Psicomotricidad en educación infantil: moverse, no estarse quieto, es lo que ayuda a aprender

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Nuria Pérez, Doctoranda investigadora en Psicomotricidad y primera infancia, Universidad Autónoma de Madrid

Poznyakov/Shutterstock

¿Cuánto debería moverse un niño o una niña de entre 3 y 6 años? La ONU recomienda tres horas al día. Pero en muchas escuelas españolas los niños de 5 años pasan el 89 % de su jornada escolar sin moverse. Surge una fricción estructural en esta etapa educativa: la infancia necesita moverse y jugar más, mientras que la escuela necesita que se quede quieta.

El niño se mueve porque es la manera en que existe, explora y se constituye como sujeto. El juego espontáneo no es accesorio ni un mero gasto de energía, sino un proceso vital en el que se integran lo biológico, lo psíquico y lo relacional, como demuestran perspectivas como la Práctica Psicomotriz Aucouturier.

No debemos reducir el movimiento infantil a un problema de conducta, ni interpretar la inquietud corporal como signo de inmadurez o falta de control, sino como expresividad motriz, es decir, como lenguaje a través del cual el niño comunica necesidades, elabora emociones, construye vínculos y desarrolla inteligencia.

Si se acepta este principio, la pregunta cambia de lugar: en lugar de preguntarnos “¿Cómo hacer que el niño se mueva menos?”, la tarea docente pasa a ser “¿Cómo acompañar y dar sentido a ese movimiento, para que sea fuente de desarrollo y aprendizaje?”.

Sin movimiento no hay desarrollo pleno

La escuela, por tanto, se enfrenta a un desafío crucial: abandonar la obsesión por la quietud como sinónimo de aprendizaje y reconocer que sin movimiento no hay desarrollo pleno. Esto no significa renunciar al orden o a la enseñanza de contenidos, sino repensar las condiciones pedagógicas para que el cuerpo sea la base del aprendizaje.

Y así se ha intentado en las últimas décadas. La psicomotricidad ha ido ganando presencia en los centros de educación infantil en España. A partir de la reforma educativa de los años noventa, y más recientemente con la LOMLOE, se ha empezado a reconocer su valor como herramienta práctica para favorecer el desarrollo infantil y el aprendizaje.




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¿Qué es exactamente “psicomotricidad”?

Sin embargo, en paralelo a este avance, en educación infantil persiste una confusión entre “psicomotricidad”, “motricidad” y “neuromotricidad”.

La motricidad busca el desarrollo de habilidades funcionales de movimiento (caminar, trepar, correr); la neuromotricidad trabaja específicamente sobre las funciones ejecutivas del cerebro (planificación, memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva y y control inhibitorio) para que el niño organice sus pensamientos y comportamientos; y la psicomotricidad se basa en el juego para contribuir al desarrollo integral de la persona: cualquier movimiento o juego no implican “psicomotricidad”.

Cuando el malestar emocional se hace físico

Cuando observamos a una niña que es un poquito más “torpe” en sus movimientos; a un niño que coordina peor, o con excesiva tensión muscular (o lo contrario); incluso en casos en los que vemos que la regulación emocional y la comunicación y relación con los iguales no son óptimas, estamos hablando también de alteraciones del desarrollo psicomotriz.

Estas alteraciones psicomotrices no tienen un diagnóstico clínico. Los expertos en psicomotricidad las consideran “somatopsíquicas”: es decir, no solo funcionales sino emocionales y relacionales. No suelen detectarse en la consulta de pediatría, antes de la escolarización: por ejemplo, al llegar a la escuela aparece un 12 % de sospecha de trastorno del desarrollo de la coordinación.




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Más que una lista cerrada de síntomas, se trata de una serie de manifestaciones de malestar en diferentes dimensiones del desarrollo, como por ejemplo:

  • Alteraciones en el tono corporal (hiper/hipotonía): cuerpo muy tenso o “blando”.

  • Agitación y exceso de movimiento sin un “para qué”: deambula, choca, salta de una tarea a otra.

  • Bloqueo o inhibición: presenta una quietud rígida, evita iniciar actividades o establecer contacto con otros.

  • Torpeza y equilibrio: experimenta tropiezos o derrames muy habituales, evita recortar o abotonar.

  • Espacio-tiempo desajustados: calcula mal las distancias, la duración de las actividades y de los turnos.

  • Juego simbólico pobre o repetitivo: le cuesta imaginar, sostener escenas de “como si” o pasar del juego corporal a la representación en papel o construcciones.

  • Relación invasiva o evitativa con sus iguales.

  • Frustración desregulada: estallidos o tristeza ante los límites.

  • Tics o estereotipias puntuales: movimientos repetidos en tensión.

  • Somatizaciones: quejas físicas sin causa médica clara que limitan la acción.

Lo que se puede hacer en el aula

La cuestión no es corregir conductas aisladas, sino analizar a qué malestar responden y ofrecer experiencias pedagógicas para superarlo.

Aquí, el rol docente es decisivo. El psiquiatra y psicoanalísta argentino Enrique Pichon-Rivière, con su “teoría del grupo operativo”, invita a entender el aula como un espacio donde el grupo aprende y se transforma, y donde el adulto coordina, contiene y facilita.

Esa coordinación no consiste solo en poner normas, sino en leer “señales” del grupo que revelan necesidades, posibilidades u obstáculos y reformular la tarea docente en función de lo que necesitan. Por ejemplo: cambiar los tiempos o modos de participación, ofrecer apoyos intermedios o ajustar las demandas al momento madurativo.

Desde esa lectura, se pueden ofrecer experiencias corporales y simbólicas como las que se dan en la sala de psicomotricidad, que permitan a cada niño volver a jugar, regularse y estar disponible para aprender: un ritual cotidiano de encuentro con el grupo, el juego sensoriomotor, la utilización de cuentos y la representación a través del dibujo y la construcción.

Un enfoque global, no actividades sueltas

La psicomotricidad es una práctica con un encuadre específico que no se puede reducir a actividades sueltas en el aula. Requiere condiciones de tiempo, espacio, materiales y acompañamiento profesional. Para beneficiarse del movimiento como motor del aprendizaje, es ideal que haya una sala de psicomotricidad en cada centro y de sesiones integradas en el horario escolar.

Si aceptamos que el juego y el movimiento son el lenguaje natural de la infancia, pedir una quietud prolongada pierde sentido pedagógico. La psicomotricidad y el trabajo grupal ofrecen claves para acompañar desde el aula. El reto está en enseñar a las maestras y maestros a actuar con sensibilidad y conocimiento. Quizá así podamos transformar las escuelas en espacios donde moverse no sea un problema, sino una forma legítima de aprender, crecer y estar en el mundo. ¿No es ese, al fin y al cabo, el propósito de la educación infantil?

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Psicomotricidad en educación infantil: moverse, no estarse quieto, es lo que ayuda a aprender – https://theconversation.com/psicomotricidad-en-educacion-infantil-moverse-no-estarse-quieto-es-lo-que-ayuda-a-aprender-267174

‘Femigenocidio’ en Gaza: una guerra también contra las mujeres

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Mª Teresa López de la Vieja, Catedrática Emérita Honorífica de Filosofía, Universidad de Salamanca

Ha sido, es genocidio. El 16 de septiembre de 2025 el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas calificó así las actuaciones de las fuerzas de seguridad de Israel en Gaza. De igual manera, la Declaración, aprobada el 4 de agosto, condenaba rotundamente los atentados cometidos por el grupo Hamás hace dos años.

El término “femigenocidio” aparecía este año en el informe de Naciones Unidas sobre la violencia a gran escala contra las mujeres palestinas. ¿Qué hacer? El marco normativo está definido desde 1949 con la Convención de Ginebra: la protección de civiles es una obligación. Incluso en los conflictos armados se debe reconocer el “derecho a tener derechos”, como lo llamó la filósofa alemana Hannah Arendt.

Genocidio engloba todos los actos cometidos con el propósito de destruir un grupo de forma total o parcial. En 2023, Sudáfrica denunció a Israel por genocidio ante el Tribunal Penal Internacional, solicitando medidas de protección para el pueblo palestino.

