Incendios en España: ¿por qué ahora? ¿Por qué allí?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Emilio Chuvieco Salinero, Catedrático de Geografía, Universidad de Alcalá

Incendio en El Bierzo, León (España), en agosto de 2025. Nuria PhotoStock/Shutterstock

Una ola de graves incendios lleva ya varias semanas afectando a diferentes regiones de España y concentrando, como es natural, la atención de la ciudadanía, los medios de comunicación, los expertos y la esfera política. Son muchos los que buscan los porqués de la intensidad y voracidad del fuego, que ha arrasado más de 400 000 hectáreas.

Lo que está ocurriendo este año es absolutamente excepcional: en apenas quince días del mes de agosto se ha quemado más que todo lo quemado en cinco años (2019, 2020, 2021, 2023 y 2024; el 2022 fue también bastante severo, con casi 300 000 ha). Hay que remontarse hasta fines del pasado siglo para ver años donde se superaran las 400 000 hectareas (1978, 1985, 1989 y 1994), obviamente con muchos menos medios y conocimiento del problema que ahora.

Los incendios han ocupado la mayor parte de mis esfuerzos profesionales en los últimos 40 años, sobre todo en el ámbito de la detección de condiciones de riesgo y efectos del fuego por teledetección. Y desde ese conocimiento, y con los datos en la mano, trataré de analizar en este artículo por qué los incendios han sido tan graves este verano y por qué se han producido sobre todo en ciertas zonas de España, como Galicia, Extremadura y Castilla y León.

¿Por qué ahora?

Algunas de las explicaciones que se han dado hasta ahora tienen que ver con los pirómanos. Pero ¿dónde se esconden esos pirómanos el resto del año? ¿Por qué aparecen algunos años, como el actual, y no en otros? Por ejemplo, en todo el 2024 se quemaron 42 600 ha, apenas el 10% de lo que se ha quemado en lo que llevamos de año.

Otros argumentos tienen que ver con el abandono de la ganadería tradicional, la legislación coercitiva sobre gestión forestal, el escaso aprovechamiento económico de los montes y la falta de medios, entre otros. Factores que, sin duda, han influido en la incidencia del fuego.

A estos factores estructurales hay que añadirle los meteorológicos: estamos en un año excepcional, con una abundante precipitación primaveral (por tanto, con alta productividad vegetal), un año de junio anómalamente caluroso y seco, un julio seco pero no muy caluroso y un agosto marcado por continuas y extremas olas de calor.

Falta cultura del riesgo

Pero tampoco podemos olvidar un factor estructural fundamental: la cultura del riesgo. Vivimos en un planeta que alberga fenómenos naturales catastróficos para el ser humano, que ha lidiado con ellos según su sabiduría y técnica mejoraba, casi siempre a base de reducir la vulnerabilidad, esto es, de desarrollar la capacidad de resistir al evento y recuperarse del mismo.

Para determinar el riesgo de incendio, como en cualquier otro riesgo, debemos de tener en cuenta tres elementos: peligro, exposición y vulnerabilidad. En pocas palabras, el peligro indica la probabilidad de que algo se queme; la exposición, la cercanía a las personas y bienes susceptibles de quemarse, y la vulnerabilidad, la capacidad de que el evento cause más o menos daños.

¿Tenemos cultura del riesgo en España? ¿Cuántas danas, apagones, erupciones volcánicas e incendios extremos necesitamos para que los niños lo estudien en los colegios, para que los municipios tengan planes de prevención, para que las autoridades con competencias en protección civil, tanto en el ámbito nacional como autonómico, se coordinen?

El pasado marzo presentamos en mi universidad los resultados de un proyecto sobre riesgo de incendio (FirEUrisk) en el que han participado 36 grupos de investigación de 17 países, con una financiación global de algo más de 10 millones de euros. Desde el inicio del proyecto hemos estado en contacto con gestores y administraciones, intentando contar con su apoyo y buscando transferir los resultados que se iban obteniendo al mundo operativo.

En la reunión final, invitamos a los responsables de la extinción y gestión de incendios, tanto autonómicos como nacionales, incluyendo a la directora general de protección civil. Únicamente asistieron responsables técnicos. Ningún gestor de los que toman decisiones y controlan la inversión que se hace en prevención de incendios, con la excepción de los mandos de la Unidad Militar de Emergencias.

Ahora estamos intentando implantar un módulo sobre estimación de la humedad de la vegetación para mejorar el indicador meteorológico de peligro de incendios que publica la Agencia Estatal de Meteorología. Los técnicos de la Agencia están muy interesados, pero no hay presupuesto. Me pregunto cuánto cuesta un día de extinción de los 20 incendios que han estado activos y cuándo nos convenceremos de que la inversión en prevención a la larga, cuando está bien orientada, siempre compensa.

¿Por qué allí?

Termino con las última preguntas: ¿por qué la mayor parte de las 400 000 hectáreas quemadas se sitúan en una región concreta delimitada por las provincias de León, Orense y Zamora, en la región occidental de España, donde también pueden situarse Cáceres y Ávila (las otras dos provincias más quemadas este verano)? ¿No es cierto que todos los argumentos estructurales que hemos citado arriba (despoblación, legislación, abundancia de combustible, falta de medios de extinción, etc.) afectan exactamente igual a la España oriental (Cuenca, Soria, Albacete, Teruel, Zaragoza, interior de Valencia, Castellón o Alicante) donde apenas ha habido incendios?

Aquí necesitamos analizar la distribución geográfica de los factores de riesgo. En concreto, vamos a fijarnos en el impacto diferencial de la humedad de la vegetación, ya que a menor humedad de la vegetación (mayor sequía) mayor es el riesgo de incendios.

El CSIC calcula para la AEMET un índice estandarizado de sequía (SPEI, por sus siglas inglesas) que tiene en cuenta el déficit de precipitación en un área concreta, la temperatura y la demanda de agua por parte de la atmósfera. Así, cuanto más negativo es el valor, más severa es la sequía meteorológica.

Veamos los mapas de índices estandarizados de sequía correspondientes a la última semana de julio y la última semana de agosto de este año para ver el cambio en la humedad de la vegetación entre ambos periodos, y también el mapa de las zonas más afectadas por los incendios.

Mapa de España con colores que marcan los índices de sequía
Índices de sequía correspondientes a la segunda semana de julio de 2025, calculados por el CSIC, a partir de la temperatura, precipitación y la demanda de agua por parte de la atmósfera.
CSIC
Mapa de España con colores que marcan los índices de sequía
Índices de sequía correspondientes a la segunda semana de agosto de 2025, calculados por el CSIC, a partir de la temperatura, precipitación y la demanda de agua por parte de la atmósfera.
CSIC
Mapa del noroeste de la península ibérica donde se indica la situación y área de los principales incendios de agosto de 2025
Mapa de áreas quemadas en lo que llevamos de agosto.
Copernicus/CE

¿Ven alguna relación entre el mapa de sequía de la segunda semana de agosto y las áreas quemadas en esa semana? Podrán observar que se concentran en las mismas áreas. Si extraemos algunas series temporales del índice de sequía, la comparación resulta todavía más evidente: en la zona próxima a Ponferrada, donde se han registrado dos de los más grandes incendios de este verano, el índice de sequía de la segunda quincena de agosto es el más bajo desde que hay datos (1960).

En base a estos datos, quizás tengamos que mejorar los indicadores actuales de riesgo de incendio y tener en cuenta otros factores que muestren no sólo la meteorología sino el estado de los combustibles, como la humedad de la vegetación.

La alerta temprana es parte de la prevención, y cuando los medios son escasos resulta imprescindible aprovechar toda la información sustancial que tengamos disponible. Así, la gestión será más eficiente y reduciremos nuestra vulnerabilidad, al optimizar los medios disponibles a cuándo y dónde el riesgo es más alto.

The Conversation

Emilio Chuvieco Salinero ha sido coordinador científico del proyecto FirEURisk financiado por el programa H2020 de la Unión Europea, orientado a la determinación holística del riesgo de incendios forestales en Europa.

ref. Incendios en España: ¿por qué ahora? ¿Por qué allí? – https://theconversation.com/incendios-en-espana-por-que-ahora-por-que-alli-263835

Por qué el ocio es importante para alcanzar una buena vida, según Aristóteles

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Ross Channing Reed, Lecturer in Philosophy, Missouri University of Science and Technology

Lo que hacemos en nuestro tiempo libre dice mucho sobre lo que nos hace felices. Halfpoint Images/Moment via Getty Images

En su impactante libro La sociedad del cansancio, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han sostiene que, en la actualidad, alcanzar el éxito se ha convertido en una obligación. Han denominado a esto una “sociedad del rendimiento”, en la que debemos convertirnos en “emprendedores”, promocionándonos y vendiéndonos a nosotros mismos. Como consecuencia, no hay tiempo libre.

