“Lo estás haciendo bien”: un mensaje básico en matemáticas, sobre todo para las niñas

Source: The Conversation – (in Spanish) – By María Villarroya Gaudó, Profesora Titular de Universidad del área de Arquitectura y Tecnología de Computadores. Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón, Universidad de Zaragoza

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Niños y niñas comienzan su etapa académica, a los 5 años, con aptitudes matemáticas similares, pero tan pronto como un año después, a los 6, se observa que las niñas van tomando miedo a la asignatura y pierden confianza: piensan que se les da mal.

Si pensamos que una materia académica se nos da mal, lo que se denomina “baja autoconfianza”, es más probable que nuestros resultados sean peores y nuestro interés disminuya. Si nos estresamos ante a un examen de matemáticas (algo que ocurre a muchos niños ya a los seis años), también se notará en nuestro rendimiento.

Nuestro grupo de investigación hizo una encuesta a 2 000 escolares de primaria en Aragón para investigar qué papel juegan el miedo y la autoconfianza de niños y niñas a lo largo de la educación primaria, tanto en matemáticas como en lengua.

Encontramos que en el primer ciclo (entre 6 y 7 años, 1º y 2º de primaria) niñas y niños mostraban preferencias similares entre ambas asignaturas y además pensaban que eran igual de buenos en las dos. Sin embargo, en el segundo ciclo (8 y 9 años) ya aparecen diferencias: los niños se consideran mejores en matemáticas que las niñas, y estas se sienten más competentes en lengua.

En tercer ciclo (10-11 años) esta diferencia continúa creciendo. Por ejemplo, solo el 54,9 % de las niñas pensaban que se les dan bien o muy bien las matemáticas, frente al 71,5 % de los niños.

Pero curiosamente, en la asignatura de matemáticas no hay diferencias estadísticamente significativas entre los resultados académicos de las niñas y los niños en Aragón. Es decir, las niñas y niños tienen resultados igual de buenos, pero ellas sienten que se les da peor. Y este sentimiento les aleja de las matemáticas.

Ansiedad matemática

También observamos diferencias en la preocupación ante los exámenes. Ya las más pequeñas se preocupan más que ellos por las pruebas escolares de cualquier asignatura, especialmente en matemáticas.

Esta preocupación aumenta con los años en todos los estudiantes, pero la brecha de género persiste. En tercer ciclo, muchas declaran estar muy preocupadas con frecuencia. En cambio, en lengua, la preocupación es similar en ambos géneros, incluso entre los niños, que en general se sienten menos competentes en esa asignatura.




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Evitar la competitividad y las prisas

Está demostrado que cambiar la manera en la que enseñamos y examinamos las matemáticas tiene un gran impacto en los resultados, el miedo y la autoconfianza, particularmente de las alumnas. Se consigue, por ejemplo, quitando los límites de tiempo estresantes, haciendo actividades colaborativas en vez de competitivas y reduciendo la importancia de los errores.

Hay más factores que influyen, como ciertos estereotipos: las matemáticas se consideran para gente “brillante”, y desde muy pequeñas, las chicas se consideran más trabajadoras, pero menos inteligentes. Los estereotipos también hacen que a veces los profesores subestimen la capacidad matemática de sus alumnas. La opinión de las familias también puede tener un gran impacto sobre la autopercepción de los alumnos, incluso cuando obtienen buenas notas.

Por otro lado, muchas maestras de primaria sienten ansiedad por las matemáticas, y estos sentimientos se transmiten a las alumnas y no a los alumnos, probablemente porque se se ven reflejadas en ellas.

Desconocimiento de los docentes

En nuestro estudio, analizamos brevemente la opinión de los profesores. Queríamos saber si eran conscientes de la autopercepción negativa de sus alumnas. El 90 % del profesorado pensaba que las chicas nunca o casi nunca sentían que se les daban mal las matemáticas. Si los docentes no detectan esta situación, porque las niñas tienen buenos resultados o, al menos, resultados acordes con los que obtienen en otras asignaturas, es difícil que pueden aplicar medidas para reforzar la autoestima de las alumnas.

Recordemos que las matemáticas son importantes en el día a día, imprescindibles incluso para hacer un bizcocho de chocolate. Además son necesarias en un gran número de profesiones tecnológicas, muchas que ya conocemos y otras que ni siquiera somos capaces de imaginar. No podemos permitirnos que los miedos y falsas creencias alejen a muchas niñas de las matemáticas, y menos que condicionen su futuro profesional.




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Cambiar el método

Debemos darles a las niñas todas las oportunidades. Para ello hay que modificar la forma de enseñar y, sobre todo, de examinar las matemáticas. Hay que apoyar al profesorado, combatir los estereotipos y promover palabras de aliento desde las familias y la sociedad para cambiar esta tendencia. A nosotras alguien nos dijo que lo hacíamos bien y por ello disfrutamos tanto de nuestra profesión. Díganselo más a muchas más niñas. “Lo estáis haciendo bien”.

The Conversation

María Villarroya Gaudó es investigadora del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón de la Universidad de Zaragoza. Ha recibido fondos de Instituto de las Mujeres, FECyT y Cátedra de Igualdad y Género de la Universidad de Zaragoza y el Gobierno de Aragón para el proyecto Una ingeniera en cada cole y el libro 10001 amigas ingenieras. Ella es Profesora Titular de la Universidad de Zaragoza y miembro de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas en Aragón.

Elena Fillola es miembro de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas, en la rama de Aragón.

ref. “Lo estás haciendo bien”: un mensaje básico en matemáticas, sobre todo para las niñas – https://theconversation.com/lo-estas-haciendo-bien-un-mensaje-basico-en-matematicas-sobre-todo-para-las-ninas-260762

Tres cambios cruciales en el sistema alimentario para no devorar el planeta

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Jaime Martínez Valderrama, Científico Titular, Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA – CSIC)

CC BY-NC-SA

Desde nuestra época como cazadores y recolectores, hemos ido transformando el territorio para lograr obtener los alimentos que necesitamos para subsistir. Hemos talado bosques, roturado tierras, amansado aguas y desarrollado diversas sustancias y materiales con el fin de ir enmendando a una naturaleza revoltosa que se resistía a nuestro apetito. Así, desbordamos las previsiones de Malthus, quien supuso que seríamos incapaces de seguir el ritmo de crecimiento demográfico y que no habría suficientes alimentos para todos.

Pero lo logramos. Tanto como para que en la actualidad haya la misma preocupación por la epidemia de obesidad que por las hambrunas.

Diversas tecnologías han permitido producir, conservar y distribuir un flujo continuo de alimentos por casi todo el planeta. El coste ambiental ha sido demoledor: a la agricultura y la ganadería se le achacan buena parte de nuestro variado surtido de problemas medioambientales.

Diferentes estudios calculan que el sistema alimentario global provoca el 26 % de gases de efecto invernadero, el 80 % de la deforestación y el 70 % del consumo de agua dulce, además de ser la mayor causa de pérdida de biodiversidad terrestre. A esto hay que sumar el impacto de las prácticas agrícolas no sostenibles, que erosionan y salinizan el suelo, agotan nutrientes y acuíferos y contaminan con agroquímicos ecosistemas terrestres y acuáticos.

Ante este panorama, en un reciente estudio publicado en Nature, un equipo internacional de investigadores proponemos revisar el modelo actual de producción de alimentos para mitigar su enorme impacto en el planeta.

Así, sugerimos una serie de estrategias dirigidas a conservar y recuperar los ecosistemas terrestres con el fin, precisamente, de proteger nuestra seguridad alimentaria. Nos referimos a elementos esenciales como son el suelo, el agua y la biodiversidad, tres víctimas de los procesos de desertificación.

