Resiliencia en casa: cómo ayudar a los niños a crecer fuertes día a día

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Azahara Leonor Miranda Gálvez, Profesora Ayudante a Doctor, Universidad Loyola Andalucía

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En los últimos años, los niños se han enfrentado a muchos retos que han dejado huella. La pandemia cambió sus rutinas, la tecnología transformó la manera en que nos relacionamos y la presión escolar llega cada vez antes, afectando incluso a los más pequeños.

Pero más allá de estos retos, en el día a día surgen situaciones cotidianas que, al igual que a los adultos, nos ponen a prueba, desde conflictos familiares o problemas con los amigos, hasta una separación o la pérdida de un ser querido. La vida, incluso en las mejores condiciones, consiste en eso. Como escribió Rumi, poeta y místico sufí del siglo XIII: “La herida es el lugar por donde entra la luz”. En otras palabras, cada reto que afrontamos es también una puerta abierta para aprender y crecer.

Aunque el deseo de evitar cualquier sufrimiento a nuestros hijos es una tendencia natural de todo padre o madre, también queremos criarlos para que sean capaces de afrontar dificultades. La resiliencia, que es la capacidad de adaptarse y crecer tras una dificultad, es clave para su bienestar emocional. Y no se nace con ella: se va construyendo poco a poco, con apoyos personales, sociales y comunitarios. Entre todos esos factores, la familia tiene un papel clave, porque es el primer lugar donde los niños aprenden a enfrentar los retos de la vida.




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En este artículo vamos a compartir consejos prácticos que las familias pueden usar todos los días para ayudar a los niños a hacerse más resilientes y acompañarlos de la mejor manera mientras crecen.

Transformar las dificultades en aprendizaje

El concepto resiliencia (y su diferenciación de conceptos más generales como “resistencia” o “fortaleza”) surgió con estudios como el de la psicóloga estadounidense Emmy Werner y su equipo en Hawái. Durante 40 años (entre los 50 y los 90), siguieron a un grupo de niños que crecían en extrema pobreza y comprobaron que alrededor de un tercio, a pesar de este punto de partida, llegaba a ser adulto competente y con buena salud mental. ¿Qué los diferenciaba de los demás?

La resiliencia se puede entender simplemente como la capacidad de adaptarse y recuperarse después de una dificultad. No significa ser invulnerable ni evitar el dolor, sino aprender a seguir adelante y, a menudo, aprender a usar herramientas que nos ayudarán a manejar mejor los retos futuros. No es un “rasgo especial” que solo tienen algunos, sino una capacidad común que se puede desarrollar con el apoyo adecuado. Además, se construye en las experiencias y relaciones de la vida diaria, no solo en situaciones extraordinarias.

Pautas para la familia

Todos los padres y cuidadores pueden ayudar a que los niños sean más resilientes. Se trata no tanto de evitarles los problemas, sino de estar a su lado mientras los afrontan y ayudarles a entender lo que sienten y a encontrar maneras de manejarlo. Esta es la manera de desarrollar herramientas que les sirvan ahora y en el futuro. Por eso, aquí compartimos algunas ideas prácticas para que los hijos “crezcan en resiliencia” desde casa.

  1. Educar en emociones. Escuchar sin juzgar y ayudar a los niños a poner palabras a lo que sienten es fundamental. Por ejemplo, si una niña se frustra al armar un puzle, podemos decir: “Veo que estás frustrada porque no encuentras las piezas. Es normal sentirse así, pero eso no significa que no lo estés haciendo bien”. De esta manera, les enseñamos a afrontar dificultades de forma constructiva.

  2. Promover la autonomía. Permitirles que hagan frente a pequeños retos y aprendan, incluso de los errores. Por ejemplo, no acudir inmediatamente a ayudarles con el puzle, sino esperar a que lo retomen en un tiempo y acaben descubriendo por sí solos la satisfacción de haberlo resuelto sin ayuda. O, por ejemplo, permitirles vestirse solos y solo ayudarles si realmente lo necesitan. Junto a esa autonomía, es importante que los niños se sientan acompañados y apoyados, ya sea en la familia o con los amigos, porque eso les da seguridad y les hace sentir que pertenecen a un grupo.

  3. Ayudarles a gestionar su autoexigencia y a comunicar sus necesidades. Por ejemplo, si un niño se siente abrumado por tareas escolares, puede aprender a decir: “Necesito un descanso antes de seguir” o “No puedo hacer esto ahora, ¿podemos reorganizarlo?”. En lugar de decirles exactamente qué hacer, los padres pueden enseñarles a poner en palabras lo que sienten y practicar juntos cómo se pide ayuda. De esta forma, desarrollan seguridad y confianza en sí mismos al enfrentar distintos retos, y también aprenden a cuidarse a sí mismos.

  4. Fortalecer la autoestima: establecer metas realistas y reconocer sus éxitos. Celebrar los pequeños logros ayuda a que los niños confíen en sí mismos y entiendan que cada paso cuenta en su aprendizaje. Así, van formando una autoestima fuerte que les permite hacer frente a desafíos, tomar decisiones y aprender de sus errores sin miedo. Por ejemplo, un niño con autoestima sana acepta las equivocaciones, aprende de ellas y sigue intentando, ya sea tras una mala nota o al no ser elegido para un equipo. La clave es valorar el esfuerzo y los logros reales, sin exagerar elogios, y enseñar que equivocarse es parte del aprendizaje.

  5. Dar ejemplos de resiliencia. No hay que olvidar que los niños aprenden principalmente mirando a los adultos, por lo que es muy importante mostrarles cómo afrontamos nuestras dificultades de manera positiva. Enseñar resiliencia no es solo darles herramientas, sino también ser un ejemplo. Además, los adultos podemos aprender y mejorar nuestras propias habilidades mientras acompañamos a los niños en su crecimiento.




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Pequeños gestos, grandes aprendizajes

Cuando acompañamos a los niños y les mostramos con el ejemplo cómo afrontar los retos, descubren que cada dificultad puede ser una oportunidad para aprender y crecer.

Los pequeños gestos diarios –escuchar con atención, reconocer un esfuerzo o poner límites con cariño– hacen una gran diferencia. ¿Qué hábitos de resiliencia podría empezar a practicar hoy con sus hijos?

The Conversation

Azahara Leonor Miranda Gálvez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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Necesitamos científicos más comprometidos y gobernantes mejor informados

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Luis Felipe Reyes, Profesor de muy alto prestigio en Enfermedades Infecciosas, Universidad de La Sabana

La política y la ciencia deben caminar juntas para afrontar las muchas crisis interconectadas que asolan al planeta. Markus Spikse / Unsplash., CC BY

La ciencia nunca ha sido completamente neutral. Desde la definición de prioridades de investigación hasta la distribución de fondos, la política siempre ha marcado el rumbo del conocimiento.

Con la llegada de Donald Trump al poder, quedó en evidencia lo frágil que puede ser la relación entre ambos mundos. En 2020, Estados Unidos notificó su retiro de la Organización Mundial de la Salud, decisión que fue revertida por Joe Biden en 2021. Sin embargo, en 2025, la administración Trump volvió a presentar una solicitud formal de retiro, que será efectiva en 2026. Este hecho simboliza no solo una decisión política, sino también un rechazo directo a la cooperación científica global en plena era de crisis interconectadas.

En este contexto, la pregunta de si la ciencia debería ser política pierde sentido. Lo más pertinente es preguntarnos cómo la política puede ser más científica.

Bajo ataques y amenazas

Desde la Inquisición a nuestros tiempos, los ataques a la ciencia no son un fenómeno nuevo. En la actualidad, temas como el cambio climático, la salud sexual y reproductiva o las vacunas han sido objeto de campañas de desinformación y presiones políticas en distintos países.

