Por qué los países europeos no tienen más remedio que aumentar la edad de jubilación: el caso de España

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Javier Díaz Giménez, Profesor de Economía, IESE Business School (Universidad de Navarra)

Grupo de ancianos italianos sentados en un banco en el centro de Scicli, Italia. Eddy Galeotti/Shutterstock

A principios de octubre de 2025, con su futuro político pendiendo de un hilo, el primer ministro francés Sébastien Lecornu, que dimitió y fue renombrado, se comprometió a suspender las impopulares reformas de las pensiones hasta 2027, cuando se celebrarán las elecciones presidenciales.

Los diputados socialistas declararon la victoria. Los empresarios franceses se quejaron. El índice bursátil S&P rebajó la calificación crediticia de Francia, citando preocupaciones presupuestarias.

Dado que Francia ha pospuesto las inevitables reformas al menos dos años y que muchos países europeos se enfrentan a sus propias crisis de pensiones, vale la pena analizar cómo diseñar reformas de pensiones que sean sostenibles, equitativas y políticamente viables.

Unos sistemas desconectados de la realidad actual

Una característica llamativa del debate sobre la reforma de las pensiones en Europa es lo bien comprendidos y ampliamente documentados que están sus problemas fundamentales. La población europea está envejeciendo. La tasa de natalidad está disminuyendo. La esperanza de vida es cada vez mayor. Cada vez son menos las personas que contribuyen a financiar los sistemas públicos, de los que cada vez más personas obtienen dinero durante períodos de tiempo más largos. Al mismo tiempo, los avances tecnológicos están reduciendo la proporción de los ingresos laborales en el producto interior bruto.

Dado que la mayoría de los sistemas de reparto de Europa se diseñaron cuando la demografía era completamente diferente, deben ajustarse para reflejar la realidad actual. Aceptamos esto en otros ámbitos, como la educación, donde rezonificamos los distritos escolares y recortamos la construcción de nuevas escuelas para reflejar el menor número de niños en nuestros barrios. Pero cualquier debate sobre el ajuste de la edad de jubilación se encuentra con miles de manifestantes furiosos que llenan las calles de París, Madrid o Bruselas.

En Francia, también es importante poner la reforma en perspectiva: se propuso aumentar la edad de jubilación en dos años, hasta los 64. Dinamarca ajusta su edad de jubilación cada cinco años en función de la esperanza de vida, y a principios de año aprobó su aumento hasta los 70 años en 2040, desde los 67 actuales.

Las reformas de las pensiones siguen fracasando porque la política se impone a la economía. Las transiciones demográficas son predecibles, sus costes son cuantificables y ya existen las herramientas políticas necesarias para abordar sus consecuencias. Pero las reformas fracasan cuando chocan con los incentivos electorales y la desconfianza de la ciudadanía.

¿Cómo superar estos problemas? En lugar de centrarnos en un solo aspecto, como la edad de jubilación, proponemos un enfoque multidimensional que aborde tanto los gastos como las cotizaciones y compense a quienes se ven inicialmente afectados por las reformas. España nos ha servido como estudio de caso, pero las lecciones son válidas para muchos países europeos, entre ellos Francia.

Ajustes automáticos y compensaciones puntuales

Parte de la solución consiste en incorporar nuevos mecanismos de ajuste automático, o normas que adapten las pensiones a las realidades económicas y demográficas cambiantes. Estos mecanismos hacen que los sistemas de pensiones sean más predecibles y creíbles, y reducen su dependencia de una serie de reformas ad hoc que plantean dificultades políticas.

También proponemos compensar a los trabajadores y jubilados que soportan la mayor parte de la reducción de las pensiones. Esto se haría mediante una transferencia única de activos líquidos del Gobierno a los hogares.

La desventaja de esta política es que los Gobiernos tendrían que financiar estos pagos, muy probablemente mediante la emisión de nueva deuda pública. Pero como hemos visto muchas veces, las reformas que se impulsan sin ningún intento de compensar a los que salen perdiendo suelen revertirse. Los votantes de más edad que tienen la vista puesta en la jubilación –y cada día son más– bloquearán cualquier intento de recortar sus prestaciones a menos que comprendan que se les compensará por sus pérdidas.




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Hacer viable la reforma de las pensiones

Para que las reformas de las pensiones funcionen realmente, deben basarse en cinco elementos:

  1. Introducir un factor de sostenibilidad que ajuste el importe de las pensiones iniciales a la esperanza de vida de la cohorte de trabajadores que se jubilan. En la práctica, esto significa que las personas que se jubilan más jóvenes recibirán una pensión más baja, ya que es probable que reciban pagos durante más años. Esto crea un incentivo para que los trabajadores prolonguen su vida laboral.

  2. Introducir una norma de ajuste automático que actualice los derechos de pensión y las pensiones para garantizar la sostenibilidad financiera del sistema. En la actualidad, muchos sistemas actualizan las pensiones utilizando el índice de precios al consumo. Esto no es sostenible, ya que reduce la tasa de sustitución de la pensión, es decir, la relación entre el salario previo a la jubilación y los ingresos por pensión. Esto es especialmente cierto en un entorno de crecimiento bajo o incluso nulo de la productividad laboral (como es el caso de España).

  3. Calcular las pensiones utilizando las cotizaciones realizadas durante toda la vida laboral de los trabajadores que se jubilan, en lugar de los últimos 25 años o alguna otra medida reducida. No tener en cuenta los primeros años trabajados tiende a beneficiar a los que más ganan y a infradotar el sistema en su conjunto.

  4. Eliminar los límites máximos de las cotizaciones a la seguridad social, pero mantener las pensiones máximas, de modo que los que más ganan paguen más al sistema sin recibir a cambio pensiones más altas.

  5. Ofrecer una compensación única a los trabajadores y jubilados que salgan perdiendo con estas reformas. Estas compensaciones pueden financiarse con deuda pública. Este componente transitorio facilita una transición justa y evita el rechazo social que a menudo provoca el fracaso de las reformas de las pensiones.

En conjunto, estas medidas no solo mejoran la sostenibilidad financiera de los sistemas de pensiones al reducir los gastos futuros en pensiones, sino que también fomentan el ahorro privado y promueven una vida laboral más larga. Si las reformas se anuncian con suficiente antelación, el coste de la transición puede ser menor, ya que los hogares tienen más margen para ajustar su consumo, sus ahorros y sus opciones de jubilación.

Esto no significa que las reformas de las pensiones no vayan a generar controversia. Si se adoptaran estas medidas, los gobiernos tendrían que explicarlas claramente y anticiparse a la reacción negativa de la opinión pública. También tendrían que dejar claro que, sin reformas, será inevitable un aumento sustancial de los impuestos.

Sin embargo, la alternativa es peor. Según nuestros cálculos, España tendría que aumentar su impuesto sobre el valor añadido medio en 9 puntos porcentuales, del 16 % al 25 %, para recaudar ingresos suficientes para mantener el sistema actual de forma indefinida. Al retrasar las decisiones impopulares sobre las pensiones, los políticos se están preparando para subidas de impuestos aún más impopulares en el futuro.

The Conversation

Javier Díaz Giménez es titular de la Cátedra Cobas Asset Management de Ahorro y Pensiones en la Escuela de Negocios IESE.

Julián Díaz Saavedra ha recibido apoyo financiero de la Cátedra Cobas Asset Management sobre Ahorro y Pensiones de la Escuela de Negocios IESE.

ref. Por qué los países europeos no tienen más remedio que aumentar la edad de jubilación: el caso de España – https://theconversation.com/por-que-los-paises-europeos-no-tienen-mas-remedio-que-aumentar-la-edad-de-jubilacion-el-caso-de-espana-269726

Si ha decidido practicar ‘running’, lea antes esto

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Gina Paola Velasco Orjuela, Profesora de Fisioterapia, Universidad de La Sabana

oatawa/Shutterstock

El auge de la actividad de correr, también conocida como running, ha traído consigo una oleada de información en redes sociales y páginas de internet, pero no siempre destaca por su rigor. A continuación, contaremos lo que debe saber antes de comenzar a practicar este deporte según las evidencias encontradas por los expertos en las ciencias de la salud.

La importancia de la evaluación previa

En primer lugar, es básico someterse a una evaluación funcional que permita conocer factores de riesgo como las lesiones previas y el estado de nuestras capacidades físicas: resistencia cardiorrespiratoria, fuerza muscular, control neuromuscular y flexibilidad. Además, también hay que valorar factores extrínsecos como el equipamiento deportivo y el terreno donde vamos a correr.

Todo lo anterior resulta clave para ir aumentando progresivamente la carga –es decir, la cantidad de estrés físico a la que se somete el cuerpo al hacer un ejercicio determinado– con el fin de prevenir lesiones asociadas específicamente al running.

Pero ¿cuáles son las lesiones más frecuentes?

En primer lugar, los investigadores han intentado calibrar su impacto en las articulaciones de las piernas, principalmente la rodilla. Por ejemplo, una investigación realizada en China detectó modificaciones temporales en la flexión de la rodilla, la rotación del fémur y los desplazamientos entre el fémur y la tibia después de correr una maratón. Estos cambios se vinculan al riesgo de sufrir lesiones como las de ligamento cruzado anterior y el síndrome de la bandeleta iliotibial.

