Por qué el derecho al voto a los 16 años puede ser un paso fundamental para la democracia

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Lourdes Gaitán Muñoz, Co-directora revista científica complutense Sociedad e Infancias, Universidad Complutense de Madrid

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Un grupo de más de 80 académicos y académicas, así como activistas por la defensa de los derechos de los niños, acaban de suscribir un manifiesto en el que consideran que el voto a los 16 años constituye un paso fundamental para la democracia.

Argumentan que, en un momento de creciente preocupación por la desafección política y de cuestionamiento de los sistemas democráticos, se hace necesario avanzar hacia una mayor justicia intergeneracional, la cual exige reconocer el derecho de las personas más jóvenes a decidir sobre su presente y sobre su futuro.

Recogen así una línea de investigación, reflexión y debate que tiene lugar en el ámbito de los estudios de infancia, bien sea desde la sociología, el derecho, o la filosofía política, desde hace años.

Por su parte, el barómetro del CIS de mayo 2025 introdujo una pregunta referida a si se debería rebajar la edad de voto a los 16 años. Un 18,4 % de las respuestas fueron positivas, frente al 79,3 % que mostraba su rechazo. Es decir, casi 8 de cada 10 personas (adultas, mayores de 18 años) se mostraron en desacuerdo o muy en desacuerdo con esa posibilidad. La distribución entre ambos sexos fue muy semejante, aunque los hombres eran ligeramente más favorables a la idea.

Por grupos de edad, las personas más contrarias fueron las de 35/44 y 45/54 años. Del lado opuesto, los entrevistados con más de 65 años eran lo que veían la idea con mejores ojos. En otras palabras, los padres de los posibles votantes de 16 o 17 años estuvieron más en contra, mientras que sus abuelos se mostraron más a favor.

Dejar las cosas como están

Dejando a un lado las lecturas en clave de relaciones intergeneracionales que podrían hacerse, la homogeneidad de las respuestas sugiere que a la sociedad española adulta le parece que las cosas están bien como están y que no es necesario modificar las edades establecidas en la Constitución española para ejercer el derecho al sufragio (mal)llamado universal.

Pese a la ausencia de demanda social respecto a una cuestión que parece no ser considerada de relevancia, el Ministerio de Juventud e Infancia tiene anunciado que esta reducción de la edad mínima para participar en las elecciones democráticas formará parte de las medidas incluidas en la futura ley estatal de juventud.

Para describir mejor este asunto es importante explicar tres formas distintas en que investigadores y expertos han argumentado sobre la restricción del derecho al voto según la edad, cada una de ellas con sus propios matices:

  1. La discusión en torno a la condición de ciudadanía de los niños.

  2. Los argumentos dirigidos a refutar las opiniones que rechazan su participación política o la reducen a mero aprendizaje.

  3. Los argumentos que enfocan el asunto desde las necesidades de renovación de la propia democracia, como forma inclusiva de guiar la vida en sociedad.

En lo que respecta a la primera cuestión, los expertos consideran que los niños constituyen uno de los grupos invisibles en los estudios de ciudadanía, donde esta se equipara implícitamente a la edad adulta. Esta visión contrasta con la que ofrecen las investigaciones realizadas en el ámbito de la participación infantil, y más claramente aún en el de los movimientos infantiles contemporáneos, que muestran a los niños, niñas y adolescentes como ciudadanos empoderados, informados, compasivos y globales, sin que ello merme su necesidad de disponer de protecciones especiales.

La competencia política a los 18

Por otro lado, está la razón de fondo que se esgrime para excluir a los niños del ejercicio del sufragio: su carencia de competencia política. Pero si se les excluye por esa razón, se debe estar dispuesto a excluir también a aquellas personas que, superando los 18 años, carecen de dicha competencia.

Hoy por hoy, para ser elector no hace falta saber leer, ni darse a entender por escrito. Tampoco es necesario tener interés en política o haber efectuado estudios básicos, ni se requiere ser inteligente, racional o informado. La única regla que establece la concurrencia de la capacidad electoral es la edad, cosa que resulta injusta.

Respecto al valor que representa el voto para la democracia, el punto de vista defendido por otros expertos es que la exclusión de los niños de la representación política directa se debe a una falta no en los propios niños, sino en las conceptualizaciones existentes de la democracia. Es la democracia la que debe adaptarse para representar adecuadamente a la población infantil, y esto solo se conseguirá si esta se reconceptualiza como una política de la diferencia, que responde a la diversidad vivida por una comunidad política.

La cuestión de si los gobernantes deben responder principalmente a las demandas sociales expresadas o si pueden, y deben, adelantarse en la introducción de modificaciones del statu quo que beneficien a la comunidad ofrecería un ejemplo en el asunto del voto de los niños.

En este caso, ¿cabría descartar una reforma que constituye un paso en el reconocimiento de los niños como actores políticos porque no disfruta de las simpatías populares, o bien se podría confiar en el conocimiento experto para consolidar la democracia? Es importante que, como sociedad, podamos dar respuesta a esa pregunta.

The Conversation

Lourdes Gaitán Muñoz es miembro de la Asociación Grupo de Sociología de la Infancia y la Adolescencia (GSIA), entidad sin ánimo de lucro dedicada a la sensibilización, comunicación, divulgación, formación e investigación en materia de derechos de los niños y sociología de la infancia. Así mismo es miembro de la Asociación Madrileña de Sociología.

ref. Por qué el derecho al voto a los 16 años puede ser un paso fundamental para la democracia – https://theconversation.com/por-que-el-derecho-al-voto-a-los-16-anos-puede-ser-un-paso-fundamental-para-la-democracia-261716

Cómo sobreviven los perros al calor extremo del verano

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Rick Visser, Profesor Titular de Universidad en el área de Fisiología Animal, Universidad de Málaga

Un perro jadeando indica que está eliminando calor. Isaac Taylor Pexels , CC BY

La llegada de la época estival divide a los humanos. Mientras unos la asocian con vacaciones, diversión y actividades al aire libre, para otros significa trabajo estacional, mosquitos o turismo desmesurado. Pero hay algo que experimentamos todos por igual: el calor. Y eso no excluye a nuestras mascotas.

El más fiel amigo del ser humano, el perro, no posee los mismos mecanismos que nosotros para enfrentarse a las altas temperaturas. Entonces, ¿cómo lidian los perros con la canícula del verano?

La lengua aumenta la superficie húmeda en contacto con el aire, y les ayuda a regular la temperatura.
Flickr, CC BY

La homeotermia en los perros

Como seguro sabrán, el perro (Canis familiaris) desciende de los lobos (Canis lupus) que, con algunas excepciones, se distribuyen principalmente por regiones de climas templados y fríos. En el proceso evolutivo de aparición del perro, éste heredó de los lobos el no estar especialmente bien adaptado al calor. Sin embargo, hay que tener en cuenta que miles de años de cría selectiva han dado lugar a una enorme variedad de razas de perros y cada una de ellas tiene sus características particulares.

Los perros, al igual que nosotros, son animales homeotermos. Es decir, controlan su temperatura corporal dentro de un rango estrecho (en su caso, en torno a unos 38,5⁰ C). Esto implica un gasto de energía en mecanismos fisiológicos de termorregulación. Pero, por otro lado, aporta la ventaja de que todos nuestros procesos bioquímicos y fisiológicos pueden ocurrir siempre a la misma temperatura y con la máxima eficiencia.

