El cerebro del elefante: mucho más que memoria

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Jorge Romero-Castillo, Profesor de Psicobiología e investigador en Neurociencia Cognitiva, Universidad de Málaga

Los elefantes son capaces de formar vínculos afectivos y usar herramientas. Nam Anh, CC BY-NC

En el campo de la ciencia cognitiva, existe una razón importante para estudiar a los elefantes: evitar el antropocentrismo.

La mayor parte de la investigación sobre cognición animal se ha concentrado en especies filogenéticamente cercanas a los humanos, como otros primates. Pero cada vez más estudios se realizan, de manera ecológicamente válida, con otros mamíferos, animales domésticos, reptiles, aves, peces e, incluso, invertebrados.

En la actualidad, se han reconocido tres especies diferentes: el elefante africano de la sabana (Loxodonta africana), la especie más grande; el elefante de bosque (Loxodonta cyclotis), y el elefante asiático (Elephas maximus).
Jorge Romero-Castillo

Los estudios con elefantes son especialmente interesantes, debido a que poseen el mayor encéfalo de entre los animales terrestres. Con ellos, surge la siguiente pregunta: ¿existe correlación entre el tamaño encefálico y las capacidades cognitivas?

Una arquitectura neuronal sorprendente

Se ha comprobado que la abrumadora mayoría de las neuronas del elefante (alrededor del 97,5 %) se concentra en el cerebelo. Allí, estas células nerviosas cumplen funciones sensoriomotoras esenciales para coordinar sus enormes extremidades, la trompa y la precisa musculatura facial.

Sin embargo, el número de neuronas corticales –que participan en los procesos más complejos del pensamiento– es sorprendentemente bajo con relación al volumen de su encéfalo: unos 5 600 millones, apenas algo más del 2 % del total. En cambio, el cerebro humano alberga alrededor de 16 000 millones de neuronas corticales, es decir, el 19 % de todas las que posee.

Tamaño relativo, forma y circunvoluciones superficiales de la corteza cerebral de los cerebros de humanos y elefantes. La estimación común del tamaño absoluto del encéfalo del elefante adulto es de 4700 gramos (entre 4050 y 5220 gramos). Poseen 257 000 millones de neuronas, tres veces más que el cerebro humano promedio, repartidas entre corteza (5,6 mil millones) y cerebelo (251 000 millones). Además, poseen un total de 216 000 millones de otras células.
Adaptado de Hart et al. (2008), CC BY

Más arrugas corticales

En esta línea, otro dato fascinante es el grado de plegamiento cortical. La corteza del elefante está plegada sobre sí misma en un índice de 4,18 (mayor que en el ser humano, que es de 2,56). Estos datos indican que dicho plegamiento no se relaciona con el número de neuronas.

Dicho de otro modo: más pliegues no significan más neuronas ni un pensamiento más complejo.

A continuación, una muestra de sus capacidades cognitivas. Algunas son tan llamativas que, en algunos casos, son similares a la de los primates y superiores a las de otras especies no primates.

Memoria de elefante

Los elefántidos recuerdan muy bien las rutas migratorias tradicionales de su especie. Además, son capaces de adaptarse a cambios en el entorno y encuentran nuevos caminos y pozos en entornos áridos cuando es necesario (luego transmitirán este conocimiento entre generaciones). Esto sugiere una capacidad cognitiva excepcional para la navegación espacial y la memoria a largo plazo.

Incluso, pueden recordar la ubicación actual de muchos miembros de la familia. La explicación radica en un desarrollo inusual de su memoria de trabajo, junto a una altísima sensibilidad para los olores.

Comportamiento eusocial en sociedades matriarcales

Las comunidades de elefantes son matriarcales. Durante algún tiempo, varias familias pueden unirse y llegar a establecer grandes manadas para el cuidado cooperativo de las crías. Los machos permanecen en la manada hasta los 13 años, aproximadamente.

Además, distinguen hasta 200 llamadas diferentes que aprenden a través de la observación y la imitación, lo que les permite reconocerse entre integrantes de una misma manada. Este sistema integrado se denomina eusocialidad y da muestras de una estrecha cooperación y solidaridad entre individuos.

Una empatía que deja huella

Jane Goodall (1934-2025) transformó nuestra mirada sobre el reino animal. Con paciencia, respeto y una profunda sensibilidad, fue pionera en reconocer y documentar científicamente los comportamientos cognitivos complejos y los sentimientos de animales no humanos (en su caso, chimpancés). Su empatía también ha dejado en la historia una profunda huella inborrable.
Wikipedia, CC BY

Estos gigantes parecen mostrar más empatía que otras especies no primates. Lo demuestra, por ejemplo, un estudio que ha reunido informes recopilados durante un período de treinta y cinco años. En síntesis, los elefantes pueden anticiparse y responder al daño (en sí mismos y en otros individuos). De igual forma, reconocen la peligrosidad de objetos extraños como dardos o lanzas y ayudan a salir de zanjas, sobre todo a las crías.

También subcategorizan a los humanos en grupos, realizando esta clasificación de forma independiente, según el olor o el color.

Sentimientos de duelo

También experimentan sentimientos complejos asociados con la muerte. Durante sus migraciones, al ver los restos de un congénere, muestran curiosidad y se acercan para investigarlo; olfatean y tocan el cuerpo sin vida con la trompa y las patas.

Después, parecen manifestar signos de angustia, tristeza y compasión, lo que disminuye su actividad en general. Es más, a veces, la manada rodea el cadáver, lo protege y lo venera. La evidencia parece clara: están exhibiendo comportamientos de duelo.

La teoría de la mente como autorreconocimiento

La teoría de la mente, capacidad cognitiva que permite atribuir estados mentales tanto al propio individuo como al resto, resulta fundamental para la empatía.

Uno de los elefantes del estudio de Plotnik et al. (2006), con la marca ‘X’ en la parte izquierda de su cabeza.
Plotnik et al., 2006., CC BY

Una prueba que valora la teoría de la mente en animales no humanos es la prueba del espejo. Consiste en pintar una marca en forma de X en la cabeza del animal y situarlo frente a un espejo. Si el animal utiliza espontáneamente el espejo para tocarse el punto de su cabeza, esto se considera evidencia de autoconciencia y reconocimiento.

Pues bien, al realizar este experimento con varios elefantes, utilizando una marca visual sin olor, se descubrió que su desempeño es aproximadamente comparable al de los chimpancés.

Este vídeo explica los resultados alcanzados en el estudio realizado por Plotnik et al. (2006) sobre la teoría de la mente en elefantes.

Neuronas de von Economo

Uno de los aspectos neurofisiológicos que se relacionan con la teoría de la mente (y por extensión, con la formación de vínculos sociales y la empatía) son las neuronas de von Economo (VEN).

Distribución filogenética de las neuronas de Von Economo (VEN). Las especies en las que se han observado VEN se indican con subrayado; las especies examinadas sin VEN se indican con cursiva.
Adaptado de Hakeem et al., (2008), CC BY

Las VEN se encuentran en regiones prefrontales e insulares del cerebro de ciertos mamíferos, incluidos los humanos. Se caracterizan por tener cuerpos celulares grandes y alargados, junto a un axón largo que se proyecta a regiones distantes del cerebro. Esta morfología parece haber surgido de forma independiente en homínidos, cetáceos y elefantes.

Cabe destacar que, si bien los elefantes poseen VEN, comparten este rasgo solo con otros grupos de cerebros grandes (cetáceos y grandes simios –chimpancés, bonobos, gorilas, orangutanes y humanos–) y no con sus parientes más cercanos.

La especialización de estas neuronas podría ser la consecuencia de una necesidad de transmisión rápida de información social. Quizá, puede ser una característica compartida entre mamíferos de cerebros grandes. Pero, para responder a esta incógnita, sería interesante determinar si jirafas e hipopótamos, por ejemplo, también las poseen.