A la vista de estos resultados, parece recomendable que los corredores mantengan una alineación o simetría en la posición de los huesos y articulaciones, así como una progresión adecuada de la carga durante la actividad física.

Una investigación sobre corredores de diferente nivel –desde novatos hasta deportistas de élite– concluye que la tendinopatía del Aquiles, el síndrome de estrés tibial medial, el síndrome de dolor patelofemoral (dolor en la parte delantera de la rodilla y alrededor de la rótula o hueso de la rodilla), la fascitis plantar y los esguinces de tobillo representaron la mayor proporción de nuevas lesiones. otros estudios identifican algunos factores que aumentan el riesgo de sufrir este tipo de problemas en los miembros inferiores, especialmente en mujeres: menos de 5 años de práctica, haber experimentado lesiones en el último año y correr más de 3 veces por semana.

¿Qué pasa con el cartílago?

Por último, han sido bastante estudiadas las potenciales lesiones en el cartílago, tejido que permite el movimiento entre las articulaciones y que se desgasta a lo largo de la vida. Cabe destacar aquí el trabajo de un grupo de investigadores en 2022, que evaluó el estado del cartílago de la rodilla antes y después de correr mediante resonancia magnética. Tras hacer una amplia revisión de la literatura científica, sus conclusiones resaltan que los cambios a corto plazo en su morfología y composición generalmente no persisten.

Eso quiere decir que tanto el cartílago de la rodilla como el del tobillo y el pie en realidad se recuperan del impacto sostenido durante el running, sea en una sola carrera o en un programa de entrenamiento prolongado. En otras palabras, correr no genera lesiones en el cartílago de la rodilla en personas aparentemente sanas, aunque los investigadores señalan la importancia de investigar más para comprender su efecto en personas con osteoartritis.

Hoja de ruta para prevenir lesiones

La fisioterapia ha mostrado que, a partir de la evaluación mencionada al principio del artículo, se pueden desarrollar planes personalizados para evitar lesiones que deben tener en cuenta los siguientes puntos generales:

  • Realizar una adecuada progresión del entrenamiento.

  • Desarrollar apropiadamente la técnica de carrera.

  • Usar equipamiento según las necesidades individuales del deportista.

  • Enfocar el entrenamiento a mejorar la alineación corporal y funcionalidad durante la ejecución de la carrera

  • Diseñar una planificación apropiada de la recuperación, como explicaremos con detalle más adelante.

Concretamente, diferentes investigaciones respaldan el foot core training como una estrategia fundamental para prevenir lesiones en corredores. Se trata de entrenar de forma específica la funcionalidad de los músculos intrínsecos del pie, tejidos encargados de estabilizar los huesos que conforman los arcos del pie y que son esenciales para dar soporte a la postura, distribuir fuerzas y generar propulsión. La debilidad de dichos músculos se asocia con fascitis plantar, pie plano y diversas disfunciones en pies y rodillas, muy comunes en corredores.

También se aconseja el entrenamiento de la fascia, la red continua de tejido conectivo que envuelve y conecta todas las estructuras del cuerpo, incluyendo músculos, huesos, órganos y nervios. Estos ejercicios, que potencian la remodelación del colágeno y tienen en cuenta la anatomía fascial, incluyen ejercicios de flexibilidad, hidratación de la fascia, movilidad y refinamiento sensorial. El objetivo es mejorar la integración sensorio-motriz del deportista.

El éxito de la siguiente carrera se encuentra en el descanso posterior

Además, la ciencia recomienda, tanto a atletas profesionales como aficionados, priorizar la planificación de la recuperación. De esa manera, los sistemas corporales pueden responder adecuadamente a los procesos de fatiga desencadenados por la práctica deportiva.

En este aspecto, la National Strength and Conditioning Association estadounidense propone estrategias organizadas en forma de una pirámide en cuya base encontramos el sueño, el descanso, la nutrición y la hidratación. En la parte central se sitúan actividades de recuperación activa a través del ejercicio de fuerza, la capacidad aeróbica y la flexibilidad, así como el ya mencionado entrenamiento del sistema fascial. Igualmente se recomiendan métodos como la inmersión en agua o la presoterapia, tratamiento terapéutico que usa la presión del aire para estimular el sistema linfático y circulatorio, mejorando la circulación sanguínea y reduciendo la retención de líquidos.

En cualquier caso, para que todas estas técnicas avaladas por la evidencia científica resulten efectivas, es necesaria la orientación personalizada de un fisioterapeuta.

The Conversation

Gina Paola Velasco Orjuela no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Si ha decidido practicar ‘running’, lea antes esto – https://theconversation.com/si-ha-decidido-practicar-running-lea-antes-esto-264429

El Mundial 2026 ya tiene un campeón en el mercado de bebidas: el tequila

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Juan Martín Flores Almendárez, PTC Asociado "B"; Especialista en Capital Humano e integrante del CA en Gestión, Innovación Educativa y Tecnología, Universidad de Guadalajara

Igor Normann/Shuttesrtock

En unos meses se levantará el telón para el Mundial de Fútbol 2026. A partir del 11 de junio del próximo año, México estará en el foco de la atención global. La preparación no se limita a estadios o logística turística. Incluye también la proyección cultural de un símbolo nacional: el tequila.

En la antesala de la fiebre mundialista, el tequila encuentra su vitrina más poderosa. La afluencia de aficionados internacionales representa un torrente de nuevas oportunidades comerciales que las casas tequileras y los territorios implicados están listos para capitalizar.

La cadena de valor del tequila

Detrás del brillo de cada botella y la suavidad de cada trago, late un poderoso motor económico que impulsa a miles de familias. La cadena de valor del tequila es una red de empleos vibrante y diversificada.

Desde el campesino que mima el agave durante años, el jimador que prepara artesanalmente la materia prima, el operador que transforma la piña en mosto, el maestro tequilero que vela por la calidad del añejamiento, el diseñador que viste la botella y el promotor turístico que atrae al viajero: todos son eslabones esenciales.

Originado en Jalisco y elaborado por manos locales, el tequila representa una construcción histórica y social. Encierra técnicas autóctonas, procesos industriales, prácticas agrícolas especializadas y un vínculo identitario. Podría decirse que es un referente cultural antes que una bebida.

Con la llegada masiva de visitantes internacionales, el tequila será parte esencial de la experiencia turística. Su presencia en restaurantes, bares y espacios festivos lo situará como mediador social. Acompañará celebraciones y encuentros entre aficionados internacionales y locales.

Un patrimonio con reconocimiento global

El tequila se asocia al agave, una planta suculenta o crasa, cuyos órganos están especializados en el almacenamiento de agua. Concretamente, se elabora a partir del agave tequilana weber azul, que le otorga su distinción como denominación de origen, en relación a su variedad y zona geográfica de cultivo.

Campos de cultivo de agave.
Campos de cultivo de agave.
Jesus Cervantes/Shutterstock

Tanto el paisaje agavero como las antiguas instalaciones industriales relacionadas con su producción fueron reconocidas como Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2006, tal como explica el Consejo Regulador del Tequila. Esta distinción subraya el valor cultural de las prácticas agrícolas, los procesos de destilación y la organización comunitaria involucrada.

La figura del jimador se ha convertido en un símbolo de continuidad cultural y transmisión intergeneracional de conocimiento. El tequila opera así como un marcador identitario que articula memoria histórica, ritualidad social y representación nacional.

El mercado global impulsa su visibilidad. Internacionalmente, la Denominación de Origen Tequila (DOT) es reconocida en 55 países, incluidos los de la Unión Europea. Los segmentos premium muestran crecimiento consistente en volumen y valor. Este posicionamiento responde a estrategias internacionales de marca y presencia en eventos de alto impacto.

La industria participa como patrocinador clave en eventos de alto perfil. Demuestra así su alcance global al asegurar alianzas estratégicas con la NBA, el US Open y festivales como Coachella.

Son muchos los artistas y deportistas, como LeBron James, Serena Williams o George Clooney, que han incursionado en el mundo del tequila creando y abanderando sus propias marcas.

También logra presencia en carreras de Fórmula 1 y giras musicales internacionales. El Mundial 2026 fortalecerá aún más este alcance.

Transformación en la coctelería contemporánea

En México se conserva el consumo en “caballito”. Ello equivale a tomarlo de manera directa en un pequeño vaso tequilero, por lo general con 60 mililitros de capacidad. Esta práctica resalta el sabor y el origen. Representa respeto hacia la materia prima.

Desde la antropología del consumo, el acto de beber tequila –particularmente en su forma tradicional– se interpreta como una forma de reafirmación cultural y pertenencia.

Sin embargo, el tequila se incorpora también a la alta coctelería internacional. Bármanes como Phil Ward o Julio Bermejo, de reconocimiento global, han creado preparaciones innovadoras.

Estas propuestas lo posicionan como un ingrediente versátil en cartas especializadas de Tokio, Londres y Nueva York. La margarita y el Tequila Sunrise mantienen vigencia, pero hoy conviven con nuevas combinaciones.

Esto refleja adaptación cultural y apertura a nuevas audiencias. También evidencia la capacidad del tequila para renovar su significado.

Desafíos ambientales y de salud pública

En la parte negativa, el crecimiento acelerado del consumo internacional ha impulsado la expansión de monocultivos de agave en zonas productoras de Jalisco y Los Altos.

Esta expansión ha generado problemas ambientales significativos, tales como pérdida de biodiversidad, erosión del suelo y aumento de plagas debido a la reducción de variabilidad genética.