En una sociedad así, incluso el ocio corre el riesgo de convertirse en otro tipo de trabajo. En lugar de proporcionar descanso y sentido, suele ser competitivo, performativo y agotador.

Quienes sienten la presión de promocionarse a sí mismos, por ejemplo, pueden pasar su tiempo libre publicando fotos de una carrera o de unas vacaciones lujosas en las redes sociales
para que las vean sus familiares, amigos y posibles empleadores, lo que aumenta el agotamiento y el desgaste.

Un hombre corriendo al aire libre por un camino pavimentado rodeado de palmeras y edificios.
El ejercicio debe realizarse con moderación para alcanzar los objetivos de salud.
AzmanL/E+ via Getty images

Como filósofo y consejero filosófico, estudio las conexiones entre el ocio poco saludable y el agotamiento. He descubierto que la filosofía puede ayudarnos a sortear algunos de los escollos en una sociedad orientada al rendimiento. El célebre filósofo griego Aristóteles, que vivió entre el 384 y el 322 a. e. c., en particular, ofrece importantes reflexiones.

Sobre el desarrollo personal

Aristóteles comienza Ética a Nicómaco señalando que todos buscamos la felicidad. Sin embargo, afirma que a menudo nos confunde cómo alcanzarla.

Él creía que el placer, la riqueza, el honor y el poder no nos hacen felices en última instancia. La verdadera felicidad, decía, requiere un desarrollo ético personal: “El bien humano resulta ser la actividad del alma de acuerdo con la virtud”.

En otras palabras, si queremos ser felices debemos tomar decisiones razonadas para desarrollar hábitos que, con el tiempo, se conviertan en rasgos de carácter como el coraje, la templanza, la generosidad y la veracidad.

Aristóteles vincula explícitamente la buena vida con convertirse en un tipo determinado de persona. No hay atajos para el desarrollo ético personal. Se necesita tiempo, tiempo libre, tiempo que no se dedique a ningún tipo de autopromoción empresarial.

Aristóteles también habla del poder de nuestras decisiones. Los hábitos, argumenta, no se refieren solo a la acción, sino también a los motivos y al carácter. Nuestras acciones, dice, cambian nuestros deseos. Aristóteles afirma: “Al abstenernos de los placeres, nos volvemos templados, y cuando lo somos es cuando somos más capaces de abstenernos de ellos”.

En otras palabras, los buenos hábitos son el resultado de avanzar gradualmente en la dirección correcta a través de la práctica. Y estos buenos hábitos conducen al desarrollo ético personal. Para Aristóteles, además, es esencial tener buenos amigos y mentores que guíen y apoyen el desarrollo moral.

Comprender el ocio

En una sociedad orientada a los logros, a menudo estamos condicionados a responder a presiones externas para promocionarnos a nosotros mismos y buscar la felicidad en el placer, la riqueza, el honor y el poder. Esto puede desviar el desarrollo ético necesario para alcanzar la verdadera felicidad.

El verdadero ocio, aquel que no está ligado a la necesidad de alcanzar algo, es el tiempo que podemos dedicar a reflexionar sobre nuestras prioridades reales, cultivar amistades, pensar por nosotros mismos y dar un paso atrás para decidir qué tipo de vida queremos vivir.

La palabra griega eudaimonia, que a menudo se traduce simplemente como “felicidad”, es el término que Aristóteles utiliza para describir la prosperidad y el florecimiento humanos. Según la filósofa Jane Hurly, él considera “el ocio esencial para la prosperidad humana”. De hecho, “tanto para Platón como para Aristóteles, el ocio… es un requisito previo para alcanzar la forma más elevada de la prosperidad humana, la eudaimonia”, como sostiene el filósofo Thanassis Samaras.

Aunque nuestros medios para adquirir placer, riqueza, honor y poder sean limitados, Aristóteles nos dice que tenemos control sobre la variable más importante de la buena vida: qué tipo de persona queremos ser. El ocio es crucial porque es el tiempo en el que decidimos qué hábitos desarrollaremos y quiénes llegaremos a ser. ¿Capitularemos ante la sociedad del éxito? ¿O utilizaremos nuestro tiempo libre para desarrollarnos como individuos?

Cuando el ocio se centra en la autopromoción, es difícil que se produzca el desarrollo moral. El tiempo libre que no está secuestrado por la necesidad imperiosa de alcanzar logros es necesario para desarrollar una relación coherente con uno mismo, lo que yo denomino una relación de autosolidaridad, un tipo de autoconciencia reflexiva necesaria para apuntar al objetivo correcto y tomar decisiones morales. Sin esa relación, la buena vida seguirá siendo esquiva.

El ocio reinventado

En lugar de adoptar la formulación de la sociedad del éxito, tal vez podamos crear nuestra propia visión. Sin esta, corremos el riesgo de caer en malos hábitos que nos alejen de un sano desarrollo moral.

Aristóteles deja claro que tenemos el poder de cambiar no solo nuestros comportamientos, sino también nuestros deseos y carácter. Este autodesarrollo es una parte necesaria de la buena vida, una vida de ‘eudaimonia’.

Las decisiones que tomamos en nuestro tiempo libre pueden acercarnos a ella. O pueden alejarnos y llevarnos al agotamiento.

The Conversation

Ross Channing Reed no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Por qué el ocio es importante para alcanzar una buena vida, según Aristóteles – https://theconversation.com/por-que-el-ocio-es-importante-para-alcanzar-una-buena-vida-segun-aristoteles-262891

La IA se hace cada vez más presente en las industrias creativas

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Silvia María González Fernández, Profesora en sustitución en el área de Organización de Empresas. Universidad de Oviedo, Universidad de Oviedo

shutterstock El editorial/Shutterstock

La publicidad, la moda y el diseño. El teatro, el cine, la música y los videojuegos. Las artes visuales, la escultura, la pintura. La gestión del patrimonio y el turismo cultural. Las industrias culturales y creativas (ICC) están viviendo cambios muy rápidos con la irrupción de la inteligencia artificial.

Por un lado, se crean nuevas oportunidades de mejora. Por otro, surgen desafíos importantes para sus trabajadores. La inteligencia artificial consigue imitar la inteligencia humana para analizar datos, reconocer patrones o tomar decisiones. En las industrias culturales, la inteligencia artificial mejora la eficiencia, personaliza las experiencias y fomenta la creatividad.

Según datos de Eurostat y la Comisión Europea, las industrias creativas empleaban, a mediados de 2023, a más de 8,7 millones de personas. Esto supone que el 3,8 % del empleo europeo se ocupa en un sector en el que la innovación y la originalidad son esenciales.

Impacto de la IA en las industrias creativas

En el campo de la publicidad, las herramientas de IA mejoran los resultados de las campañas publicitarias. Obtener análisis de audiencias más precisos permite identificar a los clientes idóneos y luego llegar a ellos mediante el envío de mensajes personalizados.




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En arquitectura e ingeniería, la inteligencia artificial facilita el trabajo de diseño y mejora la eficiencia en los proyectos a través de simulaciones avanzadas. Este tipo de softwares permiten remodelar diseños complejos en 3D y tomar decisiones sostenibles en minutos. Como bien dice Lászlo Moholynagi ,“el diseño no es una profesión, es una actitud”.

En lo audiovisual

Con respecto al cine y la música, las plataformas digitales utilizan la IA para analizar los gustos y preferencias de sus usuarios. Esto les permite ofrecerles una oferta a medida, creada a partir de su historial de visualizaciones.

Así fidelizan a sus usuarios recomendándoles lo que el algoritmo considera que coincide con sus gustos. Si tiene una cuenta familiar en alguna de estas plataformas, pruebe a revisar la página de inicio de los distintos miembros y verá cómo la oferta es distinta para cada uno.




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Crece el uso de la inteligencia artificial por los desarrolladores de videojuegos. ¿Su utilidad? Por ejemplo, el uso de algoritmos adaptativos permite ajustar los desafíos al nivel del jugador: desde enemigos que se adaptan al nivel del usuario hasta historias interactivas. La IA permite automatizar tareas repetitivas y ahorrar costes.

Patrimonio cultural, inteligencia artificial

A través de la realidad virtual se pueden hacer visitas virtuales a museos y recorridos por lugares históricos. Esto hace que el patrimonio sea más accesible para todos.

En el área museística, la aplicación de programas de realidad aumentada o realidad virtual mejoran las experiencias del público y cómo se interrelacionan con las obras de arte.