Uso de herramientas y planificación

A pesar de la importancia histórica del uso de herramientas en elefantes, su nivel y complejidad no se compara con el repertorio altamente coordinado descrito para chimpancés (cuyo cerebro es una décima parte del cerebro del elefante).

Los elefantes pueden llevar en las trompas ramas de árboles para protegerse de las moscas, rascarse con un palo y arrojar palos o piedras a los roedores que compiten por la fruta debajo de un árbol.

Recientemente, se ha analizado por primera vez la capacidad para resolver problemas en ejemplares salvajes asiáticos con un dispositivo de acceso múltiple, una especie de rompecabezas. El éxito obtenido muestra que son capaces de planificar movimientos para resolver problemas complejos y adaptarse a las demandas de su entorno.

A la izquierda, un elefante macho interactuando con una de las cajas del rompecabezas. A la derecha se observa un diagrama del rompecabezas con las puertas cerradas y abiertas: la puerta superior es de empuje, la puerta de en medio es de tiro y la inferior es corredera. Con este método, se evalúa la innovación: la capacidad para descubrir una o más soluciones. De los 44 elefantes que interactuaron con la caja, 11 resolvieron un tipo de puerta, 8 resolvieron dos tipos de puerta y 5 elefantes resolvieron los tres tipos de puerta en todas sus interacciones.
Jacobson et al., (2023), CC BY

Más que un privilegio antropocéntrico

En compañía de estos titanes, hemos visto que, más que el tamaño absoluto del cerebro, las capacidades cognitivas parecen relacionarse con factores como la distribución y conexiones de las neuronas, especialmente en la corteza cerebral.

Parece claro que los comportamientos cognitivos superiores no son un privilegio del ser humano, sino una consecuencia natural de la evolución en muchas especies, incluidos los elefantes.




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The Conversation

Jorge Romero-Castillo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. El cerebro del elefante: mucho más que memoria – https://theconversation.com/el-cerebro-del-elefante-mucho-mas-que-memoria-266278

Opa BBVA-Banco Sabadell: ¿un fracaso anunciado?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Josep Burgaya, Decano de la Facultat de Empresa y Comunicación, Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya

A menudo, lo que mal comienza mal acaba. Diecisiete meses después de su lanzamiento, y tras un sinfín de campañas publicitarias nunca vistas, la opa hostil del BBVA al Banco de Sabadell ha terminado en fracaso tras haber tenido en vilo al sistema financiero español y, de manera especial, a los mercados.

Con la adquisición de un saneado banco mediano, el banco vasco pretendía adquirir una dimensión que le pudiera afrontar una competencia directa con CaixaBank y el Banco Santander. Su fracaso tiene efectos de prestigio más allá de los financieros. Pierde reputación, al salirle mal una apuesta tan arriesgada, y refuerza a sus contrincantes, especialmente al Santander, como referencia sólida para los inversores internacionales.




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Errores estratégicos

La estrategia y la promoción de la opa se centró únicamente en poner en valor la dimensión que se adquiriría, sin entender que tanto para los accionistas como para los inversores, no es fundamental el tamaño del banco o que encabece los ránquines sino que sea eficiente, esté saneado y además reparta buenos dividendos. Esas son sus expectativas y el Banco de Sabadell las cumplía con creces. Además, la defensa del banco catalán consistió en compromisos de reparto de beneficios muy atractivos.

La opa quedó cuestionada de entrada no solamente por su carácter hostil y sus formas agresivas, sino por intentar crecer con un buen banco sin pagar un precio atractivo, como una suerte de ganga ante las expectativas de revalorización bursátil que este tenía.

Los accionistas esperaban una segunda vuelta de la oferta, con un precio mucho más atractivo, que ya no ha sido posible al no haber convencido ni siquiera al 30 % del accionariado. El mercado no vislumbró los teóricos beneficios de las sinergias ofrecidas por el BBVA, más allá de una evidente disminución de plantillas con cierre de oficinas y despidos.




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Tras el anuncio de la opa fallida, la reacción positiva de la bolsa con relación al BBVA tiene que ver con el compromiso inmediato de repartir dividendos pero también con que los inversores no estaban convencidos ni compartían los hipotéticos beneficios que iba a conllevar toda la operación. Muy especialmente los accionistas extranjeros vieron en este intento de fagocitación una batalla sin mucho sentido económico y financiero.

En busca de gigantes bancarios

Quizás el peor error estratégico fue no considerar los aspectos geopolíticos y sociales de la operación, así como su inconveniente ubicación en el tiempo.

Aunque la UE plantea que Europa necesita gigantes bancarios que puedan competir con los grandes bancos estadounidenses, su enfoque no está dirigido a crear grandes bancos nacionales sino a impulsar fusiones de carácter transnacional dentro del continente. De haber triunfado la fusión entre BBVA y Sabadell la competencia bancaria en España se habría devaluado aún más de lo que ya está.




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Razón social, razón política

Pero, además, las fusiones bancarias afectan al tejido social: se pierde la calidad de servicio, disminuye el crédito a las pequeñas empresas y se encarece el dinero.

Cuanto más se ha insistido en la competitividad resultante de la concentración más se ha evidenciado una falta de empatía con los usuarios que ya hemos visto anteriormente en la banca (vale recordar la campaña ciudadana promovida por el médico jubilado valenciano Carlos San Juan para mantener la atención presencial a las personas mayores en las sucursales bancarias) y que afecta a su imagen de marca y su reputación.




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Tampoco resultó muy recomendable plantear la opa a tres días de las elecciones autonómicas catalanas. Tras la crisis de 2008 que provocó la pérdida de muchas cajas de ahorro regionales (entre ellas catalanas), la sensación era que el Banco Sabadell era la última entidad financiera ubicada plenamente en este territorio, teniendo en cuenta que CaixaBank juega en otra liga.

Ningún partido político ni organización patronal autonómica iban a dar el visto bueno a la operación. Ni el gobierno central, dada su poca sintonía con la propuesta del BBVA.

De cara al futuro

Jamás una operación de posible compra bancaria había tenido en España la repercusión que ha tenido esta. Fue como si a partir de los mensajes publicitarios, todos, ciudadanos y accionistas, tuviesen que tomar partido. Esta vez el dinero, tan dado al sigilo, también sucumbió al espectáculo.




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El fracaso de la operación no implica para las entidades involucradas volver, como si tal cosa, a la casilla de salida.

Más allá de contener el malestar con buenos dividendos, la dirección del BBVA tiene que plantear una estrategia de futuro que le permita recuperar su reputación. No es probable que se salga de la estrategia de crecimiento, pero seguramente ahora tendrá que plantearlo hacia afuera.

Para el Banco Sabadell, los efectos a corto y medio plazo de la opa fallida también serán significativos. Ha comprometido unas remuneraciones insólitas a los accionistas a cambio de descapitalizarse vendiendo el TSB británico al Banco Santander.

El banco vallesano necesita un refuerzo que, por dimensión, lo haga menos opable. Otras instituciones bancarias españolas de menor envergadura –Abanca, Unicaja, Ibercaja– quedan ahora en el punto de mira.

The Conversation

Josep Burgaya no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Opa BBVA-Banco Sabadell: ¿un fracaso anunciado? – https://theconversation.com/opa-bbva-banco-sabadell-un-fracaso-anunciado-267768

Cómo ver el cometa Lemmon, ya distinguible a simple vista

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Josep M. Trigo Rodríguez, Investigador Principal del Grupo de Meteoritos, Cuerpos Menores y Ciencias Planetarias, Instituto de Ciencias del Espacio (ICE – CSIC)

En las próximas semanas podremos disfrutar de la contemplación –y, a la vez, tomar fotografías– de un brillante cometa visible al anochecer. Se trata del cometa C/2025 A6 Lemmon, descubierto el 3 de enero de 2025 por el astrónomo Carson Fuls en el marco del programa de seguimiento de cuerpos menores del Observatorio Mount Lemmon.

