Ya podemos personalizar la dosis de ejercicio físico midiendo el tiempo entre dos latidos

Source: The Conversation – (in Spanish) – By María Carrasco-Poyatos, Profesora Titular de Universidad, Universidad de Almería

Taras Grebinets/Shutterstock

¿Es el ejercicio físico un fármaco más? Si no lo es, al menos ha ganado fama últimamente dentro del mundo de la salud por sus múltiples beneficios. Más allá de mejorar el aspecto físico, ejercitarnos ayuda a reducir el dolor y mejora la calidad del sueño, el estado de ánimo y la calidad de vida.

Lo extraordinario es que sus beneficios se perciben incluso entrenando muy poco. Cualquier movimiento es mejor que el sedentarismo. Sin embargo, para que el ejercicio tenga un efecto significativo es necesario aplicar una dosis adecuada en tipo, intensidad, frecuencia y progresión. Sin olvidar que los programas deben ser individualizados.

La dificultad de ajustar la “dosis” de ejercicio a cada persona

Se sabe que un entrenamiento estandarizado provoca efectos diferentes en cada individuo. Es decir, si un grupo de personas se reúne para hacer el mismo entrenamiento, incluso teniendo características comunes, no todas obtendrán el mismo beneficio de la sesión. Esto, si estamos sanos, no tiene más importancia porque normalmente no genera efectos adversos. Pero cuando se trata de pacientes con enfermedades, hay que tenerlo muy en cuenta.

Además, todos hemos notado que cada día no es igual que el anterior, es decir, que no nos sentimos siempre de la misma manera. Nuestro estilo de vida, el manejo del estrés, la edad, el género o la ratio trabajo/descanso van a condicionar nuestro estado psicofisiológico diario, lo que hace más compleja si cabe la individualización del entrenamiento.

Igual que un médico ajusta la dosis del fármaco para que produzca el efecto deseado en el paciente, se debería adaptar la dosis del ejercicio físico a cada persona para conseguir la mejora fisiológica deseada. Pero ¿cómo sabemos cuál es la dosis exacta? O dicho de otro modo, ¿cómo se individualiza el entrenamiento?

Este fue el punto de partida de la nueva línea de investigación que iniciamos en la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Almería, dentro del grupo de investigación HUM628, destinada a generar avances sobre la adaptación de la cantidad de ejercicio físico a cada persona, y en la que venimos trabajando desde 2018. Se trata del entrenamiento basado en la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV, por sus siglas en inglés).

Un paso más cerca de la individualización

La HRV se define como el tiempo que transcurre entre dos latidos consecutivos. Refleja el estado del sistema nervioso autónomo, que se encarga de controlar las respuestas involuntarias del organismo para mantener un estado de equilibrio. Este sistema está por la rama simpática, que se activa en situaciones de estrés y alerta, y la parasimpática, responsable de la relajación y la recuperación. El equilibrio simpático/parasimpático es clave para que nuestro organismo siga funcionando correctamente y afronte de manera adecuada las cargas del entrenamiento.

Se ha comprobado que, en estado de reposo, valores altos de HRV coinciden con la activación del parasimpático, mientras que valores bajos se asocian a una predominancia del simpático. Con esta idea, el valor de HRV antes de entrenar nos indicará cómo de preparado está el organismo para realizar un estímulo de alta intensidad (HRV alto) o si, por el contrario, debemos elegir un entreno de baja intensidad ese día (HRV bajo).

Los estudios realizados hasta el momento han encontrado resultados satisfactorios en cuanto al ajuste de las cargas, puntualizando que, efectivamente, el estado de preparación fisiológica se ve reflejado en los valores de HRV, y que adaptar la intensidad del entrenamiento al estado fisiológico no repercute negativamente en la mejora del rendimiento.

Concretamente, en nuestros estudios en pacientes con patologías cardiovasculares vimos que el entrenamiento basado en HRV mejora la composición corporal, la capacidad funcional, la calidad de vida y las variables cardiorrespiratorias por encima de un plan estandarizado, con menor volumen de entrenamiento a alta intensidad. En resumen, usar el HRV genera más beneficios con menos minutos de entrenamiento a alta intensidad, optimizando la dosis de entrenamiento y aportando calidad.

En este sentido, tener en cuenta cómo varía la frecuencia cardíaca se convierte en un dato muy útil para ayudarnos a individualizar el entrenamiento de forma diaria. Además, hoy en día la HRV puede registrarse de forma sencilla e instantánea con instrumentos como pulsómetros con banda pectoral, pulsómetros con medición en la muñeca dispositivos que se sitúan en el pecho, anillos inteligentes o aplicaciones de dispositivos móviles, como HRV4Training o Welltory.

Consejos prácticos para personalizar el entrenamiento

Quien desee personalizar su entrenamiento por sí mismo puede seguir las siguientes recomendaciones:

  1. Medir su HRV para conocer su estado de recuperación y adaptar el entreno a sus necesidades.

  2. Escuchar su cuerpo, completando esta valoración con sus propias sensaciones.

  3. Entrenar sin prisa, centrándose en progresar adecuadamente.

  4. Consultar a un profesional, sobre todo si padece una enfermedad crónica.

  5. Priorizar la recuperación, recordando que es tan importante como el entrenamiento en sí. Conviene incluir días de descanso en la rutina, especialmente si el HRV se encuentra bajo.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Ya podemos personalizar la dosis de ejercicio físico midiendo el tiempo entre dos latidos – https://theconversation.com/ya-podemos-personalizar-la-dosis-de-ejercicio-fisico-midiendo-el-tiempo-entre-dos-latidos-264404

El cierre de un vertedero amenaza la supervivencia de migrantes en República Dominicana

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Raúl Zecca Castel, Investigador postdoctoral en Antropologia Cultural y Social, University of Milano-Bicocca

República Dominicana quiere eliminar los vertederos a cielo abierto para modernizar su sistema de residuos. Pero ¿qué pasaría entonces con las más de 12 000 personas, muchas de ellas migrantes haitianos sin papeles, que dependen de la basura para sobrevivir?

A las ocho de la mañana, el vertedero de San Pedro de Macorís, municipio situado en el este, despierta cubierto de humo. No hay cercas, ni árboles, ni sombra. Solo montañas de residuos humeantes que se mezclan con el calor del trópico. Decenas de personas caminan sobre la basura con sacos al hombro y botas de goma gastadas. Buscan latas, cobre, cartón, plástico, telas e incluso restos de comida. Buscan lo que nadie más quiere.

Entre ellos está Kiko, que trabaja allí desde niño. Tiene 30 años y conoce el lugar como si fuera su casa:

“Mi madre siempre iba al vertedero. Yo la suplicaba que me llevara con ella. La primera vez que fui debía tener ocho años. Para mí era como un juego, como un parque de diversiones… y, mientras tanto, el tiempo pasaba. Así me convertí también yo en buzo, sin querer serlo, pero lo soy, porque estoy con ellos y hago su vida”.

Hoy, como muchos otros, Kiko teme que ese mundo desaparezca. Un mundo invisible, pero vital, del que dependen más de 12 000 personas en toda la República Dominicana. Son los “buzos”, como se conoce localmente a quienes rebuscan entre los residuos para recuperar y vender materiales reciclables.

Muchos de ellos son haitianos sin documentos o hijos de haitianos nacidos en los bateyes, los antiguos asentamientos cañeros que hoy sobreviven como comunidades empobrecidas, resultado de una economía en decadencia, que ha cedido el paso al sector servicios y, sobre todo, al turismo.




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Una ley necesaria, una amenaza inesperada

El turismo bate récords en la República Dominicana: más de 11 millones de visitantes en 2024, una cifra histórica que impulsa el consumo y, con él, la generación de residuos.

Pero ¿a dónde va toda esa basura?

Cada año se generan más de siete millones de toneladas de residuos sólidos en el país. Solo el 7 % se recicla. El resto acaba, en su mayoría, en vertederos a cielo abierto: hay 358 en todo el país, muchos de ellos sin control sanitario ni ambiental. No es casual que el país ocupe la 165. ª posición en el índice mundial de gestión de residuos.

Frente a este escenario, en 2020 el Congreso aprobó la Ley General de Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos (Ley 225-20), cuyo objetivo es transformar por completo el sistema nacional de residuos. Entre sus medidas más ambiciosas destaca el cierre progresivo de al menos 30 vertederos a cielo abierto como parte de una transición hacia una economía más limpia y formalizada.

La medida, en principio, parece necesaria. Pero tiene un lado oscuro: no contempla mecanismos efectivos para integrar a los recicladores informales –los buzos– que viven y trabajan en estos espacios. Tampoco reconoce el peso social y económico que estas redes informales representan para miles de personas.

Sin medidas de inclusión claras, el cierre de los vertederos podría dejar a miles de personas fuera del sistema, sin ingresos, sin recursos y sin alternativas reales para sobrevivir.




