Las conflictivas historias de los médicos israelíes que trataron a prisioneros palestinos en el campo de detención Sde Teiman

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Merav Amir, Reader of Human Geography, Queen’s University Belfast

Personal militar israelí frente al hermético centro de detención de Sde Teiman, en el desierto del Néguev, al sur de Israel. Mostafa Alkharouf/Anadolu via Getty Images

Al final de nuestra conversación, Nathan (seudónimo) repetía, casi para sí mismo: “Quizás deberíamos haber hecho más. Quizás podríamos haber hecho más. Quizás podríamos haber hecho algo con respecto al campamento en sí. Con respecto a los perros. Seguíamos oyendo a los perros. Todas las noches”.

Nathan, cirujano jefe en uno de los hospitales más grandes de Israel, se refería a Sde Teiman, un campamento militar situado en el desierto del Néguev, en el sur de Israel, que, tras el ataque del 7 de octubre de 2023, se convirtió en un centro de detención para presos de Gaza.

Inicialmente, este campamento sirvió para encarcelar a miembros de la fuerza Nukhba, la unidad de Hamás que lideró la masacre en el sur de Israel. Pero desde entonces, y durante todo el posterior asalto de Israel a Gaza, Sde Teiman ha sido un “lugar secreto” en el que se retenía a los palestinos capturados por el ejército israelí dentro de Gaza, incluidos muchos que afirman no haber participado en los combates.

El antiguo campo secreto se ha convertido en tristemente célebre tras las denuncias de violencia, abusos y crueldad sin precedentes que, según se ha informado, tuvieron lugar en él. Un soldado que prestó servicio allí se refirió a él como un “campo de tortura sádico”.

Nathan nunca pisó el campo. Pero fue uno de los pocos médicos israelíes que se ofrecieron voluntarios para trabajar en un centro médico que funcionaba junto a él, donde algunos de los detenidos más gravemente heridos de Sde Teiman recibían tratamiento. Este centro se creó después de que muchos hospitales israelíes se negaran a admitir a cualquier persona sospechosa de haber participado en la masacre del 7 de octubre, muchas de las cuales estaban gravemente heridas.

La decisión de Nathan de prestar servicio en este centro no fue fácil, según nos explicó. Aunque no tenía reservas en tratar a los detenidos del campamento y consideraba que era su deber como médico atender a los pacientes sin importar quiénes fueran (especialmente si nadie más los trataba), su trabajo en el centro médico de Sde Teiman, que ha mantenido en secreto ante su familia y sus colegas, sigue atormentándolo. “En última instancia”, dijo, “me convirtió en un criminal de guerra”.

Entrevistamos a Nathan para un libro que estamos escribiendo sobre torturas en Israel. En nuestra investigación, llevada a cabo durante los últimos cinco años con la organización israelí de derechos humanos Comité Público contra la Tortura en Israel (Pcati), estudiamos hasta qué punto los sistemas de salud y otras instituciones cívicas se han convertido en cómplices de las torturas, que se han vuelto más generalizadas y brutales desde los atentados del 7 de octubre.

Después de que también comenzaran a aparecer testimonios desgarradores desde el centro médico, nos propusimos investigar el asunto. Las historias de este centro hablaban de pacientes recluidos en condiciones humillantes y degradantes, de una atención médica deficiente que provocaba complicaciones médicas (incluidas amputaciones innecesarias debido al uso constante de esposas) y de pacientes que morían por negligencia.

Nathan y otros dos médicos que trabajaban allí y a los que entrevistamos aportan nuevos datos sobre las condiciones dentro del centro médico y, en general, sobre la actuación del sistema sanitario israelí tras los ataques del 7 de octubre. Sus relatos nos permiten ver, como todos ellos dejaron claro de diversas maneras, cómo incluso las personas con las mejores intenciones pueden convertirse en cómplices de crímenes de guerra.

‘Todos sufrían un dolor insoportable’

Poco después de los atentados del 7 de octubre de 2023, Nathan recibió una llamada del Ministerio de Sanidad israelí preguntándole si estaría dispuesto a tratar a algunos de los autores de las atrocidades. El ministerio se puso en contacto con un pequeño número de médicos después de que muchos hospitales y algunos médicos se negasen a tratar a personas consideradas como terroristas salvajes.

Los médicos tienen la obligación ética de atender a todas las personas, independientemente de quiénes sean o qué hayan hecho. De hecho, el sistema sanitario israelí se enorgullecía de tener una larga trayectoria en el trato a todo tipo de pacientes, incluidos combatientes enemigos, terroristas suicidas y líderes de Hamás. Pero tras los atentados del 7 de octubre, por razones que analizaremos más adelante, los hospitales comenzaron a rechazarlos.

El centro médico de Sde Teiman se creó para que los detenidos recluidos en el campo principal pudieran recibir tratamiento médico sin tener que ser ingresados en hospitales públicos. Recordando la primera vez que visitó las instalaciones, Nathan nos dijo: “No tenía ni idea de adónde iba ni de qué me esperaba”. Creía que sería una solución temporal y, desde luego, no imaginaba que acabaría trabajando allí durante muchos meses.

Reportaje de BBC News sobre el trato a los presos en el centro de detención de Sde Teiman, agosto de 2024.

Durante las primeras semanas, sin el equipo adecuado, los medicamentos apropiados, un aparato logístico que funcionara e incluso una afiliación institucional adecuada, los médicos tuvieron que improvisar y confiar en su ingenio. “Al final, esta instalación estaba bien equipada en comparación con un hospital de campaña… Pero la cuestión es”, insistió Nathan, “que un hospital de campaña debe ser temporal; no se pueden realizar operaciones en una tienda en medio del desierto”.

Cuando nos reunimos a finales de 2024, Nathan no se sentía cómodo y parecía muy preocupado. Varias veces durante la conversación nos dijo: “nadie puede saber quién es Nathan”. Al ver lo angustiado que estaba por ser descubierto, nos sorprendió que hubiera aceptado ser entrevistado. Pero, sin que lo supiéramos, unos días antes de contactar con él, había asistido a una charla pública que dimos sobre nuestras investigaciones. Probablemente por eso, cuando nos pusimos en contacto, aceptó inmediatamente reunirse con nosotros.

Además de Nathan y los otros dos médicos que trabajaban en el centro, también entrevistamos a personas que participaban de alguna manera en su funcionamiento: dos miembros del comité de ética de la Asociación Médica de Israel, un experto en ética médica que asesoraba a los médicos que trabajaban en el centro de Sde Teiman y profesionales de los derechos humanos que lo investigaban. También entrevistamos a personal médico y sanitario de siete de los hospitales más grandes de Israel, así como a varios funcionarios del Gobierno israelí que trabajaban en el sistema sanitario y en el Ministerio de Justicia.

Aunque la mayoría de los entrevistados hablaron a condición de mantenerse anónimos, Nathan se mostró especialmente cauteloso. Lo que más le preocupaba era que él o su familia se convirtieran en blanco de activistas israelíes de derecha si se enteraban de que había tratado a “terroristas”. Pero también le preocupaban las reacciones de sus colegas: ni siquiera su superior inmediato sabía lo que había estado haciendo, salvo que había sido llamado a filas para cumplir con el servicio militar.

Además, Nathan quería protegerse de las críticas de los miembros de la comunidad de izquierda que consideraban a cualquier persona relacionada con las instalaciones de Sde Teiman como un criminal de guerra. Sin embargo, estaba claro que él también pensaba que la mera existencia de las instalaciones médicas era un delito, a pesar de que siempre había intentado proporcionar a los pacientes la mejor atención posible.

De hecho, Nathan nos contó que, mientras trabajaba allí, había intentado en repetidas ocasiones que se cerrara el centro médico. “Los pacientes no podían recibir el tratamiento que necesitaban. Todos ellos debían ser ingresados en un hospital normal”.

Después de muchos meses, una vez que “ya no era una situación de emergencia” y cuando Nathan se dio cuenta de que sus esfuerzos por cerrar el centro eran inútiles, sintió que no podía “seguir allí” y renunció.

Esposado, con los ojos vendados y con pañales

Nos pusimos en contacto con Ben (también un seudónimo) para entrevistarlo debido a su colaboración con otra organización de derechos humanos, con el fin de preguntarle sobre el tratamiento médico que reciben los palestinos en las cárceles israelíes tras los atentados del 7 de octubre. Durante nuestra conversación, cuando se enteró de que estábamos escribiendo sobre el centro médico de Sde Teiman, nos contó que a él también lo habían llamado a finales de 2023 para prestar servicio allí.

Ben, un médico mucho más joven que los otros a los que entrevistamos, trabaja en uno de los hospitales públicos de Israel. Recordó que un colega le pidió que ayudara a realizar una intervención a un paciente de Gaza al que había tratado anteriormente. Inmediatamente se subió a su coche y condujo hasta Sde Teiman, siguiendo las indicaciones que le habían dado por teléfono, sin saber exactamente adónde iba.

Una vez en el centro médico, Ben dijo que se quedó asombrado por lo que vio. Aunque era finales de diciembre y el lugar llevaba más de dos meses en funcionamiento, “los pacientes seguían sin llevar nada más que pañales”. Nos contó que seguían esposados a sus camas y con los ojos vendados en todo momento, incluso mientras recibían tratamiento médico. No se les permitía levantarse de la cama, por lo que tenían que defecar en ella cuando necesitaban hacer sus necesidades.

Ben llevó a cabo el procedimiento que se le había encomendado. Pero una vez llegó a casa, se dio cuenta de la realidad de lo que había presenciado: “Decidí no volver a pisar ese centro nunca más”.

Como estaban esposados, el personal de enfermería tenía que hacerlo todo por los pacientes. Los lavaban, les cambiaban los pañales e incluso tenían que alimentar a algunos de ellos con comida líquida a través de pajitas. Estos relatos fueron confirmados por los otros dos médicos que entrevistamos y que habían trabajado en el centro.

Los médicos describen las condiciones dentro del centro médico de Sde Teiman: BBC News, mayo de 2024.

Nathan nos dijo varias veces: “Debéis destacar el cuidado y la dedicación de las enfermeras”, que bañaban, alimentaban y cuidaban a personas a las que pocos estaban dispuestos a atender. Sin embargo, aunque esto es sin duda digno de mención, especialmente en aquellas circunstancias, la mayoría de estos pacientes habrían podido ir al baño, ducharse y alimentarse por sí mismos si no hubieran estado inmovilizados en sus camas las 24 horas del día. El uso indiscriminado de tales restricciones en los pacientes viola la ley israelí, y se considera una forma de tortura según los códigos éticos tanto de Israel como internacionales.

“Al principio, [el uso de esposas] puede haber sido necesario porque tratábamos a personas muy peligrosas” que acababan de cometer una brutal masacre, explicó Nathan. Describió un grave ataque a una empleada del que fue testigo y confirmó: “Tuvimos varios casos en los que los pacientes agredieron al personal”.