Para completar una órbita muy excéntrica, en la que puede llegar a distanciarse 36 000 millones de kilómetros del Sol, este cometa invierte unos 1 350 años. Por eso debemos espabilar e intentar verlo durante el próximo mes, antes de que se vuelva diminuto y se adentre de nuevo en el espacio profundo.

Pistas para encontrar el cometa Lemmon en el firmamento

Si nunca hasta ahora ha contemplado un cometa con sus propios ojos y, pese a no saber mucho de estrellas, desea intentar esa hazaña, ¡no desespere! Es posible verlo siguiendo algunas pistas.

La primera recomendación es buscar un entorno oscuro, alejado de las grandes urbes, en el que el cielo sea lo suficientemente oscuro. Elija, a ser posible, una noche despejada con el horizonte oeste libre de obstáculos, alejado de farolas y luminarias.

Lo ideal es empezar la contemplación del cielo justo al anochecer. Cuando comience a ver las primeras estrellas, localice sobre el horizonte noroeste la silueta de la Osa Mayor. Se trata de una agrupación de siete estrellas también conocidas como El Carro, por su forma. Las dos más brillantes las tendremos más al norte y, trazando una linea que las una hacia arriba, nos ayudará a situar ese astro tan famoso conocido como la estrella Polar.

Recorrido del cometa entre las constelaciones visibles al atardecer entre mediados de octubre y noviembre de 2025. Debe interpolarse la posición del cometa con las marcas para las fechas indicadas. La Imagen adaptada por el autor a partir de una carta realizada con el programa Stellarium.
Observatorio Astronómico Nacional-IGN

Pues bien, una vez ubicada la Osa Mayor en el firmamento, trace una línea curva a partir de su cola (cuya “última estrella” se denomina Alkaid) hacia la estrella más brillante de esa región celeste: Arturo. Nos va a resultar muy útil encontrarla porque el próximo martes 21 de octubre, coincidiendo con su mayor proximidad a la Tierra (101 millones de kilómetros), el cometa se nos presentará en la constelación de Boyero, cercano a Arturo.

A simple vista o con prismáticos

El cometa Lemmon es perfectamente visible a simple vista en entornos oscuros, sobre todo desde España, México y centroamérica, dado que se desplaza por el hemisferio norte celeste. Alcanzará una magnitud estelar entre la más luminosa estrella Alkaid, en la cola de la Osa Mayor, y la más débil estrella Korneforos, en la constelación de Hércules, aunque podría ser incluso más brillante.

Si nuestro entorno está contaminado lumínicamente, podremos ver el cometa empleando unos prismáticos astronómicos, preferentemente de 7 a 12 aumentos. Lo ideal es apuntarlos sobre la estrella Arturo y desplazarlos hacia Alkaid hasta encontrar el cometa. Podemos repetir ese recorrido con los prismáticos lentamente tantas veces como sea necesario hasta que topemos con una estrella nebulosa dotada de una cola en dirección contraria al Sol.

El cometa y su colorida cola

En las últimas semanas ha crecido exponencialmente el número de imágenes espectaculares del cometa que circulan por las redes. Muchos astrofotógrafos se apasionan por estos objetos, particularmente cuando son astros tan cambiantes.

En el caso del cometa Lemmon, lo más llamativo es que se acerca al Sol y comienza a sublimar sus hielos conforme se calienta su superficie, por lo que en las fotografías vemos que posee una cola azulada llamada iónica, ondulante y capaz de distorsionarse bajo el influjo del viento solar.

El cometa 2025 A6 Lemmon desde la ermita de Santa Bàrbara, Sant Feliu de Buixalleu, Girona. Telescopio Askar FRA400 a 280 mm con un cámera Player One Ares-C PRO. Imagen reproducida con permiso del autor:
Pau Montplet i Sanz (ACDAM/AstroMontseny)

La cola se extiende muchos grados desde la envoltura difusa del cometa, llamada coma. Además, es de esperar que el cometa Lemmon desarrolle una cola de polvo producida por las partículas micrométricas contenidas en los hielos que se subliman. Las diminutas motas de polvo reflejan la luz del Sol por lo que, a mayor número de partículas, más luminosa será esa otra cola, más amarillenta y difusa, fácil de distinguir.

En ese mapa celeste del Observatorio Astronómico Nacional (OAN-IGN) comprobamos que el cometa se va desplazando noche tras noche hacia el oeste. A finales de octubre el cometa pasará entre las estrellas Korneforos, segunda estrella más luminosa de la constelación de Hércules, y la estrella Unukalhai, la más destacada de Serpens.

A mediados de noviembre el cometa se irá acercando a Antares, la estrella más luminosa del Escorpión (Scorpius).

En un cielo muy iluminado, los cometas pierden contraste. Por eso, estos días tenemos la excusa perfecta para alejarnos de las grandes ciudades y sumergirnos por unos minutos en la contemplación del cielo y de un cometa único.

The Conversation

Josep M. Trigo Rodríguez recibe fondos del proyecto del Plan Nacional de Astronomía y Astrofísica PID2021-128062NB-I00 financiado por el MICINN y la Agencia Estatal de Investigación.

ref. Cómo ver el cometa Lemmon, ya distinguible a simple vista – https://theconversation.com/como-ver-el-cometa-lemmon-ya-distinguible-a-simple-vista-267552

La selección: la importancia de la educación financiera

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Elba Astorga, Editora de Economía, The Conversation

pogonici/Shutterstock

Muy pronto en la vida comienza nuestra relación con el dinero: desde las primeras monedas dejadas por Ratoncito Pérez a cambio de pequeños dientes de leche (compra-venta) a las pagas de padres y abuelos (rentas). Y bueno es aprender pronto a gestionarlo.

Empoderar para decidir

La educación financiera no es solo cuestión de concienciar y transmitir información, sino de empoderar a las personas para que se sientan capaces de tomar decisiones acertadas de ahorro e inversión.

Más allá de entender conceptos económicos básicos (inflación, tasas de interés, diversificación), la educación financiera también consiste en aprender a aplicar esos conocimientos en la vida cotidiana.

Para invertir es importante conocer y comprender las características de los productos de inversión y ahorro: cuentas, depósitos, fondos, acciones, bonos. Y, para ahorrar de manera consistente en el tiempo, disciplina: anticipar, o al menos monitorizar, y controlar los ingresos y gastos.

La condición humana

Un elemento que dificulta el ahorro es nuestra propia naturaleza: más allá del pensamiento racional, a la hora de tomar decisiones tendemos a elegir el gasto inmediato y su fogonazo de dopamina a postergar la recompensa del ahorro (y sus intereses). Caemos en la tentación del consumo y dejamos el guardar para más adelante.

La cuestión es que la llegada de las tecnologías financieras ha facilitado tanto los pagos que los usuarios han dejado de percibirlos como lo que son: gastos. Apenas un clic en el ordenador o pasar el teléfono inteligente por la terminal de pago aumentan el riesgo de hacer compras impulsivas y, por tanto, hacen caer la capacidad de ahorro.

La eficiencia fintech pone a prueba, pues, nuestra capacidad de tomar decisiones racionales en el uso de nuestro dinero.

Educación financiera para reducir la desigualdad y la pobreza

La educación financiera trasciende el bienestar de las familias, se globaliza y participa en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Tres ejemplos:

  • Es clave para alcanzar el objetivo 1, la erradicación de la pobreza, pues permite tomar decisiones financieras informadas.

  • La educación financiera de las mujeres es determinante si se quiere alcanzar la igualdad de género (objetivo 4): mejora las perspectivas de autonomía económica y acceso a recursos financieros (préstamos, ahorro, inversión).

  • El diseño y aplicación de programas de educación financiera puede ayudar a reducir la desigualdad económica (objetivo 10).