Una tubería de agua y dos invernaderos en un paisaje montañoso.
El uso insostenible de los recursos hídricos en numerosas regiones áridas ha propiciado efímeros milagros económicos y una duradera inseguridad hídrica.
Jaime Martínez Valderrama, CC BY-NC-SA



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1. Reducir el desperdicio alimentario

La primera propuesta es bastante obvia y consiste en no tirar a la basura lo que tanto trabajo, energía y recursos cuesta producir. Puede resultar sorprendente, pero casi un tercio de lo que producimos no nos lo comemos. Es más, en ocasiones estos alimentos ni siquiera llegan a los circuitos comerciales por dos razones.

En primer lugar, la sobreproducción hace que el precio del producto sea inferior a su coste de producción y al agricultor no le merezca la pena recogerlo. La segunda razón es que los alimentos no sean lo suficientemente bonitos y homogéneos, lo que parece espantar a un consumidor más atento al aspecto que a los nutrientes.

Reducir el desperdicio alimentario en un 75 % para 2050 podría liberar más de 13 millones de kilómetros cuadrados de tierra, lo que supone ahorrar recursos y dejar de emitir 102 gigatoneladas (102 000 millones de toneladas) de CO₂-eq.

Sandías abiertas sobre un terreno agrícola seco
Sandías no cosechadas debido a su bajo precio pudriéndose bajo el sol (agosto de 2025).
Juan Vázquez Navarro, CC BY-NC-SA

2. Restaurar suelos degradados

Nuestra segunda propuesta es restaurar el 50 % de las tierras degradadas para 2050, con un enfoque particular en las áreas agrícolas. Con ello se podría recuperar la funcionalidad ecológica de 3 millones de kilómetros cuadrados de zonas agrícolas (con un potencial de mitigación de emisiones de 21 Gt CO₂-eq) y de casi otros 9 millones de km² de zonas naturales (con un potencial de mitigación de 128 Gt CO₂-eq).

Esta restauración no solo impulsa la recuperación de la biodiversidad y la fijación de carbono en los ecosistemas, sino que también fortalece a las comunidades locales y a los pequeños agricultores al promover prácticas sostenibles de gestión de la tierra.

3. Aumentar el consumo de alimentos marinos

La tercera vía destaca el enorme potencial de los alimentos marinos obtenidos de forma responsable, que requieren muchos menos recursos. Sustituir el 70 % de la carne roja producida de manera insostenible y el 10 % de los vegetales por algas y sus derivados podría liberar 17,5 millones km² de tierra destinada a pastos, forraje y piensos (como ocurre con la soja y el maíz forrajero por ejemplo). Al mismo tiempo, se reduciría de forma significativa el impacto del sistema alimentario global: desde las emisiones de gases de efecto invernadero (145 Gt CO₂-eq) hasta la degradación de la tierra, la deforestación, el uso excesivo de agua y la pérdida de biodiversidad.

Los peces pelágicos (aquellos que viven en el océano alejados de la costa), los salmónidos silvestres y los bivalvos de cultivo proporcionan más nutrientes con menos emisiones y una huella hídrica y química sintética casi nula en comparación con la mayoría de las fuentes de alimentos de origen animal terrestre.

Imagen aérea que muestra numerosos campos de cultivo
La transformación del territorio para alimentarnos ha creado diversos tipos de degradación que amenazan nuestra seguridad alimentaria e hídrica. Recuperar los recursos degradados es esencial revertir esta tendencia.
PNOA 2022, Instituto Geográfico Nacional, Fondo Español de Garantía Agraria, Comunidad Autónoma de Andalucía, Comunidad Autónoma de Extremadura y O.A. Centro Nacional de Información Geográfica, CC BY

Tres convenciones que deben ir en una misma dirección

Nuestra propuesta pretende de esta manera abordar conjuntamente los objetivos de las tres Convenciones de Naciones Unidas surgidas de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992) y dedicadas a los principales retos ambientales de la Tierra:

  • La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), enfocada en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático.

  • El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), orientado a la conservación de la biodiversidad.

  • La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), centrada en combatir la degradación de tierras áridas, semiáridas y subhúmedo secas, promoviendo prácticas de manejo sostenible del suelo y fomentando el desarrollo de comunidades afectadas.

A pesar de las claras interdependencias entre las tres convenciones y del papel central que desempeña la tierra para alcanzar sus objetivos, la mayor parte de la investigación sobre su implementación ha tratado los acuerdos de manera separada. En términos de inversiones financieras y de atención, los esfuerzos para combatir la degradación de la tierra son muy desiguales en el caso de los tres acuerdos.

A raíz de las Conferencias de las Partes (COP) de las tres convenciones de Río, celebradas en el último trimestre de 2024, se han impulsado iniciativas conjuntas como el Trío de Río para promover soluciones integradas y sistémicas.

Las COP mostraron un creciente interés en priorizar la tierra y su degradación, así como en reconocer el papel indispensable de los suelos y de la agricultura sostenible para resolver estas crisis.

Sin embargo, los sistemas alimentarios aún no se han incorporado plenamente a los acuerdos intergubernamentales ni reciben la atención suficiente. Las estrategias se centran más en restaurar ecosistemas degradados mediante iniciativas emblemáticas como la Gran Muralla Verde o el Desafío de Bonn.

Aprovechar el potencial de unos sistemas alimentarios sostenibles e integrados no solo ayudaría a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, sino que también permitiría a los países garantizar un derecho humano recientemente reconocido: el derecho a un medio ambiente limpio y saludable.

The Conversation

Jaime Martínez Valderrama recibe fondos de l Fundación Biodiversidad.

Emilio Guirado recibió fondos de Fundación Biodiversidad.

Fernando Tomás Maestre Gil no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Tres cambios cruciales en el sistema alimentario para no devorar el planeta – https://theconversation.com/tres-cambios-cruciales-en-el-sistema-alimentario-para-no-devorar-el-planeta-263369

Reparar la barrera cerebral: ¿una nueva vía para frenar el alzhéimer?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Elisa Rodríguez Ortega, Profesor Contratado Doctor, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

El alzhéimer es el tipo de demencia más frecuente de todas las que existen, representando entre un 60 y un 70 % de los casos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Solo en España, por ejemplo, unas 800 000 personas están diagnosticadas con este trastorno, que afecta sobre a todo a mujeres. Además, se estima que, para el 2050, el número de personas con alzhéimer podría triplicarse.

Un enemigo escurridizo

Desde el descubrimiento de la enfermedad, en 1901, se ha intentado sin éxito conseguir una cura. Una de las mayores dificultades para ello es que no tiene una única causa. Por el contrario, se han identificado muchos factores que pueden fomentar su desarrollo. Solo el 5 % de los casos se asocian a causas genéticas, el llamado alzhéimer familiar. En el 95 % restante, conocido como alzhéimer esporádico, no se sabe exactamente su causa.

Entre algunos de los factores identificados destaca la acumulación de placas de proteína beta-amiloide (capaces de alterar la comunicación entre neuronas), los ovillos neurofibrilares de proteína TAU (acumulaciones anómalas de esta proteína en las neuronas) y la neuroinflamación cerebral.

Además, se ha constatado que la barrera hematoencefálica, la estructura celular que protege el cerebro, puede jugar un papel fundamental en el inicio y progresión del alzhéimer. Y esa ha sido precisamente la diana de un reciente estudio que podría aportar nuevas armas en la lucha contra esta esta enfermedad.




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El papel clave de la barrera que protege el cerebro

Desde hace más de dos décadas, existen medicamentos para el alzhéimer leve o moderado. Así, la galantamina o el donepezilo pueden ser útiles para los déficits cognitivos y conductuales.

