Por qué los grupos de infantil no deberían ser de más de 10 niños

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Marta Casla Soler, Profesora del dpto. Psicología Evolutiva y de la Educación. Facultad de Psicología, Universidad Autónoma de Madrid

PeopleImages.com – Yuri A/Shutterstock

Imaginemos un grupo de veinte niñas y niños de 2 y 3 años en un aula. Son muy activos, algunos acaban de incorporarse a la escuela. Tras reunirlos en corro, Verónica, una de las dos educadoras del grupo, les pregunta por la tormenta del día anterior: “¿Con quién estabais cuando cayó la granizada?”

Como es lógico, las respuestas se producen de forma desordenada y se forma cierta algarabía: varios hablan a la vez, otros se levantan, saltan. Verónica intenta que se sienten y les anima a escuchar. Al terminar, solo unos pocos logran compartir su experiencia y recibir una respuesta directa de Verónica o Miriam, sus dos “profes”. Otros intervinieron una o dos veces, sin que nadie les respondiera directamente.

En un grupo tan amplio de niños tan pequeños esta escena es habitual. Sin embargo, no poder establecer un verdadero diálogo con las educadoras o sus compañeros puede tener efectos a largo plazo para los pequeños, especialmente si se vuelve algo recurrente.

La importancia de la ratio en infantil

Las habilidades comunicativas y lingüísticas que desarrollamos en los primeros años no se adquieren mediante instrucción formal, sino que se construyen en las interacciones cotidianas que tienen lugar en casa, en la comunidad o en la escuela. Es en estos espacios donde aprendemos a tomar la palabra, ser escuchados, escuchar a otros, respetar turnos y atender incluso al habla que no va dirigida directamente a nosotros.

En la escuela infantil, el número de participantes por grupo es clave para garantizar la participación activa y la inclusión. Pero ¿cuál es la proporción adecuada para que eso ocurra?

Algunas organizaciones internacionales han establecido recomendaciones claras. Es el caso de organizaciones británicas y australianas, como la National Association for the Education of Young Children, el Early Years Foundation Stage o el National Quality Framework. Todas coinciden en recomendar un adulto por cada cuatro niños en grupos de bebés y niños de un año (con un máximo de ocho). A partir de los dos años, proponen un adulto cada cuatro niños, bien uno cada seis en grupos de hasta doce participantes.

La Comisión Europea, en cambio, no fija una ratio concreta, ya que depende de la regulación de cada país, pero insiste en garantizar ciertos estándares de calidad. En su guía de 2021 se destaca el ejemplo de Suecia, con un adulto por cada tres bebés y uno por cada siete niños menores de tres años (Comisión Europea, 2021).

¿Cuál es la ratio en España?

España, junto con Croacia, es uno de los países europeos que permite un mayor número de niños por adulto en educación infantil. Aunque las cifras varían según la Comunidad Autónoma, las diferencias son significativas. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, se permite una educadora para cada ocho bebés, 16 niños y niñas en el grupo de 1-2 años, y hasta 20 en el grupo de 2-3 años, con una figura de apoyo compartida entre varias aulas.

Otras comunidades optan por ratios más ajustadas. En Navarra, por ejemplo, se fijan en 8, 12 y 16 para los grupos de 0-1, 1-2 y 2-3 años, respectivamente. En Canarias, las cifras suben ligeramente: 8, 13 y 18.




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¿Qué implica esta proporción en una etapa tan importante para el desarrollo del lenguaje? La evidencia no es unánime: algunos estudios no encuentran una relación directa entre la ratio y el desarrollo del lenguaje, mientras que otros muestran que los niños en grupos más numerosos tienden a obtener puntuaciones más bajas en pruebas de lenguaje.

Hablar más o menos en el grupo de infantil

En una investigación reciente, realizada en aulas de educación infantil de la Comunidad de Madrid y Toledo, analizamos cuántas oportunidades reales tienen los niños y niñas de participar verbalmente en actividades grupales y cómo influye el tamaño del grupo en esas interacciones. Los resultados son contundentes: cuantos más niños hay en el grupo, menos oportunidades tiene cada uno de hablar y ser escuchado, incluso cuando participa más de una educadora.

El efecto es aún mayor en los grupos de los más pequeños. No es tanto la ratio adulto-niño lo que determina la participación verbal, sino el tamaño total del grupo. En la práctica, un grupo de 8 niñas y niños con una educadora favorece más las interacciones lingüísticas que un grupo de 16 con dos educadoras.

Oportunidad de participar y habilidades del lenguaje

Las niñas y niños que menos hablan son también quienes tienen menos oportunidades de recibir habla dirigida específicamente a ellos, sobre todo en grupos numerosos. En nuestro estudio, realizado con grupos de entre 9 y 16 niños y niñas de 2-3 años, observamos diferencias claras en la participación.

En la ventana de dos segundos después de intervenir en una actividad grupal, la educadora puede responder al niño o niña directamente, contestar a otro niño o, simplemente, dirigir su respuesta al grupo en general. En los grupos grandes, quienes participan menos o tienen menor vocabulario son los que tienen menos probabilidades de recibir una respuesta individualizada.

Por ejemplo, si un niño dice “¡Lluvia!”, y la educadora responde “Sí, cayó mucha lluvia ayer, ¿te asustaste?”, está reconociendo y ampliando su intervención. Pero cuando hay muchos niños en el grupo, y especialmente si algunos tienen más iniciativa verbal que otros, estas respuestas se reparten de manera desigual.




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La importancia del énfasis y los gestos

En nuestro estudio observamos que las educadoras y educadores recurren a distintas estrategias de énfasis (como autorrepeticiones o gestos sincronizados) tanto al dirigirse a un niño o niña en concreto como al grupo entero.

Otros trabajos, en España y en otros países, muestran que la combinación de habla y gesto (cuando el adulto señala, mueve las manos o enfatiza visualmente lo dicho) resulta clave para que los niños pequeños entiendan y participen en las interacciones. A menudo, además, los gestos del adulto se sincronizan con los del niño, generando momentos especialmente ricos para el aprendizaje y la interacción.

Ahora bien, en nuestro estudio vimos que este tipo de énfasis multimodal se emplea mucho más al hablar al grupo entero que al responder a un solo niño de forma individual. Y esta diferencia se acentúa cuanto mayor es el número de niños en el aula.

El tamaño del grupo y la igualdad de oportunidades

Nuestros hallazgos muestran que, en grupos de más de diez niños y niñas de entre 1 y 3 años, la participación activa en las interacciones grupales no está garantizada, incluso con varios adultos presentes.

Esto limita sobre todo a quienes tienen un menor nivel lingüístico, que son precisamente quienes más se beneficiarían de recibir habla dirigida y respuestas individualizadas. La consecuencia es clara: menos participación implica menos oportunidades para desarrollar habilidades comunicativas. Y cuando esas oportunidades no se reparten de forma equitativa, se amplían las desigualdades desde los primeros años de vida.

Estos resultados invitan también a repensar cómo se organiza la acción educativa cuando hay más de una educadora en el aula. Contar con dos profesionales no debería reducirse a “más manos”, sino a la posibilidad real de dividir al grupo en momentos clave, favoreciendo interacciones más individualizadas, sobre todo con los niños y niñas que menos hablan. Reducir la ratio es importante, pero no basta: es necesario reorganizar tiempo y espacio para garantizar que todos puedan hablar, escuchar y ser escuchados.

The Conversation

Marta Casla Soler recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación (Agencia Estatal de Investigación) con la cofinanciación de la Unión Europea, proyecto PID2021-123907NB-I00. Ella es miembro de la Universidad Autónoma de Madrid.

Ana Moreno Núñez recibe fondos de la Agencia Estatal de Investigación (Ministerio de Ciencia e Innovación), cofinanciados por el Fondo Social Europeo (PID2024-155267NB-I00).

Alba Torres Mendoza no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Por qué los grupos de infantil no deberían ser de más de 10 niños – https://theconversation.com/por-que-los-grupos-de-infantil-no-deberian-ser-de-mas-de-10-ninos-258205

Los neandertales también iban a la playa… y dejaban sus huellas en la arena

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Fernando Muñiz Guinea, Geólogo, Paleontólogo (Icnológía, tafonomía, paleoecología). Actualmente, Profesor Titular de la Universidad de Sevilla.., Universidad de Sevilla

Praia do Telheiro, en Portugal, donde se han encontrado huellas fosilizadas de neandertales de unos 80 000 años de antigüedad. David_Pastyka/Shutterstock

Cuando imaginamos a los neandertales, la mayoría de nosotros pensamos en cazadores cubiertos de pieles, acurrucados en cuevas y soportando el frío de la Europa glacial. Sin embargo, un descubrimiento sorprendente en la costa atlántica de Portugal está ayudando a reescribir esa imagen. Nuevas investigaciones muestran que los neandertales no solo habitaban cuevas o cazaban en el interior, sino que también iban a la playa.