Las edades del ahorro

Lo cierto es que las decisiones de ahorro e inversión dependen de factores que van más allá del conocimiento, la racionalidad y la autoconfianza: las necesidades y posibilidades financieras no son las mismas comenzando el propio proyecto vital y profesional que alcanzada ya la edad de retiro.

Pero, además, hay que tomar en cuenta la aversión al riesgo, que va a depender del perfil del inversor (de más arriesgado a más conservador) y determinará qué instrumento financiero se adapta mejor a la relación entre su disposición a perder (riesgo) y sus expectativas de ganancias (rentabilidad).

Llegada la jubilación, haber tenido un ahorro planificado y haber sido capaz de tomar decisiones de inversión adecuadas ayudará a obtener unas rentas que, más allá de la pensión, permitan una buena calidad de vida durante un periodo que cada vez tiende a ser más largo.

The Conversation

ref. La selección: la importancia de la educación financiera – https://theconversation.com/la-seleccion-la-importancia-de-la-educacion-financiera-253591

Suplemento cultural: todos somos ‘otakus’

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Claudia Lorenzo Rubiera, Editora de Cultura, The Conversation

Imagen de _Guardianes de la noche: la fortaleza infinita_. Cortesía de Sony Pictures

Este texto se publicó por primera vez en nuestro boletín Suplemento cultural, un resumen quincenal de la actualidad cultural y una selección de los mejores artículos de historia, literatura, cine, arte o música. Si quiere recibirlo, puede suscribirse aquí.


Otoño, como todos los años, ha empezado fuertecito en las salas de cine. Se entrelazan varias razones: la vuelta a la rutina, la inmediatez de las entregas de premios, la saturación de festivales de cine… El caso es que, una vez presentados ante la crítica, los estrenos plagados de grandes estrellas esperan a que el público les eleve por encima del resto y produzca grandes beneficios.

Y eso ha ocurrido, aunque no como se predecía en los círculos más cinéfilos. Porque, hace unas semanas, en los primeros puestos de la recaudación emergió una sorpresa. O, al menos, una sorpresa para quien no lo tuviese en el radar: Guardianes de la noche: la fortaleza infinita. La película, secuela del anime televisivo del mismo nombre, se estrenaba con la idea de triunfar en salas, habida cuenta de que eso había hecho el anterior largometraje en 2020. Pero más que triunfar, ha arrasado, convirtiéndose en el anime más taquillero de la historia.

Eso, unido al hecho de que en las últimas semanas se ha visto cómo, por todo el mundo, los manifestantes de la generación Z enarbolaban la bandera pirata del manga (y también anime) One Piece, indica que el impacto de los dibujos animados japoneses ha alcanzado nuevas cotas. La puerta que se abrió en los 90 y de la que muchos fuimos televidentes -“Oliver, Benji, los magos del balón”- ha ido haciéndose cada vez más y más grande con ayuda, como explica Antonio Horno López, de un incremento de la calidad de los productos. Por eso, el anime ya no es solo cuestión de unos pocos otakus. Es un fenómeno mainstream.

Un Nobel para descubrirlos

“Todos los años igual”, pensamos. Quiniela arriba, quiniela abajo, hacemos predicciones del Premio Nobel de Literatura y, como también esperamos, no damos una. Pues no. No en 2025, cuando finalmente el galardón ha recaído en un nombre que llevaba días circulando: László Krasznahorkai. Para celebrarlo (y situarlo al margen de las apuestas) la profesora de Lengua y literatura húngaras en la Universidad de Barcelona, Emőke Jámbor, ha trazado el perfil de un autor que “combina la melancolía centroeuropea con una visión apocalíptica del mundo moderno”.

Otro Nobel que está de actualidad es el noruego Jon Fosse, cuya nueva novela, Vaim, acaba de publicarse en español. Una excusa tan buena como cualquier otra para repasar sus vínculos con el paisaje rural, mucho más que un telón de fondo en su obra.

50 años del fallecimiento de una memoria

La memoria a veces es traicionera. La memoria histórica de un país, repleta de vaivenes, conflictos y alteraciones, todavía más. Pero conviene saber que hace poco menos de un siglo España ardía creativamente y la modernidad era un tren imparable en el arte, la literatura y la música. Escribo esto mientras escucho a Rubén Lorenzo interpretar al piano las tres danzas de La romería de los cornudos, un ballet con argumento de Federico García Lorca y el dramaturgo Cipriano Rivas Cherif, coreografía original de “La Argentinita” y música compuesta por quien nos ocupa hoy: Gustavo Pittaluga González del Campillo.

De su muerte se acaban de cumplir 50 años -mal recordados por la sociedad española, como indica Juan Pablo Fernández-Cortés- a pesar de que no solo nos dejó su obra sino también sus esfuerzos en el exilio por recordar y mantener la memoria de la España que fue moderna.

La moda se renueva

Hablé no hace mucho de que la temporada no solo se inicia en las salas de cine, también en las pasarelas de moda. Este otoño desembarca una nueva generación de diseñadores (mayoritariamente, todo sea dicho, masculinos) que coparán la dirección de las grandes marcas. Uno de ellos es Jonathan Anderson, al frente de Dior. Sandra Bravo Durán explica a quienes, como yo, están menos familiarizados con la historia de la maison, por qué su llegada y su presentación han sido una bocanada de aire fresco no solo para Dior sino para todo el sector.

Pequeñas y grandes

Y no abandonamos las pantallas porque noticias no faltan.

Por un lado, tenemos el auge de las telenovelas turcas, que no solo sirve como promoción de una industria sino también de un país al completo. Si lo vemos y nos gusta, queremos ir a conocerlo en persona. Ahí están Irlanda del Norte y Juego de tronos para demostrarlo.

Y si, efectivamente, nos gusta y queremos ir a conocerlo en persona, también es cierto que, si lo escuchamos y nos apela, queremos profundizar en ello. Eso pasa con muchos monólogos, que entre risa y risa dejan un poso que hace pensar, lo que incomoda a los poderes políticos. Así lo están dejando claros los casos de Stephen Colbert y Jimmy Kimmel en Estados Unidos, no precisamente los primeros ejemplos de censura cómica en la historia de ese país.

En este 2025 que estamos de aniversario, apuesto a que, cuando Jane Austen escribió hace tres siglos sobre el señor Darcy, no imaginaba que se iba a convertir en el ideal romántico que actualmente es (aunque puede que funcione mejor en el papel que en la realidad).

La que seguro que tampoco se imaginó los derroteros que iba a tomar su personaje masculino cuando esbozó la personalidad de Heathcliff en Cumbres borrascosas es Emily Brontë. Sobre sus adaptaciones (y cómo se olvidan de medio libro) hablamos a propósito del tráiler de la última de ellas, que se estrenará el 14 de febrero de 2026 y que ya tiene haters. Aunque, en este 2025, ¿quién no los tiene?

The Conversation

ref. Suplemento cultural: todos somos ‘otakus’ – https://theconversation.com/suplemento-cultural-todos-somos-otakus-267231

Los incendios disparan las emisiones de CO₂ y empañan los logros de la descarbonización

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Víctor Resco de Dios, Catedrático de Ingeniería Forestal y Cambio Global, Universitat de Lleida

Incendio en Guatemala en febrero de 2024. NASA, CC BY-NC-SA

Las concentraciones de dióxido de carbono (CO₂) atmosférico alcanzaron una nueva plusmarca en el 2024, según el último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Las concentraciones medias mundiales en superficie de los principales gases de efecto invernadero alcanzaron máximos sin precedentes el año pasado, con el dióxido de carbono en 423,9 partes por millón (o ppm), el metano en 1942 partes por billón (ppb) y el óxido nitroso en 338 ppb.