La percepción de que la ciencia es “neutral” se desmorona cuando gobiernos o movimientos ideológicos deciden suprimir datos incómodos o desacreditar a investigadores. Según un artículo reciente publicado en la revista Science, “la cuestión de si la ciencia debería ser política ya es irrelevante, porque la ciencia siempre ha sido política y hoy lo es más que nunca”.

Diplomacia científica en tiempos de crisis

La diplomacia científica (es decir, el uso de la ciencia como puente en las relaciones internacionales) surgió como una estrategia optimista para enfrentar problemas globales. Sin embargo, un informe de 2025 de la Royal Society y la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) reconoce que ese optimismo ha dado paso al realismo: la ciencia por sí sola no puede resolver conflictos armados, pandemias o la crisis climática.

El informe subraya que la relación entre ciencia y política es bidireccional. Esto refleja una realidad incómoda: la producción de conocimiento está moldeada por intereses geopolíticos, desigualdades estructurales y presiones económicas. Ignorar este hecho perpetúa asimetrías, especialmente entre el Norte y el Sur global.

El dilema de la neutralidad

Un caso reciente lo ejemplifica: el debate interno en la Royal Society del Reino Unido sobre si debía sancionar a Elon Musk por conductas que, según varios científicos, dañan la credibilidad de la institución. Algunos alegaron que expulsarlo sería un gesto político y pondría en riesgo la supuesta neutralidad de la academia; otros insistieron en que no actuar socavaría su misión de defender la ciencia.

Este dilema ilustra un punto clave: cuando las instituciones científicas eligen no intervenir, también están tomando una posición política. La inacción puede interpretarse como complicidad o indiferencia frente a los ataques a la evidencia.

Cuestión de responsabilidad social

El pensador chileno Humberto Maturana sostenía que la ciencia no puede desligarse de la sociedad, pues siempre está impregnada de valores, visiones del mundo y consecuencias prácticas. La pandemia mostró que la forma en que comunicamos la ciencia es tan importante como los datos en sí.
Como señala la académica Jane Gregory, no basta con que los científicos “se politicen” solo en tiempos de crisis. La participación debe ser constante, anticipatoria y basada en una comunicación clara y empática. De lo contrario, corremos el riesgo de que la ciencia se convierta en un recurso reactivo, en lugar de una herramienta para la toma de decisiones informadas.

¿Qué significa ser político sin perder legitimidad?

No se trata de que los científicos se conviertan en militantes partidistas. Más bien, debemos reconocer que toda investigación se desarrolla en un entramado de intereses y que tenemos la responsabilidad de defender la evidencia frente a la manipulación.

Esto implica participar activamente en el debate público, explicando hallazgos con un lenguaje accesible. Asimismo, es importante formar parte de espacios de decisión política, para asegurar que la evidencia oriente las políticas públicas.
De igual manera, necesitamos construir puentes con la sociedad, entendiendo que la confianza se gana a través de la transparencia y la rendición de cuentas.

La ciencia debe dejar que los datos hablen por sí solos, pero no basta con producirla: hay que traducirla, contextualizarla y transmitirla de forma que los responsables políticos puedan tomar decisiones más racionales y justas.

En definitiva, más que reclamar la neutralidad de la ciencia, lo que necesitamos es que la política adopte un enfoque más científico. Esto significa evaluar políticas con base en datos, medir sus impactos, corregir errores y reconocer incertidumbres.

La historia demuestra que los países que integran la ciencia en la política de manera sistemática son los que mejor enfrentan crisis sanitarias, climáticas y sociales. Y, también, que la marginación de la ciencia en la toma de decisiones trae consecuencias costosas: desde respuestas ineficaces a pandemias hasta la profundización de desigualdades globales.

Una invitación a la acción

La relación entre ciencia y política no es sencilla ni lineal, pero sí inevitable. En un mundo de crisis económicas, guerras, pandemias, contaminación química y cambio climático, los científicos no podemos permanecer en silencio ni al margen. La verdadera pregunta es qué tipo de política queremos construir con la ciencia como aliada.

Los datos pueden iluminar el camino, pero solo si quienes los generan asumen su rol social con valentía y compromiso. En última instancia, la política será más efectiva y la ciencia será más relevante, cuando ambas reconozcan que su destino está entrelazado.

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Luis Felipe Reyes no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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Adoptar a un mayor de edad para dejarle la herencia: el fraude para no pagar impuestos

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Juan Carlos Velasco-Perdigones, Profesor Dr. de Derecho Civil. Investigador del Instituto para el Desarrollo Social Sostenible. Magistrado Suplente de la Audiencia Provincial de Cádiz, Universidad de Cádiz

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La adopción de personas mayores de edad es más frecuente de lo que podríamos pensar. Una de las razones para llevarlo a cabo no tiene nada que ver con lazos emocionales o afectivos sino con cuestiones más prácticas y pecuniarias: el ahorro fiscal.

La adopción de un mayor de edad en muchas ocasiones tiene por finalidad el ahorro fiscal en el momento de la sucesión del adoptante, ya que el adoptado se beneficiaría de una carga impositiva muy exigua a la hora de recibir la herencia de sus adoptantes. Al fallecer el adoptante o adoptantes, la hija o el hijo adoptivo puede heredar con importantes reducciones fiscales, dependiendo de cada región. Porque para el fisco no es lo mismo que los herederos sean descendientes a que no tengan vínculos con el fallecido o sean parientes más lejanos, como los sobrinos.

Recientemente se ha desarrollado una investigación sobre el fraude de ley en el proceso de adopción del mayor de edad, poniendo de relieve la situación fraudulenta con la normativa actual y las posibles soluciones.

El ordenamiento jurídico vigente habilita a la adopción de mayores de edad de forma simplificada, con menos trámites que cuando se trata de un menor. Pero queda configurada por el ordenamiento como algo excepcional y solo cuando, inmediatamente antes de la mayoría de edad, la persona candidata a la adopción haya vivido acogida en la familia de los adoptantes o haya existido una convivencia estable con ellos de, al menos, un año.

El acogimiento previo tiene su sentido si se tiene en cuenta que el entonces menor ha participado en la vida familiar de la futura familia adoptante. El problema se plantea con la acreditación de esa previa convivencia estable del mayor de edad, en la que los promotores del expediente pretenden acreditar una apariencia de convivencia cuando realmente no trasciende más allá de los lazos normales entre los candidatos a adoptante y adoptado.

La distinta carga impositiva

Pongamos un ejemplo: un sobrino cercano a los 40 años –con buena relación con sus padres, todavía vivos– pretende ser adoptado por su tía de 70, soltera y sin hijos. Cuando la señora muere, el sobrino convertido en hijo adoptivo hereda su patrimonio con una carga impositiva menor al encontrarse en el grupo de descendientes y adoptados, y no en los grados de parentesco más distantes como sería el de tío-sobrino.

Porque la tributación del impuesto de sucesiones se establece en virtud de la relación de la persona heredera o legataria, es decir, una relación de parentesco más cercana con el causante (descendientes o adoptados) tendrá menos carga fiscal que una relación más lejana (tío-sobrino o tercero extraño).

Una persona adoptada que herede se considera como un descendiente (Grupo I y II), y en ese caso el impuesto de sucesiones está reducido o bonificado en una gran mayoría de comunidades autónomas (Madrid, Andalucía, Murcia, Galicia, Castilla y León, Extremadura, Canarias). Así, la cuota tributaria a pagar quedará reducida al mínimo, en algunos casos, a cero euros.

