Frente al discurso antiinmigración, datos: ¿por qué los inmigrantes son necesarios para las economías de EE. UU. y Europa?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Deniz Torcu, Adjunct Professor of Globalization, Business and Media, IE University

A medida que los discursos antiinmigración ganan espacio en Europa y Estados Unidos, es urgente mirar más allá del miedo y analizar lo que realmente está en juego. La movilidad humana no es una carga: es un motor esencial de crecimiento económico, resiliencia demográfica y cohesión cultural. Ignorar su impacto no solo es un error de cálculo estratégico: es un gesto que traiciona la evidencia empírica y los principios democráticos que las sociedades modernas afirman defender.

¿Crisis o continuidad? La movilidad como norma histórica

La migración no es una anomalía del siglo XXI. Desde las diásporas mediterráneas de la Antigüedad hasta las migraciones masivas del siglo XX, la historia humana ha estado marcada por el movimiento. Las ciudades-Estado, los imperios coloniales y los Estados nación modernos se han construido –y reconstruido– a través de la circulación de personas, lenguas, saberes y mercancías. Considerar la movilidad como una amenaza ignora este patrón histórico y convierte la excepción (el aislamiento) en regla.

El discurso político que presenta a los migrantes como intrusos –más que como ciudadanos en potencia o agentes económicos– representa una distorsión peligrosa, no solo en términos morales, sino estratégicos.

El aporte real de los migrantes al PIB y la productividad

Un análisis del McKinsey Global Institute reveló un dato contundente: en 2015, aunque los migrantes representaban solo el 3,3 % de la población global, generaban el 9,4 % del PIB mundial (unos 6,7 billones de dólares). En Estados Unidos, su aporte ascendía a unos 2 billones de dólares.

Estudios más recientes lo confirman. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó en 2024 que los flujos migratorios netos hacia la eurozona entre 2020 y 2023 –incluyendo a millones de refugiados ucranianos– podrían elevar el PIB potencial de la región en un 0,5 % adicional hacia 2030. Este crecimiento no es marginal: representa aproximadamente la mitad de todo el crecimiento potencial esperado. Es decir, sin la migración, el horizonte económico de Europa sería considerablemente más limitado.

Estados Unidos: fuerza laboral, innovación y expansión

En EE. UU., más de 31 millones de inmigrantes formaban parte del mercado laboral en 2023 –un 19 % del total, según el Council on Foreign Relations–, y su tasa de participación (esto es, el porcentaje de la población en edad de trabajar que está activa en el mercado laboral) era del 67 %, frente al 62 % de los nacidos en el país. Esta diferencia no es trivial. Implica una contribución desproporcionada a la recaudación fiscal, al consumo interno y al dinamismo económico en general.

Tasa de participación de la población activa.
Fuente: Council on Foreign Relations

Los datos también muestran que los inmigrantes no compiten en condiciones idénticas: suelen ocupar empleos físicamente exigentes o poco cubiertos por locales, lo que refuerza la idea de que su rol es complementario, no sustitutivo. Y ese rol se vuelve aún más estratégico en contextos de pleno empleo o envejecimiento poblacional.

Trabajadores ocupados de 16 años o más, 2022.
Fuente: Council on Foreign Relations

Migración e innovación: una relación subestimada

A menudo se olvida que las migraciones no solo traen trabajo, sino también ideas. Según el World Economic Forum, los inmigrantes tienen un 80 % más de probabilidad de crear nuevas empresas que los nacidos en EE. UU., y más del 40 % de las empresas de la lista Fortune 500 fueron fundadas por personas migrantes o sus descendientes.

Este patrón se repite en el ecosistema académico y tecnológico: una proporción significativa de patentes registradas en Estados Unidos tiene al menos un inventor extranjero. Las universidades líderes del país dependen de estudiantes internacionales para sostener sus programas en las áreas de ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas. En otras palabras, cerrar fronteras es también cerrar la puerta a la innovación.

Europa Occidental: dependencia silenciosa

En la Unión Europea el impacto no es menor. Según el mismo informe del FMI, entre 2019 y 2023, dos tercios de los nuevos empleos fueron ocupados por migrantes no comunitarios. Estos datos desmienten la idea de que los migrantes “quitan empleo”: al contrario, cubren vacantes estructurales que ni la automatización ni el mercado interno han logrado suplir.

Además, la OCDE advirtió en 2025 que si no se incorporan más mujeres, mayores e inmigrantes al mercado laboral, el crecimiento del PIB per cápita de los países miembros podría reducirse de un 1 % anual (2000–2020) a un exiguo 0,6 % hacia 2060. A la inversa, una política migratoria más inclusiva podría añadir al menos 0,1 puntos porcentuales al crecimiento anual.

Indicadores de escasez de mano de obra.
Fuente: OCDE, Mayo 2024

Remesas: impacto económico transnacional

El World Migration Report 2024 confirma que las remesas globales alcanzaron los 831 000 millones de dólares estadounidenses en 2022, un crecimiento de más del 650 % desde el año 2000.

Este volumen supera con creces la ayuda oficial al desarrollo e incluso, en muchos casos, la inversión extranjera directa. Las remesas se invierten mayoritariamente en salud, educación y vivienda.

Son, en efecto, una redistribución global de riqueza que no pasa por el sistema multilateral, pero que produce un efecto estabilizador y profundamente humano.

¿Y si miramos hacia adelante?

El problema no es solo económico. Cuando las sociedades adoptan discursos excluyentes están renunciando a su capacidad de adaptación y cambio. Ignorar esta evidencia implica asumir tres costes claros:

  1. Económico, al renunciar a una fuente estructural de crecimiento, innovación y sostenibilidad fiscal.

  2. Social, pues se alimentan estigmas que fracturan la convivencia y debilitan la cohesión ciudadana.

  3. Geopolítico, al perderse influencia en un mundo donde la competencia por talento y capital humano se está intensificando.

La buena noticia es que existen soluciones probadas. Desde la agilización de procesos de homologación profesional hasta sistemas regionales de coordinación migratoria, las herramientas están al alcance de los gobiernos. El reto es político y, sobre todo, narrativo: se necesita un relato público que reconozca el valor de la movilidad humana como parte del contrato social contemporáneo.

Como bien señala el World Economic Forum, la migración no es un problema que debamos resolver, sino un activo estratégico que debemos gestionar con inteligencia y humanidad. Subestimarla es socavar las bases del desarrollo global en el siglo XXI.

The Conversation

Deniz Torcu no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Frente al discurso antiinmigración, datos: ¿por qué los inmigrantes son necesarios para las economías de EE. UU. y Europa? – https://theconversation.com/frente-al-discurso-antiinmigracion-datos-por-que-los-inmigrantes-son-necesarios-para-las-economias-de-ee-uu-y-europa-261124

¿Es la inmigración un fenómeno invasor o enriquecedor para la sociedad?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Alexis Cloquell Lozano, Director Cátedra Caixa Popular para el estudio de los desafíos sociales y la vulnerabilidad, Universidad Católica de Valencia

DC Studio/Shutterstock

La portavoz de Emergencia Demográfica y Políticas Sociales de Vox, Rocío de Meer, defendió hace unos días la expulsión de ocho millones de inmigrantes y sus hijos, apelando al “derecho de los españoles a sobrevivir como pueblo”.