Otro detalle que debemos tener presente es que todos los seres vivos, incluyendo la bacteria más diminuta o la planta más inmóvil, generamos calor interno como producto de nuestro metabolismo. En otras palabras, el simple hecho de estar vivos implica que somos fábricas constantes de calor.

El jadeo de los perros es el equivalente a la sudoración humana

Cuando las temperaturas aprietan, a nuestro cuerpo le cuesta transferir el calor que producimos al ambiente que nos rodea, por lo que éste se acumula y nos calentamos cada vez más. Si la temperatura ambiente es superior a la corporal, incluso tendemos a captar energía térmica del exterior, sumándose ésta a la que nosotros mismos producimos.

En estas situaciones, la única manera efectiva que puede tener un animal terrestre de enfriarse es mediante evaporación. El agua que haya sobre nuestra piel absorbe parte de nuestra energía térmica para transitar del estado líquido al gaseoso.

Los humanos hemos sabido aprovechar eficazmente este mecanismo, desarrollando miles de glándulas sudoríparas en nuestra piel. Éstas se ponen en marcha cuando nuestro cerebro detecta la posibilidad de que el cuerpo se sobrecaliente, enfriándolo a costa de expulsar agua. La gran mayoría del resto de mamíferos, sin embargo, no han explotado esa posibilidad. Así, los perros tienen una capacidad de sudar muy limitada, y restringida casi exclusivamente a las almohadillas de las patas y a la nariz. Por ello, deben recurrir a una estrategia alternativa: jadear.

Cuando su perro jadea no es por faltarle al respeto enseñándole la lengua; es su principal manera de termorregular. El calor activa un reflejo nervioso que dilata los vasos sanguíneos en su nariz y lengua, a la vez que induce a producir grandes cantidades de saliva muy diluida.

Una sucesión de rápidas inspiraciones por la nariz y espiraciones por la boca ayudan a evaporar el agua del tracto respiratorio superior, enfriando así la sangre que circula por la zona. Como el proceso depende de una correcta y sincronizada pauta del sistema respiratorio, las razas de perros braquicéfalas (es decir, las de hocico achatado, huesos nasales cortos y narinas reducidas, como los bulldogs, el bóxer o el pekinés) tienen mucha mayor dificultad para reducir su temperatura corporal y corren mayor riesgo de hipertermia.

Momentos difíciles para un bulldog francés al calor de mediodía.
Flickr/Katerina, CC BY

Aunque sacar su larga lengua de la boca aumenta la superficie húmeda en contacto con el aire, el proceso es mucho menos eficiente que el de humedecer grandes áreas corporales mediante la sudoración. Además, ambas estrategias requieren de un aporte externo de agua para reemplazar la que se ha evaporado, por lo que es importante proporcionarles siempre una fuente abundante de agua fresca cuando hace calor.

¿Pelo sí o pelo no?

Es común pensar que ayudamos a nuestros perros a estar más fresquitos cortándoles mucho el pelo en verano. Tenga en cuenta que el pelaje actúa como un amortiguador de los intercambios de calor entre el cuerpo y el exterior. Si bien es cierto que un pelo más corto puede favorecer la pérdida de calor hacia el aire, también aumenta la ganancia de calor por irradiación de la energía solar. El pelo absorbe mucha de la energía de los rayos solares e impide que ésta llegue a la piel.

Cortar en exceso el pelaje de un perro puede provocarle una hipertermia cuando son expuestos directamente al sol, además de aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel.

Riesgo de ‘shock’ térmico

Los perros son bastante sensibles al calor en general, aunque algunas razas, como los golden retriever, los labradores o los bull terrier, lo son más que otras.

Por supuesto, al igual que ocurre entre los humanos, los cachorros y los individuos de avanzada edad tienen mayor riesgo de sufrir un shock térmico que ponga en peligro su vida. De hecho, cerca de la mitad de las consultas veterinarias por hipertermia en perros pueden tener un desenlace fatal.

Un gran problema de los perros es que, cuando los humanos quieren pasar tiempo haciendo actividades de ocio con ellos, se emocionan tanto que les cuesta controlarse. Por ello, somos los dueños los que debemos vigilar la situación: evitar la actividad excesiva en las horas de más calor, así como prolongadas exposiciones directas al sol.

Tengan siempre agua fresca al alcance de su perro, aunque también suelen agradecer una buena ducha o baño a tiempo. Y, por supuesto, nunca, jamás, dejen encerrado a un perro en un coche, aunque sea con las ventanillas semiabiertas y por solo unos minutos. Si seguimos estas simples reglas básicas y aplicamos la lógica, podremos seguir contando con nuestros mejores amigos, verano tras verano, durante unos cuantos milenios más.

The Conversation

Rick Visser no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Cómo sobreviven los perros al calor extremo del verano – https://theconversation.com/como-sobreviven-los-perros-al-calor-extremo-del-verano-261287

¿Por qué la gente sigue escuchando narcocorridos?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Fabian Acosta Rico, Doctor en Antropología Social , Universidad de Guadalajara

Los Tigres del Norte en el Chumash Casino Resort de Santa Ynez, California. Dwight McCann / Chumash Casino Resort, CC BY-SA

Versa la canción de Peso Pluma “Y pa’ chambear con don Iván / Soy de la gente del Chapo Guzmán / No me muevan que me puedo enojar / Y me les presento, soy el Gavilán”. En estos sencillos versos la referencia y exaltación del exjefe del Cártel de Sinaloa, el Chapo, son claras y directas, como en todo buen narcocorrido.

Pero ¿qué son en verdad los narcocorridos? ¿Expresiones auténticas, no censuradas, de la música regional mexicana contemporánea o panegíricos musicales de la violencia vinculada al mundo de la droga? ¿Qué evidencian de la cultura y la sociedad de México?

Pues dicen mucho: hablan con desgarro y populismo de una añeja rivalidad, oculta en un acto de negación psicoanalítico y colectivo. Una rivalidad del pobre –del hombre‑pueblo– contra el rico –el catrín de dinero viejo– de la que habló hace ya varias décadas el filósofo Samuel Ramos en El perfil del hombre y la cultura.

Versos para una revolución

En la historia cultural de México, el indio era el marginado, despojado injustamente de su tierra y cultura por el invasor español. Inmerso en su realidad rural, era el pobre del campo, resentido contra el rico peninsular de la hacienda y de la ciudad.

Entonces, allá por 1910, llegó la Revolución: el oprimido, envalentonado y bravío, tomó las armas contra su opresor. El caballerango de la hacienda se convirtió en caudillo. Y el caudillo de raíces humildes, quizá por un resentimiento personal, aceptó encabezar a las masas campesinas desarrapadas, tal y como lo retrata Mariano Azuela en su novela Los de abajo.

Los animaba un deseo revanchista: adueñarse de las parcelas que antaño pertenecieron a sus ancestros indígenas y abatir al terrateniente, heredero del otrora encomendero español. Todos convirtieron sus historias juglarescamente en música. Así surgió el corrido como expresión popular, himnos campiranos que narraban las hazañas de los revolucionarios. Aquí está la génesis más arcaica y remota del narcocorrido.

El auge de los narcocorridos

Emparentados como expresiones musicales rancheras, el corrido y el narcocorrido gozan de la misma arquitectura simbólica y narrativa. Ambas, desde distintos contextos históricos, romantizan el ascenso social, la soñada redención del excluido por su decisión –justificada o no– de tomar las armas o de hacer uso de la violencia, la temeridad, la bravuconada.