Al estar transferido el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, cada comunidad autónoma (en materia sucesoria) aplica su propio régimen impositivo y de reducciones fiscales. Por ejemplo, en Andalucía, en el supuesto de herencias o legados a descendientes y adoptados valoradas en hasta un millón de euros, los herederos directos quedarían exentos del pago del impuesto.

Por el contrario, las herencias o legados recibidos por parientes colaterales, como puede ser un sobrino respecto de su tío, solo suponen una reducción fiscal de 10 000 euros, y los extraños –sin relación de parentesco– no tienen reducción alguna. Es decir, cuando no existe tal vínculo adoptivo y la relación es de tío-sobrino, en un caudal hereditario de un millón de euros, el impuesto podría rondar los 500 000 euros, dependiendo de las reducciones fiscales de cada comunidad.

En países con una carga fiscal importante, como España, la adopción de mayores de edad puede servir para transferir bienes y derechos entre individuos de una forma menos costosa desde el punto de vista fiscal. Mientras que otros países de la Unión Europea han apostado por la supresión del impuesto de sucesiones, España se convierte en uno de los lugares en los que sale más caro heredar

Cómo evitar este fraude

Con la regulación actual del art. 175 del Código Civil es fácil constituir una relación adoptiva simulada, ya que sólo se precisa acreditar una convivencia estable de al menos un año del candidato a la adopción con los eventuales adoptantes. Incluso, en caso de denegación de la adopción, el adoptante podría volver a solicitarla ante un tribunal distinto si cambia de domicilio, ya que no produce efectos de cosa juzgada y el Ministerio Fiscal, que es quien vela por la legalidad, es muy probable que sea distinto y desconozca del proceso fraudulento previo.

La solución a este problema pasa necesariamente por una reforma legal en la que se reformule la adopción del mayor de edad y se establezcan unos presupuestos claros que pongan coto a este tipo de fraudes.

Podría sustanciarse en la recuperación del artículo 175 del Código Civil, previo a la reforma del 2015, cuya redacción solo preveía la adopción del mayor de edad cuando hubiese existido una situación acreditada de acogimiento o convivencia ininterrumpida, iniciada antes de que el adoptando hubiese cumplido catorce años de edad. A ello habría que añadir una limitación a determinados supuestos.

Ahora, como ya se ha mencionado, solo se exige la prueba de la situación de acogimiento con los futuros adoptantes o de convivencia estable con ellos de, al menos, un año.

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Juan Carlos Velasco-Perdigones no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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La ‘variante Frankenstein’ del covid: ¿amenaza real o exageración mediática?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Daniel Sepúlveda Crespo, Investigador Miguel Servet, Instituto de Salud Carlos III

Desde hace unas semanas, la llamada “variante Frankenstein” del SARS-CoV-2 ocupa titulares en periódicos y televisiones. La imagen es potente: un virus que mezcla fragmentos de otros para escapar a nuestro sistema inmunitario. ¿Hay razones para la alarma? Desde la investigación, lo esencial es separar la evidencia de la especulación. A continuación, aclararemos qué sabemos y qué dudas persisten.

¿Qué es la variante XFG?

El nombre científico de la llamada variante Frankenstein es XFG, también conocida como Stratus. Es un linaje recombinante: surge cuando dos variantes coinciden en un mismo huésped y combinan parte de su material genético.

En este caso, XFG proviene de la mezcla de dos sublinajes de ómicron: LF.7 y LP.8.1.2. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la incorporó como variante bajo monitoreo el 25 de junio de 2025, tras detectarse la primera muestra en enero de 2025. Esto significa que requiere vigilancia, pero no hay pruebas concluyentes de que represente un mayor riesgo.

Lo que sabemos hasta ahora

  1. Presencia global, impacto desigual. Según la OMS, XFG se ha identificado en más de 35 países. No obstante, su distribución es desigual: en muchos lugares sigue siendo minoritaria. En España, Andalucía confirmó sus primeros casos en julio, y en Madrid continúa la vigilancia activa en hospitales y laboratorios.

  2. Ventaja de crecimiento moderada. La OMS estima que XFG podría transmitirse algo más rápido que otras variantes, pero esto no implica automáticamente más gravedad o ingresos hospitalarios. Una publicación reciente apoya esta observación con matices: aunque sus mutaciones le dan cierta ventaja frente al sistema inmunitario, su unión al receptor ACE2 (la “puerta de entrada” a nuestras células) parece menos eficiente.

  3. Síntomas. Algunos medios han destacado un posible signo diferencial: la ronquera o voz áspera. No obstante, esta observación procede de reportes clínicos aislados. Los estudios publicados en The Lancet Infectious Diseases e Infectious diseases, así como un estudio en fase de prepublicación, coinciden en que no se han identificado síntomas diferentes a los de variantes recientes. De momento, no hay evidencia científica robusta que respalde un patrón clínico característico.

  4. Vacunas y protección. Los datos preliminares indican que las vacunas actuales, especialmente las basadas en JN.1 (la subvariante de ómicron dominante en 2024), siguen protegiendo frente a XFG: aunque muestran que la neutralización por anticuerpos se reduce moderadamente (aproximadamente a la mitad), esta no desaparece. Incluso en vacunados recientes con preparados de ARN mensajero, el riesgo de hospitalización continúa siendo bajo.

Lo que todavía no sabemos

La variante Frankenstein plantea varias preguntas que guiarán la investigación en los próximos meses:

  1. ¿Qué ventaja real de transmisión tiene frente a otras variantes?

  2. ¿Hasta qué punto escapa a la inmunidad previa por vacunas o infecciones?

  3. ¿Provoca más complicaciones en grupos de riesgo?

  4. ¿Es la ronquera un síntoma fiable o solo una coincidencia?

  5. ¿Seguirá predominando o será reemplazada por nuevas variantes?

  6. ¿Podría originar linajes aún más complejos?

Responder a estas preguntas requiere más secuenciación genómica, estudios de neutralización y registros clínicos. Sin embargo, la vigilancia ha disminuido en muchos países, lo que genera “puntos ciegos” justo cuando más datos necesitamos.

Más ciencia, menos Frankenstein

El apodo “Frankenstein” cumple su función de atraer atención, pero también puede inducir miedo innecesario. Los coronavirus llevan millones de años recombinando su genoma; lo que ocurre con XFG no es tan excepcional.

La diferencia es que hoy podemos detectar esas recombinaciones casi en tiempo real gracias a la secuenciación masiva y compartirlas en bases de datos globales. Eso permite vigilar, comparar y anticipar.




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De hecho, XFG no es el primer recombinante observado. Variantes como XE, XD o XF aparecieron en años anteriores y no llegaron a ser dominantes globalmente. La historia sugiere prudencia: no todas las recombinaciones generan amenazas mayores.

Por qué sí importa investigarla

Aunque no debamos alarmarnos en exceso, hay razones de peso para estudiar a XFG: no solo refuerza la vigilancia internacional y la capacidad de reaccionar ante cambios potencialmente críticos, sino que también ayuda a validar la eficacia de las vacunas actuales y a decidir si conviene actualizarlas. Además, mejora la comunicación pública, distinguiendo entre variantes con impacto real y aquellas que solo generan titulares inquietantes.

En otras palabras, XFG recuerda que el virus sigue evolucionando y que nuestra mejor defensa no es el miedo, sino la ciencia.

Aunque la llamada “variante Frankenstein” es real, no es un monstruo. Hasta ahora no hay evidencias de que cause enfermedad más grave ni de que supere la inmunidad de forma preocupante. Lo que sí ofrece es una oportunidad para aprender: mejorar la vigilancia, compartir datos y reforzar la investigación.

La mejor forma de convivir con titulares llamativos no es dejarnos arrastrar por ellos, sino transformarlos en conocimiento útil que nos prepare para lo que pueda venir.