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Kiko, de 30 años, recoge y vende metales reciclables que las industrias locales transforman en nuevas materias primas, impulsando la economía circular.
Raúl Zecca Castel

Vivir al margen, pero con dignidad

La vida en el vertedero es dura. Kiko lo sabe:

“Trabajar aquí es muy riesgoso. Cuando metes las manos en un saco te puedes pinchar con una jeringa o cortar con un vidrio. Te viene náusea, vomitas. A veces no resistes por las moscas. He visto muchas cosas feas, realmente… Aquí hemos encontrado bebés recién nacidos, muertos, tirados entre la basura. También personas asesinadas, quemadas, abandonadas”.

Y aun así, Kiko prefiere estar allí. Porque, como confiesa, a pesar de todo, en ese lugar que otros evitan, él ha encontrado una forma de vivir –y de ser– que no cambiaría por nada.

“A mí me gusta trabajar en el vertedero. No te voy a decir que no, porque yo crecí allí, siento que pertenezco a ese lugar. A muchos les dará asco, pero yo nací y crecí ahí: nada me molesta. Prefiero mil veces trabajar aquí que cortar caña. Aquí en un día puedes ganar lo que allá ni en una semana. Y estás solo. Nadie te manda. Aquí no hay jefes. Nadie te dice qué hacer ni cuánto trabajar. Eres tú tu propio jefe.”

Más que un basurero, el vertedero es para muchos un espacio de libertad. Una autonomía precaria, sí, pero real. Porque ese lugar lleno de riesgos, desechos y silencio también les ofrece algo que fuera nunca tuvieron: libertad, respeto, sentido de pertenencia.

Lo confirma Altagracia, una mujer de 48 años que antes sembraba caña y hoy recolecta ropa usada para revenderla en los bateyes:

“Aquí hay respeto. En el vertedero somos todos iguales. Si tú te respetas, los demás también te respetan. Eso me gusta. Aquí me siento en familia”.

Altagracia, de 48 años, madre de cuatro hijos, trabaja en el vertedero recuperando ropa usada para venderla en los bateyes de la provincia, alcanzando así su independencia económica.
Raúl Zecca Castel

También Nairobi, de 24 años, encontró en el vertedero algo que nunca imaginó: el amor. Llegó allí después de abandonar la venta de comida en las plantaciones de caña, un trabajo que no daba para vivir, donde “la gente compraba a crédito y después no podía pagarme”. Ahora lleva tres años reciclando plástico y cartón.

Su pareja, que ya no puede trabajar tras sufrir una agresión, se encarga del niño mientras ella gana el sustento diario bajo el sol. Él lo cuenta con una sonrisa tranquila, como si aún no se lo creyera del todo:

“Discutíamos mucho nosotros, pero ya tú sabes, hablando y hablando, al final nos enamoramos. Son cosas que pasan… Y míranos ahora: vivimos juntos desde hace un año y tenemos un hijo.”

En el vertedero, entre residuos y abandono, también se construyen hogares, afectos y proyectos. Allí, miles de personas –invisibles para el sistema– encuentran nuevas formas de vivir, resistir, reinventarse. Pero esa frágil red de autonomía y dignidad descansa sobre cimientos inestables: la falta de papeles, la discriminación estructural y el riesgo constante de ser expulsados.

Nairobi, de 24 años, mantiene a su marido discapacitado y a su hijo de un año recolectando plástico y cartón, materiales menos pesados que el vidrio y menos peligrosos que los metales, pero también por eso menos rentables.
Raúl Zecca Castel



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El precio de la informalidad

“Hay mucha gente como yo que no tiene documentos. Yo no pude ir a la escuela por la falta de documentos. Y sin documentos no puedes hacer nada”, explica Kiko. Su caso no es único.

Según el Movimiento Nacional de Recicladores de la República Dominicana, entre el 60 % y el 70 % de quienes trabajan en los vertederos no tienen regularización migratoria. Por eso, no pueden ser integrados como “prestadores de servicios” en el nuevo sistema de gestión de residuos propuesto por la Ley 225-20. Son trabajadores informales, pero también ciudadanos invisibles, excluidos de todo derecho.

A esto se suma un fenómeno aún más alarmante. En los últimos seis meses, más de 180 000 haitianos han sido repatriados por las autoridades dominicanas, en medio de una creciente ola de xenofobia y tensiones binacionales.

La Ley 225-20 busca modernizar el país, hacer más limpia la economía del reciclaje. Pero si no se abordan las barreras estructurales –la falta de documentos, la discriminación, el estatus migratorio– el cierre de los vertederos no será una victoria ambiental, sino una condena social para miles.

Nairobi gana el equivalente a cuatro euros al día. Como reconoce:

“No quiero que mi hijo tenga que trabajar aquí. Quiero que estudie y decida él que quiere hacer. Pero ahora… sin documentos no hay otra”.

Kiko canta, escribe canciones, sueña con escenarios:

“Tal vez llegue el día en que me vuelva famoso. Nadie sabe si seguiré aquí. Hoy sí, mañana quizás. Pero quién sabe lo que pueda pasar”.

Cerrar un vertedero sin abrir alternativas reales no es progreso. Es desechar también a quienes viven entre residuos, pero luchan –cada día– por su dignidad. Como Kiko. Como Nairobi.

The Conversation

Raúl Zecca Castel no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. El cierre de un vertedero amenaza la supervivencia de migrantes en República Dominicana – https://theconversation.com/el-cierre-de-un-vertedero-amenaza-la-supervivencia-de-migrantes-en-republica-dominicana-265179

El impuesto del 100% a la compra de vivienda por no residentes en la UE chocaría con la Constitución y el derecho comunitario

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Paloma García Córdoba, Profesora lectora en los Estudios de Derecho y Ciencia Política, UOC – Universitat Oberta de Catalunya

Construcción de viviendas en Arona (Tenerife, España). Thierry Hebbelinck/Shutterstock

Cerca del 14 % de las compraventas inmobiliarias en España fueron realizadas en 2024 por extranjeros. Y más de la mitad de esas operaciones (el 52 %) fueron efectuadas por ciudadanos no comunitarios.

Por otra parte, también en 2024, el mercado del alquiler mostró mayores niveles de tensión: hay 96 512 viviendas menos en el mercado y, por cada una que se ofertó, se interesaron 124 familias en los primeros 10 días que estuvo en el mercado (en 2023 eran 45). Respecto al precio, se produjo una subida interanual del 11,2 %, por lo que el precio medio de la vivienda de alquiler es de 1 118 €.

Además, el Barómetro de septiembre de 2025 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) señala que, para el 14,8 % de las personas que viven en España, la vivienda es el primer problema social del país.

Un gravamen del 100 %

El Grupo Parlamentario Socialista ha presentado una proposición de ley “para impulsar el alquiler de
viviendas a precios asequibles”. Entre el paquete de medidas propuestas está el Impuesto Complementario Estatal sobre la Transmisión de Bienes Inmuebles a No Residentes en la Unión Europea, que aplica un gravamen del 100 % a la compraventa de inmuebles por parte de no residentes en la UE.

La iniciativa, admitida a trámite a finales de mayo de 2025, tiene como objetivo desincentivar la compra de vivienda por parte de estos compradores, para los que la vivienda suele funcionar como un bien de inversión.




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Dicho tributo se aplicaría a la compra de viviendas de segunda mano cuando el comprador no resida en la UE (la compra de vivienda nueva ya está sujeta al pago de IVA). El Estado sería el encargado de gestionar, recaudar e inspeccionar el impuesto, sin intervención de las comunidades autónomas.

Un desafío jurídico

Esta proposición plantea posibles fricciones a nivel jurídico, tanto desde una óptica constitucional como en materia de derecho comunitario.

Por una parte, está la posible inconstitucionalidad del tributo. Un gravamen del 100 % podría considerarse confiscatorio y resultaría contrario a la prohibición de confiscatoriedad contemplada en el artículo 31.1 de la Constitución española:

“Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”.

Además, a nivel europeo, el impuesto podría vulnerar el principio de libre circulación de capitales recogido en el artículo 63 del Tratado de Funcionamiento de la UE:

“Quedan prohibidas todas las restricciones a los movimientos de capitales entre Estados miembros y entre Estados miembros y terceros países”.

En este caso, el término “terceros países” equivaldría a “no residentes en la UE”.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha aceptado excepciones a este principio sólo cuando estén debidamente justificadas por razones imperiosas de interés general, que “permiten a los poderes públicos españoles limitar el acceso o ejercicio de una actividad económica”.