En monte Clérigo y en praia do Telheiro, en la región del Algarve, se ha conservado un registro extraordinario: huellas fosilizadas de neandertales que caminaron por estas playas hace unos 80 000 años. Son huellas profundas, algunas de niños y adolescentes, congeladas en el tiempo en dunas antiguas. Juntas, ofrecen una ventana a un día en la vida de nuestros parientes más cercanos y sugieren una relación con la costa mucho más rica de lo que antes se creía.

Praia do Telheiro, en Portal, un sitio de interés geológico donde se han hallado muestras de vida neandertal.
GeoPortal. Energía y Geología de Portugal., CC BY

Huellas en la arena… durante 80 000 años

Las huellas, ahora endurecidas en roca, se conservaron gracias a una afortunada combinación de arena, humedad y tiempo. En monte Clérigo, los investigadores documentaron 26 huellas de neandertales, mientras que praia do Telheiro reveló otra huella más. Algunas impresiones son tan nítidas que se puede ver el talón, el arco y algunos dedos, especialmente el dedo gordo, como si la persona acabara de salir a caminar.

Al estudiar su forma y tamaño, los científicos pudieron incluso estimar la edad y tamaño de los individuos. Muchas pertenecían a adultos, junto a algunos niños. Esto sugiere salidas en grupo más que individuos solitarios. De hecho, un niño pequeño dejó un par de huellas: un recordatorio poderoso de que los días en la playa no eran solo para sobrevivir, sino también para jugar y explorar.

¿Por qué ir a la costa?

Entonces, ¿qué hacían estos neandertales junto al mar? Las huellas no lo dicen exactamente, pero las posibilidades son fascinantes. Las zonas costeras eran ricas en recursos: animales, mariscos, crustáceos, aves marinas e, incluso, peces o mamíferos varados. Para los cazadores-recolectores, la playa era un bufé natural.

Las huellas también sugieren movilidad y curiosidad. Los neandertales no estaban confinados a cuevas o bosques; como era de esperar, exploraban dunas, estuarios y orillas. Al aventurarse a la costa, demostraban la misma adaptabilidad que les permitió prosperar durante cientos de miles de años en paisajes muy distintos, desde la península ibérica hasta Bélgica, el norte de Francia, el sur de Inglaterra y el Cáucaso, llegando hasta los montes Altái en el sur de Siberia.

Una imagen diferente de la vida prehistórica

Durante décadas, los neandertales fueron caricaturizados como brutos, primitivos y centrados únicamente en la supervivencia. Pero descubrimientos como este desafían esa visión anticuada. Aquí los vemos no solo como cazadores de elefantes y ciervos, sino como comunidades dinámicas basadas en la familia que usaban diversos entornos.

La presencia de huellas de niños es especialmente reveladora. Pinta una escena de jóvenes neandertales corriendo por las dunas mientras los adultos caminaban cerca. Es fácil imaginar familias explorando juntas, como hacen los humanos modernos. Los valiosos fósiles encontrados congelan un momento cotidiano y fugaz, del tipo de momentos que la arqueología rara vez captura.

¿Cómo sabemos que eran neandertales?

La datación de los sitios los sitúa firmemente en la era neandertal, hace unos 80 000 años, antes de la llegada del Homo sapiens a Europa. Otros sitios con restos de neandertales e industrias líticas se encuentran en entornos costeros como Figueira Brava (Portugal), la costa andaluza en Matalascañas (Huelva), Gibraltar y algunos otros lugares de la costa mediterránea de España. En conjunto, la evidencia es sólida: estas son huellas de neandertales y muestran la presencia de grupos familiares a lo largo de la costa ibérica.

Ocupaciones neandertales en el litoral central catalán. Museo Arqueológico Nacional de España.

Por qué esto importa

El descubrimiento tiene grandes implicaciones. Por un lado, se suma a la creciente evidencia de que los neandertales aprovechaban entornos y recursos costeros. Los concheros en sitios como Figueira Brava (cerca de Lisboa), las cuevas de Vanguard y Gorham (Gibraltar) o la cueva Bajondillo (Málaga) ya sugerían mariscos en su dieta, pero las huellas proporcionan una evidencia mucho más directa: ellos realmente caminaron allí.

También desafía estereotipos sobre el comportamiento neandertal. Lejos de estar atrapados en el interior, interactuaban activamente con los paisajes marinos. Esta versatilidad pudo haberles ayudado a soportar los cambios climáticos durante los interglaciares y glaciares, hasta la la Edad de Hielo, el último periodo glacial que ha acontecido en la historia geológica de la Tierra.

Finalmente, hay un impacto emocional. Las huellas son poderosas porque nos conectan directamente con individuos. A diferencia de herramientas de piedra o huesos, muestran comportamiento en movimiento: alguien caminando, parado o corriendo, en un lugar y tiempo específicos. Salvan el abismo de milenios de una forma que pocos otros fósiles pueden.

Praia do Telheiro, en Portugal.
Puyol/Wikiloc., CC BY

Caminando en sus huellas

Nuestra especie, Homo sapiens, eventualmente se extendió por Europa y coexistió con los neandertales durante miles de años antes de que desaparecieran hace menos de 40 000 años. Hoy, muchos de nosotros todavía llevamos rastros de ADN neandertal. Descubrimientos como los de monte Clérigo y praia do Telheiro nos recuerdan cuánto compartimos con ellos: no solo genes, sino también comportamientos, paisajes y, quizá, la simple alegría de un día en la playa.




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La próxima vez que pasee por una orilla arenosa durante las vacaciones, considere esto: mucho antes del turismo de playa, mucho antes de los pueblos pesqueros, hasta antes de que nuestra especie llegara a Europa, las familias neandertales ya estaban allí. Los adultos caminaban delante, quizás para cazar, sus pasos más pesados hundiéndose en la arena mientras subían la duna. Los niños seguían, dejando pequeñas huellas juguetonas. La marea subía y bajaba, el nivel del mar cambiaba, las dunas se desplazaban, pero de alguna manera, con casi ninguna probabilidad, esas huellas perduraron.

Ochenta milenios después, resurgen para contarnos una historia: los neandertales eran tan exploradores, sobrevivientes y amantes de la playa como nosotros.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Los neandertales también iban a la playa… y dejaban sus huellas en la arena – https://theconversation.com/los-neandertales-tambien-iban-a-la-playa-y-dejaban-sus-huellas-en-la-arena-263686

‘Algún día todo el mundo habrá querido estar siempre en contra’: el libro que retrata la destrucción de Gaza y el consentimiento de Occidente

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Clare Corbould, Associate Professor of History and Associate Head (Research) of the School of Humanities and Social Sciences, Deakin University

Omar El Akkad no quiere que usted aparte la mirada. Reputado periodista y novelista, El Akkad nació en Egipto, vivió durante su adolescencia en Catar y Canadá, y emigró de adulto a los Estados Unidos, donde ahora vive con su familia en la costa noroeste del Pacífico.

Su colección de ensayos, Algún día todo el mundo habrá querido estar siempre en contra, se inspira en su vida, desde la infancia hasta su reciente paternidad. Combina estas reflexiones con un agudo conocimiento de la historia moderna para examinar las respuestas de Occidente al “primer genocidio retransmitido en directo del mundo” en Gaza. Al considerar esa respuesta insuficiente, insta a los lectores a observar, escuchar, reflexionar y actuar.

Como hijo de padres que emigraron a Occidente en busca de la libertad y las oportunidades que este ofrecería a sus hijos, El Akkad tiene un agudo sentido de los acontecimientos, las ideas y las estructuras del pasado que han dado forma al presente. Presta especial atención al legado del dominio colonial.

Testigo de la historia

Portada del libro de Omar El Akkad que se titula 'Algún día -cuando no entrañe riesgo alguno, cuando podamos llamar a las cosas por su nombre, cuando sea demasiado tarde para exigir responsabilidades- todo el mundo habrá querido estar siempre en contra'.

Libros del Kultrum

Las descripciones que hace El Akkad de las atrocidades no son fáciles de leer. Tampoco lo es su contundente exigencia a hacer algo. Sin embargo, la fuerza de sus observaciones y la mordacidad de su prosa hacen que sea difícil apartar la mirada.

Su propósito es similar al de muchos testigos famosos de la historia. Las declaraciones contemporáneas sobre la violencia suelen servir más tarde como testimonio para determinar qué ocurrió, quién fue el responsable y qué compensación se debe pagar.