La uniformidad genética limita la resiliencia ecológica del cultivo. Este modelo requiere supervisión para garantizar sostenibilidad futura.

A ello se suma el desafío del consumo excesivo. La Organización Panamericana de la Salud advierte que el abuso de bebidas alcohólicas está asociado al incremento de enfermedades hepáticas, cardiovasculares y neurológicas.

Por tanto, al integrarse en espacios festivos globales, el tequila requiere estrategias de consumo responsable que acompañen a la promoción cultural y comercial.

Entre identidad y responsabilidad

El tequila es portador de historia, paisaje y cultura. Representa comunidad, memoria y celebración compartida. Pero su proyección global exige responsabilidad estructural.

En su camino hacia el dominio global, esta bebida debe navegar la tensión entre el respeto por su legado biocultural y la necesidad urgente de mitigar su huella ambiental, adoptando modelos de producción que garanticen la viabilidad ecológica de su materia prima y protejan la salud pública.

El reto consiste en equilibrar crecimiento económico, preservación biocultural y salud pública.

Brindar con un caballito, en este contexto, implica reconocer el valor simbólico del acto. Es compartir una identidad que continúa transformándose. Es afirmar una presencia cultural que dialoga con el mundo.

The Conversation

Juan Martín Flores Almendárez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. El Mundial 2026 ya tiene un campeón en el mercado de bebidas: el tequila – https://theconversation.com/el-mundial-2026-ya-tiene-un-campeon-en-el-mercado-de-bebidas-el-tequila-269159

¿Qué pasa con la igualdad en el contexto digital?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Milagros Sáinz Ibáñez, Investigadora y directora del grupo de investigación de género y TIC del IN3, UOC – Universitat Oberta de Catalunya

Ilustradora: Nadia Hafid.

Durante los últimos años, las redes sociales se han convertido en una herramienta de socialización básica para los jóvenes. ¿Quién se iba a imaginar, años atrás, la relevancia y el papel que estas plataformas digitales iban a tener en la vida de las personas, si cabe más intenso entre niños y adolescentes? Los móviles y sus aplicaciones se empiezan a usar a edades cada vez más tempranas. Nueve de cada diez adolescentes españoles se conectan varias veces al día a internet o están permanentemente conectados.

Con este papel tan importante en la socialización y las relaciones personales de las nuevas generaciones, ¿afecta el uso de redes sociales a la brecha de género? Y si lo hace, ¿en qué sentido?

Por un lado, las redes sociales se han convertido en una herramienta de empoderamiento de las mujeres, sobre todo de las más jóvenes. Han servido de altavoz para aglutinar sororidad y esfuerzos para denunciar públicamente casos de abusos, discriminación, y violencia contra las mujeres en todas sus dimensiones. Movimientos como el #Mee too, #yo si te creo o #ni una más han nacido y crecido en las redes sociales.

Las redes también han servido para fomentar la colaboración entre mujeres en asuntos como la fertilidad o el síndrome de la impostora, con la creación de múltiples recursos destinados a superar situaciones de discriminación o enfrentarse a la inseguridad de las redes.

Diferencias de género en el uso e impacto de las redes sociales

Niños, niñas y adolescentes no usan las mismas redes sociales ni de la misma manera. Por ejemplo, entre los usuarios españoles de 11 o 12 años de Whatsapp, Twitch, Youtube o Instagram, se ha observado que los niños seguían más publicaciones relacionadas con los deportes o los videojuegos y las niñas los contenidos de música, moda, salud, belleza, política y personas famosas. Las niñas, además, informaban seguir a más familiares en las redes sociales que los niños.

Los estudios sugieren que los chicos adolescentes usan más Youtube y las chicas Tik Tok o Instagram. Usar más Tik Tok o Instagram, y preferir contenidos sobre moda, salud, famosos o belleza, tiene un impacto en la presión estética que sufren especialmente las chicas.

Para ellas, las redes sociales se convierten a menudo en un escaparate donde se destaca la apariencia física, se idealiza la imagen corporal y se persigue la validación social. Una mayoría de usuarios (algunos de ellos influencers a los que siguen miles de personas) intercambian imágenes casi siempre atractivas sobre diferentes ámbitos de su vida personal y profesional.

Esta excesiva importancia de la imagen corporal, y la cosificación y sexualización del cuerpo de las mujeres que implica, hacen a las chicas especialmente vulnerables a determinados problemas de salud mental. Por ejemplo, el uso de Instagram destaca en algunos estudios por su relación con la insatisfacción corporal, la promoción de la delgadez y la comparación social. Otras investigaciones relacionan el uso de Facebook con una baja autoestima y cambios en la conducta alimentaria.




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Una inteligencia artificial sexista

Más allá de las redes sociales, hay otros ámbitos donde la tecnología, si no tenemos cuidado, puede acabar acentuando determinados estereotipos y con ellos, la desigualdad. Por ejemplo, el ámbito de la inteligencia artificial. Cada vez es más frecuente el uso de las herramientas de inteligencia artificial generativa para diseñar influencers.

Si observamos con detenimiento los atributos asociados a su aspecto físico y psicológico podremos observar este tipo de influencers (utilizados en muchas ocasiones con fines de marketing y publicidad), al igual que ocurre en el caso de los influencers de carne y hueso, replican y exageran las características físicas, psicológicas y los roles de las mujeres y de los hombres que representan. Aitana López, Shudu Gram, Alex, o Kyra son ejemplos de algunos de los influencers creados con herramientas de IA.

Los datos de los que se alimentan estas herramientas para la creación de imágenes y contenidos contienen numerosos sesgos de género, y por lo tanto, en el diseño y producción de nuevas tecnologías digitales se sigue adoptando una visión tradicional de los roles y estereotipos asociados a hombres y mujeres.

Sin embargo, a pesar de la importancia que tienen las redes sociales y la inteligencia artificial como potenciales propagadores de los sesgos y estereotipos de género, apenas existen estudios sobre el tema. ¿Qué atributos se toman como referencia para definir la apariencia física, la personalidad, las actitudes o el comportamiento que estos influencers muestran al público, y por qué?

Ciberacoso y ‘grooming’, sobre todo en chicas

Un riesgo del uso de redes sociales a edades tempranas es el de ser contactado o contactar con desconocidos, algo que 1 de cada 3 adolescentes hacen. Existen numerosas evidencias que señalan que las chicas reciben más mensajes no solicitados y viven más experiencias de acoso y abuso que sus compañeros.

Por ejemplo, según un estudio del Instituto de las Mujeres sobre acoso en las redes (2022), el 80 % de las mujeres ha sufrido alguna situación de acoso en las redes sociales. La mitad de las situaciones de acoso en las redes están relacionadas con el establecimiento (o intento de establecimiento) de una relación íntima. Además, en la mayoría de las ocasiones estas experiencias de acoso eran propiciadas por personas desconocidas.




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El surgimiento de la machosfera

Es chocante que el empoderamiento de las mujeres en las redes y, por ende, en diferentes ámbitos de la vida haya propiciado a su vez el impulso de un movimiento reaccionario, misógino y antifeminista, que se conoce como la machosfera (manosfera en inglés).

La machosfera ha sido definida como el conjunto de espacios virtuales que dan cabida a una multitud de movimientos basados en el fomento de una masculinidad tóxica centrada en la propagación de discursos misóginos y antifeministas. Se caracterizan por fomentar la propagación de bulos y la desinformación sobre la igualdad de género y la situación de las mujeres. Además, reivindican la vuelta a valores masculinos tradicionales con argumentos que niegan la violencia contra las mujeres, afirmando incluso que es un invento ideológico.

Entre los chicos adolescentes, la tendencia a creer que la violencia de género es un invento ideológico o a banalizarla ha estado aumentando en los últimos años, como podemos observar comparando resultados del Barómetro Juventud y Género: en 2019, el 11,9 % estaban de acuerdo con la frase de que la violencia de género es un invento ideológico; en 2021 esta cifra subió hasta el 20 %; y en 2023, al 23 %.Muchos jóvenes (chicos mayoritariamente) encuentran cobijo y comprensión en este tipo de movimientos, muy presentes en las redes, donde se fomenta una visión distorsionada y tóxica de las relaciones entre hombres y mujeres.




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A esto se añade la falta de conocimiento sobre qué constituye un delito de odio o cómo gestionarlo: el 43 % de los jóvenes de ambos sexos no cree o no está seguro de que mandar mensajes de odio sea delito (casi el 50 % de los chicos frente al 37 % de las chicas), y 1 de cada 4 adolescentes afirmaba que no sabría dónde denunciar un caso de violencia online.

Videojuegos, un mundo hostil para las mujeres

En torno al 47 % de las personas que juegan a videojuegos son mujeres. Sin embargo, muchas de ellas reciben continuos insultos y descalificaciones por parte de algunos hombres también jugadores.

Por este motivo, algunas deciden ocultar su identidad femenina para evitar este tipo de situaciones. Además, son recurrentes las situaciones de acoso en redes sociales que sufren las pocas mujeres que producen y diseñan videojuegos.

La pornografía y la igualdad de género

En los últimos años preocupa especialmente el acceso de los jóvenes desde edades muy tempranas a la pornografía, especialmente por parte de los chicos. Esto tiene un efecto importante en cómo perciben las relaciones sexuales y afectivas, pues la mayoría de vídeos y contenidos a los que acceden ofrecen una imagen distorsionada de las mujeres, de las relaciones y del papel que juegan las mujeres en ellas.