No obstante, ya ha considerado discriminatorio, por ejemplo, el trato que se le brindaba a los no residentes en la aplicación del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones:

“El Reino de España ha incumplido las obligaciones que le incumben en virtud de los artículos 63 TFUE y 40 del Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo de 2 de mayo de 1992, al permitir que se establezcan diferencias en el trato fiscal de las
donaciones y las sucesiones entre los causahabientes y los donatarios residentes y no residentes en España, entre los causantes residentes y no residentes en España y entre las donaciones y las disposiciones similares de bienes inmuebles situados en territorio español y fuera de éste”.

Además, en el ámbito de los derechos humanos, el derecho de propiedad está protegido por el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CDEH) a través del Primer Protocolo Adicional, que incluye una referencia a la legislación fiscal:

“Toda persona física o jurídica tiene derecho al respeto de sus bienes. Nadie podrá ser privado de su propiedad sino por causa de utilidad pública y en las condiciones previstas por la ley y los principios generales del Derecho Internacional. Las disposiciones precedentes se entienden sin perjuicio del derecho
que tienen los Estados de dictar las leyes que estimen necesarias para la reglamentación del uso de los bienes de acuerdo con el interés general o para garantizar el pago de los impuestos, de otras contribuciones o de las multas”.

De hecho, la interpretación del Tribunal Europeo de Derechos Humanos exige un equilibrio entre el interés general y la protección de la propiedad privada. En este caso, un impuesto del 100 % podría ser visto como una carga excesiva, susceptible de vulnerar el derecho de propiedad protegido por el CDEH.

Experiencias a nivel internacional

A nivel internacional, existen diferentes precedentes de regulación de compra de propiedades por parte de extranjeros. Canadá utiliza un modelo combinado: la provincia de Ontario aplica una medida tributaria, el Impuesto a la Especulación para No Residentes, que grava la compra de inmuebles con un tipo impositivo del 25 %. Esta medida provincial se complementa con la Ley de Prohibición de Compra de Propiedades Residenciales por No Canadienses, una restricción directa a nivel federal.

Dinamarca opta exclusivamente por restricciones legales directas a la compra, sin recurrir a impuestos. Esta medida está específicamente autorizada la Unión Europea y le permite mantener su legislación, que restringe la adquisición de segundas residencias por parte de no residentes.

Tales experiencias demuestran que es viable adoptar diversas clases de medidas, cuya efectividad depende, en gran parte, de su adecuado diseño, su proporcionalidad y del estricto respeto al derecho de la UE.

¿Solución efectiva o riesgo innecesario?

Aunque la medida propuesta por el Grupo Parlamentario Socialista responde a una necesidad urgente, el enfoque elegido podría ser excesivo y cuestionable desde un punto de vista jurídico por su posible inconstitucionalidad e incompatibilidad con el derecho de la UE.

Asimismo, cabe preguntarse si esta medida es adecuada para impulsar el alquiler de viviendas a precios asequibles.

En todo caso, si la proposición avanza, será imprescindible una técnica legislativa rigurosa, que evite potenciales litigios y respete los principios fundamentales del ordenamiento español y europeo.

The Conversation

Paloma García Córdoba no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. El impuesto del 100% a la compra de vivienda por no residentes en la UE chocaría con la Constitución y el derecho comunitario – https://theconversation.com/el-impuesto-del-100-a-la-compra-de-vivienda-por-no-residentes-en-la-ue-chocaria-con-la-constitucion-y-el-derecho-comunitario-266340

Cómo prepararse para estudiar un grado o un máster en otro idioma

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Raquel Sánchez Ruiz, Profesora del Departamento de Filología Moderna, área de Inglés, Universidad de Castilla-La Mancha

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La oferta de títulos universitarios en inglés en España y las posibilidades de estudiar en el extranjero se han multiplicado exponencialmente como consecuencia natural de la implantación de los programas bilingües en las etapas previas a la universidad y de la creciente internacionalización de nuestra sociedad.

¿Cómo evaluar si tenemos el nivel de inglés o de otro idioma suficiente para dar un paso así? Aprender contenidos en una lengua extranjera implica la activación de procesos cognitivos específicos que van más allá de lo que nos da una acreditación de un nivel X de idioma. Cuando nos planteamos estudiar en otro país, tenemos que tener en cuenta que conocer la lengua no garantiza el éxito.

En este artículo explicaremos cuál es la diferencia entre hablar un idioma extranjero y usarlo como vehículo para el aprendizaje de contenido en educación superior, y cuáles son las mejores estrategias para alcanzar éxito en lo segundo.

Nivel de acceso imprescindible

La mayoría de los estudios impartidos en lengua extranjera (LE) requieren un nivel de acceso, generalmente B2 según el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas. Sin embargo, estudiar en otro idioma exigirá ir más allá del conocimiento general de la lengua para desenvolverse en situaciones cotidianas y, por tanto, ampliar contenido y términos de ámbitos de conocimiento específicos y lenguaje crítico con estructuras complejas.

Más que poder acreditar el nivel de lengua mediante nuevos certificados, lo importante es estar en continuo contacto con la lengua en diversos contextos y materias, y practicarla lo máximo posible en todos los modos (oral, escrito o combinaciones de ambos).

Alfabetización plural

Todo proceso de aprendizaje, en cualquier área e idioma, se divide en tres pasos: recibir, procesar y producir información. Es lo que los expertos definen como pluriliteracies en inglés, que podría traducirse como “alfabetizaciones múltiples”.

Veamos en qué consiste el primer paso: recibir el contenido de una materia concreta en inglés, algo que haremos a través de diferentes canales, tanto en clase como de manera autónoma. En cualquier proceso de aprendizaje, para interiorizar los conceptos hay que empezar por recordar y comprender (o construir significados). Pero no es lo mismo comprender el idioma propio que otro.

Las clases universitarias o de máster no son clases de idioma: al igual que un edificio, se apoyan en conocimientos o conceptos clave que nos abren la puerta al contenido más especializado. Por esta razón es útil prepararse, mediante lecturas básicas en el idioma elegido, definiendo y entendiendo estos conceptos básicos en dicho idioma.




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Hacer nuestra la información: procesar en inglés

El segundo paso es procesar esta información, comprenderla, hacerla nuestra. Esto implica la conformación de un mapa de conocimientos con sus propias conexiones, personal, a través de una serie de procesos como resumir o destacar.

Se trata de procesos cognitivos más elaborados: analizar información comprendiendo su estructura, evaluar justificando una opinión o decisión con criterios y crear produciendo contenido original aplicando pensamiento crítico y creativo. Todo ello, en el idioma vehicular del curso.

Esto no quita que podamos recurrir al “translenguaje” y que mezclemos palabras o expresiones de nuestro idioma nativo.




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Último paso: producir

Finalmente, esta información matizada por el conocimiento previo, que ahora nos pertenece, está disponible para procesos creativos propios. Ya deberíamos ser capaces de manejar la lengua para expresar con nuestras propias palabras lo que hemos entendido y aprendido.

En el desarrollo del curso que hayamos elegido, tendremos que producir discurso en inglés siguiendo modelos, contrastando y aportando matices. Para ello, necesitamos aplicar estrategias de construcción de discurso y evitar la mera traducción del español al inglés.

En los meses previos

Si hemos tomado la decisión de estudiar en otro idioma, podemos optimizar el tiempo que nos queda. Leer (y escuchar) lo más posible en dicha lengua, aprovechando todo el input que tengamos a nuestra disposición, y acostumbrarnos a oír puntos de vista diferentes y los argumentos de quienes no piensan como nosotros.

Solo nos queda dar la enhorabuena a quien apueste por este tipo de enseñanza: estudiar en otro idioma no solo mejora el aprendizaje, sino que contribuye a la ciudadanía global, promoviendo la apreciación de la propia cultura, el respeto y el entendimiento entre comunidades.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Cómo prepararse para estudiar un grado o un máster en otro idioma – https://theconversation.com/como-prepararse-para-estudiar-un-grado-o-un-master-en-otro-idioma-265304

Bolivia renueva su democracia con transparencia y sin ceder a la campaña de desinformación

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Carmen Beatriz Fernández, Profesora de Comunicación Política en la UNAV, el IESA y Pforzheim, Universidad de Navarra

Rodrigo Paz, vencedor en las elecciones presidenciales de Bolivia. RTVE

Bolivia acaba de vivir una jornada histórica tras acudir por primera vez a un balotaje. La segunda vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada este 19 de octubre, no solo confirmó el final de un ciclo político que dominó el país durante casi dos décadas, bajo el liderazgo autoritario de Evo Morales, sino también la madurez de su democracia.

Con el 54,53 % de los votos, Rodrigo Paz se impuso al exmandatario Jorge Tuto Quiroga, que obtuvo el 45,74 %, según los resultados preliminares del SIREPE. Un margen de casi diez puntos en un país que se volcó en dejar atrás unas páginas oscuras de su historia reciente y votar al unísono por el cambio, pero de forma moderada y progresiva. Porque el pueblo boliviano escogían entre el cambio tranquilo de Rodrigo Paz y el cambio acelerado de Tuto Quiroga.