En Israel, y en 2025, el informe “Nuestro Genocidio”, de B’Tselem –Centro por los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados– denuncia la limpieza étnica y el genocidio en Gaza. Physicians for Human Rights Israel (PHRI) ha documentado también el impacto de los ataques en la salud, la vida de la población en la zona ocupada.

Datos sobre el número de fallecimientos, destrucción de infraestructuras sanitarias y las condiciones de quienes aun sobreviven en Gaza son actualizados cada mes por la Organización Mundial de la Salud. Más de 1 700 000 niños necesitan urgentemente asistencia, asegura UNICEF. En la franja de Gaza y con la hambruna, entre la población más vulnerable están los menores y las mujeres, según la Clasificación Integrada de Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC).

28 000 mujeres fallecidas

Desde octubre de 2023, han muerto 28 000 mujeres. Pueden ser muchas más, con las víctimas no contabilizadas tras los bombardeos sufridos en los territorios ocupados de forma ilegal por Israel.

Hacer visible la situación de las mujeres y el impacto directo de la ocupación de Israel sobre la salud sexual y reproductiva es clave para entender lo ocurrido en Gaza. Además de la carencia de alimentos y agua potable, sin medidas de higiene accesibles y con apartheid sanitario, se tiene que hablar abiertamente de mujeres y genocidio o femigenocidio en Gaza. Lo ha hecho la relatora de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese.

Violencia masiva y exterminio

“Femigenocidio” es violencia masiva e impersonal contra las mujeres en procesos de exterminio de un pueblo, en la definición de Rita Segato, profesora de Antropología y Bioética en la Cátedra UNESCO de la Universidad de Brasilia (Brasil). El feminicio, asesinato de mujeres, tiene lugar en otro ámbito, las relaciones de género.

Como en anteriores intentos de acabar con la población de un país, la violencia a gran escala contra las mujeres –violaciones incluidas– ha sido utilizada en Gaza [como arma de guerra]. En el Estatuto de Roma, la violencia sexual en los conflictos armados es considerada un crimen contra la humanidad.

Ellas son fundamentales en los procesos de paz

En conclusión, la violencia sistemática tiene especiales formas y consecuencias para ellas, la mitad de la población. Así ha ocurrido en Gaza en durante la ocupación y los ataques por parte de Israel. Conviene recordar, entonces, que la participación de las mujeres es clave para llevar adelante los procesos para una paz sostenible.

Lo viene defendiendo Naciones Unidas desde hace años, tanto para documentar los ataques que ellas padecen en los conflictos armados como para subrayar su papel activo –positivo– en las complejas negociaciones y procesos de paz.
Esto vale también para las iniciativas sobre el futuro de las zonas bajo control de Israel o del comité internacional, al que se refiere el plan de Trump. Nada de eso aparece, sin embargo, en las declaraciones del presidente de Estados Unidos sobre el acuerdo de alto el fuego y el plan de paz.

¿Qué hacer ahora? Es evidente la brutalidad en los ataques del grupo Hamás. Por lo mismo, por el rechazo a la violencia contra los civiles o no combatientes, se debe tener en cuenta la magnitud de los daños provocados en Gaza y Cisjordania por Israel y, ante todo, los derechos de toda la población. También el “derecho a tener derechos” de las mujeres en las zonas ocupadas. De lo contrario, el plan defendido por el presidente Trump –junto al jefe de gobierno de Israel, Benjamín Netanyahu– no será un plan de paz. Será algo distinto.

The Conversation

Mª Teresa López de la Vieja no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ‘Femigenocidio’ en Gaza: una guerra también contra las mujeres – https://theconversation.com/femigenocidio-en-gaza-una-guerra-tambien-contra-las-mujeres-266939

¿Para qué sirve un detector de neutrinos?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Jesús Daniel Santos Rodríguez, Catedrático de Física Aplicada, Universidad de Oviedo

El proyecto Hyper-Kamiokande comenzó con la excavación de un gigantesco espacio subterráneo para albergar el mayor detector de neutrinos del mundo. High Energy Accelerator Research Organization / Universidad de Oviedo. , CC BY

La física de neutrinos constituye en la actualidad uno de los campos más dinámicos de investigación en física. Los neutrinos son partículas elementales con masa minúscula, sin carga eléctrica y con una capacidad de interacción con la materia extraordinariamente reducida. Esto provoca que su detección experimental represente un reto sin precedentes.

La investigación de estas partículas no solo persigue la caracterización de sus propiedades fundamentales: también proporciona una vía privilegiada para explorar cuestiones abiertas en física.

Primera observación de un neutrino en una cámara de burbujas, en 1970, en el Laboratorio Nacional Argonne de los Estados Unidos. La observación se realizó gracias a las líneas observadas en la cámara de burbujas basada en hidrógeno líquido.
United States Department of Energy.

Difíciles de detectar

El espectro energético de los neutrinos, es decir, la distribución de energía sobre el espectro de frecuencias o longitudes de onda, cubre un rango extraordinariamente amplio. Cada rango energético requiere técnicas específicas de detección, lo que ha dado lugar a una amplia diversidad de detectores y metodologías experimentales.

En las últimas décadas, la serie de detectores construidos en Kamioka (Japón) ha marcado hitos fundamentales en la física de neutrinos. El primero, un experimento bautizado como Kamiokande, permitió la detección en tiempo real de neutrinos solares. El siguiente, conocido como Kamiokande-II, registró en 1987 los neutrinos de una supernova. Ello valió a sus investigadores, Raymond Davis Jr y Masatoshi Koshiba, el premio Nobel de Física en 2002.

Maqueta a escala del Super-Kamiokande.
Motokoka / Wikimedia Commons., CC BY

Super-Kamiokande tomó el relevo a los anteriores y proporcionó en 1998 la primera evidencia directa de las oscilaciones de neutrinos, es decir, la capacidad de cambiar de “sabor” o tipo a lo largo de su desplazamiento. Así se estableció que estas partículas poseen masa, por lo que Takaaki Kajita y Arthur B. McDonald ganaron el premio Nobel en 2015.

Piscinas de agua pura

Hyper-Kamiokande representa la siguiente generación en esta línea de experimentos. Actualmente en construcción en Kamioka, se trata del mayor detector de neutrinos del mundo, con una masa 8.4 veces superior a la de Super-Kamiokande. Esta ampliación de escala permitirá alcanzar niveles de sensibilidad sin precedentes.

El proyecto, que reúne a 630 investigadores de 22 países, se localizará dentro de un espacio subterráneo excavado en la roca, de 330 000 metros cúbicos. Su techo abovedado tiene 69 metros de diámetro, seguido de un cilindro de 73 metros de altura.

En su interior, albergará un tanque equivalente en volumen a decenas de piscinas olímpicas, que se llenará de agua con un elevado grado de pureza.

A pesar de la dificultad de detección de los neutrinos por su escasa interacción con la materia, están involucrados en numerosos procesos físicos. Al llenar el tanque de Hyper-Kamiokande de agua ultrapura, aumenta sustancialmente la probabilidad de que algún neutrino interactúe con protones y electrones y, por tanto, pueda ser detectado.

Probando los fotosensores del Hyper-Kamiokande.
Hiper-K / Universidad de Oviedo.

Capturados por la luz

Cuando un neutrino interacciona en el agua, se generan partículas cargadas secundarias que se propagan más rápido que la velocidad de la luz en el medio y emiten un cono característico de luz Cherenkov –una radiación de tipo electromagnético producida por el paso de partículas cargadas eléctricamente en un determinado medio a velocidades superiores a la velocidad de fase de la luz en dicho medio–.

La superficie interior del tanque cilíndrico estará recubierta por decenas de miles de tubos multiplicadores de esa señal luminosa, conocidos como tubos fotomultiplicadores. Los tubos son capaces de registrar con alta precisión los fotones que conforman la luz y la correspondiente radiación Cherenkov, aportando información de la interacción que la produjo.

Mayor sensibilidad

Un aspecto técnico de gran relevancia en Hyper-Kamiokande es la necesidad de compensar la influencia del campo magnético terrestre sobre los fotomultiplicadores. Este campo puede desviar las trayectorias de los fotoelectrones, que son los electrones emitidos dentro del tubo por la radiación recogida y generan una corriente que se puede detectar.

En experimentos anteriores, este efecto se mitigó mediante el blindaje individual de cada fotomultiplicador con escudos magnéticos. Sin embargo, la escala de Hyper-Kamiokande, que involucra decenas de miles de tubos fotomultiplicadores, hace inviable este enfoque, tanto desde el punto de vista económico como logístico.