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Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

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La neurociencia revela que los músicos sienten el dolor de forma diferente

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Anna M. Zamorano, Assistant Professor, Aarhus University

Irek Pod/Shutterstock.com

Es bien sabido que aprender a tocar un instrumento puede reportar beneficios que van más allá de la simple habilidad musical. De hecho, las investigaciones demuestran que es una actividad excelente para el cerebro y que puede mejorar nuestras habilidades motoras finas, la adquisición del lenguaje, el habla y la memoria. Incluso puede ayudar a mantener nuestro cerebro más joven.

Después de trabajar durante años con músicos y ser testigo de cómo siguen ensayando a pesar del dolor que les causa realizar miles de movimientos repetitivos, empecé a preguntarme: si la formación musical puede remodelar el cerebro de tantas maneras, ¿también puede cambiar la forma en que los músicos sienten el dolor? Para responder la pregunta, mis colegas y yo hemos realizado un estudio.

Así nos cambia el dolor

Los científicos sabemos que el dolor activa varias reacciones en el cuerpo y el cerebro, modificando nuestra capacidad de atención y los pensamientos, así como nuestra forma de movernos y comportarnos. Si tocamos una sartén caliente, por ejemplo, el dolor nos hace retirar la mano antes de que nos quememos gravemente.

También cambia nuestra actividad cerebral. De hecho, suele reducir la actividad en la corteza motora, el área que controla los movimientos, lo que ayuda a evitar que utilicemos en exceso una parte del cuerpo lesionada.

Estas reacciones contribuyen a prevenir daños mayores si sufrimos una lesión. Pero si la molestia continúa durante más tiempo y el cerebro sigue enviando las señales de “no te muevas” durante demasiado tiempo, las cosas pueden salir mal.

Por ejemplo, si nos torcemos el tobillo y dejamos de usarlo durante semanas, eso puede disminuir nuestra movilidad y alterar la actividad cerebral en las regiones relacionadas con el control del dolor, lo cual puede aumentar el sufrimiento a largo plazo.

Las investigaciones también han descubierto que el dolor persistente puede reducir lo que se conoce como el “mapa corporal”, que es desde donde el cerebro envía órdenes sobre qué músculos mover y cuándo. Y esta merma, a su vez, está relacionada con un aumento del dolor.

Pero, aunque está claro que algunas personas experimentan más dolor cuando se reduce su mapa corporal, no todo el mundo se ve afectado de la misma manera. Algunas personas soportan mejor el dolor y sus cerebros son menos sensibles a él. Los científicos aún no comprenden del todo por qué ocurre esto.

Los músicos y el dolor

En nuestro estudio, queríamos analizar si la formación musical y todos los cambios cerebrales que provoca podrían influir en cómo los músicos sienten y afrontan el dolor. Para ello, se lo provocamos deliberadamente en las manos durante varios días tanto a músicos como a no músicos para ver si había alguna diferencia en cómo respondían.

Para imitar de forma segura las molestias musculares, utilizamos un compuesto llamado factor de crecimiento nervioso. Se trata de una proteína que normalmente mantiene los nervios sanos, pero cuando se inyecta en los músculos de la mano, provoca dolor durante varios días, especialmente al moverla. Es segura, temporal y no causa ningún daño.

Luego utilizamos una técnica llamada estimulación magnética transcraneal (EMT) para medir la actividad cerebral. La EMT envía pequeños pulsos magnéticos al cerebro que utilizamos para crear el mapa cerebral de la mano en cada participante del estudio.

Creamos estos mapas antes de la inyección y luego los medimos de nuevo dos días después y ocho días después, para ver si el dolor cambiaba el funcionamiento del cerebro.

Un hombre recibiendo terapia de estimulación magnética transcraneal.
La estimulación magnética transcraneal consiste en enviar pequeños pulsos eléctricos al cerebro.
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Una diferencia sorprendente

Cuando comparamos los cerebros de los músicos y los no músicos, las diferencias fueron sorprendentes. Incluso antes de inducir el dolor, los primeros mostraban un mapa de la mano más preciso en el cerebro. Cuanto más tiempo habían dedicado a practicar, más refinado resultaba ese mapa.

Después de inducir el dolor, los músicos informaron de que sentían menos molestias que los no músicos. Y mientras que el mapa de la mano en los cerebros de los no músicos se redujo dos días después de sufrir el dolor, los de los músicos permanecieron sin cambios; sorprendentemente, cuantas más horas habían entrenado, menos dolor sentían.

Aunque en el estudio participaron solo 40 personas, los resultados mostraron claramente que los cerebros de los músicos respondían de forma diferente al dolor. Su entrenamiento parece haberles proporcionado una especie de amortiguador contra los efectos negativos habituales, tanto en la intensidad de las molestias que sentían como en la reacción de las áreas motoras de su cerebro.

Por supuesto, no implica que la música sea una cura para el dolor crónico, pero sí nos muestra que el entrenamiento y la experiencia a largo plazo pueden moldear la forma en que percibimos el dolor. Esto podría ayudarnos a comprender por qué algunas personas son más resistentes al dolor que otras, además de cómo podemos diseñar nuevos tratamientos para quienes viven con él.

Nuestro equipo está llevando a cabo más investigaciones para determinar si el entrenamiento musical también puede protegernos de la alteración de la atención y la cognición durante el dolor crónico. A partir de ahí, esperamos poder diseñar nuevas terapias que “reentrenen” el cerebro de las personas que sufren ese dolor persistente.

Para mí, esta es la parte más emocionante: la idea de que, como músico, lo que aprendes y practicas cada día no solo hace mejorar una habilidad, sino que puede, literalmente, reconfigurar nuestro cerebro de manera que cambie nuestra forma de experimentar el mundo, incluso algo tan fundamental como el dolor.

The Conversation

Anna M. Zamorano ha recibido financiación de la Fundación Lundbeck y de la Fundación Nacional Danesa para la Investigación a través del Centro para la Neuroplasticidad y el Dolor (CNAP).

ref. La neurociencia revela que los músicos sienten el dolor de forma diferente – https://theconversation.com/la-neurociencia-revela-que-los-musicos-sienten-el-dolor-de-forma-diferente-266495

¿Es posible convivir con las lluvias torrenciales en el Mediterráneo?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Daniel Jato Espino, Investigador Sénior / Profesor en Ingeniería y Gestión Ambiental, Universidad Internacional de Valencia

Carretera inundada por las recientes lluvias en la Comunidad Valenciana. RTVE

Las lluvias torrenciales han vuelto a golpear el litoral mediterráneo. En solo unas horas, se han registrado hasta 246 l/m² en Amposta y 356,8 l/m² en Gandía. En Cullera, las precipitaciones alcanzaron “cifras históricas”, provocando desprendimientos y cortes de carreteras.

Estos episodios de intensas precipitaciones propios del principio del final del verano y principios del otoño no son nuevos. Sin embargo, su frecuencia e intensidad han aumentado en las últimas décadas debido al cambio climático. A pesar de ello, las lluvias no deberían considerarse el problema principal.

El verdadero desafío radica en cómo se ha construido y gestionado el territorio en estas zonas, que lo hace vulnerable a los efectos de las precipitaciones.

¿Se pueden evitar todos los daños?

El riesgo cero no existe. No obstante, sí es posible reducir significativamente las consecuencias si se adoptan medidas adecuadas.

Algunos daños son inevitables, especialmente cuando la lluvia supera cualquier capacidad de absorción o evacuación estimada. Muchos otros son recurrentes, pero evitables, ya que se deben a la construcción en zonas inundables, la falta de mantenimiento de infraestructuras o la urbanización sin drenaje adecuado. En estos casos, existen estrategias eficaces para reducir los daños provocados por las lluvias intensas.