Más allá de los resultados, el verdadero acontecimiento fue la serenidad con que Bolivia votó, esperó y aceptó los resultados. El árbitro electoral prometió los primeros datos a las ocho de la noche y los entregó con puntualidad inglesa –o más bien, boliviana–.

La logística del cierre y cómputo, impecable, fue un recordatorio de que las instituciones, cuando funcionan, pueden devolverle dignidad a la política. La transparencia del proceso, su supervisión ciudadana y la apropiación cívica de cada etapa dejan una lección: la democracia boliviana ha madurado.

Un ejemplo para muchos países de la zona

Ese logro no es menor en un contexto regional saturado de sospechas electorales y discursos que minan la confianza pública. De hecho, este proceso electoral estuvo rodeado de desinformación, aunque la respuesta institucional y académica fue ejemplar.

El Observatorio Complutense de Desinformación (OCD) desplegó en Santa Cruz una misión en colaboración con el PNUD, la Universidad Católica Boliviana (UCB) y la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA). Su objetivo: identificar los desórdenes informativos y fortalecer la integridad del proceso. Los hallazgos preliminares del equipo de investigación, con datos de Bolivia Verifica, son elocuentes: de 228 verificaciones de incidentes, 181 provenían de fuentes anónimas; el 82 % resultó falso y el 13 % engañoso.

Gracias al trabajo de estudiantes y profesores, se diseccionó cada pieza de desinformación, y se evaluó su viralidad y alcance. Las plataformas más utilizadas para desinformar fueron TikTok, donde se difundieron el 43 % de los bulos, seguido de Facebook (38,6 %) y WhatsApp (17 %).

El formato audiovisual, con vídeos, gráficos e imágenes, permitió una rápida propagación de narrativas alejadas de la verdad. Se empleó la IA para generar vídeos y audios falsificados en decenas de incidentes. También se recurrió al uso fraudulento de logos de medios de comunicación nacionales reconocidos, como Unitel, Red Uno y El Deber, e internacionales como CNN.

Aparecieron diversos pseudomedios, páginas web creadas a manera de cabeceros informativos, pero cuya misión principal era la de desinformar e incidir en la agenda electoral.

La desinformación buscó influir en la intención de voto, alterar el debate electoral y desestabilizar las instituciones. Las principales difamaciones y calumnias trataban de perjudicar a los candidatos y, en esta segunda vuelta, especialmente a los candidatos a vicepresidentes.

Proliferaron encuestas falsas –inventadas y sin respaldo– o manipuladas –estudios reales, pero adulterados–, que circularon en redes como Facebook y WhatsApp, carentes de un mínimo rigor metodológico.

También se observó un patrón claro: se buscaba erosionar la credibilidad del árbitro electoral. Sin embargo, el árbitro salió fortalecido. “El Tribunal contaba con un 12 % de credibilidad en abril 2024, y hoy tiene 80 %”, nos comentó con entusiasmo Gustavo Ávila, vocal de la institución.

Un referente de transparencia electoral

La tecnología, la observación internacional y el compromiso ciudadano consolidaron un sistema que hoy puede ser citado como referente regional de transparencia electoral. El talante democrático de Tuto Quiroga, que aceptó con rapidez la derrota y felicitó a Rodrigo Paz, contribuyó sobremanera a la confianza institucional en el sistema, máxime ante las denuncias de fraude de algunos de sus simpatizantes.

En lo político, el mensaje es inequívoco. Rodrigo Paz, heredero de una tradición democrática –es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora–, supo leer el malestar de un país en donde, según Ipsos-Ciesmori, un 94 % cree que iba por el camino equivocado.

Paz asentó su victoria en una campaña de largo recorrido tras haber sido diputado, concejal, alcalde de Tarija y senador nacional. Como senador, recorrió toda Bolivia mostrando su talante moderado y dialogante, así como su cercanía con la gente de los nueve departamentos y de todas las clases sociales.

Su campaña, austera y simbólica, captó el voto descontento sin asustarlo, con propuestas de cambios radicales, mientras que Quiroga no logró convencer a los sectores populares de la necesidad de sus políticas más incisivas.

Pero, sin duda, la sorpresa de estas elecciones fue el candidato a la vicepresidencia de Rodrigo Paz, Edgar Lara: expolicía, populista y estrella de TikTok. El rebelde y antiestablishment capitán Lara conectó emocionalmente con las capas populares y se ganó a los simpatizantes del Movimiento al Socialismo (MAS) y de Evo Morales en un país con voto obligatorio.

Los resultados muestran la diversidad de Bolivia, donde el comportamiento electoral difiere entre oriente y occidente, y sobre todo entre Santa Cruz de la Sierra y La Paz. Diferencias que se asientan en modelos distintos, porque las actividades económicas en occidente se desarrollan en función de lo colectivo, mientras que Santa Cruz apuesta por el libre mercado, basado en la iniciativa privada, la eficiencia en tecnología y educación. Quiroga ganó en Santa Cruz con más del 65 %, pero perdió en La Paz y el Alto.

Un país con crisis y escasez

El próximo gobierno no lo tendrá fácil. Hereda un país sumido en un abismo económico, con una crisis de divisas que le impide importar combustible, cuya escasez afecta el transporte y la producción agropecuaria, lo que incrementa la elevada inflación.

La paciencia de la sociedad no es mayor y Rodrigo Paz durante la campaña alentó expectativas inmediatas. Una clave será la gobernabilidad, en el parlamento, la calle y las redes sociales. La incógnita, su compañero de tique: el capitán Lara.

Sin embargo, lo que emerge hoy en Bolivia no es solo un nuevo Gobierno, sino una cultura política más crítica, más vigilante y más exigente con sus instituciones. En tiempos en que la mentira digital y la desconfianza corroen democracias enteras, Bolivia demostró que la transparencia, la puntualidad y la ciudadanía informada siguen siendo los mejores antídotos. Bolivia no solo eligió un presidente: eligió reconstruir su democracia.

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Carmen Beatriz Fernández y Jordi Rodríguez-Virgili son investigadores del Observatorio Complutense contra la Desinformación, y fueron observadores electorales en el balotaje boliviano 2025

Jordi Rodríguez-Virgili es investigador del Observatorio Complutense contra la Desinformación, y fue observador electoral en el balotaje boliviano 2025 con ayuda del PENUD

ref. Bolivia renueva su democracia con transparencia y sin ceder a la campaña de desinformación – https://theconversation.com/bolivia-renueva-su-democracia-con-transparencia-y-sin-ceder-a-la-campana-de-desinformacion-267893

¿Por qué los conservadores estadounidenses no quieren que Bad Bunny actúe en la Super Bowl?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Ediberto Román, Professor of Law, Florida International University

Recientemente Bad Bunny decidió evitar actuar en el territorio continental de Estados Unidos, alegando el temor de que algunos de sus fans pudieran ser objeto de persecución y deportación por parte del ICE. Michael Loccisano/Getty Images for Coachella

Poco después de que la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) anunciara que el rapero puertorriqueño Bad Bunny sería la estrella del intermedio de la Super Bowl, los medios de comunicación conservadores y los funcionarios de la administración Trump saltaron al ataque.

La directora de Seguridad Nacional, Kristi Noem, prometió que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (el ICE) “estaría atento a la Super Bowl”. El presidente Donald Trump calificó la selección como “absolutamente ridícula”. El comentarista de derechas Benny Johnson lamentó el hecho de que Bad Bunny “no tenga canciones en inglés”. El rapero, se quejó la comentarista conservadora Tomi Lahren, “no es un artista estadounidense”.

Bad Bunny, cuyo nombre real es Benito A. Martínez Ocasio, es una superestrella, uno de los artistas más escuchados del mundo. Y como es puertorriqueño, también es ciudadano estadounidense.

Sin duda, Bad Bunny cumple muchos requisitos que irritan a los conservadores: apoyó a Kamala Harris para la presidencia en 2024, tiene un guardarropa que desafía los estereotipos de género, ha criticado duramente las políticas antiinmigración de la administración Trump y ha rechazado hacer giras por el territorio continental de Estados Unidos por temor a que algunos de sus fans puedan ser perseguidos y deportados por el ICE. Además, sus letras explícitas, la mayoría de las cuales están en español, harían temblar incluso al más ferviente defensor de la libertad de expresión.

Sin embargo, como expertos en cuestiones de identidad nacional y políticas de inmigración de EE. UU., creemos que los insultos de Lahren y Johnson dan en el clavo sobre por qué el cantante ha desatado tal tormenta en la derecha. El espectáculo de un rapero hispanohablante actuando durante el evento deportivo más visto de la televisión estadounidense es un rechazo directo a los esfuerzos de la administración Trump por ocultar la diversidad del país.