Pero, continuó, “no tenían justificación después de las primeras semanas. Para entonces, se podrían haber implementado otras precauciones y se podrían haber realizado evaluaciones para determinar quién podía suponer un peligro para el personal y aún necesitaba estar esposado”.

Nathan dijo que, al final, muchos de los pacientes atendidos por los médicos y enfermeras no eran peligrosos. “Se deberían haber tomado medidas para que esos pacientes pudieran ser atendidos en un hospital general en Israel”.

Tras visitar las instalaciones médicas de Sde Teiman a finales de febrero de 2024, los miembros del comité ético del Ministerio de Sanidad israelí informaron de que todos los pacientes seguían encadenados a sus camas por las cuatro extremidades, a pesar de que el propio ejército israelí admitió, en diciembre de 2023, que muchos de los detenidos en Sde Teiman no eran sospechosos de estar relacionados con Hamás u otras facciones militantes. Muchos de los encarcelados en Sde Teiman, incluidos algunos que habían permanecido detenidos durante meses y estaban encadenados a sus camas, acabarían siendo liberados sin cargos.

‘Hicimos todo lo que pudimos’

El relato de Nathan fue respaldado por nuestro tercer entrevistado, Yoel Donchin, un anestesista sénior que también prestó servicio en el centro médico durante muchos meses. Donchin describió algunos de los pacientes que trató al New York Times en junio de 2024, explicando que uno era parapléjico, otro padecía obesidad mórbida y un tercero había necesitado utilizar un tubo respiratorio desde la infancia. Donchin concluyó que era “muy improbable” que alguno de ellos hubiera participado en los combates. “Se llevan a todo el mundo”, dijo, refiriéndose a las acciones del ejército israelí en Gaza.

Como ya había hablado públicamente sobre sus experiencias en las instalaciones, Donchin fue fácil de localizar. A diferencia de Nathan y Ben, no le importó que utilizáramos su nombre real y no tuvo reservas sobre su participación allí.

Después de defender públicamente su decisión de prestar servicio en el centro, Donchin y el resto del equipo médico que trabajaba allí fueron criticados por organizaciones de derechos humanos, incluidos miembros de la junta directiva de Pcati. Tratar a los pacientes allí, afirmaron, era “una vergüenza moral y una violación de todos los principios éticos” a los que deben comprometerse los médicos.

Sin embargo, tras un par de horas de larga conversación en su tranquila casa de las afueras de Tel Aviv, empezamos a conciliar los datos que teníamos sobre Sde Teiman con el relato de Donchin sobre su experiencia trabajando en el centro médico. Él comparó la situación en Israel inmediatamente después del 7 de octubre con “un suceso con múltiples víctimas”, y explicó que, en tales condiciones, “la ética médica es diferente”. En el caos de las primeras semanas tras los ataques, nos dijo, “nadie sabía lo que estaba haciendo. Los hospitales estaban abarrotados de pacientes y el sistema estaba desbordado”.

Donchin dijo que incluso algunos soldados israelíes heridos en el ataque de Hamás no pudieron recibir toda la atención que necesitaban. Tras el 7 de octubre, nos dijo: “Todo el sistema sanitario [israelí] estaba completamente desorganizado. Durante el primer mes, no se podía hablar de Estado en absoluto”.

En medio de este caos, Donchin nos dijo: “Hicimos todo lo que pudimos”. Explicó que, cuando no se suministraba la nutrición que necesitaban los pacientes, el personal la compraba por su cuenta. Cuando alguien necesitaba ser atendido por un especialista, recurrían a sus redes personales para traer a colegas con la experiencia necesaria, ya fuera para que acudieran al centro o, cuando eso no era posible, para que dieran consejos a través de una videollamada.

Sin embargo, aunque estas medidas de emergencia pueden haber sido eficaces, “no deberían haber sido la solución”. En última instancia, dijo Donchin, estas “concesiones e improvisaciones” significaban que los médicos estaban operando bajo “una bandera negra de ilegalidad”.

Según el experto en ética médica que asesoró a los médicos que trabajaban en Sde Teiman: “En este primer mes, tratar a quienes acababan de participar en la masacre planteó retos particulares”, porque algunos eran muy peligrosos y agresivos. “Los hospitales generales no están preparados para tratar a pacientes que suponen tal riesgo para el personal”.

Sin embargo, también afirmó que “Israel contaba con planes de contingencia detallados para tal escenario, que incluían la preparación de una sala dedicada a los combatientes enemigos en uno de los principales hospitales. Pero nunca se llevaron a cabo”.

‘Deberían dejar que se pudriese’

Muchos de los casi 200 militantes de Hamás que participaron en los ataques del 7 de octubre y fueron capturados en Israel resultaron heridos en los combates. Al principio fueron trasladados a hospitales generales, pero la noticia se difundió rápidamente, lo que provocó numerosas respuestas de turbas que asaltaban las salas de los hospitales y atacaban al personal y a pacientes que sospechaban que eran palestinos.

Para proteger la seguridad tanto de los pacientes como del personal, los hospitales israelíes comenzaron a negarse a admitir a estos pacientes. Pero algunos miembros del personal médico también expresaron “dificultades” para tratar a aquellos que sospechaban que habían cometido las atrocidades del 7 de octubre.

El 11 de octubre de 2023, Moshe Arbel, ministro de Sanidad de Israel en aquel momento, respaldó oficialmente esta reticencia mediante la promulgación de una ordenanza en la que se establecía que los hospitales generales no debían tratar a “terroristas de Gaza”. Esta directriz también permitió a los hospitales israelíes denegar la atención médica a cualquier palestino procedente de cualquier centro penitenciario.

El personal que trabajaba en algunos de estos hospitales nos contó después que había oído con frecuencia a sus compañeros hacer declaraciones como “Gaza debería ser borrada del mapa” o “en mi opinión, todos los bebés de Gaza son terroristas y pueden morir”, a veces en reuniones formales del personal y delante de compañeros palestinos.

También escuchamos historias de personal médico que mostraba un desprecio explícito por las lesiones y el bienestar de aquellos que sospechaban que formaban parte de la fuerza Nukhba y, en algunos casos, de los detenidos palestinos de Gaza en general.

Por ejemplo, Nathan nos contó que llamó a un especialista de alto nivel cuando necesitaba asesoramiento urgente sobre el tratamiento de uno de los detenidos en Sde Teiman, solo para que le dijeran: “En mi opinión, hay que dejar que se pudra”. Y según Ben: “El 8 de octubre, fui testigo de cómo un médico insertaba un tubo en los pulmones de un paciente de la fuerza Nukhba sin anestesiarlo. Probablemente hubo otros casos similares”.

“Paradójicamente”, nos dijo Ben, “los médicos del centro médico de Sde Teiman tenían un compromiso y una comprensión mucho más profundos de su responsabilidad de atender a estos pacientes”. Según él, era en los hospitales generales donde había encontrado más “violencia verbal, menos atención” y algunos casos de maltrato físico.

Según quienes trabajaban en Sde Teiman, al tratarse de un centro improvisado, con falta de equipamiento y personal, si un paciente necesitaba un tratamiento urgente que no se podía proporcionar in situ, a veces se le trasladaba a uno de los hospitales generales de Israel. Nathan describió cómo pasaba largas horas al teléfono cada vez, llamando a diferentes centros hospitalarios hasta que encontraba uno dispuesto a admitir al paciente. Pero era precisamente la existencia del centro médico de Sde Teiman lo que permitía a muchos hospitales eludir sus responsabilidades, ya que, aparentemente, estos pacientes ya estaban recibiendo tratamiento.

Y cuando se realizaba una intervención hospitalaria, los pacientes eran rápidamente enviados de vuelta al centro médico de Sde Teiman, tal y como se describe en esta carta filtrada dirigida al Ministerio de Salud de Israel por un médico que trabajaba en el centro:

“Los pacientes que han sido sometidos a operaciones importantes, como cirugías abdominales para resecciones intestinales, son trasladados, tras aproximadamente una hora de observación postoperatoria, al centro médico de Sde Teiman, que cuenta con un solo médico durante la mayor parte del día, acompañado de un equipo de enfermería, algunos de los cuales solo tienen formación médica”.

Finalmente, el personal del centro médico de Sde Teiman consiguió que algunos pacientes fueran liberados de las esposas que les ataban a la cama por las cuatro extremidades y que pudieran llevar batas de hospital en lugar de pañales. Pero, independientemente de sus esfuerzos por proporcionar una mejor atención, y a pesar de sus importantes luchas y éxitos parciales, tratarlos allí era, en opinión de muchos observadores y de algunos de los propios médicos, convertirse en cómplices de violaciones del derecho internacional y de Israel.

La carta anónima enviada al Ministerio de Salud de Israel afirmaba que las condiciones del centro a menudo provocaban “complicaciones y, en ocasiones, incluso la muerte del paciente”:

“Esto nos convierte a todos –a los equipos médicos y a los responsables de los ministerios de Sanidad y Defensa– en cómplices de la violación de la legislación israelí y, lo que es peor para mí como médico, de la violación de mi compromiso básico con los pacientes, estén donde estén, tal y como juré cuando me licencié hace 20 años”.

El dilema de los médicos

Ben solo visitó el centro médico de Sde Teiman una vez, pero el remordimiento le acompaña desde entonces. “Debería haber dado media vuelta en cuanto vi que tenían a los pacientes desnudos y esposados a sus camas”, nos contó. “Tratar a los pacientes allí no solo era una violación de nuestros códigos éticos como médicos, sino que era participar en crímenes de guerra, si no en crímenes contra la humanidad. Eso era algo que no estaba dispuesto a considerar”.

Continuó diciendo: “Prestar servicio allí mitigó eficazmente la crisis que se hubiese producido si ningún médico hubiera aceptado hacerlo. El personal médico permitió que las instalaciones de Sde Teiman siguieran funcionando, y la existencia de dichas instalaciones permitió a los hospitales negarse a tratar a esos pacientes”.

Aunque el campo de detención de Sde Teiman albergó a cientos de detenidos durante largos periodos, su centro médico no podía tratar a más de 15 pacientes a la vez. Por lo general, solo se atendía a quienes tenían lesiones graves, a menudo cuando su estado ya se había deteriorado. Según nuestros entrevistados, esto significaba que las lesiones se infectaban con frecuencia, lo que provocaba amputaciones de extremidades que se podrían haber evitado fácilmente.

En el campo de detención principal, las enfermedades no tratadas causaban complicaciones, debilidad y, en algunos casos, la muerte. Los datos públicos más recientes muestran que, entre octubre de 2023 y julio de 2024, al menos 36 detenidos fallecieron dentro de Sde Teiman. En menor medida, la retirada de la atención médica también se ha convertido en la norma en otras prisiones y centros de detención donde se encuentran recluidos palestinos. Según los datos más recientes (aún sin publicar) que hemos recibido de Médicos por los Derechos Humanos (Israel), entre octubre de 2023 y julio de 2025, 52 palestinos han fallecido en instalaciones militares y 41 en prisiones israelíes.