Otras declaraciones polémicas han sido las que realizó hace unos meses Carles Puigdemont con motivo del acuerdo entre el PSOE y su partido sobre la delegación de competencias en materia de inmigración a la Generalitat de Cataluña. El líder de Junts per Catalunya dijo en un discurso: “No podemos garantizar el futuro de nuestra identidad nacional basado en la lengua, basado en la cultura y basado en los valores propios de la catalanitat”.

Este acuerdo se plasmó en una proposición de ley que generó un gran debate en la esfera política y revuelo en los medios de comunicación, tachándola en algún caso de inconstitucional, racista y xenófoba.

La ley establece un nuevo contrato social que, aparte de proteger a las personas inmigrantes de la potencial vulneración de sus derechos, refuerza la cohesión de la sociedad de acogida, su lengua y su cultura.

No es de extrañar, como apuntaba Zymungt Bauman en su obra Extraños llamando a la puerta, que la afluencia de extranjeros en el contexto actual constituya una tentación a la que muy pocos políticos se pueden resistir. Tenemos también el ejemplo de la proclama Make America Great Again, que convierte a Donald Trump en el gran hombre defensor de la patria que condena a los inmigrantes y los identifica como una amenaza invasora.

¿Existen las fronteras étnicas?

Es fácil apreciar en todo ello postulados nativistas en los que la identidad nacional constituye la base fundamental de la noción de ciudadanía basada en el hecho de haber nacido en un país determinado.

En este marco, los Estados-nación se erigen como una fortaleza asediada por los extranjeros que establece, como señalan algunos autores, una frontera étnica entre nosotros y ellos, entre lo ilegal y lo legal, entre el no-ciudadano y el ciudadano, entre quien no tiene derechos y sí los tiene.

En consecuencia, cabe preguntarse, ya sea en términos de alcance nacional, regional, local, o incluso en el marco de la Unión Europea: ¿están en peligro nuestros valores, nuestra cultura, nuestra identidad? Y si así fuese, ¿es la inmigración la culpable de ello?

La respuesta a esto no está en el multiculturalismo o en la diversidad cultural, sino en el propio fenómeno de la globalización. Este proceso que impone un modelo económico neoliberal comporta una homogeneización cultural y pone en peligro los sistemas lingüísticos de las minorías culturales. De hecho, según la UNESCO, de las aproximadamente 7 000 lenguas en uso, 1 500 corren el riesgo de desaparecer.

La conectividad de la cultura a través de la red genera desterritorialización o, lo que es lo mismo, desconexión de la cultura con el lugar. Así pues, para muchos, sobre todo jóvenes, la comunidad ya no es el espacio en el que vivimos, sino internet (comunidad virtual), un nuevo espacio donde afirmar la identidad personal y un sentido de pertenencia.

La frase “sin integración no hay nación” plantea un viejo debate. Una integración que solo afecta a los de fuera (son ellos, los extranjeros, los que se tienen que adaptar a nosotros) y, por tanto, sigue una lógica asimilacionista. Esto dificulta que se pueda explicar de forma sencilla la integración cuando distinguimos entre ciudadanos nacionales/europeos y residentes/extranjeros.

La ciudadanía proporciona derechos y deberes a los individuos y está anclada a una nación. En este caso, solo los extranjeros pueden conseguir el estatus de ciudadano (derechos plenos) si adquieren la nacionalidad española y, con ello, han formalizado teóricamente su proceso de integración en la sociedad española, vasca, catalana…

Integración frente a raíces culturales

Y es aquí donde nos planteamos si un individuo sin plenos derechos, pero que cumple con sus deberes u obligaciones, como ocurre con la gran mayoría de extranjeros, puede estar integrado socialmente. Y si fuese que sí, que lo es, ¿es necesario que abandone sus raíces culturales o puede mantener su identidad cultural siempre y cuando no vayan en contra de los valores democráticos que sustentan nuestra sociedad? Y, por terminar, ¿un ciudadano nacido en España puede estar o sentirse no integrado en nuestra sociedad o por el hecho de haber nacido aquí ya debe estarlo?

En las sociedades multiculturales, donde aparecen identidades múltiples, híbridas, transnacionales (de varios países), fruto de los movimientos migratorios y de la globalización, debemos plantear el concepto de ciudadanía hacia un modelo inclusivo (no ligado a la nacionalidad sino en la condición de estar y por tanto ser). Este modelo, como plantea Adela Cortina en su obra Ética Cosmopolita, lleva a construir una sociedad cosmopolita en la que todos los seres humanos sean y se sientan ciudadanos. Es aquí donde reside uno de los grandes retos de nuestro tiempo.

The Conversation

Alexis Cloquell Lozano recibe fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación en su convocatoria de proyectos de Generación del Conocimiento 2021.

ref. ¿Es la inmigración un fenómeno invasor o enriquecedor para la sociedad? – https://theconversation.com/es-la-inmigracion-un-fenomeno-invasor-o-enriquecedor-para-la-sociedad-251995

Aprender en chanclas: cómo evitar que el verano borre lo que vimos en clase

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Carolina Rodríguez Llorente, Contratada posdoctoral Xunta de Galicia. Departamento de Psicología (Facultad de Ciencias de la Educación), Universidade da Coruña. Grupo de Investigación en Psicología Educativa (GIPED), Universidade da Coruña

En España, el alumnado de primaria y secundaria cuenta con alrededor de 80 días de descanso en verano. Esto representa una diferencia importante respecto al resto de los países europeos: entre las seis semanas que tienen los niños en Dinamarca u Holanda, a las 14 semanas en algunas regiones italianas, la media de los países de nuestro entorno es de unas 10 semanas. Cada verano, por ello, nos planteamos si las vacaciones veraniegas suponen muchos días de “asueto” o, por el contrario, un descanso necesario.

La evidencia científica respalda la idea de que disfrutar de casi dos meses y medio de vacaciones podría tener un impacto no necesariamente positivo en los aprendizajes adquiridos por niños y niñas en estas etapas educativas. Incluso en periodos vacacionales más cortos, algunos estudios han observado pequeñas pero significativas pérdidas en áreas como la ortografía y la lectura.

Conocimientos procedimentales y práctica

Esto resulta lógico, pues las lectura, la escritura y las matemáticas son destrezas que, como todo conocimientos procedimentales, se aprenden y refuerzan con la práctica. Si no vamos a clase, las oportunidades para el desarrollo de estas competencias en el hogar son escasas.

Por eso, el conocimiento adquirido en la escuela puede perderse (lo que se conoce en la jerga educativa como “la pérdida de aprendizaje del verano”). De todos modos este desgaste, según varios expertos en el tema, no afecta a todo el alumnado por igual. Los niños y niñas procedentes de entornos con un nivel socioeconómico bajo o con un rendimiento académico inicial más bajo correrían un mayor riesgo. Pero el fenómeno es complejo y no se limita a estos grupos.

