Estrategias de gestión forestal para adaptar el paisaje a un mundo más cálido y proclive a los incendios

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Manuel Esteban Lucas-Borja, Catedrático de Universidad. Departamento de Ciencia y Tecnología Agroforestal y Genética de la E.T.S.I. Agronómica, de Montes y Biotecnología de Albacete. Universidad de Castilla La Mancha, Universidad de Castilla-La Mancha

Paisaje tras el incendio en Mombeltrán (Ávila), declarado en Julio de 2025. Manuel Esteban Lucas , CC BY-SA

Los incendios forestales que asolan España este verano son una consecuencia directa de la ausencia de objetivos y la incapacidad de las actualesestrategias y modelos socioeconómicos y ambientales para adaptarse a la realidad climática actual. Como sociedad, no queda otra que asumir la consecuencia, estudiarla y actuar.

Bajo un régimen natural de incendios, el fuego juega un papel ecológico principal en muchos ecosistemas. La pregunta que nos debemos hacer no es si queremos que haya fuegos o no en nuestros ecosistemas, sino qué papel hay que darles y deben jugar en nuestros paisajes. Para avanzar, no es suficiente hablar de datos o tácticas aisladas. Con más de la mitad de nuestro territorio nacional ocupado por ecosistemas forestales, es el momento de diseñar una verdadera estrategia forestal y socioeconómica a largo plazo y para todo ese territorio. Y ésta debe estar respaldada por una fuerte voluntad política, un consenso social amplio y presupuestos valientes. Aquí es donde comienza la verdadera tarea. Como bien advierte el proverbio, “el fuego es un muy buen sirviente, pero un mal amo”. Si no actuamos, territorio y paisaje continuarán siendo gestionados por el fuego, dejando la memoria de las actividades forestales y agrícolas tradicionales y nuestros pueblos cubiertos por las cenizas del olvido.




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Soluciones distintas para escenarios nuevos

Los incendios forestales de alta intensidad, severidad y gran extensión son cada vez más frecuentes a nivel global. Si bien las causas de ignición o como empiezan los incendios forestales se atribuyen de manera mayoritaria a la acción humana (intencionados o por negligencias), cada vez cobran más importancia las causas naturales (principalmente rayos). Cosa distinta son las causas que están detrás de la propagación o como se “mueve” el incendio, entre las que se consideran las condiciones meteorológicas, la orografía y la vegetación. En relación con esta última y aunque a escala temporal humana sea difícil de percibir, hay que entender que nuestros ecosistemas forestales son dinámicos y evolucionan, crecen. Sin nadie que consuma o procese el material vegetal, este se acumula. La ausencia de gestión forestal, políticas de supresión del fuego o principalmente enfocadas a la extinción, la despoblación de zonas rurales y el abandono de determinadas prácticas agrícolas entre otros, favorecen la acumulación de vegetación que crece en nuestros montes y bosques, generando una continuidad horizontal y vertical del combustible forestal disponible para arder. El cambio climático es el último ingrediente que se añade en la coctelera para causar las situaciones e imágenes que observamos en este duro verano de 2025. Olas de calor más intensas y largas, eliminan la humedad de la vegetación y la predisponen para arder con más facilidad. El sistema pasa a funcionar bajo las condiciones de un régimen no natural de incendios, alejado de sus patrones naturales, lo que está llevando a muchos ecosistemas forestales a un punto de inflexión, superando su capacidad de recuperación natural y provocando cambios de estado permanentes. Los incendios de grandes dimensiones, con mayor intensidad y cada vez más recurrentes actúan como verdaderos filtros, a partir de los cuales los bosques afectados por el fuego pasan a transformarse en matorrales o pastizales.

El fuego es una perturbación natural que se rige por leyes químicas y físicas que prevalecerán sobre cualquier realidad y complejidad humana. Ante esta realidad, es necesario avanzar en los planteamientos que hasta ahora han guiado a la gestión forestal. Se necesita un nuevo paradigma que no solo se enfoque en las tareas de prevención y extinción, sino que también prepare a los bosques para un futuro de mayor incertidumbre mediante una decidida y eficaz restauración forestal de paisajes y ecosistemas.

Paisaje tras un incendio, con cenizas y vegetación
Paisaje tras el incendio en la Sierra de los Donceles (Hellín, Albacete) en verano de 2012.
Manuel Esteban Lucas, CC BY-SA

Ante este gran reto, la selvicultura adaptativa para el cambio climático (ASCC, por sus siglas en inglés) ofrece una respuesta innovadora. Su enfoque no prescribe una única solución, sino que presenta un abanico de estrategias para dirigir los ecosistemas hacia un futuro más adaptado al contexto actual. La clave está en reconocer que no siempre es deseable o viable que un ecosistema regrese a su estado original después de una perturbación y se basa en tres estrategias principales: resistencia, resiliencia y transición.

Resistencia: fortalecer la defensa del bosque

La estrategia de resistencia busca proteger el ecosistema y mantener sus condiciones actuales, defendiéndolo de los impactos del cambio climático y del fuego. Se aplica en áreas de alto valor ecológico donde la pérdida de la composición o estructura actual sería inaceptable desde el punto de vista forestal y ambiental.

Las tácticas selvícolas se centran en reducir la vulnerabilidad a las perturbaciones, lo que incluyen determinadas actuaciones que ayudan a reducir la competencia por los recursos (por ejemplo, el agua y los nutrientes del suelo). Esto mejora la resistencia a la sequía y la salud general del rodal, un área que se caracteriza por tener características homogéneas en cuanto a topografía y composición arbórea. Además, se gestiona la densidad de pies y la carga de combustible a través de quemas controladas, clareos, claras, podas u otras actividades tradicionales como la ganadería y el pastoreo. También contempla la eliminación de estructuras forestales que favorezcan la continuidad, tanto horizontal como vertical, del combustible forestal y por tanto, mitiguen la intensidad y severidad de un posible incendio forestal.

Un paisaje con pinos y arbustos y dos personas haciendo tratamientos silvícolas
Tratamientos silvícolas de clareos y podas sobre regenerados de pino después del incendio de 2012 en La Sierra de los Donceles (Hellín, Albacete).
Manuel Esteban Lucas, CC BY-SA



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Resiliencia: facilitar la recuperación natural

A diferencia de la resistencia, la resiliencia acepta que una perturbación ocurrirá, pero busca que el ecosistema se recupere y regrese a un estado funcionalmente similar al que tenía antes del fuego, facilitando los procesos naturales de regeneración.

Un factor crucial para la configuración de paisajes forestales mediterráneos resilientes es la presencia de especies con la capacidad inherente de rebrotar a través de diferentes estrategias tras un incendio, permitiendo una rápida recuperación de la cobertura y estructura forestal.

Además, las prescripciones selvícolas bajo esta estrategia se centran en aumentar la heterogeneidad del paisaje, creando espacios abiertos y variaciones en la densidad del arbolado. Esto puede lograrse mediante aclareos de densidad variable que generen espacios abiertos y áreas de mayor densidad. Muchas veces, incendios previos pueden ser una buena oportunidad para empezar a diseñar y anclar paisajes más resilientes. Bien sea por tratamientos selvicolas y por incendios precedentes, estos espacios y heterogeneidad permiten la regeneración de especies nativas que pueden estar subrepresentadas, promoviendo una mayor diversidad de especies, edades y estructuras. En un paisaje postincendio, las intervenciones podrían también incluir la regeneración natural asistida o el favorecimiento de la vegetación mejor adaptada que aparece tras la perturbación. Así, le damos una oportunidad a las plántulas de árboles que han logrado emerger tras el fuego y que son sin duda, una gran apuesta para lidiar con las condiciones ambientales actuales y seguramente futuras.

Transición: guiar el ecosistema hacia un nuevo futuro

La transición es la estrategia más proactiva y más apropiada para ecosistemas donde la vuelta a las condiciones históricas o pasadas no es factible. En este enfoque, se acepta que el ecosistema debe cambiar, guiándolo activamente hacia un nuevo estado más adaptado al clima y a los regímenes de incendios que ofrece el contexto actual y futuro.

Esto implica tomar decisiones audaces, como la introducción o el favorecimiento de especies forestales más tolerantes a la sequía, determinadas plagas o enfermedades forestales y a los incendios y que puede ser que ya creciesen o no históricamente en la zona a gestionar, pero que se si espera que lo hagan en las nuevas condiciones climáticas. Alternativamente, se puede impulsar intencionalmente el crecimiento de especies menos susceptibles al fuego y otras perturbaciones naturales, con el fin de crear una composición y estructura de la masa forestal que sea inherentemente menos inflamable. Esta gestión forestal en busca de una transición, pretende crear paisajes y bosques con una estructura y composición totalmente nuevas, que sean más sostenibles en un contexto de cambio climático, con un régimen de incendios totalmente alejado de lo natural.