La colonia puertorriqueña

Bad Bunny nació en 1994 en Puerto Rico, un territorio no incorporado de Estados Unidos que el país adquirió tras la guerra hispano-estadounidense de 1898. Es el hogar de 3,2 millones de ciudadanos estadounidenses por nacimiento. Si fuera un estado, sería el trigésimo más grande en población, según el censo de Estados Unidos de 2020.

Pero Puerto Rico no es un estado, sino una colonia de una época pasada de expansión imperial. Los puertorriqueños no tienen representantes con derecho a voto en el Congreso y no pueden participar en la elección del presidente de los Estados Unidos. También están divididos sobre el futuro de la isla. Una gran mayoría busca ser un estado más del país o adquirir una forma mejorada del actual estatus de Estado Libre Asociado, mientras que una pequeña minoría lucha por la independencia.

Jóvenes gritan y agitan banderas puertorriqueñas rojas, blancas y azules.
Fiesteros en el Harlem hispano de Nueva York agitan banderas puertorriqueñas durante el festival anual de la calle 116 del barrio.
Mario Tama/Getty Images

Pero hay algo que todos los puertorriqueños tienen claro: son de una tierra no soberana, con una cultura latinoamericana claramente definida, una de las más antiguas de América. Puerto Rico puede pertenecer a los Estados Unidos –y muchos puertorriqueños aceptan esa relación especial–, pero la isla en sí no suena ni se siente como el resto de la nación.

Los más de 5,8 millones de puertorriqueños que residen en los 50 estados complican aún más el panorama. Aunque legalmente son ciudadanos estadounidenses, estos en general no suelen verlos de esa manera. De hecho, una encuesta de 2017 reveló que solo el 54 % de los estadounidenses sabía que los puertorriqueños eran ciudadanos de su mismo país.

La paradoja del ciudadano extranjero

Los puertorriqueños viven lo que describimos como la “paradoja del ciudadano extranjero”: son estadounidenses, pero solo los que residen en el territorio continental disfrutan de todos los derechos de ciudadanía.

Un informe reciente del Congreso afirmaba que la ciudadanía estadounidense de los puertorriqueños no es “igualitaria, permanente e irrevocable, protegida por la 14ª Enmienda… y el Congreso se reserva el derecho de determinar la disposición del territorio”. Cualquier ciudadano estadounidense que se traslade a Puerto Rico deja de poseer todos los derechos que tiene en el territorio continental.

La selección de Bad Bunny para el espectáculo del descanso de la Super Bowl ilustra esta paradoja. Además de las críticas de figuras públicas, hubo llamamientos generalizados entre los influencers de MAGA (siglas del movimiento Make America Great Again) para deportar al rapero.

Esta es solo una de las formas en las que se recuerda a los puertorriqueños, así como a otros ciudadanos latinos, que son los “otros”.

Las detenciones del ICE de personas que simplemente parecen ser inmigrantes, una táctica que recientemente ha recibido la aprobación del Tribunal Supremo, son un ejemplo de su condición de extranjeros.

Y la mayor parte de las redadas del ICE se han producido en comunidades predominantemente latinas de Los Ángeles, Chicago y Nueva York. Esto ha obligado a muchas de ellas a cancelar las celebraciones que tenían planeadas para el Mes de la Herencia Hispana.


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El alcance global de Bad Bunny

El fervor xenófobo contra Bad Bunny ha llevado a líderes políticos como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, a pedir una figura más adecuada para la Super Bowl, como el artista de música country Lee Greenwood. Refiriéndose a Bad Bunny, Johnson dijo: “Parece que no es alguien que atraiga a un público amplio”.

Pero los hechos contradicen esa afirmación. El artista puertorriqueño ocupa los primeros puestos de las listas de música mundiales. Tiene más de 80 millones de oyentes mensuales en Spotify. Y ha vendido casi cinco veces más álbumes que Greenwood.

Ese atractivo global ha impresionado a la NFL, que espera organizar hasta ocho partidos internacionales la próxima temporada. Además, los latinos representan la base de aficionados de más rápido crecimiento de la liga, y México es su mayor mercado internacional, con 39,5 millones de aficionados.

La participación de Bad Bunny en la Super Bowl puede convertirse en un momento político importante. Los conservadores, en su afán por destacar la “alteridad” del cantante –a pesar de que Estados Unidos es el segundo país con mayor número de hispanohablantes del mundo–, pueden haber educado sin querer a Estados Unidos sobre la ciudadanía estadounidense de los puertorriqueños.

Mientras tanto, los puertorriqueños y el resto de la comunidad latina de Estados Unidos siguen preguntándose cuándo serán aceptados como iguales en la sociedad.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. ¿Por qué los conservadores estadounidenses no quieren que Bad Bunny actúe en la Super Bowl? – https://theconversation.com/por-que-los-conservadores-estadounidenses-no-quieren-que-bad-bunny-actue-en-la-super-bowl-268006

La edición genética podría desactivar uno de los principales culpables del cáncer de pulmón

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Pedro Pablo Medina Vico, Catedrático en el Departamento de Biología Molecular y Bioquímica. Director del Grupo de Investigación de Regulación Génica y Cáncer en el Centro de Investigación Genómica y Oncológica (GenyO)., Universidad de Granada

Yok_onepiece/Shutterstock

El paso del tiempo lo cambia casi todo menos la principal causa de cáncer en el mundo, que en las últimas décadas ha sido el cáncer de pulmón. Solo en España se diagnostican más de 30 000 casos cada año, y la supervivencia a cinco años apenas alcanza el 20 %. Parte del problema es que los tumores suelen detectarse tarde y que los tratamientos, incluso los más novedosos, acaban perdiendo eficacia.

KRAS: el interruptor genético que no se apaga

Entre los principales culpables está un gen con nombre propio: KRAS. Codifica una proteína con un interruptor que indica a las células cuándo crecer y dividirse. Cuando el gen que la produce muta, el interruptor queda atascado en la posición de “encendido”, desencadenando una proliferación descontrolada.

Aproximadamente un tercio de los pacientes con adenocarcinoma de pulmón presenta mutaciones en KRAS. Y los tumores se vuelven “adictos” a estas versiones mutadas de la proteína: si se eliminan, el tumor no sobrevive.

Del “gen intocable” a un blanco terapéutico

Durante años, KRAS fue considerado inabordable desde la farmacología. Todos los intentos de bloquearlo fallaban. El panorama cambió con la llegada de inhibidores como Sotorasib, aprobado en 2021 para una mutación concreta de KRAS llamada G12C. El fármaco supuso un avance histórico, aunque con limitaciones importantes: muchos pacientes no responden y otros desarrollan resistencia en cuestión de meses.

Nuestro equipo ha explorado otra vía. En lugar de bloquear la proteína mutada, hemos intentado eliminar la mutación de raíz, atacando al gen que produce la proteína. Para ello empleamos HiFi-Cas9, una versión de alta fidelidad de la herramienta CRISPR-Cas9.

KRAS.

La clave es la precisión. Diseñamos guías capaces de distinguir las mutaciones más comunes en KRAS (G12C y G12D). HiFi-Cas9 corta exclusivamente el ADN mutado y respeta la copia normal del gen. Así, las células tumorales –adictas a las proteínas mutadas– dejan de producirlas y, en consecuencia, mueren, mientras que las normales no se ven afectadas.

En modelos preclínicos, las células cayeron fulminadas

En cultivos celulares y en esferoides tridimensionales, que reproducen mejor la realidad de un tumor, la viabilidad celular se desplomó tras la aplicación de nuestra terapia. Es decir, las células no resistieron y cayeron fulminadas.

El siguiente paso fueron los xenoinjertos PDX, pequeños fragmentos de tumor de pacientes directamente implantados en ratones. En este modelo más realista, HiFi-Cas9 frenó de manera significativa el crecimiento tumoral. En algunos casos, la eficacia fue incluso superior a la de Sotorasib. Y lo más prometedor: también mostró actividad en modelos resistentes al fármaco.

En organoides de pacientes, es decir, minitumores cultivados en laboratorio, los resultados fueron consistentes: nuestra terapia experimental volvió a limitar la proliferación de las células con KRAS mutado.

Lo más interesante es que KRAS no es exclusivo del pulmón: también está implicado en tumores de páncreas y colorrectales de mal pronóstico. Si logramos aprovechar esta “adicción tumoral” como vulnerabilidad terapéutica, la estrategia podría extenderse a varios tipos de cáncer.

Eliminar la mutación desde el origen

¿Qué aporta la edición genética frente a los fármacos actuales? La diferencia esencial es que CRISPR elimina la mutación en su origen, mientras que los inhibidores como Sotorasib solo bloquean la proteína una vez producida. Esto podría explicar por qué las herramientas de edición genética funcionan en contextos donde los fármacos dejan de hacerlo.