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La Universidad de Glasgow está desarrollando una plataforma digital en la que se expondrán modelos en 3D de obras custodiadas en los museos escoceses. Los grandes museos solo pueden mostrar una parte de sus colecciones, así que la idea subyacente es eliminar las limitaciones espaciales gracias a la realidad virtual y dar mayor visibilidad a los fondos artísticos.

Proyecto “Museos en el metaverso”. Objetos y realidad virtual. Fuente: University of Glasgow.

Por su parte, entre las acciones de divulgación del Museo del Prado está “Contar el Prado”, un algoritmo identifica y enumera objetos y personas en una serie de obras y luego reta a los usuarios a que hagan sus propias cuentas.

En moda y diseño, la IA ayuda a predecir tendencias., crear colecciones más sostenibles (al permitir el aprovechamiento máximo de los materiales), mejorar las cadenas de suministro y el manejo de inventarios, entre otras tareas.




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Por ejemplo, el proyecto AI4FIBRES –desarrollado por la Universidad de Kingston, la organización benéfica Royal Opera House y dos empresas de gestión de residuos textiles– propone la utilización de la IA para el reciclaje de materiales, clasificando y procesando eficazmente los residuos textiles, aumentando las tasas de reciclaje y reduciendo los vertederos.

Se abre el debate

La integración de la inteligencia artificial en las industrias culturales libera a los profesionales de las tareas más repetitivas y les permite centrarse en otras funciones más creativas.

Un ejemplo: la IA tiene la capacidad de transcribir, traducir o subtitular contenidos culturales (textos, audios y producción audiovisual), lo que facilita un acceso rápido y globalizado a los contenidos culturales. No obstante, esto también genera controversia tanto por la fiabilidad y calidad del producto final, como por los riesgos para el futuro del empleo en el sector y la protección de los derechos de autor y los datos personales de los usuarios.

The Conversation

Silvia María González Fernández es miembro de la Universidad de Oviedo.

ref. La IA se hace cada vez más presente en las industrias creativas – https://theconversation.com/la-ia-se-hace-cada-vez-mas-presente-en-las-industrias-creativas-243410

Cuando la democracia ya no enamora: terreno fértil para la ultraderecha

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Maite Aurrekoetxea Casaus, Profesora Doctora en Sociología en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad de Deusto

Manifestación de jóvenes ultraderechistas en Wismar (Alemania) el 14 de septiembre de 2024. Wilhelm Hermann/Shutterstock

Los altercados recientes en Torre Pacheco (Murcia) a raíz de una agresión a una persona mayor por inmigrantes no constituyen un hecho aislado. Son el síntoma visible de una enfermedad más profunda: el avance del discurso xenófobo en territorios donde la democracia pierde valor simbólico, especialmente entre los jóvenes.

Ver a grupos de jóvenes empleando la violencia en las calles demostró que estos hechos no son solo un problema de seguridad o convivencia, sino producto de una erosión democrática que allana el camino a la ultraderecha.

Incluso el lenguaje empleado en las redes sociales sobre los hechos en Torre Pacheco, “caza al magrebí”, indicaban un desapego a los principios democráticos. La ultraderecha va ganando terreno político y legitimidad cultural en las redes sociales.

La adhesión a la democracia va por países

Al analizar el nivel de adhesión declarada a la democracia, los países nórdicos, Alemania, Países Bajos y Suiza se sitúan en los rangos más altos: más del 90 % de su población considera que la democracia es importante. En cambio, países como Rusia, Bielorrusia, Georgia, Serbia, Bulgaria o Rumanía registran niveles de apoyo que caen por debajo del 70 %.

Esta fractura coincide, y no por azar, con las líneas divisorias del mapa ideológico: donde predomina el conservadurismo, la democracia tiende a estar menos consolidada como valor normativo.

Si la democracia no se vive como una convicción compartida, sino como un sistema que no cumple sus promesas, las alternativas autoritarias se van abrir paso con mayor facilidad.

Este es el marco: la ultraderecha no se presenta como una ruptura radical, sino como una propuesta legítima para recuperar el control, la soberanía o la estabilidad perdida frente a una amenaza: en este caso, la inmigración. Según el estudio European Values Study (2017-2020), la ultraderecha da un paso más y se vincula a actitudes morales conservadoras en asuntos como vida, muerte, género y sexualidad.

Aparecen espacios como NoFap, donde se ofrecen temas como la abstinencia sexual y que evolucionan hacia comunidades donde se glorifica una masculinidad tradicional y excluyente. Se convierten en puentes hacia ideologías de ultraderecha al ofrecer a los jóvenes marcos identitarios claros y “soluciones” a crisis personales vinculadas con precariedad emocional, aislamiento o frustración sexual.

No es casual que los referentes de estos espacios de ultraderecha promuevan una exaltación de la fuerza física, el orden y la agresividad, proyectando un ideal masculino autoritario, protector y dominante.
Esta masculinidad se presenta como antídoto frente a un supuesto “declive moral” atribuido al feminismo, la diversidad sexual o al supuesto invasor inmigrante.

Cierto es que la satisfacción democrática de las nuevas generaciones está más condicionada por variables económicas que en cohortes previas, pero este conservadurismo moral empieza a ser un ariete de la ultraderecha.

¿Existe el agotamiento democrático en los jóvenes?

En Europa, el patrón comienza a ser una constante: los jóvenes expresan un compromiso más débil con los principios democráticos. Concretamente, en paises europeos como Dinamarca, Alemania, Polonia, Francia y Croacia, la Generación Z (18-24 años) muestra un apoyo significativamente más bajo a la democracia en comparación con los Baby Boomers –nacidos entre 1946 y 1964– o la Generación del Silencio –personas nacidas entre 1928 y 1945–.

Esta brecha generacional no debe interpretarse como apatía política, sino como expresión de una desafección activa: una respuesta a instituciones que no han sabido representar ni proteger los intereses de los más jóvenes.

La democracia pierde su capacidad de emocionar y movilizar. En ese vacío simbólico, la ultraderecha ofrece respuestas simples, identidades fuertes y enemigos claros. Apelan no a la deliberación, sino a la pertenencia. No prometen justicia, sino orden. No buscan incluir, sino diferenciar.

Así, cuando la democracia deja de ofrecer un horizonte deseable, el autoritarismo no aparece como una amenaza, sino como una salida.

¿Qué está en juego?

En parte de la juventud europea, el apego emocional a la democracia se ha debilitado. No por ideología, sino por la sensación de que el sistema ya no ofrece respuestas. La ultraderecha sabe leer el momento y lo ocupa con una narrativa eficaz: [si todo está roto, hace falta orden]; si los políticos son todos iguales, necesitamos mano dura; si la democracia no funciona, quizás ha llegado la hora de saltarse intermediarios.

Esa lógica de despreciar la mediación institucional allana el camino para que emerjan líderes autoritarios que no se presentan como una opción más, sino como la única salida posible. Personajes en las redes sociales despliegan sus discursos que ganan adhesiones, no por convicción ideológica, sino por contagio emocional.

Y lo que es más preocupante: no necesitan convencer, solo explotar la fatiga democrática y ofrecer certezas rápidas para tiempos inciertos.

Por eso, el verdadero debate no es sobre partidos ni campañas, es sobre el tipo de sociedad que queremos construir y los valores que queremos que la sostengan. Si la democracia no es capaz de renovarse, de incluir, de cuidar y de representar, perderá su fuerza de atracción.

Los proyectos autoritarios no necesitarán imponer su fuerza: solo ocuparán el espacio que la democracia está dejando libre.

The Conversation

Maite Aurrekoetxea Casaus no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Cuando la democracia ya no enamora: terreno fértil para la ultraderecha – https://theconversation.com/cuando-la-democracia-ya-no-enamora-terreno-fertil-para-la-ultraderecha-260649

La IA reduce drásticamente los riesgos de la extubación en pacientes con ventilación artificial

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Luis Fernando Giraldo-Cadavid, Profesor Titular de Medicina, Universidad de La Sabana

sfam_photo/Shutterstock

Aliento es respiración y respiración es vida. Si respiramos, vivimos. Pero cuando esa función vital falla –por un trauma, una infección, una inflamación pulmonar grave o un daño neurológico–, el cuerpo deja de recibir el oxígeno que necesita y de eliminar el dióxido de carbono. En esos casos, conectar al paciente a un ventilador mecánico que le suministre oxígeno y elimine el dióxido de carbono a través de un tubo no es una opción: es una necesidad para mantenerlo con vida.

Irónicamente, más allá del proceso de intubar, uno de los grandes desafíos médicos consiste en retirar esos dispositivos en el momento correcto para que el proceso de inhalar y exhalar vuelva a su curso natural.