Negar atención médica a una persona encarcelada puede constituir en sí mismo un acto de tortura. Aunque comúnmente al escuchar la palabra tortura podemos pensar en huesos rotos, uñas arrancadas o descargas eléctricas, esta puede adoptar muchas otras formas. Cuando alguien está enfermo o herido, negarle el tratamiento que necesita e impedirle recibir cualquier tipo de alivio para el dolor puede ser una forma de causarle un dolor insoportable y un sufrimiento innecesario.

Para Donchin, negarse a tratar a los pacientes habría significado convertirse en cómplice de este delito. “Para mí, la alternativa –no proporcionar ningún tipo de atención, no mostrar compasión– era imposible”, afirmó, y añadió que una cosa es pensar en estas cuestiones en teoría y otra muy distinta es ver a una persona sufriendo delante de ti.

Por el contrario, para Ben, lo único correcto era negarse a trabajar en las instalaciones médicas temporales de Sde Teiman, sobre todo cuando había hospitales de última generación a poca distancia en coche. “Tratar a los pacientes allí no los salva, ya que los deja fuera del sistema sanitario que podría haberles proporcionado el tratamiento vital que tanto necesitaban”, nos dijo.

Pero, al concluir nuestra conversación, añadió: “No hay respuestas correctas aquí. Es una gran tragedia, se mire como se mire”.

El centro médico de Sde Teiman cerró finalmente en octubre de 2024, cuando, tras una petición al Tribunal Superior de Justicia de Israel por parte de varias organizaciones de derechos humanos, entre ellas Pcati y Médicos por los Derechos Humanos, se redujo significativamente la población del principal campo de detención.

Cuando Nathan se sentó a hablar con nosotros, el centro médico llevaba cerrado varios meses. Pero el hombre con el que nos reunimos seguía completamente abatido, visiblemente destrozado. No dejaba de preguntarse si había hecho lo suficiente, o si debería o podría haber hecho más. Fue entonces cuando llegó a la conclusión: “Quizás podríamos haber hecho algo con respecto al campo en sí”.

Aunque nunca pisó el campo principal, nos dijo que podía oír muy claramente los gritos y los ladridos de los perros. “Quizás podríamos haber hecho más con respecto al campo en sí”.

Mientras que Ben y Donchin parecían encontrar cierto consuelo en su convicción de que habían hecho lo correcto (a pesar de llegar a conclusiones opuestas), Nathan no compartía esa certeza. Por un lado, tenía claro que se había convertido en cómplice de los crímenes. Las condiciones de las instalaciones médicas ni siquiera cumplían con lo que él denominaba la “ley mínima” que Israel había adaptado para tratar a estas personas, por no hablar del derecho internacional de los derechos humanos y todos los códigos éticos médicos.

Sin embargo, al mismo tiempo, Nathan sentía que no podía abandonar a estos pacientes. Cuando nos reunimos con él, todavía estaba dividido por lo que había hecho, todavía se preguntaba si había tomado las decisiones correctas.

Un legado de tortura

El uso de la tortura por parte de Israel no comenzó en octubre de 2023. En el transcurso de nuestra investigación, hemos analizado más de 1 500 de los casos de tortura registrados por Pcati en los 25 años anteriores a los ataques. Todos ellos han sido analizados minuciosamente por cumplir la definición establecida por la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura.

Comparando nuestros hallazgos con los testimonios que han surgido en los últimos dos años, podemos afirmar con certeza que el uso de la tortura por parte de las fuerzas de seguridad israelíes ha aumentado tanto en escala como en gravedad desde entonces, aunque esto ha sido negado por el gobierno y el ejército.

Según numerosos informes verificados, muchos de los detenidos en Sde Teiman fueron sometidos a violencia sexual, desde desnudos forzados y humillaciones hasta violaciones; esposas constantes que provocaron lesiones y, en algunos casos, la amputación de extremidades; y palizas con porras, barras de metal y culatas de armas y botas, a veces hasta que los detenidos perdían el conocimiento.

Se denunciaron prácticas similares en casi todas las prisiones y centros de detención israelíes donde se recluyó a palestinos tras los atentados del 7 de octubre.

Los relatos de los médicos que trabajan en Sde Teiman no deben distraer la atención de la gravedad de esta historia más amplia de abusos y torturas. Pero los dilemas a los que se enfrentaron los médicos y el impacto que esto ha tenido en sus vidas muestran las complejidades, si no imposibilidades, a las que se enfrentan los israelíes que intentan resistirse a las atrocidades que Israel ha estado cometiendo en Gaza (y Cisjordania) tras los ataques del 7 de octubre.

Un trabajador palestino de un hospital inspecciona los daños causados por un bombardeo en un almacén.
Un trabajador palestino de un hospital inspecciona los daños causados por un bombardeo en un almacén farmacéutico en Khan Yunis, al sur de Gaza, en mayo de 2025.
Anas Mohammed/Shutterstock

En su informe de julio de 2025, Médicos por los Derechos Humanos Israel afirmó que “los ataques generalizados contra el sistema sanitario de Gaza” equivalen a un desmantelamiento de “las condiciones de vida existentes con efectos en el futuro” y, por lo tanto, deben considerarse una violación de la Convención sobre el Genocidio de 1948.

Los médicos con los que nos reunimos, junto con el resto del personal sanitario del centro de Sde Teiman, intentaron contrarrestar la deshumanización y el abandono de la vida que permiten que se produzcan genocidios. De diferentes maneras, intentaron detener la atrocidad que se desarrollaba ante sus ojos y remediar las condiciones que la hacían posible. Sin embargo, en su opinión, seguían siendo cómplices de los mismos delitos que intentaban prevenir.

Por mucho que su historia sea una historia de dilemas imposibles, también es una historia de personas que, al menos, hicieron lo que pudieron para contrarrestar esta complicidad casi inevitable. No solo insistiendo en la humanidad de quienes tenían delante, y por lo tanto también en la suya propia, sino también negándose a permanecer en silencio.


Respuesta a este artículo

The Conversation se puso en contacto con la Asociación Médica Israelí (IMA, por sus siglas en inglés) durante la edición de este artículo. Su respuesta, que se refleja en el artículo final, incluía los siguientes comentarios:

“Según las directrices del Ministerio de Salud israelí, todos los pacientes del centro médico de Sde Teiman fueron tratados de acuerdo con los estándares médicos convencionales israelíes, lo que significa que el nivel de atención allí era superior al que habrían recibido en Gaza”.

“Es cierto que el uso indiscriminado de medidas de inmovilización viola la ética médica israelí. El comité de ética de la IMA ha abordado esta cuestión en más de una ocasión, incluso con una declaración en septiembre de 2023 y una carta al Ministerio de Salud israelí en febrero de 2025”.

“La IMA se ha pronunciado continuamente sobre cuestiones humanitarias a lo largo de esta guerra y seguirá haciéndolo. El 5 de agosto de 2025, reafirmamos nuestra política de toda la vida sobre la garantía de la atención médica durante los conflictos armados”.

“La destrucción de la asistencia sanitaria en Gaza es trágica, pero no se han producido ‘asesinatos en masa, detenciones, torturas y abusos contra el personal médico’ como se afirma en el informe de Médicos por los Derechos Humanos Israel, de julio de 2025. Ha habido algunos miembros del personal médico sospechosos de terrorismo o terroristas probados. La IMA ha dejado muy claro que todos los pacientes deben ser tratados por igual”.

The Conversation también intentó recabar la opinión del ejército israelí sobre las conclusiones de este artículo, pero no obtuvo respuesta. Cuando la BBC se puso en contacto con él anteriormente para preguntarle sobre las denuncias de abusos y torturas en el centro médico de Sde Teiman, afirmó que “rechaza por completo las acusaciones de abusos sistemáticos a los detenidos”.

El Gobierno de Israel así mismo ha rechazado las acusaciones de malos tratos y torturas generalizados a los detenidos en el centro de detención de Sde Teiman, insistiendo en que está “plenamente comprometido con las normas jurídicas internacionales”.

The Conversation

La financiación para esta investigación proviene del UKRI (subvención ESRC ES/V012622/1).

Hagar Kotef recibe financiación del ESRC.

ref. Las conflictivas historias de los médicos israelíes que trataron a prisioneros palestinos en el campo de detención Sde Teiman – https://theconversation.com/las-conflictivas-historias-de-los-medicos-israelies-que-trataron-a-prisioneros-palestinos-en-el-campo-de-detencion-sde-teiman-265683

Dos nuevos cometas ya son protagonistas del cielo vespertino

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Josep M. Trigo Rodríguez, Investigador Principal del Grupo de Meteoritos, Cuerpos Menores y Ciencias Planetarias, Instituto de Ciencias del Espacio (ICE – CSIC)

El cometa 2025 A6 Lemmon, captado el 14 de septiembre de 2025 desde Alalpardo (Madrid). Alfonso José Merino

Los aficionados a la astronomía tendrán las próximas semanas la oportunidad de disfrutar de dos cometas de largo periodo descubiertos este mismo año: C/2025 A6 (Lemmon) y el recientemente catalogado C/2025 R2 (SWAN). Ambos objetos poseen órbitas muy excéntricas que los llevan a regiones externas de nuestro sistema planetario, con periodos orbitales de más de mil años.

Para verlos –o aún mejor, fotografiarlos– podremos guiarnos empleando unas cartas estelares. En otras palabras, necesitamos un cielo oscuro y saber dónde buscarlos. A continuación doy algunas directrices para conseguir observarlos.

El aumento de brillo del cometa Lemmon

Este cometa descubierto a principios de enero por el astrónomo estadounidense Carson Fuls en el marco del programa de seguimiento de cuerpos menores del Observatorio Mount Lemmon posee una órbita muy excéntrica. Los cálculos orbitales de Syuichi Nakano, del Central Bureau for Astronomical Telegrams, indican que, en el extremo más lejano de su órbita (llamado “afelio”), el cometa estaba a 36 000 millones de kilómetros del Sol. Eso corresponde a un período orbital de unos 1 350 años, por lo que debió ser visible en el siglo VII de nuestra era.

En cualquier caso, este pequeño cometa tuvo el pasado 16 de abril un encuentro relativamente próximo a Júpiter (a unos 349 millones de km). Como consecuencia del mismo, sufrió un tirón gravitacional del planeta gigante que ha reducido parte de su energía orbital, viendo acortado su período en unos doscientos años. Un excelente ejemplo de que aún los cometas con órbitas de alta inclinación pueden ser significativamente afectados por los encuentros con los planetas gigantes.

El C/2025 A6 Lemmon pasará a 101 millones de km de la Tierra el 21 de octubre. Posteriormente alcanzará el punto más cercano al Sol de su órbita (conocido como perihelio) el 8 de noviembre, encontrándose a 79 millones de km del astro rey. Se espera que sobreviva a esa fase de mayor calentamiento por la radiación solar y retorne al espacio profundo, como parece haber hecho en anteriores ocasiones.

En las últimas semanas, este cometa ha seguido incrementando a buen ritmo su brillo, tal y como revelan los datos enviados a la Base de Datos de Observaciones de Cometas (COBS), que recopila las observaciones de estos objetos. Si mantiene las expectativas, su brillante coma, la envoltura de gas y polvo que se entiende desde el núcleo, llegará a ser visible a simple vista con relativa facilidad desde zonas rurales a finales de octubre.