En la década de 1960, el CO₂ se acumulaba en la atmósfera a razón de 0,8 partes por millón cada año (esto es, aumentos anuales del 0,00008 %). Este crecimiento se triplicó entre 2011 y 2020, situándose en los 2,4 ppm anuales. Y la tasa de crecimiento de dióxido de carbono entre 2023 y 2024 ha ascendido hasta los 3,5 ppm, el mayor incremento anual desde que comenzaron las mediciones modernas en 1957.

Aumento de las medias anuales de dióxido de carbono atmosférico.
WMO/NOAA/SIO, CC BY-NC-SA

Antes de dejarnos arrastrar por el tremendismo, vale la pena sumergirse en estos datos y bucear hasta entender las causas de estos incrementos. Nos encontraremos con varias sorpresas gratas que nos recordarán que todavía podemos mitigar el cambio climático y aunar el crecimiento económico con la descarbonización.

La economía se está descarbonizando

El aumento en las concentraciones de CO₂ depende del balance entre las emisiones y las absorciones de este gas (los “sumideros”). Esto es, las concentraciones pueden aumentar si lo hacen las emisiones, o si disminuye la capacidad de absorción, o de almacenaje, por parte de los sumideros. Aunque parezca difícil de creer, lo cierto es que la economía mundial se está descarbonizando: cada vez producimos con menos emisiones de CO₂.

La intensidad del carbono, esto es, las emisiones de CO₂ por dólar de PIB, alcanzaron su pico en 1920, y llevan cayendo de manera casi lineal desde 1968. Esto nos indica, por un lado, que las políticas destinadas a disminuir las emisiones han fracasado: las emisiones empezaron a disminuir décadas antes de conferencias como la de Río de Janeiro (1992) y del Protocolo de Kyoto (1997), y ese descenso no se ha acelerado a pesar de las incontables cumbres climáticas. Pero también cabe una lectura positiva: la descarbonización de la economía es una realidad imparable, a pesar de las zancadillas que tratan de imponer gobiernos y multinacionales negacionistas.

Por otro lado, estos datos muestran que los países emergentes pueden crecer con muchas menos emisiones que hace unas décadas. Estados Unidos, que siempre ha sido el principal emisor, llegó a generar 1,6 kg de CO₂ por cada dólar de PIB en 1917, cuando alcanzó su pico de intensidad de carbono. Sin embargo, el récord de emisiones en China se quedó en 1,1 kg CO₂ por dólar en 1960, cuando llegó a su máximo. India, que parece haber alcanzado su techo de crecimiento de emisiones por ahora, mostró una intensidad de carbono máxima de 0,73 kg por dólar en 1992.

Este resultado es muy importante porque nos indica que el crecimiento económico es cada vez más independiente de las emisiones, y que los países del sur global podrán mejorar sus estándares de vida con menos emisiones de las que requirieron los Estados ricos.

Por qué han subido las emisiones

Bajo esta realidad, cabe preguntarse por qué se han incrementado entonces las emisiones de dióxido de carbono. Las bajadas en la intensidad del carbono no impactarán sobre las emisiones si el PIB aumenta muy rápido. Esto es, de poco sirve que emitamos menos CO₂ por unidad de PIB, si el PIB no para de crecer. Las emisiones solo disminuirán si la descarbonización de la economía avanza más rápidamente que el crecimiento económico. Y aunque es cierto que la descarbonización sigue un ritmo más tibio de lo que a muchos nos gustaría, no es menos cierto que llevamos décadas en la imparable senda de la descarbonización económica.

Ahora bien, el fenómeno que está pulverizando los récords de crecimiento de emisiones, según el informe de la OMM, no lo encontramos en la actividad económica, sino en la actividad de los incendios. En 2023, Canadá sufrió la peor epidemia pírica de su historia, con 15 millones de hectáreas abrasadas: las emisiones asociadas a estos incendios fueron mayores a las de cualquier otro país (excepto las de los tres superemisores: EE. UU., China e India).

En 2024 nos encontramos nuevamente con unas emisiones desproporcionadas por los muchos incendios que afectaron a zonas tropicales como Brasil y Bolivia.

Imagen de satélite que muestra los incendios en Pantanal (Brasil) en septiembre de 2024.
NASA

Los incendios en este 2025 también nos ha dejado con unas emisiones de récord en países como España que, con una estimación de 19 millones de toneladas de CO₂ emitido, se acerca peligrosamente a las emisiones por generación eléctrica (25 Mt).




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Los incendios afectan al balance de dióxido de carbono de distintas formas. La más conocida es la liberación del carbono almacenado en los ecosistemas. Pero los efectos de los megaincendios se dejan notar durante muchos años porque dejan tras de sí amplias zonas con vegetación rala y, en consecuencia, áreas donde apenas hay fotosíntesis (el proceso por el que las plantas absorben CO₂ de la atmósfera).

La conjunción entre cambio climático e incendios forestales, por tanto, está creando un bucle peligroso: el cambio climático favorece a los megaincendios que, a su vez, liberan cantidades colosales de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que aumenta la intensidad del cambio climático en un círculo vicioso.




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La buena noticia

La buena noticia es que los incendios se pueden prevenir. Hace años advertíamos del advenimiento de la era de los fuegos que no se pueden apagar, debido a la intensidad creciente de los incendios. Este fenómeno se agrava año tras año, pero se puede evitar.

Para ello, necesitamos gestionar en torno al 5 % del territorio forestal. La ciencia e ingeniería forestal nos ha mostrado el camino, que ha demostrado su eficiencia en muchas regiones del mundo.

La descarbonización de la economía es un paso imprescindible para disminuir las emisiones, pero el esfuerzo resultará fútil si no viene acompañada de una gestión a gran escala del territorio. Las emisiones inducidas por megaincendios están contrarrestando las mejoras en la intensidad de carbono que ha desarrollado la economía mundial durante las últimas décadas. Ahora necesitamos ponernos manos a la obra desde la concordia y la evidencia, sustituyendo la ideología por el método científico, la ingeniería y el humanismo.

The Conversation

Víctor Resco de Dios recibe fondos de MICINN.

ref. Los incendios disparan las emisiones de CO₂ y empañan los logros de la descarbonización – https://theconversation.com/los-incendios-disparan-las-emisiones-de-co-y-empanan-los-logros-de-la-descarbonizacion-267644

Diversidad e inclusión: una estrategia para aumentar la rentabilidad

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Deniz Torcu, Adjunct Professor of Globalization, Business and Media, IE University

Si uno solo leyera los titulares de la guerra cultural contra las políticas de diversidad e inclusión pensaría que su aplicación en las empresas es puro postureo. Según los detractores, contratar con criterios de diversidad baja el listón, los programas de inclusión son caros y prescindibles, o solo sirven en sectores “blandos” como el marketing o las ONG.

La pregunta de fondo es: ¿los equipos directivos más diversos ayudan a que las empresas funcionen mejor? En los últimos cinco años, la evidencia se ha vuelto cada vez más clara, y más incómoda para quienes sostienen lo contrario.

Más diversidad, más rentabilidad

En 2023, la consultora estratégica McKinsey & Company analizó 1 265 empresas en 23 países. El informe resultante, Diversity Matters Even More, señala que las compañías con mayor diversidad de género en sus equipos ejecutivos tienen un 39 % más de probabilidades de superar financieramente a sus pares. La cifra también es del 39 % en diversidad étnica y cultural.

Ya en 2020, en plena pandemia y con más empresas analizadas, las cifras eran de 25 % y 36 % respectivamente. Es decir, la mejora en los datos era consistente pese a las condiciones adversas.

¿Por qué mejoran los datos?

Un liderazgo diverso cambia cómo se toman las decisiones: se reducen los puntos ciegos, se cuestionan supuestos, se anticipan riesgos y se diseñan productos más ajustados a una base de clientes cada vez más heterogénea.

Además, esa base está cambiando rápidamente: los análisis demográficos del think tank estadounidense Brookings Institution muestran que en Estados Unidos –y, de manera similar, en Europa– los jóvenes son ya mucho más diversos que las generaciones anteriores. Ignorar esa realidad equivale a diseñar para un consumidor que ya no existe.