En los últimos años, se han aprobado fármacos basados en anticuerpos monoclonales que ayudan a reducir las placas de beta-amiolide y ralentizan la progresión de la enfermedad, aunque no la hacen desaparecer.

Nuestro sistema nervioso requiere de sistemas de protección especiales y uno de ellos es la citada barrera hematoencefálica, que se encuentra en el sistema nervioso central, incluyendo el encéfalo y la médula espinal.

Formada por vasos sanguíneos y diversos tipos de células, su principal función es no dejar que algunas moléculas pasen de la sangre al sistema nervioso central, especialmente las de gran tamaño, evitando que dañen el tejido. De esta forma, ayuda a controlar el entorno de las células, favoreciendo su supervivencia.

En personas sanas, esta muralla ayuda a eliminar proteínas como la beta-amiloide. Sin embargo, en pacientes con alzhéimer no realiza bien su función de limpieza, lo que conlleva a que la proteína se acumule en forma de placas. Un desajuste que, hasta ahora, no se sabía cómo ocurría.




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Reparar la barrera hematoencefálica en ratones: un primer paso

Como apuntábamos más arriba, el estudio que acaba de publicarse en la revista Nature ha explorado el papel de la barrera hematoencefálica en el alzhéimer. Los autores encontraron que los receptores LRP1, presentes en células de esta estructura, cumplen un rol importante en la eliminación de beta-amiloide. Así, la menor actividad de los receptores LRP1 está estrechamente relacionada con la disfunción de la barrera y el déficit cognitivo.

Los investigadores intentaron modular estos receptores con el fin de ver qué ocurría. Para ello, sintetizaron unas moléculas a las llamaron A40-POs y que ayudan a que se mantenga el equilibrio de receptores LRP1. El objetivo era “reprogramar” la barrera para que cumpliese con su función de eliminar beta-amiolide.

Para llevar a cabo su investigación usaron un modelo de ratón con alzhéimer (el APP/PS1) y tomaron ejemplares de roedores sanos como controles. El objetivo del experimento era comprobar si el tratamiento con A40-POs era capaz de eliminar beta-amiolide y restaurar la barrera en los ratones que presentaban la enfermedad. Además, evaluaron el aprendizaje y la memoria de los animales y su calidad de vida.

Los resultados fueron sorprendentes: el tratamiento produjo una rápida eliminación de casi la mitad del beta-amiolide, permitiendo recuperar la estructura de la barrera cerebral en un 78 %. Según apuntan los datos, este nuevo tratamiento consiguió mejoras cognitivas que perduraban hasta 6 meses después de su aplicación.




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Investigación para seguir avanzando

Este avance abre la puerta a investigar con más detalle cómo la barrera del cerebro se ve alterada en el alzhéimer y cómo se puede recuperar su funcionalidad, logrando la mejora de los pacientes.

Sin embargo, los resultados deben ser tomados con cautela. Recordemos que no todos los ensayos llevados a cabo con éxito en roedores son extrapolables al ser humano. Cada año se prueban cientos de moléculas que funcionan en animales pero no que no tienen los mismos resultados en personas, o los tienen acompañados de efectos secundarios graves. El tiempo medio requerido para comercializar un fármaco es de más de 10 años. En el caso del alzhéimer, han pasado periodos de más de 20 años sin que haya salido al mercado un tratamiento nuevo.

Después de más de un siglo de investigación alrededor de esta enfermedad, todavía nos queda mucho por saber de ella. Pero estudios como el que hemos comentado ayudan a entender mejor sus entresijos y tener un mejor conocimiento de los mecanismos involucrados en su desarrollo, lo que permite diseñar nuevas terapias. Solo continuando con la investigación se logrará algún día una cura o una forma de prevenir un trastorno con un impacto tan grande en nuestra sociedad.

The Conversation

Elisa Rodríguez Ortega no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Reparar la barrera cerebral: ¿una nueva vía para frenar el alzhéimer? – https://theconversation.com/reparar-la-barrera-cerebral-una-nueva-via-para-frenar-el-alzheimer-267184

Reanimación cardiopulmonar al alcance de cualquier persona: cómo salvar una vida paso a paso

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Jaime Barrio Cortes, Médico de familia e investigador senior en Fundación para la Investigación e Innovación Biosanitaria en Atención Primaria (FIIBAP). Director del Máster en Salud Escolar y docente en Facultad de Salud, Universidad Camilo José Cela

Maniobras de reanimación cardiopulmonar. PanuShot/Shutterstock

La vida es un viaje con un inicio y un final. Aunque la mayoría de las muertes se deben a causas naturales o enfermedades crónicas, hay situaciones en que llega de forma repentina. Una de las más críticas es la parada cardiorrespiratoria (PCR): el momento en que el corazón deja de latir y, por tanto, de bombear sangre al organismo. Pero es potencialmente reversible.

Cuando esto ocurre, los órganos vitales dejan de recibir oxígeno. Si la circulación no se restablece pronto, el daño cerebral comienza en apenas 5 minutos y se vuelve irreversible en 10-15 minutos. Saber actuar en esos primeros instantes puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

¿Por qué se produce una PCR?

Puede presentarse a cualquier edad y en distintas circunstancias.

En adultos, las causas más habituales son:

  • Enfermedad cardiaca: a partir de los 50 años, las arterias coronarias pueden obstruirse por placas de colesterol. Si se bloquean por completo, el corazón puede sufrir un infarto que derive en arritmias graves y acabe en PCR. En menores de 50, las cardiopatías congénitas también son relevantes.

  • Traumatismos graves: accidentes de tráfico o laborales.

  • Otras causas: ahogamientos, atragantamientos, intoxicaciones o electrocuciones.

En la infancia, la PCR suele deberse a problemas respiratorios (asfixia, ahogamientos o infecciones respiratorias graves), aunque los traumatismos y las intoxicaciones también son causas importantes.

En todos los casos, la interrupción del latido cardiaco provoca un fallo rápido del organismo. Si nadie inicia maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) inmediata, las posibilidades de supervivencia caen en picado.

Un problema de salud pública

En Europa se producen hasta unas 700 000 PCR al año (una cada 45 segundos) y en España más de 50 000. Sin embargo, solo en un 12,5 % de los casos se inicia la reanimación antes de que lleguen los servicios de emergencia y apenas un 10 % de las personas afectadas logra recuperarse sin secuelas importantes.

Si toda la población supiera realizar RCP, esta supervivencia podría duplicarse o incluso triplicarse. Por eso, aprenderlo no debería considerarse un conocimiento opcional, sino un deber ciudadano y una herramienta esencial de salud pública.

La cadena de supervivencia

La respuesta ante una parada cardiorrespiratoria debe ser rápida, precoz y ordenada, siguiendo la llamada cadena de supervivencia, que describe los eslabones sucesivos que aumentan la probabilidad de supervivencia.

La cadena de supervivencia.
SeMicyuc

Estas actuaciones se basan en guías internacionales de organizaciones como la American Heart Association (AHA) y el European Resuscitation Council (ERC)

Aunque existen diferencias entre adultos y la infancia, los primeros eslabones siempre requieren la intervención inmediata del testigo de la parada.

1. Reconocer la PCR y alertar a los servicios de emergencias

Una persona en PCR suele estar inconsciente y no respira o lo hace de forma anormal (gasping o boqueos). Ante esta situación:

  • Compruebe que el entorno es seguro.

  • Llame al número de emergencias local (112 en Europa, 911 en EE. UU.) indicando que hay una persona inconsciente que no respira y su ubicación.

  • Si hay más de una persona, una puede llamar y la otra iniciar la RCP. Si solo hay una, se debe poner el teléfono en manos libres e iniciar la reanimación sin demora.