Se espera que llegue a magnitud +3 la última semana, es decir, similar a las estrellas más débiles que forman la conocida Osa Mayor. Incluso podría ser algo más brillante, conforme evolucione y se acerque a la Tierra.

En la coma ya desarrollada del cometa 2025 A6 Lemmon ya puede apreciarse el comienzo de la cola. Captado el 14 de septiembre de 2025 desde Alalpardo, Madrid.
Alfonso J. Merino

El cometa irá incrementando su brillo progresivamente, mientras recorre el firmamento cruzando las constelaciones de Leo Menor, la Osa Mayor, los Perros de Caza y Boyero. En la actualidad, C/2025 A6 Lemmon se encuentra prácticamente en el límite de observación a simple vista, pero va ganando brillo cada noche. Recomiendo las cartas celestes de Gideon van Buitenen para localizarlo puntualmente.

Precisamente la semana que se muestre más brillante y asequible estará ya en la constelación de Boyero, relativamente cerca de la luminosa estrella Arturo. En todo caso, su observación dependerá de buscar un lugar sin contaminación lumínica con el horizonte oeste despejado, dado que se hallará a finales de octubre a baja altura sobre el horizonte, tras la puesta del Sol.

El súbito descubrimiento del cometa SWAN

Hace poco más de una semana, otro cometa fue descubierto saliendo de su conjunción con el Sol, tal como llamamos a la mayor proximidad angular al astro rey. Lo halló el instrumento Solar Wind Anisotropies (SWAN) de la sonda SOHO, capaz de monitorizar el campo angular cercano a nuestra estrella.

El cometa C/2025 R2 SWAN fue captado el pasado 16 de septiembre de 2025, con su cola iónica deslabazada, desde Farm Tivoli, Namibia.
Gerald Rhemann y Michael Jäger

El nuevo cometa estará bien situado las próximas semanas para observarlo con prismáticos o pequeños telescopios. Deberemos buscar un entorno rural, con el oeste libre de contaminación lumínica, puesto que no es visible a simple vista. Con telescopios se aprecia su coma y una parte de su larga y fina cola iónica.

Haciendo uso de las citadas cartas celestes de van Buitenen podremos localizarlo entre las estrellas. Si no disponemos de un telescopio computerizado, procuremos tener una estrella brillante cercana de referencia inicial para poder “saltar” en el campo de nuestro telescopio hasta llegar a la posición esperada del cometa. Empleemos un ocular que proporcione bajos aumentos y mayor campo angular para distinguir bien el difuso cometa entre las estrellas de fondo.

Localización del cometa C/2025 R2 SWAN entre el 16 de septiembre y el 2 de octubre.
Eddie Irizarry/ Stellarium.

Ahora sólo cabe esperar que estos cometas se comporten como deben y nos maravillen incluso más de lo esperable. Al fin y al cabo, como dijo el célebre descubridor de cometas David H. Levy en su libro Comets: Creators and Destroyers (Cometas: Creadores y Destructores): “Los cometas son como los gatos: tienen colas y hacen exactamente lo que quieren”

The Conversation

Josep M. Trigo Rodríguez recibe fondos del proyecto del Plan Nacional de Astronomía y Astrofísica PID2021-128062NB-I00 financiado por el MICINN y la Agencia Estatal de Investigación.

ref. Dos nuevos cometas ya son protagonistas del cielo vespertino – https://theconversation.com/dos-nuevos-cometas-ya-son-protagonistas-del-cielo-vespertino-265528

Vivir con miedo al clima: el impacto de catástrofes naturales como la dana en la salud mental

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Alexis Cloquell Lozano, Profesor Sociología. Cátedra Caixa Popular para el estudio de los desafíos sociales y la vulnerabilidad., Universidad Católica de Valencia

Destrozos provocados por las inundaciones causadas por el paso de una dana en Valencia en octubre de 2024. David Raw/Shutterstock

El informe del Observatorio Europeo del Clima y la Salud gestionado por la Comisión Europea y la Agencia Europea del Medio Ambiente estimó que, de 1998 a 2018, entre 1,7 y 10,6 millones de personas desarrollaron algún trastorno mental tras sufrir inundaciones, cifras que incluyen desde síntomas leves de ansiedad hasta cuadros clínicos de trastorno de estrés postraumático.

El 29 de octubre de 2024, una dana provocó lluvias torrenciales e inundaciones históricas en la Comunidad Valenciana, causando 228 fallecidos y afectando a más de 300 000 personas. Este suceso ejemplifica cómo los desastres naturales intensificados por el cambio climático pueden impactar profundamente en la percepción y en la salud mental de la población.

A través del proyecto “Ecoansiedad percibida tras los efectos de la dana: una respuesta cognitiva y emocional al cambio climático” hemos estudiado el impacto social y psicológico que este fenómeno tuvo en la sociedad española.

La ecoansiedad como nuevo desafío social

La ecoansiedad, según la Asociación Estadounidense de Psicología y ecoAmerica, se describe como un “miedo crónico a un desastre ambiental” derivado de la percepción de amenazas reales o anticipadas por el cambio climático. En el ámbito científico, este término se conceptualiza como un constructo multidimensional que incluye componentes cognitivos, como el grado de preocupación, emocionales y somáticos en respuesta al deterioro medioambiental.

Según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), tras una catástrofe como la dana, el cambio climático se percibe como un riesgo más presente y relevante, aumentando la preocupación social. No obstante, los estudios longitudinales indican que este efecto suele disminuir con el tiempo y, si no se refuerza, muchas personas acaban volviendo a sus niveles previos de preocupación y comportamiento.

Gráfico que representa el grado de preocupación de la población respecto al cambio climático (marzo 2024 a marzo 2025).
Grado de preocupación de la población española respecto al cambio climático (marzo 2024 a marzo 2025).
Alexis Cloquell, a partir de datos del CIS, CC BY-SA

Mujeres jóvenes y valencianas, las más vulnerables

En el proyecto hemos analizado los datos recogidos en el Barómetro nº 3 489 (diciembre 2024) y el Estudio nº 3 499 (febrero-marzo 2025) del CIS. Aunque los resultados todavía no están publicados, podemos adelantar algunas de las conclusiones más relevantes.

Uno de los hallazgos más consistentes es el papel de la variable sexo. Las mujeres presentan niveles significativamente más altos de ecoansiedad que los hombres: el 40 % de ellas experimenta un nivel elevado, frente al 28 % de los hombres. Este hallazgo coincide con investigaciones previas que han documentado una mayor sensibilidad emocional y una conciencia ambiental más desarrollada entre las mujeres, posiblemente influida por factores culturales, educativos y sociales que promueven un mayor involucramiento en temas ecológicos.

La provincia de Valencia concentra el mayor impacto: un 48 % de ecoansiedad elevada frente al 32 % del resto de España. Diversos estudios han demostrado que las experiencias directas con eventos climáticos extremos pueden actuar como factores que aumentan la conciencia y preocupación ambiental. Por eso estas personas tienen mayor probabilidad de reconocer la gravedad del cambio climático y apoyar políticas ambientales. Esto se debe al llamado “efecto de proximidad”, en el que la vivencia directa genera una percepción de riesgo más inmediata y emocional.




Leer más:
¿Existe la ecoansiedad, el miedo crónico a un colapso ambiental?


Educación y desigualdad: cuando la información protege

El nivel educativo actúa como un factor protector moderado: quienes tienen estudios superiores presentan niveles algo menores de ecoansiedad, lo que podría sugerir que una mayor formación académica favorece herramientas cognitivas o informativas que permiten canalizar la preocupación ambiental de manera más equilibrada.

La variable ocupación arroja datos muy reveladores. Las personas desempleadas y aquellas que se dedican a labores del hogar presentan los niveles más altos de ecoansiedad cognitiva. En estos grupos, más del 39 % se encuentra en el nivel alto.

También los jubilados y pensionistas manifiestan una proporción elevada. Esto podría estar relacionado con una sensación de vulnerabilidad económica, menor acceso a medios de adaptación o, en algunos casos, una percepción de impotencia frente al futuro.

En cambio, los estudiantes presentan una distribución algo distinta, con aproximadamente el 45 % ubicados en el nivel bajo. Esto podría interpretarse como una toma de conciencia activa, pero aún no intensamente ansiosa, posiblemente asociada al carácter formativo y crítico de esta etapa vital.

Una llamada urgente para nuevas políticas públicas

Los resultados muestran que el cambio climático no solo transforma los paisajes, sino también las mentes, y que es urgente prepararse para un futuro climático más incierto. Se trata de un fenómeno persistente: incluso seis meses después del evento, la preocupación permanece, lo que plantea retos importantes para la salud mental.

El estudio alerta sobre un problema creciente que hasta ahora ha pasado desapercibido en la agenda política: la relación entre cambio climático y la salud mental. Por tanto, es recomendable crear programas de apoyo psicológico a la población, campañas de educación ambiental y planes territoriales de emergencia, especialmente en zonas geográficas de alto riesgo frente a los efectos del cambio climático.




Leer más:
Cómo mejorar la gestión del riesgo en las zonas afectadas por DANA para que no se repita una catástrofe


The Conversation

Alexis Cloquell Lozano recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, a través de la convocatoria Proyectos de Generación de Conocimiento 2024 y del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) perteneciente al Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, a través de la convocatoria ayudas a la investigación 2025.

Joan Lacomba Vazquez recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, a través de la convocatoria Proyectos de Generación de Conocimiento 2024.

Carmen Moret-Tatay y Francisco Javier Arteaga Moreno no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.

ref. Vivir con miedo al clima: el impacto de catástrofes naturales como la dana en la salud mental – https://theconversation.com/vivir-con-miedo-al-clima-el-impacto-de-catastrofes-naturales-como-la-dana-en-la-salud-mental-264217

La vuelta a clase: qué hacer cuando el colegio quiere exponer a su hijo en redes sociales

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Ricard Martínez Martínez, Profesor de Derecho Constitucional. Director de la Cátedra de Privacidad y Transformación Digital, Universitat de València

Xavier Lorenzo/Shutterstock

Se inicia el curso en distintas comunidades autónomas de España con la decisión de reducir el tiempo dedicado a las pantallas en las aulas. El Informe del Comité de Expertos para la Creación de Entornos Digitales Seguros para la Infancia y la Juventud ha puesto de manifiesto la existencia de riesgos significativos para la salud mental y el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes que exige modular adecuadamente las condiciones de uso de las pantallas.

Sin embargo, no se ha publicado noticia alguna en relación con las condiciones de uso de las redes sociales por la escuela y con la publicación de imágenes de los alumnos y alumnas. Resulta paradójico prevenir la dependencia de las redes y que estas sigan siendo utilizadas generando en los niños, niñas y adolescentes una percepción positiva sobre ellas.