Estudios recientes señalan la influencia que el consumo de este tipo de contenidos tiene en las relaciones de pareja durante la adolescencia, pues en muchos casos algunos adolescentes (sobre todo chicos) tienen muy interiorizado lo que han visualizado y exigen a sus parejas reproducir lo que han visto en el material pornográfico al que han tenido acceso.

Las evidencias que hemos recabado confirman la necesidad de trabajar con niños, niñas y adolescentes para fomentar entre ellos un uso crítico, responsable y ético de las herramientas digitales, especialmente de las redes sociales. Existen algunos ejemplos sobre el mal uso de estas herramientas con fines sexistas que no se deberían producir. Pero también es importante trabajar con las familias, el profesorado y especialistas en educación para formarse y promover un uso ético de las redes sociales.


La versión original de este artículo se ha publicado en la Revista Telos, de Fundación Telefónica.

The Conversation

Milagros Sáinz Ibáñez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ¿Qué pasa con la igualdad en el contexto digital? – https://theconversation.com/que-pasa-con-la-igualdad-en-el-contexto-digital-269252

Pourquoi certains fromages couverts de moisissures peuvent être consommés, mais jamais de la viande avariée : les conseils d’un toxicologue sur les précautions à prendre

Source: The Conversation – France in French (3) – By Brad Reisfeld, Professor Emeritus of Chemical and Biological Engineering, Biomedical Engineering, and Public Health, Colorado State University

Dans la cuisine, la prudence est de mise avec les aliments qui se dégradent. Gare aux moisissures sur les céréales, les noix et les fruits, car ces champignons microscopiques libèrent des toxines à risque. Attention surtout aux bactéries très nocives qui se développent en particulier sur la viande avariée. Des pathogènes qui ne sont pas toujours perceptibles à l’odeur ou à l’œil.


Quand vous ouvrez le réfrigérateur et que vous trouvez un morceau de fromage couvert de moisissure verte ou un paquet de poulet qui dégage une légère odeur aigre, vous pouvez être tentés de prendre le risque de vous rendre malades plutôt que de gaspiller de la nourriture.

Mais il faut établir une frontière très nette entre une fermentation inoffensive et une altération dangereuse. La consommation d’aliments avariés expose l’organisme à toute une série de toxines microbiennes et de sous-produits biochimiques, dont beaucoup peuvent perturber des processus biologiques essentiels. Les effets sur la santé peuvent aller de légers troubles gastro-intestinaux à des affections graves telles que le cancer du foie.

Je suis toxicologue et chercheur, spécialisé dans les effets sur l’organisme de substances chimiques étrangères, à l’image de celles libérées lors de la détérioration des aliments. De nombreux aliments avariés contiennent des microorganismes spécifiques qui produisent des toxines. Étant donné que la sensibilité individuelle à ces substances chimiques diffère et que leur quantité dans les aliments avariés peut également varier considérablement, il n’existe pas de recommandations absolues sur ce qu’il est sûr de manger. Cependant, il est toujours bon de connaître ses ennemis afin de pouvoir prendre des mesures pour les éviter.

Céréales et noix

Les champignons sont les principaux responsables de la détérioration des aliments d’origine végétale tels que les céréales, les noix et les arachides. Ils forment des taches de moisissures duveteuses de couleur verte, jaune, noire ou blanche qui dégagent généralement une odeur de moisi. Bien qu’elles soient colorées, bon nombre de ces moisissures produisent des substances chimiques toxiques appelées mycotoxines.

Aspergillus flavus et Aspergillus parasiticus sont deux champignons courants présents sur des céréales comme le maïs, le sorgho, le riz ainsi que sur les arachides. Ils peuvent produire des mycotoxines appelées aflatoxines qui, elles-mêmes forment des molécules appelées époxydes ; ces dernières étant susceptibles de déclencher des mutations lorsqu’elles se lient à l’ADN. Une exposition répétée aux aflatoxines peut endommager le foie et a même été associée au cancer du foie, en particulier chez les personnes qui présentent déjà d’autres facteurs de risque, comme une infection par l’hépatite B.

Le genre Fusarium est un autre groupe de champignons pathogènes qui peuvent se développer sous forme de moisissures sur des céréales comme le blé, l’orge et le maïs, en particulier dans des conditions d’humidité élevée. Les céréales contaminées peuvent présenter une décoloration ou une teinte rosâtre ou rougeâtre, et dégager une odeur de moisi. Les champignons Fusarium produisent des mycotoxines appelées trichothécènes qui peuvent endommager les cellules et irriter le tube digestif. Ils libèrent également une autre toxine, la fumonisine B1 qui perturbe la formation et le maintien des membranes externes des cellules. Au fil du temps, ces effets peuvent endommager le foie et les reins.

Si des céréales, des noix ou des arachides semblent moisies, décolorées ou ratatinées, ou si elles dégagent une odeur inhabituelle, il vaut mieux faire preuve de prudence et les jeter. Les aflatoxines, en particulier, sont connues pour être de puissants agents cancérigènes, il n’existe donc aucun niveau d’exposition sans danger.

Qu’en est-il des fruits ?

Les fruits peuvent également contenir des mycotoxines. Quand ils sont abîmés ou trop mûrs, ou quand ils sont conservés dans des environnements humides, la moisissure peut facilement s’installer et commencer à produire ces substances nocives.

L’une des plus importantes est une moisissure bleue appelée Penicillium expansum. Elle est surtout connue pour infecter les pommes, mais elle s’attaque également aux poires, aux cerises, aux pêches et à d’autres fruits. Ce champignon produit de la patuline, une toxine qui interfère avec des enzymes clés dans les cellules, entrave leur fonctionnement normal et génère des molécules instables appelées espèces réactives de l’oxygène. Ces dernières peuvent endommager l’ADN, les protéines et les graisses. En grande quantité, la patuline peut endommager des organes vitaux comme les reins, le foie, le tube digestif ainsi que le système immunitaire.

Moisissures vertes et blanches sur des oranges
Penicillium digitatum forme une jolie moisissure verte sur les agrumes, mais leur donne un goût horrible.
James Scott via Wikimedia, CC BY-SA

Les « cousins » bleus et verts de P. expansum, Penicillium italicum et Penicillium digitatum, se retrouvent fréquemment sur les oranges, les citrons et autres agrumes. On ne sait pas s’ils produisent des toxines dangereuses, mais ils ont un goût horrible.

Il est tentant de simplement couper les parties moisies d’un fruit et de manger le reste. Cependant, les moisissures peuvent émettre des structures microscopiques ressemblant à des racines, appelées hyphes, qui pénètrent profondément dans les aliments et qui peuvent libérer des toxines, même dans les parties qui semblent intactes. Pour les fruits mous en particulier, dans lesquels les hyphes peuvent se développer plus facilement, il est plus sûr de jeter les spécimens moisis. Pour les fruits durs, en revanche, je me contente parfois de couper les parties moisies. Mais si vous le faites, c’est à vos risques et périls.

Le cas du fromage

Le fromage illustre parfaitement les avantages d’une croissance microbienne contrôlée. En effet, la moisissure est un élément essentiel dans la fabrication de nombreux fromages que vous connaissez et appréciez. Les fromages bleus tels que le roquefort et le stilton tirent leur saveur acidulée caractéristique des substances chimiques produites par un champignon appelé Penicillium roqueforti. Quant à la croûte molle et blanche des fromages tels que le brie ou le camembert, elle contribue à leur saveur et à leur texture.

En revanche, les moisissures indésirables ont un aspect duveteux ou poudreux et peuvent prendre des couleurs inhabituelles. Les moisissures vert-noir ou rougeâtre, parfois causées par des espèces d’Aspergillus, peuvent être toxiques et doivent être éliminées. De plus, des espèces telles que Penicillium commune produisent de l’acide cyclopiazonique, une mycotoxine qui perturbe le flux de calcium à travers les membranes cellulaires, ce qui peut altérer les fonctions musculaires et nerveuses. À des niveaux suffisamment élevés, elle peut provoquer des tremblements ou d’autres symptômes nerveux. Heureusement, ces cas sont rares, et les produits laitiers avariés se trahissent généralement par leur odeur âcre, aigre et nauséabonde.

En règle générale, jetez les fromages à pâte fraîche type ricotta, cream cheese et cottage cheese dès les premiers signes de moisissure. Comme ils contiennent plus d’humidité, les filaments de moisissure peuvent se propager facilement dans ces fromages.

Vigilance extrême avec les œufs et la viande avariés

Alors que les moisissures sont la principale cause de détérioration des végétaux et des produits laitiers, les bactéries sont les principaux agents de décomposition de la viande. Les signes révélateurs de la détérioration de la viande comprennent une texture visqueuse, une décoloration souvent verdâtre ou brunâtre et une odeur aigre ou putride.

Certaines bactéries nocives ne produisent pas de changements perceptibles au niveau de l’odeur, de l’apparence ou de la texture, ce qui rend difficile l’évaluation de la salubrité de la viande sur la base des seuls indices sensoriels. Quand elles sont toutefois présentes, l’odeur nauséabonde est causée par des substances chimiques telles que la cadavérine et la putrescine, qui se forment lors de la décomposition de la viande et peuvent provoquer des nausées, des vomissements et des crampes abdominales, ainsi que des maux de tête, des bouffées de chaleur ou une chute de tension artérielle.