Fácil de revertir

Aun así, parece que esta pérdida es susceptible de revertirse al comienzo de curso. Tras el verano, se pueden dedicar unos días a acomodar los conocimientos y habilidades perdidos antes de progresar en el temario.

Las vacaciones permiten a las niñas y niños recargar energía y les ofrecen más oportunidades para ejercer su autonomía y tomar decisiones: todo esto es también necesario. Pero en el caso de las largas épocas veraniegas, también se pueden aprovechar para afianzar lo aprendido y facilitar su recuperación. En este sentido, el repaso o la práctica repetida y espaciada son claves. Obviamente, revisar por completo el currículo correspondiente al curso recién acabado resulta inviable, no solo por las limitaciones temporales y de recursos, sino también porque ese no es el propósito de las vacaciones.

Entonces, ¿cómo podemos reducir el olvido de los aprendizajes escolares al tiempo que garantizamos el descanso de los niños y adolescentes durante las vacaciones de verano?




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Mantener los aprendizajes sin renunciar al descanso

El periodo vacacional ofrece un entorno idóneo para el aprendizaje no formal basado en experiencias reales, alejadas del formato académico. En este sentido, los niños, niñas y adolescentes pueden:

  • Leer con libertad (explorando todo tipo de textos fuera del ámbito escolar).

  • Realizar actividades cotidianas (sobre todo, del ámbito doméstico como cocinar, donde toman decisiones, leen recetas y aplican cálculos matemáticos de forma práctica).

  • Practicar actividades deportivas (promoviendo tanto la actividad física como hábitos saludables).

  • Acudir a talleres de temáticas específicas de su elección (favoreciendo su autonomía y dando la oportunidad de aprender más allá de los contenidos escolares; por ejemplo, robótica).

  • Asistir a campamentos de verano (supone convivir con otros “iguales” y desarrollar habilidades sociales, además de fomentar la autonomía).

  • Jugar (combina la interacción social con el manejo de información, de manera que se trabajan la atención y la memoria).

  • Visitar museos (supone una manera de enriquecer el aprendizaje durante el curso escolar con experiencias reales, además de fomentar la curiosidad, entre otros aspectos).

  • Participar en programas educativos (especialmente para el alumnado con dificultades de aprendizaje o socialmente desfavorecido y dirigidos a reforzar áreas esenciales como la lectoescritura).




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Potenciar el aprendizaje en verano

Si bien las vacaciones estivales son lo suficientemente largas para dedicar parte de ellas a continuar aprendiendo, no debemos olvidar que los periodos de descanso también son fundamentales para afianzar los aprendizajes. Estos meses pueden tomarse como una oportunidad para buscar un equilibrio entre periodos de reposo y la realización de actividades estimulantes para los más pequeños.

También es una ocasión ideal para dejar que los niños y adolescentes tomen la iniciativa y tengan la autonomía necesaria para seleccionar las actividades en las que quieran participar y organizar su horario durante estos meses.

El verano supone un entorno menos estructurado que el escolar, sin horarios rígidos ni planificación estricta de actividades. La sensación de tener demasiado tiempo en nuestras manos puede llevar a prácticas ociosas poco beneficiosas, como el abuso de pantallas o la disminución de la actividad física.

Dar opciones a los hijos e hijas para que sean partícipes de la gestión de su tiempo y preferencias es fundamental para garantizar que los resultados de las tareas de aprendizaje que se acuerden con ellos sean positivos. No es cuestión de hacer del hogar una segunda escuela, sino de adaptar las posibilidades de aprendizaje a las particularidades de la estación, dejando que las niñas y niños aprendan mientras se divierten. De esta manera, pueden disponer de más oportunidades reales para ejercer su autonomía.

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Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Aprender en chanclas: cómo evitar que el verano borre lo que vimos en clase – https://theconversation.com/aprender-en-chanclas-como-evitar-que-el-verano-borre-lo-que-vimos-en-clase-259192

La paradoja mediterránea: un nuevo estudio explica cómo el mar parece haber estado lleno y vacío a la vez

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Daniel García-Castellanos, Earth scientist, Instituto de Geociencias de Barcelona (Geo3Bcn – CSIC)

El Mediterráneo pasó por un periodo seco, donde solo sobrevivieron lagos someros y con baja salinidad, en sus zonas centrales. En la imagen, Cala Galdana (Menorca). Wikimedia Commons., CC BY

Una capa de sal de más de un kilómetro de espesor ocupa gran parte de las zonas profundas del Mediterráneo. Se acumuló en uno de los eventos medioambientales más extremos y mejor documentados que han tenido lugar en la Tierra, ocurrido hace entre 5,96 y 5,33 millones de años y conocido como la crisis de salinidad del periodo Messiniense (CSM).

Desde el descubrimiento de esta sal hace casi 60 años, persiste una intensa discusión entre científicos sobre si tal acumulación sucedió acompañada de una desecación casi total del Mediterráneo o si, por el contrario, tuvo lugar en un mar colmado de salmuera (agua saturada de sal).

Interpretación artística de la paleogeografía de los canales de comunicación entre el Atlántico y el Mediterráneo hace unos 6.5 millones de años, antes de la crisis salina del Messiniense. La presencia de varios corredores y su profundidad permitía mantener la salinidad del Mediterráneo a niveles normales como ocurre hoy en día.
Wikimedia Commons., CC BY

Especies llegadas de los lagos del este europeo

Las evidencias geológicas de ese periodo parecen contradictorias. El sedimento que se deposita tras la sal contiene numerosos fósiles de especies provenientes del este de Europa, de un gigantesco sistema lacustre ancestral que recibe el nombre de Paratetis (las actuales cuencas del Volga, el Danubio, el mar Negro, el mar Caspio, Aral, etcétera).

Esta fauna del Paratetis invadió un Mediterráneo que había perdido casi toda su vida marina, debido a la altísima salinidad que había alcanzado. Las nuevas especies, en cambio, estaban adaptadas a aguas muy poco profundas y poco saladas.

Esta baja salinidad del Mediterráneo posterior a la acumulación de sal concuerda con su aislamiento del océano y el hecho de que ya hubiera precipitado casi toda la sal de su salmuera. Y refleja la mezcla de los restos de la salmuera con el agua dulce de los ríos y de los lagos del Paratetis.

“Charcos” mediterráneos aislados

Más difícil de explicar es que en todas partes, a profundidades muy diversas, aparezcan esos fósiles de ostrácodos –clase de crustáceos de muy reducido tamaño– provenientes del este y típicos de aguas poco profundas.

Se les encuentra junto a la costa, sugiriendo que el mar estaba a un nivel parecido al actual, pero también se han hallado en sondeos marinos profundos, a más de 3 000 metros bajo el nivel del mar. Esto último sugiere que todo el Mediterráneo se había evaporado y que solo en sus zonas centrales permanecieron unos lagos someros donde se evaporaban las aguas aportadas por los ríos y donde los ostrácodos inmigrados podían proliferar.