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Una mirada multidisciplinar a un desafío complejo

Toda gestión forestal debe establecer unos objetivos claros y realizables, y debe apoyarse en herramientas y tecnologías que permitan tomar decisiones y generar actuaciones con todo el rigor y profesionalidad posible, de la forma más minuciosa y meticulosa. Por supuesto, es necesaria una asignación de recursos humanos y económicos de alcance. Allá donde sea posible y teniendo en cuenta la realidad forestal (por ejemplo, la propiedad del monte, el carácter productor o protector del mismo, su diversidad y heterogeneidad, origen, usos, etc.) debemos apostar por la combinación de estrategias que nos brinda la gestión forestal adaptativa, asegurando la multifuncionalidad de los ecosistemas forestales, la generación de servicios ecosistémicos y el equilibrio entre la conservación de los ecosistemas, el aprovechamiento responsable de los recursos y el bienestar social y económico de las comunidades vinculadas al monte. Solo de esta manera se podrán garantizar bosques y comunidades capaces de afrontar los retos del cambio climático y de las nuevas demandas de la sociedad en su conjunto.

En última instancia, el éxito de la gestión adaptativa en paisajes postincendio dependerá de un proceso de aprendizaje continuo y un enfoque multidisciplinar. Los desafíos que enfrentamos con el cambio climático y los nuevos regímenes de incendios son tan complejos que no pueden ser resueltos desde una única perspectiva. Requieren la integración de múltiples campos del conocimiento.

Proyectos de investigación y seguimiento a gran escala y en el marco de la silvicultura adaptativa para el cambio climático son cruciales, ya que crean un modelo operativo para la toma de decisiones. Estos proyectos no solo evalúan la efectividad de las estrategias de resistencia, resiliencia y transición, sino que también actúan como laboratorios donde técnicos gestores, científicos, políticos, empresas y sociedad civil pueden colaborar y aprender juntos.

La gestión forestal del futuro no debería imponer un plan único, sino aplicar un conjunto de enfoques flexibles, basados en el conocimiento científico y desarrollados a través de la colaboración participativa, de manera que se asegure a las generaciones futuras que los ecosistemas forestales conservarán su integridad y seguirán siendo una realidad posible

The Conversation

Manuel Esteban Lucas-Borja no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Estrategias de gestión forestal para adaptar el paisaje a un mundo más cálido y proclive a los incendios – https://theconversation.com/estrategias-de-gestion-forestal-para-adaptar-el-paisaje-a-un-mundo-mas-calido-y-proclive-a-los-incendios-263505

¿Y pudiéramos hablar con los supervivientes del Holocausto en un museo?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Cristina de Juana Ortín, Personal docente e investigador, miembro del grupo de investigación ART-QUEO, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

Los colosales ídolos de Bameean Alexander Burnes, 1834.

¿Y si en un museo de historia pudiéramos hablar con los supervivientes del Holocausto? ¿O volver a ver estatuas milenarias desaparecidas? ¿Qué tal si cientos de estudiantes pudieran explorar objetos antiguos por todos sus ángulos, sin necesidad de tocarlos?

Las vitrinas, cartelas y visitas guiadas que solían acompañar al patrimonio cultural, en los últimos años han dado paso a pantallas, audioguías, códigos QR y otras tecnologías inmersivas, en la búsqueda de nuevas formas de cautivar al público.

Así, uno de los recursos más llamativos en los museos del siglo XXI es el uso de hologramas de realidad aumentada: proyecciones tridimensionales que dan la sensación de presencia real sin necesidad de gafas ni dispositivos.

En algunos casos, se trata de pantallas LCD/LED o proyectores junto con técnicas como el Pepper’s Ghost –técnica de ilusionismo que, mediante espejos, refleja una imagen como si estuviera delante del público–, mallas holográficas o paneles de vidrio inclinados que reflejan una imagen para que parezca tridimensional.

Una figura iluminada fuera de la vista de la audiencia, bajo el escenario, es reflejada en un panel de cristal entre el actor y el público, de forma que el
Le Monde Ilustré, 1865.

Eso sí, cada propuesta debe partir de una investigación rigurosa sobre la pieza patrimonial, su contexto histórico y simbólico, y se codiseña junto a especialistas. Así, se asegura que la digitalización no vacía el contenido, sino que refuerza la dimensión humana y pedagógica.

Budas resucitados

En la región de Bamiyán, Afganistán, dos monumentales estatuas budistas del siglo VI fueron destruidas en 2001 por los talibanes, dejando nichos vacíos en los acantilados. En 2015, cineastas chinos crearon una instalación temporal que proyectaba hologramas de alta tecnología dentro de esos nichos, recreando en luz la forma original de los Budas.

Miles de espectadores pudieron contemplar las figuras “resucitadas” mediante tecnología volumétrica. El hecho de poder ver de nuevo aquello que se había perdido es una forma más de involucrar a la población en la puesta en valor del patrimonio.

Una de las estatuas de Buda que se encontraban en el valle de Bāmiyān, en Afganistán central, destruidas en 2001.
Wikimedia Commons., CC BY

Memoria del Holocausto

El patrimonio ayuda a que la memoria colectiva no se pierda. En este contexto, Heather Maio, que había trabajado como diseñadora de exposiciones con supervivientes del Holocausto durante años, quería que las generaciones futuras tuvieran la misma oportunidad de interactuar con ellos, y tuvo una idea.

Se le ocurrió hacer entrevistas grabadas que, en el futuro, se convirtieran en hologramas interactivos de sus protagonistas. Pinchas Gutter fue el primero en ser entrevistado, en una burbuja rodeada de luces y más de 20 cámaras. El objetivo era elaborar un formato que, a medida que la tecnología y la proyección 3D avanzan, permita crear hologramas cada vez más realistas, teniendo previamente todos los ángulos necesarios de la imagen.

Pinchas Gutter es un polaco sobreviviente del Holocausto judío, que participa en la exposición holográfica.
Wikimedia Commons., CC BY

De los más de 20 hombres y mujeres que han participado hasta ahora en el proyecto, tres ya han fallecido. Pero gracias a esta tecnología, pueden seguir respondiendo preguntas muchos siglos después del terror nazi.

Hablar con los muertos

El recrear personas reales no es del todo novedoso. En 2023, en el Musée d’Orsay de París, durante la exposición Van Gogh in AuverssurOise, se presentó el proyecto “Hello Vincent”, una recreación interactiva de Van Gogh que permite a los visitantes conversar con él gracias a una IA entrenada con sus cartas personales. Aunque no es un holograma óptico, esta interfaz resulta atractiva para el público.

Una reproducción de Van Gogh habla con los visitantes del Museo Orsay en París.
Jumbo Mana.

Sin embargo, el uso de hologramas o IA para recrear testimonios de personas fallecidas plantea dilemas éticos sobre el consentimiento póstumo, la autenticidad del mensaje y el riesgo de trivializar la experiencia del protagonista. Por eso, la clave siempre debe estar a estar en el respeto, la documentación rigurosa y el propósito educativo.

Tocarlo todo, por todos lados

Otra de las experiencias más recientes es la del Imperial War Museums y el Science Museum de Reino Unido, que se han asociado con una empresa de tecnología avanzada de realidad aumentada (RA) para crear exposiciones holográficas. El proyecto emplea una plataforma de RA de escritorio conocida como HoloSDK, que permite visualizar objetos en tres dimensiones en un entorno doméstico o escolar, sin necesidad de dispositivos inmersivos complejos.

Utilizando un monitor 2D convencional, una cámara web y seguimiento de movimiento de cabeza, esta tecnología genera una ilusión de profundidad y volumen que simula la experiencia de observar un holograma real. Así, logra una interacción visual envolvente, que ha sido implementada en programas educativos destinados a más de 20 000 estudiantes del Reino Unido y Tailandia.

El futuro, de la mano de nuestro legado cultural

El patrimonio cultural, a menudo tratado como una herencia inamovible, cobra en estos proyectos una dimensión viva, que invita a jugar y hacerse preguntas. ¿Puede un holograma emocionar? ¿Puede despertar conciencia histórica? La experiencia apunta que sí. Pero el verdadero reto no es visual, sino epistemológico: cómo narrar el pasado sin encerrarlo, cómo hacerlo parte del presente, sin reducirlo a espectáculo.

Aunque existen limitaciones para su implementación relacionadas con su alto coste, la dificultad de mantenimiento o ciertas cuestiones éticas, la solución está en seguir trabajando para escalar dicha tecnología. Y, por supuesto, en usarla como herramienta narrativa al servicio del conocimiento, no como fin en sí mismo.