Decirlo es simple, pero en la práctica se presentan fallos en esa predicción. De hecho, se estima que un 20 % de los pacientes extubados tienen que ser reintubados, lo que aumenta el riesgo de traumatismos en la vía aérea y la introducción de microorganismos susceptibles de generar infecciones.

Retirar o no retirar el tubo, he aquí el dilema

Decidir si retirar o no un tubo no es asunto para tomar a la ligera. Varios factores deben tenerse en cuenta para hacerlo de una manera responsable, como la capacidad para toser adecuadamente, necesaria para limpiar las vías respiratorias de secreciones (medición objetiva de la tos), o una correcta función del diafragma, que permita inhalar bien el aire (velocidad de contracción diafragmática).

En definitiva, cada paciente que es conectado a un ventilador debe cumplir con unas condiciones específicas. Hay que revisar su oxigenación, observar cuánto puede movilizar su volumen respiratorio y fijarse en el estado de su metabolismo para que no haya una alteración que debilite los músculos. Cuando ya se le va disminuyendo el soporte del ventilador y el paciente mejora en todos esos aspectos, llega el momento de hacer una prueba de respiración espontánea, desconectando el ventilador. Si pasa esa prueba, el tubo es retirado.

El problema es que, en muchas ocasiones, tanta información puede ser abrumadora y abocar a un retiro fallido. Por eso, varios investigadores hemos desarrollado un modelo de inteligencia artificial que asiste a los médicos en estos procedimientos. En el estudio analizamos la capacidad predictiva de cinco métodos, dos no supervisados y tres supervisados. Más adelante veremos en qué se diferencian.

Los modelos de IA que fueron explorados

Utilizando los datos obtenidos del ensayo de respiración espontánea, la medición objetiva de la tos y la velocidad de contracción diafragmática, pudimos determinar la efectividad en la predicción de esos modelos. Para ello, recurrimos a 367 pacientes de cuatro unidades de cuidados intensivos en Bogotá (Colombia).

En los modelos no supervisados se utilizan los datos de todos los pacientes, tanto de aquellos que tuvieron éxito en la extubación como de quienes no lo lograron. Sin embargo, esta información sobre el resultado no es proporcionada al sistema. Posteriormente, se le solicita al software identificar por sí mismo las características que podrían predecir si el procedimiento de extubación será exitoso o fallido.

Esta primera aproximación se hace con el fin de identificar algún patrón desconocido. No obstante, la precisión del diagnóstico fue más alta cuando el sistema de inteligencia artificial fue supervisado, es decir, cuando se le indicó a la máquina cuáles pacientes experimentaron un proceso exitoso y cuáles no. En particular, fueron los árboles de decisiones los que ofrecieron un mejor rendimiento, seguidos de las redes neuronales.

Los árboles de decisiones son un sistema de aprendizaje automático donde el computador, a través de múltiples pruebas, de forma muy rápida y a partir de preguntas cerradas que constan de respuestas positivas o negativas, asigna paulatinamente a cada respuesta un valor, hasta llegar a la predicción definitiva. Por su parte, las redes neuronales procesan los datos, aprenden patrones complejos y van asociando características que permiten obtener una mayor capacidad de predicción.

Para llevar a cabo este proceso, fue necesario separar aleatoriamente el grupo de pacientes en dos, uno con el que se entrenaba el modelo y otro donde se realizaba la validación. Así obtuvimos una predicción correcta de extubación exitosa de un 95 %; es decir, se redujo la posibilidad de error del 20 % al 5 %.

Por ahora, este trabajo debe complementarse con el desarrollo de una aplicación que permita validar los modelos predictores desarrollados en otros grupos de pacientes. Si dicha validación arroja resultados similares a los encontrados en nuestra investigación, esta app ayudará a decidir en las unidades de cuidados intensivos cuándo retirar el tubo con éxito para que los pacientes vuelvan a tener aliento, respirar y vivir.

The Conversation

Luis Fernando Giraldo-Cadavid no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. La IA reduce drásticamente los riesgos de la extubación en pacientes con ventilación artificial – https://theconversation.com/la-ia-reduce-drasticamente-los-riesgos-de-la-extubacion-en-pacientes-con-ventilacion-artificial-261325

Cómo diseñar la PAU para que los resultados de todas las comunidades sean comparables

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Alejandro Veas Iniesta, Profesor Titular de Universidad en la especialidad de psicología evolutiva y de la educación, Universidad de Murcia

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¿Es lo mismo hacer las pruebas de acceso a la universidad en Madrid o Galicia que en Murcia o Andalucía? ¿Tienen los exámenes el mismo grado de dificultad? ¿Se evalúan con los mismos criterios?

Estas preguntas son fundamentales para los miles de estudiantes españoles que cada año se enfrentan a la PAU (prueba de acceso a la universidad). Un proceso que determina, en función de diferencias mínimas de décimas, si podrán o no estudiar el grado deseado en la universidad pública elegida.

Garantizar la equidad en todo el ámbito nacional es el objetivo de los últimos cambios legislativos realizados en la PAU, ya que el sistema universitario español es de “distrito único”: los estudiantes de todas las comunidades autónomas pueden solicitar plaza en cualquier universidad pública del estado. Si las pruebas de acceso son más fáciles o puntúan más alto en una comunidad autónoma que en otra, esto representaría una ventaja frente a aspirantes de otras comunidades para una misma universidad.




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¿Por qué son distintas las pruebas?

Existen unas pautas comunes para las características, el diseño y el sistema de calificación de las pruebas, pero cada comunidad confecciona sus propios exámenes con preguntas distintas y criterios de corrección específicos.

¿Es posible comparar pruebas académicas si cada comunidad diseña sus propios contenidos y criterios de corrección? Lo es: la ciencia nos aporta métodos y conceptos clave para lograrlo.

La psicometría en la educación

En los últimos 100 años se ha avanzado considerablemente en la medición de variables psicológicas y educativas. El rendimiento académico ha sido por excelencia el principal “caballo de batalla” de muchos países, tratando de elaborar exámenes en diversos formatos: pruebas objetivas o tipo test, preguntas cortas, abiertas, etc.

En este contexto, la psicometría es la rama de la psicología que se encarga de comprobar las propiedades estadísticas de estas mediciones. Como no podemos medir directamente el rendimiento cognitivo de un estudiante, realizamos lo que en psicología se conoce como proceso de inferencia en función de la conducta observable de una persona: medimos la forma en la que los estudiantes responden a las cuestiones de un examen.

Por ejemplo, en una prueba de historia, se emplean criterios tales como la calidad en la argumentación, o el uso de normas gramaticales.

La importancia de los estándares en la evaluación

La psicometría nos permite diseñar modelos estadísticos para establecer las puntuaciones, como si usáramos una regla de medir. El conjunto de las normas que se emplean para asignar un valor numérico, en base a uno o varios criterios, a una respuesta determinada se denomina, en psicometría, “estándar”.

Existen múltiples clasificaciones de estándares, aunque las dos más conocidas son los estándares aplicados al criterio (criterion referencing) y los aplicados a la norma (norm referencing). En el primer caso, se determinan las habilidades o destrezas que se requieren para alcanzar un determinado umbral de calificación.

El segundo caso consiste en comparar el rendimiento de todos los estudiantes en su conjunto, pudiéndose establecer categorías de rendimiento. Por ejemplo, aquellos situados en el percentil 95 o superior se les podría dar la máxima calificación; entre el percentil 90 y 94 se le daría la calificación siguiente, y así sucesivamente.

La PAU: estándares aplicados al criterio

En el contexto de la PAU, las puntuaciones de los exámenes se delimitan a partir de estándares aplicados al criterio, de forma que una comisión evaluadora de cada comunidad autónoma determina, para cada pregunta del examen, la puntuación que se obtiene en función de la calidad de respuesta.

No obstante, dado que cada comunidad desarrolla sus propias pruebas, sería interesante plantear estándares aplicados a la norma, ya que permitiría, para cada prueba específica, equiparar la dificultad de las mismas.

Por ejemplo, consideremos la prueba de Historia de España. Aunque el formato del examen y el tipo de preguntas puedan variar entre comunidades autónomas, es posible establecer mecanismos para hacer comparables los resultados. Una estrategia sería fijar umbrales de rendimiento basados en percentiles. Así, para obtener la máxima puntuación, un estudiante debería situarse, por ejemplo, por encima del percentil 95 de su grupo.

Esto implica que la calificación numérica necesaria para alcanzar ese nivel podría variar según la dificultad del examen en cada comunidad: si una prueba es más exigente, una nota más baja podría corresponder a un alto percentil; en cambio, si el examen es más sencillo, se requeriría una nota más alta para alcanzar el mismo estándar. De este modo, se ajusta la interpretación de las puntuaciones y se favorece la comparabilidad entre pruebas distintas.