Reconocer la PCR.
European Resuscitation Council

2. RCP básica

Tiene un doble objetivo: sustituir temporalmente la función del corazón y los pulmones para mantener el oxígeno circulando hasta que llegue ayuda profesional mediante:

a) Compresiones torácicas:

  • Arrodíllese junto al pecho desnudo de la víctima.

  • Coloque el talón de una mano en el centro del pecho y la otra mano encima, entrelazando los dedos.

  • Con los brazos rectos, comprima con fuerza y rapidez (a un ritmo de 100-120 compresiones por minuto). Puede seguir el ritmo de canciones como “Stayin’ Alive”, de los Bee Gees, o “Macarena”, de Los del Río.

  • Comprima unos 5 cm en adultos, usando el peso del cuerpo y dejando que el pecho se reexpanda entre compresiones.

b) Ventilaciones:

Alternar 30 compresiones con 2 ventilaciones para las personas entrenadas. Sin embargo, si hubiera algún problema para realizar esas ventilaciones por falta de entrenamiento u otros riesgos o dificultades, se recomienda realizar las compresiones torácicas de forma continua.

3. Uso del desfibrilador

Los desfibriladores externos semiautomáticos (DESA) están disponibles cada vez en más lugares como aeropuertos y centros comerciales o deportivos, entre otros muchos. Estos aparatos pueden restablecer el ritmo cardiaco en algunos casos de arritmia (como, por ejemplo, la fibrilación ventricular).

Son fáciles y seguros de usar: guían con instrucciones de voz y aplican la descarga solo cuando está indicada. Cuanto antes se usen, mayores son las probabilidades de supervivencia. Tras la descarga, continúe la RCP siguiendo las indicaciones del desfibrilador.

Particularidades en la infancia y lactantes

El origen de la parada cardiorrespiratoria en este colectivo suele ser respiratorio. Es esencial prevenir accidentes (asfixias, atragantamientos) y usar siempre cinturones de seguridad.

Si ocurre una PCR, la reanimación cardiorrespiratoria debe iniciarse con 5 ventilaciones de rescate antes de las compresiones torácicas, especialmente cuando solo hay una persona reanimadora. Hay diferentes maneras de realizar las compresiones según la edad:

  • Lactantes: con los dedos medio y anular o ambos pulgares en el centro del pecho.

  • Niño/as pequeño/as: con el talón de una mano.

  • Niño/as mayores: similares a las de la persona adulta, con ambas manos.

La frecuencia recomendada es la misma que en adultos: 100-120 por minuto, con ciclos de 30 compresiones y 2 ventilaciones.

Si la persona está sola, se aconseja iniciar la RCP durante 1 minuto antes de llamar a los servicios de emergencias, priorizando mantener la oxigenación.

La importancia de saber actuar

Cada minuto sin realizar la RCP reduce un 7-10 % la probabilidad de supervivencia. Actuar con rapidez, iniciar las maniobras básicas y usar pronto el desfibrilador aumentan significativamente las posibilidades de recuperación.

Más que un conocimiento útil, aprender a realizar RCP es una responsabilidad y una herramienta crucial. La formación continua desde las escuelas y en todos los entornos para saber actuar ante una parada cardiorrespiratoria resulta clave para que la cadena de supervivencia funcione y cumpla su objetivo: salvar una vida.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Reanimación cardiopulmonar al alcance de cualquier persona: cómo salvar una vida paso a paso – https://theconversation.com/reanimacion-cardiopulmonar-al-alcance-de-cualquier-persona-como-salvar-una-vida-paso-a-paso-265823

¿Quién (no) usa ChatGPT en la universidad? El papel de la brújula ética

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Silvia Ortiz-Bonnin, Profesora titular laboral de Psicología del trabajo, Universitat de les Illes Balears

Drazen Zigic/Shutterstock

La inteligencia artificial ya forma parte de las aulas universitarias. Herramientas como ChatGPT se han convertido en compañeras habituales de estudio: ayudan a redactar textos, generar ideas o entender conceptos complejos. ¿Quiénes no la usan todavía, y por qué?

En nuestro estudio con 737 estudiantes de grado comprobamos que un 70 % de ellos ya lo están usando cotidianamente. Aprecian especialmente la rapidez y la facilidad de la herramienta. Les ayuda a organizar ideas, aclarar dudas y ahorrar tiempo en tareas que de otro modo serían más largas o tediosas. La perciben como un tutor disponible las 24 horas, capaz de explicar de otra manera lo que no entienden en clase.

Los riesgos que frenan su uso

La mayoría del alumnado que participó en la encuesta percibe riesgos en el uso de ChatGPT, tanto a ser acusado de plagio como a recibir información dudosa o falsa o infringir las normas académicas de su universidad. Otras cuestiones que preocupan en menor medida a los estudiantes son el hecho de que la utilización de esta herramienta no esté regulada y la falta de protección de datos y privacidad.

Estos riesgos percibidos resultan decisivos a la hora de optar por usar o no usar ChatGPT. Para el alumnado más consciente de los riesgos, la herramienta deja de percibirse como una ayuda y se convierte en algo que prefieren mantener a distancia. Cuanto más conscientes son de los riesgos, menos la utilizan.




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La importancia de la honestidad académica

¿Por qué hay estudiantes que son más sensibles a estos riesgos? En la universidad española, por ejemplo, todavía no existen normas claras ni formación específica sobre el uso de la IA, como hemos analizado en un trabajo reciente. Sin embargo, nuestra hipótesis es que la diferencia no se explica solo por factores externos como la falta de regulación, sino también por algo más interno: la propia percepción del alumnado sobre lo que es honesto y lo que no lo es en el ámbito académico.

La llamada percepción de deshonestidad académica se refiere a las creencias éticas del alumnado sobre qué comportamientos consideran aceptables o inaceptables en su vida universitaria. Estos serían, por ejemplo, hacer trampa en un examen (con chuletas o dispositivos electrónicos), mentir para obtener ventajas académicas (como pedir una prórroga con una excusa falsa) o presentar como propio un trabajo que en realidad ha sido elaborado por otra persona.




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El 83 % del alumnado considera deshonesto o muy deshonesto este tipo de comportamientos académicos. Y dentro de este grupo, se observa una correlación llamativa: quienes más desaprueban prácticas poco éticas en el ámbito universitario como copiar en un examen o entregar como propio el trabajo de otra persona, tienden a percibir más riesgos en el uso de ChatGPT. Y esa percepción se traducía en una menor frecuencia de uso y en una baja intención de seguir utilizándolo en el futuro.

El uso de ChatGPT como una decisión ética

Nuestros resultados muestran que, antes de decidir si usar ChatGPT, el alumnado sopesa ventajas y riesgos. En un lado de la balanza colocan la rapidez y la facilidad; en el otro, la privacidad, la calidad de las respuestas o el temor a sanciones académicas. Lo que inclina la balanza no es solo el peso de cada argumento, sino la mirada con que se juzgan. La brújula ética de cada estudiante amplifica los riesgos o, por el contrario, los minimiza, y acaba orientando la decisión final.

Este hallazgo conduce a una conclusión importante: el reto de las universidades será acompañar esa brújula ética individual con normas institucionales claras y formación específica. Esto puede traducirse, por ejemplo, en protocolos sobre el uso de la IA en las diferentes asignaturas y trabajos académicos o en cursos y talleres que enseñen a emplear estas herramientas de manera crítica y responsable.

Elaborar normas colaborativamente

Para ilustrar cómo puede abordarse este reto en la práctica, diseñamos un taller sobre inteligencia artificial generativa para alumnado universitario. Se llevaron a cabo encuestas en vivo, debates sobre mitos y la elaboración colectiva de normas de uso responsable. El 72,8 % afirmó sentirse más preparado para usar la IA de manera correcta y responsable.