La razón subyacente para compartir estas imágenes no es otra que promover la imagen positiva del centro ante la comunidad. Pero por muy bien intencionada que resulte, esta es una acción promocional, nunca educativa.

Cuando el centro escolar expone a los menores en internet genera riesgos. Un depredador podría capturar las imágenes y utilizar buscadores especializados para localizar a niños, niñas y adolescentes en redes sociales y contactarles. Además, promueven una conciencia positiva y un hábito de uso y consumo: si la escuela es activa en redes y comparte a sus estudiantes, carece de sentido argumentar que supongan un riesgo.

La reutilización de las imágenes

El centro escolar modela la identidad digital de sus estudiantes, que no tienen por qué compartir ni el contenido, ni el estilo de las imágenes y vídeos que se suban. Si por casualidad hubiera algo de ridículo o criticable en ellas se estará sembrando la posibilidad de un futuro acoso entre iguales basado en la reutilización de las imágenes.

Por ello, resulta necesario proporcionar a la sociedad información adecuada para la toma de decisiones informadas. En primer lugar, debe entenderse la naturaleza de los formularios de consentimiento informado que suelen llegar a casa en el proceso de matrícula, al inicio del curso o bien en momentos puntuales remitidos por profesores.

Se solicita el consentimiento porque no existe ninguna justificación académica para captar y compartir imágenes de los menores en internet. La legislación sobre derecho a la intimidad y a la propia imagen, y sobre protección de los menores, señala que el interés superior del menor debe preservarse y conduce exactamente a lo contrario, a no publicar o hacerlo limitadamente salvo consentimiento.

De ahí que sea muy poco usual encontrar imágenes o vídeos de niños, niñas y adolescentes en los medios de comunicación convencionales, salvo cuando el interés público de la noticia lo justifica.

Este consentimiento es esencialmente libre y no puede estar condicionado por las relaciones entre el centro escolar, el profesorado y los responsables parentales. La familia debería actuar en conciencia y marcar en su caso la casilla del “NO” sin ninguna clase de prevención o temor respecto de las posibles consecuencias.

Es posible que el centro contacte con posterioridad a la negativa. Suelen transmitir que esta afecta al conjunto del grupo o señalar que se sienten incómodos ante la eventualidad de discriminar al estudiante cuya captación de imágenes está vetada.

Esta conducta implica una suerte de coacción que induce a consentir y podría constituir una infracción muy grave de la legislación en materia de protección de datos. Por ello debería ser puesta en conocimiento de la Agencia Española de Protección de Datos y de la inspección educativa.

Es posible que el contenido de la ficha, o de una nota remitida por un profesor, se refiera a la posibilidad de captar imágenes y utilizarlas con fines docentes o de innovación pedagógica. Esto solo es admisible cuando exista una relación de coherencia con el temario oficial y bajo la condición de integrarse de forma precisa y documentada en la planificación de la materia.

Tratamiento registrado y supervisado

Si fuera una actividad de investigación o innovación pedagógica que repercuta en humanos vulnerables, estará sometida a reglas que exigen la aprobación positiva por parte de un comité de ética. En todos los casos, debe existir un tratamiento debidamente registrado y supervisado por la persona delegada de protección de datos, contar con las debidas políticas de privacidad y garantizar la asunción de obligaciones de seguridad y confidencialidad por el profesorado, que debe haber recibido una formación adecuada.

Nada impide la captación de imágenes para la generación de recuerdos del paso por la escuela, pero tiene que hacerse siguiendo reglas muy precisas. Es necesario obtener el consentimiento de los responsables parentales, y debe cuidarse el estilo y la naturaleza de las imágenes bajo el prisma de la proporcionalidad y la razonabilidad. Resulta fundamental que, junto al consentimiento, la comunidad educativa sea informada y se comprometa a la firma de un documento de confidencialidad asumiendo la imposibilidad de compartir las imágenes de los menores en redes sociales o con terceros no autorizados.

Y también es posible la captación y el uso de imágenes con fines promocionales o para la divulgación de noticias de interés público. Pero nunca con carácter general y respetando siempre las obligaciones legales del centro escolar.

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Ricard Martínez Martínez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. La vuelta a clase: qué hacer cuando el colegio quiere exponer a su hijo en redes sociales – https://theconversation.com/la-vuelta-a-clase-que-hacer-cuando-el-colegio-quiere-exponer-a-su-hijo-en-redes-sociales-265161

¿Es posible reducir incendios en el hogar y la industria sin usar compuestos tóxicos?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Christina Schenk, Investigadora en ML para aplicaciones de materiales, IMDEA

Es posible que en su casa haya unas cortinas de poliéster, un tejido sintético que puede derretirse y arder rápidamente cuando alcanza altas temperaturas. El fuego se propaga por su superficie y produce humo tóxico.

Cuando una pequeña llama entra en contacto con el poliéster, el calor descompone rápidamente las moléculas del tejido y se liberan gases inflamables. Dicha llama se extiende velozmente por la superficie vertical del tejido y alcanza alturas importantes en pocos segundos, generando un denso humo negro, muy tóxico y peligroso.

Esta propagación rápida puede envolver rápidamente la habitación y dificultar la evacuación, haciendo que unas simples cortinas se conviertan en un foco peligroso de incendio en el hogar.

Como ocurre en las cortinas, los plásticos están presentes en casi todos los aspectos de nuestra vida diaria: textiles, dispositivos electrónicos, automóviles y materiales de construcción. Aunque son resistentes y versátiles, presentan un problema importante: su inflamabilidad.

No obstante, en sectores como la electrónica, los plásticos ignífugos protegen aparatos como televisores y ordenadores; en la automoción, mejoran la seguridad en salpicaderos y revestimientos interiores; y en la construcción, son clave para aislamientos y conductos eléctricos que previenen la rápida propagación del fuego. ¿Cómo se consigue que adquieran esta propiedad?

Reducir el riesgo

Para reducir el riesgo de inflamabilidad se utilizan aditivos retardantes de llama, productos químicos que se añaden a los plásticos para hacerlos menos inflamables.

Estos compuestos ayudan a que el fuego se propague más lentamente, dando más tiempo para reaccionar y evacuar en caso de incendio. De hecho, la efectividad de estos retardantes se puede medir con pruebas que evalúan cuánto se reduce la velocidad a la que avanza la llama. Se nota claramente que las casas y edificios con materiales ignífugos tienen mayor seguridad contra incendios que aquellos que no los tienen.

Sin embargo, muchos retardantes convencionales derivan de fuentes fósiles y contienen sustancias que pueden ser nocivas para la salud y el medio ambiente. ¿Podemos hacerlo mejor?

Toxicidad y alteraciones hormonales

Por ejemplo, los retardantes bromados PBDE (éteres difenílicos polibromados), derivados del petróleo, están presentes en muebles con espuma, colchones y aparatos electrónicos comunes en el hogar. Estos compuestos pueden liberar sustancias químicas que irritan los ojos y la piel. Con exposiciones prolongadas están asociados a efectos más graves en la salud, como alteraciones hormonales, daño neurológico y aumento del riesgo de algunos tipos de cáncer. El polvo que se desprende de estos productos es una vía común de exposición, especialmente para niños.

Estudios científicos han encontrado que la exposición a PBDE está relacionada con cáncer, trastornos endocrinos y neurotoxicidad en humanos, por lo que muchos países están regulando o prohibiendo su uso para proteger la salud pública.

Así, aunque los retardantes de llama mejoran la seguridad frente a incendios, es importante avanzar hacia alternativas más sostenibles y menos dañinas para la salud y el medio ambiente. ¿Cómo lo hacemos? Buscamos alternativas más seguras y sostenibles, que no sólo reduzcan el riesgo de incendio, sino que además aporten beneficios medioambientales.

Un nuevo material con aplicaciones multifuncionales

En este trabajo presentamos un nuevo sistema retardante de llama de base biológica y diseñado para compuestos de poliamida, un tipo de plástico de ingeniería muy utilizado por su resistencia y versatilidad. Un ejemplo de aplicación son los textiles técnicos, especialmente la ropa de protección industrial o deportiva, para que sean resistentes y seguras frente al fuego al mismo tiempo que se cuida el impacto ambiental.

No obstante, este material también tiene un enorme potencial en muchos otros sectores, como la automoción, la electrónica y el embalaje, ampliando el alcance de materiales de alto rendimiento con retardancia a la llama y bajo impacto ambiental, útiles para diversas aplicaciones industriales.

La resistencia mecánica en las citadas prendas es fundamental porque deben soportar esfuerzos continuos, como rozaduras, abrasiones y hasta impactos, durante largos periodos de uso en condiciones exigentes. De esta forma, la ropa mantiene su integridad, no se daña fácilmente y sigue protegiendo eficazmente al usuario frente a riesgos térmicos o químicos mientras dura más tiempo.

Materiales inteligentes

Lo realmente innovador no es solo la elección de materiales renovables, sino también el método de diseño y optimización que hemos utilizado: una estrategia que combina experimentación en el laboratorio con herramientas de aprendizaje automático (machine learning) y algoritmos de optimización.

El proceso habitual era el de “prueba y error”, donde se preparaban distintas combinaciones químicas, se probaban en laboratorio y se medían sus propiedades para determinar cuáles ofrecían mejor desempeño. Pero este método consume mucho tiempo y recursos al tener que repetir muchas pruebas hasta encontrar una fórmula óptima.

En nuestro trabajo aplicamos un enfoque guiado por datos que nos permite diseñar experimentos de manera sistemática para explorar distintas combinaciones. Empleamos modelos de inteligencia artificial que aprenden de los datos experimentales y predicen el rendimiento de nuevas formulaciones y generamos métodos de optimización que identifican las soluciones más prometedoras. El uso de la IA nos permite acelerar el proceso de descubrimiento.

Gracias a este enfoque, logramos mejorar de forma simultánea la resistencia mecánica y la seguridad (dos propiedades que suelen estar en conflicto) del nuevo biomaterial que buscábamos.

El mejor biomaterial posible

El mejor biomaterial creado mostró un aumento del 18,4 % en la resistencia a la tracción (capacidad de soportar esfuerzos antes de romperse) y una reducción del 53,1 % en la tasa máxima de liberación de calor, un parámetro clave en el comportamiento frente a incendios. Este avance es relevante, por ejemplo, en textiles de alto rendimiento más sostenibles y saludables.

Al unir ciencia experimental con inteligencia artificial, reducimos la dependencia de aditivos dañinos, minimizamos el desperdicio y abrimos el camino hacia nuevos materiales seguros, sostenibles y de alto rendimiento que aportan beneficios directos a la sociedad.