Antepasado y sucesor exaltan una masculinidad básica y mostrenca: la que aflora en el adolescente que dirime diferencias con sus compañeros de escuela trenzándose a golpes, o que revive el donjuanismo del caudillo idolatrado por las adelitas, midiendo en conquistas o aventuras una hombría tan genital como falocéntrica.

Sin la etiqueta de narcocorrido, una de las primeras canciones inspiradas en traficantes de marihuana, amapola o alcohol –y en toda la cultura orquestada en torno a ellos– fue “El contrabando del Paso” (1934).

Décadas después, el grupo Los Tigres del Norte dio popularidad y proyección al narcocorrido moderno. “Contrabando y traición” (1974), además de ser todo un éxito en su momento, es ya un clásico del género: narra la historia de Camelia la texana, una mujer dedicada al tráfico de droga que traiciona a su amante.

Del mismo grupo, una de sus canciones más icónicas –que marcó un parteaguas– fue “La Banda del Carro Rojo” (1975). ¿De qué trata? Del enfrentamiento entre una banda de traficantes y agentes de la policía. La clásica historia de policías contra delincuentes; invirtiendo protagonismos, resalta la bravura y el arrojo del narcotraficante que vive siempre al límite.

El corrido tumbado

Con el nacimiento y la popularización de los corridos tumbados (un género que fusiona los originales corridos con la música urbana), los temas musicales sobre capos y señores de la droga han vuelto a ponerse de moda. Destaca en esta nueva tendencia Peso Pluma con canciones como “PRC” (junto a Natanael Cano), que alude metafóricamente al trasiego de cocaína.

Este y otros temas han catapultado la carrera de este cantautor dentro y fuera de México, consolidándolo como uno de los principales exponentes del nuevo regional mexicano. “Siempre Pendientes”, junto a Luis R. Conriquez, es otro de los temas que exaltan el estilo de vida, la cultura, los códigos y el ethos del narcotraficante.

Junto con Peso Pluma, otros renombrados exponentes del género son los ya mencionados Natanael Cano y Luis R. Conriquez, además de Fuerza Regida y Los Alegres del Barranco, quienes recientemente han estado en el ojo del huracán.

En su presentación del 29 de marzo de 2025, en el Auditorio Telmex de Zapopan, Jalisco, proyectaron imágenes de Nemesio Oseguera “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, mientras interpretaban su corrido “El del Palenque”.

La reprimenda social y mediática no se hizo esperar hasta escalar a un tema judicial: tuvieron que cancelar conciertos, las autoridades estadounidenses les retiraron sus visas y se polemizó mucho sobre cómo este grupo y otros similares hacen apología del delito en una sociedad enlutada por los crímenes del narco.

Una búsqueda aspiracional

Como ocurrió con los corridos revolucionarios, los actuales narcocorridos no son un producto espontáneo, surgido de la nada o de la imaginación febril; al contrario, expresan las fantasías aspiracionistas que germinan en una sociedad de consumo desigual. Para servirse en grande en el deporte de las compras hay que tener dinero en la cartera o una buena tarjeta con fondos ilimitados; es decir, hay que ser un señor de la droga o estar bajo su férula.

Todo pueblo tiene sus héroes e ídolos, cuyos pedestales hablan de las condiciones morales, sociales y culturales de sus seguidores. En el México de comienzos del siglo XX destacó el caudillo como el hombre que sacaría de la pobreza a las clases marginales. En tiempos del famoso milagro mexicano se mitificó al charro‑cantor y al luchador: Pedro Infante y El Santo.


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En este posmoderno México, los pobres y marginados –según las últimas mediciones, el 36,3 % de la población– sueñan con una vida sin carencias y, por qué no, con lujos. Muchos jóvenes se dejan atraer por el canto de sirena (el narcocorrido) y, seducidos, se proponen como meta de vida ser un capo, un díler (vendedor directo de droga), una buchona (mujer glamurosa, esposa o amante de un capo) o, ya de menos, un halcón (informante callejero del hampa).

Los narcocorridos no son una causa sino un síntoma. Gobiernos estatales como el de Sonora, y ayuntamientos de ciudades del norte de México –Culiacán, Sinaloa; Juárez, Chihuahua; Monterrey, Nuevo León– han propuesto prohibirlos. Pero prohibirlos no servirá de nada. Para acabar con ellos hay que transformar radicalmente la sociedad: abatir las desigualdades sociales, la pobreza y la ignorancia. En mejores condiciones de vida, en una sociedad volcada al progreso, el niño soñará con ser un Tony Stark: superhéroe, inventor y magnate.

The Conversation

Fabian Acosta Rico no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ¿Por qué la gente sigue escuchando narcocorridos? – https://theconversation.com/por-que-la-gente-sigue-escuchando-narcocorridos-258371

El terremoto de Rusia sacude el Pacífico, despierta un volcán y pone a prueba la ciencia

Source: The Conversation – (in Spanish) – By José Luis González Fernández, Profesor Ayudante Doctor Didáctica de las Matemáticas, Universidad de Castilla-La Mancha

Zonas afectadas por el tsunami generado por el terremoto de Rusia, con epicentro en las Islas Comandante, mar de Bering, al este de la península de Kamchatka. NOAA / National Weather Service, CC BY

El 30 de julio de 2025, un terremoto de magnitud 8,8 ha sacudido la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, desencadenando alertas de tsunami en gran parte del océano Pacífico, desde Japón y Hawái hasta la costa oeste de Estados Unidos, Centroamérica y Oceanía. Este seísmo, uno de los más intensos de las últimas décadas y el octavo más fuerte registrado en la era moderna, ocurrió a menos de 20 kilómetros de profundidad y provocó olas de hasta 4 metros en zonas costeras cercanas, obligando a evacuar a la población y causando importantes daños materiales.

Cuando la tierra tiembla, el volcán Kliuchevskoi ruge

Tras el potente terremoto, el volcán Kliuchevskoi, el más alto y activo de Eurasia, despertó con una violenta erupción, expulsando ceniza y material incandescente desde su cráter principal de unos 700 metros de diámetro. Ríos de lava descendieron por su ladera occidental, un espectáculo que sorprendió a los científicos, ya que el volcán había estado inactivo durante varios meses.

Según los expertos, la fuerte sacudida sísmica probablemente alteró la presión interna del sistema magmático, facilitando la salida del magma acumulado. Con más de un centenar de erupciones registradas en los últimos 3 000 años, este gigante ha demostrado ser especialmente sensible a estas alteraciones tectónicas, lo que representa un riesgo adicional para las poblaciones cercanas.

¿Por qué tiembla tanto Kamchatka?

Kamchatka se sitúa en una de las zonas con mayor actividad sísmica del planeta, la fosa de Kuriles-Kamchatka, donde la enorme placa tectónica del Pacífico se hunde bajo la de Okhotsk. Este proceso, conocido como subducción provoca una acumulación constante de tensión tectónica, que se libera cada cierto tiempo en forma de terremotos de gran magnitud. No es un fenómeno nuevo, ya que en 1952 se registró un seísmo similar, con magnitud cercana a 9, lo que originó un tsunami con olas de hasta 18 metros. El reciente terremoto responde al mismo mecanismo físico, una fractura súbita en esta falla activa.