Este tipo de iniciativas no solo informan al alumnado y le enseñan a usar mejor la herramienta, sino que también fortalecen su brújula ética. Le ayudan a aprovechar el potencial de la inteligencia artificial sin perder de vista la integridad académica que sostiene la vida universitaria. Lo importante no es tanto lo que la IA es capaz de hacer, sino las decisiones que tomamos sobre cómo queremos usarla en la universidad.

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Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. ¿Quién (no) usa ChatGPT en la universidad? El papel de la brújula ética – https://theconversation.com/quien-no-usa-chatgpt-en-la-universidad-el-papel-de-la-brujula-etica-265226

¿En qué se diferencia la adicción a los videojuegos de otras adicciones en la adolescencia?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Manuel Alcaraz Iborra, Profesor Titular en el área de Psicología Evolutiva y de la educación, Universidad de Zaragoza

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¿Con cuál de estas afirmaciones se siente más identificado? “Cuando estoy realmente animado o enfadado, no suelo pensar en las consecuencias de mis acciones” o “Cuando estoy cabreado, intento no reaccionar de manera irreflexiva”. La primera de ellas muestra rasgos de “urgencia” (que podríamos definir como impulsividad emocional) y es una respuesta propia de una persona impulsiva, todo lo contrario que la segunda.

La impulsividad es un rasgo de la personalidad que se ha relacionado, desde hace décadas, con las adicciones a sustancias como el alcohol y otras drogas, especialmente en la adolescencia. En la actualidad, algunos componentes de la impulsividad también se vinculan con las adicciones “comportamentales” (a las redes sociales, a los videojuegos, a comprar). Aunque más que de adicciones, en estos casos se suele hablar de “uso problemático” dado que, al contrario que con las sustancias, existe un uso moderado que no supone ninguna consecuencia negativa para la salud.

La impulsividad y las adicciones

La impulsividad se mide a través de cuatro componentes: la “urgencia” (actuar sin pensar cuando se sienten emociones positivas o negativas intensas: es decir, ser impulsivo en las emociones), la búsqueda de nuevas sensaciones, la falta de constancia en una tarea y la falta de premeditación. Y no tienen por qué darse todas a la vez. Por ejemplo, una persona puede mostrarse impulsiva buscando nuevas sensaciones o dejando tareas sin acabar, y sin embargo controlar bien sus reacciones emocionales y las consecuencias que tienen.

Lo interesante es que las distintas combinaciones de estos componentes de la impulsividad se relacionan con diferentes tipos de adicciones. Por ejemplo, cuando un adolescente muestra mayores niveles de urgencia o impulsividad emocional, presenta más probabilidades de ser adicto al alcohol, incluso aunque muestre bajos niveles de búsqueda de sensaciones, falta de constancia o falta de premeditación.

La urgencia y el uso de videojuegos

Resultados recientes de nuestro grupo de investigación muestran que menores niveles de urgencia en chicos y chicas de entre 15 y 17 años se relacionan con mayor frecuencia de uso problemático de videojuegos. Que es exactamente lo contrario que sucede en la adicción al alcohol.




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En cierto modo, lo natural es que si un adolescente se enfada o se alegra, actúe de forma un tanto irreflexiva en ese momento. Es algo común hasta que alcanzan la edad adulta, necesario para aprender a regular mejor sus emociones. Y lo que indica nuestro estudio es que precisamente cuando los adolescentes no se “dejan llevar” ante una situación emocional intensa –como un suspenso o un regalo inesperado–, tienen más probabilidades de hacer un uso abusivo de los videojuegos.

Además, en esta correlación entre bajos niveles de urgencia y mayor uso problemático de videojuegos influye mucho la existencia de problemas emocionales. Es decir, que cuando los adolescentes muestran algunos síntomas emocionales –como por ejemplo síntomas depresivos– y tienen bajos niveles urgencia, es cuando el uso problemático de videojuegos es más probable.

¿Cómo explicamos estos resultados?

Si a un chaval de 15 años le regalan sin esperarlo entradas para ver el partido de la final de su equipo favorito, su euforia debería llevarle a hacer algo inusual en él, como abrazar a su padre de manera efusiva. Nuestros resultados nos hacen pensar que, cuando los adolescentes no se emocionan ni reaccionan de manera impulsiva, tienden a sustituir esas reacciones espontáneas e irreflexivas por dedicarse actividades monótonas pero motivadoras como los videojuegos. Por eso, síntomas emocionales en la adolescencia como desgana y la falta de iniciativa deberían hacer saltar nuestras alertas. Especialmente si observamos una tendencia a “refugiarse” en las videoconsolas.




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No se trata de evitar que usen los videojuegos: el reto es lograr que estos chavales encuentren actividades alternativas que los activen emocionalmente. Por ejemplo, escuchar un buen grupo de la música que les guste, unirse a un deporte colectivo o practicar ejercicio físico con algo de riesgo como la escalada. Necesitan encontrar las actividades que activen sus emociones para dejar de refugiarse en los videojuegos.

Consecuencias del uso problemático de videojuegos

La adicción a los videojuegos está incluida en los principales manuales sobre diagnóstico sobre salud mental bajo el nombre de Trastorno del Juego Online (inicialmente sólo contemplaba el juego online pero hoy se refiere a todo tipo de videojuegos, también no conectados a internet). Aunque aún son objeto de estudio, estos trastornos se relacionan con depresión, problemas de sueño, bajos resultados académicos y agresividad en la adolescencia, que es el periodo en el que más se utiliza este tipo de tecnología lúdica.

El porcentaje de adolescentes (tanto chicos como chicas) que presentan esta problemática ronda el 5 %. Entender por qué unos caen y otros no es fundamental para poder prevenir un uso excesivo que les perjudique.

Además de la importancia incuestionable del contexto –las horas de acceso u otros hábitos familiares como la lectura–, existen ciertos rasgos temperamentales, expresados desde el nacimiento, como la impulsividad que podrían ser precursores de esta adicción. Conocer los rasgos temperamentales, facilita identificar sobre qué y sobre quién prevenir antes de que el uso de videojuegos se convierta en un problema.

El objetivo, como casi siempre, no debe ser prohibir, sino educar.

The Conversation

Los autores han recibido fondos del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 para la ejecución de este proyecto durante los años 2024 y 2025.

Marta Modrego Alarcón no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ¿En qué se diferencia la adicción a los videojuegos de otras adicciones en la adolescencia? – https://theconversation.com/en-que-se-diferencia-la-adiccion-a-los-videojuegos-de-otras-adicciones-en-la-adolescencia-264093

‘Smart Purple Villages’: la revolución rural inteligente con rostro de mujer

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Gisela Palma Pinar, Doctora en Geografía especializada en zonas rurales inteligentes y sostenibles ( Smart Villages), Universidad Complutense de Madrid

Representación de un pueblo inteligente (_smart village_). Unión Europea

El mundo rural ha comenzado a transitar hacia un modelo de desarrollo más moderno, sostenible y digitalizado en los últimos años. La combinación de tecnologías inteligentes, transición verde e innovación social ha marcado un nuevo horizonte para los pueblos, no solo como espacios productivos, sino también como entornos habitables, inclusivos y equitativos.

En este marco surge el concepto de Smart Purple Villages –Pueblos Inteligentes Violetas, en su traducción literal–, una evolución del modelo Smart Villages que integra la igualdad de género como eje central del progreso rural y reconoce el papel de las mujeres y de los colectivos menos representados en la gobernanza, el emprendimiento y la innovación.

Mientras que las Smart Villages principalmente se han centrado en la sostenibilidad y la transformación digital, las Smart Purple Villages añaden una dimensión imprescindible: la participación activa de las mujeres, la inclusión social y la reducción de las desigualdades en el medio rural.