Un mar vacío y lleno a la vez

Esta paradoja, la de un registro fósil que apunta a un Mediterráneo lleno y vacío en el mismo periodo, se refleja bien en el mismo nombre con el que nos referimos a la etapa de la crisis salina del Messiniense: el periodo Lago-Mare.

Para intentar resolver la aparente contradicción, en nuestro equipo de Geociencias Barcelona (GEO3BCN-CSIC), hemos simulado numéricamente la lluvia, la evaporación, la erosión y otros fenómenos que sabemos moldean el relieve terrestre. Las simulaciones parten de una reconstrucción de la geografía de la época –de hace 5,55 millones de años, cuando el Mediterráneo ya estaba completamente aislado– y terminan en el límite entre el Mioceno y el Plioceno, hace 5,33 millones de años, al final del periodo Messiniense y la CSM.

Así, hemos encontrado que hay dos mecanismos que pueden causar grandes oscilaciones de más de un kilómetro del nivel del Mediterráneo y explicar así la desconcertante ubicuidad de los ostrácodos del este que vivían en aguas de pocos metros de profundidad.

El primero ya había sido vislumbrado por el grupo neerlandés del profesor Wout Krijgsman: los cambios de la órbita terrestre (por ejemplo, la precesión de sus equinoccios, cambio lento y gradual en la orientación del eje de rotación de la Tierra) influyen en la lluvia en las cuencas mediterráneas y, por tanto, en el nivel de los lagos donde acababa el agua. Sin embargo, estas subidas y bajadas son insuficientes como única explicación: apenas pueden causar unas oscilaciones de unos 600 metros del nivel de los lagos.

Ríos que ya no desembocaban en el mar

El otro fenómeno que proponemos que contribuyó decisivamente a variar el nivel del Mediterráneo durante su aislamiento es la erosión a lo largo de los ríos entrantes que provenían de los lagos del Paratetis que lo rodeaban (por ejemplo: el mar Negro, el mar Caspio y el mar Panónico, hoy extinto). Al erosionar los desaguaderos de estos lagos, la erosión hizo bajar su nivel y la cantidad de agua en ellos evaporada. El exceso de agua fue gradualmente transferido hacia el Mediterráneo, haciendo subir su nivel, posiblemente más de un kilómetro.

Al desecarse el Mar Mediterráneo, este ya no podía retener a los ríos en sus desembocaduras, y debido a ello, estos comenzaron a excavar profundos cañones. Esta erosión fluvial se propagó aguas arriba (fenómeno de erosión remontante), hasta alcanzar los desaguaderos de los lagos. Esto causó el descenso de su nivel y un mayor aporte de agua a los lagos del Mediterráneo desecado. De esta forma, a las oscilaciones causadas por la precesión orbital se sumaría un progresivo llenado del Mediterráneo, a medida que los lagos vecinos reducían su tamaño.

Simulación numérica de los cambios producidos en el Mediterráneo durante la CSM.

Mar aislado y expuesto

Los resultados de esta investigación acaban de ser publicados en Science Advances y complementan otro reciente artículo del grupo del profesor Giovanni Aloisi, del Institut de Physique du Globe de París, que encuentra de forma independiente pruebas de una desecación de hasta 2,1 km bajo el nivel actual.

En conjunto, estos resultados parecen reducir el número de escenarios plausibles para la CSM y demuestran que, efectivamente, se produjo un aislamiento y una desecación casi totales al principio de la crisis, exponiendo a la atmósfera gran parte del fondo del Mediterráneo.

Juego de poblaciones

Nuestro modelo permite explicar también el impacto sin precedentes que tuvo este periodo sobre los ecosistemas mediterráneos, donde, al menos, el 89 % de las especies marinas no soportaron la alta salinidad.

El impacto biológico marino de la salinización del Mediterráneo.

Primero, la desecación extinguió la casi totalidad de las especies endémicas mediterráneas, que fueron remplazadas por especies de los lagos del Paratetis durante el periodo Lago-Mare.

Sin embargo, sin apenas tiempo para adaptarse, un nuevo cambio medioambiental volvió a reiniciar la vida en el Mediterráneo, cuando se restauró la conexión con el Atlántico, repoblándolo esta vez con especies atlánticas.

En definitiva, estos avances proporcionan un marco para entender otras “crisis de salinidad” frecuentes en el pasado de la Tierra, la formación de estos gigantescos depósitos salinos, su impacto en la evolución biológica y geológica y la resiliencia del medio ambiente ante cambios abruptos de tan gran escala.

The Conversation

Daniel García-Castellanos no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. La paradoja mediterránea: un nuevo estudio explica cómo el mar parece haber estado lleno y vacío a la vez – https://theconversation.com/la-paradoja-mediterranea-un-nuevo-estudio-explica-como-el-mar-parece-haber-estado-lleno-y-vacio-a-la-vez-260067

Inventan cerveza instantánea para hacer en casa, con nuevos sabores

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Fabian Leonardo Moreno Moreno, Director Doctorado en Ingeniería, Universidad de La Sabana

Cápsulas de cerveza instantánea desarrollada por la Universidad de La Sabana (Colombia) y la Universidad Politécnica de Cataluña. CC BY-NC

Primero, el chasquido de la chapa al abrirse. Después, burbujas que ascienden lentamente. Luego viene el brindis, el primer sorbo, el juego de sabores, algunas veces más amargo, otras más dulce. Sea dorada, ámbar u oscura, detrás de cada cerveza hay una historia que, normalmente, implica desarrollos que nacen en un laboratorio y recorren un largo camino hasta llegar al paladar del consumidor, que es quien finalmente elige qué cerveza bebe, cómo, dónde y con quién.

Según las estimaciones de la empresa de investigación de mercado Mordor Intelligence, el volumen de negocio de la cerveza alcanzará los 914 210 millones de dólares en 2029. De ahí que las apuestas por el sector no cesen y que esa bebida ancestral que ya conocían los egipcios en la antigüedad continúe su evolución para ofrecer a millones de consumidores variaciones de presentación, sabor y experiencia.

## Innovación en forma de cápsulas

Un ejemplo de innovación son las patentes obtenidas por la Universidad de La Sabana (Colombia) y la Universidad Politécnica de Cataluña. Los investigadores Ruth Yolanda Ruiz, Manuel Osorio, Eduard Hernandéz (UPC), y quien firma este artículo hemos inventado una nueva modalidad de cerveza.

Las investigaciones han dado como resultado un producto que los consumidores pueden preparar en casa, de forma casi instantánea. Además, encontramos una técnica de concentración que permite potenciar los sabores.

Se trata de separar el agua de la cerveza mediante un proceso de crioconcentración, es decir, enfriándola para formar cristales de hielo y luego separarlos. Así conseguimos una cerveza reconstituible. Es decir, una bebida alcohólica instantánea, líquida, densa y concentrada disponible en una presentación pequeña, como las cápsulas de café.

Es decir, la cerveza llegará al consumidor en una pequeña cápsula con líquido. Al mezclar dicho líquido con agua fría y gasificarlo en una maquina gasificadora casera se obtiene la cerveza original sin perder la concentración, guardando las mismas propiedades de una cerveza no instantánea.