La alternativa adoptada consiste en implementar un sistema de compensación mediante bobinas magnéticas distribuidas a lo largo de la superficie interior del tanque. Estas bobinas, al paso de una corriente controlada por ellas, generan un campo magnético que se opone al geomagnético, minimizando así la desviación de los fotoelectrones. El diseño de este sistema constituye un reto de gran complejidad, al requerir un equilibrio entre diversos parámetros.

Nuestro equipo de la Universidad de Oviedo desempeña un papel fundamental en este desarrollo, liderando el diseño y la supervisión del sistema. Esta contribución resulta estratégica para asegurar que el detector alcance la sensibilidad proyectada, así como el posterior trabajo en el análisis de datos.

Interrogantes por resolver

La construcción de Hyper-Kamiokande responde a la necesidad de abordar cuestiones fundamentales de la física contemporánea. Entre ellas destaca la determinación de la escala absoluta de la masa de los neutrinos, así como la jerarquía de la misma. Si bien las oscilaciones han demostrado inequívocamente que poseen masa, su valor absoluto sigue siendo desconocido.

Otra incógnita es si los neutrinos constituyen sus propias antipartículas. La confirmación de esta hipótesis tendría implicaciones en la comprensión de la asimetría entre la materia y la antimateria del universo. Esto abriría la posibilidad de la existencia de un comportamiento diferenciado entre neutrinos y antineutrinos en los primeros instantes del cosmos, lo que explicaría por qué la materia prevaleció sobre la antimateria.

Otros aspectos que se pretenden estudiar incluyen realizar estudios precisos de neutrinos procedentes de supernovas, para esclarecer el papel que estas partículas juegan en los fenómenos astrofísicos de mayor energía en el cosmos.

Una llave al cosmos

De forma paralela, el detector ofrece la posibilidad de abrir nuevas líneas de investigación interdisciplinar como las que ya se ponen de manifiesto en la construcción, al colaborar personal científico y de ingeniería de diversas áreas.

Hyper-Kamiokande constituye no solo un experimento de nueva generación, sino una infraestructura que permitirá responder a preguntas clave de la física, al tiempo que abre el camino hacia nuevas aplicaciones. El estudio de los neutrinos, lejos de estar cerrado, se presenta como un campo para descubrimientos que pueden redefinir nuestra comprensión del universo.

The Conversation

Jesús Daniel Santos Rodríguez recibe fondos de Gobierno de España.

Sergio Luis Suárez Gómez recibe fondos de Gobierno de España, por medio de plan nacional MCINN-23-PID2022-139198NB-I00.

ref. ¿Para qué sirve un detector de neutrinos? – https://theconversation.com/para-que-sirve-un-detector-de-neutrinos-263823

Cuidando nuestra boca protegemos el cerebro

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Teresa Morera Herreras, Profesora agregada del Departamento de Farmacología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

Cuando pensamos en salud oral, solemos imaginar dientes blancos y encías firmes. Pero mantener una buena higiene bucal va mucho más allá de una cuestión estética: puede influir directamente en la salud de todo nuestro organismo.

Porque lo que ocurre en la boca no se queda en la boca. Las bacterias que se acumulan en los dientes y encías pueden viajar por el cuerpo y tener consecuencias en órganos tan distintos como el corazón o el cerebro.

Una mala salud oral no solo favorece la aparición de caries, la pérdida de dientes o la inflamación de encías (gingivitis): también puede agravar enfermedades crónicas como la diabetes, aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer e incluso contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cerebrales y neurodegenerativas.

En concreto, se ha observado que las personas que padecen periodontitis –una inflamación crónica de las encías causada por la acumulación de placa bacteriana– presentan más posibilidades de desarrollar complicaciones en otras partes del cuerpo. Los datos son claros: un paciente con periodontitis no tratada tiene 2,5 veces más riesgo de sufrir un ictus y casi 3 veces más de probabilidades de padecer una enfermedad cardíaca en comparación con quienes mantienen una buena salud bucodental.

Además, la inflamación crónica asociada con la periodontitis también podría contribuir al deterioro cognitivo, como ocurre en el alzhéimer.

Alzhéimer: el olvido que lo cambia todo

El alzhéimer es la causa más frecuente de demencia neurodegenerativa. A nivel mundial, más de 57 millones de personas viven con demencia, de las cuales entre el 60 % y el 70 % padecen alzhéimer. En España, afecta a unas 800 000 personas, y se estima que su prevalencia se duplicará en los próximos 20 años.

Aunque aún no conocemos su causa exacta, sí sabemos que influyen tanto la genética como factores ambientales, incluido nuestro estilo de vida. Y es aquí donde aparece una conexión inesperada: el cuidado de las encías podría desempeñar un papel protector frente al deterioro cognitivo.

Bacterias, seres invisibles que dejan huella

La boca alberga unas 770 especies de microorganismos que componen la microbiota oral. En equilibrio, esta comunidad bacteriana cumple funciones beneficiosas. Pero cuando la higiene es deficiente o existen factores que alteran ese equilibrio, las bacterias patógenas se multiplican, favoreciendo la aparición de enfermedades como la enfermedad periodontal.

La gingivitis, la forma más leve, afecta hasta al 90 % de la población y puede revertirse con una correcta higiene. Sin embargo, si progresa, puede convertirse en periodontitis, una afección crónica, inflamatoria e irreversible con consecuencias que van mucho más allá de la pérdida de dientes.

Las bacterias implicadas, especialmente Porphyromonas gingivalis, y las moléculas inflamatorias que el sistema inmunitario libera al intentar combatirlas pueden viajar por la sangre y alcanzar órganos distantes, como el cerebro. Allí pueden contribuir a procesos inflamatorios y al desarrollo o progresión de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.

De hecho, varios estudios recientes refuerzan la hipótesis de esa conexión. En modelos animales, la exposición prolongada a toxinas de bacterias como Porphyromonas gingivalis ha inducido neuroinflamación, acumulación de proteína beta-amiloide y deterioro de la memoria, tres características típicas del alzhéimer.

En humanos, también se ha hallado evidencia sorprendente: la cantidad de bacterias orales en el tejido cerebral de personas fallecidas con esa patología es hasta siete veces mayor que en quienes no padecían la enfermedad.

Cepillarse: una rutina que podría proteger nuestra mente

Así pues, dedicar apenas 10 minutos al día a la higiene oral es una inversión para la salud futura. Cada vez que olvidamos cepillarnos, las bacterias se multiplican y pueden acabar en otras partes del cuerpo con efectos imprevisibles.

Cepillarse los dientes, usar hilo dental y acudir regularmente al dentista no solo cuida la sonrisa: también puede ayudar a proteger el corazón, el cerebro y, posiblemente, la memoria. El alzhéimer borra recuerdos, pero hay algo que conviene no olvidar: cuidar de nuestra boca es cuidar de nuestra mente.

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Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Cuidando nuestra boca protegemos el cerebro – https://theconversation.com/cuidando-nuestra-boca-protegemos-el-cerebro-266680

Paulino Uzcudun, de ídolo del boxeo a icono falangista y “juguete roto”

Source: The Conversation – (in Spanish) – By David Mota Zurdo, Profesor Titular de Historia Contemporánea, Universidad de Valladolid

Hoy pocos recuerdan el nombre de Paulino Uzcudun. Sin embargo, en las décadas de 1920 y 1930, fue una celebridad mundial. En los cuadriláteros de Estados Unidos se enfrentó a los mejores pesos pesados del momento (Delaney, Godfrey o Schmeling) y fue aclamado por la prensa como The Basque Woodchopper.

Fue el boxeador “jamás noqueado” hasta que, en 1935, cuando su carrera se apagaba, tropezó con Joe Louis (El bombardero de Detroit), uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos, quien lo batió por KO.

Con todo, la historia de Uzcudun ha sido olvidada tanto por sus vínculos con el franquismo como por la emergencia de otra figura del boxeo en la década de 1960: el también guipuzcoano José Manuel Ibar (Urtain).