Magnitud, profundidad y energía liberada

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) estimó la magnitud del terremoto en 8,8, con un hipocentro situado a unos 18,2 kilómetros de profundidad. Esta combinación genera una liberación de energía colosal, equivalente a miles de veces la bomba atómica de Hiroshima. Para ponerlo en perspectiva, fue aproximadamente 30 veces más fuerte que el terremoto de Kaikoura (Nueva Zelanda, 2016) y comparable, aunque algo menor, al de Tōhoku (Japón, 2011). Además, se esperan réplicas durante los próximos días o semanas, algunas de ellas potencialmente destructivas.

Cuando el mar se convierte en amenaza

El tsunami asociado se ha producido por el desplazamiento vertical del lecho marino durante el seísmo. Esta alteración súbita del fondo oceánico desplaza enormes volúmenes de agua, generando ondas que pueden cruzar el océano a velocidades superiores a los 700 km/h. Al acercarse a la costa, la velocidad disminuye, pero la altura de las olas aumenta considerablemente. En localidades rusas como Severo-Kurilsk se registraron olas superiores a los 3 metros, mientras que en Japón, aunque eran de menor intensidad (alrededor de 60 cm), se mantuvo la alerta durante varias horas.

De Japón a América, el océano pone a prueba los sistemas de alerta

La respuesta internacional ha sido inmediata. Japón ordenó la evacuación de alrededor de 2 millones de personas, incluyendo trabajadores de la central nuclear de Fukushima. Estados Unidos activó las alertas en Hawái, Alaska y toda la costa oeste, incluyendo California y Oregón. En América Latina, países como Perú, Ecuador y México pusieron también en marcha sus protocolos de emergencia.

Aunque las olas fueron moderadas en la mayoría de estas regiones, las medidas preventivas evitaron posibles tragedias. La buena coordinación entre agencias sismológicas y meteorológicas durante esta emergencia demuestra el valor de la cooperación internacional para gestionar riesgos en tiempo real, evitar daños materiales y salvar vidas.

¿Qué nos dice la ciencia sobre este tipo de fenómenos?

Cada terremoto de estas características supone una oportunidad para avanzar en el conocimiento científico. Los datos recogidos por sismógrafos, satélites y boyas oceánicas permiten a los geofísicos estudiar con más precisión cómo se propagan las ondas sísmicas y los tsunamis. Además, sirven para poner a prueba los modelos de predicción y mejorar los sistemas de alerta temprana. Gracias a estos avances, es posible avisar a la población con minutos de antelación, un tiempo que puede salvar miles de vidas.

Un contexto histórico de actividad sísmica extrema

Aunque no se trata del mayor terremoto registrado, el seísmo de Kamchatka entra en el grupo de los más intensos de la historia reciente. Su magnitud lo sitúa el nivel del devastador terremoto de Sumatra en 2004 y del ya citado de Tōhoku en 2011. Esta región ha vivido otros grandes temblores en el pasado, como los de 1952 y 1737, que provocaron tsunamis de hasta 60 metros de altura. Todo este historial nos recuerda que Kamchatka es una de las zonas más activas y peligrosas dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico.

¿Estamos preparados para el próximo gran terremoto?

El suceso ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de los países afectados. Si bien los protocolos han funcionado de forma razonable, sigue habiendo diferencias notables entre regiones en cuanto a infraestructuras, medios técnicos y preparación ciudadana. En zonas menos desarrolladas o con acceso limitado a comunicaciones, la capacidad de reacción sigue siendo limitada. La prevención, a través de la educación, la arquitectura sismorresistente y el fortalecimiento de las redes de alerta, es clave para afrontar futuros eventos de esta magnitud.

La advertencia silenciosa que viene del subsuelo

El terremoto de Kamchatka es un recordatorio contundente del poder de la naturaleza y de la necesidad de estar preparados. Su impacto no solo ha sido físico, sino también social y científico. Nos recuerda que vivimos en un planeta dinámico, en constante movimiento, y que la vigilancia geológica y la cooperación internacional son herramientas imprescindibles para reducir riesgos. Comprender estos fenómenos, anticiparse a ellos y actuar con rapidez puede marcar la diferencia entre una catástrofe contenida y una tragedia.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. El terremoto de Rusia sacude el Pacífico, despierta un volcán y pone a prueba la ciencia – https://theconversation.com/el-terremoto-de-rusia-sacude-el-pacifico-despierta-un-volcan-y-pone-a-prueba-la-ciencia-262250

La selección: la tecnología no tiene boca, pero también se equivoca

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Laura G. de Rivera, Ciencia + Tecnología, The Conversation

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Quizá se haya preguntado alguna vez cómo puede una red social como LinkedIn recomendarle seguir a gente que, en realidad, sí conoce, pero no pertenece a su círculo profesional o laboral. Es porque se emplea una tecnología de inteligencia artificial (IA) conocida como redes neuronales gráficas, que funciona trazando y hallando conexiones –de todo tipo– entre distintos nodos. Esos nodos pueden ser personas, como ocurre en LinkedIn. Pero también pueden ser principios activos de medicamentos y enfermedades, con lo que esta clase de algoritmos resultan útiles para encontrar cierto vínculo entre una sustancia y el mecanismo de acción para tratar una dolencia y, así, sugerir nuevos usos para fármacos ya existentes.

Y todo ello, sin necesidad de andar probando uno por uno en el laboratorio durante largos y costosos procesos. Los investigadores no se pueden ahorrar, eso sí, el momento de comprobar si ese fármaco sugerido por la IA de verdad funciona en la realidad. Puede ser que sea un éxito. Pero también puede ser que no. Eso debemos recordarlo siempre.

Que las predicciones de un algoritmo no son fiables al cien por cien lo saben bien todos aquellos presos que han visto rechazada su petición de libertad condicional por la decisión de un programa de deep learning. De hecho, los estudios demuestran que la capacidad predictiva de los algoritmos en el ámbito penitenciario es muy limitada: en torno a la mitad de las veces fallan. Para más inri, fallan sobre todo con las personas más marginadas históricamente, entre ellas, los inmigrantes, a los que la Tabla de Valoración de Riesgo que se usa en cárceles españolas otorga automáticamente entre un 85 % y un 100 % de probabilidades de quebrantamiento de la ley.

Un ejemplo más de que la inteligencia artificial no está pensada para favorecer a minorías ni a grupos vulnerables es el caso de las personas con discapacidad, que son quienes más barreras encuentran para beneficiarse de las nuevas herramientas… y quienes más la necesitan. La solución, según los expertos, pasa por tenerles en cuenta desde el principio, en el diseño de esos programas informáticos. Porque de nada sirven las pomposas promesas de la tecnología si luego, en la práctica, no podemos aprovecharla todos por igual. La clave está no solo en el diseño atractivo, sino también en la utilidad del producto diseñado.

Nos corresponde, en última instancia, a los ciudadanos defender cómo queremos que sea esa tecnología que invade cada rincón de la sociedad. Aunque, para entrar en el debate público y poder saber lo que queremos, antes tenemos que saber también lo que tenemos, lo que nos ofrecen. Y la mejor forma de entenderlo es llamando a las cosas por su nombre, sin dejarnos confundir por métáforas que convierten a la IA en persona, presentándola como poseedora de inteligencia superior a la humana.

Así que aquí les dejamos algunos deberes para poner a trabajar eso que todos tenemos, que nos sale gratis y que no tiene impacto medioambiental: nuestro cerebro.