Pero hay que ser cautos. Se trata aún de una prueba de concepto preclínica. El gran reto pendiente es encontrar formas seguras y eficientes de llevar las herramientas de edición génica a las células tumorales dentro del organismo. En nuestro estudio usamos partículas virales como vehículo, pero esta tecnología debe continuar mejorándose antes de que pueda ser suministrada de manera generalizada a los pacientes.

¿Puede ser esta la terapia oncológica del futuro?

La edición genética con HiFi-Cas9 abre un camino distinto en oncología. No es todavía una terapia disponible en la clínica, pero combina la potencia de la investigación básica con la ambición de la medicina personalizada. Mostrar que es posible eliminar mutaciones clave directamente en el ADN tumoral es un primer paso hacia nuevas terapias para quienes más lo necesitan.

Obviamente, plantea una serie de cuestiones importantes. Por ejemplo, ¿podemos garantizar que el sistema actúe solo en células tumorales? ¿Cómo evitamos reacciones inmunes frente a los vehículos de entrega? ¿Qué consecuencias a largo plazo puede tener alterar de forma permanente el ADN?

Responderlas llevará años de investigación y ensayos rigurosos. No obstante, nuestros resultados, junto con otros trabajos pioneros, sugieren que esta terapia es prometedora y merece seguir siendo explorada.


Este estudio ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Granada (GENYO), el Hospital 12 de Octubre (Madrid), el Hospital General Universitario de Valencia y la Universitat Politècnica de València. El trabajo ha contado con la financiación de la Asociación Española Contra el Cáncer, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Junta de Andalucía.


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Las investigaciones que han dado lugar a este artículo, cuentan con financiación de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). La AECC no ha tenido ninguna injerencia en el diseño, desarrollo, análisis ni interpretación de los resultados.

ref. La edición genética podría desactivar uno de los principales culpables del cáncer de pulmón – https://theconversation.com/la-edicion-genetica-podria-desactivar-uno-de-los-principales-culpables-del-cancer-de-pulmon-265573

Cinco claves para entender el robo en el Louvre y en otros muchos museos del mundo

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Carmen Jordá Sanz, Directora del Departamento de Criminología y Seguridad, Universidad Camilo José Cela

La diadema la emperatriz Eugenia, una de las joyas robadas en Museo del Louvre. Kay Emm Pea/Shutterstock

El robo ocurrido el pasado domingo en el Museo del Louvre de París en el que delincuentes lograron sustraer joyas de alto valor de la Galería de Apolo vuelve a poner de relieve una reflexión de largo aliento para la criminología aplicada al patrimonio cultural. La seguridad en museos sigue siendo un campo donde coexisten amenazas tradicionales y emergentes, visiones simbólicas y dinámicas criminales y un enorme coste simbólico cuando se produce una brecha.

Desde el punto de vista de esa seguridad, podemos destacar cinco ideas claves que nos ayudarán a entender mejor cuáles son los fallos y cómo operan los delincuentes.

1. La ciberseguridad importa, pero la llave sigue siendo física

Aunque no cabe duda de que la ciberseguridad es hoy una amenaza creciente y de primer orden para entidades culturales –con riesgos que van desde el acceso indebido a catálogos digitalizados hasta el sabotaje de sistemas de vigilancia y alarmas–, ello no debe llevarnos a minimizar el rol esencial de la seguridad física.

En muchos casos, los atacantes no requieren –o no solo– vulnerar sistemas informáticos sofisticados: pueden actuar sobre ventanas, puertas de servicio, techos o falsos muros y acompañarse de herramientas rudimentarias. Las primeras informaciones apuntan a que en el Louvre los ladrones habrían utilizado una fachada lateral y aprovechado andamiajes temporales para ganar acceso, sin depender de una intrusión digital compleja.

Esta tensión entre amenazas digitales y físicas debe abordarse de forma integrada: centros museísticos pueden blindar redes, cifrar datos y monitorizar accesos virtuales, pero mientras la puerta trasera permanezca débil o poco vigilada, la intrusión es viable.

2. Entre el lucro, el símbolo y la protesta: múltiples amenazas en juego

Los museos ocupan un punto estratégico y conflictivo porque concentran bienes susceptibles bajo múltiples lógicas delictivas. Aunque en los últimos años han cobrado visibilidad los ataques vinculados al activismo o al terrorismo –mediante acciones que buscan impactar simbólicamente en la identidad o provocar atención mediática mediante el daño o la profanación del patrimonio artístico–, no han desaparecido los robos con ánimo de lucro.

Continúan operando redes dedicadas a extraer piezas para su venta en mercados ilícitos o para fraccionarlas y comercializarlas por vías encubiertas. En los grandes robos de las últimas décadas, las investigaciones suelen revelar esta convergencia de motivaciones: junto a los gestos ideológicos o propagandísticos, persiste la lógica económica del delito patrimonial como negocio lucrativo y altamente especializado.

El valor artístico y simbólico de muchas obras convierte a los museos en objetivos que van más allá del beneficio monetario puro: por eso un robo no siempre obedece a una lógica clásica de ganancia. En el caso del Louvre, las autoridades han señalado que podrían existir lazos con redes especializadas y mercados internacionales de reventa, lo que demuestra la coexistencia de motivaciones materiales y simbólicas en un mismo hecho.

3. La ficción exagera, pero la realidad sigue usando la navaja de Okcham

El imaginario popular –reforzado por el cine y las series– tiende a contemplar robos de museos como operaciones complejas, invasiones de alta ingeniería, tecnología de punta y secuencias espectaculares: túneles desde alcantarillas, rayos láser, sincronización de cámaras o acrobacias imposibles.

No cabe duda de que estos relatos atraen al público, pero la criminología práctica observa que los métodos tradicionales –forzar vitrinas, cortar cierres, neutralizar alarmas de forma sencilla, apalancar puntos de vidrio o marcos, aprovechar huecos de seguridad…– prevalecen en múltiples casos reales.

Casos como el robo al Museo Isabella Stewart Gardner (Boston) de 1990, en el que los asaltantes actuaron durante una noche forzando puertas y accediendo a zonas interiores, o el desmantelamiento del Green Vault en Dresde (2019) muestran que la sofisticación no es imprescindible para el éxito si los puntos de vulnerabilidad existen.

Subestimar lo “rudimentario” es un error frecuente: una simple herramienta, un descuido humano o una rutina mal ajustada pueden abrir la puerta a lo que parecía imposible.

En el fondo, muchos robos de museo confirman una suerte de “navaja de Ockham” aplicada al delito: la explicación más sencilla –una brecha física, una llave mal custodiada, una vigilancia relajada– suele ser la verdadera. Lo aparentemente modesto, una mano hábil o una herramienta elemental puede quebrar los sistemas más sofisticados cuando se combinan con oportunidad y conocimiento.

4. Los ladrones miran con los ojos del visitante

La fase de inteligencia y preparación delictiva suele apoyarse en mecanismos que, a primera vista, parecen triviales: visitas de reconocimiento al museo en horarios ordinarios, observación de rutinas del personal de seguridad, aprovechamiento de horarios de mantenimiento o de montaje de exposiciones y, en ocasiones, la complicidad o el conocimiento interno (los llamados insiders).

Muchos robos han sido posibles gracias a datos aparentemente inocuos: quién vigila determinados pasillos, qué puertas sirven como salidas auxiliares, qué horarios de limpieza se usan, si hay zonas en obras que debilitan la protección física o dónde están los puntos ciegos de cámaras.

Además, hay elementos estructurales ocultos: conductos internos, estancias que no siempre están en los planos públicos, pasillos técnicos, canales de ventilación o accesos secundarios no divulgados al público.

Ese desconocimiento general sobre la anatomía completa del espacio museístico da ventaja al delincuente sofisticado. En el caso del reciente robo al Louvre, varios medios han resaltado que los perpetradores actuaron con rapidez y conocían dónde golpear, lo que sugiere un nivel previo alto de reconocimiento y planificación.

5. El patrimonio no solo se mide en euros

Debemos recordar que el patrimonio que custodian los museos no puede medirse solo en dinero. Cuando una obra desaparece o resulta dañada, la pérdida va mucho más allá de su precio en el mercado: se interrumpe un vínculo con la historia, con la creatividad humana y con el legado cultural que hemos recibido y que deberíamos transmitir.

Cada pieza robada o destruida deja un vacío en la forma en que entendemos nuestro pasado y en cómo damos sentido a la experiencia artística y social del presente.
Los museos son guardianes de esa herencia común: albergan objetos únicos, irrepetibles, que cuentan quiénes fuimos, cómo hemos pensado y qué hemos valorado a lo largo del tiempo.