1. Más infraestructura verde

Una de las medidas más relevantes es el fomento de la infraestructura verde. Elementos como parques inundables, jardines de lluvia o cubiertas vegetales permiten absorber el agua y disminuir la escorrentía. Estas soluciones también mejoran la calidad ambiental y social de los espacios públicos.

La renaturalización de espacios urbanos favorece la infiltración del agua en el suelo. En ciudades como Alcoy, se están restaurado barrancos como corredores ecológicos. Estas intervenciones conectan espacios naturales y reducen el riesgo de inundación, además de aportar valor paisajístico y ecológico.

2. Planificación territorial

La planificación territorial resulta clave. Evitar nuevas construcciones en zonas de riesgo es esencial para prevenir desperfectos y peligros para la población.

Asimismo, revisar los planes urbanísticos existentes e incorporar criterios de resiliencia (por ejemplo, prohibir nuevas construcciones en zonas inundables o exigir superficies permeables en nuevos desarrollos) permite anticiparse a futuros episodios extremos. Esta planificación debe ir acompañada de una gestión adecuada del drenaje urbano.

3. Sistemas de drenaje

Los sistemas de drenaje sostenible ofrecen una alternativa eficaz a los modelos convencionales. En lugar de canalizar el agua rápidamente hacia el alcantarillado, estos sistemas la retienen, filtran y liberan de forma controlada. Se trata de soluciones que imitan el ciclo natural del agua, como zanjas de infiltración, pavimentos permeables o depósitos de retención temporales.

Estos sistemas no vienen a sustituir a las redes convencionales de drenaje, sino que debe favorecerse la integración de ambas soluciones y enfatizar su mantenimiento. Muchos colectores presentan obstrucciones o no están adaptados a la nueva intensidad de las lluvias, lo que limita su eficacia. Los sistemas de drenaje sostenible, por su parte, ofrecen una mayor capacidad de adaptación y pueden integrarse fácilmente en entornos urbanos.




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4. Educación para la ciudadanía

Por último, la educación y la gobernanza son factores determinantes. La coordinación entre administraciones y la participación ciudadana fortalecen la capacidad de respuesta. Las alertas tempranas permiten actuar con rapidez y evitar consecuencias graves.




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Ciudades esponja para convivir con el agua

El modelo de “ciudad esponja” ha dejado de ser experimental para convertirse en una estrategia urbana global frente al cambio climático. Estas ciudades no luchan contra el agua, sino que la integran en su diseño. Mediante soluciones basadas en la naturaleza, absorben, almacenan y reutilizan el agua de lluvia, reduciendo el riesgo de inundaciones y mejorando la calidad de vida urbana.

China ha liderado esta transformación. Ciudades como Shenzhen, Wuhan y Shanghai han incorporado humedales, superficies permeables y jardines de lluvia en su planificación. El objetivo nacional es que el 80 % de las áreas urbanas capten el 70 % del agua de lluvia para 2030.

En Europa, Alemania destaca por la magnitud de sus iniciativas. La instalación de cubiertas y fachadas verdes se ha promovido por los municipios. En 2019, dos tercios de las ciudades exigían cubiertas verdes en sus planes de desarrollo. Como resultado, en quince urbes con más de 500 000 habitantes, el 10 % de las cubiertas se clasifica como verdes (equivalente a alrededor de 0,8 m² por habitante).

En África, Beira (Mozambique) inició su transición tras el ciclón Idai en 2019. Se han incorporado sistemas de drenaje sostenible, vegetación urbana y restauración de humedales. El objetivo es aumentar la resiliencia frente a futuros eventos extremos.

Jakarta, en Asia, enfrenta un doble desafío: inundaciones y hundimiento del terreno por extracción de aguas subterráneas. La ciudad ha comenzado a rediseñar su infraestructura. Se prioriza la expansión de espacios verdes, el drenaje vertical y los pozos de infiltración.

Estos ejemplos muestran que no existe una única fórmula. Cada ciudad adapta las soluciones a su contexto climático, social y económico. Lo que comparten es una visión común: convivir con el agua en lugar de combatirla.

Hacia una cultura del agua adaptativa

Incluso con todas estas medidas, algunos daños seguirán produciéndose. Por ello, además de prevenir, conviene prepararse para responder. Esto implica contar con planes de emergencia, sistemas de alerta eficaces y una ciudadanía informada.

La resiliencia no consiste solo en soluciones técnicas. También es un asunto social, institucional y cultural.

Aprender a convivir con las lluvias no implica resignación. Necesitamos dejar de ver el agua como una amenaza y empezar a verla como un recurso y trabajar para transformar las ciudades para que sean más seguras, verdes y habitables.

The Conversation

Daniel Jato Espino no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ¿Es posible convivir con las lluvias torrenciales en el Mediterráneo? – https://theconversation.com/es-posible-convivir-con-las-lluvias-torrenciales-en-el-mediterraneo-266408

El tráiler de la nueva ‘Cumbres Borrascosas’: un minuto y medio de pura controversia

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Lucía Celdrán Noguera, Contratada predoctoral en el Departamento de Filología Inglesa, Universidad de Murcia

Jacob Elordi y Margot Robbie en la nueva versión de _Cumbres Borrascosas_. FilmAffinity

El pasado 3 de septiembre, Warner Bros. lanzaba el esperado primer tráiler de la nueva adaptación del clásico de Emily Brontë, Cumbres Borrascosas, dirigida por Emerald Fennell. Menos de dos minutos bastaron para sembrar la polémica entre los futuros espectadores. Las redes sociales pronto se vieron inundadas por indignados defensores de la novela, apelando a la falta de fidelidad a la fuente literaria, el anacronismo o la hipersexualización como argumentos.

Desde foros académicos el posicionamiento fue más cauto, aunque tremendamente esclarecedor: el Brontë Parsonage Museum –hogar familiar de las escritoras y actual encargado de “conservar, interpretar, exhibir y fomentar” el estudio de su patrimonio– optó por hacer un llamamiento a la calma apelando al halo de controversia inherente a esta obra desde su publicación a mediados del siglo XIX.

¡Bueno! Esto sí que ha provocado una conversación. Igual que en 1847, tras la publicación de la novela de Emily. Y no olvidemos tampoco las críticas mixtas que recibió el libro en su momento. Siempre estamos contentos de que el trabajo de las Brontë siga
Tras la publicación del tráiler en sus redes, el museo se vio obligado a responder ante la avalancha de comentarios: ‘¡Bueno! Esto sí que ha provocado una conversación. Igual que en 1847, tras la publicación de la novela de Emily. Y no olvidemos tampoco las críticas mixtas que recibió el libro en su momento. Siempre estamos contentos de que el trabajo de las Brontë siga generando debate. Por favor, recuerden ser amables los unos con los otros en los comentarios’.
Brontë Parsonage Museum

Y es que si de algo ha sido siempre capaz la única novela de Emily Brontë es de generar polémica. Cumbres Borrascosas es un texto que habla de deseo reprimido, raza y etnicidad, traumas generacionales, relaciones tóxicas, duelo, lucha entre clases sociales, género.

No obstante, en su transición al medio audiovisual, estos elementos se pierden, dejando la trama reducida a un romance. Por ello, al contrario que otros clásicos, todavía no ha tenido una versión que se considere completa y haya sido unánimemente celebrada. La de Fennell, hasta ahora, no promete desmarcarse de esta tendencia sino llevarla a nuevos extremos.

Los amantes de las cumbres

Remontémonos a 1939, año en que se estrena la adaptación dirigida por William Wyler y protagonizada por Merle Oberon y Laurence Olivier en los papeles de los protagonistas de la primera parte del libro: Heathcliff y Catherine.