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ref. La selección: la tecnología no tiene boca, pero también se equivoca – https://theconversation.com/la-seleccion-la-tecnologia-no-tiene-boca-pero-tambien-se-equivoca-261981

El precio de la sumisión: España paga la debilidad de Bruselas ante EE. UU.

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Armando Alvares Garcia Júnior, Professor de Direito Internacional e Relações Internacionais, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

El sector del aceite de oliva será uno de los más afectados por el acuerdo. BearFotos/Shutterstock

El acuerdo comercial firmado entre Estados Unidos y la Unión Europea, lejos de representar un éxito diplomático para Bruselas, revela la profunda crisis de liderazgo y de visión estratégica de la Comisión Europea. Bajo la presión de la Administración Trump, la UE ha cedido en aspectos fundamentales, consolidando una relación profundamente desigual que erosiona tanto la competitividad como la soberanía de los Estados miembros.

España se convierte, una vez más, en un ejemplo paradigmático de los costes de una negociación mal gestionada y de la desconexión de las élites europeas respecto a los intereses reales de sus ciudadanos y sectores productivos.

El corazón del pacto, sellado en Turnberry (Escocia) el domingo 27 de julio de 2025, es la imposición de un arancel general del 15 % a las exportaciones europeas a Estados Unidos. Este nivel, muy por encima del 1,4 % medio vigente antes de la escalada comercial abierta oficialmente por la Casa Blanca el 2 de abril de 2025, constituye una penalización directa a la industria, la agricultura y la tecnología europea, y no encuentra correspondencia en las importaciones de productos estadounidenses, que quedan libres de cualquier restricción equivalente.

La Comisión, en lugar de defender con firmeza el principio de reciprocidad, ha preferido instalarse en el “mal menor”, justificando su decisión en la supuesta amenaza de una guerra comercial abierta que, según Bruselas, traería consecuencias devastadoras para el empleo y el crecimiento.

Esta postura resignada transmite una preocupante falta de ambición y debilita la posición negociadora de la UE ante futuras rondas con Washington u otros bloques.

Un golpe al tejido productivo español

En España, el acuerdo golpea de manera directa al tejido productivo más dinámico y estratégico. El sector agroalimentario, con el aceite de oliva y el vino a la cabeza, verá encarecidos sus productos en el mercado estadounidense, con riesgo real de pérdida de cuota y cierre de empresas exportadoras.

Organizaciones empresariales como la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas han calificado la medida de “imposición injusta y desequilibrada”, alertando del peligro que supone para miles de empleos y para el equilibrio de la balanza comercial.

España, que ya mantiene un déficit comercial con EE. UU., pierde cualquier capacidad de compensar este golpe a través de otros mercados, en un contexto global marcado por el proteccionismo y la rivalidad de potencias.

Golpe al vino y al aceite de oliva

La industria vinícola calcula que el nuevo arancel puede reducir las ventas en Estados Unidos hasta un 10 %, justo cuando la competencia internacional es más intensa y el margen de maniobra para pequeñas y medianas empresas es mínimo.

El sector del aceite de oliva, del que España es líder mundial, se enfrenta a un escenario similar: más de mil millones de euros en exportaciones en juego y ningún mecanismo de apoyo efectivo por parte de Bruselas, a pesar de su esperpéntico documento de autobombo.

El pacto va mucho más allá del simple intercambio de bienes. La Comisión Europea ha aceptado un compromiso masivo de compras de energía estadounidense –gas natural, petróleo y combustible nuclear– por valor de 640 000 millones de euros en el periodo 2025-2028. Esta decisión, presentada como un paso hacia la independencia de las materias primas rusas, en realidad supone una transferencia de dependencia y una renuncia explícita a la diversificación de proveedores.

La Comisión tampoco ha defendido la industria de defensa europea, comprometiendo inversiones y adquisiciones de armamento estadounidense sin transparencia ni debate democrático real sobre los términos y la conveniencia estratégica de estas compras.

Críticas y desconfianza de los ciudadanos

El acuerdo ha desatado críticas en todo el continente, no solo entre los países más afectados, sino también en los principales aliados de Bruselas. La tibieza de la defensa institucional, la falta de transparencia y el desdén por los intereses de la industria europea están alimentando la creciente desconfianza de los ciudadanos y reforzando el escepticismo ante el proyecto comunitario.

Las justificaciones de la Comisión, basadas en evitar una guerra comercial a cualquier precio, no resisten el análisis cuando el coste real es una pérdida sostenida de autonomía, empleo y capacidad de influencia.

La gestión de este acuerdo evidencia las carencias de la actual Comisión Europea en materia de liderazgo, defensa de intereses estratégicos y conexión con las necesidades reales de la economía europea.

La renuncia a exigir reciprocidad, el sacrificio de sectores clave y la aceptación de una nueva dependencia –energética y militar– confirman un retroceso preocupante. España, como otros Estados miembros, paga un precio alto por la resignación de Bruselas, y el conjunto del continente enfrenta el riesgo de una década perdida en autonomía y competitividad si no se recupera la ambición y la firmeza en la defensa de sus intereses.

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Armando Alvares Garcia Júnior no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. El precio de la sumisión: España paga la debilidad de Bruselas ante EE. UU. – https://theconversation.com/el-precio-de-la-sumision-espana-paga-la-debilidad-de-bruselas-ante-ee-uu-262172

El terremoto de Kamchatka figura entre los diez más fuertes jamás registrados: esto es lo que tienen en común

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Dee Ninis, Earthquake Scientist, Monash University

El terremoto de magnitud 8,8 que sacudió la costa de la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, es uno de los diez más fuertes de la historia y el mayor del mundo desde 2011. Este seísmo ha causado daños en edificios y heridos en la ciudad más grande cercana, Petropávlovsk-Kamchatski, a solo 119 kilómetros del epicentro.

Las alertas de tsunami y las evacuaciones han resonado en Rusia, Japón y Hawái, y se han emitido avisos para Filipinas, Indonesia y lugares tan lejanos como Nueva Zelanda y Perú.

La región del Pacífico es muy propensa a sufrir terremotos de gran intensidad y los tsunamis que estos provocan, ya que se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego, una zona de elevada actividad sísmica y volcánica. Los diez terremotos más potentes registrados en la historia moderna se produjeron en esa región.

He aquí por qué la estructura subyacente de nuestro planeta hace que esta parte del mundo sea tan inestable.

¿Por qué se producen terremotos tan fuertes en Kamchatka?

Justo frente a la costa de la península de Kamchatka se encuentra la fosa de Kuril-Kamchatka, un límite de placas tectónicas donde la placa del Pacífico empuja bajo la placa de Okhotsk.

Mientras que las placas tectónicas se mueven continuamente unas respecto a otras, la interconexión entre ellas suele estar “atascada”. La tensión se acumula hasta que supera la resistencia de dicha zona de contacto, momento en el que se libera en forma de ruptura repentina: se produce un terremoto.

Debido a las grandes extensiones de los puntos de contacto en los límites de las placas, tanto en longitud como en profundidad, la ruptura puede abarcar grandes áreas. Esto da lugar a algunos de los terremotos más grandes y potencialmente destructivos de la Tierra.

Otro factor que influye en la frecuencia y la magnitud de los terremotos en las zonas de subducción es la velocidad a la que se mueven las dos placas entre sí.