El daño de un robo afecta al conjunto de la sociedad, porque cada pérdida empobrece la posibilidad de aprender, admirar y reconocernos en lo que otros crearon antes.
Por eso, la protección del patrimonio artístico, histórico y cultural no puede limitarse a impedir robos puntuales.

Requiere políticas amplias que integren restauración, cooperación internacional, trazabilidad de piezas y formación constante del personal, además de un compromiso activo de la ciudadanía con el valor de sus museos. Cuidar el patrimonio es cuidar la historia viva de una cultura.

Si algo enseña el reciente episodio del Louvre es que la seguridad en los museos debe concebirse como un equilibrio entre la protección física y la defensa digital. Las amenazas son diversas, los métodos cambian, pero el riesgo esencial sigue siendo el mismo: perder aquello que nos conecta con nuestro pasado y nos enriquece como sociedad. La criminología patrimonial nos recuerda que cada museo protegido es una victoria colectiva frente al olvido, el expolio y la indiferencia.

The Conversation

Carmen Jordá Sanz está vinculada a Prosegur.

ref. Cinco claves para entender el robo en el Louvre y en otros muchos museos del mundo – https://theconversation.com/cinco-claves-para-entender-el-robo-en-el-louvre-y-en-otros-muchos-museos-del-mundo-267891

Las provocaciones constantes de Rusia ponen a Europa contra las cuerdas

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Christo Atanasov Kostov, International Relations, Cold War, nationalism, Russian propaganda, IE University

Las fuerzas especiales del ejército ruso inspeccionan vehículos en un puesto de control en Zaporizhzhia, Ucrania, en febrero de 2024. Sergey Nikonov/Shutterstock

Las escenas se han vuelto tristemente familiares: tanques rusos entrando en Georgia en 2008, la ocupación de Crimea en 2014, la invasión de Ucrania en 2022, los aviones militares rusos violando el espacio aéreo europeo y, ahora, los misteriosos avistamientos de drones que cierran aeropuertos en toda Europa.

Aunque estos acontecimientos puedan parecer inconexos, en realidad no son más que capítulos de una estrategia única, centrada y en evolución. El objetivo de Rusia es ejercer su poderío militar cuando sea necesario, emplear tácticas de guerra en la “zona gris” cuando sea posible y ejercer presión política en todas partes. Moscú lleva décadas haciendo todo esto con un único objetivo en mente: redibujar el mapa de seguridad de Europa sin desencadenar una guerra directa con la OTAN.

El objetivo no es improvisado ni ambiguo, y en esencia es irredentista. Busca revertir la expansión de la OTAN tras la Guerra Fría y reafirmar la esfera de influencia rusa en Europa.

Este enfoque singular fue el que rigió las acciones de Rusia en el período previo a su invasión de Ucrania. En diciembre de 2021, Moscú exigió que la OTAN impidiera a Ucrania y Georgia unirse a la alianza, y que sus fuerzas se retiraran a sus posiciones de mayo de 1997, donde se encontraban antes de que los antiguos Estados soviéticos de Europa del Este se unieran a la organización.

No se trataba de una maniobra diplomática previa a la invasión terrestre de febrero de 2022, sino de un objetivo en sí mismo. Desde la perspectiva del Kremlin, la ampliación de la OTAN es tanto una humillación como una amenaza existencial, y debe frenarse a toda costa.

Un conjunto de herramientas de presión

Las acciones de Rusia pueden interpretarse de diversas maneras: como alarde de fuerza, política de riesgo o presión diplomática. De hecho, todas estas etiquetas son acertadas, pero Rusia las utiliza conjuntamente para difuminar las líneas típicas entre la diplomacia, la acción militar y la propaganda interna. Podemos desglosar el “conjunto de herramientas” de presión de Moscú en diferentes tipos de acciones.

  • Política arriesgada para forzar el diálogo: la escalada militar, desde la concentración de tropas hasta la propia invasión de Ucrania, crea crisis que obligan a Occidente a prestar atención. Rusia fabrica emergencias para ganar influencia en las negociaciones, como ya hizo con éxito durante la Guerra Fría y, más recientemente, en Georgia en 2008 y en Ucrania a partir de 2014.

  • Sondeo de la zona gris: las incursiones de drones y aviones sobre Alemania, Estonia, Dinamarca y Noruega son pruebas deliberadas de la capacidad de detección y respuesta de la OTAN. También tienen el propósito más práctico de recopilar información sobre la cobertura y la preparación de los radares sin entrar en hostilidades abiertas.

  • Presión híbrida sobre los aliados más pequeños de la OTAN: los ciberataques y las interrupciones del suministro energético en varios Estados miembros de la UE están diseñados para poner a prueba la solidaridad de la alianza. Moscú señala a los Estados más pequeños y débiles para fomentar el resentimiento y la duda dentro de la OTAN.

  • Teatro nacional: para Putin, enfrentarse a Occidente le da buena imagen en su país. Como afirmó recientemente Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, “Europa teme su propia guerra”. Para el Kremlin, ese temor refuerza la narrativa de que Rusia es la potencia asertiva y Occidente es indeciso.

El uso de estas herramientas por parte de Rusia no es nuevo, sino que se basa en estrategias que se han perfeccionado desde el colapso de la Unión Soviética. Desde Transnistria hasta Abjasia, Osetia del Sur y Donbás, Moscú mantiene guerras “sin resolver” que excluyen a los Estados de la OTAN y la UE, preservando la influencia rusa de forma indefinida.




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La “prueba permanente” de Rusia

Hoy en día, la estrategia del Kremlin favorece cada vez más los medios híbridos –drones, ciberataques, desinformación y chantaje energético– frente a la guerra. No se trata de provocaciones aleatorias, sino de una campaña coherente de pruebas.

Cada incursión y cada ataque tienen un propósito diagnóstico: ¿puede Europa detectarlos? ¿Puede coordinar una respuesta conjunta? ¿Puede poner en marcha esta respuesta de forma rápida y eficaz?

Como admitieron las autoridades belgas tras una reciente serie de avistamientos de drones, el continente necesita “actuar más rápido” en la construcción de sistemas de defensa aérea. Cada admisión de este tipo refuerza la convicción de Moscú de que Europa no está preparada y está dividida.




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En Rusia, estos momentos se recopilan en vídeos propagandísticos para la televisión estatal, en los que los expertos se burlan de la “debilidad” europea y presentan el caos del continente como una validación de la postura beligerante del Kremlin. Esta crisis fabricada, a su vez, es la última aplicación de una estrategia bien perfeccionada.

En lo que respecta a Occidente, el objetivo es el agotamiento, no la conquista: una “prueba permanente” diseñada para agotar los recursos y la unidad mediante una presión constante y de bajo nivel.

¿Qué vendrá después?

Las crecientes provocaciones de Rusia hacia la OTAN y Europa no pueden mantenerse como statu quo. Tal y como están las cosas, hay tres posibles escenarios a los que podrían conducirnos:

  • Una nueva confrontación a largo plazo: Este es el resultado más probable, ya que la OTAN no puede ceder a las demandas fundamentales de Rusia sin socavar sus principios fundacionales. El conflicto probablemente adoptaría la forma de un prolongado enfrentamiento: más tropas en el flanco oriental de la alianza, aumento de los presupuestos de defensa y un nuevo telón de acero en toda Europa.

  • La “finlandización” de Ucrania: un resultado posible, aunque inestable, podría ser que Ucrania se viera obligada a adoptar un estatus neutral, renunciando a la adhesión a la OTAN a cambio de garantías, como hizo Finlandia durante la Guerra Fría. Desde la perspectiva de Occidente, esto recompensaría la agresión de Moscú y afianzaría su veto sobre la soberanía de sus vecinos.

  • Escalada por error de cálculo: en un panorama de tensión creciente, incluso un incidente menor –el derribo de un dron, un ciberataque que sale mal– podría derivar en una confrontación más amplia. Una guerra deliberada entre la OTAN y Rusia sigue siendo improbable, pero ya no es impensable.

El imperativo de Europa: la resiliencia

El enfoque del Kremlin se basa en la fragmentación; la respuesta de Europa debe ser la cohesión. Esto significa desarrollar ciertas capacidades:

  • Defensa aérea y antimisiles integrada: construir un escudo verdaderamente continental, cerrando las brechas que podrían aprovechar los drones y los sistemas hipersónicos.

  • Defensa híbrida colectiva: tratar los ciberataques o las incursiones de drones como retos para toda la alianza. Un mecanismo de respuesta único y previamente acordado por la OTAN impediría a Moscú aislar a los miembros.

  • Autonomía tecnológica y política: invertir en las industrias de defensa europeas, la independencia en materia de energías renovables y cadenas de suministro resilientes. La seguridad comienza ahora con la autosuficiencia, especialmente ante el apoyo vacilante de Estados Unidos.

  • Disuasión mediante la diplomacia: Europa debe combinar una disuasión militar creíble con un compromiso pragmático, garantizando que los canales de comunicación permanezcan abiertos para evitar una escalada.