Les viandes avariées sont truffées de dangers d’ordre bactérien. Escherichia coli, un contaminant courant du bœuf, produit la toxine Shiga qui bloque la capacité de certaines cellules à fabriquer des protéines et peut provoquer une maladie rénale dangereuse appelée syndrome hémolytique et urémique.

La volaille est souvent porteuse de la bactérie Campylobacter jejuni qui produit une toxine qui envahit les cellules gastro-intestinales, ce qui entraîne souvent des diarrhées, des crampes abdominales et de la fièvre. Cette bactérie peut également provoquer une réaction du système immunitaire qui attaque ses propres nerfs. Cela peut déclencher une maladie rare appelée syndrome de Guillain-Barré qui peut entraîner une paralysie temporaire.

Les salmonelles présentes notamment dans les œufs et le poulet insuffisamment cuits, causent l’un des types d’intoxication alimentaire les plus courants. Elles provoquent des diarrhées, des nausées et des crampes abdominales. Elles libèrent des toxines dans la muqueuse de l’intestin grêle et du gros intestin, qui provoquent une inflammation importante.

(En France, l’Agence nationale de sécurité sanitaire – Anses – rappelle que les aliments crus ou insuffisamment cuits, surtout d’origine animale, sont les plus concernés par les contaminations par les bactéries du genre « Salmonella » : les œufs et les produits à base d’œufs crus, les viandes -bovines, porcines, incluant les produits de charcuterie crue, et de volailles –, les fromages au lait cru. L’Anses insiste aussi sur le fait que les œufs et les aliments à base d’œufs crus – mayonnaise, crèmes, mousse au chocolat, tiramisu, etc.- sont à l’origine de près de la moitié des toxi-infections alimentaires collectives dues à Salmonella, ndlr).

Clostridium perfringens attaque également l’intestin, mais ses toxines agissent en endommageant les membranes cellulaires. Enfin, Clostridium botulinum, qui peut se cacher dans les viandes mal conservées ou vendues en conserves, produit la toxine botulique, l’un des poisons biologiques les plus puissants, qui se révèle mortelle même en très petites quantités.

Il est impossible que la viande soit totalement exempte de bactéries. Mais plus elle reste longtemps au réfrigérateur – ou pire, sur votre comptoir ou dans votre sac de courses – plus ces bactéries se multiplient. Et vous ne pouvez pas les éliminer toutes en les cuisant. La plupart des bactéries meurent à des températures sûres pour la viande – entre 63-74 °C (145 et 165 degrés Fahrenheit) – mais de nombreuses toxines bactériennes sont stables à la chaleur et survivent à la cuisson.

The Conversation

Brad Reisfeld ne travaille pas, ne conseille pas, ne possède pas de parts, ne reçoit pas de fonds d’une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n’a déclaré aucune autre affiliation que son organisme de recherche.

ref. Pourquoi certains fromages couverts de moisissures peuvent être consommés, mais jamais de la viande avariée : les conseils d’un toxicologue sur les précautions à prendre – https://theconversation.com/pourquoi-certains-fromages-couverts-de-moisissures-peuvent-etre-consommes-mais-jamais-de-la-viande-avariee-les-conseils-dun-toxicologue-sur-les-precautions-a-prendre-268963

Pourquoi le XXIe siècle sera « le siècle des animaux »

Source: The Conversation – France (in French) – By Réjane Sénac, Directrice de recherches, CNRS, politiste, Sciences Po

Au XXe siècle, les combats pour plus d’égalité ont permis à de nombreux groupes sociaux de devenir des sujets de droit. Cette progression vers davantage d’inclusivité pourrait faire du XXIe siècle le siècle des animaux. Mais comment les intégrer dans nos textes de loi ? Si les animaux ont des droits, ont-ils aussi des devoirs ?

Dans cet extrait de son essai « Par effraction. Rendre visible la question animale », aux éditions Stock/Philosophie magazine (2025), la politiste Réjane Sénac sonde ces questions.


Au XXe siècle, les mobilisations contre les inégalités ont eu pour point commun de revendiquer que chaque humain soit reconnu et traité comme un égal, dans la dénonciation des effets imbriqués du sexisme, du racisme et des injustices économiques et sociales. Pour cela, elles ont remis en cause l’animalisation de certains groupes humains, qu’il s’agisse des femmes, des personnes racisées, des personnes en situation de handicap et/ou des « pauvres ». L’animalisation a en effet été une des justifications centrales de l’exclusion hors de la citoyenneté active de ces groupes d’individus renvoyés à leur prétendue incapacité à être du côté de la raison du fait de leurs « qualités » et missions dites naturelles. L’objectif a été d’intégrer ces groupes dans la communauté des égaux en les faisant passer de l’autre côté de la barrière instaurée entre l’animalité et l’humanité. La légitimité et les conséquences de cette barrière ont ainsi été abordées à travers le prisme de l’émancipation humaine, et non celui de la domination des animaux non humains.

Dans l’approche antispéciste, le statut moral accordé aux animaux leur confère une reconnaissance comme sujets de droit, non pas pour accéder à des droits équivalents à ceux des humains (par exemple le droit de vote ou de mariage), mais à des droits adaptés à leurs besoins. L’enjeu est alors de penser la cohabitation la plus juste possible des intérêts, potentiellement divergents, des différentes espèces, humaines et non humaines. Dans Considérer les animaux. Une approche zooinclusive, Émilie Dardenne propose une démarche progressive dans la prise en compte des intérêts des animaux, au-delà de l’espèce humaine.

Elle présente des pistes concrètes de transition aux niveaux individuel et collectif, qui vont de la consommation aux choix de politique publique en passant par l’éducation et la formation. Elle propose des outils pratiques pour aider à porter des changements durables. Au niveau individuel, la zooinclusivité consiste par exemple à prendre en compte les besoins de l’animal que l’on souhaite adopter et l’engagement – financier, temporel… – qu’une telle démarche engendrerait avant de prendre la décision d’avoir un animal dit de compagnie. Au niveau des politiques publiques, la zooinclusivité prendrait par exemple la forme de l’inscription des droits des animaux dans la Constitution afin de ne pas en rester à une proclamation de leur reconnaissance comme « des êtres vivants doués de sensibilité » (article 515 du Code civil depuis 2015) ou des « êtres sensibles » (article L214 1 du Code rural depuis 1976), mais de permettre qu’ils acquièrent une personnalité juridique portant des droits spécifiques et adaptés. Le rôle fondamental de la Constitution est à ce titre soulevé par Charlotte Arnal, animaliste, pour qui « un projet de société commence par une Constitution, les animaux faisant partie de la société, elle doit les y intégrer ». Cette mesure, qu’elle qualifie de symbolique, « se dépliera aussi concrètement dans le temps, dans les tribunaux ». C’est dans cette perspective que Louis Schweitzer, président de la Fondation Droit Animal, Éthique et Sciences (LFDA), a pour ambition de faire de la Déclaration des droits de l’animal proclamée à l’Unesco en 1978, et actualisée en 2018 par la LFDA, un outil pédagogique diffusé dans les lieux publics et les écoles, puis qu’elle soit transposée dans la loi.

À travers Animal Cross, une association généraliste de protection animale, qu’il a cofondée en 2009 et qu’il préside, Benoît Thomé porte aussi cet horizon. Il défend l’intégration d’un article 0 comme base à notre système juridique, qui serait formulé en ces termes : « Tous les êtres vivants, domaines de la nature, minéral, humain, végétal, animal, naissent et demeurent libres et égaux en devoirs et en droits. » À l’argument selon lequel on ne peut pas accorder de droits aux animaux car ils ne peuvent pas assumer de devoirs, il répond que « les animaux font plus que leurs devoirs avec tout ce qu’ils font pour nous et les autres êtres vivants. Les êtres humains se privent d’une belle vie en ne voyant pas la beauté des relations avec les animaux ». Il cite le philosophe Tom Regan, auteur entre autres du célèbre article « The Rights of Humans And Other Animals » en 1986, pour préciser que, si l’on pose le critère de l’autonomie rationnelle comme une condition de l’accès aux droits moraux, il faut le refuser à tous les humains dépourvus de cette caractéristique, comme les bébés et les déficients intellectuels graves. Le critère plus inclusif de la capacité à ressentir des émotions étant celui qui est retenu pour les humains, en vertu de l’exigence de cohérence, il est alors logique, selon lui, d’attribuer des droits à tous les êtres sentients, qu’ils soient humains ou non.

Benoît Thomé souligne son désaccord avec Tom Regan sur le fait de considérer les animaux comme des patients moraux et non des agents moraux au sens où, comme les personnes vulnérables, les enfants ou les personnes en situation de handicap, ils auraient des droits mais ne pourraient pas accomplir leurs devoirs. Il souligne que les animaux accomplissent « leurs devoirs envers nous, êtres humains, et envers la nature et les écosystèmes pour les animaux sauvages, naturellement et librement, et non comme un devoir. Il faut donc “désanthropiser” ce concept pour le comprendre au sens de don, service rendu aux autres êtres vivants, participation aux écosystèmes ». Il précise que c’est « le sens de l’histoire » d’étendre les droits « de la majorité aux plus vulnérables », cela a été le cas pour les humains, c’est maintenant l’heure des animaux non humains.