De leñador a campeón

Nacido en 1899 en Régil –hoy Errezil– (Guipúzcoa), Paulino fue el hijo pequeño de una familia de labradores. En el difícil contexto económico de entreguerras, buscó valerse por sí mismo y se dedicó a diferentes actividades: leñador, albañil y operario de una fábrica de embutidos. Pero, con 23 años, después del servicio militar, decidió dejarlo todo y apostar por el boxeo en una época en la que el deporte profesional todavía era una práctica inusual para la clase trabajadora.

Así que se mudó a Francia y se preparó con los mejores entrenadores de boxeo de la Europa del momento. El vasco demostró ser un portento. Para 1924 ya era campeón de España de peso fuerte (hoy, peso pesado) y, dos años después, lo era de Europa tras vencer al italiano Erminio Spalla.

Aquellas victorias, que aumentaron su fama, resultaron muy provechosas para la dictadura de Primo de Rivera, que para entonces irradiaba a través del deporte sus valores y concepto de España: masculinidad, regeneración racial, disciplina y patrioterismo. Para el régimen dictatorial, Uzcudun era símbolo de todo ello: un héroe popular con atributos idóneos.




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El salto a América

Durante los felices años veinte, Estados Unidos fue el país del boxeo. Allí estaban los principales cuadriláteros y en estos era donde se dirimía el campeonato mundial de peso fuerte. En el país norteamericano, Paulino peleó contra los mejores púgiles del momento, como Max Baer, Joe Louis o Jack Sharkey.

Aunque nunca alcanzó el cinturón de campeón, se hizo un hueco entre los mejores y obtuvo una gran fama. Para los emigrantes españoles, especialmente los de origen vasco, se convirtió en un símbolo de orgullo. Uzcudun era el vasco inquebrantable, el que mejor representaba la personalidad de su tierra y así lo recogió la prensa desde distintos espacios ideológicos.


Boxeo. Sesión de entrenamiento del púgil Paulino Uzcudun (en el centro).

Kutxa Fundazioa Fototeka. Fondo Photo Carter. Ricardo Martín (Fotógrafo). ID. 12707959.

Cuando el ring se volvió ideología

Su carrera deportiva coincidió con el auge del fascismo y el nazismo en Europa, dos ideologías de masas que utilizaron el deporte, y en concreto el boxeo, como un espacio político más.

En 1933, en los días de la Segunda República, Uzcudun disputó el título europeo a Primo Carnera, el “Gigante Fascista”, representante de la Italia de Mussolini.

En 1935, se midió en Berlín con el campeón del mundo Max Schmeling, símbolo deportivo del Tercer Reich. El vasco perdió ambos combates. Sin embargo, mostró un gran nivel en dos encuentros que fueron mucho más que duelos deportivos: pugnas propagandísticas entre naciones y modelos políticos diferentes, entre democracia y fascismo.

Aparte de ser una experiencia deportiva, aquellos combates sirvieron para iniciar su acercamiento ideológico a la extrema derecha. Atraído por la heroización de los deportistas, la glorificación de su pasado y, entre otras cosas, su imagen pública, Uzcudun acabó aproximándose al discurso fascista.

Del estrellato mundial a la propaganda política

La biografía de Uzcudun también tiene episodios grises que forman parte de su compleja figura. En 1935 estuvo implicado en el escándalo de corrupción derivado de las máquinas del Straperlo, de las que participó y en el que se involucró por sus contactos en círculos políticos y empresariales derechistas.

Según cuenta el diario bilbaino El Liberal (8 de febrero de 1936, página 3), fue juzgado por ello, pero el estallido del golpe de Estado del 18 de julio de ese año interrumpió el proceso. En esos meses, se acercó a la extrema derecha, alineándose con Falange. Y así lo demostró en la Guerra Civil, combatiendo en sus columnas, siendo rostro visible de su propaganda e incluso formando parte de uno de los comandos que planearon asaltar la cárcel de Alicante para liberar a José Antonio Primo de Rivera en octubre de 1936.

El guipuzcoano fue uno de los ejes de las actividades de Auxilio Social, la organización de socorro humanitario del bando franquista, para la que hizo giras de combates benéficos en España y Portugal entre 1937 y 1939. Falange lo convirtió en modelo de patriotismo, disciplina y masculinidad, y, mediante su imagen, buscaron ganar apoyos a la causa sublevada.

Grupo de soldados. En el medio, el más alto, Paulino Uzcudun. San Sebastián. Septiembre de 1936. Colección Foto Marín. Pascual Marín (fotógrafo). Fototeca Kutxa Fundazioa. Id. 23867147.
Colección Foto Marín. Pascual Marín (fotógrafo). Fototeca Kutxa Fundazioa. Id. 23867147

Entre la gloria y el olvido

Tras la Guerra Civil, Uzcudun se situó en el corazón de una España donde la frontera entre negocio, política y propaganda fue difusa. En plena Segunda Guerra Mundial, montó una empresa de gasógenos e hizo negocios con miembros del Tercer Reich.

Según informes de la Oficina Federal de Investigación (FBI) estadounidense, estuvo relacionado con Rudy de Merode, un colaborador nazi refugiado en España al que sirvió de guardaespaldas y con el que colaboró tanto en una red de contrabando de bienes robados a ciudadanos de origen judío como en una red de evasión nazi en la frontera vasco-francesa.

También trató de regresar al boxeo con 46 años. Lo hizo contra Rodolfo Díaz en un improvisado ring en El Escorial (Madrid) y, tras la victoria, prometió combatir en Nueva York. Pero nunca lo hizo. La negativa del FBI a que se le concediera visado se lo impidió.

Fue entonces cuando su vida dio un giro de 180 grados.

Modelo de padre de familia para el franquismo

En 1942 se había casado con Isabel Huerta Vera, de la familia de ganaderos de Victoriano de la Serna, con la que se mudó a Torrelaguna, en la Sierra Norte de Madrid, de donde ella era originaria y poseía una hacienda.

Ambos dedicaron su vida al campo y a sus cuatro hijos, y la prensa franquista vio en ese cambio un filón para explotar los valores del régimen: un famoso boxeador que, como el hijo prodigo, había decidido regresar a los orígenes, al campo, tras estar en lo alto de la fama, para dedicarse a los suyos. Uzcudun se convirtió así en uno de los modelos de padre de familia del franquismo.


Grupo de personas, con el boxeador Paulino Uzcudun en primer plano, en un salón.

Kutxa Fundazioa Kutxateka. Id. 70456271. Fondo: Foto Marín. Pascual Marín (fotógrafo).

El eco de los golpes

Su estrella, entonces, se apagó. Siguió teniendo contacto con el boxeo, pero dejó de ser reconocido y se convirtió en un “juguete roto”, tal como lo retrató Manuel Summers en el documental del mismo título.

En la década de 1960, recibió pequeños homenajes de federaciones de boxeo como la catalana, pero la dictadura, a la que tanto había servido con su imagen y puños, le olvidó, y nunca le otorgó la Medalla al Mérito Deportivo, distinción con la que el régimen reconocía el esfuerzo de sus atletas.

Paradójicamente, tuvo que ser el gobierno democrático de Adolfo Suárez el que en febrero de 1979 le otorgó el galardón, cuando estaba ya muy enfermo y Urtain eclipsaba su recuerdo, como contó su hijo menor Juan en el programa Documentos, de RNE.

Un solitario final

En 1985, tras una larga enfermedad degenerativa, Uzcudun murió al calor de los suyos, pero lejos de la memoria pública. En aquellos momentos, mientras Rocky IV se convertía en la segunda película más taquillera del año, la consideración social del boxeo en España era pésima.

Los pocos que recordaban a Uzcudun lo asociaban a la dictadura, a un héroe deportivo y figura propagandística del franquismo. Un tiempo que superar. De algún modo, representaba lo que la democracia trataba de dejar atrás.

En 2025, después de 40 años de su muerte, su nombre apenas se conoce, pero su biografía demuestra que el deporte es una forma de hacer política. Su caso ilustra cómo los ídolos deportivos no son solo deportistas, sino espejos de la sociedad que los aclama, de sus contradicciones y de su selectiva memoria.