En el caso de Kamchatka, la placa del Pacífico se mueve a aproximadamente 75 milímetros por año con respecto a la de Okhotsk. Se trata de una velocidad relativamente alta para los estándares tectónicos, lo que provoca que los grandes terremotos sean más frecuentes aquí que en otras zonas de subducción. En 1952, se produjo un terremoto de magnitud 9,0 en la misma zona de subducción, a solo unos 30 kilómetros del terremoto de magnitud 8,8 producido hoy.

Otros ejemplos de terremotos en límites de placas de subducción son el terremoto de magnitud 9,1 de Tohoku-Oki (Japón) de 2011 y el terremoto de magnitud 9,3 de Sumatra-Andaman Indonesia, ocurrido en 2004. Ambos se iniciaron a una profundidad relativamente baja y rompieron el límite de la placa hasta la superficie.

Elevaron un lado del lecho marino con respecto al otro, desplazando el océano que se encontraba sobre él y provocando devastadores tsunamis. En el caso del terremoto del 26 de diciembre de 2004, la ruptura del lecho marino se produjo a lo largo de unos 1400 km.

¿Qué es probable que suceda a continuación?

En el momento de redactar este artículo, aproximadamente seis horas después del terremoto, ya se han producido 35 réplicas de magnitud superior a 5,0, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos.

Las réplicas se producen cuando la tensión dentro de la corteza terrestre se redistribuye tras el terremoto principal. A menudo son de una magnitud inferior a la del seísmo principal. En el caso del terremoto de hoy, eso significa que son posibles réplicas de magnitud superior a 7,5.

En un terremoto de esta magnitud, las réplicas pueden continuar durante semanas o meses, pero normalmente disminuyen en magnitud y frecuencia con el tiempo.

El seísmo de hoy también ha provocado un tsunami que ya ha afectado a las comunidades costeras de la península de Kamchatka, las islas Kuriles y Hokkaido, en Japón.

En las próximas horas, ese tsunami se propagará por el Pacífico, llegando a Hawái aproximadamente seis horas después del terremoto y continuando hasta Chile y Perú.

Los científicos especializados en tsunamis seguirán perfeccionando sus modelos de sus efectos a medida que se propague, y las autoridades de defensa civil proporcionarán información oficial sobre los efectos locales previstos.

¿Qué lecciones se pueden extraer de este terremoto para otras partes del mundo?

Afortunadamente, terremotos tan grandes como el de hoy son poco frecuentes. Sin embargo, sus efectos a nivel local y en todo el mundo pueden ser devastadores.

Aparte de su magnitud, varios aspectos del terremoto de hoy en Kamchatka lo convertirán en un foco de investigación especialmente importante.

Por ejemplo, la zona ha sido muy activa sísmicamente en los últimos meses, y el 20 de julio se produjo un terremoto de magnitud 7,4. La forma en que esta actividad previa ha afectado a la ubicación y el momento del evento de hoy será un aspecto crucial de la investigación.

Al igual que Kamchatka y el norte de Japón, Nueva Zelanda también se encuentra sobre una zona de subducción; de hecho, sobre dos zonas de subducción. La mayor de ellas, la zona de subducción de Hikurangi, se extiende mar adentro a lo largo de la costa este de la isla Norte.

Según las características de estos puntos de contacto entre placas y los registros geológicos de terremotos pasados, es probable que la zona de subducción de Hikurangi sea capaz de producir terremotos de magnitud 9. No lo ha hecho en tiempos históricos, pero si ocurriera, provocaría un tsunami.

La amenaza de un gran terremoto en la zona de subducción nunca desaparece. El terremoto de hoy en Kamchatka es un importante recordatorio para todos los que viven en zonas propensas a los terremotos de que deben mantenerse a salvo y prestar atención a las advertencias de las autoridades de defensa civil.

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Dee Ninis trabaja en el Centro de Investigación Sismológica, es Vicepresidenta de la Sociedad Australiana de Ingeniería Sísmica y miembro del Comité de la Sociedad Geológica de Australia – División Victoria.

John Townend recibe financiación de los fondos Marsden y Catalyst de la Royal Society Te Apārangi, de la Comisión de Riesgos Naturales Toka Tū Ake y del Ministerio de Empresa, Innovación y Empleo de Nueva Zelanda. Ha sido presidente y director de la Sociedad Sismológica de América y presidente de la Sociedad Geofísica de Nueva Zelanda.

ref. El terremoto de Kamchatka figura entre los diez más fuertes jamás registrados: esto es lo que tienen en común – https://theconversation.com/el-terremoto-de-kamchatka-figura-entre-los-diez-mas-fuertes-jamas-registrados-esto-es-lo-que-tienen-en-comun-262245

Tsunamis: qué altura pueden alcanzar las olas como las generadas por el terremoto en Rusia

Source: The Conversation – (in Spanish) – By José Luis González Fernández, Profesor Ayudante Doctor Didáctica de las Matemáticas, Universidad de Castilla-La Mancha

Grandes olas en la playa de Garrapata (California) Gustavo Gerdel/Wikimedia commons, CC BY-SA

Las olas han fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, tanto por su belleza como por su fuerza destructiva. Hoy, esa dualidad se manifiesta con crudeza tras el terremoto de magnitud 8,8 en Rusia, que ha desatado alertas de tsunami en todo el Pacífico y ha obligado a evacuar a millones de personas. Este tipo de fenómenos nos recuerda que, más allá de su estética, las olas pueden convertirse en fuerzas implacables de la naturaleza.

La ola de un terremoto

El terremoto más potente jamás registrado (terremoto de Valdivia, Chile, 1960) liberó la energía equivalente a 20 000 bombas atómicas de Hiroshima. Tal energía podría provocar un tsunami de solo 4,55 metros de altura en alta mar, pero que podría ascender hasta 1,7 kilómetros en costa. El aumento se debe al llamado efecto shoaling o asomeramiento: las olas aumentan de tamaño al acercarse a la costa.

Sin embargo, el tamaño real fue muchísimo menor (unos 10 metros) ya que el terremoto se produjo en tierra firme y no toda la energía fue a parar a una sola ola. Eso no quiere decir que no fuera destructor: el tsunami atravesó el océano Pacífico, causando la muerte de más de 2 000 personas en Chile, Perú, Hawái y Japón.

Animación de The Pacific Tsunami Warning Center (PTWC) muestra cómo se propagó por el océano Pacífico el tsunami que generó el terremoto de Chile y llegó a Japón.

Donde el viento y la física chocan

En condiciones normales, la mayoría de las olas están generadas por viento. Tienen un ciclo de formación, crecimiento y rompimiento que depende de la velocidad, alcance y duración del viento y la profundidad del agua. Sin embargo, incluso en condiciones óptimas, las olas no pueden crecer indefinidamente.

La física establece una proporción límite entre la altura de una ola y su longitud de onda: cuando esa relación supera 1/7, la ola se vuelve inestable y rompe. Es decir, la cresta se desploma hacia adelante porque ya no puede sostenerse.

Además, hay otro factor clave: la profundidad del agua. A medida que una ola se acerca a la costa, el fondo marino frena su base mientras la cresta sigue avanzando, lo que hace que la onda se incline y eventualmente rompa. En aguas poco profundas, una ola no puede tener una altura mayor a aproximadamente 0,88 veces la profundidad local. Así, en una playa donde el agua tiene 3 metros de profundidad, la ola máxima teórica que podría romper sería de unos 2,64 metros. Este límite es observable y verificable, y se utiliza frecuentemente en ingeniería costera y en predicción de oleajes.

Ambos fenómenos establecen algunos de los límites fundamentales a la altura de las olas en el mar.