La macroeconomía también lo respalda

El Banco Mundial, en su informe Women, Business and the Law 2024, muestra que las mujeres disfrutan en promedio de solo el 64 % de igualdad formal frente a los hombres (esto es que, en el papel, hombres y mujeres deben recibir el mismo trato y tener los mismos derechos pero en el mundo real esta igualdad no se cumple), y que la brecha entre lo que dice la ley y lo que se aplica en la práctica es aún mayor.

Estudios complementarios de la misma institución –como el Gender Employment Gap Index (GEGI)– estiman que si se cerraran las brechas de empleo entre hombres y mujeres, el PIB per cápita de los países podría aumentar en torno a un 19 % en promedio, llegando incluso a más del 40 % en economías con desigualdades mayores. Además, la nueva metodología del informe no se limita a medir las normas escritas sino también su implementación efectiva, subrayando que la inclusión depende de sistemas que funcionen, no solo de leyes bien intencionadas.

La OCDE calculó en 2023 a partir de datos de nueve economías, que si las empresas con menor representación femenina en la alta dirección alcanzaran al menos el promedio de la muestra (20 %), la productividad agregada aumentaría en 0,6 %. Puede parecer un porcentaje modesto, pero, en términos macroeconómicos, es un empujón notable y constante.

El FMI, por su parte, lanzó en 2022 una estrategia para integrar la igualdad de género en todas sus políticas. La conclusión central: cerrar las brechas de género no solo impulsa el crecimiento, también refuerza la estabilidad macroeconómica.

Y en el terreno del comercio, un informe conjunto OMC–Banco Mundial (2020) documenta cómo las mujeres ganan con la apertura comercial y cómo las políticas inclusivas de género amplían las oportunidades de las economías enteras.

Más digitalización y educación

Finalmente, la ONU, en su informe Gender Snapshot 2024, advierte que la brecha digital de género tiene un coste económico directo: la menor participación de las mujeres en el uso de internet podría suponer una pérdida estimada de 500 000 millones de dólares en países de ingresos bajos y medios durante los próximos cinco años.


fizkes/Shutterstock

El informe también recuerda que el 65 % de las mujeres usó internet en 2023 frente al 70 % de los hombres, y que las mujeres siguen teniendo un 8 % menos de probabilidades de poseer un teléfono móvil.

En cuanto a escolarización, un dato esperanzador: si en 2015 el 46 % de las jóvenes no acaban la enseñanza secundaria diez años después ese porcentaje ha caído hasta el 39 %.

Según estimaciones del Banco Mundial de 2018 sobre [los costes de la falta de escolarización] de las niñas, si las mujeres con educación primaria solo ganan entre un 14 y un 19 % más que las mujeres sin educación, las que han completado la educación secundaria ganan casi el doble que las mujeres que han completado la primaria.

Así pues, la desigualdad de género no solo es una injusticia sino también una enorme ineficiencia económica.

Evidencia europea: gobernanza y riesgo

El Banco Central Europeo ha publicado estudios que vinculan directamente diversidad con desempeño. Un documento de trabajo de 2022 muestra que los bancos con consejos más diversos en género conceden menos crédito a empresas altamente contaminantes. Esto significa mejor filtrado de riesgo climático en un mundo donde la transición energética ya es un riesgo financiero.

En 2025, otro informe del BCE analizó cómo el perfil de los consejeros –incluida la diversidad de género– se relacionaba con el desempeño bancario. Según el informe, la incorporación de mujeres consejeras se asocia con una mejora (aunque modesta) en la rentabilidad. En suma, la diversidad en los consejos se vincula con un gobierno corporativo más sólido.

Estos hallazgos no provienen de activistas sino de supervisores financieros: la diversidad en la gobernanza es un factor de estabilidad.

¿Por qué persisten los mitos?

El mito sobrevive por dos razones:

  1. Porque la homogeneidad se siente cómoda: menos discusiones, decisiones más rápidas. Pero fluidez no equivale a calidad. Los equipos diversos generan más fricción, pero esa fricción produce análisis más sólidos y decisiones más robustas.

  2. Porque los beneficios no son inmediatos. Contratar perfiles diversos sin crear un entorno inclusivo lleva a la frustración de las personas y a una mayor rotación.

Qué deben hacer los líderes

Hemos visto cómo la inclusión es el multiplicador que convierte la diversidad en rendimiento. Tomando en cuenta la evidencia, las empresas deben incorporar la diversidad y la inclusión (D&I) en su estrategia de negocio:

  • Dejando de tratar la D&I como un gasto prescindible. Los datos son más contundentes en 2023 que en 2020.

  • Cerrar la brecha entre discurso y práctica. La nueva metodología del Banco Mundial es un buen modelo: medir la brecha entre lo que se dice y cómo se implementa para corregirla.

  • Integrar la diversidad en la gestión de riesgos. Si el BCE encuentra correlaciones entre la diversidad en los consejos y el desempeño bancario cualquier comité de riesgos debería tomar nota de esto.

  • Pensar en productividad y mercado. La OCDE ya lo midió: incluso pequeños aumentos en representación femenina generan ganancias agregadas.

No es un gesto sino una ventaja

La diversidad en las organizaciones no es un accesorio ideológico ni un gesto reputacional. Es una ventaja operativa y financiera.

Las organizaciones que lo han entendido ya reasignan capital, mejoran su gobernanza y ejecutan con más éxito. Las que no, siguen discutiendo consignas mientras el mercado avanza.

En un mundo volátil, ignorar la diversidad no es neutral: es autodestructivo.


La versión original de este artículo ha sido publicada en la Revista Telos, de Fundación Telefónica.

The Conversation

Deniz Torcu no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Diversidad e inclusión: una estrategia para aumentar la rentabilidad – https://theconversation.com/diversidad-e-inclusion-una-estrategia-para-aumentar-la-rentabilidad-265824

El carisma del mal: cómo los rasgos psicopáticos se han normalizado en la cultura del éxito

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Dolores Fernández Pérez, Profesora Ayudante Doctora. Departamento de Psicología, Universidad de Castilla-La Mancha

Kevin Spacey encarnó al turbio y despiadado Frank Underwood, vicepresidente de Estados Unidos, en la serie _House of Cards_. Melinda Sue Gordon / Knight Takes King Prod.

Vivimos en una sociedad que premia la audacia y la frialdad. Lo vemos en series como House of Cards, donde Frank Underwood asciende pisando a quien haga falta. En Succession, Logan Roy domina su imperio familiar a base de miedo y control. Incluso en El lobo de Wall Street el exceso se celebra como si fuera genialidad.

Estas historias no han inventado nada: reflejan una idea extendida, que “el fin justifica los medios”. Y ese mismo modo de actuar también aparece, a veces, en la vida real.

La psicopatía se ha estudiado durante décadas. En los años cuarenta se describió como encanto superficial, ausencia de culpa, frialdad emocional y conducta impulsiva. Más tarde, se crearon herramientas para medirla y se demostró que estos rasgos no solo aparecen en criminales. También están presentes, en menor grado, en personas aparentemente normales y exitosas. Algunas funcionan bien en la sociedad e incluso son capaces de alcanzar el poder.

Perfiles difíciles de detectar

No obstante, este tipo de perfiles oscuros son difíciles de detectar. Suelen convivir con buenas habilidades sociales. De manera que su encanto inicial puede ocultar sus fallos y su comportamiento dañino y peligroso. A corto plazo pueden parecer líderes ideales, pero a largo plazo dejan conflictos, miedo y desgaste.

En las empresas, sobre todo en la cúpula, el carisma frío, el gusto por el riesgo y la manipulación pueden vender un buen liderazgo. Muchas compañías persiguen resultados inmediatos, seguridad aparente, gestos firmes, decisiones rápidas. La empatía, en cambio, se ve como una debilidad. Incluso en las entrevistas se valora más el aplomo que la ética de la persona.