Mejorar la comparabilidad

Como principal propuesta psicométrica para comparar exámenes de certificación o de acceso al sistema universitario destaca el modelo de Rasch, que permite situar en una misma escala tanto la habilidad de los estudiantes como la dificultad de las pruebas. Este método ayuda a obtener una mayor objetividad para determinar umbrales de calificación (alcanza/no alcanza un criterio de evaluación) o para estudiar las distribuciones muestrales en función de percentiles, cuartiles, etc.

En España, este modelo se ha implementado por primera vez en la Comunidad Valenciana. Las pruebas confirman la medición eficaz del rendimiento como variable general: nos permiten comprobar si la dificultad de las pruebas varía entre convocatorias.

Aunque estos estudios se centran solo en la Comunidad Valenciana, ya se está trabajando en la aplicación del mismo procedimiento al resto de comunidades: de esta manera se podría iniciar un proceso comparativo entre ellas más fiable.

Estandarizar los tribunales evaluadores

Otra manera de garantizar la comparabilidad de los resultados es formar a los tribunales evaluadores en la aplicación de estándares, con el fin de garantizar la equidad en los procesos de corrección.

Con espíritu científico, esperemos que el tiempo permita poder implementar estas y otras posibles acciones, en beneficio del sistema de acceso universitario en general, y de nuestros estudiantes en particular.

The Conversation

Alejandro Veas Iniesta recibe fondos de la Agencia Estatal de Investigación (MCIN/AEI/10.13039/501100011033), a través del proyecto PID2020-115248RA-I00, titulado: “Análisis de las Pruebas de Acceso a la Universidad y su relación con PISA: Identificación de estándares curriculares y competenciales mediante enfoques psicométricos”.

José Antonio López Pina recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

ref. Cómo diseñar la PAU para que los resultados de todas las comunidades sean comparables – https://theconversation.com/como-disenar-la-pau-para-que-los-resultados-de-todas-las-comunidades-sean-comparables-260973

¿Y si pudiéramos hablar con los supervivientes del Holocausto en un museo?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Cristina de Juana Ortín, Personal docente e investigador, miembro del grupo de investigación ART-QUEO, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

Los colosales ídolos de Bameean Alexander Burnes, 1834.

¿Y si en un museo de historia pudiéramos hablar con los supervivientes del Holocausto? ¿O volver a ver estatuas milenarias desaparecidas? ¿Qué tal si cientos de estudiantes pudieran explorar objetos antiguos por todos sus ángulos, sin necesidad de tocarlos?

Las vitrinas, cartelas y visitas guiadas que solían acompañar al patrimonio cultural, en los últimos años han dado paso a pantallas, audioguías, códigos QR y otras tecnologías inmersivas, en la búsqueda de nuevas formas de cautivar al público.

Así, uno de los recursos más llamativos en los museos del siglo XXI es el uso de hologramas de realidad aumentada: proyecciones tridimensionales que dan la sensación de presencia real sin necesidad de gafas ni dispositivos.

En algunos casos, se trata de pantallas LCD/LED o proyectores junto con técnicas como el Pepper’s Ghost –técnica de ilusionismo que, mediante espejos, refleja una imagen como si estuviera delante del público–, mallas holográficas o paneles de vidrio inclinados que reflejan una imagen para que parezca tridimensional.

Una figura iluminada fuera de la vista de la audiencia, bajo el escenario, es reflejada en un panel de cristal entre el actor y el público, de forma que el
Le Monde Ilustré, 1865.

Eso sí, cada propuesta debe partir de una investigación rigurosa sobre la pieza patrimonial, su contexto histórico y simbólico, y se codiseña junto a especialistas. Así, se asegura que la digitalización no vacía el contenido, sino que refuerza la dimensión humana y pedagógica.

Budas resucitados

En la región de Bamiyán, Afganistán, dos monumentales estatuas budistas del siglo VI fueron destruidas en 2001 por los talibanes, dejando nichos vacíos en los acantilados. En 2015, cineastas chinos crearon una instalación temporal que proyectaba hologramas de alta tecnología dentro de esos nichos, recreando en luz la forma original de los Budas.

Miles de espectadores pudieron contemplar las figuras “resucitadas” mediante tecnología volumétrica. El hecho de poder ver de nuevo aquello que se había perdido es una forma más de involucrar a la población en la puesta en valor del patrimonio.

Una de las estatuas de Buda que se encontraban en el valle de Bāmiyān, en Afganistán central, destruidas en 2001.
Wikimedia Commons., CC BY

Memoria del Holocausto

El patrimonio ayuda a que la memoria colectiva no se pierda. En este contexto, Heather Maio, que había trabajado como diseñadora de exposiciones con supervivientes del Holocausto durante años, quería que las generaciones futuras tuvieran la misma oportunidad de interactuar con ellos, y tuvo una idea.

Se le ocurrió hacer entrevistas grabadas que, en el futuro, se convirtieran en hologramas interactivos de sus protagonistas. Pinchas Gutter fue el primero en ser entrevistado, en una burbuja rodeada de luces y más de 20 cámaras. El objetivo era elaborar un formato que, a medida que la tecnología y la proyección 3D avanzan, permita crear hologramas cada vez más realistas, teniendo previamente todos los ángulos necesarios de la imagen.

Pinchas Gutter es un polaco sobreviviente del Holocausto judío, que participa en la exposición holográfica.
Wikimedia Commons., CC BY

De los más de 20 hombres y mujeres que han participado hasta ahora en el proyecto, tres ya han fallecido. Pero gracias a esta tecnología, pueden seguir respondiendo preguntas muchos siglos después del terror nazi.

Hablar con los muertos

El recrear personas reales no es del todo novedoso. En 2023, en el Musée d’Orsay de París, durante la exposición Van Gogh in AuverssurOise, se presentó el proyecto “Hello Vincent”, una recreación interactiva de Van Gogh que permite a los visitantes conversar con él gracias a una IA entrenada con sus cartas personales. Aunque no es un holograma óptico, esta interfaz resulta atractiva para el público.

Una reproducción de Van Gogh habla con los visitantes del Museo Orsay en París.
Jumbo Mana.

Sin embargo, el uso de hologramas o IA para recrear testimonios de personas fallecidas plantea dilemas éticos sobre el consentimiento póstumo, la autenticidad del mensaje y el riesgo de trivializar la experiencia del protagonista. Por eso, la clave siempre debe estar a estar en el respeto, la documentación rigurosa y el propósito educativo.

Tocarlo todo, por todos lados

Otra de las experiencias más recientes es la del Imperial War Museums y el Science Museum de Reino Unido, que se han asociado con una empresa de tecnología avanzada de realidad aumentada (RA) para crear exposiciones holográficas. El proyecto emplea una plataforma de RA de escritorio conocida como HoloSDK, que permite visualizar objetos en tres dimensiones en un entorno doméstico o escolar, sin necesidad de dispositivos inmersivos complejos.

Utilizando un monitor 2D convencional, una cámara web y seguimiento de movimiento de cabeza, esta tecnología genera una ilusión de profundidad y volumen que simula la experiencia de observar un holograma real. Así, logra una interacción visual envolvente, que ha sido implementada en programas educativos destinados a más de 20 000 estudiantes del Reino Unido y Tailandia.

El futuro, de la mano de nuestro legado cultural

El patrimonio cultural, a menudo tratado como una herencia inamovible, cobra en estos proyectos una dimensión viva, que invita a jugar y hacerse preguntas. ¿Puede un holograma emocionar? ¿Puede despertar conciencia histórica? La experiencia apunta que sí. Pero el verdadero reto no es visual, sino epistemológico: cómo narrar el pasado sin encerrarlo, cómo hacerlo parte del presente, sin reducirlo a espectáculo.

Aunque existen limitaciones para su implementación relacionadas con su alto coste, la dificultad de mantenimiento o ciertas cuestiones éticas, la solución está en seguir trabajando para escalar dicha tecnología. Y, por supuesto, en usarla como herramienta narrativa al servicio del conocimiento, no como fin en sí mismo.

Porque, cuando el patrimonio se activa desde la tecnología y el pensamiento crítico, deja de ser un objeto para contemplar. Se convierte en una experiencia para imaginar el futuro a partir de la herencia de nuestra historia como seres humanos.

The Conversation

Cristina de Juana Ortín no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ¿Y si pudiéramos hablar con los supervivientes del Holocausto en un museo? – https://theconversation.com/y-si-pudieramos-hablar-con-los-supervivientes-del-holocausto-en-un-museo-262482

¿El derecho penal otorga un trato de favor a ricos (plutofilia) y poderosos?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Cecilia Cuervo Nieto, Personal investigador en formación, Área de Derecho Penal , Universidad de Salamanca

Romolo Tavani/Shutterstock

¿Es realmente el derecho penal en España igual para todos los ciudadanos o estos reciben del Estado un tratamiento penal diferenciado en función de consideraciones extrapenales, tales como su posición económica, su estatus social o su afiliación política?