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David Mota Zurdo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Paulino Uzcudun, de ídolo del boxeo a icono falangista y “juguete roto” – https://theconversation.com/paulino-uzcudun-de-idolo-del-boxeo-a-icono-falangista-y-juguete-roto-266909

Por un mundo sin caprichos individuales: el bien común según Rousseau

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Jesús David Cifuentes Yarce, Profesor de filosofía, Universidad de La Sabana

Una imagen de la Marcha sobre Washington demandando igualdad en derechos civiles, en agosto de 1963. United States Library of Congress’s Prints and Photographs division

Los seres humanos de cada época histórica se han enfrentado a retos impulsados por la idea de conseguir una mejor vida. Nosotros ahora no somos la excepción. Hoy en el escenario de las preocupaciones sociales están, como actores protagónicos, los nuevos avances tecnológicos, el cambio climático, la guerra, la inmigración, etc. Sin embargo hay, tras bambalinas, un problema que podría ser la clave para iluminar la escena social y en ello, quizás, encontrar una solución.

El mundo actual se debate entre intereses particulares. Hay naciones que se enriquecen tras la opresión de otras, economías que se dinamizan gracias a la muerte de muchos seres humanos en guerra y desprecio por la vida humana, como si nacer en determinado país fuera un sino de dolor ante el privilegio de unos pocos.

En este sentido, el filósofo suizo Jean-Jacques Rousseau se convierte en un referente obligado para pensarnos de otra manera y poder dirigir nuestra fuerza vital a ello. Rousseau considera que lo más importante para estructurar un contrato social es la voluntad general. Esta no debe entenderse como la sumatoria del arbitrio de cada individuo, sino como la búsqueda de un bien común como un deber de la vida en sociedad. Es un principio constitutivo de la sociedad.

Individualidades vs. piedad

Mientras el mundo en general siga conformado por la búsqueda de intereses particulares, el único camino que tenemos a la vista seguirá siendo el odio entre los seres humanos. Así lo planteó el ginebrino en su célebre Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres:

“las usurpaciones de los ricos, los bandidajes de los pobres y las pasiones desenfrenadas de todos ahogaron la piedad natural y la voz todavía débil de la justicia, e hicieron a los hombres avaros, ambiciosos y malvados”.

Rousseau buscó entonces al ser humano en la naturaleza, no para regresar a una vida en las montañas fuera de las ciudades, sino para conocer su origen y poder mejorar su realidad actual, ya que el transcurrir de la historia y las sociedades había ocultado su verdadero rostro. De ahí su hermosa metáfora en el prefacio del Discurso en la que plantea que el alma humana, al igual que la estatua de Glauco, se ha desfigurado con el paso del tiempo.

Ahora bien, ¿cuál es el verdadero rostro del ser humano? Si bien son muchas las características que se pueden citar, sería pertinente hablar de la piedad y el amor a sí mismo. En ellas reside el cultivo de un ciudadano y una sociedad que busca el bien común:

“parece pues indudable que la piedad es un sentimiento natural que, al moderar en cada individuo la actividad del amor a sí mismo, contribuye a la conservación mutua de toda la especie. Ella es la que nos hace acudir sin reflexión en auxilio de aquellos a quienes vemos sufrir; la que, en el estado de naturaleza, suple a las leyes, a las costumbres y a la virtud, con la ventaja de que nadie se siente incitado a desobedecer su dulce voz”.

Valorar la individualidad para valorar la sociedad

Cabe aclarar que el mismo Rousseau diferenció el amor propio del amor a uno mismo. El segundo es un sentimiento natural que “guiado por la razón y modificado por la piedad determina la humanidad y la virtud” y busca conservar la vida. Sin embargo, el primero es el sentimiento originado en sociedad “que mueve a cada individuo a hacer más caso de sí que de cualquier otro”.

Portada de un libro en francés, El contrato social, de Jean Jacques Rousseau.
Portada de Principes du Droit Politique (El contrato social), de Jean Jacques Rousseau en 1763.
Ambre Troizat/Wikimedia Commons, CC BY-SA

Respecto a esto, ¿no sería urgente pensar, pues, en un mundo donde la base de la ley sea la piedad cuya máxima reza “procura tu bien con el menor mal posible para tu prójimo” para poder dejar atrás las leyes que son solo el reflejo del amor propio como manifestación de los intereses particulares?

En la búsqueda de la respuesta es donde reside el bien común, mientras se trabaje por una sociedad civil con base en una voluntad general que no desconozca la libertad de cada persona –en ello reside el contrato social– y que sea reflejo de la bondad natural del ser humano.

Al basarse en la piedad, este bien común descubre que el mayor mal que debemos destruir es la desigualdad entre los seres humanos para que juntos habitemos un mundo común. Como dice un antiguo proverbio de las comunidades palenqueras colombianas, debemos construir juntos para sonreír juntos.

The Conversation

Jesús David Cifuentes Yarce no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Por un mundo sin caprichos individuales: el bien común según Rousseau – https://theconversation.com/por-un-mundo-sin-caprichos-individuales-el-bien-comun-segun-rousseau-265697

Esclavismo digital: la cara oculta de la IA

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Ramón López de Mántaras, Profesor de investigación del CSIC, Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA – CSIC)

Las grandes plataformas que usan inteligencia artificial emplean a trabajadores mal pagados en todas partes del mundo para etiquetar contenidos. Greta Schölderle Möller / Unsplash., CC BY

¿Acabará la inteligencia artificial con el trabajo? Es una de las preguntas más repetidas en conferencias, tertulias mediáticas y foros políticos. La promesa que lanzan los líderes de las grandes tecnológicas de Silicon Valley es clara: las futuras superinteligencias artificiales se encargarán de hacer todo tipo de trabajos y los seres humanos podremos entregarnos a la creatividad, al ocio y a la vida plena. Una utopía de tintes casi renacentistas en la que el progreso tecnológico abriría las puertas a una nueva edad dorada de la humanidad.

Sin embargo, esta narrativa tan triunfalista como simplista oculta una realidad mucho más incómoda, rara vez mencionada: millones de trabajadores anónimos sostienen la maquinaria de la IA con su esfuerzo, sufrimiento y tiempo. La inteligencia artificial no está acabando con el trabajo: lo está transformando, fragmentando y, lo que es mucho peor, precarizando. Detrás de cada modelo generativo, de cada asistente conversacional y de cada imagen producida por algoritmos, hay millones de trabajadores invisibles cuya labor resulta imprescindible para que la IA funcione.

Lejos de la visión edulcorada de un futuro sin esfuerzo, la IA está levantada sobre un presente marcado por la explotación globalizada de mano de obra barata.

Los trabajadores invisibles de la IA

Son los llamados data workers o “trabajadores del clic”, personas encargadas de clasificar y etiquetar imágenes, corregir textos, transcribir audios, señalar errores en traducciones automáticas y, sobre todo, depurar el océano de datos que alimenta los algoritmos.

Sin ellos, los algoritmos, que luego se presentan como inteligentes, simplemente no funcionarían.

Como explican Mary Gray y Siddhart Suri, la supuesta inteligencia de la IA es inseparable del trabajo de humanos “detrás de las cortinas”. Por su parte, John P. Nelson señala que los chatbots que parecen inteligentes solo existen porque cientos de miles de personas entrenan, corrigen y supervisan sus respuestas.

Los chatbots que hoy responden a millones de consultas diarias no son fruto exclusivo del talento de muy bien remunerados ingenieros californianos, sino de la
explotación de una fuerza laboral masiva, dispersa e invisible.

El sociólogo Antonio Casilli lo resume con contundencia: la inteligencia artificial es, en realidad, inteligencia de “sudor y lágrimas”. Los algoritmos no aprenden por sí mismos; se limitan a reproducir patrones gracias a la labor previa de millones de personas.

Según estimaciones del Banco Mundial, entre el 4,4 % y el 12,5 % de la fuerza laboral mundial (es decir, entre 150 y 425 millones de personas, aproximadamente) ya participa de alguna forma en esta economía digital invisible. Google, en 2022, ya calculaba que pronto podrían superar el millar de millones.

La cara oscura: violencia, pornografía y daños psicológicos

El aspecto más perturbador de este trabajo no está solo en la precariedad salarial, sino en el tipo de contenidos a los que muchos trabajadores deben enfrentarse. Para que un sistema de IA sea capaz de reconocer un discurso de odio, alguien ha debido leerlo, clasificarlo y marcarlo como tal. Para que un modelo aprenda a filtrar pornografía, violencia extrema o material pedófilo, alguien ha tenido que visualizarlo antes.