Pensemos en George Orwell reflexionando sobre la propaganda en España. O en los periodistas británicos Gareth Jones y Malcolm Muggeridge, que denunciaron la hambruna en la URSS de los años 30, mientras muchos comunistas occidentales miraban para otro lado. O los diarios de Victor Klemperer, publicados después de la guerra, que relataban cómo los nazis tergiversaban el lenguaje cotidiano.

Por encima de todo, este tipo de testimonios protegen contra futuras afirmaciones de inocencia, contra la tranquilizadora afirmación de que “no sabían lo que estaba pasando” o “eran producto de su época”.

El fuego y la furia de El Akkad también me trajeron a la memoria a la periodista estadounidense Ida B. Wells. En la década de 1890, Wells atacó ferozmente los linchamientos en su propio periódico, el Memphis Free Speech. Investigó casos concretos de violencia ritualizada por parte de las masas.

Wells también catalogó la forma en que los medios de comunicación contaban esas historias. Medían sus palabras para proteger a los autores, mientras mancillaban la reputación de los fallecidos, a quienes siempre nombraban.

El Akkad también presta mucha atención a la forma en que se enmarca y se describe la violencia en Gaza. Observa cómo los periodistas utilizan la voz pasiva, lo que no solo oculta los nombres de los asesinos, sino que da a entender que la muerte masiva se produjo por accidente o por arte de magia: “Periodista palestino herido en la cabeza por una bala durante una redada en la casa de un sospechoso de terrorismo”, rezaba un titular de The Guardian.

Tanto Wells como El Akkad muestran cómo las víctimas de la violencia racista y colonial son presentadas como culpables de antemano. En el caso de los linchamientos, el pretexto solía ser una acusación de violación, aunque rara vez ese era el verdadero motivo. Mucho más comunes eran las disputas entre hombres por la tierra, los salarios, la organización laboral, la competencia empresarial o las campañas de votación.

En el caso de Gaza, muchos medios de comunicación imitan las afirmaciones de los políticos israelíes, su ejército y los aliados de ambos. Así tachan a los civiles de terroristas o terroristas en potencia, incluso a los niños. Las palabras limpian la conciencia de los espectadores. Blanquean el daño como si fuera dinero en efectivo.

Formas de resistencia

Como reza el título del libro, que comenzó su andadura como un tuit viral, “algún día, todo el mundo habrá estado siempre en contra de esto”.

Al ser testigo de las atrocidades y las respuestas cobardes, El Akkad recuerda a los lectores liberales que, si lo ocurrido en Gaza hubiera sucedido en el pasado, condenarían la violencia. Es más, imaginarían que, si hubieran estado vivos en ese momento, se habrían resistido firmemente al mal o incluso habrían adoptado una postura heroica en su contra.

Además de diagnosticar el problema, El Akkad examina y evalúa las formas de resistir lo que está sucediendo en Gaza. Descarta como ineficaz el antiguo llamamiento al interés propio de los occidentales. Señalar que los horrores que permiten en otros lugares acabarán llegando a ellos simplemente no funciona.

Sus ensayos fueron escritos entre el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023 y agosto de 2024, cuando la campaña presidencial estadounidense estaba en pleno apogeo. Gran parte de su energía se dedica a abordar el debate sobre “el menor de dos males” en relación con el voto en una democracia en la que las opciones son la extrema derecha y, como mucho, el centro ligeramente a la izquierda. Solo desde una posición relativamente protegida, observa, se podría votar al Partido Demócrata con el argumento de que el otro bando “sería mucho peor”.

Según El Akkad, defender esta postura equivale a aceptar tácitamente la muerte masiva. Lo denomina “aceptación reticente del genocidio” y pide a los liberales de Estados Unidos (y, por extensión, de otras democracias occidentales) que examinen sus conciencias.

La medida correctiva que propone El Akkad es la negación generalizada, o “alejarse”. La gente, en masa, debe negarse a aceptar que las escasas promesas de los partidos políticos menos conservadores son las mejores opciones disponibles.

Esto requerirá sacrificios. El Akkad ofrece ejemplos de personas a las que admira: el escritor que rechazó un premio de una organización que había guardado silencio sobre Gaza; el profesor lo suficientemente valiente como para hablar con sus alumnos adolescentes sobre la intolerable tasa de mortalidad de niños y civiles (no “no combatientes”). De forma más cruda, escribe sobre Aaron Bushnell, el veterano de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, cuyas últimas palabras antes de prenderse fuego frente a la embajada israelí en Washington D. C. fueron “Palestina libre”.

Violencia sistemática

Al igual que Wells, El Akkad vincula la violencia sistemática con las estructuras que sustentan el mundo moderno. La principal de ellas es el capitalismo. Sugiere que el cambio real llegará cuando un número suficiente de nosotros, por usar la vieja jerga de los años sesenta, “abandonemos”, aunque él prefiere la palabra “negación”, un término que implica que hay algo a lo que oponerse.

Omar El Akkad.
Text Publishing

Es hora, argumenta, de que los ciudadanos occidentales bien educados digan “basta”. Nuestros teléfonos son lo suficientemente inteligentes; somos (colectivamente) lo suficientemente ricos y estamos lo suficientemente saciados.

Puede que al principio resulte difícil, pero aprenderemos que “quizás no sea tan complicado evitar pedir café, descargar aplicaciones y comprar hummus con sabor a chocolate de empresas que toleran la matanza”.

Hacerlo podría detener un genocidio. Con el tiempo, este tipo de acción colectiva también podría detener otras calamidades inminentes, entre ellas el colapso climático. El enfoque constante de El Akkad a lo largo del libro en la muerte, las mutilaciones y los daños psíquicos inconmensurables que sufren los niños de Gaza hace que este caso parezca urgente.

Si esa urgencia suena exagerada, El Akkad podría preguntarle qué niños tenía en mente cuando se estremeció ante su diagnóstico. Es probable que su reacción dependa de la ubicación, el color y la riqueza de los niños que tiene en la cabeza.

En una de las frases más impactantes del libro, El Akkad pregunta: “¿Cómo se completa la frase: ‘Es lamentable que hayan muerto decenas de miles de niños, pero…’?”. Tras eso, sugiere que es mejor que todos nos comportemos según la afirmación: “No existen los hijos ajenos”.

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Clare Corbould no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ‘Algún día todo el mundo habrá querido estar siempre en contra’: el libro que retrata la destrucción de Gaza y el consentimiento de Occidente – https://theconversation.com/algun-dia-todo-el-mundo-habra-querido-estar-siempre-en-contra-el-libro-que-retrata-la-destruccion-de-gaza-y-el-consentimiento-de-occidente-263973

Europa frente al desafío del agua: hacia una estrategia común de resiliencia hídrica

Source: The Conversation – (in Spanish) – By María Molinos Senante, Investigadora postdoctoral Instituto de Procesos Sostenibles, Universidad de Valladolid

Quintanilla/Shutterstock

Desde la Roma antigua, el agua ha sido sinónimo de civilización. Los acueductos, termas y sistemas de distribución romanos no solo garantizaron la supervivencia de una sociedad floreciente, sino que también demostraron el papel central de este recurso en el desarrollo económico y cultural.

Hoy, dos milenios después, nuestra realidad no es tan diferente: medio ambiente, economía, seguridad alimentaria, energía y calidad de vida siguen dependiendo de un suministro de agua estable y de calidad. Sin embargo, el crecimiento demográfico, los cambios socioeconómicos y el cambio climático están poniendo en riesgo la seguridad hídrica de millones de europeos.

Las proyecciones son especialmente preocupantes para el sur del continente. En España se estima que la disponibilidad de agua podría reducirse hasta un 40 % en algunas cuencas hidrográficas. Si la temperatura global aumenta 1,5 °C, la población europea que vive en condiciones de escasez pasaría de los 51,9 millones actuales a 64,6 millones. En el caso español, el número crecería de 22,4 a 32,7 millones de personas.

El otro gran desafío son las inundaciones, el desastre natural más frecuente en Europa. Los episodios recientes, como la dana en Valencia, evidencian la magnitud del problema. Hoy, una décima parte de la población urbana europea vive en zonas con riesgo potencial de inundación.




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Tres principios para afrontar la crisis hídrica

Ante este panorama, la Comisión Europea aprobó en junio de 2025 la Estrategia Europea de Resiliencia Hídrica, cuyo objetivo es construir una Europa más preparada frente a la crisis hídrica. Y se articula en tres ejes:

  1. Restaurar y proteger el ciclo hidrológico.

  2. Impulsar una economía hidrointeligente que combine competitividad y sostenibilidad.

  3. Garantizar el acceso universal a agua limpia y asequible. En definitiva, Europa reconoce que el agua ya no puede darse por sentada: requiere planificación, inversión y, sobre todo, una respuesta conjunta y solidaria.