Este nuevo desarrollo de producto ofrece ventajas como la reducción en costes de trasporte, que resultará más sencillo al no tener que contar con el peso del líquido total y la botella de vidrio o lata. En cuanto a conservación, el asunto también se simplifica, pues al ocupar menor espacio en el refrigerador es posible considerar un ahorro energético.

Más concentración y nuevos sabores

La segunda patente que ha resultado del trabajo de investigación ha sido la mejora de la calidad de la cerveza, aumentando su concentración. Lo hemos conseguido aplicando procesos en frío.

¿Y por qué frío? La mejor manera de comprenderlo es pensar en una sopa. Cuando necesitamos que sea más espesa, podemos calentarla por más tiempo hasta lograr la densidad deseada. Pero la situación cambia cuando se trata de hacerlo con un zumo de naranja: al someter este al calor, el sabor cambia significativamente y los aromas se pierden. Con nuestra tecnología es posible retirar el agua que está dentro de la cerveza, dejando un líquido que queda más concentrado.

Inicialmente, uno de los grandes desafíos consistía en lograr conservar el alcohol en el proceso. Para ello, se recurrió a pruebas en los laboratorios del Doctorado en Ingeniería de la Universidad de La Sabana y en el laboratorio de la Universidad Politécnica de Cataluña a través de proyectos de investigación a nivel de Doctorado y Maestría.

Tras analizar los resultados, tomamos la decisión de explorar nuevas posibilidades en la cerveza industrial. El objetivo era claro: aumentar la concentración para intensificar los sabores y descubrir nuevos matices.

La idea detrás del proceso es sencilla. Al reducir parcialmente el agua, los sólidos que aportan sabor, los compuestos volátiles y el alcohol se concentran más. Como resultado, la cerveza adquiere un perfil sensorial más intenso, con aromas y sabores más definidos.

Pero la investigación no se detuvo ahí, pues optamos por aplicarla en la cerveza artesanal, un producto con menos procesos de filtración. Así se abrió la puerta a nuevas formas de realzar sus cualidades, logrando que tanto la cerveza industrial como la artesanal puedan ofrecer experiencias más profundas y atractivas para todo tipo de consumidores.

Impacto en la industria

En definitiva, hemos desarrollado una línea de investigación poco estudiada a nivel mundial: la innovación en la crioconcentración. Aplicada al campo de la industria cervecera, permite mejorar procesos y diversificar productos. De este modo se abren nuevas oportunidades de negocio, promoviendo la generación de empleo y ofreciendo a los consumidores la posibilidad de disfrutar de una nueva experiencia en la que pueden descubrir los sabores de una cerveza bien fría.

The Conversation

Fabian Leonardo Moreno Moreno no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Inventan cerveza instantánea para hacer en casa, con nuevos sabores – https://theconversation.com/inventan-cerveza-instantanea-para-hacer-en-casa-con-nuevos-sabores-257669

Dietas de un solo alimento: ¿eficaces, inútiles o peligrosas?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Ana Montero Bravo, Profesora Titular. Grupo USP-CEU de Excelencia “Nutrición para la vida (Nutrition for life)”, ref: E02/0720, Departamento de Ciencias Farmacéuticas y de la Salud, Facultad de Farmacia, Universidad San Pablo-CEU, CEU Universities, Universidad CEU San Pablo

Una monodieta popular en verano es la de la sandía. Brent Hofacker/Shutterstock

Cuando llega el verano aparecen por todos lados supuestas “dietas milagro”, soluciones perfectas para perder esos kilos que nos sobran y nos impiden lucir un cuerpo perfecto. Y entre ellas encontramos las llamadas monodietas, regímenes restrictivos que consisten en consumir exclusivamente un solo tipo de alimento (o un grupo muy limitado de alimentos) durante un periodo determinado. El objetivo es perder peso rápidamente o “desintoxicar” el organismo.

Ejemplos populares son las dietas de la piña, de la manzana, de la sandía, del melocotón, de la alcachofa, algunas que incluyen cereales como la dieta del arroz, e incluso regímenes basados en la ingesta de alimentos proteicos como el atún o la leche. Su aparente simplicidad y la promesa de obtener resultados rápidos explican su éxito.

Una pérdida de peso efímera

Al tratarse de dietas que generan una drástica reducción calórica, se produce una pérdida de peso a corto plazo. Sin embargo, consumir una ingesta tan baja de calorías da lugar a una disminución de los niveles de glucosa en sangre, lo que activa mecanismos compensatorios para mantener el suministro de energía.

Inicialmente, el organismo utiliza el glucógeno hepático, principal fuente de reserva de glucosa que se encarga de mantener los niveles adecuados de este azúcar en sangre, especialmente entre comidas o durante el ayuno. Sin embargo, al agotarse ese depósito, el organismo comienza a movilizar masa muscular para obtener aminoácidos que, a través de otras rutas metabólicas, permiten la síntesis de glucosa. Este proceso, sostenido en el tiempo, puede llevar a una pérdida significativa de masa muscular y otras alteraciones metabólicas.

Por tanto, buena parte de la bajada de peso corresponde a una pérdida de agua y masa muscular, más que a grasa corporal, por lo que esos resultados tienden a ser temporales. Al finalizar este tipo de dietas, es común que el individuo recupere rápidamente el peso perdido cuando recupera su alimentación habitual, lo que se conoce como “efecto rebote”.

En suma, las monodietas pueden resultar atractivas por la obtención de resultados rápidos, pero no promueven una pérdida de peso mantenida en el tiempo ni educan en hábitos alimentarios saludables.

Pero ¿tienen algún beneficio real?

Más allá de la citada pérdida de peso inicial, las evidencias científicas que respalden beneficios reales y duraderos de las monodietas son prácticamente inexistentes. Algunos individuos reportan una “sensación de ligereza” o mejor digestión, pero estos efectos pueden deberse más a la eliminación de alimentos procesados que al régimen en sí.

También puede producirse el llamado “efecto placebo”: al creer que están siguiendo una dieta detox y están “limpiando” su cuerpo, las personas se sienten mejor, aunque no haya cambios fisiológicos demostrados.

¿Son peligrosas?

Sí, las monodietas pueden llegar a ser peligrosas, especialmente si se prolongan en el tiempo. Su principal riesgo es la deficiencia de nutrientes esenciales. Al consumir solo un tipo de alimento, dejamos de ingerir proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales necesarios para el correcto funcionamiento del organismo. Además, pueden dar lugar a problemas digestivos, trastornos metabólicos, problemas osteomusculares, alteraciones hormonales y desequilibrios electrolíticos, especialmente en personas con una situación de salud previa vulnerable.




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Otro peligro importante es el de generar una relación poco saludable con la comida, marcada por la restricción y la culpa, que en casos extremos pueden desencadenar trastornos alimentarios como la ortorexia o la anorexia nerviosa.

