cuando traducimos para doblaje, debemos analizar el movimiento de la boca de los actores, si ellos aparecen en pantalla o no, e incluso si hay una voz en off.

El subtitulado es algo diferente. Hay que tener en cuenta el espacio disponible en pantalla para escribir (¡no podemos llenarla de letras!) o la velocidad a la que aparecen y desaparecen las palabras, para que dé tiempo a leerlas bien. Entre otras cosas, se deben evitar las frases demasiado largas.




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A veces, las referencias culturales deben adaptarse al idioma del público y considerar si, en la escena que estamos traduciendo, hay algo en la imagen que requiera la atención del espectador.

Además, es necesario recordar que es imposible leer a la misma velocidad a la que hablamos. Por tanto, en un doblaje se puede dar mucha más información que en los subtítulos, que son escritos. ¿Eso significa que con ellos perderemos información importante? Definitivamente, no. Aunque los subtítulos deban resumir el contenido, los traductores profesionales saben cómo reescribir las frases para que no se pierda nada importante.

Por ejemplo, en inglés alguien comenta: “I’ll be right back” (que significa “Volveré enseguida”). En doblaje puede sonar “Ahora vuelvo” mientras que en los subtítulos puede poner “Vuelvo ya”. Todas las versiones dicen lo mismo, pero han sido adaptadas a cada formato.


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Preferencia personal

Sabiendo todo esto, ¿cuál es la forma “correcta” de ver un filme en un idioma diferente al nuestro? Pues no hay una respuesta acertada. O más bien, la respuesta es: “Ambas”.

Tanto la modalidad de doblaje como la de subtitulado, siempre que las lleven a cabo traductores profesionales, ofrecen la información y el cuidado necesarios. Además, cada una de ellas aporta beneficios diferentes. El doblaje es cómodo, y proporciona cercanía y naturalidad, ya que imita nuestra forma de hablar. El subtitulado permite ver las actuaciones reales de los actores, y puede mejorar nuestra lectura. ¡Incluso puede motivarnos a practicar un idioma!

La elección de una u otra no dependerá de cuál es mejor, sino de la voluntad del espectador y de la disponibilidad que exista. Incluso, en algunos casos, se pueden elegir ambas. Después de todo, el mundo audiovisual ofrece cada vez más posibilidades, ¿por qué no aprovecharlas todas?

The Conversation

Marta González Quevedo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Cuando los subtítulos y el doblaje de una película no coinciden (ni tienen por qué) – https://theconversation.com/cuando-los-subtitulos-y-el-doblaje-de-una-pelicula-no-coinciden-ni-tienen-por-que-267771