Sans nier la réalité historique de l’animalisation des personnes ayant une déficience intellectuelle, des voix telles que celles des philosophes Licia Carlson et Alice Crary invitent le mouvement antispéciste à être vigilant vis-à-vis de « l’argument des cas marginaux » pour justifier l’extension de la considération morale aux animaux non humains. En écho aux critiques de la philosophe et militante écoféministe Myriam Bahaffou sur l’usage de l’analogie avec le sexisme et le racisme dans le discours antispéciste, elles pointent une instrumentalisation de la figure du handicap mental pouvant paradoxalement renforcer les processus de déshumanisation qu’il prétend combattre.

Le lien entre l’agrandissement de la communauté politique et juridique au XXe siècle et les questions posées au XXIe siècle par la question animale est également abordé par Amadeus VG Humanimal, fondateur et président de l’association FUTUR. Il inscrit les revendications antispécistes dans une continuité historique en précisant que « le cercle de compassion ne fait que s’agrandir, à travers les droits civiques au XIXe siècle puis les droits des femmes au XXe et ceux des animaux au XXIe siècle ». Le XXIe siècle sera donc « le siècle des animaux », l’enjeu est de « repousser le nuage du spécisme en proposant une nouvelle vision du monde ». Sans minorer le poids actuel, notamment électoral, de l’extrême droite et du populisme, il considère que c’est « un backlash temporaire », comme cela a été le cas pour les groupes humains exclus des droits de l’homme. Selon lui, l’ombre qui a longtemps occulté les droits des animaux se dissipera progressivement. De la même manière que la décision du 21 février 2021 du tribunal administratif de reconnaître l’État responsable d’inaction face à la lutte contre le réchauffement climatique est considérée comme une victoire écologique historique, qualifiée d’Affaire du siècle, il ne doute pas que, concernant la question animale, l’« Affaire du steak » viendra.

The Conversation

Réjane Sénac ne travaille pas, ne conseille pas, ne possède pas de parts, ne reçoit pas de fonds d’une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n’a déclaré aucune autre affiliation que son organisme de recherche.

ref. Pourquoi le XXIe siècle sera « le siècle des animaux » – https://theconversation.com/pourquoi-le-xxie-siecle-sera-le-siecle-des-animaux-269018

L’affrontement sur la taxe Zucman : une lutte de classe ?

Source: The Conversation – France in French (3) – By Gérard Mauger, Sociologue, directeur de recherche émérite au CNRS, chercheur au Centre européen de sociologie et de science politique, Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne

Le terme de lutte des classes est peu utilisé depuis l’effondrement du communisme. Pourtant, le débat sur la taxe Zucman révèle un violent clivage de classe entre une infime minorité de très grandes fortunes et l’immense majorité des Français.


Pendant près de six mois, le projet de taxe Zucman a focalisé l’intérêt médiatique et politique. Il a aussi contribué à mettre en évidence un clivage de classes habituellement occulté par une forme « d’embargo théorique » qui pèse depuis le milieu des années 1970 sur le concept de classe sociale, comme sur tous les concepts affiliés (à tort ou à raison) au marxisme.

Retour sur le feuilleton de la taxe Zucman

Le 11 juin dernier, Olivier Blanchard (économiste en chef du Fonds monétaire international entre 2008 et 2015), Jean Pisani-Ferry (professeur d’économie à Sciences Po Paris et directeur du pôle programme et idées d’Emmanuel Macron en 2017) et Gabriel Zucman (professeur à l’École normale supérieure) publiaient une tribune où ils se prononçaient, en dépit de leurs divergences, en faveur d’un impôt plancher de 2 % sur le patrimoine des foyers fiscaux dont la fortune dépasse 100 millions d’euros (environ 1 800 foyers fiscaux), susceptible de rapporter de 15 milliards à 25 milliards d’euros par an au budget de l’État (les exilés fiscaux éventuels restant soumis à l’impôt plancher cinq ans après leur départ).

Dès la rentrée, les médias ouvraient un débat sur fond de déficit public et de « dette de l’État » que relançait chaque apparition de Gabriel Zucman. Sur un sujet économique réputé aride, ils recyclaient la confrontation à la fois inusable et omnibus entre « intellectualisme », « amateurisme » sinon « incompétence », imputés aux universitaires, et « sens pratique » des « hommes de terrain » confrontés aux « réalités » (de la vie économique) et/ou entre « prise de position partisane » et « neutralité », « impartialité », « apolitisme », attribués à la prise de position opposée. Le débat s’étendait rapidement aux réseaux sociaux : il opposait alors les partisans de la taxe qui invoquaient la « justice fiscale et sociale » à des opposants qui dénonçaient « une mesure punitive », « dissuasive pour l’innovation et l’investissement ».

Le 20 septembre, dans une déclaration au Sunday Times, Bernard Arnault, PDG du groupe LVMH et première fortune de France, avait décliné in extenso les deux volets de l’anti-intellectualisme médiatique en mettant en cause la « pseudo-compétence universitaire » de Gabriel Zucman et en dénonçant « un militant d’extrême gauche » dont « l’idéologie » vise « la destruction de l’économie libérale ».

Le Medef lui avait emboîté le pas. En guerre contre la taxe Zucman, Patrick Martin, affirmant que Zucman « serait aussi économiste que [lui] serait danseuse étoile au Bolchoï », annonçait un grand meeting le 13 octobre à Paris. Pourtant, il avait dû y renoncer face à la division créée par cette initiative au sein du camp patronal : l’U2P et la CPME (artisans et petites et moyennes entreprises) avaient décliné l’invitation : « On ne défend pas les mêmes intérêts », disaient-ils.

Mi-septembre, selon un sondage Ifop, 86 % des Français plébiscitaient la taxe Zucman.

Une bataille politique

À ces clivages que traçait le projet de taxe Zucman au sein du champ médiatique (audiovisuel public, d’un côté, et « supports » contrôlés par une dizaine de milliardaires, de l’autre) et de l’espace social (où les milliardaires s’opposaient à tous les autres) correspondaient approximativement ceux du champ politique. Portée initialement par une proposition de loi de Clémentine Autain et Éva Sas (groupe Écologiste et social), la taxe Zucman avait d’abord été adoptée par l’Assemblée nationale, le 20 février, avant d’être rejetée par le Sénat, le 12 juin.

Mais l’opportunité du projet se faisait jour au cours de l’été avec l’exhortation de François Bayrou à « sortir du piège mortel du déficit et de la dette », puis à l’occasion de l’invitation de Sébastien Lecornu à débattre du projet de budget du gouvernement « sans 49.3 ».

Le 31 octobre dernier, non seulement la taxe Zucman était balayée par une majorité de députés, mais également « sa version light » portée par le Parti socialiste (PS). Mesure de « compromis », la taxe « Mercier » (du nom d’Estelle Mercier, députée PS de Meurthe-et-Moselle) pouvait sembler plus ambitieuse, mais, en créant des « niches et des « exceptions », elle comportait, selon Gabriel Zucman, « deux échappatoires majeures » qui amorçaient « la machine à optimisation ».

Refusant de « toucher à l’appareil productif », selon sa porte-parole Maud Bregeon, le gouvernement Lecornu s’y opposait. Les députés d’Ensemble pour la République (députés macronistes) votaient contre (60 votants sur 92 inscrits) comme ceux de la Droite républicaine (28 sur 50). Le Rassemblement national (RN), qui s’était abstenu en février, s’inscrivait désormais résolument contre ce projet de taxe (88 sur 123) que Marine Le Pen décrivait comme « inefficace, injuste et dangereuse puisqu’elle entraverait le développement de nos entreprises ». Soixante-et-un députés socialistes et apparentés sur 69, 60 députés sur 71 de La France insoumise (LFI), 33 députés sur 38 du groupe Écologiste et social ainsi que 12 députés sur 17 du groupe Gauche démocrate et républicaine avaient voté pour le projet. Les députés LFI appelaient alors à la censure du gouvernement.

La lutte des 1 % les plus riches pour leurs privilèges

L’essor du néolibéralisme au cours des cinquante dernières années a certes transformé la morphologie des classes sociales (à commencer par celle de la « classe ouvrière » délocalisée et précarisée), accréditant ainsi l’avènement d’une « société post-industrielle », l’extension indéfinie d’une « classe moyenne » envahissante ou l’émergence d’une « société des individus » ou encore la prééminence des clivages (de sexe, de phénotype, d’âge, etc.) associés au revival des « nouveaux mouvements sociaux ».

Pourtant, le débat sur la taxe Zucman révèle bien un clivage de classe – comment l’appeler autrement ? – entre le 1 % et les 99 %, et l’âpreté de la lutte des 1 % pour la défense de leurs privilèges. Tout se passe comme si, en effet, à l’occasion de ce débat, s’était rejoué en France, sur la scène politico-médiatique, le mouvement Occupy Wall Street de septembre 2011 qui avait pour mot d’ordre :

« Ce que nous avons tous en commun, c’est que nous sommes les 99 % qui ne tolèrent plus l’avidité des 1 % restants. »

The Conversation

Gérard Mauger ne travaille pas, ne conseille pas, ne possède pas de parts, ne reçoit pas de fonds d’une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n’a déclaré aucune autre affiliation que son organisme de recherche.

ref. L’affrontement sur la taxe Zucman : une lutte de classe ? – https://theconversation.com/laffrontement-sur-la-taxe-zucman-une-lutte-de-classe-269223

Tanzanie : la fermeture de l’espace numérique, élément clé de la répression

Source: The Conversation – France in French (3) – By Fabrice Lollia, Docteur en sciences de l’information et de la communication, chercheur associé laboratoire DICEN Ile de France, Université Gustave Eiffel

Face au puissant mouvement de contestation qui s’est emparé de la Tanzanie à la suite des élections générales, l’une des réponses du pouvoir a consisté à couper les réseaux sociaux. Dans ce grand pays d’Afrique de l’Est, comme dans bien d’autres pays aujourd’hui, la maîtrise de l’espace numérique est devenue un aspect central de la répression.