La Estrategia Europea de Resiliencia Hídrica propone un ambicioso programa de acción que combina nuevas regulaciones, planificación a largo plazo y desarrollo tecnológico. Sin embargo, su verdadero valor reside en la capacidad de articular políticas y acciones multisectoriales, trasladando la gestión hídrica más allá del ámbito medioambiental.

Agricultura, industria, energía, transporte y urbanismo deben trabajar de forma coordinada para reducir la presión sobre los recursos, fomentar el uso eficiente, acelerar la innovación tecnológica y promover la circularidad.

Esta iniciativa supone un avance significativo en la gobernanza del agua al reconocerla como un bien común indispensable para la salud pública, la seguridad alimentaria, la energía, la cohesión social y la competitividad económica. Sin embargo, su éxito dependerá en gran medida de cómo se afronten una serie de obstáculos estratégicos, institucionales y técnicos.




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Los desafíos en la resiliencia hídrica

Entre los principales retos destaca la naturaleza no vinculante de algunos objetivos, como la meta de reducir el consumo de agua en un 10 % para 2030. Asimismo, la fragmentación institucional y legislativa de la Unión Europea complica la coherencia en su aplicación.

Las directrices europeas deben traducirse eficazmente en políticas nacionales coordinadas. Sin embargo, la capacidad administrativa es divergente en los países europeos. El desafío financiero es otro reto importante. La Comisión Europea estima una necesidad de 23 000 millones de euros al año para modernizar infraestructuras y fomentar la reutilización del agua. Sin embargo, garantizar inversiones privadas y públicas sostenidas requerirá mecanismos financieros robustos y confianza regulatoria.

En este contexto, para que la estrategia cumpla su propósito, es indispensable fortalecer la gobernanza multinivel, asegurar financiación sostenible, fomentar colaboraciones público-privadas y adaptar las acciones a la diversidad regional.

Ante un clima cada vez más extremo y sistemas hídricos frágiles, solo un enfoque coherente, participativo y financiero sólido puede consolidar la resiliencia hídrica en toda Europa.

The Conversation

María Molinos Senante no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Europa frente al desafío del agua: hacia una estrategia común de resiliencia hídrica – https://theconversation.com/europa-frente-al-desafio-del-agua-hacia-una-estrategia-comun-de-resiliencia-hidrica-261246

Medidas que debería incluir un pacto de Estado para hacer frente a los incendios forestales

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Víctor Resco de Dios, Catedrático de Ingeniería Forestal y Cambio Global, Universitat de Lleida

Actuación de la Unidad Militar de Emergencias en el incendio de Tres Cantos (Madrid) el 12 de agosto de 2025. UME

Hace un par de semanas, cuando el azote de los incendios forestales empezaba a golpear el oeste de la península ibérica, propusimos un pacto de Estado para hacer frente al problema de los incendios forestales en España, junto con Paco Castañares, del sector forestal.

El Gobierno ha prometido un Pacto de Estado para la mitigación y adaptación a la Emergencia Climática, y el principal partido de la oposición presentó un plan de Ayuda, Recuperación y Prevención para el Medio Rural y Forestal.

Pero ¿en qué consistiría exactamente un pacto de Estado para hacer frente al problema de los incendios forestales? A continuación, trataré de esbozar algunos de los siete principales aspectos que, bajo nuestro parecer, debería contener.

1. Cultura de riesgo y autoprotección

Debemos establecer una cultura de riesgo, de manera que la ciudadanía sea consciente de los riesgos a los que está expuesta, que sepa cómo autoprotegerse y cómo reaccionar frente a la emergencia a través de:

  • Desarrollo y publicación de una cartografía de riesgo, con mapas de zonas “inflamables” (equivalente a mapas de zonas inundables) y que concrete puntos de reunión, vías de escape y evacuación dado que muchas personas viven, o veranean, en ratoneras sin escapatoria en caso de incendio y sin ser conscientes de ello.

  • Facilitación a la ciudadanía de herramientas que permitan visualizar en tiempo casi real el incendio e información sobre cómo autoprotegerse.

  • Desarrollo y ejecución de los planes de prevención municipal por técnicos cualificados, que incluyan franjas cortafuegos de cientos de metros, coordinados a través de las diputaciones en el caso de ayuntamientos pequeños y con medios escasos.

Cuando la cultura de riesgo ya esté instaurada, junto con las debidas medidas de autoprotección, podemos revisar la legislación para permitir que cada persona elija si prefiere evacuar su casa o quedarse a defenderla, asumiendo el riesgo que eso conlleva, como se hace en Australia y otros países.

2. Prevención y actividad forestal

La literatura científica actual nos indica que para reducir sustantivamente el área quemada en incendios, necesitamos tratar preventivamente el equivalente a 3-5 veces el área quemada, lo que implica un mínimo de un millón de hectáreas al año, a través de un diseño estratégico. Estamos hablando de:

  • Planificar y ejecutar obras de prevención a escala de macizo montañoso, a parte de la necesaria protección municipal y a escalas más locales.

  • Promover mosaicos de vegetación, o “cortafuegos productivos”, que son zonas que combinan distintos tipos de vegetación y permiten casar la rentabilidad de la explotación (castañas, cultivos, olivos…) con la preservación de la biodiversidad y las zonas de escasa inflamabilidad, de baja carga de combustible, sobre todo en puntos críticos.

  • Implementar un ambicioso programa de quemas prescritas, la versión ingenieril de las quemas tradicionales de los pastores, nuevamente para disminuir la carga de combustible en nuestros montes y crear oportunidades para la extinción.




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3. Sistema de alertas

Necesitamos desarrollar un sistema de alerta temprana que avise idealmente 72 horas antes del advenimiento de condiciones adversas para poder preparar tanto a los dispositivos de extinción como a la población sobre posibles evacuaciones o confinamientos.

Este sistema de alerta debe ser desarrollado por expertos en incendios forestales, a partir de los datos que puedan aportar distintas agencias como las meteorológicas o estadísticas.

4. Gestión de la emergencia

El pacto de Estado que necesitamos debe velar por:

  • La incorporación a la cadena de mando de unidades de análisis y planificación de la extinción, ya que los incendios actuales requieren de unidades de inteligencia avanzada. Hasta que eso no se haya logrado, necesitamos hacer frente a las condiciones de emergencia nacional de estos días con, por lo menos, un sistema de soporte en el análisis. Resulta paradójico que a nivel internacional se haya implementado el mecanismo FAST, que permite ese apoyo en inteligencia a países terceros, pero que una estructura parecida aún no se haya aplicado a nivel nacional.

  • A largo plazo, el pacto de Estado debe velar por la homogeneización de los elementos comunes en los dispositivos de extinción, para dar una respuesta efectiva cuando se produzca la próxima emergencia nacional.

  • Mejorar la formación de los bomberos a todos los niveles. En algunas comunidades autónomas, las condiciones laborales es otra de las tareas pendientes.

Paisaje de tierra quemada
Paisaje tras el incendio de Yeres, en León.
UME

5. Restauración

Los megaincendios son la respuesta de los ecosistemas al cambio global que estamos viviendo. La nueva realidad climática impone cambios drásticos sobre algunos paradigmas para adaptar nuestros ecosistemas a un clima cambiante. Esto implica que:

  • Deberemos favorecer el establecimiento de vegetación adaptada al clima futuro que se espera para cada zona, aun cuando eso implique una pérdida de la superficie de bosques cerrados o la incorporación de vegetación no autóctona.

  • Necesitamos unidades de inteligencia que permitan tomar decisiones rápidas sobre cómo abordar la restauración tras múltiples incendios que queman centenares de miles de hectáreas, y agilizar los procedimientos para poder contratar con urgencia las obras de restauración necesarias para evitar las pérdidas de suelo.




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6. Legislación y fiscalidad

Y por último, el pacto de Estado debe disminuir la carga burocrática con la que se encuentra el sector primario y, en particular, las actividades relacionadas con la prevención de incendios y fomentar, a través de incentivos fiscales, la actividad rural y su rentabilidad. Esto conlleva acciones como:

  • Incorporar la singularidad forestal en la Política Agraria Común (PAC), de manera que se puedan dejar sin labrar zonas en riesgo importante de incendios forestales.

  • Reducir (o eliminar) el IVA de las actuaciones de prevención.

  • Priorizar la protección frente a incendios forestales en la implementación española del Pacto Verde, considerando los cambios que sobre el régimen de incendios pueden ejercer, por ejemplo, la transición energética o la legislación sobre restauración .




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  • Revisar a fondo de la legislación actual en materia forestal y rural de manera que se eliminen las trabas a la recuperación de antiguos cultivos y otras medidas que favorezcan la prevención de incendios.

7. Ciencia e innovación

  • Incentivar la mejora e innovación facilitando el acceso en abierto a datos y previsiones meteorológicas y otros datos financiados con dinero público.