Así se cuelan máscaras bien pulidas, una apariencia de control que puede deslumbrar y ocultar señales de abuso o incompetencia. Después, esa frialdad y la ambición impulsan el ascenso, aunque a menudo acaban debilitando el entorno que los sostiene.

Dos grandes psicópatas

La historia reciente nos deja ejemplos claros. Bernie Madoff mantuvo durante años una imagen de respetabilidad mientras dirigía una enorme estafa piramidal que hizo perder 50 000 millones de dólares a miles de inversores. Madoff usaba el dinero que entraba de nuevos clientes para pagar a los antiguos y hacerles creer que estaban ganando rendimientos. En realidad, no había ninguna inversión detrás, solo movía dinero de unos a otros hasta que todo colapsó.

Kenneth Lay, de Enron, parecía un visionario mientras su empresa maquillaba cuentas y ocultaba deudas, hasta provocar una de las mayores quiebras de la historia y arruinar a miles de personas. Ambos mostraban carisma y sangre fría hasta que todo se derrumbó.

En política ocurren situaciones similares. Donald Trump ha construido su imagen en torno a la fuerza y la confrontación constante. Usa mensajes simples y combativos, domina el escenario y no muestra dudas. A muchos seguidores eso les inspira admiración, pese a su tono agresivo y a su escasa disposición al diálogo y el consenso.

Algo parecido pasa con líderes que impulsan guerras actuales. La invasión de Ucrania por Rusia o la ofensiva de Israel en Gaza, con decenas de miles de civiles muertos y desplazados y un caso por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia, muestran cómo decisiones frías pueden destruir miles de vidas civiles. Quienes más sufren esas guerras rara vez son quienes las inician. Y, sin embargo, sus responsables suelen ser venerados como símbolos de fuerza.

La “tríada oscura” y el poder

Los psicólogos buscan entender por qué este tipo de personalidades prospera. Se habla de la “tríada oscura”: narcisismo, maquiavelismo y psicopatía. Combinadas, transmiten confianza, dominio y resistencia al estrés. Esto puede ayudar a alcanzar el poder, pero conlleva riesgos. Este metaanálisis muestra algo importante: tales rasgos ayudan a llegar arriba, pero no garantizan eficacia una vez allí. Algunos líderes logran resultados a corto plazo; otros hunden la moral de sus equipos y toman decisiones temerarias. Un poco de audacia ayuda en un momento de crisis. Pero un exceso de la misma rompe la confianza y la ética.

Hay rasgos que pueden frenar esos efectos. La responsabilidad, la amabilidad o la estabilidad emocional ayudan a regular la impulsividad. También favorecen decisiones justas. Sin ellos, la frialdad se convierte en temeridad. Además, los equipos con climas cooperativos y reglas claras resisten mejor a estos perfiles.

El problema es que, en entornos muy competitivos, esas cualidades suelen estar ausentes. Y cuando un líder frío asciende, tiende a rodearse de personas parecidas. Así se crean culturas que expulsan a quienes valoran la cooperación y el respeto.

La política debería aprender de esto. Un país no es una empresa, pero ambos comparten riesgos. El culto al líder erosiona los controles. La transparencia cede ante el relato heroico. La oposición se convierte en enemigo. Gobernar no es ganar siempre, es cuidar de todos.

Conviene matizar. No todos los líderes son psicópatas ni presentan rasgos de ese tipo. Tampoco todos los que muestran algunos de esos rasgos resultan dañinos.
La audacia, por ejemplo, puede ser valiosa en situaciones de emergencia. Sin embargo, la audacia sin empatía se convierte en temeridad. Por tanto, el problema surge cuando esos rasgos se combinan de forma desequilibrada.

Todo esto debería hacernos pensar: ¿qué estamos premiando cuando aplaudimos a un líder? ¿Su capacidad de imponerse o de cuidarnos? Cada vez que celebramos la frialdad, normalizamos que el poder pase por encima de las personas. Quizá sea hora de revisar nuestro ideal de éxito. El carisma del mal deslumbra, pero suele dejar tras de sí miedo, desgaste y daño colectivo.

The Conversation

Dolores Fernández Pérez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. El carisma del mal: cómo los rasgos psicopáticos se han normalizado en la cultura del éxito – https://theconversation.com/el-carisma-del-mal-como-los-rasgos-psicopaticos-se-han-normalizado-en-la-cultura-del-exito-264655

El infundado temor de volver a coger peso tras un cáncer de mama

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Cristina Roldán Jiménez, Profesora de Fisioterapia, Universidad de Málaga

La fisioterapia permite realizar un enfoque terapéutico y personalizado de la actividad física, incluido el ejercicio de fuerza, en las pacientes de cáncer de mama que han sufrido una intervención quirúrgica. Kaboompics.com/Pexels, CC BY

Cada año, más de 2 millones de personas reciben el diagnostico de cáncer de mama en el mundo. Aunque puede afectar a ambos sexos, es mucho más prevalente en mujeres; de hecho, es el tipo de cáncer más frecuente en la población femenina.

Gracias a los avances médicos, muchas pacientes superan la enfermedad, pero deben hacer frente a cambios físicos, psíquicos, sociales, familiares y laborales que les obligan a llevar una nueva vida en cuestión de semanas.

Y en el caso de haber sufrido una cirugía, hay que añadir una cicatriz interna: el miedo a coger peso con los brazos y realizar actividades cotidianas. ¿Está justificada esa aprensión?

El miedo al linfedema

La limitación del uso del brazo después de una operación por cáncer de mama ha sido un palo en la rueda en la recuperación de estas pacientes desde hace décadas. Su supuesta justificación era la posibilidad de que los tratamientos oncológicos dañen el sistema linfático, que podría entenderse como un sistema circulatorio independiente (a través de sus canales, vasos y capilares, repartidos por todo el organismo, circula la linfa).

En ciertas zonas, como la axila, encontramos ganglios linfáticos, una especie de pequeñas estaciones que depuran la linfa retirando sustancias que deben de ser eliminadas del organismo. Además, esos ganglios guardan relación con el sistema inmunitario. En algunas ocasiones, están afectados por el tumor y es necesario extirparlos, lo que afecta a la circulación del sistema linfático. Otras veces, la aplicación de radioterapia en la zona también puede alterar esa circulación, aumentando el riesgo de linfedema.

El linfedema es una acumulación de líquido (linfa) en la extremidad superior, lo que provoca síntomas como dolor y pesadez, así como alteraciones de la función y el aspecto externo del brazo.

Siempre se creyó que la actividad de la extremidad superior aumentaba el riesgo de padecer linfedema, por lo que se recomendaba no usarla. Por ejemplo, en los años 70 se aconsejaba evitar cualquier ejercicio que aumentase el flujo sanguíneo, y en los años 80 había una larga lista de cosas que no podía hacer la paciente con su brazo.

Del “reposo oncológico” al movimiento como motor de recuperación

Tales prohibiciones se sumaban a la prescripción de reposo, cuyo objetivo era aliviar el cansancio. De hecho, hasta 1989 no se publicó el primer estudio sobre los beneficios del ejercicio aeróbico en el paciente oncológico y, concretamente, en las mujeres con cáncer de mama.

A principios del siglo XXI empezaron a aparecer publicaciones que referían los posibles beneficios del ejercicio para la función física y el peso corporal en las pacientes. Además, caminar durante la quimioterapia o la radioterapia parecía mitigar el cansancio. Actualmente, las principales organizaciones oncológicas indican que la actividad física debe formar parte del tratamiento del cáncer.

Mujer haciendo ejercicio
Las principales guías oncológicas recomiendan que las pacientes con cáncer de mama realicen ejercicio físico adaptado desde el momento del diagnostico y a lo largo del tratamiento de la enfermedad.
Pexels

¿Qué ejercicio se puede hacer después de una cirugía por cáncer de mama?