Le 29 octobre 2025, la Tanzanie a tenu des élections générales censées prolonger la trajectoire démocratique d’un pays souvent vu comme un îlot de stabilité politique en Afrique de l’Est.

Mais dans un climat déjà tendu – manifestations sporadiques à Zanzibar et Arusha, arrestations d’opposants, présence accrue de force de sécurité et fermeture partielle des médias critiques –, le scrutin s’est transformé en crise politique majeure. La présidente sortante Samia Suluhu Hassan, devenue présidente de Tanzanie en mars 2021 à la suite du décès du président John Magufuli, dont elle était la vice-présidente, a été élue avec près de 98 % des voix dans un contexte où le principal parti d’opposition, Chadema, avait été marginalisé et plusieurs de ses dirigeants arrêtés.

Dès l’annonce des résultats, des manifestations de protestation ont éclaté à Dar es Salaam (la plus grande ville du pays, où vivent environ 10 % des quelque 70 millions d’habitants du pays), à Mwanza et à Arusha. Les affrontements auraient fait, selon les sources, entre 40 et 700 morts, et plus d’un millier de blessés.

Face à la propagation des manifestations, le pouvoir a réagi par un couvre-feu national, un déploiement militaire dans les grandes villes et une coupure d’accès à Internet pendant environ 5 jours, invoquant la prévention de la désinformation comme mesure de sécurité. L’accès à Internet a été partiellement rétabli, mais les restrictions sur les réseaux sociaux et les plates-formes de messagerie persistent.

Ce triptyque autoritaire – fermeture politique, verrouillage territorial et blackout numérique – a transformé une contestation électorale en véritable crise systémique de confiance entre État et citoyens, entre institutions et information, et entre stabilité et légitimité.

Gouverner par le silence : quand le contrôle de l’information devient une stratégie de stabilité

Le contrôle de l’information comme pratique de gouvernement

Dans la perspective des sciences de l’information et de la communication (SIC), la séquence tanzanienne illustre une tendance plus large qui est celle de la transformation de la gestion de l’information en technologie de pouvoir (voir notamment, Michel Foucault, Surveiller et punir. Naissance de la prison, 1975 ; Gilles Deleuze, Post-scriptum sur les sociétés de contrôle, 1990).

Le blackout numérique ne vise pas seulement à contenir la désinformation ; il reconfigure les conditions mêmes de la visibilité. Comme le souligne Pierre Musso dès 2003 dans Télécommunications et philosophie des réseaux, l’espace numérique n’est plus un simple médium mais un espace politique. En contrôler l’accès, c’est aussi gouverner la perception.

Privés de réseaux sociaux, les citoyens perdent sur-le-champ leurs canaux d’expression. Les médias indépendants se retrouvent aveugles et les ONG ne peuvent plus documenter les violences.

C’est ainsi que l’État redevient le seul producteur de discours légitime : une régie symbolique de l’ordre public, pour reprendre la notion de Patrick Charaudeau (2005) sur la mise en scène du pouvoir.

Cette stratégie s’inscrit dans un continuum déjà observé lors d’autres scrutins africains (Ouganda 2021, Tchad 2021, Sénégal 2024). Elle marque une mutation du contrôle politique où il ne s’agit plus de réprimer la parole mais de désactiver les infrastructures mêmes de la parole.

La fabrique de la stabilité par la censure

Le discours officiel invoque la lutte contre les fausses informations pour justifier les coupures. Mais l’analyse sémiotique révèle un glissement de sens. L’ordre public devient synonyme de silence collectif et la stabilité politique se construit sur la neutralisation des espaces numériques de débat.

Les travaux en communication politique (Dominique Wolton, 1997) montrent que la démocratie suppose du bruit, du conflit, du débat et que le silence n’est pas l’ordre mais plutôt la suspension de la communication sociale.

Cette logique de stabilité performative donne l’illusion qu’il suffit que l’État contrôle la perception du désordre pour produire l’image d’un ordre.

Dans l’analyse du cas tanzanien, cette mise en scène du calme repose sur une invisibilisation dans la mesure où le calme apparent des réseaux remplace la réalité conflictuelle du terrain. Ce phénomène de stabilité performative, c’est-à-dire ici le calme apparent des réseaux traduisant une stabilité imposée, a déjà été observé au Cameroun et en Ouganda. Dans ces cas, la coupure d’Internet fut utilisée pour maintenir une image d’ordre pendant les scrutins contestés.

Or, la Tanzanie est un pays jeune. Près de 65 % de sa population a moins de 30 ans. Cette génération connectée via TikTok, WhatsApp ou X a intégré les réseaux sociaux non seulement comme espace de loisir mais aussi comme lieu d’existence politique. La priver soudainement d’accès dans ce moment précis porte à l’interprétation inévitable d’un effacement d’une part de la citoyenneté numérique.

Cette fracture illustre une asymétrie de compétences médiatiques qui se caractérise par le fait que le pouvoir maîtrise les outils pour surveiller tandis que les citoyens les mobilisent pour exister. Le conflit devient ainsi info-communicationnel dans la mesure où il se joue sur les dispositifs de médiation plutôt que dans la confrontation physique.

Aussi les répercussions sont-elles économiquement et symboliquement élevées.

Les interdictions de déplacement paralysent le commerce intérieur et les ports, les coupures d’Internet entraînent une perte économique estimée à 238 millions de dollars (un peu plus de 204 millions d’euros) et les ONG et entreprises internationales suspendent leurs activités face au manque de visibilité opérationnelle.

Mais au-delà du coût économique, la coupure d’Internet produit un effet délétère où la relation de confiance entre État et citoyens est rompue. L’information, en tant que bien commun, devient ici un instrument de domination.

Crise de la médiation et dérive sécuritaire en Afrique numérique

En Tanzanie, la circulation de l’information repose désormais sur des dispositifs de contrôle, non de transparence. L’État agit comme gatekeeper unique en filtrant les récits selon une logique de sécurité nationale. On assiste ainsi à une crise de la médiation où le lien symbolique entre institutions, médias et citoyens se défait.

Cette rupture crée une désintermédiation forcée où des circuits parallèles (VPN, radios communautaires, messageries clandestines) émergent, mais au prix d’une fragmentation du débat public. La sphère publique devient une mosaïque de micro-espaces informels, sans régulation et favorisant l’amplification des rumeurs et de discours extrêmes.

La situation tanzanienne dépasse le cadre du pays, en mettant en évidence les tensions d’un continent engagé dans une modernisation technologique sans démocratisation parallèle. L’Afrique de l’Est, longtemps vitrine du développement numérique avec le Kenya et le Rwanda, découvre que l’économie digitale ne garantit pas la liberté numérique.




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Là où les infrastructures se développent plus vite que les institutions, les réseaux deviennent des zones grises de gouvernance. Ni pleinement ouverts ni totalement fermés, ils sont constamment surveillés. Le cas tanzanien incarne ainsi un moment charnière où la technologie cesse d’être vecteur de progrès pour devenir vecteur de pouvoir.

Dans une approche SIC, la question centrale reste celle de la sécurité communicationnelle.

Peut-on parler de sécurité nationale lorsque la sécurité informationnelle des citoyens est compromise ? La coupure d’Internet ne prévient pas la crise mais la diffère, la rendant plus imprévisible et violente. Cette distinction entre sécurité perçue et sécurité vécue est la preuve que la stabilité ne se mesure pas à l’absence de bruit mais à la qualité du lien informationnel entre les acteurs.

Une démocratie sous silence

La Tanzanie illustre une mutation du pouvoir à l’ère numérique : gouverner, c’est aussi, désormais, gérer la visibilité. Mais la maîtrise de cette visibilité ne suffit pas à produire la légitimité. En restreignant l’accès à l’information, le régime tanzanien a peut-être gagné du temps mais il a sûrement perdu de la confiance. Pour les observateurs africains et internationaux, cette crise n’est pas un accident mais le symptôme d’une Afrique connectée, mais débranchée de sa propre parole.

The Conversation

Fabrice Lollia ne travaille pas, ne conseille pas, ne possède pas de parts, ne reçoit pas de fonds d’une organisation qui pourrait tirer profit de cet article, et n’a déclaré aucune autre affiliation que son organisme de recherche.

ref. Tanzanie : la fermeture de l’espace numérique, élément clé de la répression – https://theconversation.com/tanzanie-la-fermeture-de-lespace-numerique-element-cle-de-la-repression-269119

Should Canadian politicians be allowed to block their constituents on social media?

Source: The Conversation – Canada – By Victoria (Vicky) McArthur, Associate Professor, School of Journalism and Communication, Carleton University

Canadian politicians have increasingly taken to social media to campaign as well as communicate with constituents, sharing updates on policies, local events, emergencies or government initiatives.