La respuesta a este interrogante es que pueden distinguirse hasta tres derechos distintos dentro del ordenamiento penal vigente en España. Ello implica una grave quiebra del principio de igualdad, consagrado en la Constitución como un “valor superior del ordenamiento jurídico”.

Este se ve subvertido al aplicarse a los ciudadanos un tratamiento penal diverso por la comisión de ciertos delitos. La justificación de esta asimetría reside en la diferente utilidad de esos sujetos para el funcionamiento del sistema en su conjunto. Mientras a algunos se les va a castigar con una severidad excesiva, a otros se les aplicará un tratamiento penal mucho más benévolo.

Normal y con garantías penales

En primer lugar, existe el derecho penal normal o común, también llamado del ciudadano. Es aquel que, afortunadamente, opera como regla general y está investido de las garantías prescritas por la Constitución Española y por las leyes penales y procesales.

En contraposición, existe un derecho penal de la excepcionalidad, que se aparta de la senda de normalidad del modelo anterior. Funciona como un instrumento de lucha contra aquellos sujetos considerados enemigos del sistema y a los que hay que neutralizar a cualquier coste.

Derecho penal del enemigo

Se trata del “derecho penal del enemigo”, concepto acuñado por el penalista alemán Gunter Jakobs en las décadas de los años 80 y 90 del pasado siglo. Este modelo penal se caracteriza por una reducción de las garantías procesales del individuo que comete ciertos delitos y al que se niega el estatus mismo de ciudadano. Se considera a este sujeto una fuente de peligro que hay que erradicar para garantizar la seguridad.

En España, la legislación antiterrorista y figuras como la medida de seguridad de libertad vigilada o la pena de prisión permanente revisable se inscriben en los postulados propios de esta cuestionable modalidad penal.

Dentro del derecho penal del enemigo, se viene observando una tendencia dirigida a criminalizar a las personas más pobres y desfavorecidos de nuestras sociedades: los sin hogar, los vagabundos y los emigrantes en situación irregular, entre otros. Personas desposeídas y arrinconadas por el sistema y por la sociedad, hacia las que el Estado dirige una reacción penal particularmente hostil.

El artículo 274.3 del código penal establece hasta 2 años de prisión por un delito de pobres como es el “top manta”. Esta sanción constituye un ejemplo incontestable de lo que la filósofa Adela Cortina bautizó como aporofobia.




Leer más:
Víctima por ser pobre: la ley debe castigar la discriminación por aporofobia


.

La aporofobia, entendida como odio al pobre, se deja sentir en el texto penal. En este sentido, pueden señalarse como manifestaciones aporófobas el referido “top manta” y el delito de defraudación a la Seguridad Social cometido por persona no empresaria (artículo 307 tercero). Para este último tipo de infracciones, el código prevé un castigo al fraude, cualquiera que sea su importe.

Apreciamos un rasero totalmente distinto si el fraude a la Seguridad Social es cometido por un empresario. En estos casos, el Código Penal establece una cantidad mínima de 50.000 euros para que la defraudación sea delito.

Derecho penal del amigo

Por último, se encuentra aquel modelo de derecho penal que no se dirige ya ni a los ciudadanos “normales” ni a los “enemigos”, sino a los sujetos que son “amigos” del sistema y deben por ello ser debidamente protegidos.

Se trata del llamado derecho penal del amigo, que busca favorecer a ciertos sujetos considerados necesarios para el correcto funcionamiento del sistema. Los “amigos” son jueces, políticos, funcionarios, empresarios, financieros o celebridades. Esta valoración amistosa les dispensa un tratamiento penal favorable cuando llegan a delinquir.

El trato de favor se manifiesta por medio de tipificaciones asimétricas de ciertas conductas delictivas o mediante la intervención posterior del Gobierno. Este puede conceder indultos o incluso diseñar amnistías posteriormente aprobadas por ley.

Históricamente, ha habido muchos amigos del sistema que el derecho penal ha buscado proteger: el amigo rico, el amigo noble, el amigo varón, el amigo blanco, el amigo cristiano, el amigo político o el amigo poderoso, entre otros. A todos estos colectivos ha favorecido el derecho penal. Su tratamiento penal y/o procesal se encuentra dulcificado frente al dispensado al simple ciudadano y, por supuesto, al enemigo no ciudadano.

Hay figuras penales como la regularización en el delito fiscal, la atenuante de reparación del daño, de la que recientemente se ha beneficiado el futbolista Daniel Alves, o los indultos a políticos condenados por corrupción. Estas variables se adscriben a las coordenadas tolerantes del derecho penal del amigo.

¿Qué es la plutofilia?

En la actualidad, dos son los fundamentos de este derecho penal empático: la política y la economía. Es precisamente esta segunda modalidad de derecho penal del amigo, fundamentada en razones económicas, la que recibe la denominación de plutofilia.

La plutofilia, definida etimológicamente como amor por la riqueza y que la RAE todavía no contempla, sería aquella vertiente del derecho penal del amigo que favorece al rico. Aquel que, por su riqueza y por su nivel patrimonial, va a verse protegido por el modelo penal.

Una de las principales manifestaciones del derecho penal de la plutofilia es el delito fiscal, también llamado delito contra la Hacienda Pública en el artículo 305 del código penal. Este delito, considerado como un ilícito de ricos, exige defraudar al fisco la nada desdeñable cantidad de 120 000 euros por periodo impositivo. Las defraudaciones de importe inferior solo reciben sanción por la vía administrativa.

Irse “de rositas”

El artículo 305 contempla, además, una vía de escape para eludir la responsabilidad penal de su autor (rico, recuérdese). El interesado puede evitar una condena mediante el completo reconocimiento y pago de la deuda tributaria. Dicha posibilidad de devolver lo defraudado para “irse de rositas” es absolutamente única en el Código Penal.

No se contempla en delitos contra el patrimonio (típicamente el delito de hurto, sin violencia ni intimidación), cuyo perfil de autor no corresponde a un sujeto acaudalado que contribuya al correcto funcionamiento del sistema.

En definitiva, el legislador privilegia con esta vía de escape del delito fiscal a unos concretos delincuentes (los defraudadores tributarios, generalmente de elevado nivel adquisitivo) frente a otros sujetos penales. En su caso, ya no se contempla ninguna regularización específica con la que puedan liberarse de sus culpas.

Esta divergencia entre el trato penal ofrecido al amigo rico y el dispensado al enemigo pobre supone una intolerable quiebra del principio de igualdad, pilar esencial de un Estado de Derecho. Una divergencia que debe ser resuelta más pronto que tarde.

The Conversation

Cecilia Cuervo Nieto recibe fondos del Proyecto coordinado de generación de conocimiento “Plutofilia y Derecho Penal- Plutofilia”, financiado por el Gobierno de España con la cofinanciación del Fondo Social Europeo. En particular, la financiación se adscribe al Subproyecto 1 de dicho proyecto coordinado, titulado “Análisis crítico del Derecho penal de la plutofilia- Plutopenal” de la Universidad de Salamanca y con número de referencia PID2022-142211NB-C21.

Ana Isabel Pérez Cepeda participa en el proyecto de generación de conocimiento “Plutofilia y derecho penal-plutofilia”. Está financiado por el Gobierno de España con la cofinanciación del Fondo Social Europeo. Se adscribe al Subproyecto 1 titulado “Análisis crítico del derecho penal de la plutofilia-plutopenal” de la Universidad de Salamanca y con número de referencia PID2022-142211NB-C21.

ref. ¿El derecho penal otorga un trato de favor a ricos (plutofilia) y poderosos? – https://theconversation.com/el-derecho-penal-otorga-un-trato-de-favor-a-ricos-plutofilia-y-poderosos-263018

Estrategias de gestión forestal para adaptar el paisaje a un mundo más cálido y proclive a los incendios

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Manuel Esteban Lucas-Borja, Catedrático de Universidad. Departamento de Ciencia y Tecnología Agroforestal y Genética de la E.T.S.I. Agronómica, de Montes y Biotecnología de Albacete. Universidad de Castilla La Mancha, Universidad de Castilla-La Mancha

Paisaje tras el incendio en Mombeltrán (Ávila), declarado en Julio de 2025. Manuel Esteban Lucas , CC BY-SA

Los incendios forestales que asolan España este verano son una consecuencia directa de la ausencia de objetivos y la incapacidad de las actualesestrategias y modelos socioeconómicos y ambientales para adaptarse a la realidad climática actual. Como sociedad, no queda otra que asumir la consecuencia, estudiarla y actuar.