Porque, cuando el patrimonio se activa desde la tecnología y el pensamiento crítico, deja de ser un objeto para contemplar. Se convierte en una experiencia para imaginar el futuro a partir de la herencia de nuestra historia como seres humanos.

The Conversation

Cristina de Juana Ortín no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ¿Y pudiéramos hablar con los supervivientes del Holocausto en un museo? – https://theconversation.com/y-pudieramos-hablar-con-los-supervivientes-del-holocausto-en-un-museo-262482

Los guardabosques están quemando el desierto en Australia para evitar que se propaguen incendios intensos y destructivos

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Rohan Fisher, Research fellow, Charles Darwin University

KLC/Ewan Noakes, CC BY-ND

Aunque todavía es invierno, la temporada de incendios ya ha comenzado en el árido centro de Australia. Aproximadamente la mitad del Parque Nacional Tjoritja West MacDonnell, al oeste de Alice Springs, se ha quemado este año.

La propagación de la hierba Cenchrus ciliaris se considera un factor clave. Esta planta invasora ha sido clasificada como la mayor amenaza medioambiental para las culturas y comunidades indígenas australianas debido al daño que puede causar al desierto.

Las lluvias generalizadas asociadas al ciclo climático de La Niña provocan un auge en el crecimiento de esta especie vegetal. Cuando vuelven los periodos de sequía, las plantas y la hierba se secan y se convierten en combustible potencial para incendios masivos.

Estos incendios a menudo pasan desapercibidos porque casi todos los australianos viven cerca de la costa. Pero pueden ser enormes. En 2011, se quemaron más de 400 000 kilómetros cuadrados, aproximadamente la mitad del tamaño de Nueva Gales del Sur.

Después de tres años de lluvias provocadas por La Niña, nos encontramos en una situación similar, o incluso peor. Las autoridades responsables de la lucha contra incendios advierten de que hasta el 80 % del Territorio del Norte podría arder esta temporada de incendios.

Por eso, decenas de grupos de guardabosques indígenas de 12 áreas protegidas indígenas han estado trabajando duro en una colaboración sin precedentes, quemando para reducir la carga de combustible antes del calor del verano. Hasta ahora, han quemado 23 000 kilómetros cuadrados en los desiertos de Great Sandy, Tanami, Gibson y Great Victoria.

Guardabosques indígenas
Guardabosques Yilka quemando con antorchas de goteo.
Rohan Carboon/Indigenous Desert Alliance, CC BY-ND

Quema de tierras áridas

Australia cuenta actualmente con 82 áreas protegidas indígenas, que abarcan más de 87 millones de hectáreas de tierra. Eso supone la mitad de toda la reserva de territorio protegido, y está creciendo rápidamente como parte de los esfuerzos para proteger el 30 % de las tierras y aguas de Australia para 2030. Estas áreas son gestionadas por grupos indígenas, y el fuego es una parte vital de la gestión.

Esta animación muestra las quemas de controladas realizadas por guardabosques indígenas en el desierto de Tanami en 2023. North Australia Fire Information, firenorth.org.au.

El objetivo es proteger contra los devastadores incendios forestales de verano, que son más destructivos. Sin los guardabosques indígenas que gestionan de forma experta los desiertos mediante la gestión de incendios a escala paisajística, estas tierras protegidas correrían el riesgo de deteriorarse.

Como dice Braeden Taylor, coordinador de Karajarri Ranger:

Un gran incendio forestal lo destruye todo, destruye el país. El primer objetivo es quemar un poco el suelo y luego quemar desde el aire, de esa manera sabemos que todo está protegido. Con el helicóptero y el avión, podemos acceder a zonas del país a las que es difícil llegar en vehículo. Puede que no se haya quemado en mucho tiempo y podemos romper esta tendencia.

Es bueno trabajar con otros grupos. Los incendios que se inician en su lado pueden llegar hasta nosotros y los incendios en el nuestro pueden llegar hasta ellos. Trabajando juntos nos protegemos mutuamente, cuidando de nuestros vecinos.

Guardabosques indígenas
La guardabosques ngurrara Regina Thirkall y Hannah Cliff, de la Alianza Indígena del Desierto, y la guardabosques ngurrara Sumayah Surprise en Kuduarra, preparándose para la quema aérea.
Tom Montgomery/Alianza Indígena del Desierto, CC BY-ND

Entonces, ¿cómo recorren los guardabosques distancias tan largas? Estas áreas protegidas son extremadamente remotas. A menudo no hay acceso por carretera o este es muy limitado. Por lo tanto, trabajan desde el aire y, cuando es posible, desde tierra. El programa de incendios forestales de los guardabosques se basa en helicópteros y dispositivos incendiarios. Este año, han pasado 448 horas en el aire, recorriendo 58 457 kilómetros y lanzando 299 059 dispositivos incendiarios.

Cuando los incendiarios tocan el suelo, comienzan a arder. No todos los incendiarios alcanzan el lugar adecuado, por lo que se necesita tiempo para garantizar que se produzca una buena combustión. Estas tierras áridas suelen tener más hierba que árboles, por lo que los incendios se desplazan por el suelo y no alcanzan una intensidad excesiva.

quemas aéreas
Esta imagen muestra las líneas de vuelo de las quemas aéreas prescritas (APB) en 2022 y 2023.
Indigenous Desert Alliance, CC BY-ND

Los guardabosques combinan las quemas aéreas con quemas terrestres a pequeña escala utilizando antorchas de goteo alrededor de las zonas sensibles. El objetivo es garantizar la protección de los sitios culturales y de especies amenazadas como el bilbi, el perico nocturno y el gran eslizón del desierto.

Esto es de vital importancia, dado que alrededor del 60 % de las especies de mamíferos del desierto ya se han extinguido en los últimos 250 años, mientras que muchas otras han visto reducida su área de distribución. Los cambios en los regímenes de incendios son un factor importante en estas disminuciones.

quema aérea desde un helicóptero
Vista desde un helicóptero durante una quema aérea planificada en Haasts Bluff Aboriginal Land Trust.
Indigenous Desert Alliance, CC BY-ND

El fuego puede forjar la comunidad

Estos proyectos de quema que abarcan todo el desierto brindan a los propietarios tradicionales la posibilidad de ver el país, compartir su cultura y transmitir sus conocimientos de generación en generación.

Como dice Ronald Hunt, guardabosques de Ngaanyatjarra:

Cuando quemamos, se limpia toda la hierba espinosa y, cuando llega la lluvia, todo vuelve a crecer fresco. Es bueno para los animales, los alimentos silvestres y todo lo demás. Es bueno usar el helicóptero para llegar a lugares de difícil acceso. Es bueno trabajar junto con otros grupos, compartir historias y cuidar el país. Ellos tienen sus historias y nosotros las nuestras, y luego nos unimos para trabajar.

quemada de terreno en Haasts Bluff
Observando la quema desde el terreno con el guardabosques Anangu Luritjiku Preston Kelly en Haasts Bluff Aboriginal Lands Trust.
Andre Sawenko, CC BY-ND

En los últimos años, ha habido un gran interés por la gestión indígena de los incendios, especialmente tras la devastación causada por los incendios del “verano negro” de 2019-2020.

El objetivo es pasar de los incendios incontrolados, en los que se acumula combustible hasta que se producen grandes incendios forestales devastadores, a los incendios controlados, regímenes de incendios basados en la cultura y dirigidos por los propietarios tradicionales.

quemas vistas por satélite
Imagen satelital Sentinel 2 de las quemas en el Gran Desierto Arenoso el 21 de marzo de 2025.
Contiene datos modificados de Copernicus Sentinel (2023), procesados por EO Browser, CC BY-ND

Estos incendios se realizan con regularidad, con pequeños incendios de diversa intensidad que producen un mosaico a pequeña escala de vegetación en diferentes etapas de recuperación y mantienen la vegetación que no se ha quemado durante mucho tiempo como refugios seguros para la fauna y la flora.

Investigaciones recientes muestran que el retorno a estos regímenes de incendios adecuados a escala paisajística está teniendo un efecto real. En las zonas donde se lleva a cabo, el paisaje desértico está volviendo a un patrón complejo de quemas en mosaico, similar al que existía antes de la colonización.

Estos esfuerzos a gran escala deberían hacer que el país se mantenga saludable y a prevenir los peligrosos incendios.

The Conversation

Rohan Fisher ha sido consultor de la Alianza Indígena del Desierto.