  • Dotar a los medios de extinción de capacidad para mapear el avance de los incendios a tiempo real, y poder reconstruir su comportamiento para su posterior estudio.

En una primera aproximación se estima que el coste de poner en marcha estas medidas debería estar cerca de los 3 000 millones de euros, lo que podría suponer menos de la mitad de lo que llevamos este año gastado en extinción (extinguir cuesta unos 19 000 euros por hectárea). El pacto nos hubiera evitado en gran parte la pérdida de vidas humanas e infraestructuras y de las subvenciones asociadas a la declaración de zona catastrófica.

Además, un porcentaje elevado se podría cubrir por capital privado si logramos mejorar la rentabilidad de las explotaciones. Aparte de las medidas aquí propuestas, otras actividades que fomenten los usos energéticos de la biomasa y constructivo de la madera, por poner dos ejemplos, podrían favorecer esta actividad privada.

Los incendios forestales de este año nos recuerdan cómo se están convirtiendo en un problema de protección civil y de salud pública, con importantes consecuencias para la red ferroviaria y el turismo, y que está afectando también a la calidad de las aguas, aparte de su impacto creciente sobre las sociedades y economías rurales. El margen de error es cada vez más estrecho.

The Conversation

Víctor Resco de Dios recibe fondos del MICINN.

ref. Medidas que debería incluir un pacto de Estado para hacer frente a los incendios forestales – https://theconversation.com/medidas-que-deberia-incluir-un-pacto-de-estado-para-hacer-frente-a-los-incendios-forestales-263979

Resiliencia desde abajo: proyectos comunitarios frente al cambio climático en América del Norte

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Juan Alberto Gran Castro, Professor, Universidad de Guadalajara

Huellas de la sequía en la presa de Palote (Guanajato, México). Dany Bejar photography/Shutterstock

Frente a la creciente intensidad de los impactos del cambio climático –inundaciones, sequías prolongadas, incendios forestales, pérdida de biodiversidad y degradación ambiental–, las comunidades más vulnerables tienden a enfrentar desafíos cada vez más complejos para proteger sus territorios y alcanzar condiciones de vida deseables.

Esta vulnerabilidad, que se expresa en condiciones de exposición y dificultades para el acceso a recursos a la hora de afrontar amenazas, es el “escenario” de los proyectos de base comunitaria que emergen a través de procesos alternativos que buscan atender los efectos del cambio climático desde el conocimiento local, la acción colectiva y el compromiso con la justicia ambiental.

Sin embargo, para que estas iniciativas puedan desarrollarse, escalar y sostenerse en el tiempo, hace falta conjuntar una serie de factores; entre ellos, el apoyo institucional y recursos financieros.

El programa J4Climate: Equidad Ambiental y Resiliencia Climática, impulsado por la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) –organismo trinacional establecido en el marco del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá–, representa uno de los mecanismos regionales que han reconocido la importancia de fortalecer este tipo de esfuerzos.

A través de convocatorias anuales, J4Climate financia proyectos en la región, priorizando a comunidades indígenas, rurales y marginadas en contextos de alta vulnerabilidad climática.




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Una mirada crítica al programa J4Climate

Aunque estos apoyos han dado lugar a experiencias valiosas, es importante reflexionar críticamente sobre sus alcances y limitaciones. ¿Qué implica financiar la resiliencia comunitaria?

Los recursos de J4Climate provienen de las agencias ambientales de los tres países: el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México. Se trata, por tanto, de un instrumento intergubernamental que refleja tanto intereses comunes como tensiones políticas que requieren articulación y negociación entre los países.

Desde una perspectiva comunitaria, este financiamiento representa una oportunidad estratégica, ya que permite dar continuidad a proyectos que, de otro modo, enfrentarían enormes obstáculos para acceder a recursos financieros. Sin embargo, no todos los proyectos comunitarios pueden acceder a este tipo de fondos: las exigencias técnicas, los marcos de evaluación por resultados y los plazos de ejecución corren el riesgo de excluir propuestas que no encajan fácilmente en los formatos institucionales.

Además, temas sensibles –como la defensa del territorio frente a megaproyectos extractivos, la lucha contra el racismo ambiental o la criminalización de defensores– son cuestiones que quedan fuera de los alcances de este tipo de subvenciones.

Esta situación plantea un dilema: el financiamiento que hace posible la acción comunitaria puede, al mismo tiempo, condicionar sus contenidos, temporalidades y formas organizativas. Así, se corre el riesgo de fortalecer sólo aquellas expresiones de acción climática que resultan “compatibles” con las agendas gubernamentales o con las métricas internacionales de impacto, dejando fuera voces, enfoques o conflictos fundamentales para una verdadera justicia ambiental.




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Ejemplos de resiliencia desde el territorio

A pesar de estas tensiones, los proyectos apoyados por J4Climate han demostrado una notable capacidad para articular respuestas concretas al cambio climático. A continuación se presentan dos iniciativas emblemáticas que muestran cómo la acción comunitaria puede generar soluciones sostenibles, culturalmente relevantes y territorialmente arraigadas.

Restauración comunitaria de marismas saladas (Canadá)

Ubicado en el canal Gorge, en la Columbia Británica, este proyecto parte de una premisa clara: los ecosistemas costeros pueden ser aliados clave frente a los impactos del cambio climático, como las inundaciones y los domos de calor (extensas áreas de alta presión que atrapan el aire caliente cerca del suelo).

A través de un proceso participativo de restauración ecológica, se están rehabilitando las marismas saladas para aumentar la resiliencia urbana, promover la biodiversidad nativa y reducir el riesgo de desastres.

Lo destacable es la articulación que se da entre actores comunitarios, científicos y autoridades locales, que permite una gobernanza compartida del territorio. Además, el proyecto incluye actividades educativas y de sensibilización, integrando a diversos sectores sociales y fomentando una cultura de cuidado ambiental desde edades tempranas.

One Water: resiliencia hídrica indígena entre Canadá y México

Esta iniciativa binacional articula comunidades indígenas de Ontario, en Estados Unidos, y del sur de México que enfrentan una problemática común: la escasez y contaminación del agua, agravada por la falta de infraestructura adecuada.

One Water promueve la instalación de sistemas de captación de lluvia, talleres de capacitación y redes de intercambio de saberes entre territorios indígenas.

Más allá de la tecnología implementada, el proyecto destaca por su dimensión intercultural y transfronteriza. Reconoce el derecho al agua como un bien común y no como un recurso mercantil, y promueve la autonomía comunitaria en su gestión. Además, evidencia que los impactos del cambio climático no respetan fronteras, pero que la solidaridad entre pueblos puede ser una respuesta poderosa.




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Hacia una resiliencia transformadora

Los proyectos apoyados por J4Climate son una pequeña muestra del potencial de las comunidades organizadas para hacer frente a los desafíos del cambio climático de forma creativa, pertinente y sostenible. Son ejemplos de cómo la resiliencia va más allá de las respuestas técnicas: implica la articulación de una estrategia política, cultural y ética de cuidado del territorio y la defensa de la vida.

No obstante, también es necesario reconocer los límites de los marcos de financiamiento institucional. La resiliencia no debe entenderse sólo como una capacidad para adaptarse a condiciones adversas, sino también como una posibilidad de transformación estructural que permita la reducción de los contextos de vulnerabilidad en el que se desenvuelven estas iniciativas: de las relaciones con el ambiente, de las formas de gobernanza y de las desigualdades históricas que hacen que algunos territorios afronten los mayores riesgos con los menores recursos.

Por tanto, apoyar la resiliencia comunitaria requiere más que fondos: exige voluntad política, reconocimiento pleno de los derechos de las comunidades y apertura a formas diversas –no siempre cuantificables– de imaginar el futuro.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Resiliencia desde abajo: proyectos comunitarios frente al cambio climático en América del Norte – https://theconversation.com/resiliencia-desde-abajo-proyectos-comunitarios-frente-al-cambio-climatico-en-america-del-norte-261251

Ni dislexia ni autismo: ¿qué es el trastorno del desarrollo del lenguaje y cómo detectarlo?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Anastasiia Ogneva, Profesora ayudante doctora, Universidade de Santiago de Compostela

NadyaEugene/Shutterstock

En los últimos años hemos oído hablar con frecuencia de la dislexia y del autismo, dos trastornos del neurodesarrollo que afectan a muchos niños y que ya forman parte del vocabulario cotidiano de muchas familias y docentes. Pero hay otro trastorno igual de frecuente –o incluso más– que sigue siendo muy poco conocido: el trastorno del desarrollo del lenguaje (TDL).

El TDL es un trastorno del neurodesarrollo que dificulta el aprendizaje y el uso del lenguaje, sin que haya una causa evidente como pérdida auditiva, discapacidad intelectual o autismo. Puede afectar la comprensión, la expresión, o ambas.