Gigantes inesperados: la ola Draupner

Ahora bien, hay ocasiones en que el océano parece desafiar estas reglas. Las llamadas olas extremas o rogue waves (olas monstruo) son eventos poco frecuentes pero muy reales, en los que una ola de tamaño descomunal aparece sin aviso, duplicando o triplicando la altura típica del oleaje circundante.

Una de las más conocidas fue registrada en 1995 por una plataforma petrolera en el mar del Norte: la ola Draupner, que alcanzó los 25,6 metros de altura. Este evento confirmó lo que hasta entonces muchos consideraban un mito marinero. Desde entonces, varios estudios han demostrado que estas olas extremas pueden formarse por la combinación constructiva de múltiples olas, la interacción con corrientes oceánicas, o fenómenos aún en estudio. Sin embargo, en la práctica, su altura no suele superar los 30 metros en mar abierto.

Recreación de la ola Draupner para un documental de la BBC.

Cuando la Tierra crea olas: 520 metros de altura

Más allá de lo que el viento puede generar, existen olas de origen geológico conocidas como megatsunamis. Estas olas se producen por deslizamientos de tierra, colapsos de glaciares o impactos de meteoritos, que desplazan una enorme cantidad de agua de forma repentina.

Un caso dramático ocurrió en la Bahía de Lituya, en Alaska, en 1958. Un sismo de 7,8 grados en la Escala de Richter provocó el desprendimiento de una montaña. Más de 30 millones de metros cúbicos de tierra y piedras cayeron en bloque al agua, desde una altura de 900 metros. El colapso provocó una ola que alcanzó una altura estimada de 524 metros.

fiordo con montañas y lago que muestran donde se desprendión una montaña
Esquema que muestra dónde se produjo el desprendimiento de la montaña que provocó el megatsunami en la bahía de Lituya (Alaska).
Wikimedia commons, CC BY

Este fenómeno, aunque real, fue muy distinto de las olas comunes puesto que no se produjo en el océano. Sólo afectó al fiordo.

La energía necesaria para formar algo similar en mar abierto es tan colosal que solo podría producirse por eventos extraordinarios, como el impacto de un gran asteroide en el océano.

El tamaño de un megatsunami

¿Existe entonces un límite físico al tamaño de un megatsunami? Es difícil responder con exactitud. Pero podemos hacer una estimación sencilla si nos centramos sólo en la energía asociada.

Imaginemos una única “ola” que se desplaza (también llamada solitón u ola solitaria) generada por un terremoto o el impacto de un meteorito. Por simplicidad, obviaremos la fricción, el flujo turbulento y otros factores complejos. La altura que puede alcanzar dependerá de su energía cinética y potencial. Si además conocemos algunos parámetros, como su anchura o velocidad, podremos estimar un valor.

Por tanto, vamos a introducir los datos correspondientes a algunos de los mayores fenómenos creadores de tsunamis conocidos. Así, veremos qué alturas máximas son físicamente posibles. No obstante, es importante tener en mente que sobreestiman los límites reales y muy probablemente nunca sean alcanzados.

La caída de un meteorito

Por otro lado, el meteorito más energético del que tenemos conocimiento, (Chicxulub), conocido popularmente por poner fin a los dinosaurios, liberó la energía equivalente a 67 000 millones de bombas de Hiroshima. Tanta energía podría haber generado una ola de no más de 16 kilómetros en costa, si bien en la literatura se estima que “sólo” habría alcanzado en torno a entre 1 y 3 kilómetros de altura.

No hay olas infinitas

Las olas no pueden crecer indefinidamente. Su altura está limitada por factores como la longitud de onda, la profundidad del agua y la energía disponible.

En mar abierto, las olas generadas por viento difícilmente superan los 30 metros. Más allá de eso, entramos en el terreno de los tsunamis y megatsunamis, que pueden generar olas de cientos de metros, pero dependen de procesos geológicos violentos y muy raros.

En cualquier caso, en la práctica, existe un límite razonable a la altura de las olas que el mar puede ofrecernos.

Podemos ir a la playa sin miedo, siempre, claro, que no vivamos, en estos momentos, en la costa afectada por el efecto del terremoto en Rusia.

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Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Tsunamis: qué altura pueden alcanzar las olas como las generadas por el terremoto en Rusia – https://theconversation.com/tsunamis-que-altura-pueden-alcanzar-las-olas-como-las-generadas-por-el-terremoto-en-rusia-260535

Desafiando los límites computacionales en la ciencia: el ejemplo del electromagnetismo

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Jorge Rafael González Teodoro, Docente, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

Color4260/Shutterstock

El progreso científico y tecnológico ha sido posible gracias a nuestra capacidad para identificar patrones en la naturaleza. Esta habilidad nos permite resolver problemas y avanzar en diversas disciplinas. De hecho, Carl Sagan la describió como “la mejor cualidad del ser humano”.

Desde los tiempos de Arquímedes (287-212 a. e. c.) la humanidad ha buscado comprender el universo a través de estos patrones. Sin embargo, el conocimiento ha crecido en complejidad. Por ello, los desafíos científicos actuales combinan análisis teóricos y experimentales.

En las últimas décadas las herramientas computacionales han adquirido un papel clave. Estas permiten encontrar patrones, reducir errores y mejorar la eficiencia en muchas aplicaciones.

De hecho, la simulación y el modelado por computadora son hoy pilares de la investigación. Permiten validar experimentos y explorar nuevas teorías en condiciones difíciles de reproducir. Además, optimizan procesos en múltiples áreas del conocimiento. Un ejemplo claro es el estudio del magnetismo.

El alto coste de los experimentos

Desde que Hans Christian Ørsted descubrió en 1820 la relación entre electricidad y magnetismo, las ecuaciones de Maxwell –que describen los fenómenos electromagnéticos– han evolucionado. Estos avances han mejorado la transmisión, el almacenamiento y la reducción de pérdidas de energía.

Dado que la energía es un recurso esencial, comprender el magnetismo es clave para optimizar su uso. Por eso, el modelado computacional del campo magnético es crucial en muchos sectores. Se usa en reactores de fusión, aceleradores de partículas, en energías renovables y en la producción de isótopos para tratar el cáncer.

La importancia de estos modelos radica en que, a pesar de los avances, las ecuaciones de Maxwell –las que explican los fenómenos electromagnéticos– solo tienen soluciones exactas en casos simples. Los ensayos experimentales, por su alto coste y duración, se usan solo para validaciones.

Por ello, la simulación computacional se ha vuelto esencial en el análisis de fenómenos complejos. El llamado “modelado por elementos finitos”, como su nombre indica, divide un problema en partes pequeñas y manejables.

Sin embargo, las limitaciones computacionales actuales encarecen estos análisis.

¿Cómo mejorar la eficiencia de los modelos?

Para mejorar la eficiencia se han desarrollado métodos innovadores. Su objetivo es simplificar los modelos sin afectar la precisión de los resultados. Un enfoque reciente promete superar las barreras de la simulación tridimensional convencional.

Este método modifica la geometría del cableado eléctrico. En otras palabras, reduce el número de elementos finitos a los que se reducía el problema y mejora la eficiencia del cálculo.

La clave está en ajustar las propiedades de los materiales en la fase de premodelado. Así se preservan las características eléctricas y magnéticas sin comprometer la exactitud.