Adicionalmente, esta limitación radical de nutrientes puede afectar el equilibrio de neurotransmisores a nivel cerebral, contribuyendo a una situación de irritabilidad y fatiga, afectando negativamente al bienestar emocional.

¿Por qué siguen siendo populares?

A pesar de los riesgos citados, las monodietas siguen teniendo éxito, especialmente en redes sociales y medios de comunicación. Su atractivo radica en la simplicidad y la promesa de resultados rápidos sin demasiado esfuerzo. Además, muchas de estas dietas son promovidas por celebridades o influencers, lo que les otorga una falsa credibilidad. La desinformación, la presión estética y la falta de educación nutricional en la sociedad también contribuyen a su seguimiento.

Debemos hacer hincapié en que las dietas de un solo alimento pueden ser eficaces para perder peso de forma rápida y temporal, pero no son efectivas a largo plazo y resultan peligrosas si el seguimiento de las mismas es prolongado. No aportan beneficios reales para la salud y pueden ocasionar deficiencias nutricionales e importantes problemas de salud.

Por estas razones, no son recomendables ni deben ser promovidas como métodos adecuados de control de peso o mejora de la salud. La mejor estrategia para lograr y mantener un peso saludable sigue siendo una alimentación equilibrada, variada y sostenida en el tiempo, acompañada de actividad física regular y hábitos de vida saludables.

The Conversation

Ana Montero Bravo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Dietas de un solo alimento: ¿eficaces, inútiles o peligrosas? – https://theconversation.com/dietas-de-un-solo-alimento-eficaces-inutiles-o-peligrosas-260888

Why Russia is not taking Trump’s threats seriously

Source: The Conversation – UK – By Patrick E. Shea, Senior Lecturer in International Relations and Global Governance, University of Glasgow

The US president, Donald Trump, recently announced that Russia had 50 days to end its war in Ukraine. Otherwise it would face comprehensive secondary sanctions targeting countries that continued trading with Moscow.

On July 15, when describing new measures that would impose 100% tariffs on any country buying Russian exports, Trump warned: “They are very biting. They are very significant. And they are going to be very bad for the countries involved.”

Secondary sanctions do not just target Russia directly, they threaten to cut off access to US markets for any country maintaining trade relationships with Moscow. The economic consequences would affect global supply chains, targeting major economies like China and India that have become Russia’s commercial lifelines.

Despite the dire threats, Moscow’s stock exchange increased by 2.7% immediately following Trump’s announcement. The value of the Russian rouble also strengthened. On a global scale, oil markets appear to have relaxed, suggesting traders see no imminent risks.


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This market reaction coincided with a nonplussed Moscow. While official statements noted that time was needed for Russia to “analyse what was said in Washington”, other statements suggested that the threats would have no effect. Former Russian president Dmitry Medvedev, for example, declared on social media that “Russia didn’t care” about Trump’s threats.

The positive market reaction and lack of panic from Russian officials tell us more than simple scepticism about Trump’s willingness to follow through.

If investors doubted Trump’s credibility, we would expect market indifference, not enthusiasm. Instead, the reaction suggests that financial markets expected a stronger response from the US. As Artyom Nikolayev, an analyst from Invest Era, quipped: “Trump performed below market expectations.”

A reprieve, not a threat

Trump’s threat isn’t just non-credible – the positive market reaction in Russia suggests it is a gift for Moscow. The 50-day ultimatum is seen not as a deadline but as a reprieve, meaning nearly two months of guaranteed inaction from the US.

This will allow Russia more time to press its military advantages in Ukraine without facing new economic pressure. Fifty days is also a long time in American politics, where other crises will almost certainly arise to distract attention from the war.

More importantly, Trump’s threat actively undermines more serious sanctions efforts that were gaining momentum in the US Congress. A bipartisan bill has been advancing a far more severe sanctions package, proposing secondary tariffs of up to 500% and, crucially, severely limiting the president’s ability to waive them.

By launching his own initiative, Trump seized control of the policy agenda. Once the ultimatum was issued, US Senate majority leader John Thune announced that any vote on the tougher sanctions bill would be delayed until after the 50-day period. This effectively pauses a more credible threat facing the Kremlin.

This episode highlights a problem for US attempts to use economic statecraft in international relations. Three factors have combined to undermine the credibility of Trump’s threats.

First, there is Trump’s own track record. Financial markets have become so accustomed to the administration announcing severe tariffs only to delay, water down or abandon them that the jibe “Taco”, short for “Trump always chickens out”, has gained traction in financial circles.

This reputation for failing to stick to threats means that adversaries and markets alike have learned to price in a high probability of backing down.




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Second, the administration’s credibility is weakened by a lack of domestic political accountability. Research on democratic credibility in international relations emphasises how domestic constraints – what political scientists call “audience costs” – can paradoxically strengthen a country’s international commitments.

When leaders know they will face political punishment from voters or a legislature for backing down from a threat, their threats gain weight. Yet the general reluctance of Congress to constrain Trump undermines this logic. This signals to adversaries that threats can be made without consequence, eroding their effectiveness.

And third, effective economic coercion requires a robust diplomatic and bureaucratic apparatus to implement and enforce it. The systematic gutting of the State Department and the freezing of United States Agency for International Development (USAID) programmes eliminate the diplomatic infrastructure necessary for sustained economic pressure.

Effective sanctions require careful coordination with allies, which the Trump administration has undermined. In addition, effective economic coercion requires planning and credible commitment to enforcement, all of which are impossible without a professional diplomatic corps.

Investors and foreign governments appear to be betting that this combination of presidential inconsistency, a lack of domestic accountability, and a weakened diplomatic apparatus makes any threat more political theatre than genuine economic coercion. The rally in Russian markets was a clear signal that American economic threats are becoming less feared.

The Conversation

Patrick E. Shea does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organisation that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. Why Russia is not taking Trump’s threats seriously – https://theconversation.com/why-russia-is-not-taking-trumps-threats-seriously-261296

Design and Disability at the V&A is a rich, thought-provoking exhibition

Source: The Conversation – UK – By Laudan Nooshin, Professor of Music, School of Communication and Creativity, City St George’s, University of London

One of the first things to greet visitors at the V&A’s new Design and Disability exhibition is a striking blue bench by artist Finnegan Shannon titled, Do You Want Us Here Or Not? This exhibit is a response to the often inadequate seating in museums, which not only acts as a barrier to accessibility for many people, but is more widely symptomatic of ableist approaches to museum and exhibition design.

In this case, the invitation to “Please sit here!” sets the tone for the whole exhibition, which also includes a large sensory map of the layout (located at wheelchair level), a tactile map, and QR codes that link to audio description for blind and partially sighted visitors, and also British Sign Language interpretation.


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Aiming to showcase the radical contributions of disabled, deaf and neurodivergent people to design history and contemporary culture from the 1940s until the present, the exhibition goes well beyond this, addressing an impressively wide range of issues around access, disability and exclusion. It also reveals how ableism operates across a range of exclusions, such as race, gender, class and more.

As the introductory notes point out: “Disabled people past and present have challenged and confronted the imbalance of design in society. This exhibition highlights disabled individuals at the heart of design history … It is both a celebration and a call to action.”