Se estima que este trastorno afecta a entre un 7 y un 10 % de los niños en edad escolar. Sin embargo, muchas veces pasa desapercibido o se confunde con “inmadurez”, “vagancia” o incluso problemas de comportamiento. No es un simple retraso que se resuelva con el tiempo.

Es persistente y, si no se interviene, afecta al rendimiento escolar, las relaciones sociales y la autoestima.

Un trastorno invisible

El TDL se considera un trastorno invisible: no hay rasgos físicos que lo delaten. Muchos niños se manejan bien en conversaciones cotidianas, pero se bloquean cuando el lenguaje se complica, como al leer un libro de texto, escuchar una explicación de ciencias o entender un chiste.




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En el día a día, los padres pueden notar que el niño no entiende frases largas (“pon el vaso encima de la mesa y después tráeme la cuchara”), usa frases muy cortas y omite ciertas palabras (“niño jugar coche” en lugar de “el niño juega con el coche”), o tiene problemas para contar lo que hizo en el recreo.

Históricamente, el TDL ha recibido nombres distintos (“trastorno específico del lenguaje” o TEL, “trastorno mixto receptivo-expresivo”), lo que generó confusión y limitó su visibilidad. El proyecto internacional CATALISE impulsó el uso del término trastorno del desarrollo del lenguaje y criterios más claros para su identificación.

Señales de alerta según la edad

Cada niño con TDL presenta un perfil distinto, pero algunos signos son frecuentes:

  • En la edad preescolar: dificultad para seguir instrucciones, frases muy cortas, problemas para aprender canciones o para contar lo que ha pasado en el día.

  • En la edad escolar: dificultades para comprender textos, usar oraciones complejas, aprender vocabulario nuevo, errores gramaticales y de ortografía frecuentes, o problemas para escribir con coherencia.




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Cómo distinguirlo de otros trastornos

El TDL puede confundirse con otras dificultades del neurodesarrollo, pero hay diferencias importantes:

  • No es dislexia. La dislexia se centra en las dificultades para aprender a leer y escribir, en especial en la decodificación de palabras y las habilidades fonológicas. Por ejemplo, una niña con dislexia puede confundir letras parecidas (b/d, p/q) o leer “casa” como “cata”, aunque luego tenga un vocabulario oral rico y frases bien estructuradas. En cambio, una niña con TDL puede leer correctamente “casa”, pero no comprender lo que significa la frase entera, además de tener un lenguaje oral más limitado y con errores gramaticales.

  • No es autismo. En el TDL las habilidades sociales y la intención comunicativa suelen estar preservadas, aunque el lenguaje sea limitado. Aunque en los primeros años ambas condiciones pueden parecer “niños que hablan tarde”, los estudios muestran que los niños con TDL suelen usar gestos, responder mejor al lenguaje y jugar de forma simbólica, mientras que en el autismo predominan mayores problemas de comprensión, de contacto social y conductas repetitivas.

  • No depende del cociente intelectual no verbal. En el pasado, solo se diagnosticaba TDL si la inteligencia no verbal del niño estaba dentro de la media, como forma de distinguirlo de una discapacidad intelectual general. Hoy sabemos que algunos niños con TDL puntúan algo más bajo en estas pruebas, pero eso no significa que tengan un retraso global. Por eso, los especialistas ya no usan la discrepancia entre capacidad verbal y no verbal como criterio diagnóstico.

Consecuencias a largo plazo

El TDL no desaparece con la edad. Aunque muchos niños mejoran con la intervención, las dificultades suelen acompañarlos en la adolescencia y la adultez. Estudios longitudinales muestran que los jóvenes con TDL tienen más probabilidades de presentar problemas de lectura y escritura (en distinto grado: desde leves hasta persistentes), abandonar antes los estudios, encontrar más barreras en el empleo y sufrir problemas de autoestima y de salud mental.

Esto no significa que el pronóstico sea necesariamente negativo: con diagnóstico temprano y apoyo especializado muchos logran desenvolverse con éxito en la escuela y la vida diaria.

Las intervenciones se centran en reforzar el lenguaje oral y escrito: trabajar vocabulario, gramática y narración con un logopeda, usar apoyos visuales y adaptaciones curriculares en la escuela, y fomentar la lectura compartida y las conversaciones en casa.

En la escuela, los docentes pueden ayudar dando instrucciones claras y cortas, comprobando que el niño ha entendido, usando esquemas o imágenes de apoyo y ofreciendo más tiempo en exámenes y tareas.

En la familia, los padres pueden leer juntos todos los días, ampliar lo que el niño dice modelando frases correctas (si dice “agua aquí”, se le corrige a “sí, el agua está aquí en la mesa”), y animarle a contar historias de su día a día.

¿Por qué importa intervenir temprano?

La intervención temprana es fundamental porque el lenguaje es la base de la lectura, la escritura y el aprendizaje escolar. Cuanto antes se apoye al niño, más fácil será reducir las dificultades futuras. Un niño atendido a los 4–5 años puede progresar notablemente mejor que uno que recibe ayuda a los 9–10, cuando ya arrastra fracaso escolar y frustración.

La detección requiere una evaluación profesional, normalmente realizada por logopedas o especialistas en lenguaje. Pero padres y docentes son quienes primero pueden sospechar: si un niño no avanza en el lenguaje como sus compañeros, si sus frases son muy cortas, si evita participar en conversaciones o se frustra con la lectura, conviene consultar. La intervención temprana es fundamental.

El TDL es frecuente, persistente y, sin embargo, uno de los trastornos del neurodesarrollo menos conocidos. Reconocer sus señales y diferenciarlo de otros problemas es esencial para intervenir a tiempo. Como dicen los expertos del proyecto CATALISE, el lenguaje es la base del aprendizaje, y apoyar a estos niños desde pequeños es la mejor forma de abrirles oportunidades en el futuro.

The Conversation

Anastasiia Ogneva recibe fondos de la Comisión Europea a través del programa Marie Skłodowska-Curie Postdoctoral Fellowships 2022.

ref. Ni dislexia ni autismo: ¿qué es el trastorno del desarrollo del lenguaje y cómo detectarlo? – https://theconversation.com/ni-dislexia-ni-autismo-que-es-el-trastorno-del-desarrollo-del-lenguaje-y-como-detectarlo-262829

Los paleontólogos podrían estar dañando los fósiles con un método que se creía seguro

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Mathieu Duval, Adjunct Senior Researcher at Griffith University and La Trobe University, and Ramón y Cajal (Senior) Research Fellow, Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH)

Fósil de una mandíbula humana de 185 000 años de antigüedad encontrada en la cueva MIsliya, Israel. Gerhard Weber, University of Vienna, CC BY-ND

Los fósiles son valiosos archivos del pasado. Conservan detalles sobre los seres vivos de hace miles o cientos de millones de años. Su estudio nos ayuda a comprender la evolución de las especies a lo largo del tiempo y nos permite vislumbrar instantáneas de los entornos y climas del pasado. También pueden revelar las dietas o los patrones migratorios de especies desaparecidas hace mucho tiempo, incluidos nuestros antepasados.

Pero cuando los seres vivos se convierten en roca, discernir esos detalles no es tarea fácil. Una técnica común para estudiar los fósiles es la microtomografía computarizada o micro-CT. Se ha utilizado para encontrar la evidencia más antigua de cáncer de huesos en humanos, para estudiar las huellas del cerebro y los oídos internos en los primeros homínidos y para analizar los dientes de los restos humanos modernos más antiguos fuera de África, entre muchos otros ejemplos.

Sin embargo, nuestro nuevo estudio, publicado este verano en Radiocarbon, muestra que la microtomografía computarizada puede afectar a la conservación de los fósiles y borrar información crucial que contienen, a pesar de que esta tecnología se consideraba no destructiva.

Conservación de especímenes valiosos

Los fósiles son raros y frágiles por naturaleza. Los científicos evalúan constantemente cómo manejarlos dañándolos lo menos posible. Queremos preservar los fósiles para las generaciones futuras en la medida de lo posible, y la tecnología puede ser de gran ayuda en este sentido.

La microtomografía computarizada funciona como las tomografías computarizadas médicas (TC o TAC) que utilizan los médicos para ver el interior del cuerpo humano. Sin embargo, lo hace a una escala mucho menor y con una resolución mayor.
Esto es perfecto para estudiar objetos pequeños, como los fósiles, ya que hace posible obtener imágenes 3D de alta resolución y acceder a la estructura interna de las muestras sin necesidad de cortarlas.

Estos escáneres también permiten obtener copias virtuales de los fósiles, a las que otros científicos pueden acceder desde cualquier parte del mundo. Esto reduce significativamente el riesgo de daños, mientras los originales escaneados pueden permanecer a salvo en una colección de museo, por ejemplo.