The Conversation

El trabajo original ha sido financiado por el proyecto TED2021-131409B-100, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (MCIN), la Agencia Estatal de Investigación (AEI) (10.13039/501100011033) y por la Unión Europea a través del programa NextGenerationEU/PRTR. Dr. Christina Schenk trabaja en IMDEA Materiales. Se agradece profundamente a sus compañeros José Hobson y Maciej Haranczyk del Instituto IMDEA Materiales por la lectura atenta, así como a José Hobson por los valiosos comentarios que han enriquecido y mejorado este artículo.

ref. ¿Es posible reducir incendios en el hogar y la industria sin usar compuestos tóxicos? – https://theconversation.com/es-posible-reducir-incendios-en-el-hogar-y-la-industria-sin-usar-compuestos-toxicos-264055

Las organizaciones benéficas de la Cádiz de la Ilustración ya practicaban la transparencia informativa

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Pedro Araújo Pinzón, Profesor de Contabilidad de Gestión, Universidad de Cádiz

Vista de Cádiz desde el puerto dibujada por Alfred Guesdon en el siglo XIX. Biblioteca Digital Hispánica, CC BY

Existe gran interés por parte de la sociedad y de los organismos públicos por el buen empleo de fondos por parte de organizaciones no lucrativas (como las caritativas). Al revelar información a las partes interesadas en su actividad, estas organizaciones exponen sus motivaciones y objetivos sociales, éticos y basados en valores, detallando sus esfuerzos por alcanzarlos y el grado en que se han logrado.

Esto no es nuevo: entre 1798 y 1801, una organización caritativa católica gaditana rendía cuentas a las partes interesadas en su actividad. Investigamos los factores que influyeron en la divulgación de esta información.

Portada del Libro de Actas de la Junta de Socorro.
Archivo Histórico Municipal de Cádiz, Libro 7967

La rendición de cuentas bajo una perspectiva histórica

Históricamente, la transparencia informativa y la rendición de cuentas han sido cruciales para:

  1. Mostrar que las organizaciones de caridad utilizaban los recursos recibidos de forma eficiente y los aplicaban a los fines previstos.

  2. Atraer más fondos para su actividad.

  3. Legitimar la actividad de la organización y las actuaciones de sus fundadores, sus gestores e incluso sus financiadores.

En los siglos XVIII y XIX, la revelación de información se realizaba principalmente de forma voluntaria y por diversos medios.

Además de los factores económicos y funcionales, las creencias, valores, normas y reglas imperantes –incluyendo las religiosas y sociales– en la comunidad en la que operaba una organización afectaban al desarrollo de su contabilidad, a su proceso de rendición de cuentas y a la divulgación de información.

De ahí nuestro interés en investigar los factores que impidieron o promovieron la revelación de información contable de la organización caritativa católica Junta de Socorro, en una época (finales del XVIII, principios del XIX) y un lugar (Cádiz, España) en donde la Iglesia católica era un poder omnipresente en la sociedad a la vez que las ideas de la Ilustración ganaban adeptos entre los gaditanos.




Leer más:
De cómo la contabilidad fue una pieza esencial en el seguimiento de la epidemia de fiebre amarilla de 1800 en Cádiz


Cádiz: finales del XVIII, principios del XIX

El XVIII fue el siglo de oro para Cádiz, puerto principal en el comercio español con las colonias americanas. Que fuese una ciudad eminentemente comercial contribuyó a que sus habitantes estuvieran familiarizados con las prácticas contables y la rendición de cuentas.

Geográficamente, era una pequeña ciudad peninsular fortificada, de no más de 150 hectáreas y unos 70 000 habitantes distribuidos en 18 barrios. Estos factores intensificaban la interacción entre sus habitantes, de modo que las noticias de cualquier tipo se difundían fácilmente entre la población.

La Junta de Socorro se creó en 1798 para ayudar a las familias de los jornaleros, las costureras y los artesanos de Cádiz, que se vieron empobrecidos por el estrangulamiento del comercio de ultramar a causa del bloqueo militar de la Armada británica. La institución fue fundada por Antonio Martínez de la Plaza, obispo de la ciudad, y estuvo respaldada por gaditanos laicos e ilustrados.

En ausencia de regulación y bajo la formidable influencia social de la Iglesia católica, la Junta de Socorro gestionó las peticiones de los diferentes grupos de interés (miembros de su junta de gobierno, gestores, fundadores, beneficiarios de las ayudas, autoridades públicas, donantes institucionales, otros donantes).

Divulgación de información en la Junta de Socorro

Los fundadores, los gestores y los miembros de la junta de gobierno incorporaron a la gestión de la Junta de Socorro el sentido de la responsabilidad y la visión contable que imperaba en la Cádiz mercantil de la época.

Internamente, los gestores rendían cuentas ante la junta, cada miembro de la junta rendía cuentas ante sus compañeros y la propia junta rendía cuentas ante los fundadores de la institución.

Externamente, la junta rendía cuentas principalmente ante los donantes y las autoridades publicando un informe sobre el total de ingresos recibidos y el importe de los diferentes gastos realizados. Pero también ante los beneficiarios de la ayuda, a través de actuaciones observables por la población: por ejemplo, en la repartición diaria de pan o al emplearles en obras públicas de la ciudad, y algunas veces mediante los sermones en las iglesias.

Informe sobre ingresos y gastos publicado en 1800.
Informe sobre ingresos y gastos publicado en 1800.
Archivo Diocesano de Cádiz, Caja 923

El impacto de las normas religiosas y sociales en la rendición de cuentas

Las normas religiosas –firmemente arraigadas en la sociedad católica de finales del siglo XVIII– restringieron la información revelada por la Junta de Socorro. Por un lado, se inhibieron de divulgar información sobre los benefactores debido a la idea cristiana del anonimato en las donaciones: “Cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará” (Mateo, 3:3-4).

Así la cantidad donada era confidencial, evitando al donante la posible vergüenza de aportar limosnas de escaso importe. También se preservaba la identidad de los pobres receptores de alguna forma de socorro, asegurándose de este modo de que los posibles beneficiarios legítimos no se vieran disuadidos –también por vergüenza– de pedir ayuda.

En el caso de una pequeña ciudad como Cádiz –con una gran proximidad física entre sus habitantes y fuertes lazos sociales–, esta falta de información sobre donantes y receptores de ayuda pudo haberse visto contrarrestada por las acciones observables de la Junta de Socorro (entrega de alimentos, empleos a los necesitados) y por las relaciones entre los miembros de la junta, los donantes y los propios beneficiarios.

The Conversation

Este trabajo ha sido financiado por los fondos FEDER UNC315-EE-3636 y UPO-1380724, y por el proyecto de investigación ECO2017-87514-P.

PID2021-126617NB-I00, funded by MCIN/AEI/10.13039/501100011033

ref. Las organizaciones benéficas de la Cádiz de la Ilustración ya practicaban la transparencia informativa – https://theconversation.com/las-organizaciones-beneficas-de-la-cadiz-de-la-ilustracion-ya-practicaban-la-transparencia-informativa-247280

¿Por qué han callado históricamente los países árabes sobre Gaza y siguen sin darle apoyo?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Armando Alvares Garcia Júnior, Professor de Direito Internacional, Relações Internacionais e Geopolítica/Geoeconomia, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

Abdul Fatah al-Sisi, presidente de Egipto, interviene en la cumbre árabe-islámica convocada de urgencia en Doha tras la acción militar de Israel en Catar el pasado 9 de septiembre. Yusron Motret/Shutterstock

El 16 de septiembre de 2025, la Comisión Independiente de Investigación de la ONU sobre los Territorios Palestinos Ocupados publicó un informe histórico que acusa a Israel de cometer genocidio en Gaza. El documento, elaborado durante más de dos años, concluye que el gobierno israelí ha incurrido en cuatro de los cinco actos tipificados en la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948:

  • Asesinatos masivos.

  • Daños físicos y psicológicos graves.

  • Imposición deliberada de condiciones de vida destinadas a destruir parcial o totalmente a un grupo.

  • Medidas para impedir nacimientos.

La comisión atribuye responsabilidad directa a figuras como el primer ministro Benjamin Netanyahu, el presidente Isaac Herzog y el exministro de Defensa Yoav Gallant, a quienes acusa de incitación y dirección política de estas acciones.

El informe documenta la magnitud de la tragedia humanitaria. En menos de dos años de ofensiva israelí, más de 64 000 palestinos han muerto, según algunas estimaciones, la mayoría civiles (siendo de estos una gran proporción constituida por mujeres y menores de edad). Mientras, cientos de miles se enfrentan a una hambruna provocada por el bloqueo total impuesto sobre el enclave.

Naciones Unidas describe la situación como “catastrófica”, subrayando que hospitales, escuelas y otras infraestructuras esenciales han sido destruidas de manera sistemática.

Doha: el bombardeo contra líderes de Hamás

En paralelo a la publicación del informe, el 9 de septiembre de 2025 se produjo un bombardeo israelí en Doha, capital de Catar, dirigido contra la cúpula política de Hamás. Según confirmaron fuentes militares israelíes, el ataque se realizó para eliminar a líderes de la organización que se encontraban reunidos para debatir una propuesta de alto el fuego. Al menos seis personas murieron, entre ellas un policía catarí, y varios edificios diplomáticos resultaron dañados. Catar denunció el hecho como una violación grave de su soberanía y lo calificó como “terrorismo de Estado”.

El ataque desencadenó la convocatoria urgente de una cumbre árabe-islámica en Doha con la participación de más de 50 países, incluidos los 22 miembros de la Liga Árabe y los 57 de la Organización de Cooperación Islámica.

Durante tres días, los ministros de Exteriores y jefes de Estado debatieron una respuesta coordinada. El resultado fue una declaración conjunta que condena el bombardeo, acusa a Israel de genocidio, limpieza étnica y uso del hambre como arma de guerra y alerta sobre la expansión de asentamientos en Cisjordania. El texto también reafirma la necesidad de una “seguridad compartida” en la región.

Pese a la contundencia de la retórica, la declaración no incluyó sanciones concretas ni medidas coercitivas. Propuestas como el cierre del espacio aéreo a aviones israelíes, la suspensión de acuerdos militares o la ruptura diplomática con Tel Aviv fueron discutidas, pero no prosperaron.

Analistas presentes en Doha destacaron que esta falta de acciones efectivas refleja el peso de las alianzas estratégicas y comerciales que varios países árabes han desarrollado con Israel en los últimos años.

En las ofensivas posteriores –desde la Primera y Segunda Intifada hasta los bombardeos de 2009, 2014 y 2021–, la respuesta se limitó a condenas diplomáticas sin sanciones regionales estructuradas.

Una inacción repetida muchas veces

Esta inacción, de hecho, se ha repetido a lo largo de las últimas décadas en momentos críticos para Gaza y la causa palestina. Durante la Guerra de Gaza de 2008-2009, conocida como “Operación Plomo Fundido”, las divisiones internas entre los Estados árabes impidieron una respuesta coordinada, limitándose a declaraciones de condena y a cumbres que terminaron sin resultados concretos.

En 2014, tras la ofensiva israelí que dejó miles de muertos, la Comisión de Investigación de la ONU documentó graves violaciones de derechos humanos, mientras que la Liga Árabe se limitó nuevamente a pedir el fin de las hostilidades sin adoptar sanciones o medidas de presión.

Incluso en 2021, cuando la violencia escaló en Jerusalén y Gaza, las reuniones de emergencia convocadas por la Liga Árabe no pasaron de comunicados formales, evidenciando un patrón estructural de dependencia política y económica que ha reducido la capacidad de acción colectiva de la región frente a Israel.