Boyd Elson es director de la Alianza Indígena del Desierto.

ref. Los guardabosques están quemando el desierto en Australia para evitar que se propaguen incendios intensos y destructivos – https://theconversation.com/los-guardabosques-estan-quemando-el-desierto-en-australia-para-evitar-que-se-propaguen-incendios-intensos-y-destructivos-263735

Los trabajos de la IA para sostener el mundo

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Paula Alvaredo Olmos, Profesora Titular en Ciencia e Ingeniería de Materiales, Universidad Carlos III

Las inteligencias artificiales trabajan para conseguir materiales sostenibles en un mundo amenazado. Pexels, CC BY

Probablemente usted ya use ChatGPT para pedirle una receta, resolver una duda, preparar una clase o entender un tema complicado. Pero el poder de las IA generativas va mucho más allá.

En laboratorios, centros tecnológicos e industrias de todo el mundo, estamos utilizándolas para afrontar algunos de los mayores desafíos del planeta: generar energía de forma más eficiente, reducir las emisiones del transporte y diseñar materiales con menor impacto ambiental. Las IA están ayudándonos a imaginar soluciones posibles a las que los humanos no podemos llegar solos.

En mi campo de especialidad, la inteligencia artificial está dando forma conceptual a los materiales con los que construiremos un futuro que pueda ser sostenible.

Materiales en condiciones extremas

Uno de los grandes retos de la transición energética es encontrar materiales capaces de soportar condiciones extremas. Lo vemos, por ejemplo, en la energía solar de concentración, una interesante alternativa de renovables que almacena calor en sales fundidas para generar electricidad incluso cuando no hay sol.

Las torres de energía solar de concentración de Ivanpah. Es una de las mayores plantas termosolares del mundo, situada en el desierto de Mojave (California, Estados Unidos)
Wikimedia commons, CC BY

Hoy se utilizan sales de nitratos que operan hasta 560 °C, pero se investigan cloruros fundidos, capaces de trabajar a 780 °C y almacenar más energía. El problema es que a esa temperatura se vuelven altamente corrosivos, y los metales convencionales no resisten durante largos periodos.

Algo parecido ocurre en el sector de la aeronáutica. Las turbinas de los aviones funcionan a temperaturas altísimas: cuanto mayor es la temperatura, mayor la eficiencia, menos combustible se consume y menos emisiones se generan.

Pero superar los 1 000 °C exige materiales que no se deformen ni se oxiden bajo condiciones extremas. En ambos casos –turbinas y sales corrosivas– necesitamos metales que aún no existen en el mercado.

Las aleaciones de alta entropía

Aquí entran en escena las aleaciones de alta entropía, un tipo de materiales que desde 2004 ha revolucionado la metalurgia.

A diferencia de las aleaciones tradicionales, formadas en torno a un elemento principal como hierro o níquel, estas combinan cinco o más elementos en proporciones similares. Este cambio abre un espacio de diseño casi infinito abarcando un gran número de combinaciones posibles en toda la tabla periódica, lo que da lugar a propiedades diversas como gran resistencia mecánica a altas temperaturas o excelente comportamiento frente a corrosión y oxidación.

La IA permite evaluar millones de composiciones de forma rápida, identificando las más prometedoras y reduciendo el tiempo necesario para pasar de una hipótesis a un material real. Lo que antes era un laberinto inabarcable ahora se recorre con brújula.

Por ejemplo, si lo que buscamos en las centrales termosolares es una aleación capaz de resistir los cloruros fundidos a 780 °C, o si pretendemos mantener su resistencia mecánica por encima de los 1 000 °C en una turbina de un avión, la IA puede cribar el espacio de opciones y señalar los candidatos más viables.

La dependencia de China para las baterías

También en el campo de las baterías se hace evidente la urgencia de innovar en materiales, y las IAs están trabajando en ello.

La creciente electrificación del transporte y el despliegue de tecnologías de almacenamiento energético dependen hoy en gran medida de materiales críticos como el litio, el cobalto, el níquel o el grafito, empleados en baterías de iones de litio.

Sin embargo, estos elementos no solo plantean desafíos ambientales y tecnológicos, sino también geopolíticos.

La cadena de suministro está fuertemente concentrada, con China controlando buena parte del procesado y refinado global de muchos de estos materiales estratégicos, así como una influencia creciente sobre la extracción de cobalto en África Central. Esta dependencia limita la autonomía tecnológica de regiones como Europa y las expone a tensiones comerciales o restricciones de exportación, como ya ha ocurrido con otros metales clave como el galio o el germanio.

El desarrollo de nuevas composiciones que reduzcan o eliminen la necesidad de estos elementos se ha convertido en una prioridad científica e industrial.

Son esenciales nuevos materiales para electrodos o electrolitos sólidos, más abundantes, reciclables y con menor huella ambiental, para garantizar baterías más sostenibles, accesibles y resistentes a los vaivenes del contexto internacional.

Solo con IA

La inteligencia artificial, aplicada al diseño de materiales, abre una vía prometedora para identificar alternativas con propiedades funcionales similares, pero fabricadas a partir de elementos más seguros, más locales y más sostenibles.

El reto, sin embargo, es explorar ese océano de combinaciones. Con métodos tradicionales basados en ensayo y error resultaría lento y costoso.

El alimento de las inteligencias artificiales

Diseñar con inteligencia artificial no significa pulsar un botón y obtener la respuesta perfecta. Todo depende de los datos disponibles. Generar información fiable mediante experimentos, estandarizar bases de datos y compartir resultados entre centros de investigación es hoy una prioridad. Sin esa base, los modelos de IA no pueden aprender ni producir predicciones sólidas.

Cuando no se dispone de datos experimentales, otra herramienta esencial es la simulación computacional. Modelos físicos y químicos permiten anticipar cómo se comportaría un material bajo ciertas condiciones y generar datos sintéticos que alimentan a los algoritmos de IA. De este modo, el progreso no depende solo de lo ya probado en el laboratorio, sino también de lo que puede predecirse con ayuda de la física.

Descubrimientos guiados por el diseño

Este enfoque encaja con lo que se denomina design-driven discovery, o descubrimiento guiado por el diseño.

A diferencia de la lógica tradicional –llamada material-driven–, en la que se parte de un material existente y se observa qué propiedades tiene, el enfoque design-driven comienza definiendo qué propiedades necesitamos (por ejemplo, resistencia a la corrosión a 780 ⁰C en el caso de los paneles solares) para buscar después las combinaciones químicas capaces de cumplirlas.

En lugar de descubrir lo que un material puede hacer, diseñamos directamente el que necesitamos que lo haga. Y la inteligencia artificial es la herramienta que hace posible ese giro.

La IA es una aliada estratégica si queremos que el mundo se sostenga.

The Conversation

Paula Alvaredo Olmos recibe fondos de AEI Agencia Estatal de Investigación.

ref. Los trabajos de la IA para sostener el mundo – https://theconversation.com/los-trabajos-de-la-ia-para-sostener-el-mundo-263642

Colombia necesita tecnología y digitalización para consolidar la paz

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Roberto García Alonso, Associate Professor of Political Science, Universidad de La Sabana

shutterstock

La consolidación de la paz en Colombia no solo depende del cese de las hostilidades: pasa también por la creación de un horizonte de desarrollo económico y social que promueva la inclusión y el desarrollo sostenible. En este contexto, el concepto de Tech4Peace –o tecnologías para la paz, es decir, el uso estratégico de la tecnología para apoyar los procesos de paz– adquiere un papel central.

Investigaciones recientes resaltan que la conectividad digital, la ética empresarial y el emprendimiento constituyen ejes fundamentales para el desarrollo de proyectos de desarrollo en territorios afectados por el conflicto armado.

Inclusión digital y brechas estructurales

En América Latina, la brecha digital es una barrera para el desarrollo equitativo. Al analizar los 33 países de la región, vemos que el porcentaje de personas que usan internet es un predictor más relevante que la cobertura de banda ancha del índice de desarrollo humano (IDH), el indicador desarrollado por Naciones Unidas para medir el progreso de los países en salud, educación y nivel de vida.

En Colombia, esto cobra especial relevancia en los municipios más afectados por el conflicto armado, donde el acceso a internet sigue siendo limitado y desigual. En un intento de paliar la falta de oportunidades, el Estado colombiano ha establecido en ellos el Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET).

Estudios recientes sugieren que priorizar el uso efectivo de internet en entornos rurales –mediante ofertas diferenciadas geográficamente y acompañamiento formativo– puede generar procesos de inclusión y participación ciudadana.

Automatización y empleo

En América Latina hay un claro contraste entre el bajo nivel de adopción de las nuevas tecnologías (particularmente de la IA) en los sectores tradicionales y el alto grado de innovación de las grandes empresas.

La transformación digital es un pilar para el desarrollo económico y social de las regiones y, además, tiene implicaciones medioambientales. La adopción responsable de la inteligencia artificial requiere, además de infraestructura, formación técnica, adaptaciones en la cultura corporativa y desarrollo de marcos éticos, soberanía digital y una gran disponibilidad de energía eléctrica y agua.