Mandíbula del fósil humano Homo antecessor hallado en España. Izquierda: microtomografía computarizada con un plano de corte para visualizar las estructuras internas, los huesos y los dientes. Derecha: reconstrucción en 3D basada en las imágenes de microtomografía computarizada de alta resolución.
Laura Martín-Francés

¿Cómo funciona la microtomografía computarizada?

Esta técnica utiliza rayos X y programas informáticos para producir imágenes de alta resolución y reconstruir los especímenes fósiles con detalle. Normalmente, los paleontólogos utilizan escáneres comerciales para ello, pero las investigaciones más avanzadas pueden utilizar potentes haces de rayos X generados en un sincrotrón (un tipo de acelerador de partículas).

Los rayos X atraviesan el espécimen y son capturados por un detector situado en el otro extremo. Esto permite comprender con gran detalle la materia por la que han atravesado, especialmente la densidad, lo que a su vez proporciona pistas sobre la forma de las estructuras internas, la composición de los tejidos o cualquier contaminación.

El escáner produce una sucesión de imágenes en 2D desde todos los ángulos. A continuación, se utiliza un software informático para “limpiar” estas imágenes de alta resolución y ensamblarlas en una forma tridimensional: una copia virtual del fósil y sus estructuras internas.

Ejemplo de resultados de microtomografía computarizada en un fósil de homínido conocido como Little Foot, procedente del sur de África.

Pero los rayos X no son inocuos

Los rayos X son un tipo de radiación ionizante. Esto significa que tienen un alto nivel de energía y pueden separar los electrones de los átomos (esto se denomina ionización).

En los tejidos vivos, la radiación ionizante puede dañar las células y el ADN, aunque el nivel de daño dependerá de la duración y la intensidad de la exposición.

Sin embargo, a pesar de lo que sabemos sobre el impacto de los rayos X en las células vivas, nunca se ha investigado en profundidad su impacto potencial en los fósiles.

¿Qué revela nuestro estudio?

Utilizando los ajustes estándar de un escáner micro-CT típico, escaneamos varios huesos y dientes –modernos y fósiles– de animales. También medimos su contenido de colágeno antes y después del escaneo.

El colágeno es útil para muchos fines analíticos, como determinar la edad de los fósiles mediante datación por radiocarbono o para el análisis de isótopos estables, un método utilizado para inferir la dieta de las especies extintas, por ejemplo. El contenido de colágeno en los fósiles suele ser mucho menor que en los especímenes modernos, ya que se degrada lentamente con el tiempo.

Después de comparar nuestras mediciones con muestras no escaneadas tomadas de los mismos especímenes, descubrimos dos cosas. En primer lugar, la edad del radiocarbono se mantuvo sin cambios. En otras palabras, el escaneo micro-CT no afecta a la datación por radiocarbono. Esa es la buena noticia.

La mala noticia es que observamos una disminución significativa en la cantidad de colágeno presente. En otras palabras, las muestras escaneadas con microtomografía computarizada tenían aproximadamente un 35 % menos de colágeno que las muestras antes del escaneo.

Esto demuestra que las imágenes micro-CT tienen un impacto nada desdeñable en los fósiles que contienen trazas de colágeno. Aunque esto era de esperar, el impacto no se había confirmado experimentalmente hasta ahora.

Es posible que algunas muestras fósiles no tengan suficiente colágeno después del escaneo micro-CT. Esto las haría inadecuadas para una serie de técnicas analíticas, incluida la datación por radiocarbono.

¿Y ahora qué?

En un estudio anterior, demostramos que la microtomografía computarizada puede “envejecer” artificialmente los fósiles que posteriormente se datan con un método denominado resonancia de espín electrónico. Se utiliza habitualmente para datar fósiles de más de 50 000 años, más allá de lo que puede discernir el método del radiocarbono.

Ambas investigaciones muestran que el escaneo micro-CT puede cambiar de forma significativa e irreversible el fósil y la información que contiene. A pesar de no causar daños visibles, argumentamos que, en este contexto, la técnica ya no debe considerarse no destructiva.

Las imágenes de microtomografía computarizada son muy valiosas en paleontología y paleoantropología, de eso no hay duda. Sin embargo, nuestros resultados sugieren que debe utilizarse con moderación para minimizar la exposición de los fósiles a los rayos X. Existen directrices que los científicos pueden seguir para lograrlo. También será útil compartir libremente los datos para evitar repetir los escáneres del mismo espécimen.

The Conversation

Mathieu Duval recibe fondos de la Agencia Estatal de Investigación española. Actualmente es beneficiario de una beca Ramón y Cajal (RYC2018-025221-I) financiada por MCIN/AEI/10.13039/501100011033 y por «ESF Investing in your future». Este trabajo también forma parte de la subvención española PID2021-123092NB-C22 financiada por MCIN/AEI/10.13039/501100011033/FEDER, UE, y por «FEDER Una forma de hacer Europa».

Laura Martín-Francés recibe fondos de las Acciones Marie Sklodowska-Curie del Noveno Programa Marco de la UE (2021-2027) en el marco del proyecto HORIZON-MSCA-2021-PF-01: 101060482.

ref. Los paleontólogos podrían estar dañando los fósiles con un método que se creía seguro – https://theconversation.com/los-paleontologos-podrian-estar-danando-los-fosiles-con-un-metodo-que-se-creia-seguro-263832

Cómo afectan los incendios forestales a la salud de la población incluso en lugares alejados

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Julio Díaz, Codirector de la Unidad de Referencia de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano. Profesor de Investigación. ISCIII, Instituto de Salud Carlos III

Ekrem sahin/Shutterstock

Los incendios forestales ocurridos en España en lo que va de 2025 han quemado más de 400 000 hectáreas, superando las 300 000 calcinadas en 2022. La superficie quemada este año supera la suma de lo quemado en los años 2019, 2020, 2021, 2023 y 2024.

Esta combustión de biomasa produce emisiones a la atmósfera de gran cantidad de partículas y gases. En el caso del dióxido de carbono (CO₂), las emisiones como consecuencia de los incendios de 2025 en España superan, según datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios forestales (EFFIS), las 13 megatoneladas y en toda Europa, las 20 megatoneladas. En España estas emisiones serían seis veces superiores a las emitidas como consecuencia de los incendios de 2022.

El dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global. Solamente afecta a la salud humana en el marco del cambio climático, pero estrictamente no puede considerarse un contaminante atmosférico con efectos en la salud.

No ocurre lo mismo con otras sustancias que se emiten también en un incendio forestal y que tienen una clara incidencia en la salud humana a corto plazo. Entre los compuestos generados destaca el material particulado (PM, por sus siglas inglesas), que es bastante tóxico porque contiene hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), benzopireno y reteno.

Impacto en la salud de los incendios forestales

La toxicidad del material particulado emitido durante los incendios se ha investigado recientemente y se ha comprobado que podemos estar subestimando su impacto en la salud humana hasta en un 93 %.

El estudio analizó el efecto de las PM2.5 (partículas con un diámetro menor o igual a 2.5 micrómetros) originadas durante los incendios forestales y concluyó que, para cuantificar su efecto en la mortalidad, hay que tener en cuenta que estas partículas provienen de un incendio forestal y no de emisiones convencionales del tráfico.

¿Hasta dónde llegan las partículas tóxicas de un incendio?

Generalmente, cuando se tienen en cuenta los daños en salud producidos por los incendios forestales, estos suelen centrarse de forma casi exclusiva en la población que ha estado en contacto de forma directa o expuesta en las proximidades del fuego.

Pocas veces se considera que las sustancias generadas pueden recorrer largas distancias, por efecto del desplazamiento horizontal de las masas de aire que las transporta empujadas por los vientos, llegando a recorrer cientos e incluso miles de kilómetros. Por eso, sus posibles impactos en la salud pueden extenderse a lugares bastante alejados del foco del incendio.

Investigaciones recientes han establecido que el humo de estos incendios forestales, al contener también compuestos orgánicos volátiles (COV), pueden favorecer la formación de ozono troposférico (O₃) a grandes distancias del incendio. Por tanto, la calidad del aire puede verse muy deteriorada como consecuencia del aumento de las concentraciones de partículas y de O₃. Así se ha puesto de manifiesto en los altos valores de las concentraciones de contaminantes que se han registrado en algunas localidades españolas como consecuencia de los incendios forestales producidos recientemente.

Por lo tanto, los impactos en la salud se producen no solo por el aumento en las concentraciones del material particulado PM10 –partículas con un diámetro superior a 10 micrómetros– y PM2.5, sino también como consecuencia de la mayor toxicidad de estas partículas y por el aumento de las concentraciones de otros contaminantes generados, como el ozono troposférico.