Miles de personas en Kenia, Filipinas, Pakistán o India pasan jornadas completas
expuestas a lo peor de la condición humana: amenazas de violación, descripciones de torturas, grabaciones de asesinatos. Rebecca Tan y Regine Cabato, en un artículo en The Washington Post, documentan cómo estas condiciones laborales extremas son sistemáticas y afectan a millones de trabajadores alrededor del mundo.

Esa exposición continuada genera consecuencias devastadoras: cuadros de ansiedad, depresión, insomnio y, en muchos casos, trastornos de estrés postraumático que persisten incluso años después de haber abandonado el empleo.

El documental francés Les sacrifiés de l’IA (“Los sacrificados de la IA”, Henri Poulain, 2024) recoge testimonios estremecedores de trabajadores que nunca lograron recuperarse del daño psicológico. En muchos casos, ni siquiera tuvieron acceso a un acompañamiento terapéutico mínimo, porque las empresas subcontratadas que gestionan estas tareas rara vez ofrecen apoyo psicológico. El silencio se impone, además, a través de contratos de confidencialidad que prohíben hablar del trabajo, incluso con familiares cercanos.

Entrevista a Henri Poulain sobre su documental Les sacrifiés de l´IA.

Precariedad global y condiciones laborales

La localización de esta mano de obra no es casual. Los grandes gigantes tecnológicos subcontratan estas tareas a empresas situadas en países con bajos salarios y débiles sistemas de protección social. El resultado es que los trabajadores que sostienen la IA viven en contextos de máxima vulnerabilidad.
Refugiados ucranianos, madres solteras en Kenia, estudiantes en India o presos en cárceles finlandesas: todos forman parte de una cadena de producción global que opera bajo las condiciones perfectas para que las empresas que los contratan esquiven regulaciones laborales y obligaciones sociales.

La gran mayoría cobran entre 2 y 9 dólares al día, trabajan desde casa, aislados, sin contacto con colegas ni supervisión efectiva, convertidos en pieza fungible de un engranaje deslocalizado.

Se trata de un “proletariado digital” que reproduce, con nuevas formas, las viejas lógicas del colonialismo económico: el beneficio se acumula en Silicon Valley, mientras los costes humanos se reparten en lugares como Nairobi, Bangalore o Manila.

La estafa del siglo: imagen, lobby y ocultamiento

Las empresas que lideran la revolución de la IA destinan enormes recursos a reforzar su imagen pública. OpenAI, por ejemplo, gastó en 2024 casi dos millones de dólares en actividades de lobbying.

El mensaje que difunden es claro: la IA es fruto de la innovación científica y de las inversiones visionarias de un puñado de empresarios audaces. Nada se dice, en cambio, de los millones de trabajadores que sostienen en la sombra ese edificio. Henri Poulain lo resume con crudeza en su documental: estamos ante “la estafa del siglo”.

Una estafa que solo funciona porque estos trabajadores invisibles permanecen fuera del foco mediático y porque su peso social, aunque creciente, todavía parece marginal en términos estadísticos.

Pero la burbuja podría estar a punto de estallar: a medida que el uso de la IA se multiplica, también lo hace el número de personas atrapadas en esta diabólica economía de datos.

Largoplacismo, altruismo efectivo y justificación moral

Uno de los elementos ideológicos que sirve de coartada a esta situación es el
llamado largoplacismo. Esta corriente filosófica, estrechamente vinculada al llamado altruismo efectivo, se presenta como un ejemplo paradigmático de cómo ciertas élites tecnológicas utilizan el futuro como coartada para desentenderse del presente.

Defensores de esta visión, liderados por el controvertido filósofo Nick Bostrom
–quien ha desarrollado la noción de riesgos existenciales y la prioridad moral de preservar a largo plazo a la humanidad– sostienen que lo verdaderamente importante es garantizar la supervivencia de la humanidad a lo largo de miles o incluso millones de años (sic) y que, como hemos apuntado antes, tecnologías como la superinteligencia artificial lo harán posible.

Según esta perspectiva, el valor moral del futuro sería inconmensurablemente mayor que cualquier preocupación inmediata, por lo que problemas actuales como la pobreza, la desigualdad o la explotación laboral pasan a un segundo plano. El altruismo efectivo, en este contexto, se convierte en una herramienta intelectual para justificar políticas y decisiones que priorizan falsos beneficios futuros sobre los costos humanos y sociales presentes. La fórmula es archiconocida: el fin justifica los medios.

Esta forma de pensar ha influido de manera notable en la mayoría de líderes de la industria tecnológica de Silicon Valley. El problema es evidente: bajo esta lógica, millones de trabajadores invisibles pueden ser sacrificados en nombre de generaciones futuras, sin que ni siquiera existan garantías reales de que ese futuro utópico llegue a materializarse.

Desmontar el espejismo

La narrativa triunfalista sobre la IA necesita ser desmontada. No basta con aplaudir avances técnicos ni con dejarnos seducir por la retórica de la innovación. Detrás del mito de la inteligencia artificial, hay millones de personas sometidas a explotación, daños psicológicos y salarios de miseria. Hay también un planeta que soporta los costes ambientales de una industria energéticamente voraz.

La inteligencia no está en las máquinas: está en los seres humanos que las entrenan, las supervisan y las sostienen. Lo artificial no es la inteligencia, sino el disfraz que oculta las relaciones de poder y explotación sobre las que se construye esta tecnología.

La verdadera pregunta no es si la IA acabará con el trabajo, sino si estaremos dispuestos a acabar con la precariedad que hoy la hace posible. Si queremos un futuro justo, la innovación tecnológica debe ir acompañada de transparencia empresarial, regulación política, protección laboral y reflexión ética colectiva.
De lo contrario, lo que nos aguarda no es el paraíso tecnológico tantas veces prometido, sino una distopía levantada sobre los sacrificados de la inteligencia artificial.

The Conversation

Ramón López de Mántaras no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Esclavismo digital: la cara oculta de la IA – https://theconversation.com/esclavismo-digital-la-cara-oculta-de-la-ia-266805

Comienza la reconstrucción de Gaza con mucha cautela y una paz imperfecta

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Alfredo A. Rodríguez Gómez, Profesor de Relaciones Internacionales de la UNIR, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

Javas95/Shutterstock

Israel y Hamás mantienen desde el 10 de octubre pasado, pactado dos días antes, un alto el fuego que constituye la primera fase del plan de paz impulsado por el presidente de EE. UU. Donald Trump y respaldado por Egipto, Arabia Saudí, Catar y la Unión Europea.

El acuerdo contempla el intercambio de rehenes y prisioneros, la retirada gradual de tropas israelíes y la entrada de ayuda humanitaria en Gaza.

El gabinete israelí aprobó liberar hasta 2 000 prisioneros palestinos –incluyendo 250 condenados a cadena perpetua y 1 700 detenidos desde octubre de 2023– a cambio de los 48 rehenes retenidos por Hamás. De hecho, se han liberado ya los 20 rehenes que quedaban con vida. Simultáneamente, se ha autorizado la entrada diaria de cientos de camiones con suministros hacia Gaza.

Este avance rompe un ciclo de violencia tras casi dos años de conflicto que ha dejado más de 67 000 palestinos muertos, según las autoridades de Gaza. Abre una ventana para retomar la cooperación diplomática en la región.

Los 20 puntos de Trump

El alto el fuego se enmarca dentro del Plan de Paz de 20 puntos dado a conocer el 29 de septiembre de 2025 tras una reunión entre Trump y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.

Este plan combina presión diplomática y apoyo económico y pretende orientar una diplomacia pragmática, con objetivos medibles más allá de discursos simbólicos.

Estados Unidos ha logrado alinear a Egipto, Arabia Saudí, Catar y la Unión Europea en torno a la iniciativa. Para Israel, la tregua representa una pausa estratégica y la posibilidad de mejorar sus relaciones con países árabes. Para la Autoridad Palestina significa la oportunidad de recuperar peso político tras años de aislamiento.

Dentro del plan se propone un comité tecnocrático palestino para administrar Gaza bajo supervisión internacional. Se ha llamado Board of Peace (Junta de Paz), presidido por Trump e incluyendo figuras como el exprimer ministro británico Tony Blair. Esta estructura gestionaría la financiación y los marcos de reconstrucción hasta que la Autoridad Palestina ejecute reformas internas.