Producto de la Edad de Oro de Hollywood, esta versión elimina los elementos más enrevesados e incómodos de la trama. Por ejemplo, queda borrada la segunda generación de personajes, que son las víctimas de la crueldad y sed de venganza desencadenada por sus mayores. Como si de Romeo y Julieta se tratase, la espiral de odio generada entre las dos familias protagonistas –los Linton y los Earnshaw– muere con los amantes. Así, las figuras de los fantasmas de Heathcliff y Catherine cogidos de la mano perdiéndose en la distancia hacia las cumbres han quedado grabadas en el imaginario popular: al fin y al cabo, no sólo los libros sino también las películas tienen la capacidad de constituir canon.

La pregunta ahora es: ¿qué va a hacer esta nueva adaptación con su herencia?

En primer lugar, aceptarla. El póster oficial hace una inequívoca referencia al cine clásico, mostrándonos a los protagonistas envueltos en un hollywoodiense abrazo. Asimismo, llegará a los cines el día de San Valentín, toda una declaración de (románticas) intenciones.

Tres carteles que muestran un mismo tipo de abrazo en su diseño gráfico.
Comparativas de los carteles de Cumbres Borrascosas de 1939, la nueva versión que se estrenará en 2026 y la película clásica de Hollywood Lo que el viento se llevó.
Amazon/Filmaffinity

Por otro lado, doblar la apuesta. Donde otros directores sólo se han atrevido a sugerir, Fennell va a ser explícita. Su tráiler ofrece cuerpos semidesnudos, sudor, corsés, miradas lascivas y fetichismo. Su estética abigarrada recuerda a María Antonieta, Romeo + Julieta o Pobres Criaturas.

Además, todo sucede al ritmo de “Everything is romantic” (“Todo es romántico”) de Charli xcx. Esta canción aparece en el álbum BRAT, fenómeno electro-pop famoso (y premiado) por su descarada exploración de la feminidad, la sexualidad, las contradicciones y la complejidad emocional que implica ser mujer. Todos estos elementos, denominados “paratextuales”, no deben ser ignorados, dado que ayudan a descifrar claves de gran importancia escondidas a plena vista.

El casting: Barbie conoce al chico de moda

“Era moreno, y por el color de su tez parecía un gitano”.

Con estas palabras describe el narrador, Mr. Lockwood, a Heathcliff al comienzo de la novela. El protagonista masculino es un personaje marginal, un intruso; diferenciado del resto por su origen incierto.

En 1939, este Heathcliff quedó transformado en un contenido caballero. En los años 70 fue visto como un hombre más salvaje y agresivo y, de los 90 en adelante, adoptó un matiz trágico.

En 2026, llega Jacob Elordi, el rostro de moda de la industria. Ha pasado de interpretar papeles juveniles (Mi primer beso, Euphoria) a integrarse en la oscura y erótica Saltburn (también dirigida por Fennell en 2023) y ser “la criatura” en el Frankenstein de Guillermo del Toro (2025). Con este bagaje, su presencia en la futura Cumbres Borrascosas promete una mezcla entre el ostracismo del monstruo de Mary Shelley y el sex appeal del icono adolescente.

Un hombre en un páramo y una mujer en un coche de caballos.
Jacob Elordi y Margot Robbie en dos escenas de la nueva Cumbres Borrascosas.
IMDB

¿Y quién es ella? Nada más y nada menos que Margot Robbie: Harley Quinn, Isabel I, Sharon Tate, Barbie… A lo largo de su carrera ha cosechado papeles de mujeres que no pasan desapercibidas y, para más inri, Robbie es fundadora de LuckyChap, la productora que está tras esta película y que nació de un deseo de dar mayor preeminencia a los papeles femeninos. A pesar de la criticada diferencia de edad entre los intérpretes, tras esta elección existe el potencial de un primer acercamiento a Catherine Earnshaw desde el empoderamiento.

Un hombre de piel negra observa algo fuera de campo.
James Howson como Heathcliff en la versión de 2011 de Cumbres Borrascosas.
IMDB

Sin embargo, no es tanto lo que prometen sino lo que no cumplen lo que se ha convertido en motivo de debate. Y es que, con excepción de la adaptación dirigida por Andrea Arnold en 2011, no se ha vuelto a ver a un Heathcliff que encajase con la descripción de su creadora. Para decepción de los espectadores, esta versión vuelve a dar el papel protagonista a un actor con rasgos caucásicos.

En cuanto a Cathy, se corre el riesgo de volver a convertirla en un objeto de deseo, y no en la mujer que sueña con correr por los páramos “medio salvaje, fuerte y libre”, como la describió Brontë.

El futuro de Cumbres Borrascosas

¿Conseguirá la adaptación de Fennell romper la maldición que ha impedido a sus predecesoras ganarse a su entregado público? Hasta el 14 de febrero de 2026 no se podrán hacer declaraciones definitivas.

Sin embargo, sí hay una conclusión a la que se puede llegar a día de hoy: este tráiler ha conseguido mantener el espíritu provocador de Cumbres Borrascosas con vida. Este no es otro que el objetivo de la adaptación como fenómeno cultural y disciplina académica: analizar, conjeturar, debatir. Disfrutemos pues, hasta el día del estreno, de la incertidumbre.

The Conversation

Lucía Celdrán Noguera es beneficiaria de un contrato de Formación del Personal Investigador a cargo de la Fundación Séneca (Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia)

ref. El tráiler de la nueva ‘Cumbres Borrascosas’: un minuto y medio de pura controversia – https://theconversation.com/el-trailer-de-la-nueva-cumbres-borrascosas-un-minuto-y-medio-de-pura-controversia-265420

Why a quick compromise to the first government shutdown in nearly 7 years seems unlikely

Source: The Conversation – USA – By Charlie Hunt, Associate Professor of Political Science, Boise State University

The Capitol is seen in Washington, D.C., on Sept. 25, 2025. AP Photo/J. Scott Applewhite

Congress failed to meet an Oct. 1 deadline to adopt a spending measure and keep the federal government open, resulting in the first government shutdown in nearly seven years. With both Democrats and Republicans seemingly prepared for a long fight, Alfonso Serrano, a politics editor at The Conversation, interviewed Charlie Hunt, a congressional expert at Boise State University, about the prospects of a compromise and what’s at stake for both parties.

Both sides appear to be dug in. Do you see a path to a quick compromise?

Not at this point. The Democrats have made clear at least what their stated sticking point is: these health care subsidies that are set to expire at the end of this year that were part of the Obamacare legislation. Politically speaking, this is part of a larger tactic of pushing back broadly and finally having some point of leverage against the Trump administration. The Democrats are going to use this moment to draw attention to what they see as abuses in the administration.

There have been a number of incidents like the spectacle at the Department of Defense (on Sept. 30), the use of the military in cities, and a lot of the other uses or abuses of the Justice Department or the Trump administration. Even though those all are technically separate from the shutdown issue, it’s impossible to talk about the Democrats’ strategy without making reference to those as things that a lot of folks of the left are really upset about. And this is a vehicle by which the Democrats can push back politically and actually use some of their power to stop momentum and draw attention to what the administration is doing.

But on the Republican side of things, they have a pretty simple argument, which is they want to continue funding the government at current levels and the Democrats do not. Until those dynamics change, or until enough Democratic senators get nervous about the optics of what is going on, no, I don’t see a pathway out.

How does the White House’s power over government spending, in the form of impoundment, affect negotiations?