Bajo un régimen natural de incendios, el fuego juega un papel ecológico principal en muchos ecosistemas. La pregunta que nos debemos hacer no es si queremos que haya fuegos o no en nuestros ecosistemas, sino qué papel hay que darles y deben jugar en nuestros paisajes. Para avanzar, no es suficiente hablar de datos o tácticas aisladas. Con más de la mitad de nuestro territorio nacional ocupado por ecosistemas forestales, es el momento de diseñar una verdadera estrategia forestal y socioeconómica a largo plazo y para todo ese territorio. Y ésta debe estar respaldada por una fuerte voluntad política, un consenso social amplio y presupuestos valientes. Aquí es donde comienza la verdadera tarea. Como bien advierte el proverbio, “el fuego es un muy buen sirviente, pero un mal amo”. Si no actuamos, territorio y paisaje continuarán siendo gestionados por el fuego, dejando la memoria de las actividades forestales y agrícolas tradicionales y nuestros pueblos cubiertos por las cenizas del olvido.




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Cómo adaptarnos a la nueva realidad de incendios


Soluciones distintas para escenarios nuevos

Los incendios forestales de alta intensidad, severidad y gran extensión son cada vez más frecuentes a nivel global. Si bien las causas de ignición o como empiezan los incendios forestales se atribuyen de manera mayoritaria a la acción humana (intencionados o por negligencias), cada vez cobran más importancia las causas naturales (principalmente rayos). Cosa distinta son las causas que están detrás de la propagación o como se “mueve” el incendio, entre las que se consideran las condiciones meteorológicas, la orografía y la vegetación. En relación con esta última y aunque a escala temporal humana sea difícil de percibir, hay que entender que nuestros ecosistemas forestales son dinámicos y evolucionan, crecen. Sin nadie que consuma o procese el material vegetal, este se acumula. La ausencia de gestión forestal, políticas de supresión del fuego o principalmente enfocadas a la extinción, la despoblación de zonas rurales y el abandono de determinadas prácticas agrícolas entre otros, favorecen la acumulación de vegetación que crece en nuestros montes y bosques, generando una continuidad horizontal y vertical del combustible forestal disponible para arder. El cambio climático es el último ingrediente que se añade en la coctelera para causar las situaciones e imágenes que observamos en este duro verano de 2025. Olas de calor más intensas y largas, eliminan la humedad de la vegetación y la predisponen para arder con más facilidad. El sistema pasa a funcionar bajo las condiciones de un régimen no natural de incendios, alejado de sus patrones naturales, lo que está llevando a muchos ecosistemas forestales a un punto de inflexión, superando su capacidad de recuperación natural y provocando cambios de estado permanentes. Los incendios de grandes dimensiones, con mayor intensidad y cada vez más recurrentes actúan como verdaderos filtros, a partir de los cuales los bosques afectados por el fuego pasan a transformarse en matorrales o pastizales.

El fuego es una perturbación natural que se rige por leyes químicas y físicas que prevalecerán sobre cualquier realidad y complejidad humana. Ante esta realidad, es necesario avanzar en los planteamientos que hasta ahora han guiado a la gestión forestal. Se necesita un nuevo paradigma que no solo se enfoque en las tareas de prevención y extinción, sino que también prepare a los bosques para un futuro de mayor incertidumbre mediante una decidida y eficaz restauración forestal de paisajes y ecosistemas.

Paisaje tras un incendio, con cenizas y vegetación
Paisaje tras el incendio en la Sierra de los Donceles (Hellín, Albacete) en verano de 2012.
Manuel Esteban Lucas, CC BY-SA

Ante este gran reto, la selvicultura adaptativa para el cambio climático (ASCC, por sus siglas en inglés) ofrece una respuesta innovadora. Su enfoque no prescribe una única solución, sino que presenta un abanico de estrategias para dirigir los ecosistemas hacia un futuro más adaptado al contexto actual. La clave está en reconocer que no siempre es deseable o viable que un ecosistema regrese a su estado original después de una perturbación y se basa en tres estrategias principales: resistencia, resiliencia y transición.

Resistencia: fortalecer la defensa del bosque

La estrategia de resistencia busca proteger el ecosistema y mantener sus condiciones actuales, defendiéndolo de los impactos del cambio climático y del fuego. Se aplica en áreas de alto valor ecológico donde la pérdida de la composición o estructura actual sería inaceptable desde el punto de vista forestal y ambiental.

Las tácticas selvícolas se centran en reducir la vulnerabilidad a las perturbaciones, lo que incluyen determinadas actuaciones que ayudan a reducir la competencia por los recursos (por ejemplo, el agua y los nutrientes del suelo). Esto mejora la resistencia a la sequía y la salud general del rodal, un área que se caracteriza por tener características homogéneas en cuanto a topografía y composición arbórea. Además, se gestiona la densidad de pies y la carga de combustible a través de quemas controladas, clareos, claras, podas u otras actividades tradicionales como la ganadería y el pastoreo. También contempla la eliminación de estructuras forestales que favorezcan la continuidad, tanto horizontal como vertical, del combustible forestal y por tanto, mitiguen la intensidad y severidad de un posible incendio forestal.

Un paisaje con pinos y arbustos y dos personas haciendo tratamientos silvícolas
Tratamientos silvícolas de clareos y podas sobre regenerados de pino después del incendio de 2012 en La Sierra de los Donceles (Hellín, Albacete).
Manuel Esteban Lucas, CC BY-SA



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Reforestaciones en España: buenos (y no tan buenos) ejemplos


Resiliencia: facilitar la recuperación natural

A diferencia de la resistencia, la resiliencia acepta que una perturbación ocurrirá, pero busca que el ecosistema se recupere y regrese a un estado funcionalmente similar al que tenía antes del fuego, facilitando los procesos naturales de regeneración.

Un factor crucial para la configuración de paisajes forestales mediterráneos resilientes es la presencia de especies con la capacidad inherente de rebrotar a través de diferentes estrategias tras un incendio, permitiendo una rápida recuperación de la cobertura y estructura forestal.

Además, las prescripciones selvícolas bajo esta estrategia se centran en aumentar la heterogeneidad del paisaje, creando espacios abiertos y variaciones en la densidad del arbolado. Esto puede lograrse mediante aclareos de densidad variable que generen espacios abiertos y áreas de mayor densidad. Muchas veces, incendios previos pueden ser una buena oportunidad para empezar a diseñar y anclar paisajes más resilientes. Bien sea por tratamientos selvicolas y por incendios precedentes, estos espacios y heterogeneidad permiten la regeneración de especies nativas que pueden estar subrepresentadas, promoviendo una mayor diversidad de especies, edades y estructuras. En un paisaje postincendio, las intervenciones podrían también incluir la regeneración natural asistida o el favorecimiento de la vegetación mejor adaptada que aparece tras la perturbación. Así, le damos una oportunidad a las plántulas de árboles que han logrado emerger tras el fuego y que son sin duda, una gran apuesta para lidiar con las condiciones ambientales actuales y seguramente futuras.

Transición: guiar el ecosistema hacia un nuevo futuro

La transición es la estrategia más proactiva y más apropiada para ecosistemas donde la vuelta a las condiciones históricas o pasadas no es factible. En este enfoque, se acepta que el ecosistema debe cambiar, guiándolo activamente hacia un nuevo estado más adaptado al clima y a los regímenes de incendios que ofrece el contexto actual y futuro.

Esto implica tomar decisiones audaces, como la introducción o el favorecimiento de especies forestales más tolerantes a la sequía, determinadas plagas o enfermedades forestales y a los incendios y que puede ser que ya creciesen o no históricamente en la zona a gestionar, pero que se si espera que lo hagan en las nuevas condiciones climáticas. Alternativamente, se puede impulsar intencionalmente el crecimiento de especies menos susceptibles al fuego y otras perturbaciones naturales, con el fin de crear una composición y estructura de la masa forestal que sea inherentemente menos inflamable. Esta gestión forestal en busca de una transición, pretende crear paisajes y bosques con una estructura y composición totalmente nuevas, que sean más sostenibles en un contexto de cambio climático, con un régimen de incendios totalmente alejado de lo natural.