Reconstruir para vivir

La reconstrucción de Gaza ocupa un lugar central en el acuerdo. Después de años de destrucción y bloqueo, las prioridades son restablecer servicios esenciales –agua, electricidad, atención sanitaria–, rehabilitar carreteras, reconstruir viviendas y permitir el retorno de desplazados.

Los aliados externos –Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y países del Golfo– han lanzado un fondo internacional para respaldar esta reconstrucción. El Banco Mundial ha estimado que las reparaciones necesarias podrían ascender a unos 80 000 millones de dólares, cifra altísima comparada con el PIB combinado de Gaza y Cisjordania.

La Autoridad Palestina ha mostrado voluntad de asumir la gestión civil de Gaza en colaboración con actores internacionales. El primer ministro Mohammad Mustafa declaró que la prioridad es devolver la estabilidad y ha nominado 5 500 palestinos para una nueva fuerza policial, con planes de llegar a 10 000 agentes entrenados, algunos por Egipto.

Hamás no participó formalmente en las negociaciones clave en Sharm el-Sheikh, aunque aceptó adherirse a la primera fase del acuerdo. Ya el 3 de octubre, la organización anunció su disposición a liberar rehenes y traspasar la administración de Gaza, pero rechazó el desarme total. Se trata de un gesto pragmático frente a presiones políticas internas.

Este plan no resuelve los grandes asuntos estructurales, como el estatus de Jerusalén, los asentamientos ni el derecho al retorno, pero reactiva la lógica del diálogo. En un contexto marcado por estancamientos, el hecho de que existan fases verificables ofrece una base más sólida que en procesos anteriores.

Analistas internacionales reconocen que, aunque imperfecto, este plan crea un espacio político sin precedentes. Voces previamente críticas han señalado que, por primera vez en años, los palestinos están participando activamente en definir sus propios términos, no solo reaccionando a imposiciones externas.

La comunidad internacional

La Unión Europea ha recibido el alto el fuego con cautela. Kaja Kallas, actual alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, ya expresó a primeros de mes que la UE pretende tener un rol activo en la autoridad transitoria de Gaza, afirmando que “Europa tiene un gran papel y debería estar también a bordo con esto”. Esta puede ser la oportunidad. 

La ONU ha confirmado su implicación en la creación de la autoridad de transición y su disposición a aportar asistencia técnica. Un portavoz del secretario general António Guterres ha instado a las partes a aprovechar esta oportunidad para poner fin al trágico conflicto en Gaza.

Países musulmanes como Arabia Saudí, Egipto, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Turquía y otros han emitido una declaración conjunta de apoyo al plan, elogiando los esfuerzos diplomáticos de Trump y manifestando su confianza en que pueda ser un camino hacia la paz sostenible.

Del alto el fuego a una paz con rostro humano

Los riesgos no han desaparecido: las divisiones internas en Palestina, las tensiones políticas en Israel, posibles sabotajes o rechazos de partes más extremas podrían desbaratar el proceso. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, la esperanza de la paz parece más cercana que la amenaza de una nueva guerra.

El principal desafío será transformar esta tregua frágil en una paz sostenible. Para ello serán esenciales voluntad política, acompañamiento internacional constante y reconocimiento mutuo. Si se cumplen esos tres elementos, el acuerdo podría marcar el inicio de una etapa diferente en Gaza e Israel.

Gaza podría dejar de ser símbolo de destrucción y convertirse en un modelo de reconstrucción compartida y gobernanza incluyente.

Como expresó hace años el exsecretario general de la ONU, Kofi Annan: “No hay paz sin justicia, ni justicia sin dignidad”.

Esa dignidad, reconocida por igual a israelíes y palestinos, podría ser la base firme de una paz posible, construida con respeto y equidad.

El alto el fuego entre Israel y Hamás no pone fin al conflicto, pero inaugura un nuevo escenario diplomático con posibilidades reales. La intervención internacional –de EE. UU., la UE y los países árabes– suministra los soportes externos necesarios para que esta tregua se transforme en un proceso con rumbo.

La reconstrucción de Gaza y la creación de una autoridad transitoria ofrecen un esqueleto institucional para una paz más duradera. Pero la clave estará en transformar avances tácticos en compromisos firmes. Sin justicia, dignidad y reconocimiento recíproco, este momento de esperanza podría quedar en mera pausa.

The Conversation

Alfredo A. Rodríguez Gómez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Comienza la reconstrucción de Gaza con mucha cautela y una paz imperfecta – https://theconversation.com/comienza-la-reconstruccion-de-gaza-con-mucha-cautela-y-una-paz-imperfecta-267180

¿La caries avanza o se detiene? Cómo evitar que despierten las lesiones inactivas

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Julieta Sarai Becerra Ruiz, Profesora e Investigadora en Biociencias, Universidad de Guadalajara

Kaan Yetkin Toprak/Shutterstock

La cavidad oral es una parte del cuerpo en donde ocurren funciones esenciales para la vida diaria, como la alimentación, la fonación, la respiración y hasta la expresión emocional, que se manifiesta a través de la risa o el llanto. Está conectada con otros sistemas del cuerpo, como el digestivo y el respiratorio, y en ella habitan microorganismos que, normalmente, ayudan a mantener la salud.

Cuando hay cambios dentro de la boca, debido a una dieta alta en azúcares o por una mala higiene dental, algunos de los microbios pueden comenzar a causar problemas. Este suele ser el origen de la caries dental.

Según la OMS, la caries dental es la enfermedad más extendida del planeta. Se ha reportado una prevalencia del 48 % en niños menores de seis y afecta a más de 2 000 millones de personas en el mundo. ¿Cómo es posible que algo tan prevenible siga afectando a tantas personas?

La caries dental es un proceso que ocurre poco a poco y depende de varios factores. No es contagiosa como un resfriado, pero si está influida por lo que comemos y por la presencia de una capa de bacterias que se forma sobre los dientes (placa bacteriana).

Las bacterias utilizan los azúcares de la dieta y forman ácidos. Con el tiempo, este proceso puede ir debilitando las partes duras del diente. Afecta, por ejemplo, al esmalte, ya que sustrae minerales esenciales como el calcio y el fosfato, que son los encargados de mantenerlo resistente y fuerte. A esto se le llama desmineralización.

Afortunadamente, el esmalte dental no está completamente indefenso. El cuerpo tiene mecanismos naturales que ayudan a reparar el daño inicial causado por los ácidos. Este proceso se llama remineralización, y ocurre cuando los minerales vuelven a incorporarse al esmalte, fortaleciendo su estructura.

¿Cómo nos ayuda el cuerpo?. La saliva interviene en este mecanismo, ya que actúa como un vehículo que transporta los minerales y ayuda a neutralizar los ácidos.

Por lo tanto, la caries dental es parte de un proceso que depende del equilibrio entre lo que el diente pierde y lo que recupera, razón por la que no aparece de un día para otro.

Sin embargo, en el proceso continuo de desmineralización y remineralización, pueden aparecer manchas blancas opacas en la superficie del diente que está pegada a la encía. Estas manchas representan el primer signo clínico de caries dental (la caries dental no siempre comienza como un “hueco”).

La coloración se debe a que la pérdida de minerales altera la forma en que la luz se refleja en el diente, razón por la que se aprecian estas zonas blancas y opacas. Se podría decir que las manchas blancas son las pistas e indicios con los que el diente avisa. Este mensaje nos advierte que los ácidos están ganado terreno y han comenzado a debilitar su estructura.

Del ataque ácido a la estabilidad mineral

Se dice que una lesión de caries está activa cuando continua progresando, ya que las bacterias siguen produciendo ácidos que atacan el esmalte y la dentina. Es como si el diente estuviera atrapado en una lluvia de ácidos, sin refugio para sanar. Por otra parte, la lesión de caries inactiva es la que no ha avanzado. Aunque el tejido dental está afectado, ya no hay actividad bacteriana ni pérdida de minerales.

Aquí comienza el lado menos conocido de las caries inactivas: su avance se ha frenado pero siguen siendo testigos de un pasado de desmineralización y requieren vigilancia.

Una caries inactiva no significa que esté curada, sino pausada. Y aunque parezca dormida, puede despertar si no cuidamos el ambiente que la mantiene tranquila. Este ambiente es muy delicado y depende de varios factores que cumplen una función protectora sin que lo notemos.