The process of impoundment is basically the executive branch declining to spend money that Congress has appropriated. Technically speaking, that is not legal under the Impoundment Act that was passed following Richard Nixon practicing this method in the 1970s. If you’re the Democrats and you’re trying to negotiate for some kind of spending, for instance on these health care subsidies, and say you win a concession from the Republicans, then the Democrats might rightfully say, “Why would we even agree to this when we think there’s a chance that you’re either going to impound these funds that we’re appropriating for these subsidies, or you’re just going to have another rescissions package and the Republican-led Congress, with a simple majority, is just going to take these funds back? And then we haven’t won any concessions.”

Who are key players and groups of senators and representative who might decide how long this shutdown lasts?

You have people like GOP Sen. Rand Paul who are sort of the Tea Party or Freedom Caucus wing of the party, who want to see less government spending overall, and on principal tend to oppose these continuing resolutions. He was the only Republican who voted against the GOP bill last night. I have the feeling that if Republicans like the Senate Majority Leader John Thune manage to peel off a few more Democrats, and Rand Paul ends up being the deciding vote, they might be able to get him on board to pass this package.

In terms of the Senate, the real sticking points are the Democrats. You’ve got a shrinking number of moderate Democrats who could end up joining the Republicans on future votes to pass their spending bill. (You have) John Fetterman of Pennsylvania, who has been a bit of a wild card for the Democrats ever since he took office in 2023. Then you’ve got other more moderate Democrats from middle-of-the-road states. People like Catherine Cortez Masto in Nevada and others from states like Arizona or Pennsylvania, or maybe Wisconsin. But, for the most part, the Democrats have held the line.

To me, at the end of the day it’s a question of how much leadership in these two parties can hold together their caucus. I think both Chuck Schumer and Hakeem Jeffries, the Democratic leaders in the Senate and House, respectively, have faced a ton of blowback from Democratic voters, who have made it really clear that their strategy last time was not something the left supported. So I think there’s a lot more political pressure on them this time. And (Schumer and Jeffries) are going to sort of use that pressure a lot more with their caucus members than they did last time.

The dome of the U.S. Capitol is seen surrounded by U.S. flags.
The dome of the U.S. Capitol is seen before dawn on Wednesday, Oct. 1, 2025, in Washington.
AP Photo/Mark Schiefelbein

Which party stands to lose more from the political backlash of the shutdown?

It’s perfectly possible that we end up having this fight and there are no winners. A lot of times in these negotiations it ends up being who can save the most face. Who can get away from the fight without having lost the respect of their own supporters.

I have the feeling that most Democratic senators understand that Republicans are not going to suddenly give in on these health care subsidies, or that Donald Trump is going to suddenly say, “You know what, you’re right. We shouldn’t use the military in American cities.” Or that (Director of the Office of Management and Budget) Russell Vought is suddenly going to say, “You’re right. The executive branch should really stop impounding funds and we’re just going to give you what you want.” The Democrats understand that, but they are trying to demonstrate to their voters that they are going to do some kind of fighting and use whatever small leverage they do have.

I think there is more on a policy basis for the Democrats to lose just based on their ideological principles. There are plenty of Republicans that, frankly, are happy to see the government shut down, to demonstrate to the American people that “hey, look, you don’t need this much government, you can get away with less, this is a good opportunity maybe to cut a bunch of government programs, do mass firings of federal workers, as the OMB director has suggested.” Whereas the Democrats favor more robust social safety net programs and more government spending to achieve their goals.

So the longer the government stays shut down, the less funding those programs are going to get. In that sense, the Democrats have more to lose. On the other hand, the Republicans can lose a lot in terms of public relations because of who is leading their party.

I think Donald Trump demonstrated in the last shutdown, back in 2018-2019, that he has a great deal of difficulty not making these fights all about him, at least from a public perspective. That doesn’t tend to go well for him because he’s a pretty unpopular president, because he tends to bite off more than he can chew in fights like these. And that’s something the Democrats can use to their advantage from a public relations or communications perspective, in terms of talking to their voters.

But the question is going to be: How much of that is worth the losses that are going to be incurred if we’re talking about a government that is shut down for weeks or even months? That’s going to be a lot of pain for Americans. Then it just turns to who ends up getting the blame. And I don’t think we know enough yet.

The Conversation

Charlie Hunt does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organization that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. Why a quick compromise to the first government shutdown in nearly 7 years seems unlikely – https://theconversation.com/why-a-quick-compromise-to-the-first-government-shutdown-in-nearly-7-years-seems-unlikely-266450

Cellphones in schools – more states are taking action to reduce student distraction without eliminating tech access

Source: The Conversation – USA (2) – By Kui Xie, Dean of College of Education and Human Development, University of Missouri-Columbia

States including Michigan and Colorado are restricting the ways students can use digital devices in school. Jim Watson/AFP via Getty Images

Across the United States, more schools are implementing policies restricting cellphones as concerns about digital distraction, mental health and academic performance rise.

The scale of the issue is significant. According to a 2023 report from Common Sense Media, 97% of students between the ages of 11 and 17 use their cellphones at least once during the school day. These students spend a median of 43 minutes online each day during school hours. Social media, YouTube and gaming were the students’ top cellphone uses.

Schools have already begun taking action. Data from the National Center for Education Statistics published in 2025 shows that 77% of public schools ban cellphones during classes. Thirty-eight percent of schools have cellphone policies that restrict use outside of class as well – including during free periods, between classes or during extracurricular activities.

Policymakers in different states and educators in school districts across the country are putting into place a variety of solutions. Some rely on partial restrictions, while others enforce complete bans.

Many are still searching for the balance between technology access and minimizing distraction.

What is clear, however, is that cellphones have become one of the central issues shaping today’s classroom environment.

The role of technology in the classroom

As researchers and professors who study the integration of technology for teaching and learning – and who are also parents of school-aged children – we firmly believe that digital technologies are no longer optional add-ons. They have become indispensable in modern classrooms, acting as versatile instruments for instruction, collaboration and student engagement.

Take, for example, the ongoing shift from traditional paper textbooks to digital ones. This transformation has broadened access and created new opportunities for interactive, personalized learning. Abundant evidence demonstrates the positive effects of technology in supporting students’ engagement in class and their academic performance.

Students’ access to digital devices has improved significantly as schools across the United States continue investing in technology infrastructure. A 2023 report from the National Center for Education Statisitics indicates that 94% to 95% of public schools now provide devices to students who need them – although disparities exist between states.

A growing number of districts are adopting 1:1 initiatives, ensuring that every student has access to a personal device such as a laptop or tablet. These initiatives accelerated after the COVID-19 pandemic made clear the need for reliable access to learning technologies in schools for all students. They highlight the central role technology now plays in shaping everyday classroom instruction.

These technologies hold great educational potential. Yet, when not integrated thoughtfully and regulated effectively, they can inadvertently reduce focus and undermine learning.

Our recent systematic review on digital distraction in classrooms, which synthesized 26 empirical studies, finds three main drivers of distraction among students:

  • Technology-related factors included constant social networking, texting and cellphone addiction. These accounted for over half of the reported distractions.

  • Personal needs, such as entertainment, made up more than one-third.

  • Instructional environment, including classroom instruction that isn’t engaging, poor classroom management and difficult course content, accounted for the rest.

To address these challenges, the authors of the papers we reviewed suggested strategies such as teaching students how to control their own behavior and focus, silencing notifications, issuing clear device policies or banning devices.

The studies in our review also drew a clear distinction between school-provided and personally owned mobile devices. Devices provided by schools are typically equipped for instructional purposes, enhanced with stronger security and designed to restrict distracting uses. Personal devices are far less regulated and more prone to off-task use.

As schools increasingly provide devices designed for learning, the role of personal cellphones in classrooms becomes harder to justify as they present more risks of distraction than educational benefits.