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Un estudio basado en encuestas a trabajadores colombianos de empresas medianas y grandes analizó el papel que juegan valores humanos como la honestidad, la colaboración y el compromiso en los avances de la digitalización industrial (Industria 4.0) y en la percepción de seguridad laboral de los trabajadores.

Frente a los discursos que avisan de los riesgos de la automatización y la IA en el futuro del trabajo, los resultados de esta investigación muestran que dichos valores funcionan como atenuantes frente al miedo al reemplazo laboral y abren la posibilidad de una adaptación tecnológica ética y sostenible.

Esta evidencia empírica respalda la necesidad de diseñar políticas públicas que fomenten la relación entre la tecnología y la ética organizacional. Colombia, a través de sus planes nacionales de desarrollo, ha priorizado la actualización del talento humano y la transformación digital como claves para la productividad en contextos digitales.




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Inteligencia artificial para el bien común

La aplicación de IA genera transformaciones disruptivas no solo para el sector privado sino también para el sector público. Estudios recientes indican que el uso de la IA puede mejorar la eficacia de las políticas y los procesos públicos tanto por la reducción de costes sino como por la capacidad de analizar datos, reconocer patrones sospechosos y emitir alertas a las autoridades. Así, su aplicación podría transformar las políticas públicas en países en desarrollo, como los de la región de América Latina y el Caribe.




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En medio de las preocupaciones actuales sobre la ética en la digitalización y la privacidad de los datos, el Estado colombiano ha desarrollado marcos normativos e institucionales para el uso de la IA:

  • El marco ético para la IA, que considera factores como la transparencia, la privacidad, el control humano de las decisiones, la seguridad, la responsabilidad, la no discriminación, la inclusión, la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, y el beneficio social.

  • La política nacional de inteligencia artificial.

Digitalización y emprendimiento

El emprendimiento es una herramienta eficaz para reconstruir el tejido social en zonas posconflicto. Crear empresas genera empleo y dinamiza las economías locales. Sin embargo, en un mundo cada vez más digitalizado, para que eso ocurra es clave el fortalecimiento de capacidades digitales.

Las nuevas tecnologías ofrecen a las comunidades más vulnerables una vía de inclusión económica (por ejemplo, a través del desarrollo del comercio electrónico de los productos locales: artesanías, producción agrícola, etc.). No obstante, para ello se necesita acompañamiento técnico y visibilizar el trabajo y el producto desarrollado por dichas comunidades.




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Una agenda para la innovación

Incorporar las tecnologías digitales en contextos posconflicto no debe ser vista solo como una apuesta por la eficiencia: es también una oportunidad para la construcción de la paz en Colombia. Con el desarrollo de políticas de conectividad y marcos éticos robustos, y el uso estratégico de las aplicaciones de IA, los desafíos estructurales se pueden transformar en oportunidades de desarrollo sostenible.

Los trabajos recientes de investigadores colombianos ofrecen datos valiosos para la formulación de políticas públicas y la implementación de proyectos de Tech4Peace en el país. En última instancia, una paz duradera requiere no solo la ausencia de violencia, sino también de saber aprovechar las oportunidades que la transformación digital ofrece para la construcción de paz en los territorios que se han visto afectados por la violencia.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Colombia necesita tecnología y digitalización para consolidar la paz – https://theconversation.com/colombia-necesita-tecnologia-y-digitalizacion-para-consolidar-la-paz-262674

Bolivia estrena ciclo político con dos aspirantes al alza, pero el MAS y Evo Morales pueden movilizar las calles

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Carmen Beatriz Fernández, Profesora de Comunicación Política en la UNAV, el IESA y Pforzheim, Universidad de Navarra

Rodrigo Paz (derecha) y Tuto Quiroga (izquierda), candidatos a la presidencia de Bolivia. Asamblea Legislativa Plurinacional/Jallallabolivia, CC BY-SA

El domingo 17, Bolivia votó sus elecciones presidenciales en primera vuelta y, al hacerlo, abrió una nueva etapa de su historia política. La jornada no solo evidenció sorpresas electorales, con un resultado ajustado que aboca a una segunda ronda el 19 octubre entre Rodrigo Paz y Tuto Quiroga, sino que sentó las bases de un cambio de ciclo, con una ciudadanía desencantada y un sistema partidista en mutación.

Las elecciones generales marcaron un punto de inflexión. Por un lado, porque el hasta ahora partido hegemónico, el Movimiento Al Socialismo (MAS), perdió el control del Parlamento tras dos décadas de dominio. Pero además, el voto popular expresó un rechazo contundente tanto al Gobierno de Luis Arce como a las maniobras de Evo Morales.

El referido cambio de ciclo político en el país andino se produce en medio de un malestar social que alcanza niveles récord. Según la consultora Ipsos-Ciesmori, el 94 % de los bolivianos cree que el país va por el camino equivocado (encuesta del tercer trimestre 2024).

Este desencanto se expresó de muchas formas en las urnas, pero una de ellas resulta particularmente reveladora: las cartas estaban echadas tras la enorme distancia entre la percepción ciudadana y la narrativa oficial.

Reconocer a Maduro supuso un lastre

La misma encuesta de Ipsos mostraba que un 84 % de los bolivianos rechaza el reconocimiento que dio el Gobierno de Arce a Nicolás Maduro como ganador de las elecciones venezolanas. Esa decisión política de alinearse con Caracas, impopular y cada vez más percibida como un lastre, contribuyó a socavar al oficialismo. El intento de blindarse en alianzas externas no funcionó en un contexto en el que la mayoría de la ciudadanía exigía soluciones concretas a problemas internos como la inflación, el estancamiento económico o la inseguridad.

La jornada electoral del domingo movilizó a casi ocho millones de bolivianos. El resultado de esta primera vuelta sorprendió porque se impuso con claridad Rodrigo Paz. El aspirante, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora y de la española Carmen Pereira, ni siquiera aparecía en encuestas preliminares y tuvo nula inversión en publicidad digital.

Paz logró conectar con el malestar social y convertirse en un mensajero más fresco. Su campaña supo leer los signos de un cambio inevitable y, en un gesto audaz, cerró en El Alto, bastión tradicional del MAS. Ese acto simbólico parece haberle abierto las puertas a buena parte del voto indígena, históricamente determinante en Bolivia.

El oficialismo llegó dividido a la contienda. El candidato ungido, Andrónico Rodríguez, no solo cargaba con el desgaste del gobierno de Arce, sino también con la fractura interna del MAS. Evo Morales, en vez de apoyar a su exaliado, llamó al voto nulo. Su apuesta era mostrar que él seguía siendo el verdadero caudillo, incluso si eso significaba disparar contra su propio partido. Casi uno de cada siete bolivianos lo escuchó, con un voto nulo que llegó hasta el 18 %, cuando históricamente ha sido cercano al 5 %, lo cual muestra que Evo conserva cierta capacidad de influencia.

Sin embargo, esa decisión miope se convirtió un búmeran: redujo la representación parlamentaria de su movimiento a niveles ínfimos y dejó en entredicho su capacidad real de movilización.

El parteaguas de 2016

Este desenlace obliga a releer una historia que comenzó en 2016, cuando Evo Morales perdió un referéndum popular que buscaba modificar la Constitución para permitirle un cuarto período de gobierno. Entonces aún tenía alrededor del 60 % de aprobación, pero muchos de sus propios simpatizantes coincidían en que no era correcto cambiar las reglas por el deseo de dos dirigentes, Morales y el vicepresidente Álvaro García, de perpetuarse en el poder.

Bolivia le dijo “no” en voz alta hace nueve años, pero Evo nunca se resignó. Desde entonces, buscó todos los vericuetos posibles para seguir siendo candidato, sin aceptar el veredicto popular.

En la elección del pasado domingo cometió un error estratégico de gran magnitud: pudo haber mantenido un bloque parlamentario fuerte con sus leales, pero prefirió jugar contra el sistema y apostar por el voto nulo. Hoy intenta presentar esa derrota como una victoria narrativa, pero lo cierto es que es muy difícil capitalizar políticamente un voto que niega las opciones en disputa.

Aquí surge una ironía de la historia. En política importa tanto el modo de entrar como en el que se sale. Evo Morales tuvo la oportunidad de despedirse como un líder exitoso y como un demócrata que supo ceder. Prefirió, en cambio, el camino del desgaste y del personalismo.

Un MAS con músculo social

Mientras tanto, el presidente saliente, Luis Arce, parece haber entendido mejor la importancia del legado: cada vez que insiste en que “rescató la democracia” refuerza su propia figura y hunde un poco más la de Evo.