While the fight for disability justice goes back many decades – also documented in the exhibition – it’s only relatively recently that questions of access and equality have gone beyond the physical. These include a wide range of issues related to neuro-inclusion and sensory access, including calm spaces and sensory maps that indicate noisy areas.

My own interest in sound in museums has come partly out of research focusing on the role of acoustics in creating accessible spaces, and from my own experience of noise sensitivity conditions hyperacusis and misophonia. Inclusive sonic design seeks to address how sound operates as a factor of social inclusion and exclusion in places like museums.

The V&A exhibition comprises three sections: visibility, tools and living. Visibility focuses on design and art as fundamental tools of activism and includes work created as part of disability justice movements over many decades. This section is a stark reminder of the justice and rights that only come about through extensive struggles.

Tools highlight the extraordinary contribution to design innovation made by disabled people. Living explores stories of disabled people claiming space and imagining the worlds that they want to live in.

Sections two and three both advocate for the social model of disability in which people are rendered disabled by their environment, something that calls for design solutions (as opposed to the medical model in which people are required to navigate and find solutions to their “problem”).

The exhibition draws attention to a wide range of physical and sensory exclusions, both in the displays and the design of the space itself. The in-house design team includes staff with personal experience of disability who also worked closely with external partners living with disability.

There are plenty of exhibits that can be experienced through touch. For partially sighted visitors, there are strong visual contrasts in the wall colours and the edges of displays are lit up. And there are raised edgings on all exhibits for people using a cane – all of which help with navigation.

There are also quiet areas and plenty of seating. Some of these features are already being incorporated into gallery and exhibition design, and hopefully will soon become standard.

I particularly liked the way various issues intersect in the exhibition, in which a range of exclusions are set alongside one another: race, hearing impairment, youth exclusion and stammering, for example.

Other favourites included the B1 Blue Flame rattling football used for blind football, which visitors can pick up, feel, smell, shake and listen to. The Deaf Rave set and Woojer Vest are designed for deaf clubbers and performers and use vibrating tactile discs that amplify sound vibrations.

The beautiful blanket and pillow entitled Public S/Pacing by Helen Statford offers an invitation to rest, drawing attention to “crip time”, accepting “a different pace to non-disabled norms, challenging conventions of productivity, and resting in radical ways that would actually benefit society at large”.

The blanket highlights the failures of the design of public spaces to include disabled people, “challenging ableist assumptions with care and visibility”. The reverse of the blanket has a quotation from Rhiannon Armstrong’s Radical Act of Stopping (2016), embroidered by Poppy Nash.

The exhibition includes many examples of “disability gain” by which design aimed at a particular group of people unintentionally benefits others, too. An example is the smartphone touchscreen, based on technology developed by engineers Wayne Westerman and John Elias as an alternative to the standard keyboard, which Westerman was unable to use due to severe hand pain.

Initially marketed to people with hand disabilities, the technology was later sold to Apple where it revolutionised mobile phone technology.

The final panel of the exhibition is titled Label for Missing Objects, an imaginative and fitting way to mark the continuing story of designing a world that works for “every body and every mind”.

Design and Disability is a rich, thought-provoking and landmark exhibition. Kudos to the V&A, although its importance is so obvious, I wonder why it took this long to host a show dedicated to disabled artists and designers and the wider social impact of their work.

I very much hope there are plans for the exhibition to tour the UK and beyond, and to become a permanent gallery at the V&A, so that it can inform curation and design work in other museums.

Design and Disability at the V&A runs until February 15 2026.

The Conversation

Laudan Nooshin received funding from the AHRC for the project Place-making Through Sound: Designing for Inclusivity and Wellbeing (2023-24).

ref. Design and Disability at the V&A is a rich, thought-provoking exhibition – https://theconversation.com/design-and-disability-at-the-vanda-is-a-rich-thought-provoking-exhibition-261135

From tea towels to TV remotes: eight everyday bacterial hotspots – and how to clean them

Source: The Conversation – UK – By Manal Mohammed, Senior Lecturer, Medical Microbiology, University of Westminster

Parkin Srihawong/Shutterstock

From your phone to your sponge, your toothbrush to your trolley handle, invisible armies of bacteria are lurking on the everyday objects you touch the most. Most of these microbes are harmless – some even helpful – but under the right conditions, a few can make you seriously ill.

But here’s the catch: some of the dirtiest items in your life are the ones you might least expect.

Here are some of the hidden bacteria magnets in your daily routine, and how simple hygiene tweaks can protect you from infection.


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Shopping trolley handles

Shopping trolleys are handled by dozens of people each day, yet they’re rarely sanitised. That makes the handles a prime spot for germs, particularly the kind that spread illness.

One study in the US found that over 70% of shopping carts were contaminated with coliform bacteria, a group that includes strains like E. coli, often linked to faecal contamination. Another study found Klebsiella pneumoniae, Citrobacter freundii and Pseudomonas species on trolleys.

Protect yourself: Always sanitise trolley handles before use, especially since you’ll probably be handling food, your phone or touching your face.

Kitchen sponges

That sponge by your sink? It could be one of the dirtiest items in your home. Sponges are porous, damp and often come into contact with food: ideal conditions for bacteria to thrive.

After just two weeks, a sponge can harbour millions of bacteria, including coliforms linked to faecal contamination, according to the NSF Household Germ Study and research on faecal coliforms.

Protect yourself: Disinfect your sponge weekly by microwaving it, soaking it in vinegar, or running it through the dishwasher. Replace it if it smells – even after cleaning. Use different sponges for different tasks (for example, one for dishes, another for cleaning up after raw meat).

Chopping boards

Chopping boards can trap bacteria in grooves left by knife cuts. Salmonella and E. coli can survive for hours on dry surfaces and pose a risk if boards aren’t cleaned properly.

Protect yourself: Use separate boards for raw meat and vegetables. Wash thoroughly with hot, soapy water, rinse well and dry completely. Replace boards that develop deep grooves.

Tea towels

Reusable kitchen towels quickly become germ magnets. You use them to dry hands, wipe surfaces and clean up spills – often without washing them often enough.

Research shows that E. coli and salmonella can live on cloth towels for hours.

Protect yourself: Use paper towels when possible, or separate cloth towels for different jobs. Wash towels regularly in hot water with bleach or disinfectant.

Mobile phones

Phones go everywhere with us – including bathrooms – and we touch them constantly. Their warmth and frequent handling make them ideal for bacterial contamination.

Research shows phones can carry harmful bacteria, including Staphylococcus aureus.

Protect yourself: Avoid using your phone in bathrooms and wash your hands often. Clean it with a slightly damp microfibre cloth and mild soap. Avoid harsh chemicals or direct sprays.

Toothbrushes near toilets

Flushing a toilet releases a plume of microscopic droplets, which can land on nearby toothbrushes. A study found that toothbrushes stored in bathrooms can harbour E. coli, Staphylococcus aureus and other microbes.