Laws and policies regarding cellphone use

Several states in the U.S. have passed laws banning or restricting cellphone use in schools, with some notable differences.

States vary in how they define wireless communication devices. In Michigan, Senate Bill 234, passed in May 2025, describes a wireless communication device as an “electronic device capable of, but not limited to, text messaging, voice communication, entertainment, navigation, accessing the internet, or producing email.”

While most of the states have several technology types listed under wireless communication devices, a Colorado bill passed in May 2025 clearly identified that laptops and tablets did not fall under the list of restricted wireless communication devices.

A white teen sits outside absorbed in her phone. She is wearing black clothing, glasses and headphones.
A high school student in Lafayette, Colo., checks her phone.
Hyoung Chang/The Denver Post via Getty Images

Most state laws don’t specify whether the bans apply to both personally owned devices and school-owned devices. One exception is the bill Missouri passed in July 2025, which clearly specifies its ban refers only to personal devices.

North Carolina made exceptions in a bill approved in July 2025, allowing students to use wireless communication devices for instructional purposes. Other exceptions in the North Carolina bill include an emergency, when students’ individual education programs call for it, and a documented medical condition.

In their bills, most states provide recommendations for school districts to create cellphone use policy for their students. To take one typical example, the policy for Wake County in North Carolina, one of the state’s largest school districts, specifically refers to personal wireless communication devices. For elementary and middle school students, they must be silenced and put away between morning and afternoon bells, either in a backpack or locker. For high school students, teachers may allow them to be used for lessons, but they must otherwise be silenced and put away during instructional time. They can be used on school buses with low volume and headphones.

The Conversation

The authors do not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organization that would benefit from this article, and have disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. Cellphones in schools – more states are taking action to reduce student distraction without eliminating tech access – https://theconversation.com/cellphones-in-schools-more-states-are-taking-action-to-reduce-student-distraction-without-eliminating-tech-access-256968

Jane Goodall, the gentle disrupter whose research on chimpanzees redefined what it meant to be human

Source: The Conversation – USA (2) – By Mireya Mayor, Director of Exploration and Science Communication, Florida International University

Jane Goodall appears on stage at 92NY in New York on Oct. 1, 2023. Charles Sykes/Invision/AP

Anyone proposing to offer a master class on changing the world for the better, without becoming negative, cynical, angry or narrow-minded in the process, could model their advice on the life and work of pioneering animal behavior scholar Jane Goodall.

Goodall’s life journey stretches from marveling at the somewhat unremarkable creatures – though she would never call them that – in her English backyard as a wide-eyed little girl in the 1930s to challenging the very definition of what it means to be human through her research on chimpanzees in Tanzania. From there, she went on to become a global icon and a United Nations Messenger of Peace.

Until her death at age 91, Goodall retained a charm, open-mindedness, optimism and wide-eyed wonder that are more typical of children. I know this because I have been fortunate to spend time with her and to share insights from my own scientific career. To the public, she was a world-renowned scientist and icon. To me, she was Jane – my inspiring mentor and friend.

Despite the massive changes Goodall wrought in the world of science, upending the study of animal behavior, she was always cheerful, encouraging and inspiring. I think of her as a gentle disrupter. One of her greatest gifts was her ability to make everyone, at any age, feel that they have the power to change the world.

Jane Goodall documented that chimpanzees not only used tools but make them – an insight that altered thinking about animals and humans.

Discovering tool use in animals

In her pioneering studies in the lush rainforest of Tanzania’s Gombe Stream Game Reserve, now a national park, Goodall noted that the most successful chimp leaders were gentle, caring and familial. Males that tried to rule by asserting their dominance through violence, tyranny and threat did not last.

I also am a primatologist, and Goodall’s groundbreaking observations of chimpanzees at Gombe were part of my preliminary studies. She famously recorded chimps taking long pieces of grass and inserting them into termite nests to “fish” for the insects to eat, something no one else had previously observed.

It was the first time an animal had been seen using a tool, a discovery that altered how scientists differentiated between humanity and the rest of the animal kingdom.

Renowned anthropologist Louis Leakey chose Goodall to do this work precisely because she was not formally trained. When she turned up in Leakey’s office in Tanzania in 1957, at age 23, Leakey initially hired her as his secretary, but he soon spotted her potential and encouraged her to study chimpanzees. Leakey wanted someone with a completely open mind, something he believed most scientists lost over the course of their formal training.

Because chimps are humans’ closest living relatives, Leakey hoped that understanding the animals would provide insights into early humans. In a predominantly male field, he also thought a woman would be more patient and insightful than a male observer. He wasn’t wrong.

Six months in, when Goodall wrote up her observations of chimps using tools, Leakey wrote, “Now we must redefine tool, redefine Man, or accept chimpanzees as human.”

Goodall spoke of animals as having emotions and cultures, and in the case of chimps, communities that were almost tribal. She also named the chimps she observed, an unheard-of practice at the time, garnering ridicule from scientists who had traditionally numbered their research subjects.

One of her most remarkable observations became known as the Gombe Chimp War. It was a four-year-long conflict in which eight adult males from one community killed all six males of another community, taking over their territory, only to lose it to another, bigger community with even more males.

Confidence in her path

Goodall was persuasive, powerful and determined, and she often advised me not to succumb to people’s criticisms. Her path to groundbreaking discoveries did not involve stepping on people or elbowing competitors aside.

Rather, her journey to Africa was motivated by her wonder, her love of animals and a powerful imagination. As a little girl, she was entranced by Edgar Rice Burroughs’ 1912 story “Tarzan of the Apes,” and she loved to joke that Tarzan married the wrong Jane.

When I was a 23-year-old former NFL cheerleader, with no scientific background at that time, and looked at Goodall’s work, I imagined that I, too, could be like her. In large part because of her, I became a primatologist, co-discovered a new species of lemur in Madagascar and have had an amazing life and career, in science and on TV, as a National Geographic explorer.
When it came time to write my own story, I asked Goodall to contribute the introduction. She wrote:

“Mireya Mayor reminds me a little of myself. Like me she loved being with animals when she was a child. And like me she followed her dream until it became a reality.”

In a 2023 interview, Jane Goodall answers TV host Jimmy Kimmel’s questions about chimpanzee behavior.

Storyteller and teacher

Goodall was an incredible storyteller and saw it as the most successful way to help people understand the true nature of animals. With compelling imagery, she shared extraordinary stories about the intelligence of animals, from apes and dolphins to rats and birds, and, of course, the octopus. She inspired me to become a wildlife correspondent for National Geographic so that I could share the stories and plights of endangered animals around the world.

Goodall inspired and advised world leaders, celebrities, scientists and conservationists. She also touched the lives of millions of children.

Two women face each other, smiling and holding a book
Jane Goodall and primatologist Mireya Mayor with Mayor’s book ‘Just Wild Enough,’ a memoir aimed at young readers.
Mireya Mayor, CC BY-ND

Through the Jane Goodall Institute, which works to engage people around the world in conservation, she launched Roots & Shoots, a global youth program that operates in more than 60 countries. The program teaches children about connections between people, animals and the environment, and ways to engage locally to help all three.

Along with Goodall’s warmth, friendship and wonderful stories, I treasure this comment from her: “The greatest danger to our future is our apathy. Each one of us must take responsibility for our own lives, and above all, show respect and love for living things around us, especially each other.”

It’s a radical notion from a one-of-a-kind scientist.

The Conversation

Mireya Mayor does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organization that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. Jane Goodall, the gentle disrupter whose research on chimpanzees redefined what it meant to be human – https://theconversation.com/jane-goodall-the-gentle-disrupter-whose-research-on-chimpanzees-redefined-what-it-meant-to-be-human-205909