La estrategia de Rusia no es reactiva, es estructural. El Kremlin pretende obligar a Occidente a aceptar un nuevo orden de seguridad mediante una combinación de coacción, sondeos y pruebas perpetuas. Las herramientas pueden variar –desde tanques hasta drones, desde invasiones abiertas hasta guerras híbridas de desgaste–, pero el objetivo sigue siendo el mismo: socavar la unidad europea y restaurar la esfera de influencia que Rusia perdió en 1991.

El reto de Europa es igualmente claro. Tiene que resistir el cansancio de una crisis interminable y demostrar que es la resiliencia, y no el miedo, lo que define el futuro del continente.

Las provocaciones de Moscú continuarán hasta que los costes se vuelvan prohibitivos. Solo una Europa unificada y preparada puede hacer que eso suceda.

The Conversation

Christo Atanasov Kostov no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Las provocaciones constantes de Rusia ponen a Europa contra las cuerdas – https://theconversation.com/las-provocaciones-constantes-de-rusia-ponen-a-europa-contra-las-cuerdas-267663

El universo como una cáscara de naranja: una propuesta revolucionaria para la teoría del todo

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Francisco José Torcal Milla, Profesor Titular. Departamento de Física Aplicada. Centro: EINA. Instituto: I3A, Universidad de Zaragoza

agsandrew/Shutterstock

Casi todo lo que ocurre a nuestro alrededor puede explicarse con tan solo dos teorías físicas: la Teoría de la Relatividad General y la Mecánica Cuántica. Hasta hoy, todo intento de unificación de ambas teorías ha sido infructuoso. Sin embargo, físicos de las Universidades de Varsovia y Cracovia, ambas en Polonia, han podido dar con la clave que podría, por fin, unificarlas. Si aciertan, estaríamos ante la mayor revolución de la física, la unificación soñada. Antes de ver cómo lo han hecho, pongámonos en antecedentes.

Las dos grandes teorías de la física

A principios del siglo XX hicieron aparición las dos teorías con las que los físicos somos capaces de explicar el funcionamiento del universo, tanto a grandes escalas (Relatividad General) como a escalas atómicas (Mecánica Cuántica).

Imagen de la 5ª conferencia Solvay (1927), que reunió a las mentes que dieron fruto a las dos grandes teorías de la Física.
wikipedia

La Teoría de la Relatividad General

La primera fue gestada por Albert Einstein y puesta en conocimiento del resto del mundo entre 1915 y 1916.

La Teoría de la Relatividad General está ligada a la Ley de Gravitación Universal que Sir Isaac Newton dictó en 1687, pero va mucho más allá. Establece que el espacio y el tiempo son dimensiones con igual consideración y que la atracción gravitatoria no es una fuerza como tal, sino una perturbación o deformación de la geometría del entramado espacio-tiempo, producida por la masa.

A mayor masa, mayor deformación, o lo que es lo mismo en términos newtonianos, mayor atracción. Los objetos más masivos conocidos son los agujeros negros y, por lo tanto, son los que más distorsionan el espacio-tiempo y mayor atracción gravitatoria producen.




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Una de las revelaciones más interesantes de la teoría es que los astros u objetos siguen siempre líneas “rectas” pero estas pueden estar inmersas en geometrías curvas, y esa curvatura la generan los objetos con masa.

Un ejemplo clásico para poder entender este concepto es el siguiente. Si yo me encuentro sobre la superficie de la Tierra y deseo ir del polo norte al polo sur, el camino más corto será una línea recta siguiendo un meridiano, pero ¿es realmente recta? Si otra persona me está observando desde el espacio verá que lo que estoy recorriendo es realmente una curva, porque la superficie sobre la que me desplazo es una curva, la superficie terrestre. A estás “líneas rectas” o de menor longitud entre dos puntos se les denomina geodésicas.




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La Mecánica Cuántica

Al otro extremo nos encontramos con la Mecánica Cuántica. Esta teoría comenzó a gestarse a finales del siglo XIX cuando el físico alemán Max Planck propuso que la radiación electromagnética era absorbida y emitida por la materia en cantidades fraccionadas y finitas que llamó “cuantos”, explicando de esta manera el patrón de radiación del cuerpo negro y los espectros de absorción/emisión, entre otros fenómenos.

En las teorías anteriores a esta, la energía se trataba como una magnitud continua, lo que en esta teoría se sustituye por una energía cuantizada.

Aunque Einstein, detractor confeso de la teoría cuántica, se valió del concepto de cuanto para explicar el efecto fotoeléctrico en 1905, no fue hasta más allá de 1920 cuando empezó a desarrollarse dicha teoría, un proceso en el que participaron grandes mentes como Louis de Broglie, Erwin Schrödinger y Werner Heisenberg, entre otros. Sus postulados explican el comportamiento de la materia a escalas atómicas y subatómicas, así como las interacciones a esas escalas, excepto la gravitatoria.

La Ecuación de Schrödinger tiene el papel en Mecánica Cuántica que las Leyes de Newton y de conservación de la energía tienen en Mecánica Clásica. Describe cómo un sistema cuántico no relativista evoluciona en el tiempo. En el caso relativista, si la velocidad de la partícula es comparable con la velocidad de la luz, se debe acudir a otras ecuaciones más complejas, como la de Dirac o la de Klein-Gordon.

La incompatibilidad de ambas teorías

Y si estas dos teorías funcionan tan bien en sus dominios, ¿por qué no pueden aplicarse satisfactoriamente al mismo sistema? La principal diferencia entre ambas es que la primera es determinista y la segunda probabilística, y eso las hace (o hacía) incompatibles.

Intentos de unificación

Quizá, la teoría de unificación más conocida por el gran público es la Teoría de Cuerdas y es que Sheldon Cooper en la serie The Big Bang Theory trabajaba en ella y la defendía a capa y espada. Esta se basa en suponer que las partículas fundamentales no son partículas sin estructura interna, sino estados vibracionales de un objeto más básico llamado cuerda.

Sheldon Cooper explicando a Penny su pizarra en la serie The Big Bang Theory
CBS, CC BY

Cada partícula se manifiesta mediante un estado vibracional diferente de la cuerda. Para que funcione, además de las cuatro dimensiones clásicas (tres espaciales y una temporal), se necesitan seis más, inobservables en la práctica, aunque, de funcionar, esto no sería ningún inconveniente.

La segunda teoría unificadora que más adeptos tiene es la Gravedad Cuántica de Lazos o de Bucles, defendida en The Big Band Theory por Leslie Winkle, conocida archienemiga de Sheldon Cooper. Aun encontrándose inacabada, ha cosechado algunos éxitos. Plantea que el espacio-tiempo tiene una estructura discreta a escalas minúsculas, del orden de la longitud de Planck.

Otras teorías que persiguen la unificación de la Relatividad General y la Mecánica Cuántica son la supergravedad, la teoría de supercuerdas, la teoría M, la teoría de la gravedad emergente, la teoría de la gravedad cuántica asintóticamente segura, la geometría no conmutativa, la teoría twistorial, la gravedad cuántica inducida o la teoría de variables cuánticas gravitatorias.

Todas ellas trabajan en la línea de cuantificar la Relatividad General para que funcione a escalas atómicas y aunque algunas de ellas han conseguido éxitos, quedan lejos de convertirse en la teoría del todo.

Una herramienta hacia la unificación: el Tensor Alena

La mayor parte de los esfuerzos llevados a cabo en la búsqueda de una teoría de la gravedad cuántica se han centrado hasta ahora en intentar cuantificar la gravedad.

Sin embargo, la piedra filosofal de la propuesta publicada por los físicos de las Universidades de Varsovia y Cracovia, es un tensor que han llamado “Tensor Alena”. Adopta un enfoque completamente opuesto: transforma el espacio-tiempo curvado en un espacio-tiempo plano (como estirar la cáscara de una naranja) de manera que se mantengan matemáticamente los resultados que la Relatividad General y, a continuación, aplican sobre este espacio plano las herramientas conocidas de la mecánica cuántica.

En el artículo, los autores derivan las ecuaciones cuánticas que describen el sistema físico completo, incluyendo todas las fuerzas.

Resulta que estas ecuaciones coinciden con las tres principales ecuaciones cuánticas conocidas hasta ahora, y este hecho lleva a una conclusión completamente inesperada: la gravedad ha estado presente en la mecánica cuántica desde el principio y no habíamos sabido verlo.

Todo esto continuará, y seguiremos contándolo.

The Conversation

Francisco José Torcal Milla no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. El universo como una cáscara de naranja: una propuesta revolucionaria para la teoría del todo – https://theconversation.com/el-universo-como-una-cascara-de-naranja-una-propuesta-revolucionaria-para-la-teoria-del-todo-246446