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Protect yourself: Store your toothbrush as far from the toilet as possible. Rinse it after each use, let it air-dry upright and replace it every three months – or sooner if worn.

Bathmats

Cloth bathmats absorb water after every shower, creating a warm, damp environment where bacteria and fungi can thrive.

Protect yourself: Hang your bathmat to dry after each use and wash it weekly in hot water. For a more hygienic option, consider switching to a wooden mat or a bath stone: a mat made from diatomaceous earth, which dries quickly and reduces microbial growth by eliminating lingering moisture.

Pet towels and toys

Pet towels and toys stay damp and come into contact with saliva, fur, urine and outdoor bacteria. According to the US national public health agency, the Centers for Disease Control and Prevention, pet toys can harbour E. coli, Staphylococcus aureus and Pseudomonas aeruginosa.

Protect your pet (and yourself): Wash pet towels weekly with hot water and pet-safe detergent. Let toys air dry or use a dryer. Replace worn or damaged toys regularly.

Shared nail and beauty tools

Nail clippers, cuticle pushers and other grooming tools can spread harmful bacteria if they’re not properly cleaned. Contaminants may include Staphylococcus aureus – including MRSA, a strain resistant to antibiotics – Pseudomonas aeruginosa, the bacteria behind green nail syndrome, and Mycobacterium fortuitum, linked to skin infections from pedicures and footbaths.

Protect yourself: Bring your own tools to salons or ask how theirs are sterilised. Reputable salons will gladly explain their hygiene practices.

Airport security trays

Airport trays are handled by hundreds of people daily – and rarely cleaned. Research has found high levels of bacteria, including E. coli.

Protect yourself: After security, wash your hands or use sanitiser, especially before eating or touching your face.

Hotel TV remotes

Studies show hotel remote controls can be dirtier than toilet seats. They’re touched by many hands and rarely sanitised.

Common bacteria include E. coli, enterococcus and Staphylococcus aureus, including MRSA, according to research.

Protect yourself: Wipe the remote with antibacterial wipes when you arrive. Some travellers even put it in a plastic bag. Always wash your hands after using shared items.

Bacteria are everywhere, including on the items you use every day. You can’t avoid all germs, and most won’t make you sick. But with a few good habits, such as regular hand washing, cleaning and smart storage, you can help protect yourself and others.

It’s all in your hands.

The Conversation

Manal Mohammed does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organisation that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. From tea towels to TV remotes: eight everyday bacterial hotspots – and how to clean them – https://theconversation.com/from-tea-towels-to-tv-remotes-eight-everyday-bacterial-hotspots-and-how-to-clean-them-260784

Britons are less likely than Americans to invest in stocks – but they may not have the full picture

Source: The Conversation – UK – By Sam Pybis, Senior Lecturer in Economics, Manchester Metropolitan University

ymgerman/Shutterstock

UK chancellor Rachel Reeves would like Britons to invest more in stocks – particularly UK stocks – rather than keep their money in cash. She has even urged the UK finance industry to be less negative about investing and highlight the potential gains as well as the risks.

Stock ownership is important for governments for a variety of reasons. Boosting capital markets can encourage business expansion, job creation and long-term economic growth. It can also give people another source of income in later life, especially as long-term investing can offer greater returns than saving.

But in the UK, excluding workplace pensions, only 23% of people have invested in the stock market, compared to nearly two-thirds in the US. Survey results suggest that American consumers are generally more comfortable with financial risks.


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And it appears that a greater degree of risk translates into closer political engagement. During market shocks driven by US president Donald Trump’s tariff chaos, many Americans tracked headlines – and their portfolios – closely. This contrasts with the UK, where most people keep their savings in safer assets like cash savings accounts or premium bonds.

If Britons are more risk-averse, media coverage that tends to be noisier when markets fall than when they recover may be having an impact. While concerns regarding market volatility may be valid, they can overshadow the long-term benefits of investing.

One key opportunity that many British consumers have missed out on is the rise of low-cost, diversified exchange-traded funds (ETFs), which have made investing more accessible and affordable. An ETF allows investors to buy or sell baskets of shares on an exchange. For example, a FTSE100 ETF gives investors exposure to the UK’s top 100 companies without having to buy each one individually.

This is exactly the kind of long-term, low-cost investing that Reeves appears to be promoting. But should savers be worried about current market volatility – much of it driven by trade tensions and tariff uncertainty? One view, of course, is that volatility is simply part of investing.

But it could also be argued that big shifts within the space of a single month are often exaggerated. People are also likely to be put off by news headlines, which tend to exaggerate the swings in the market.

Examining daily excess returns in the US stock market from November 2024 to April 2025, I plotted cumulative returns (which show how an investment grows over time by adding up past returns) within each month. April 2025 stands out. Despite experiencing several sharp daily losses, the market rebounded swiftly in the days that followed.

This pattern isn’t new. Historically, markets have shown a remarkable ability to recover from short-term shocks. Yet many potential investors could be deterred by alarming headlines that, while factually accurate, often highlight single-day declines without broader context.

The reality is that the stock market is frequently a series of short-lived storms. These are volatile, yes, but often followed by calm and recovery.

Fear and caution

During market downturns, it’s common for people to try to understand why this time is worse or analyse if this crash is more serious than previous ones.

The fear these headlines generate could feed into barriers to long-term investing in the UK. And that’s one of the challenges the chancellor faces in encouraging more Britons to invest.

For those already invested in the stock market, short-term declines are part of the journey. They are risks that can be borne with the understanding that markets tend to recover over time.

My analysis of daily US stock market data since 1926 shows that after sharp daily drops, the market often rebounds quickly (see pie chart below). In fact, more than a quarter of recoveries occur within just a few days.

But this resilience is rarely the focus of media coverage. It’s far more common to see headlines reporting that the market is down than to see follow-ups highlighting how quickly it bounced back.

Research has shown that negative economic information is likely to have a greater impact on public attitudes. For example, a sharp drop in the stock market might dominate front pages, while a steady recovery over the following weeks barely gets a mention. The imbalance reinforces a sense of crisis, even when the broader picture is less bleak.

front page of daily mail newspaper from april 2025 with the headline 'meltdown'
Markets went on to recover in April 2025… but did the headlines reflect this?
David G40/Shutterstock

Unbalanced reporting can distort perceptions, discouraging potential investors who might otherwise benefit from long-term participation in the market. It appears that American perceptions of their finances are also affected by news coverage in a similar way.

Over the long term, the difference between stock market returns and the generally lower returns from government bonds is known as the “equity risk premium puzzle”. Economists have long debated why this gap is so large. Some observers argue it may narrow in the future. But many others, including the chancellor, believe that investing in the stock market remains a beneficial long-term strategy.

If more people are to benefit from long-term investing, it’s vital to tell the full story. That means not just highlighting when markets fall, but following up on how they recover afterwards.

The Conversation

Sam Pybis does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organisation that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. Britons are less likely than Americans to invest in stocks – but they may not have the full picture – https://theconversation.com/britons-are-less-likely-than-americans-to-invest-in-stocks-but-they-may-not-have-the-full-picture-259485