En magnetismo, un parámetro esencial es la frecuencia, que mide la velocidad con la que se repite un fenómeno periódico. Las bajas frecuencias corresponden a procesos lentos, como el tic-tac de un reloj; las medias frecuencias incluyen la transmisión de radio AM; y las altas frecuencias abarcan señales de radio FM y comunicaciones inalámbricas.

A altas frecuencias aparecen fenómenos, como el efecto pelicular y el efecto proximidad, que afectan a la eficiencia de los dispositivos eléctricos y electrónicos. Comprenderlos mejora la eficiencia de estos sistemas.

Científicos de todo el mundo publican trabajos sobre esos efectos cada año, y cada avance ha supuesto un hito. Pero este novedoso estudio en cables con secciones poligonales ha proporcionado nuevas contribuciones en este campo de investigación.

Así, un nuevo enfoque propone utilizar coeficientes correctores una vez que la simulación ha terminado (lo que los expertos llaman “posmodelado”). Esto permite obtener resultados eléctricos y magnéticos muy similares a los que se lograrían si se hubieran modelado con total detalle las formas reales de los cables.

En otras palabras, es como usar una fórmula “mágica” que, al final del proceso, ajusta el resultado para que se parezca mucho al que habríamos obtenido si hubiéramos hecho una simulación más compleja y lenta.

Esta técnica acelera los cálculos en componentes con formas irregulares o poco simétricas, que normalmente son más difíciles de recrear. Además, permite calcular dos propiedades fundamentales (la resistencia y la inductancia) que son parámetros claves para diseñar dispositivos eléctricos eficientes.

Cada desafío resuelto nos hace avanzar

La innovación en computación científica sigue siendo clave para comprender la naturaleza con mayor precisión. Cada avance nos acerca a resolver grandes incógnitas y mejorar la calidad de vida en la Tierra.

A pesar de los desafíos computacionales, cada problema resuelto y cada simulación exitosa nos acercan a un futuro con más oportunidades.

La curiosidad humana y la tecnología impulsan nuevos descubrimientos; nos ayudan a encontrar patrones donde antes no los veíamos. Gracias al desarrollo de la computación avanzada, el conocimiento sigue expandiéndose.

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Jorge Rafael González Teodoro no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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Cómo equilibrar el uso de tecnología con experiencias de aprendizaje

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Laura Bermúdez Jurado, Jefe de Aprendizaje Experiencial, Universidad de La Sabana

Prostock-studio/Shutterstock

Despierto por la mañana y lo primero que hago es mirar el celular. Pospongo la alarma y luego de la repetición, me levanto. Mientras me organizo para el día, reviso las redes, correos y los periódicos digitales desde el mismo aparato. Todo antes de haber siquiera desayunado. Saliendo para el trabajo, escucho música según la recomendación del día de Spotify, y abro el mapa digital que me indica la mejor ruta para evitar el trancón de la hora pico.

Ya en el trabajo, paso a dar clase a mis estudiantes de forma virtual y luego me dedico a adelantar mis tareas administrativas. Como el tiempo siempre apremia, abro mi confiable amigo ChatGPT, y le pido ayuda redactando el correo que tanto he postergado escribir. Con su ayuda, logro organizar un comunicado que contiene información detallada, pero a la vez ser comprensible.

Y así, pasamos nuestro día a día haciendo uso y ayudándonos con la tecnología. Ahí está. Así es como vivimos. Lo que es más importante: así es cómo aprendemos. Si mi día a día se ve de esta manera, siendo profesora, ¿cómo será el de mis estudiantes?

Una presencia cotidiana también en el espacio educativo

Hoy la tecnología es parte integral de la vida diaria y prácticamente para todas las edades. Es normal, y esperable, que esto se vea reflejado en los procesos de educación y de aprendizaje.




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Tener acceso a internet favorece, por un lado, la comunicación entre todas las partes de la comunidad educativa (docentes, estudiantes, familias, administración). En cuanto al aprendizaje, ofrece recursos innovadores y posibilidades de personalización: extiende las experiencias más allá del aula tradicional, ofreciendo acceso a simulaciones, laboratorios virtuales, medios interactivos y recursos globales.

Pero así como la tecnología puede hacer brillar el aprendizaje y potenciar las capacidades de los alumnos, si no se hace un buen uso de ella también se corre el riesgo de ocasionar el efecto contrario. Puede volverse un factor limitante que genere dependencia y, por ende, una disminución en el desarrollo de las habilidades críticas de los estudiantes.

El aprendizaje experiencial

El aprendizaje experiencial promueve la participación activa de los estudiantes en experiencias intencionadas y reflexivas, con el objetivo de fortalecer conocimientos, habilidades y capacidades con impacto social.

Inspirado en el pedagogo y psicólogo estadounidense John Dewey (1859-1952), este enfoque sostiene que la verdadera educación surge de experiencias estructuradas que fomentan el pensamiento crítico y la toma de decisiones, donde la reflexión es clave para darles sentido y aplicabilidad.




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Experiencias y tecnología de la mano

De esta manera, la tecnología se puede integrar de forma intencionada en los procesos de aprendizaje experienciales para complementarlos sin sustituirlos. Por ejemplo, es posible usar realidad aumentada para el desarrollo de habilidades matemáticas tempranas.

En una experiencia con niños de 5 a 6 años, la incorporación de realidad aumentada en la enseñanza del número permitió fortalecer habilidades matemáticas tempranas. A través de actividades interactivas y visuales, los estudiantes pudieron comprender mejor conceptos como el conteo, la relación número-cantidad y el pensamiento lógico, haciendo del aprendizaje un proceso más significativo y atractivo.




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Un uso activo y crítico

Como se mencionó anteriormente, el aprendizaje experiencial busca que el estudiante tenga un rol activo en sus procesos de aprendizajes. Teniendo esto en cuenta, las tecnologías son un elemento clave a tener en cuenta al momento de diseñar experiencias de enseñanza, vistas como recursos de apoyo.

Las herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial pueden ser “compañeras de trabajo” que potencian las capacidades. Cuando se usan de forma activa y crítica, la IA y demás tecnologías pueden enriquecer los procesos de aprendizaje, de tal manera que es clave que nos preparemos y aprendamos a trabajar en conjunto con estas.

La inteligencia artificial en el aula

Prepararnos para trabajar con la inteligencia artificial implica verla como una aliada con la que aprendemos explorando, dando instrucciones claras, evaluando críticamente y mejorando juntos a través del ensayo y error. Esto aplica tanto al uso que hacen los profesores al preparar y desarrollar sus clases como a la integración de estas tecnologías por parte de los estudiantes en los distintos niveles académicos.




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Un apoyo más que un desacierto

Así como la alarma del celular reemplazó a la mayoría de los relojes despertadores, y las plataformas digitales ahora permiten segmentar contenidos de acuerdo al gusto personal en plataformas de streaming, o tomar la ruta de transporte más adecuada en tiempo real, la tecnología está mandando un mensaje no tan silencioso.

Para el campo de la educación es claro: la tecnología no es un riesgo o amenaza, es un aporte que permite al estudiante ser el protagonista de su propia historia de aprendizaje. Desde quienes apenas comienzan hasta quienes ya tienen un largo recorrido, todos pueden beneficiarse de estos recursos que emergen cada día más avanzados. La clave está en prepararse para aprovecharlos y en utilizar cada herramienta con intencionalidad, permitiéndoles cumplir su misión: ser apoyos en el proceso de aprender para vivir.

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Laura Bermúdez Jurado no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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