A lo anterior hay que añadir que las condiciones meteorológicas óptimas para el desarrollo de un incendio forestal también concurren en ocasiones con temperaturas extremadamente altas (olas de calor), por lo que al efecto de la contaminación atmosférica habría que añadir el efecto en la salud de las altas temperaturas.




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Inflamación celular sistémica y estrés oxidativo

Un estudio realizado en España en 2018 sobre el efecto de la combustión de biomasa proveniente de incendios forestales muestra que la mortalidad diaria asociada al material particulado es mayor los días en los que hay transporte aéreo de partículas provenientes de incendios forestales que en aquellos días que no lo hay.

Además, este material particulado no solo tiene efecto a nivel respiratorio. Las partículas más finas depositadas en los pulmones pueden pasar al torrente sanguíneo. Una vez en la sangre, pueden llegar a cualquier parte del cuerpo causando estrés oxidativo. El estrés oxidativo ocurre cuando hay un desequilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes en el cuerpo que pueden dañar células y tejidos. Está relacionado con enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades neurodegenerativas y el envejecimiento prematuro.

Además, las partículas pueden originar procesos de inflamación celular sistémica, provocando una cascada de reacciones químicas que elevan los niveles de sustancias inflamatorias y la actividad de células inmunitarias en todo el organismo.




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Más partos prematuros

En el caso de mujeres en estado gestacional, como ejemplo de situación individual vulnerable, las partículas pueden producir hipertensión, afectando al funcionamiento de la placenta, y provocar un parto prematuro. Así se ha demostrado en un estudio publicado en 2020.

El trabajo revela que en los días en los que debido a la dirección de los vientos dominantes llegaban a cierta población partículas provenientes de un incendio forestal, en ese lugar aumentaban los partos prematuros y los nacimientos con bajo peso en relación a los días en los que el aire no contenía estas partículas.

Efectos en la salud mental

En el caso de la población general, esta inflamación sistémica y el estrés oxidativo también se han relacionado con el aumento de los ingresos hospitalarios urgentes a corto plazo tanto por causas circulatorias, como especialmente por causas respiratorias, así como con el aumento de ingresos hospitalarios con carácter de urgencia debidos a desórdenes mentales y del comportamiento, ansiedad y depresión.

En estos dos últimos estudios, el efecto que tienen sobre los ingresos hospitalarios el ozono troposférico en particular y las altas temperaturas, en algunas regiones, puede superar al efecto de las partículas. Por ello, ceñir el análisis de los impactos a estas podría estar subestimando el efecto a corto plazo de los incendios forestales en la salud de las personas.




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Adaptación, prevención y respuesta

La evidencia científica sobre cómo afecta el cambio climático a los factores de propagación de los incendios se conoce desde hace más de una década. Poner en marcha planes de monitorización y vigilancia de los riesgos en salud se hace cada vez más necesario en el contexto de la adaptación.

Prevenir los impactos sobre la salud en esta situación de emergencia no se limita a la vigilancia un solo factor ambiental, como el empeoramiento de la calidad del aire por aumento de las concentraciones de material particulado o de ozono, ni a las altas temperaturas. Debemos tener en cuenta el efecto conjunto de todos los factores de riesgo sobre las poblaciones afectadas, incluyendo además otro tipo de consecuencias como las relativas a la salud mental tanto a corto como a largo plazo.

The Conversation

Julio Díaz recibe fondos de Instituto de Salud Carlos III (ENPY 436/21; ENPY204/25) y de FECYT (FCT-24-20138)

Cristina Linares Gil recibe fondos de Instituto de Salud Carlos III (ENPY204/25) y de FECYT (FCT-24-20138)

José Antonio López Bueno no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Cómo afectan los incendios forestales a la salud de la población incluso en lugares alejados – https://theconversation.com/como-afectan-los-incendios-forestales-a-la-salud-de-la-poblacion-incluso-en-lugares-alejados-263834

La IA puede anticipar en minutos las reacciones del mercado a las noticias financieras

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Gabriel Lozano Reina, Profesor del Departamento de Organización de Empresas y Finanzas, Universidad de Murcia

insta_photos/Shutterstock

Las emociones que generan las noticias financieras relacionadas con el anuncio de dividendos pueden influir en la cotización de las acciones en el día posterior a la publicación de tales informaciones. De ello ya hablamos en un artículo publicado en 2024.




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Ahora, hemos dado un paso más y nos hemos preguntado: ¿Y si en lugar de esperar al día siguiente pudiéramos anticipar la reacción del mercado en cuestión de minutos?

Los anuncios de dividendos: mucho más que cifras

Cuando una empresa anuncia que repartirá dividendos, los inversores no solo miran la cantidad a cobrar. También intentan interpretar el significado de ese anuncio: ¿Es una muestra de solidez financiera, un movimiento para calmar a los accionistas o una señal de que no hay oportunidades de inversión rentables?

Por otra parte, más allá de los números, el tono con el que se comunique la noticia puede marcar la diferencia. Comparemos estos dos titulares:

  • “La compañía X mantiene el dividendo pese a la incertidumbre”.

  • “La compañía X anuncia con optimismo la continuidad del dividendo”.

Ambos informan un mismo hecho, pero según el tono empleado transmiten emociones muy diferentes. Y ese tono es importante porque las emociones que genera influyen en la toma de decisiones de los inversionistas.

ChatGPT como ‘lector’ de noticias

Para medir esas emociones o sentimientos utilizamos ChatGPT, el modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI.

En concreto, analizamos 4 682 noticias relacionadas con anuncios de dividendos de 394 empresas del índice S&P 500 (compuesto por 500 grandes empresas que cotizan en la bolsa de Nueva York o el NASDAQ) publicadas entre enero de 2023 y enero de 2024. Le pedimos a ChatGPT que evaluara el tono de cada noticia en una escala de -1 (muy negativo) a +1 (muy positivo) utilizando diferentes instrucciones (prompts).

Así obtuvimos un indicador cuantitativo del sentimiento asociado a cada noticia.




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El tiempo es oro

Nuestros hallazgos fueron claros:

  1. El sentimiento predice el movimiento de la acción: en concreto, las noticias con tono positivo suelen ir seguidas de subidas en el precio del título, mientras que las negativas tienden a asociarse con bajadas.

  2. La ventana de oportunidad es muy corta. Ello implica que el impacto del sentimiento es máximo en las primeras dos horas después de la publicación de la noticia. Tras ello, el efecto tiende a diluirse de forma rápida.

  3. Las estrategias basadas en el sentimiento marcan la diferencia. Invertir en acciones con noticias positivas y vender (o apostar a la baja) cuando las informaciones son negativas genera mejores resultados que las estrategias tradicionales, especialmente en las primeras horas tras el anuncio.

¿Por qué funciona?

En los mercados financieros, las reacciones rápidas suelen estar guiadas por las emociones y la interpretación inmediata de la información, más que por un análisis profundo de los fundamentos de la empresa.

En este contexto, ChatGPT actúa como un sensor, capaz de procesar al instante grandes volúmenes de texto y de detectar matices que a veces pasan desapercibidos incluso para analistas humanos. Aunque no significa que los inversores estén usando directamente esta herramienta, sí refleja que su interpretación se aproxima a la forma en que reaccionan los participantes del mercado bajo presión de tiempo.

Un ejemplo práctico

Imagine que a las nueve y media de la mañana se publica la siguiente noticia:

“La empresa X anuncia un dividendo récord impulsado por sus sólidos resultados trimestrales”.

ChatGPT la clasifica como +0,85 (muy positiva). En los minutos siguientes, la acción empieza a subir, impulsada por el optimismo de los inversores. Una estrategia basada en este tipo de señales podría haber capturado esa subida siempre que se actuara rápido.

Lo que esto significa para el inversor

Para quien invierte en bolsa, estos hallazgos tienen varias implicaciones:

  1. El análisis de sentimiento es una herramienta valiosa para detectar oportunidades a muy corto plazo.

  2. La rapidez de reacción es clave, dado que las oportunidades se evaporan en horas.

  3. Incluso modelos sencillos pueden generar señales útiles si se alimentan con datos de calidad y se aplican de forma consistente.

En cualquier caso, hay que recordar que no hay fórmulas mágicas: el riesgo siempre está presente y estas estrategias no garantizan beneficios.

Nuestros resultados refuerzan una idea fundamental: los mercados no se mueven solo por datos y balances, sino también por emociones colectivas. Herramientas como ChatGPT nos permiten medirlas y actuar sobre ellas, abriendo nuevas posibilidades para entender y anticipar el comportamiento del mercado.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. La IA puede anticipar en minutos las reacciones del mercado a las noticias financieras – https://theconversation.com/la-ia-puede-anticipar-en-minutos-las-reacciones-del-mercado-a-las-noticias-financieras-262919