Tanto el ejercicio aeróbico como el de fuerza están recomendados antes, durante y después de un cáncer de mama, lo que incluye el ejercicio con pesas en las extremidades superiores. Multitud de estudios indican que esta actividad no solo es segura, sino que además mejora los síntomas en aquellas pacientes que ya tienen linfedema. De hecho, también se aconseja para prevenir su aparición.

Pero sabemos que decir no es hacer: múltiples barreras dificultan la práctica de ejercicio en las pacientes. En un período de tiempo muy corto, han sufrido muchos cambios físicos: pérdida de masa muscular, pérdida de función, aumento de peso, cansancio, dolor… También ignoran qué hacer o cuándo empezar.

El papel de la fisioterapia

En primer lugar, debemos tener en cuenta que el ejercicio es recomendable siempre y cuando sea individualizado. Y aquí entra entra en juego la fisioterapia, imprescindible para realizar un enfoque terapéutico y personalizado del ejercicio.

De la mano de la fisioterapia, la paciente tiene que empezar a mover el brazo justo después de la cirugía. Poco a poco deben ir incluyéndose movimientos y actividades en el día a día, hasta comenzar a coger peso en torno a la cuarta o sexta semana tras la operación.




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Aunque es esperable dejar un período de recuperación e ir aumentando el peso paulatinamente, no hay tope en la cantidad que puede cogerse. Cualquier pauta que contemple una limitación está basada en el mito que relaciona esa actividad con la aparición de linfedema.

Un mito por desterrar

Hacer frente a una enfermedad como el cáncer de mama y sus secuelas es una experiencia difícil. Unirlo, además, a la falsa creencia de que la paciente ya no podrá volver a realizar actividades cotidianas, como coger a un nieto en brazos o ser independiente para hacer la compra, sólo conduce al miedo, a la fragilidad y a una privación de los beneficios que procura el ejercicio.

Aunque ya la ciencia nos ha mostrado que usar el brazo después de una cirugía por cáncer de mama es seguro y beneficioso, aún queda por difundir este mensaje que llegue a toda la sociedad.

The Conversation

Cristina Roldán Jiménez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. El infundado temor de volver a coger peso tras un cáncer de mama – https://theconversation.com/el-infundado-temor-de-volver-a-coger-peso-tras-un-cancer-de-mama-265544

Hay tantos “idiomas del amor” como especies en el planeta

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Federico Zurita Martínez, Profesor del Departamento de Genética. Imparto docencia en Genética y en el Master en "Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos" en la Universidad de Granada., Universidad de Granada

Apareamiento de escarabajos de la especie _Rhagonycha fulva_. Wirestock Creators/Shutterstock

Nunca una termita subterránea como Reticulitermes grassei construirá el termitero de una especie que anida en la madera, como Kalotermes flavicollis. Tampoco una cigüeña levantará un nido de paloma ni una abeja fabricará un panal de avispa. A una cebra no hay que enseñarle a huir de una leona, ni a un ñu de un cocodrilo.

Son comportamientos que no se aprenden y forman parte del repertorio innato de cada especie. Están controlados por los genes y , por tanto, se heredan. Surgen de forma automática cuando aparece el estímulo específico, y todos los individuos de la especie responden de manera prácticamente idéntica.

Señales que seducen (y a quién)

Las diferencias anatómicas, fisiológicas y de comportamiento entre los dos sexos atraen al sexo contrario. El abanico de plumas de un pavo real “enamora” a las hembras de pavo real, pero las gallinas son insensibles a él. Se han descrito hasta 14 000 cantos distintos en pájaros: cada especie tiene su propio “idioma musical”. Para las hembras, el canto de un macho de su especie es afrodisíaco y el de un macho de otra, irrelevante.

La melena de un león atrae a las leonas, pero no a las tigresas. Además se ha descrito que la longitud de dicha pelambrera está relacionada con el éxito en la competencia con otros machos y con la esperanza de vida reproductiva del ejemplar que la porta. Se ha visto también que sus crías tienen una mayor tasa supervivencia.

El dorso plateado de un gorila surge tras una descarga notable de testosterona, indica madurez sexual y liderazgo, y resulta irresistible para las hembras de gorila, pero no para las de chimpancé.

El dorso plateado de los gorilas se relaciona con la descarga de testosterona.
Wikimedia Commons., CC BY

Los órganos que emiten señales en los machos, coevolucionan con los órganos receptores que poseen las hembras de esa especie al unísono: ellos emiten señales, ellas desarrollan sentidos que las interpretan y reaccionan en consecuencia a esas señales. Si la evolución concertada de los dos sexos se desacompasa, la especie se acaba extinguiendo, cosa que ha ocurrido infinidad de veces a lo largo de la evolución.

También ocurre que, a veces, esos sistemas no son perfectos. Un león puede rugir con fuerza, lucir una melena espléndida y defender con éxito su territorio, pero tener fertilidad reducida por un recuento bajo de espermatozoides o, incluso, esterilidad si no tiene espermatogénesis. La apariencia no siempre correlaciona exactamente con la salud reproductiva.

Feromonas teledirigidas

Junto a los estímulos visuales y sonoros, hay otro lenguaje químico: las feromonas. Las feromonas sexuales son moléculas que se liberan al medio por uno de los sexos y que no se ven, pero son detectadas por el sexo opuesto, y funcionan en este como seductoras.

También son específicas de especie, reforzando así el aislamiento reproductivo: evitan que hembras de una especie respondan a las feromonas emitidas por machos de otra, lo que supondría un gasto de energía inútil ya que, en caso de producirse, la cópula no sería productiva. Están ampliamente distribuidas en el reino animal, lo que evidencia un origen evolutivo muy antiguo.

Nosotros, los humanos

Nuestra especie no puede escapar por completo de su propia biología: emitimos y descodificamos señales constantemente. Por ejemplo, las secreciones de las glándulas areolares de la madre estimulan el reflejo de succión en los recién nacidos humanos. Está demostrado que los bebés responden a su olor incluso antes de haber sido alimentados previamente. Inducen respuestas como la orientación de la cabeza y movimientos orales en el bebé, facilitando la localización del pezón y el reflejo natural de succión.

Por otra parte, la androstadienona, una potencial feromona humana derivada de la testosterona que se encuentra en el sudor, el semen y otros fluidos corporales masculinos, parece estar implicada en el atractivo sexual, aunque su efecto depende del contexto.

Al igual que en otras especies, respondemos a estas señales, aunque en nosotros se añade una complejidad extraordinaria: la que aporta la cultura, esa segunda naturaleza que poseemos.

El tiempo no pasa en balde

De la misma manera que un león envejecido pierde parte de su melena y resulta menos atractivo para el sexo opuesto, en los humanos hay señales que evidencia la pérdida de vigor reproductivo. Un ejemplo evidente es la simetría facial, que suele asociarse a belleza y salud. Con la edad, el rostro refleja el paso del tiempo y esa percepción de atractivo tiende a disminuir. La pérdida de tersura en la piel y la flacidez muscular contribuyen también a ello.

De alguna manera el envejecimiento lanza señales de que nuestro potencial reproductivo decae. A todo eso se suman otros factores: la expresión, la voz, los recursos que posee cada individuo o la salud que proyecta.

Catherine Hakim, en su libro Capital erótico: el poder de fascinar a los demás, analiza cómo estos aspectos influyen en la percepción de atractivo. En los humanos, cortejo y elección de pareja combinan instintos, feromonas y cultura en una mezcla compleja y variable según el contexto social.

Lo fascinante es pensar que detrás de cada persona que nos atrae hay millones de años de evolución y siglos de cultura compartida, organizados en lo más recóndito de nuestro ser.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Hay tantos “idiomas del amor” como especies en el planeta – https://theconversation.com/hay-tantos-idiomas-del-amor-como-especies-en-el-planeta-265494