Gracias a una buena higiene, exposición al flúor, menor consumo de azúcares y una saliva que realiza de manera eficaz sus funciones defensivas, las caries inactivas permanecen en reposo. Pero si alguno de estos elementos se altera, la lesión puede activarse y avanzar hacia la cavitación.

¿Qué cuidados requiere un diente con una cavidad que ya no avanza?

Cuando la caries ha creado una cavidad en el diente pero ya está inactiva, el tratamiento depende de factores como la profundidad de la lesión, la funcionalidad del diente y el riesgo de reactivación.

Si la lesión no compromete la función ni acumula placa, el refuerzo de higiene, el uso de pastas con flúor (para remineralización superficial) y el control dietético pueden ser suficientes para mantenerla estable. Cuando la cavitación afecta la limpieza pero la lesión está estable, los infiltrantes con resina estabilizan la zona. Pero si la cavitación ha avanzado tanto que compromete la función del diente, retiene placa y además está muy profunda, es necesario reconstruir el diente de para que recupere su forma y función, se facilite el cepillado y se prevengan problemas posteriores.

Con visitas regulares al dentista podemos mantener las lesiones inactivas bajo control sin recurrir a intervenciones agresivas, entendiendo que su evolución está ligada al ambiente bucal. Cuidar lo que ya está estable es una forma de prevenir.

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. ¿La caries avanza o se detiene? Cómo evitar que despierten las lesiones inactivas – https://theconversation.com/la-caries-avanza-o-se-detiene-como-evitar-que-despierten-las-lesiones-inactivas-264834

De los tambores taínos a Bad Bunny: el legado musical que define a Puerto Rico

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Carmen del Rocío Monedero Morales, Profesora Titular del Departamento de Periodismo , Universidad de Málaga

Marc Anthony y Bad Bunny en el último concierto que este último dio en su residencia de un mes en Puerto Rico. Marc Anthony/Facebook

A lo largo de la historia, la relación entre el reguetón y la música latina tradicional ha sido compleja. Mientras ciertos sectores vieron en su aparición una amenaza para la salsa, otros reconocieron los lazos que los unían, interpretándolos como una oportunidad de desarrollo mutuo.

Ambos géneros, en sus momentos de mayor esplendor, han reflejado las experiencias de la vida urbana, y desde su nacimiento, el reguetón ha conservado una conexión con sus raíces, hecho que recientemente se ha evidenciado con los últimos discos de dos de sus figuras más relevantes: Rauw Alejandro con Cosa nuestra (2024) y Bad Bunny con Debí tirar más fotos (DtMF) (2025).

Este último sorprendió al mundo no solo por reafirmar el éxito global del artista, sino porque convierte a la música urbana en un homenaje directo a la herencia cultural de Puerto Rico. Entre samples históricos, colaboraciones con músicos tradicionales y guiños sonoros a siglos de historia, el disco pone en primer plano la riqueza musical de la isla.

En ‘WELTiTA’, Bad Bunny mezcla hip hop latino con plena.

Un cruce de culturas

La música puertorriqueña nace del encuentro de tres grandes tradiciones: la taína, la africana y la española. Este mestizaje, iniciado en el siglo XVI, no solo definió el carácter de la isla, sino que estableció las bases de todos sus géneros musicales posteriores.

Los taínos aportaron sus areítos, cantos colectivos acompañados de maracas y tambores sencillos, que transmitían historias míticas y comunitarias. Durante la Conquista española, muchos elementos rítmicos y ceremoniales sobrevivieron, fusionándose con otras tradiciones. Los patrones repetitivos y el uso de instrumentos de percusión simples se reflejan todavía en géneros actuales.

Los africanos, traídos como esclavos, introdujeron la polirritmia, el canto responsorial y los tambores de barril. De su tradición nacieron la bomba y la plena. La bomba es baile y música a la vez: el tambor responde a los movimientos del danzante, mientras maraca y cúa completan la base. La plena, conocida como “periódico cantado”, usa tres panderos (requinto, punteador y seguidor) para narrar la vida cotidiana, desde celebraciones hasta denuncias sociales.

Los españoles trajeron la guitarra, el laúd y la poesía en décima, base de la música jíbara del campo. Con el tiempo, el cuatro puertorriqueño, con sus cuerdas metálicas, se convirtió en símbolo nacional. Géneros como el seis y el aguinaldo combinan melodías ibéricas con improvisaciones poéticas, donde el trovador canta décimas acompañadas por el cuatro, el güiro y la guitarra.

De la tradición a la modernidad

En el siglo XIX, Puerto Rico vio nacer compositores que unieron la música europea con la popular. Las danzas y contradanzas convivieron con formas criollas, mientras la imprenta musical y las primeras grabaciones ayudaron a difundir estas expresiones por toda la isla. Durante el siglo XX, la diáspora puertorriqueña en Nueva York dio lugar a la salsa, una síntesis caribeña que combinaba bomba, plena, son cubano y jazz. Orquestas como El Gran Combo de Puerto Rico o La Sonora Ponceña llevaron esta música a escenarios internacionales, y figuras como Héctor Lavoe y Willie Colón convirtieron la experiencia migrante en himnos universales.

‘Fuego en el 23’, uno de los éxitos de la orquesta portorriqueña La Sonora Ponceña.

El desarrollo musical se reforzó con la creación de instituciones: la Orquesta Sinfónica (1958) ofreció repertorios clásicos y caribeños; el Conservatorio de Música (1960) formó nuevas generaciones de intérpretes; y el Festival Casals atrajo a figuras internacionales, conectando a la isla con las corrientes musicales mundiales sin perder la identidad local.

Reguetón y raíces

La llegada del reguetón en los años noventa transformó la escena musical urbana. Muchos temieron que borrara las raíces tradicionales, pero artistas como Tego Calderón reivindicaron la bomba y la plena dentro del género. Don Omar y Daddy Yankee colaboraron con salseros, y proyectos como Los Cocorocos (2006) mostraron que lo urbano y lo folclórico podían convivir. Estas fusiones abrieron el camino para que artistas globales incorporaran sin complejos la historia musical boricua.

En el álbum Los Cocorocos reinterpretan la canción ‘Che Che Colé’ popularizada por Héctor Lavoe y Willie Colón, en esta ocasión a cargo de Víctor Manuelle y Tego Calderón.​

En este contexto, Debí tirar más fotos se presenta como una obra que va más allá de lo comercial. Bad Bunny no usa las raíces como simple decoración: las coloca en el centro del disco. En “CAFé CON RON”, colabora con Los Pleneros de la Cresta para resaltar la plena; en “BAILE INoLVIDABLE”, graba una salsa de más de seis minutos que evoca a la “Universidad de la Salsa”; en “PIToRRO DE COCO”, rescata la voz de Chuíto el de Bayamón, ícono de la música jíbara navideña. En “NUEVAYoL”, cita a El Gran Combo y su clásico “Un verano en Nueva York”, homenajeando a la diáspora.

El disco también integra elementos jíbaros, con décimas y el sonido del cuatro, mostrando que la música campesina puede convivir con sintetizadores y beats urbanos.

Bad Bunny aprende a bailar salsa en el videoclip de ‘BAILE INoLVIDABLE’.

Un legado que sigue vivo

La historia musical de Puerto Rico es una línea continua. Desde los areítos taínos hasta las salas de concierto, cada época ha sumado capas sin borrar las anteriores. A finales del siglo XIX, ya existían compositores que combinaban folclore con formas modernas; en el siglo XX, trovadores, pleneros y salseros convivieron con el auge de la música sinfónica. Hoy, reguetón, bolero, rock, plena y salsa coexisten, alimentados por escuelas, festivales y archivos que mantienen vivas estas tradiciones.

Con DtMF, Bad Bunny enlaza ese pasado con el presente: muestra que la música de Puerto Rico no necesita elegir entre tradición y modernidad. Puede ser global sin dejar de ser profundamente local, y puede hablarle al mundo mientras reafirma quiénes son los puertorriqueños y de dónde vienen.

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Carmen del Rocío Monedero Morales no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. De los tambores taínos a Bad Bunny: el legado musical que define a Puerto Rico – https://theconversation.com/de-los-tambores-tainos-a-bad-bunny-el-legado-musical-que-define-a-puerto-rico-266956