Source: The Conversation – (in Spanish) – By Eva Catalán, Editora de Educación, The Conversation

¿Alguna vez se ha adentrado por un sendero de un bosque muy poco transitado, en el que zarzas, helechos y piedras cubren gran parte del camino, y a menudo no está uno seguro de cuál era la ruta original? Pues una sensación parecida tenemos muchos cuando volvemos de vacaciones, si el descanso ha sido lo suficientemente duradero y lo suficientemente profundo. Las redes neuronales que se habían establecido durante el curso (los senderos cotidianamente transitados) facilitando rutinas y conocimientos, de pronto están menos claras (se han llenado de maleza), y nos cuesta más acordarnos de cosas que hacíamos casi sin pensar antes del verano.
El símil del sendero en el bosque lo utiliza Raquel García-Gómez, experta en neuroeducación, para explicar por qué es tan frecuente que niños y niñas se olviden durante el verano de cosas que aprendieron el curso anterior, y que maestros y profesores se encuentren con que tienen que dedicar las primeras semanas del curso a repasar lo que parecía ya consolidado. Los aprendizajes recientes, si no se practican lo suficiente a lo largo del tiempo, pueden llegar a “disolverse” en la memoria. La buena noticia es que no cuesta tanto recuperarlos como aprenderlos de cero. Aún quedan señales de que por ahí había un sendero.
¿Se podría evitar este olvido veraniego? Sí. Con un repaso espaciado en el tiempo, durante las vacaciones. O con vacaciones más breves y repartidas a lo largo del año. Una posibilidad es el calendario académico continuo, que propone 45 días lectivos seguidos de 15 días de descanso.
La paradoja es que al cerebro también le hace falta descansar, y por eso es tan importante encontrar un equilibrio. Además de a este asunto, en los últimos meses hemos revisado las últimas evidencias sobre el papel de la ratio en el aprendizaje. Y más específicamente, las investigadoras Marta Casla y Ana Moreno, de la Universidad Autónoma de Madrid, han comprobado que, cuando hablamos de desarrollo del lenguaje en la etapa infantil, lo verdaderamente importante no es tanto la ratio como el tamaño total del grupo. Es decir, que los pequeños tienen más oportunidades de practicar expresión y escucha en grupos de menos de 10 estudiantes con un solo docente que en grupos de 16 estudiantes con dos docentes.
Nuestros expertos han propuesto maneras de usar la inteligencia artificial en el aula de manera útil y crítica; analizado por qué los niños suecos aprenden inglés mejor que los españoles; o cómo se puede aprender historia a los 3 años visitando museos. También hemos publicado artículos sobre lo que es la pedagogía sensible y lo que puede aportar a la educación física, y sobre la necesidad de enseñar programación “desenchufada”.
Sirva esta selección de temas para desbrozar un poquito ese sendero olvidado, y comenzar el curso con inspiración y evidencias científicas.
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– ref. La conversación docente: La paradoja del descanso y el olvido – https://theconversation.com/la-conversacion-docente-la-paradoja-del-descanso-y-el-olvido-264314