La dimensión parlamentaria del resultado merece un análisis adicional. El MAS quedó reducido a una mínima expresión, sin senadores y con una representación marginal en la cámara baja. Paradójicamente, esto no fortalece la gobernabilidad. La fuerza social y sindical que respalda al MAS sigue siendo mayor que la reflejada en el Parlamento, lo que podría anticipar nuevas tensiones en las calles y en la capacidad de los movimientos sociales para resistir o negociar con el nuevo Gobierno boliviano.

Evo apostó a jugar fuera del sistema, aunque el éxito no le será fácil: ya no es el joven y rebelde líder indígena de hace tres décadas, sino un burócrata desgastado, cegado por el amor propio y la venganza contra Arce.

Lo que se abre a partir de ahora es un escenario inédito. Paz, vencedor en la primera vuelta, se enfrenta al experimentado Tuto Quiroga en la segunda vuelta del 19 de Octubre 2025. Quienquiera que gane deberá gestionar un mandato de cambio en un país exhausto. Tendrá que responder a un electorado que, en un 94 %, pide un rumbo distinto, y lo hará en un contexto en el que los viejos liderazgos han quedado debilitados, pero no desaparecidos.

Poco o nada queda de la figura ascendente que representaba Evo Morales hace dos décadas, pero conserva redes, capital simbólico y la posibilidad de agitar. El MAS ya no es hegemónico, pero su músculo social lo convierte en un actor difícil de ignorar.

Bolivia cierra así una era política y abre otra cargada de incertidumbre. Lo hace, sin embargo, con la convicción ciudadana de que la democracia vale la pena y merece ser defendida. Y esa, al final del día, es la mejor garantía de futuro.

The Conversation

Carmen Beatriz Fernández es partte del Observatorio Complutense de Desinformación, y como tal observadora electoral del proceso boliviano en 2025.

ref. Bolivia estrena ciclo político con dos aspirantes al alza, pero el MAS y Evo Morales pueden movilizar las calles – https://theconversation.com/bolivia-estrena-ciclo-politico-con-dos-aspirantes-al-alza-pero-el-mas-y-evo-morales-pueden-movilizar-las-calles-263428

Los incendios, otro grito de socorro del mundo rural

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Eduardo Rojas Briales, Profesor permanente laboral; ciencia e ingeniería forestal (selvicultura, repoblaciones, infraestructuras verdes, gobernanza, cooperación, recursos forestales globales, incendios, Universitat Politècnica de València

En los últimos unos días, diferentes incendios están afectando a una extensa superficie de España, con especial virulencia en las comunidades de Extremadura, Castilla y León y Galicia. A consecuencia del rápido y agresivo avance del fuego y la simultaneidad de los incendios, los sistemas de extinción se han visto superados, se han evacuado varios pueblos y muchos vecinos se han visto obligados a combatir las llamas con sus propios medios.

El mundo rural está sufriendo las consecuencias de estos incendios mal llamados forestales, dado que afectan también a zonas agrícolas como vimos, por ejemplo, en el incendio de Torrefeta i Florejacs a principios de julio en Catalunya y a la interfaz urbano-forestal en el más reciente de Tres Cantos.

Abordar el reto del fuego no es sencillo, y menos en un medio tan intelectual y afectivamente lejano y menospreciado como el rural. La soluciones más efectivas se encuentran en la prevención, pero, aunque sabemos que esta es siempre preferible a las actuaciones de urgencia –es decir, extinción–, en materia de incendios parece que este conocimiento se evade o, incluso, se invierte.

Falsos culpables

Centrarse en la causa del incendio, en la culpabilidad de las especies que habitan los bosques, y apostar por más represión –más medios de extinción– parece ser la solución mágica de bastantes que adoptarían la posición opuesta si de temas sociales o sanitarios se tratase.

Todo ello se aliña con el argumento climático, tan incuestionable como estéril dado que por el mero hecho de apelar al mismo no se soluciona el problema. Aquí y ahora, somos responsables de abordar los problemas presentes en territorios concretos. Por mucho que avancemos en la transición energética, nos quedan lamentablemente muchas décadas con un clima complicado por delante.

El cambio climático no es la causa del reto de los incendios, sino que los exacerba y los hace más virulentos. Con un clima como el de hace cuatro décadas, la densidad de la masa forestal, su continuidad horizontal, la falta de accesibilidad y su estado de manifiesto abandono en un territorio prácticamente deshabitado serían ya una tremenda irresponsabilidad. Recordemos que los bosques han crecido en España en menos de 50 años un 62 % en extensión y un 338 % en biomasa acumulada y ocupan actualmente casi un 40 % del territorio.




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Una nueva mirada al mundo rural

Solo hay una solución, que pasa por crear paisajes mucho más resilientes recuperando la gestión forestal, la ganadería y la agricultura extensivas, así como la población en las zonas que el éxodo rural ha desangrado. Esto requiere cambios substantivos en la forma en que se asignan los presupuestos públicos, en la que se reconocen derechos de propiedad más allá de la tenencia habitual también a los servicios generados, en la que se planifican las infraestructuras y en la que se trata al medio rural superando toda inercia de tutela paternalista.

Hemos utilizado el medio rural casi siempre de forma gratuita para cualquier necesidad de la población urbana sin mínimas contraprestaciones. En él se ubican, por ejemplo, los aerogeneradores, los parques solares y los vertederos. Alojan los embalses, que han sido clave para el suministro eléctrico y de agua de regadío y potable. Ahora que las concesiones eléctricas de estos se extinguen, ¿por qué no cederlas a los municipios donde están ubicadas?

Una casa de pueblo y de fondo el humo y las llamas de un incendio
Incendio en la provincia de Ourense, agosto de 2025.
Guardia Civil

¿Nos hemos parado a pensar por qué las piernas de un futbolista conocido valen mucho más que los presupuestos forestales de una comunidad autónoma? ¿Por qué si los bosques españoles secuestran el 20 % de las emisiones de CO₂, este servicio clave para alcanzar la neutralidad en carbono no comporta retorno alguno para los dos millones de familias y las más de las pequeñas 3 000 entidades locales propietarias de montes?

La Unión Europea se dedica a restringir innecesariamente la gestión forestal sin competencias formales para ello. Sin embargo, impide que los bosques entren más allá que de refilón en la PAC cuando su aportación en términos de servicios ambientales y vertebración de las zonas más remotas y despobladas de su territorio supera con creces a la agricultura, que obviamente también merece apoyo, pero no en la proporción actual de 99 % a 1 % respectivamente.




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Beneficios que van más allá de prevenir incendios

Si recuperamos la gestión proactiva del territorio no solo ahorraremos en incendios, sino que tendremos más agua en ríos y embalses, más bioproductos neutros en carbono (madera, corcho, esparto,…), menor concentración de la población en las metrópolis, un patrimonio rural mejor conservado y unos alimentos mucho más saludables.

La ciencia nos confirma que las zonas formalmente protegidas se queman más. Por ello, no debemos pensar que una protección formal legal ya comporta de por sí la preservación de un entorno para prestar mucha más atención a su estado real y el de las poblaciones que allí desarrollan su proyecto vital. La investigación en los trópicos ha demostrado que allí donde se empodera a la población local, los bosques se preservan mejor.

Para superar este reto necesitamos solvencia y compromiso y no más ocurrencias que solo contribuyen a agravar el problema. Y para ello hemos de ser conscientes de que los incendios solo son la punta del iceberg del irresponsable abandono del 70 % del territorio español que como sociedad hemos perpetrado sigilosamente durante los últimos 70 años.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Los incendios, otro grito de socorro del mundo rural – https://theconversation.com/los-incendios-otro-grito-de-socorro-del-mundo-rural-263355

¿Son las mujeres detectives exclusivas de la ficción contemporánea?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Emilio L. Ramón García, Profesor Titular de Literatura, Universidad Católica de Valencia

Fotograma de la serie ‘Se ha escrito un crimen’ con Angela Lansbury interpretando a Jessica Fletcher. IMDB

Hoy en día es común encontrarnos mujeres policías o detectives en los relatos de misterio. La actriz Jamie Lee Curtis acaba de confirmar, de hecho, que está muy cerca de interpretar a Jessica Fletcher, la popular protagonista de la serie Se ha escrito un crimen a la que dio vida Angela Lansbury, en una nueva película.

Uno podría pensar que este fenómeno, el de las investigadoras, es relativamente reciente. Y ese pensamiento sería, hasta cierto punto, verdad. Después de todo, la literatura tiene miles de años y las detectives solo un par de siglos.

Sin la labor de escritoras como Margery Allingham, Minette Walters o Patricia Highsmith, que partieron del modelo del hard-boiled estadounidense, un subgénero del policiaco bastante violento protagonizado por un detective rudo y solitario, para subvertirlo, o sin las que cogieron el testigo como P. D. James, Marcia Muller, Sue Grafton o Sara Paretsky, la creadora de la detective V. I. Warshawski, ahora no tendríamos mujeres protagonistas en el género.