Este enfoque busca un desarrollo inteligente, sostenible y más equitativo, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en especial el ODS 5 (igualdad de género) y el ODS 10 (reducción de las desigualdades).

Igualdad digital y visibilización

Cada 15 de octubre se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales, un recordatorio de su contribución esencial a la economía y la sostenibilidad del medio rural. Sin embargo, su visibilización sigue siendo insuficiente. Muchas mujeres rurales afrontan desigualdades laborales, brechas digitales y una participación limitada en espacios de decisión, a pesar de su papel crucial en la innovación y la cohesión comunitaria.

Por ello, surgen iniciativas específicas enfocadas en la formación, el emprendimiento y el liderazgo femenino:

  • Desafío Mujer Rural (Instituto de las Mujeres /Fondo Social Europeo): promueve la consolidación de empresas lideradas por mujeres, fomentando la innovación y la competitividad de los proyectos empresariales.

  • Red Rural Nacional (RRN): programa de actividades para mujeres rurales que incluye formación, generación de redes, actividades económicas en el sector agrario y agroalimentario y comunicación para visibilizar sus iniciativas.

  • FADEMUR: Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales que trabaja para eliminar la triple discriminación que enfrenta ese colectivo, fomentar la creación de cooperativas y mejorar la capacitación profesional.

  • EMPODERA: proyecto socio-ambiental que desarrolla competencias para el empleo verde, con enfoque inclusivo hacia municipios rurales y promoviendo a mujeres emprendedoras como referentes.

  • SARA: proyecto europeo que detecta dificultades en el emprendimiento femenino rural y proporciona formación y apoyo para crear negocios sostenibles ligados a los pueblos inteligentes.

  • EWA (Empowering Women in Agrofood): programa de EIT Food (Unión Europea) que capacita a mujeres emprendedoras del sector agroalimentario mediante formación intensiva, tutoría y networking.

  • Estrategia Emprendedora 2030 (UATAE MUJER): difunde buenas prácticas de emprendimientos sostenibles liderados por mujeres, promoviendo nuevos estilos de comercio basados en solidaridad y respeto al entorno.

Estas iniciativas se alinean con estrategias europeas como Smart Rural 21 y Smart Rural 27, que combinan sostenibilidad, tecnología y cohesión social, ahora reforzadas con la perspectiva de género.

El principio fundamental de las Smart Purple Villages es que no hay desarrollo inteligente sin igualdad. A partir de esta premisa, los territorios rurales pueden reinventarse mediante proyectos que combinen tecnología, emprendimiento y cooperación.

Los sectores clave incluyen:

  • Emprendimiento femenino y empleo local: cooperativas y pequeñas empresas lideradas por mujeres que utilizan herramientas digitales para comercializar productos locales, servicios turísticos y artesanías. Programas como Cooperativas Rurales de Servicios de Proximidad de FADEMUR fomentan la creación de empleo femenino mediante cooperativas.

  • Educación y capacitación digital: alfabetización tecnológica para mujeres, jóvenes y mayores. Reduce la brecha digital y genera oportunidades laborales a través de programas como Pueblos en Clave Digital.

  • Cuidado y bienestar comunitario: tecnologías de asistencia, redes de voluntariado y soluciones inteligentes para mejorar la atención a personas mayores y dependientes, integrando el modelo Smart Silver con enfoque de género.

  • Turismo sostenible e inclusivo: destinos turísticos gestionados desde la perspectiva de género, promoviendo la economía circular, la cultura local y el equilibrio entre tradición e innovación.

  • Gobernanza participativa: inclusión de mujeres en la toma de decisiones locales y en la gestión de proyectos de desarrollo rural, fomentando un enfoque comunitario más inclusivo.

Casos inspiradores en España

Algunos territorios rurales ya aplican estrategias “violeta inteligentes”:

  • Castilla y León: iniciativas LEADER o la iniciativa Lánzate Rural, que impulsan redes de mujeres emprendedoras con productos agroalimentarios digitales.

  • Galicia: desarrolla un programa para mejorar las capacidades digitales e incrementar las oportunidades laborales.

  • Andalucía: comarcas como Sierra Mágina, en Jaén, promueven procesos participativos con enfoque de género en los territorios rurales.

  • Castellón: varios municipios comienzan a diseñar estrategias que dan prioridad a los grupos más desfavorecidos como las mujeres, incorporando igualdad de oportunidades en sus planes de digitalización rural.

También se desarrollan las iniciativas Smart Silver y Purple Villages, orientadas a la atención inteligente de personas mayores, con fuerte presencia femenina en servicios de proximidad y cuidados digitales. Estos casos demuestran cómo la combinación de innovación tecnológica y liderazgo femenino puede transformar la ruralidad.

Financiación y cooperación: claves del éxito

El desarrollo de Smart Purple Villages requiere cooperación entre administraciones públicas, universidades, empresas y comunidades locales. Entre las fuentes y programas más relevantes se encuentran:

  • Iniciativa LEADER: apoyo a proyectos locales de desarrollo rural sostenible.

  • Fondos Next Generation EU: financian la transición verde y digital, con inclusión de la perspectiva de género.

  • Programas Interreg: cooperación transfronteriza, como España-Portugal, para fortalecer digitalización y sostenibilidad.

  • Pacto Verde Europeo y Agenda Digital 2030: marco estratégico para la digitalización inclusiva y la transición ecológica.

Estas herramientas garantizan que la digitalización vaya acompañada de formación, sensibilización y acceso equitativo a recursos, transformando el territorio rural en un espacio más competitivo, resiliente e inclusivo.

A pesar de los avances, persisten desafíos importantes como brechas digitales y salariales que limitan el potencial de muchas mujeres rurales. También la falta de conectividad, dificultades para acceder al crédito y escasa representación femenina en cargos de decisión, sin olvidar el riesgo de “digitalización sin igualdad”, donde la tecnología beneficie solo a unos pocos.

No obstante, la tendencia es positiva: jóvenes mujeres regresan a sus pueblos impulsadas por proyectos digitales y sostenibles. La integración de innovación, cultura local y liderazgo femenino puede convertirse en motor de la nueva ruralidad europea.

Hacia un futuro rural igualitario e inteligente

Las Smart Purple Villages representan una visión renovada del desarrollo rural: un modelo que une tecnología, sostenibilidad e igualdad de género para construir comunidades más cohesionadas y resilientes.

España, con experiencia en programas Smart Villages y creciente apuesta por la igualdad digital, tiene la oportunidad de liderar este proceso. La clave estará en fortalecer redes locales, promover cooperación público-privada y garantizar que la digitalización llegue a todas las personas, sin distinción de género o lugar.

En última instancia, las Smart Purple Villages nos invitan a imaginar un futuro rural donde la inteligencia no se mida solo en datos o dispositivos, sino en la capacidad de crear territorios más justos, inclusivos y sostenibles, donde las mujeres rurales sean protagonistas del cambio.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. ‘Smart Purple Villages’: la revolución rural inteligente con rostro de mujer – https://theconversation.com/smart-purple-villages-la-revolucion-rural-inteligente-con-rostro-de-mujer-266934

Del hipertexto a la inteligencia artificial: viajes por la literatura digital

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Yolanda De Gregorio Robledo, Profesora del área de Filología Inglesa, Universidad de Cádiz

_Diffracted Hemispheres_, una muestra de arte digital interactivo. © Jason Nelson.

La literatura digital no consiste en trasladar un libro a una pantalla, como ocurre con los libros electrónicos. Es un laboratorio artístico donde texto, imagen, sonido e interacción se entremezclan. En la década de 1950, los primeros ordenadores ya comenzaron a despertar la imaginación de personas que empezaron a experimentar buscando la cooperación del ser humano con las matemáticas, las ciencias y la creatividad. Ya en 1952, Christopher S. Strachey desarrolló un programa de ordenador denominado [Love Letters](https://www.gingerbeardman.com/loveletter/): generaba cartas de amor, mostrando cómo las máquinas podían crear.