Esta trayectoria histórica demuestra que, más allá de la retórica, la falta de mecanismos vinculantes ha perpetuado la ineficacia de las instituciones árabes a la hora de defender a Gaza.

El contexto actual refuerza esta parálisis. Desde mediados de la década de 2000, países como Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos han emergido como líderes regionales, desplazando a actores históricos como Egipto, Siria o Irak. Estos nuevos liderazgos priorizan la estabilidad interna y las alianzas estratégicas con Estados Unidos frente a la confrontación directa con Israel.

Los Acuerdos de Abraham, firmados entre 2020 y 2021 por Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán, consolidaron una red de cooperación militar y comercial con Tel Aviv, reduciendo el margen para medidas colectivas de presión.

Egipto ha profundizado su dependencia energética mediante contratos multimillonarios de importación de gas israelí, como el firmado en 2019 y ampliado este año, mientras controla estrictamente el paso fronterizo de Rafah para impedir el ingreso masivo de refugiados palestinos.

Arabia Saudí, aunque no ha formalizado relaciones, mantiene contactos discretos en materia de seguridad, especialmente vinculados a la contención de Irán.

La Convención de 1948 establece que todos los Estados parte tienen la obligación de prevenir y sancionar el genocidio, incluso cuando no estén directamente involucrados, lo que incluye adoptar medidas diplomáticas, económicas y judiciales para detener crímenes de esta magnitud cuando exista capacidad de influencia.

La Corte Internacional de Justicia, en su fallo de 2007 sobre el caso Bosnia y Herzegovina contra Serbia y Montenegro, estableció que la inacción puede generar responsabilidad legal internacional si un Estado pudo actuar y no lo hizo.

El bombardeo de Doha representa un punto de inflexión. Nunca antes Israel había atacado la capital de un país del Golfo protegido por un acuerdo de defensa con Estados Unidos desde 1972. Este hecho pone en duda el papel de Washington como garante de seguridad en la región y genera temores de que, sin una respuesta contundente, se establezca un precedente que permita futuras agresiones sin consecuencias diplomáticas o militares.

Palabras, pero no acciones

La cumbre de Doha se inscribe así –al menos hasta ahora– en una larga cadena de momentos en los que la solidaridad árabe con Palestina se expresó en palabras, pero no en acciones. El informe de la ONU plantea una prueba moral y política para las capitales árabes.

Si la inercia persiste, la tragedia de Gaza quedará como una herida abierta tanto para el pueblo palestino como para la legitimidad de los regímenes que, teniendo poder para actuar, eligieron el silencio. Este es el caso de la actual Unión Europea, salvo cuando se mueve tímidamente para salvar el pellejo político de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.

The Conversation

Armando Alvares Garcia Júnior no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ¿Por qué han callado históricamente los países árabes sobre Gaza y siguen sin darle apoyo? – https://theconversation.com/por-que-han-callado-historicamente-los-paises-arabes-sobre-gaza-y-siguen-sin-darle-apoyo-265435

Carla Simón: un canto de amor contra la muerte

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Shaila García Catalán, Profesora Titular de Comunicación Audiovisual, Universitat Jaume I

Fotograma de _Romería_, de Carla Simón. FilmAffinity

La obra de la cineasta española Carla Simón es un dolor iluminado. Su cámara recoge el tiempo del verano, huele a melocotones y a mar. En su cine se mece el viento, acampa el sonido de las cigarras, los rezos de los padrenuestros, las verbenas de las fiestas populares y el tintineo de los móviles de alabastro. Huyen los gatos y las liebres. Sorprenden los delfines o las risas improvisadas de sus actores naturales.

Las muertes del padre y la madre de la cineasta por el sida cuando era pequeña parecen haberle dejado un ovillo de preguntas que va deshilvanando a lo largo de su filmografía. Carla Simón lamenta haber heredado muy poco archivo familiar: de su padre conserva algunos súper 8; de su madre un vídeo, fotos y cartas.

Por ello, dice, imagina alto. Cortometraje a cortometraje, película a película, va atravesando un proceso de duelo a través del amor a la familia y al cine. En su travesía, trata de reconstruir la historia de sus padres para preguntarse por su lugar en el mundo y situar en el origen el deseo vivo en ellos. Realiza una investigación poética rodeándose de grandes familias alrededor de una mesa entre malentendidos, canciones y secretos. Su obra es un imposible ejercicio de memoria, un trabajo contra la muerte.

Después del fallecimiento de su abuelo filmó Lipstick (2013), un corto sobre dos niños que asisten, sin saberlo, a la muerte de su abuela. En 2015 rodó Llacunes, en el que la cineasta lee las cartas de su madre mientras filma los lugares donde ella los escribió. El propio título sugiere las lagunas que ella encuentra en el saber pues, en su búsqueda de la verdad, esta hace aguas.

Imagen de la ría de Vigo.
Carla Simón lee las cartas de su madre en Llacunes (2015) sobre el mar de Vigo.
Inicia Films

Investigar, llorar

En Verano 1993 (Estiu 1993, 2017), su primer largometraje, despliega las preguntas sobre la muerte de su madre. La historia narra el primer verano tras la adopción de una niña, Frida, por parte de sus tíos después del fallecimiento de sus padres. La pequeña se sitúa debajo de la mesa para escuchar qué dicen los adultos, trata de cazar frases sueltas. Pregunta a su tía por qué no estuvo presente cuando su madre murió, y la busca en la noche, pero solo encuentra silencio. El cielo de Verano 1993 solo devuelve truenos y oscuridad. Sin embargo, Frida se refugia en la luz.

El deseo de Carla Simón como cineasta parece condensarse en la escena en la que Frida entretiene su soledad regulando la luz del butano. Jugar a controlar la luz le permite ensayar la ausencia, hacerla soportable. Así, poco a poco, Frida va elaborando su duelo y, puede, por fin, llorar.

Una mujer joven le indica algo a una niña sentada en un banco.
Carla Simón dirige a Laia Artigas, que interpreta a Frida, en Verano 1993.
FilmAffinity

Dos años más tarde, en el corto Después también (2019) Carla Simón trata de desestigmatizar el sida mostrando cómo el diagnóstico del VIH puede llevar a un primer tiempo de perplejidad y silencio pero, con información, conversación y amor, no es obstáculo para que dos cuerpos puedan encontrarse.

Tras la muerte de su última abuela, Carla Simón firma junto a Dominga Sotomayor Correspondencia (2020), cortometraje en el que filma el vaciamiento de la casa de la anciana mientras habla sobre su deseo de maternidad y se busca entre dos madres: “Mi madre biológica me dio la genética. Mi madre adoptiva me dio la educación. No sé qué partes de mí son de una o de la otra”.

Esto la lleva a querer filmar a su familia materna en Alcarràs (2022), película que comienza a escribir después de que fallezca su abuelo, en gratitud hacia el valor de su legado.

Cantar

Alcarràs, la historia de la última cosecha de un campo de melocotoneros, es una obra coral sobre la familia, la herencia y un sistema de vida en desaparición. Sin embargo, entre todos los puntos de vista del relato, destaca el brillo de la mirada de la joven Mariona, que escucha desde los umbrales retratando la curiosidad de la propia Simón.

En Correspondencia la familia materna de Carla le decía: “Cantar, cantaremos. Siempre cantaremos”. En Alcarràs, aunque un viejo contrato de palabra entre dos familias no sirve y obliga a los protagonistas a abandonar su modo de ganarse la vida, las canciones aparecen una y otra vez en el relato para recordar el valor de la transmisión y los vínculos, la presencia de la memoria hacia los muertos en la guerra civil española y un amor a la tierra que todavía no está perdido.

Una adolescente y un anciano observan algo fuera de cambo.
Mariona en Alcarràs junto a su abuelo.
FilmAffinity

Tras el estreno de Alcarràs, Carla Simón se convirtió en madre por primera vez. En el cortometraje Carta a mi madre para mi hijo (2022) visita la tumba de su progenitora e imagina un encuentro con ella. Carla le confiesa: “Creo que hago cine para poder inventarte e inventarme”. Recoge imágenes de su parto –un dolor ligado a la vida– y presenta a su hijo Manel.

Inventar, registrar

El verano de 2024 Carla Simón rodó Romería (2025), película en la que retrata a su última familia a propósito del viaje en el que Marina –véase el parecido del nombre con Mariona– va a Vigo tras cumplir 18 años a conocer a su familia paterna. Las cartas de la madre que Carla leía en Llacunes se convierten aquí en su diario, un documento al que la joven va poniendo imágenes.

Una chica en una barca en medio de una ría.
Marina lee los diarios de su madre en Romería (2025) sobre el mar de Vigo.
FilmAffinity

La protagonista parece continuar las preguntas de Frida, pero siempre se encuentra con un baile de fechas como respuesta y queda frustrada. Ante la imposibilidad de conocer la verdad sobre la historia de sus padres, los revive en su imaginación, pues ese es el material con el que se teje la memoria.

Pero Marina no se queda en las fantasías, sino que sabe salir de ellas para reclamar el reconocimiento de su linaje, algo íntimamente ligado a su deseo. Así, pide que se rectifique el registro civil de la defunción de su padre para poder nombrar el sida como la causa de su muerte, para quedar inscrita como su hija y para, así, poder obtener una beca para estudiar cine. Es decir, para registrar, inventar, hacer de su mirada curiosa un oficio. Tras espigar hermosas imágenes y poner justas palabras que nombran los misterios de su historia ella puede enunciar, en la última secuencia, un vivaz “yo grabo”.

Antes de su estreno en cines, Carla Simón presentó Romería en el Festival de Cannes embarazada de 8 meses de su segunda hija y abrazada por los aplausos de reconocimiento hacia su singularidad. Su obra es un salto de la investigación a la invención y de la invención a la inscripción de su nombre propio como cineasta.

The Conversation

Shaila García Catalán no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Carla Simón: un canto de amor contra la muerte – https://theconversation.com/carla-simon-un-canto-de-amor-contra-la-muerte-265332

Los nitazenos, el peligroso relevo del fentanilo en la crisis de los opioides sintéticos

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Elena Escubedo Rafa, Chair professor, Universitat de Barcelona

MOLEQL/Shutterstock

Si a finales de 2023 saltaban todas las alarmas ante la crisis sanitaria causada en Estados Unidos por el consumo abusivo de fentanilo, el escenario podría empeorar aún más con la irrupción de otra familia de opioides sintéticos: los nitazenos.

No nos coge del todo por sorpresa. En la década de los 70, el químico Alexander Shulgin ya advertía sobre el potencial abuso de una familia de compuestos conocida como benzimidazoles. Medio siglo después, sus palabras han demostrado ser proféticas: los nitazenos, opioides sintéticos con un núcleo benzimidazol, han emergido como una de las clases de nuevas sustancias psicoactivas más peligrosas, causando un número creciente de intoxicaciones y muertes.