En España su testigo lo recogerían Lidia Falcón, Lourdes Ortiz o Maria Antònia Oliver.

Desde entonces, la profesionalización de las investigadoras ha crecido imparable. Patricia Cornwell, por ejemplo, creó a la doctora Kay Scarpetta: patóloga forense jefe del Virginia Medical center en Richmond, acostumbrada al uso de las armas y a lidiar con la violencia contra las mujeres tanto en lo personal como en lo profesional.

Dos mujeres hablan alrededor de unos huesos en una mesa forénsica.
Emily Deschanel como Temperance Brennan en la serie ‘Bones’.
IMDB

Kathy Reichs hizo lo propio con la doctora Temperance Brennan: antropóloga forense especializada en restos humanos cuyo grado de descomposición impide que sean analizados por un forense común. Brenan saltaría a la televisión en la serie Bones (2005-2017).

¿Cuándo empezó esto?

Durante siglos, las mujeres fueron representadas como víctimas que necesitaban ser rescatadas o como femme fatales, una figura cuyas raíces se insertan en la tradición bíblica con Lilith y Salomé y en la homérica con Circe.

Pero la escritora Ann Radcliffe presentó en 1974 a una mujer que, siendo víctima de un rapto, conseguía escapar usando métodos proto-detectivescos en Los misterios de Udolfo.

Con la llegada del XIX, mientras que las investigadoras creadas por escritores retomaban sus quehaceres domésticos una vez desvelado el misterio, las ideadas por mujeres solían continuar con sus pesquisas. Así ocurría en Susan Hopley, de Catherine Crowe, o en la novela The Leavenworth Case, de Anna Katharine Green, publicada una década antes de que apareciese la primera aventura de Sherlock Holmes.

En las décadas de 1860 y 1870 se hicieron muy populares en Gran Bretaña las sensation novels: relatos que combinaban el realismo con el romance y en los que aparecían mujeres cometiendo actos criminales, algo percibido como un riesgo para la estabilidad sociedad.

Portada de La primera detective de Andrew Forrester

Siruela

En Lady Audley’s Secret, de Mary Elizabeth Braddon, una dama de apariencia angelical comete varios asesinatos para mantener su lujoso tren de vida, hasta que un sobrino de su marido la descubre. Por aquellas fechas, Gabriela Zahara, la protagonista de El clavo (1880) de Pedro Antonio de Alarcón, mataba a su marido por su ruindad y porque no le permitía estar con quien ella amaba.

Escritores y escritoras retomaron la figura de la femme fatale, pero también comenzaron a aparecer las primeras detectives profesionales de las plumas de Andrew Forrester en La primera detective (1863-1864) y William Stephen Hayward en Revelations of a Lady Detective (1864).

Tras estas apariciones, hubo que esperar 80 años para que Federico Mediante crease la primera investigadora de la narrativa española, la agente secreta número doce Diana Fletcher, en La señorita detective (1944): una bella mujer, compendio de perfecciones, y una excelente profesional que no esquiva los riesgos, lo cual admira su jefe.

Mujeres que escriben, mujeres que investigan

Desde finales del XIX, el interés por la narrativa escrita por mujeres fue en aumento. Sin duda, las tramas de L. T. Meade supusieron un hito al incluir la investigación médica. La autora se sirvió de la inestimable ayuda del cirujano Edgar Beaumont y del doctor Robert Eustace para armar sus argumentos.

En España a comienzos del siglo XX, Emilia Pardo Bazán publicó La gota de sangre (1911), donde un dandi detective amateur, que se guiaba por su intuición e imaginación, descubría a los asesinos: Chulita Ferna y Andrés Ariza. Chulita, mucho más inteligente que el detective, le acababa convenciendo para ayudarla a escapar.

Dame Agatha Christie visita el Partenón en Grecia.
Dame Agatha Christie visita el Partenón en Grecia.
National Media Museum

Si bien es cierto que a comienzos del XX no se mostraba gran aprecio por las aptitudes de las mujeres, para la Miss Marple de la autora británica Agatha Christie esto era una ventaja. Al tratarse de una mujer mayor de limitados recursos económicos, en un pequeño pueblo inglés y dedicada a unos pasatiempos comunes, su presencia pasaba desapercibida para una sociedad llena de prejuicios. Así usó su invisibilidad para resolver no pocos crímenes y sirvió de modelo para otras detectives amateurs como Miss Maud Silver, de Patricia Wentworth, o Mrs. Beatrice Adela Lestrange Bradley, de Gladys Mitchell. En España, Mercè Rodoreda también se fijó en el modelo, aunque para parodiarlo, en Crim (1936).

En EE. UU. es mención obligada la reescritura de las convenciones del hard-boiled iniciada por William Outsler y Margaret Scott, presentando a la primera mujer detective independiente y experta en el uso de armas de fuego en I found him dead (1947) y Chord in Crimson (1949).

Las revistas pulp, por su parte, también se prodigaron en relatos cortos protagonizados por diversas detectives de diferente calidad, lo cual suponía ir erosionando la visión tradicional de la mujer.

A partir de aquí, como hemos visto, la evolución es imparable.

The Conversation

Emilio L. Ramón García recibe fondos de CIAICO/2022/226 como parte de las Subvenciones para grupos de investigación consolidados. AICO 2023, de la Conselleria de Educación, Universidades y Empleo de la Generalitat Valenciana. CSV: VKRBTNBQ:2XRUFGFP:5AX3XM9R .

ref. ¿Son las mujeres detectives exclusivas de la ficción contemporánea? – https://theconversation.com/son-las-mujeres-detectives-exclusivas-de-la-ficcion-contemporanea-261038

¿Cómo sabe una golondrina cómo fabricar su nido y un oso cuándo hibernar?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Lluís Montoliu, Investigador científico del CSIC, Centro Nacional de Biotecnología (CNB – CSIC)

Dos moscas de la fruta apareándose Rhonny dayusasono/Shutterstock

¿Cómo sabe una cigüeña de qué manera debe construir su nido? ¿Cómo saben las madres de la mayoría de especies animales que deben proteger a sus crías y buscar alimento para ellas? ¿Cómo sabe un león o un lobo que debe proteger su territorio de intrusos e invasores? ¿Cómo sabe un oso que tiene que hibernar? ¿Cómo sabe un mamífero recién nacido que rápidamente debe buscar el pezón de la ubre de su madre para empezar a succionar comida? ¿Cómo saben los machos de muchas aves que deben desplegar su plumaje para atraer el interés de las hembras?

Todos estos, y muchos más, son los comportamientos que denominamos “innatos”, que no se aprenden necesariamente sino que se heredan, se transmiten de padres a hijos. Los nuevos individuos que nacen ya llegan al mundo equipados con ellos. ¿Pero cuál es el mecanismo molecular o celular que permite que determinadas conductas se hereden?

Esta es la pregunta que se planteó un equipo de investigadores japoneses de la Universidad de Nagoya y del Instituto de Información y Tecnologías de Comunicación en Kobe. Para resolverla, acudieron a una especie animal que fue una de las primeras en ser usada como modelo experimental en estudios genéticos: la mosca Drosophila.

Para su experimento, descrito en la revista Science, decidieron usar dos especies, Drosophila melanogaster y Drosophila suboscura, cuyo ancestro común vivió hace 30-35 millones de años. Para ponerlo en contexto, el ancestro común más próximo entre macacos Rhesus, Macacca mulatta, y la especie humana, Homo sapiens, vivió hace 25 millones de años.

Cortejar cantando o regalando comida

Pues bien, las dos especies de mosca, D. melanogaster y D. suboscura tienen comportamientos diametralmente distintos durante el cortejo precopulatorio que realiza el macho para atraer el interés de la hembra.

Los machos de la mayor parte de especies de moscas, incluida D. melanogaster, hacen vibrar sus alas y producen un sonido (la “canción nupcial”) para cortejar a las hembras como paso previo a la cópula. Se podría decir que los machos “cantan” para atraer a la hembra. Sin embargo, el cortejo de los machos de D. suboscura es completamente distinto: como paso previo a la cópula, el macho regurgita una gotita de comida y se la ofrece a la hembra.

Los investigadores japoneses se propusieron investigar el substrato genético de este comportamiento innato y se preguntaron si sería posible trasladarlo de algún modo a otra especie de mosca, como D. melanogaster, que no realiza estos obsequios de comida.