But stories have emerged of constituents being blocked by their representatives. Should Canadian politicians be free to block their own constituents?

Some politicians claim the blocking is to combat increased online harassment, while constituents have claimed that simply being critical of policies or initiatives is enough to get them blocked.

Some recent cases in Canada include federal Environment Minister Steven Guilbeault being asked to unblock Ezra Levant on X in 2023, Alberta Premier Danielle Smith blocking constituents on X in 2023 and Montréal Mayor Valérie Plante blocking comments on X and Instagram in 2024. In 2018, Ottawa Mayor Jim Watson was sued by three local Ottawa activists after blocking them on X.

Research has indicated that politicians in Canada are subject to uncivil messages on their social media accounts and increasing threats and hate are directed to candidates online. Furthermore, social media has been attributed to rising political polarization and the spread of disinformation. The RCMP is currently investigating online threats made to MP Chris d’Entremont after he crossed the floor to join the federal Liberals.

Constituent rights

AI bots on social media are influencing political discourse online in Canada; one researcher has warned these bots “amplify specific narratives, influence public opinion, and reinforce ideological divides.”

But where do Canadian politicians draw the line, and does blocking constituents violate the Canadian Charter of Rights and Freedoms, specifically regarding the rights of citizens to access government information?

The Charter recognizes a derivative right to access government information when it’s essential for meaningful expression about government operations. This is why a court ordered Guilbeault to unblock Levant, founder of Rebel News, two years ago. However, this wasn’t an official ruling, but rather a settlement.

Within Ontario, the Office of the Integrity Commissioner has provided guidance on the use of social media accounts by provincial members of parliament (MPPs). The policy states that MPPs may have social media accounts in their own names, and provides advice on how they are used, but this advice mostly covers polices about partisan content or campaign rules.

The Canadian Civil Liberties Association notes that there is, “a special incentive for politicians to make sure that the online record casts them in the best possible light, even if that means silencing critical or otherwise inconvenient voices.”

Social media platforms generally do not effectively or consistently intervene when it comes to targeted harassment of Canadian politicians. For Canadian politicians who maintain active, public-facing social media accounts, this leaves managing online abuse to the candidates and their staff.

What about constituents who are simply unhappy with their elected officials?

In an era where Canadian politicians increasingly use social media to communicate policy and promote transparency, shouldn’t citizens be able to post critical comments in those same spaces? If these platforms serve as modern public forums, where exactly should democratic debate take place if not there?

Silenced by elected officials?

The issue presently lacks legal precedence in Canada. In the case of Levant/Guilbeault, the decision ordering the former environment minister to unblock Levant appeared to hinge on the nature of Guilbeault’s X account: whether it was a personal account or whether he was using it in an official capacity to communicate updates on his work in Parliament.

In the case of Watson in Ottawa, the three blocked plaintiffs argued the mayor had “infringed their constitutional right to freedom of expression by blocking them from his official Twitter account.” They further argued that his Twitter feed was “a public account used in the course of his duties as mayor” — a point he later conceded in unblocking them and ending the legal battle.

As Canadian politics continues to become integrated with social media, Canada still has no clear legal framework governing when or if politicians can or should block constituents online. The issue sits at the crossroads of digital safety, public accountability and freedom of expression.

Until clearer guidelines emerge, the question remains: how can politicians in Canada safely and effectively use social media to engage with constituents? And how can constituents confidently engage in critique via those same channels without fear of being silenced by their elected officials?

The Conversation

Victoria (Vicky) McArthur receives funding from the Social Sciences and Humanities Research Council, the Natural Sciences and Engineering Research Council, and the Canadian Foundation for Innovation.

ref. Should Canadian politicians be allowed to block their constituents on social media? – https://theconversation.com/should-canadian-politicians-be-allowed-to-block-their-constituents-on-social-media-269165

When we gamble with the integrity of sport, we risk losing the values it offers

Source: The Conversation – Canada – By Jennifer Walinga, Professor, Communication and Culture, Royal Roads University

In the sports documentary miniseries The Last Dance, Michael Jordan describes how, as a young rookie, he was confronted with an invitation to take part in illicit activities with teammates, including drugs and gambling.

He “did not go through that door,” realizing “he was in the NBA to get better.” Nowadays that kind of moral compass feels increasingly rare.

The recent gambling and fraud scandal rocking the NBA, for example, illustrates how, when sport leaders compromise on sport values — respect, excellence, safety and fairness — they compromise the value of sport to individuals and society as a whole.

The purpose of sport is individual and community development. The word “compete” is derived from the Latin competere which means to strive (for excellence) together.

Money changes the game

Adding money to sport requires a high level of regulation to prevent the associated pitfalls of corruption, fraud, power imbalances and excess.

Allowing gambling in sport places stress on sport governance, but also erodes cultural integrity. Betting communicates a tolerance for what has been considered criminal in the past and corrupting in the present.

When a referee tolerates cheating behaviour on the field, they soon lose control of the game, and the game soon loses its value.

Canadian researchers have repeatedly shown the value of sport in fostering individual and community development. From positive youth development to significant social impact and social inclusion of people with disabilities, research shows the positive role sport can have through inspiration, health, confidence, belonging and connection.

The Power of Sport: The True Sport Report 2022, a research series by the Canadian Centre for Ethics in Sport that provides evidence for a values-based approach to sport, consistently finds that “the sport Canadians want” includes safety, integrity and community.

What women’s sport teaches us

A recent report from Women and Sport Canada shows the sport Canadians want is equitable, inspiring and community-oriented. Women’s sport in Canada, for example, has doubled in value over two years to $400 million and is expected to reach $500 million within a year.

Sport organizations such as Speed Skating Canada, Rugby Canada and the Toronto Blue Jays are modelling positive sport values and the result is a growing fan base and participation, record ticket sales and exceptional performances.

In their studies of Speed Skating Canada and Rowing Canada, former professional athletes and organizational psychologists Katrina Monton and Jennifer Walinga found that cultural integrity — living the values of respect, safety and excellence — has created a foundation for optimal performance. Indeed, the Canadian Speed Skaters enjoyed a dominant performance at the recent World Cup.

Rugby Canada leadership stood by the women’s team through two cases of coach abuse to see the women earn Olympic and World Cup silver medals.

In studying rugby and other sports, our research team has found cultural integrity to be essential to a team’s resilience and success.

The Blue Jays have also confirmed it: the Canadian public wants a sport that upholds friendship, respect and excellence on the diamond. Fans are enthusiastically celebrating the expressed and enacted love the players have for one another, the game and the country.




Read more:
Boys do cry: The Toronto Blue Jays challenge sport’s toxic masculinity with displays of love and emotion


Fair play and the public’s trust

The recent gambling scandals in the NBA and the MLB are a product of ill-governed sport. Insider betting and games rigging involving players, coaches and organized crime rings are the fallout of legalized sports betting.

When sport leaders place winning or money at the centre of sport, a “win at all costs” mentality prevails, rationalizing and indirectly promoting behaviours like cheating, inequity and corruption — and the costs are well-documented.

Compromising on sport values creates cultural fractures, contradictions and incongruities across sport, which then undermine public trust and the participation that comes with it.

The Hockey Canada sexual assault settlement scandal, which involved the board using registration fees to settle the claims, is another example of values undermined under the guise of protecting players or the sport. Despite their acquittals, a group of junior hockey players compromised human dignity.

This type of behaviour stems from a cultural belief system that values violence — permitted and promoted in hockey — and leads to compromise across the hockey environment, including fan violence, referee abuse, hazing, bullying, misogyny and toxic masculinity.

These sport scandals are examples of how rationalizing illicit behaviours for the sake of sport — for example, gambling that increases the fan base and ticket sales, which fund sport — leads to value compromises across the sport environment.

UK Sport has relied on $1.5 billion in lottery funding since 1997. Most Canadian provinces rely on gaming grants to fund community sport — arguably a slippery slope.

Gaming, sponsorship and “targeted” performance-based funding models like UK Sport and Canada’s Own the Podium privilege money over ethics and safety, and communicate to athletes, coaches and fans that compromising values is acceptable. Yet, it can be argued, these models enhance funding and bring success. The question becomes: where do we draw the line?

When referees compromise on fair play or lose sight of their role, the game unravels — and so can sport in general unravel without proper governance, accountability, transparency and independence. When the rules no longer seem to apply, athletes believe they are free to push boundaries or take their own form of recourse.

The Edmonton Oilers/St.Louis Blues NHL hockey game in April 2025, when referees were accused of making several questionable calls, is a good example. The doping track-and-field scandals in the 1980s were yet another. When winning becomes the priority, other values fall by the wayside.

Rebuilding sport from the inside out

Sport must be governed by the same principles that define it at its best: excellence, respect, safety, community, accountability, independence, transparency, accessibility and fairness.

Sport based on Olympic and Paralympic values brings tremendous value to society.

Compromising on sport’s values and integrity only serves to squander its local, national and global power. Sport, when done right, unites the world.

The Conversation

Jennifer Walinga receives funding from SSHRC, WorkSafeBC and Royal Roads University

ref. When we gamble with the integrity of sport, we risk losing the values it offers – https://theconversation.com/when-we-gamble-with-the-integrity-of-sport-we-risk-losing-the-values-it-offers-268731