Aunque algunas fuentes hablan de 400 intoxicaciones mortales relacionadas con estas sustancias en Reino Unido, la falta de un método analítico específico en los primeros tiempos de su aparición hace que esta cifra sea simplemente una especulación.




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La rápida infiltración de estas sustancias en los mercados de drogas recreativas se debe a su síntesis relativamente sencilla y sin precursores controlados, una elevada potencia (que facilita su transporte), su estado legal inicial y su atractivo económico.

Del laboratorio a la calle

La historia de los nitazenos empieza en los años 1950-1960, cuando la compañía farmacéutica Ciba-Geigy los desarrolló como posibles analgésicos opioides sintéticos. En la investigación sobre dichos opioides, estas moléculas representaron la primera gran desviación de la estructura química característica de la morfina, incluso antes de que Paul Janssen sintetizara el fentanilo en 1960.

Aunque muchos nitazenos mostraron entonces una potencia analgésica superior a la morfina en animales, nunca llegaron a comercializarse como medicamentos, debido al estrecho margen de seguridad que supone una molécula tan potente.

Sin embargo, a partir de 2019, y coincidiendo con las medidas de control contra la producción de fentanilo y análogos en China y Estados Unidos, los análogos nitazénicos irrumpieron en el mercado de las drogas recreativas. El isotonitazeno fue el primero en aparecer, seguido rápidamente por otros como el metonitazeno, el etodesnitazeno y diversos derivados.

Una potencia extraordinaria

La investigación farmacológica ha revelado que muchos nitazenos muestran un efecto excepcional. Aunque se unen y activan selectivamente la misma diana sobre la que actúan el fentanilo y la morfina (receptor Mu), lo hacen con una afinidad 60 veces mayor que el fentanilo. Y lo activan con una potencia bastante mayor.

Tanto es así que algunos análogos son hasta 10 veces más potentes que el fentanilo, o 100 más que la morfina. Esta elevada potencia puede tener implicaciones dramáticas para la salud pública, ya que pequeñísimas cantidades (nanogramos por mililitro) pueden resultar letales.

Drogas que llegan directamente a Europa

Los nitazenos están apareciendo cada vez más en la calle. Las últimas cifras oficiales indican que, hasta 2024, se habían detectado en Asia, Europa, Norteamérica, Oceanía y Sudamérica, siendo Europa la región más afectada hasta el momento. A diferencia del fentanilo, que siguió la ruta México–Estados Unidos, los nitazenos están llegando directamente desde Asia a Europa, mediante canales de distribución más diversos. Y se anticipa una expansión significativa e inminente en el continente europeo.

Además de los diversos efectos en la salud que puede generar su consumo, estas moléculas son especialmente nocivas cuando sustituyen fraudulentamente el principio activo de un medicamento o droga de efectos parecidos sin conocimiento del consumidor.

Así, en enero de este año, LM, de 22 años, murió tras tomar un falso Xanax (alprazolam). Tres meses después, su amigo HC, de 21 años, le siguió tras consumir un falso Percocet (oxicodona). En ambos casos, las pastillas contenían, fundamentalmente, un nitazeno.

La dificultad de revertir las sobredosis

El problema es que no es fácil revertir la sobredosis de estos opiáceos. La naloxona, un medicamento antagonista de los opioides que se usa para revertir y bloquear los efectos de heroína, la morfina y el fentanilo, no es tan efectiva en el caso de los nitazenos.

Estudios recientes sugieren que algunos nitazenos se disocian muy lentamente del receptor Mu, lo que podría suponer que se necesiten dosis mucho más altas de naloxona para revertir estas sobredosis.

Un desafío analítico y forense

La detección de nitazenos presenta múltiples desafíos para la toxicología forense. Estas moléculas no dan positivo en los ensayos rutinarios que existen para detectar morfina, heroína o fentanilo.

Al ser muy potentes y utilizarse concentraciones muy bajas, se requiere un método analítico de alta sensibilidad. Y dado que surgen constantemente muchos derivados de gran similitud estructural, se complica la identificación de una molécula concreta. De ahí que se precise una actualización continua del método analítico.

El juego del gato y el ratón

Hasta marzo de 2025, se habían controlado en el mundo sólo diez nitazenos, aunque varios países empiezan a implementar ya legislaciones específicas. China, el país productor clave, añadió los análogos nitazénicos a su lista de sustancias controladas en julio de 2024. Sin embargo, el control de sustancias específicas a menudo genera la aparición de nuevos análogos no controlados, creando un ciclo continuo.

Cuando se aplican legislaciones genéricas, éstas son más efectivas, ya que permiten fiscalizar un gran número de sustancias estrechamente vinculadas entre sí (análogos químicos) de una sola vez, sin necesidad de nombrarlas individualmente en la legislación. Pero esta medida aumenta el riesgo de impulsar el desarrollo, por parte de los fabricantes, de clases químicas completamente nuevas y desconocidas, que quedan fuera de las medidas de fiscalización genérica.

Necesitamos un enfoque multidisciplinar

La crisis de los nitazenos es un problema complejo, sin soluciones simples. Y ofrece un ejemplo paradigmático de cómo las innovaciones farmacológicas del pasado pueden transformarse en amenazas de salud pública contemporáneas.

La prohibición del cultivo de opio por los talibanes en Afganistán podría acelerar aún más el cambio hacia opioides sintéticos en Europa, haciendo que la situación de los nitazenos se vuelva más crítica. No existe un enfoque único para abordar esta situación polifacética: se requiere una respuesta coordinada, y la colaboración sin precedentes entre químicos, farmacólogos, toxicólogos forenses, profesionales de la salud pública, legisladores y comunidades afectadas.

Sólo el tiempo dirá si la sociedad es capaz de adaptarse con la rapidez necesaria para hacer frente a esta amenaza emergente, o si los nitazenos seguirán el camino de otros opioides sintéticos, provocando graves consecuencia antes de que se implementen medidas de control y prevención eficaces.

The Conversation

Elena Escubedo Rafa no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Los nitazenos, el peligroso relevo del fentanilo en la crisis de los opioides sintéticos – https://theconversation.com/los-nitazenos-el-peligroso-relevo-del-fentanilo-en-la-crisis-de-los-opioides-sinteticos-264522

Prueba de fluidez verbal: lo que revela nuestro cerebro en un solo minuto

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Loles Villalobos Tornero, Facultad de Psicología. Departamento de psicología experimental procesos cognitivos y logopedia, Universidad Complutense de Madrid

Mix and Match Studio/Shutterstock

¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando intentamos concentrarnos, recordar un nombre o tomar una decisión rápida? La evaluación neuropsicológica es una de las formas que tenemos de explorar estas funciones. Gracias a ella, los profesionales pueden conocer cómo funcionan la atención, la memoria, el lenguaje o las llamadas funciones ejecutivas, que nos ayudan en aspectos tan importantes como planificar, tomar decisiones o inhibir impulsos.

La prueba de los sesenta segundos

Entre las pruebas más conocidas hay una que parece un juego: la prueba de fluidez verbal. Consiste en pedirle a la persona que diga, en un minuto, todas las palabras que pueda que empiecen por una letra concreta o que pertenezcan a una categoría, como por ejemplo, animales. Su simplicidad y la ausencia de materiales específicos la han convertido en una tarea universal: se usa en diferentes idiomas y culturas, y cuenta con abundantes datos normativos.

Tradicionalmente, lo que se analiza es el número total de palabras pronunciadas durante ese minuto. Esa simple cifra ya ofrece información relevante sobre procesos que subyacen a esta actividad como la velocidad de acceso al léxico o la agilidad de pensamiento. Sin embargo, en los últimos años se ha descubierto que la prueba encierra muchos más matices de lo que parece a simple vista.

Imaginemos un ejemplo. Le pedimos a una persona de 30 años, con estudios de bachillerato, que nombre animales durante un minuto. A continuación ésta nos dice: “perro, gato, tortuga, gallina, oveja, cabra, vaca, toro, elefante, jirafa, león, tigre, mono, tucán, pelícano, gorrión, golondrina, búho, cuervo, murciélago, delfín, tiburón, ballena, calamar, sardina”.

En total, ha nombrado 25 animales. Si comparamos este resultado con los baremos existentes para su grupo de edad y educación, obtiene un percentil 10, es decir, justo lo esperado.

Mucho más que contar palabras

Hasta aquí, tenemos un dato interesante. Pero si observamos con más detalle, descubrimos algo aún más revelador. ¿Se ha fijado en cómo se han ordenado los animales? La persona no ha ido diciendo palabras al azar: ha generado pequeños grupos, casi sin darse cuenta. Primero las mascotas, luego animales de granja, después los africanos, más tarde aves y, finalmente, animales marinos.

Este fenómeno se llama clustering, y se refiere a la tendencia a agrupar elementos relacionados. Y el momento en el que la persona deja un grupo y pasa a otro se denomina switching.

Analizar cuántos grupos se forman y cuántos cambios se hacen nos aporta una información mucho más rica. No solo nos habla del acceso al vocabulario, sino también de funciones como la inhibición de respuestas, la flexibilidad cognitiva o la capacidad de actualizar la información mental. En otras palabras, de nuestras funciones ejecutivas.

Un valor especial en los pacientes

Este tipo de análisis resulta especialmente valioso en población clínica. En un estudio realizado por investigadores españoles, los autores vieron que las personas con deterioro cognitivo leve generan clústeres similares a los de personas mayores sanas, pero realizan más cambios entre categorías. Esto indica que su red semántica (las conexiones entre conceptos) se conserva, pero que la utilizan de forma menos eficiente durante la búsqueda en la memoria a largo plazo, probablemente por dificultades en las funciones ejecutivas.

Además, observar otros aspectos como los errores producidos o las palabras repetidas aporta aún más valor. De hecho, se ha visto que este tipo de análisis puede incluso diferenciar entre deterioro cognitivo y enfermedad de Alzheimer.

Además de resultar útil en el envejecimiento, esta prueba también se aplica de forma sistemática a personas que han sufrido un daño cerebral sobrevenido, como un traumatismo craneoencefálico. Aunque se trate de pacientes jóvenes, después de un accidente dicen menos palabras en un minuto, forman clústeres más pequeños y realizar menos cambios entre ellos que las personas sanas. Estos resultados permiten comprobar, de manera rápida y sencilla, cómo un golpe en la cabeza puede afectar a procesos cognitivos tan complejos como la velocidad de procesamiento o la flexibilidad mental.

Conocer cómo funciona nuestro cerebro no es para nada una tarea fácil. La evaluación neuropsicológica nos da herramientas muy útiles para aproximarnos a ello. A veces pensamos que hacen falta técnicas muy sofisticadas, pero lo cierto es que una prueba sencilla como nombrar animales durante un minuto puede revelar muchísimo sobre nuestros procesos cognitivos.

Quién diría que sesenta segundos encierran tanta información.

The Conversation

Loles Villalobos Tornero no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Prueba de fluidez verbal: lo que revela nuestro cerebro en un solo minuto – https://theconversation.com/prueba-de-fluidez-verbal-lo-que-revela-nuestro-cerebro-en-un-solo-minuto-264462