Hoy, la irrupción de la inteligencia artificial (IA) continúa este viaje en el que la tecnología impulsa nuevas formas de expresar y contar.

Cuando el código empezó a rimar

Poco después de aquellas cartas de amor automáticas, el filósofo y poeta alemán Max Bense animó al informático Theo Lutz a desarrollar un programa capaz de generar versos a partir de cálculos probabilísticos, al que llamaron Stochastische Texte(“Textos estocásticos”, 1959).

Los poemas estocásticos de Theo Lutz.
Theo Lutz.

A partir de 1960, la poesía aleatoria se transformó en un terreno de experimentación, como muestran algunos ejemplos: I Am that I Am (1960), de Brion Gysin, Tape Mark Made (1961), de N. Balestrini, o La Machine à écrire (1964), de Jean Baudot. En esa misma década, los poetas concretos y visuales emplearon los ordenadores como una herramienta para experimentar con la materialidad del lenguaje, creando versos y representaciones gráficas estáticas y animadas.

La máquina comenzó a convertirse en un cómplice creativo que mostraba que el acto de escribir podía ser también un diálogo con la tecnología, capaz de ampliar lo que se entendía por “escritura”.

Una lectura laberíntica, el hipertexo

Si la poesía generativa mostró cómo se podía experimentar con los ordenadores, el hipertexto abrió la literatura a una nueva forma de leer, no lineal. Gracias a la mayor accesibilidad de los ordenadores personales y el desarrollo de software que ayudaban a crear textos hipertextuales, en las décadas de 1980 y 1990 se publicaron importantes narraciones hipertextuales, donde los enlaces desplegaban la narración más allá de una única línea narrativa.

El lector ya no avanza de la primera a la última página, sino que va escogiendo la ruta a seguir a través de los hiperenlaces. Entre los ejemplos más influyentes están Afternoon, a Story, de Michael Joyce, publicada en 1990, y Patchwork Girl (1995), de Shelley Jackson.

Estas obras desafiaron la noción de relato cerrado y lanzaron la posibilidad real de que la literatura saliera de la forma impresa hacia formas narrativas inéditas. Con el clic, se pasaría a una mayor participación por parte del lector.

Cuando la palabra empezó a moverse

Con el inicio del nuevo siglo, internet llegó a muchos hogares y los ordenadores personales se volvieron más potentes y económicos. Programas como Flash pusieron al alcance de los artistas nuevas herramientas. Con una programación sencilla, permitían combinar texto, imagen y animación.

En este nuevo contexto, la literatura ya no se limitaba a la página o al hiperenlace. Se permitió al lector convertirse en una parte activa de la experiencia, al ser las obras animadas e interactivas. Ejemplos significativos son Birds Singing Other Birds’ Songs (2001), de María Mencía, que fusiona la poesía concreta tipográfica con la experimentación sonora, y Fitting the Pattern (2008), de Christine Wilks, quien a través de la metáfora de la costura invita al lector a coser un patrón de memorias.

Estos años se caracterizaron por la proliferación de obras digitales en la red, donde programar, escribir y leer se entrelazaban.

Cuando la literatura trabaja con la IA

Pronto, el avance tecnológico incorporó a un nuevo actor, que entró con fuerza, capaz no solo de animar textos, sino de generarlos. Artistas como Jason Nelson, con sus obras que combinan el juego, el texto y una estética caótica, o Alinta Krauth, que explora la interacción entre humanos, máquinas y otros seres vivos, muestran la diversidad de la literatura digital actual.

Mechanical Treehouse.
©Alinta Krauth y Jason Nelson

Estos autores utilizan la IA para ampliar sus posibilidades creativas. En el caso de Alinta Krauth, los modelos de aprendizaje automático permiten reconocer e interpretar sonidos de animales, como en The (m)Otherhood of Meep. Por su parte, Jason Nelson genera movimiento e imágenes nuevas a partir de una inicial, como en [Mechanical Treehouse]. Otros, como David (Jhave) Johnston, emplean órdenes o prompts para generar junto a la máquina diferentes obras artísticas, como vídeos, imágenes o animaciones.

Son artistas que, desde los años 1960 hasta la actualidad, se han beneficiado y han experimentado con las posibilidades que la tecnología les ofrecía. Hoy, en la mayoría de las ocasiones, la IA es empleada como una herramienta de trabajo o una colaboración que les acompaña en la exploración de nuevas posibilidades y horizontes creativos.

The Conversation

Yolanda De Gregorio Robledo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Del hipertexto a la inteligencia artificial: viajes por la literatura digital – https://theconversation.com/del-hipertexto-a-la-inteligencia-artificial-viajes-por-la-literatura-digital-265993

Gentrificación climática: la demanda de la vivienda aumenta en las provincias más frescas

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Simón Sosvilla-Rivero, Catedrático de Análisis Económico, Universidad Complutense de Madrid

España sufrió la segunda mayor ola de calor desde que existen registros en agosto de 2025. Este hecho refuerza la creencia de que el cambio climático ya no es una amenaza lejana: está aquí y está afectando las ciudades, la salud… y también el precio de las viviendas españolas.

Un estudio académico que hemos realizado recientemente ofrece una mirada reveladora sobre cómo las altas temperaturas están afectando el mercado inmobiliario español y transformando el valor de la vivienda.

Calor extremo y valor inmobiliario

A través de un análisis riguroso de los precios de venta y alquiler publicados en idealista.com en las 47 capitales de provincia peninsulares entre 2009 y 2024, encontramos que el calor extremo afecta el valor de los inmuebles.

Cada día adicional con temperaturas máximas superiores a 35°C se traduce en una caída de 1,40 € por metro cuadrado en el precio de venta y de 0,0059 € por metro cuadrado en el precio de alquiler dentro de la misma provincia. Si lo traducimos a cifras más concretas, para una vivienda media de unos 120 metros cuadrados –y teniendo en cuenta que en España había unas 700 000 casas en oferta de venta o alquiler en 2024–, esto supondría una pérdida aproximada de 117,6 millones de euros al año en ventas y medio millón de euros anuales en alquileres para los propietarios.

¿Quién gana con el calor?

Según nuestro estudio, la respuesta está fuera de las provincias más sofocantes. Las regiones vecinas, especialmente las más frescas, se benefician del calor ajeno: los precios de venta suben hasta 2,80 € por metro cuadrado y los alquileres en torno a 0,012 €, generando un beneficio de alrededor de 235 millones de euros al año en ventas y un millón en rentas para los propietarios. En resumen, el calor resta valor en unas zonas, pero lo multiplica en otras.

Las regiones españolas más frescas se benefician de las olas de calor de otras, pues los precios de venta y alquiler de sus inmuebles suben.

Este desplazamiento de valor, que vinculamos con patrones de migración climática interna, tiene implicaciones profundas para el futuro del urbanismo, la inversión inmobiliaria y la planificación territorial. ¿Estamos ante una nueva forma de gentrificación climática? ¿Se convertirán las regiones más frescas en los nuevos polos de atracción residencial? El estudio sugiere que sí, y que este proceso ya está en marcha.

Vivienda, cambio climático y economías locales

El mercado inmobiliario es un barómetro sensible al riesgo climático. En países como Estados Unidos o China ya se han documentado caídas de valor en zonas expuestas a huracanes, incendios o inundaciones. En España, el calor extremo emerge como un factor silencioso pero persistente: no destruye viviendas de forma inmediata, pero erosiona su atractivo y su valor a medio plazo.