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Restaurar el patrón natural de los fuegos ayudaría a conservar los ecosistemas y evitar incendios peligrosos


Una mirada multidisciplinar a un desafío complejo

Toda gestión forestal debe establecer unos objetivos claros y realizables, y debe apoyarse en herramientas y tecnologías que permitan tomar decisiones y generar actuaciones con todo el rigor y profesionalidad posible, de la forma más minuciosa y meticulosa. Por supuesto, es necesaria una asignación de recursos humanos y económicos de alcance. Allá donde sea posible y teniendo en cuenta la realidad forestal (por ejemplo, la propiedad del monte, el carácter productor o protector del mismo, su diversidad y heterogeneidad, origen, usos, etc.) debemos apostar por la combinación de estrategias que nos brinda la gestión forestal adaptativa, asegurando la multifuncionalidad de los ecosistemas forestales, la generación de servicios ecosistémicos y el equilibrio entre la conservación de los ecosistemas, el aprovechamiento responsable de los recursos y el bienestar social y económico de las comunidades vinculadas al monte. Solo de esta manera se podrán garantizar bosques y comunidades capaces de afrontar los retos del cambio climático y de las nuevas demandas de la sociedad en su conjunto.

En última instancia, el éxito de la gestión adaptativa en paisajes postincendio dependerá de un proceso de aprendizaje continuo y un enfoque multidisciplinar. Los desafíos que enfrentamos con el cambio climático y los nuevos regímenes de incendios son tan complejos que no pueden ser resueltos desde una única perspectiva. Requieren la integración de múltiples campos del conocimiento.

Proyectos de investigación y seguimiento a gran escala y en el marco de la silvicultura adaptativa para el cambio climático son cruciales, ya que crean un modelo operativo para la toma de decisiones. Estos proyectos no solo evalúan la efectividad de las estrategias de resistencia, resiliencia y transición, sino que también actúan como laboratorios donde técnicos gestores, científicos, políticos, empresas y sociedad civil pueden colaborar y aprender juntos.

La gestión forestal del futuro no debería imponer un plan único, sino aplicar un conjunto de enfoques flexibles, basados en el conocimiento científico y desarrollados a través de la colaboración participativa, de manera que se asegure a las generaciones futuras que los ecosistemas forestales conservarán su integridad y seguirán siendo una realidad posible

The Conversation

Manuel Esteban Lucas-Borja no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Estrategias de gestión forestal para adaptar el paisaje a un mundo más cálido y proclive a los incendios – https://theconversation.com/estrategias-de-gestion-forestal-para-adaptar-el-paisaje-a-un-mundo-mas-calido-y-proclive-a-los-incendios-263505

¿Y pudiéramos hablar con los supervivientes del Holocausto en un museo?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Cristina de Juana Ortín, Personal docente e investigador, miembro del grupo de investigación ART-QUEO, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

Los colosales ídolos de Bameean Alexander Burnes, 1834.

¿Y si en un museo de historia pudiéramos hablar con los supervivientes del Holocausto? ¿O volver a ver estatuas milenarias desaparecidas? ¿Qué tal si cientos de estudiantes pudieran explorar objetos antiguos por todos sus ángulos, sin necesidad de tocarlos?

Las vitrinas, cartelas y visitas guiadas que solían acompañar al patrimonio cultural, en los últimos años han dado paso a pantallas, audioguías, códigos QR y otras tecnologías inmersivas, en la búsqueda de nuevas formas de cautivar al público.

Así, uno de los recursos más llamativos en los museos del siglo XXI es el uso de hologramas de realidad aumentada: proyecciones tridimensionales que dan la sensación de presencia real sin necesidad de gafas ni dispositivos.

En algunos casos, se trata de pantallas LCD/LED o proyectores junto con técnicas como el Pepper’s Ghost –técnica de ilusionismo que, mediante espejos, refleja una imagen como si estuviera delante del público–, mallas holográficas o paneles de vidrio inclinados que reflejan una imagen para que parezca tridimensional.

Una figura iluminada fuera de la vista de la audiencia, bajo el escenario, es reflejada en un panel de cristal entre el actor y el público, de forma que el
Le Monde Ilustré, 1865.

Eso sí, cada propuesta debe partir de una investigación rigurosa sobre la pieza patrimonial, su contexto histórico y simbólico, y se codiseña junto a especialistas. Así, se asegura que la digitalización no vacía el contenido, sino que refuerza la dimensión humana y pedagógica.

Budas resucitados

En la región de Bamiyán, Afganistán, dos monumentales estatuas budistas del siglo VI fueron destruidas en 2001 por los talibanes, dejando nichos vacíos en los acantilados. En 2015, cineastas chinos crearon una instalación temporal que proyectaba hologramas de alta tecnología dentro de esos nichos, recreando en luz la forma original de los Budas.

Miles de espectadores pudieron contemplar las figuras “resucitadas” mediante tecnología volumétrica. El hecho de poder ver de nuevo aquello que se había perdido es una forma más de involucrar a la población en la puesta en valor del patrimonio.

Una de las estatuas de Buda que se encontraban en el valle de Bāmiyān, en Afganistán central, destruidas en 2001.
Wikimedia Commons., CC BY

Memoria del Holocausto

El patrimonio ayuda a que la memoria colectiva no se pierda. En este contexto, Heather Maio, que había trabajado como diseñadora de exposiciones con supervivientes del Holocausto durante años, quería que las generaciones futuras tuvieran la misma oportunidad de interactuar con ellos, y tuvo una idea.

Se le ocurrió hacer entrevistas grabadas que, en el futuro, se convirtieran en hologramas interactivos de sus protagonistas. Pinchas Gutter fue el primero en ser entrevistado, en una burbuja rodeada de luces y más de 20 cámaras. El objetivo era elaborar un formato que, a medida que la tecnología y la proyección 3D avanzan, permita crear hologramas cada vez más realistas, teniendo previamente todos los ángulos necesarios de la imagen.

Pinchas Gutter es un polaco sobreviviente del Holocausto judío, que participa en la exposición holográfica.
Wikimedia Commons., CC BY

De los más de 20 hombres y mujeres que han participado hasta ahora en el proyecto, tres ya han fallecido. Pero gracias a esta tecnología, pueden seguir respondiendo preguntas muchos siglos después del terror nazi.

Hablar con los muertos

El recrear personas reales no es del todo novedoso. En 2023, en el Musée d’Orsay de París, durante la exposición Van Gogh in AuverssurOise, se presentó el proyecto “Hello Vincent”, una recreación interactiva de Van Gogh que permite a los visitantes conversar con él gracias a una IA entrenada con sus cartas personales. Aunque no es un holograma óptico, esta interfaz resulta atractiva para el público.

Una reproducción de Van Gogh habla con los visitantes del Museo Orsay en París.
Jumbo Mana.

Sin embargo, el uso de hologramas o IA para recrear testimonios de personas fallecidas plantea dilemas éticos sobre el consentimiento póstumo, la autenticidad del mensaje y el riesgo de trivializar la experiencia del protagonista. Por eso, la clave siempre debe estar a estar en el respeto, la documentación rigurosa y el propósito educativo.

Tocarlo todo, por todos lados

Otra de las experiencias más recientes es la del Imperial War Museums y el Science Museum de Reino Unido, que se han asociado con una empresa de tecnología avanzada de realidad aumentada (RA) para crear exposiciones holográficas. El proyecto emplea una plataforma de RA de escritorio conocida como HoloSDK, que permite visualizar objetos en tres dimensiones en un entorno doméstico o escolar, sin necesidad de dispositivos inmersivos complejos.

Utilizando un monitor 2D convencional, una cámara web y seguimiento de movimiento de cabeza, esta tecnología genera una ilusión de profundidad y volumen que simula la experiencia de observar un holograma real. Así, logra una interacción visual envolvente, que ha sido implementada en programas educativos destinados a más de 20 000 estudiantes del Reino Unido y Tailandia.

El futuro, de la mano de nuestro legado cultural

El patrimonio cultural, a menudo tratado como una herencia inamovible, cobra en estos proyectos una dimensión viva, que invita a jugar y hacerse preguntas. ¿Puede un holograma emocionar? ¿Puede despertar conciencia histórica? La experiencia apunta que sí. Pero el verdadero reto no es visual, sino epistemológico: cómo narrar el pasado sin encerrarlo, cómo hacerlo parte del presente, sin reducirlo a espectáculo.

Aunque existen limitaciones para su implementación relacionadas con su alto coste, la dificultad de mantenimiento o ciertas cuestiones éticas, la solución está en seguir trabajando para escalar dicha tecnología. Y, por supuesto, en usarla como herramienta narrativa al servicio del conocimiento, no como fin en sí mismo.

Porque, cuando el patrimonio se activa desde la tecnología y el pensamiento crítico, deja de ser un objeto para contemplar. Se convierte en una experiencia para imaginar el futuro a partir de la herencia de nuestra historia como seres humanos.

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Cristina de Juana Ortín no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ¿Y pudiéramos hablar con los supervivientes del Holocausto en un museo? – https://theconversation.com/y-pudieramos-hablar-con-los-supervivientes-del-holocausto-en-un-museo-262482