Dos moscas en una placa de Petri a cada lado de la imagen
Cortejos nupciales precópula de machos de D. suboscura (izquierda), regurgitando una gota de comida y ofreciéndosela a la hembra, y de machos de D. melanogaster (derecha), haciendo vibrar las alas para producir un sonido agradable a la hembra.
Lluís Montoliu, a partir de los fotogramas de las películas incluidas en el artículo en Science de Tanaka y col. 2025, CC BY-ND

Cambiar el comportamiento conservando los mismos genes

El gen que controla los cortejos nupciales en todos los machos de Drosophila se llama Fru. Este gen codifica la proteína FruM y está presente tanto en D. suboscura como en D. melanogaster. Es este mismo gen el responsable tanto del canto de los machos en D. melanogaster como el de los regalos de comida en D. suboscura. ¿Dónde está, entonces, la diferencia?

La diferencia la encontraron estos investigadores japonesas al analizar en qué neuronas se expresaba el gen Fru. Encontraron que en D. suboscura este gen se expresa en unas pocas neuronas productoras de insulina (apenas 16-18 neuronas). Cuando esto ocurre entonces estas neuronas desarrollan unas proyecciones celulares (neuritas) que las conectan con el centro cerebral que controla los comportamientos de cortejo. Sin embargo, en D. melanogaster el gen Fru no se expresa en estas neuronas productoras de insulina, y éstas tampoco se conectan con el núcleo cerebral controlador de las conductas de cortejos nupciales precópula.

Lo siguiente que hicieron estos científicos japoneses fue generar unas moscas D. melanogaster transgénicas capaces de expresar el gen Fru en las mismas neuronas productoras de insulina. Y entonces sucedió algo increíble: las moscas D. melanogaster que cantaban para atraer a las hembras empezaron a regurgitar gotitas de comida y a ofrecérselas a las hembras, cambiando totalmente su comportamiento innato de cortejo. Es decir, activando un solo gen en un nuevo territorio neuronal distinto consiguieron transferir un comportamiento innato entre dos especies de Drosophila separadas evolutivamente por… ¡más de 30 millones de años!

Lo que diferencia a estas dos especies de Drosophila no es la existencia de genes diferentes, sino la expresión de un mismo gen en distintas células. Si el gen Fru se expresa en neuronas productoras de insulina, los machos de las moscas Drosophila empiezan a regalar gotitas de comida regurgitada a las hembras. Si el gen Fru no se expresa en esas neuronas, entonces los machos solo “canturrean” haciendo vibrar sus alas para el cortejo.

Sin duda estamos ante un ejemplo extraordinario de la enorme relevancia de la epigenética en el comportamiento.

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Los contenidos de esta publicación y las opiniones expresadas son exclusivamente las del autor y este documento no debe considerar que representa una posición oficial del CSIC ni compromete al CSIC en ninguna responsabilidad de cualquier tipo.

ref. ¿Cómo sabe una golondrina cómo fabricar su nido y un oso cuándo hibernar? – https://theconversation.com/como-sabe-una-golondrina-como-fabricar-su-nido-y-un-oso-cuando-hibernar-263354

¿Puede la vegetación recuperarse por sí sola después de un gran incendio?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By José Manuel Fernández Guisuraga, Associate Professor in Applied Ecology and Remote Sensing, Universidad de León

Troncos ennegrecidos, suelos grises y un silencio abrumador. Este es el desolador panorama que queda tras los grandes incendios forestales, como los ocurridos en las comunidades autónomas de Galicia, Castilla y León y Extremadura durante la catastrófica temporada de incendios en verano de 2025 en España. Pero afortunadamente, la vida empieza a abrirse camino mucho antes de lo que imaginamos.

En cuestión de semanas, los primeros brotes verdes emergen entre las cenizas, transformando el paisaje devastado en un mosaico inesperado de vida. La regeneración natural tras los incendios en ecosistemas propensos al fuego es un proceso fascinante.

Estrategias de las plantas para sobrevivir al fuego

La vegetación de los ecosistemas terrestres de la península ibérica convive con el fuego desde hace miles de años, y muchas especies han desarrollado adaptaciones que les permiten regenerarse tras un incendio.

Algunas se recuperan por rebrote vegetativo a partir de yemas protegidas bajo la corteza, como los alcornoques (Quercus suber), o dispuestas en las raíces, como las encinas (Quercus ilex). Otras, como los brezos rojos (Erica australis), guardan yemas en órganos subterráneos llamados lignotubérculos. Esta estrategia les ayuda a regenerarse muy rápidamente, generando un manto verde que cubre el suelo desnudo en las etapas iniciales posincendio.

También hay especies cuya regeneración depende de la germinación de semillas, ya sea almacenadas en sus estructuras aéreas o en el banco de semillas del suelo. En pinos Mediterráneos como Pinus pinaster o Pinus halepensis, el fuego facilita la apertura de sus piñas y la liberación de semillas que germinan tras las primeras lluvias. Las plántulas se desarrollan en un entorno con menos competencia y abundancia de nutrientes, lo que facilita su establecimiento.

Gracias a estas estrategias, en la mayoría de los incendios de intensidad no muy elevada, la vegetación se recupera de forma natural, sin necesidad de intervención humana.




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¿Cuánto tarda en recuperarse un ecosistema?

La velocidad a la que se recupera la vegetación tras un incendio depende de varios factores, como la intensidad del fuego, la recurrencia de incendios anteriores, el tipo de ecosistema, el clima y las propiedades del suelo.

En los matorrales Mediterráneos, el rebrote puede ser visible en cuestión de semanas. Por ejemplo, en los brezales, la cobertura vegetal puede llegar a recuperarse por completo en menos de una década. En los pinares, en cambio, el proceso es más lento, pues las plántulas tardan años en alcanzar un porte que asegure su supervivencia resistiendo la competencia y la sequía.

En encinares y robledales, el rebrote suele ser vigoroso durante los primeros años, pero el bosque requiere varias décadas para recuperar su estructura y funciones originales.

En general, puede afirmarse que el color verde empieza a dominar cuando la vegetación comienza a regenerarse en meses, pero el regreso a un ecosistema maduro requiere décadas, principalmente en ecosistemas dominados por arbolado.

Qué hacer después de un incendio

La respuesta tras un incendio no debe ser precipitada. Intervenciones apresuradas, como reforestaciones sin una evaluación previa minuciosa, pueden resultar caras y poco eficaces. Las recomendaciones científicas coinciden en que el primer paso debe ser priorizar las zonas afectadas por una alta intensidad del fuego. En ellas, se suelen llevar a cabo actuaciones de emergencia para proteger el suelo frente a la erosión, especialmente en terrenos con fuertes pendientes.

En áreas menos dañadas, donde la respuesta de rebrote o germinación es intensa, lo más recomendable suele ser dejar que el ecosistema se regenere de manera natural y observar su evolución.

En muchos casos, apoyar estos procesos mediante la reducción de la competencia resulta muy efectivo. Solo cuando sea necesaria la reforestación, se recomienda recurrir a especies autóctonas resistentes al fuego.

Sin embargo, existen situaciones más críticas. Un caso especialmente delicado es el de las zonas que sufren incendios de alta intensidad en cortos periodos de tiempo. Bajo estas circunstancias, el negro puede seguir dominando el paisaje durante mucho tiempo y, en el mejor de los casos, la regeneración puede desembocar en una conversión del tipo de ecosistema. Esto ocurre porque los árboles jóvenes no llegan a producir semillas y las plantas rebrotadoras acaban agotando sus recursos. Así, un robledal o un pinar maduro pueden transformarse de manera permanente en un matorral. Si el objetivo es recuperar el ecosistema original, pueden ser prioritarias medidas activas de reforestación mediante siembras o plantaciones selectivas.




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Mirando al futuro

Tras un gran incendio no solo debemos pensar en cómo recuperar la vegetación perdida, sino también en cómo preparar el territorio para futuros incendios de gran intensidad. Esto implica favorecer paisajes en mosaico mediante prácticas agrícolas, ganaderas y silvícolas tradicionales, que reduzcan la acumulación de combustible y hagan los incendios más manejables.

En definitiva, la regeneración tras el fuego es un proceso natural, aunque no siempre garantizado. La clave está en comprender que no todos los incendios son iguales. Algunos abren oportunidades para que la vida renazca con fuerza, mientras que otros pueden iniciar una degradación irreversible si no actuamos con inteligencia.

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José Manuel Fernández Guisuraga recibe fondos de la Unión Europea, del MITECO, de la Fundación Biodiversidad, de la Junta de Castilla y Leon y de la Universidad de León.

Leonor Calvo Galván recibe fondos de la Unión Europea, del MITECO, de la Fundación Biodiversidad, de la Junta de Castilla y Leon y de la Universidad de León.

ref. ¿Puede la vegetación recuperarse por sí sola después de un gran incendio? – https://theconversation.com/puede-la-vegetacion-recuperarse-por-si-sola-despues-de-un-gran-incendio-263550