Este hallazgo conecta con la idea de que los mercados financieros e inmobiliarios no son inmunes al clima. Al contrario, son el puente por el que el riesgo climático se filtra hacia la economía real y acaba impactando directamente en los bolsillos de los ciudadanos. Cuando los precios de la vivienda caen en una región por exceso de calor, no solo pierden los propietarios, también se resienten los ingresos fiscales municipales, la inversión en infraestructuras y la cohesión social.

El desplazamiento de la demanda hacia provincias más frescas refleja un fenómeno que los investigadores denominan “migración climática”. Aunque solemos asociar este concepto a movimientos internacionales, lo cierto es que también ocurre dentro de un mismo país. En España, el calor extremo puede acelerar la salida de población de zonas del sur y del interior hacia regiones del norte o de mayor altitud, donde la calidad de vida se percibe como más sostenible.

Nuestro estudio subraya que estos movimientos no son sólo demográficos sino también económicos: los flujos de capital inmobiliario siguen la misma lógica. Allí donde se prevé un clima más benigno también se anticipa una mayor inversión, lo que puede generar presión sobre los precios y, con ello, dificultar el acceso a la vivienda para la población local, reduciendo, en última instancia, la equidad social.

El futuro de la vivienda en España

El futuro del mercado inmobiliario será resiliente y sostenible o simplemente no será. El calor extremo ya está dejando huella en los precios de la vivienda en España, y lo seguirá haciendo con mayor intensidad en los próximos años.

La pregunta no es si el clima afectará al mercado, sino cómo responder a este reto: si con políticas adaptativas, que promuevan la equidad y la sostenibilidad, o con una inacción que profundice las desigualdades y genere pérdidas económicas.

Nuestro estudio advierte que el cambio climático transformará el mercado inmobiliario español, afectando precios, inversión y acceso a la vivienda.

Integrar el riesgo climático en las políticas urbanas y en las estrategias financieras será esencial para garantizar la sostenibilidad, la equidad y la resiliencia en un contexto de calor creciente y desigualdad territorial.

Como sus ciudades, el mercado inmobiliario español está en la primera línea del cambio climático. Y lo que se haga hoy marcará la diferencia en el valor económico, social y humano, de las viviendas mañana.

The Conversation

Nada que declarar

Adrian Fernandez-Perez y Marta Gómez-Puig no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.

ref. Gentrificación climática: la demanda de la vivienda aumenta en las provincias más frescas – https://theconversation.com/gentrificacion-climatica-la-demanda-de-la-vivienda-aumenta-en-las-provincias-mas-frescas-267128

Ahorro e inversión ‘con cabeza’ en cada momento de la vida

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Gustavo Porporato Daher, Profesor de Economía Financiera y Contabilidad, Universidad Autónoma de Madrid

CrizzyStudio/shutterstock

La gestión financiera de los ingresos constituye un aspecto central de la economía y el bienestar familiar. Las decisiones de ahorro e inversión se ven condicionadas por factores como la edad, el ciclo vital, el nivel educativo, la estabilidad de los ingresos y la aversión al riesgo. Este último factor es el que determina cuál instrumento financiero se adapta mejor a cada inversor, considerando la relación financiera entre riesgo y rentabilidad.

Comportamientos de ahorro e inversión

Gran parte de la riqueza de los hogares españoles se concentra en activos inmobiliarios. Esta estrategia, que es entendible por mucha gente, limita la disponibilidad de los activos (liquidez). El Banco de España señala que la base del patrimonio líquido de la mayoría de las familias son los depósitos bancarios y las cuentas de ahorro.

La mayoría prefiere destinar sus recursos financieros a productos de bajo riesgo, buscando conservar su capital, asegurar liquidez y planificar su jubilación. Sin embargo, la proporción entre activos líquidos y aquellos con mayor rentabilidad depende de la edad:

  • Jóvenes (20–39 años): aunque prefieren instrumentos altamente líquidos (depósitos o cuentas remuneradas) deberían aumentar tempranamente su participación en productos de ahorro previsional como planes de pensiones.

  • Mediana edad (40–59 años): tienden a diversificar más sus carteras de inversión, combinando vivienda, bonos gubernamentales, seguros de ahorro y fondos mixtos conservadores. Esta etapa concentra el esfuerzo de acumulación patrimonial y planificación de gastos futuros (educación, jubilación).

  • Jubilados (60+ años): estudios recientes sobre envejecimiento e inversiones seguras señalan que los hogares jubilados priorizan la estabilidad y reducen al mínimo su exposición al riesgo. Así, sus inversiones se concentran en activos de muy bajo riesgo, maximizando la liquidez y la estabilidad de ingresos. Los depósitos, bonos públicos a corto plazo y las rentas vitalicias constituyen instrumentos clave para ellos.

Productos financieros con menor riesgo

Cuentas de ahorro: permiten guardar dinero y disponer de él cuando se necesite. Algunas ofrecen una pequeña rentabilidad y no suelen tener comisiones se cumplen ciertos requisitos.

Cuentas remuneradas: similares a las cuentas de ahorro, tienen una rentabilidad más competitiva a cambio de ciertas condiciones (como domiciliar ingresos o limitar el saldo máximo remunerado).

Depósitos a plazo fijo: se destina una cantidad de dinero durante un tiempo determinado, a cambio de una rentabilidad pactada. El dinero queda inmovilizado hasta el vencimiento, pero suelen ofrecer mayores intereses que las cuentas anteriores.

Planes de pensiones: permiten ahorrar para la jubilación, con ventajas fiscales. El dinero invertido no está disponible hasta la jubilación o en situaciones excepcionales (y muchas veces con penalizaciones).

Seguros de ahorro: el ahorrador entrega una cantidad de dinero, llamada prima, a la aseguradora por un plazo previamente acordado, sin posibilidad de recuperarla antes del vencimiento. Al finalizar el plazo, recibe la prima invertida y posibles rendimientos garantizados. Si fallece, el capital y los intereses se transfieren a sus herederos.

Renta vitalicia
La renta vitalicia es un seguro donde se invierte un capital y, de inmediato o transcurrido un plazo, se recibe una renta mensual asegurada hasta el fallecimiento, pagada por la compañía aseguradora.

Productos financieros con riesgo medio

Fondos de inversión: invierten en activos de renta variable (acciones) o renta fija (deuda pública y privada). Ofrecen algo más de rentabilidad pero también una mayor exposición a los vaivenes del mercado.

Para minimizar el riesgo, los fondos de gestión pasiva intentan replicar, y no superar, el rendimiento de algún índice de referencia. Para ello, arman su cartera de inversión con los mismos valores y en la misma proporción que que el índice.

Productos financieros con riesgo alto

Fondos de inversión de gestión activa, donde los gestores deciden en qué valores invertir, buscando una mayor rentabilidad a cambio de mayor riesgo asumido.

Cartera propia de acciones, bonos, materias primas, criptoactivos, etc: en este caso, el inversor compra directamente los valores en el mercado, constituyendo su propia cartera.

Fomentar la estabilidad financiera

Las decisiones de ahorro e inversión familiar se ven fuertemente influidas por el ciclo vital. La aversión al riesgo aumenta con la edad, desplazando las carteras hacia instrumentos de menor riesgo y volatilidad. La vivienda constituye un activo predominante en las familias de mediana edad, mientras que los jubilados priorizan seguridad y liquidez.

Para fomentar la estabilidad financiera intergeneracional, las políticas públicas y los programas de educación financiera deberían promover desde edades tempranas el ahorro sistemático y la planificación previsional.

The Conversation

Gustavo Porporato Daher no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Ahorro e inversión ‘con cabeza’ en cada momento de la vida – https://theconversation.com/ahorro-e-inversion-con-cabeza-en-cada-momento-de-la-vida-266613