Psicomotricidad en educación infantil: moverse, no estarse quieto, es lo que ayuda a aprender

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Nuria Pérez, Doctoranda investigadora en Psicomotricidad y primera infancia, Universidad Autónoma de Madrid

Poznyakov/Shutterstock

¿Cuánto debería moverse un niño o una niña de entre 3 y 6 años? La ONU recomienda tres horas al día. Pero en muchas escuelas españolas los niños de 5 años pasan el 89 % de su jornada escolar sin moverse. Surge una fricción estructural en esta etapa educativa: la infancia necesita moverse y jugar más, mientras que la escuela necesita que se quede quieta.

El niño se mueve porque es la manera en que existe, explora y se constituye como sujeto. El juego espontáneo no es accesorio ni un mero gasto de energía, sino un proceso vital en el que se integran lo biológico, lo psíquico y lo relacional, como demuestran perspectivas como la Práctica Psicomotriz Aucouturier.

No debemos reducir el movimiento infantil a un problema de conducta, ni interpretar la inquietud corporal como signo de inmadurez o falta de control, sino como expresividad motriz, es decir, como lenguaje a través del cual el niño comunica necesidades, elabora emociones, construye vínculos y desarrolla inteligencia.

Si se acepta este principio, la pregunta cambia de lugar: en lugar de preguntarnos “¿Cómo hacer que el niño se mueva menos?”, la tarea docente pasa a ser “¿Cómo acompañar y dar sentido a ese movimiento, para que sea fuente de desarrollo y aprendizaje?”.

Sin movimiento no hay desarrollo pleno

La escuela, por tanto, se enfrenta a un desafío crucial: abandonar la obsesión por la quietud como sinónimo de aprendizaje y reconocer que sin movimiento no hay desarrollo pleno. Esto no significa renunciar al orden o a la enseñanza de contenidos, sino repensar las condiciones pedagógicas para que el cuerpo sea la base del aprendizaje.

Y así se ha intentado en las últimas décadas. La psicomotricidad ha ido ganando presencia en los centros de educación infantil en España. A partir de la reforma educativa de los años noventa, y más recientemente con la LOMLOE, se ha empezado a reconocer su valor como herramienta práctica para favorecer el desarrollo infantil y el aprendizaje.




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¿Qué es exactamente “psicomotricidad”?

Sin embargo, en paralelo a este avance, en educación infantil persiste una confusión entre “psicomotricidad”, “motricidad” y “neuromotricidad”.

La motricidad busca el desarrollo de habilidades funcionales de movimiento (caminar, trepar, correr); la neuromotricidad trabaja específicamente sobre las funciones ejecutivas del cerebro (planificación, memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva y y control inhibitorio) para que el niño organice sus pensamientos y comportamientos; y la psicomotricidad se basa en el juego para contribuir al desarrollo integral de la persona: cualquier movimiento o juego no implican “psicomotricidad”.

Cuando el malestar emocional se hace físico

Cuando observamos a una niña que es un poquito más “torpe” en sus movimientos; a un niño que coordina peor, o con excesiva tensión muscular (o lo contrario); incluso en casos en los que vemos que la regulación emocional y la comunicación y relación con los iguales no son óptimas, estamos hablando también de alteraciones del desarrollo psicomotriz.

Estas alteraciones psicomotrices no tienen un diagnóstico clínico. Los expertos en psicomotricidad las consideran “somatopsíquicas”: es decir, no solo funcionales sino emocionales y relacionales. No suelen detectarse en la consulta de pediatría, antes de la escolarización: por ejemplo, al llegar a la escuela aparece un 12 % de sospecha de trastorno del desarrollo de la coordinación.




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Más que una lista cerrada de síntomas, se trata de una serie de manifestaciones de malestar en diferentes dimensiones del desarrollo, como por ejemplo:

  • Alteraciones en el tono corporal (hiper/hipotonía): cuerpo muy tenso o “blando”.

  • Agitación y exceso de movimiento sin un “para qué”: deambula, choca, salta de una tarea a otra.

  • Bloqueo o inhibición: presenta una quietud rígida, evita iniciar actividades o establecer contacto con otros.

  • Torpeza y equilibrio: experimenta tropiezos o derrames muy habituales, evita recortar o abotonar.

  • Espacio-tiempo desajustados: calcula mal las distancias, la duración de las actividades y de los turnos.

  • Juego simbólico pobre o repetitivo: le cuesta imaginar, sostener escenas de “como si” o pasar del juego corporal a la representación en papel o construcciones.

  • Relación invasiva o evitativa con sus iguales.

  • Frustración desregulada: estallidos o tristeza ante los límites.

  • Tics o estereotipias puntuales: movimientos repetidos en tensión.

  • Somatizaciones: quejas físicas sin causa médica clara que limitan la acción.

Lo que se puede hacer en el aula

La cuestión no es corregir conductas aisladas, sino analizar a qué malestar responden y ofrecer experiencias pedagógicas para superarlo.

Aquí, el rol docente es decisivo. El psiquiatra y psicoanalísta argentino Enrique Pichon-Rivière, con su “teoría del grupo operativo”, invita a entender el aula como un espacio donde el grupo aprende y se transforma, y donde el adulto coordina, contiene y facilita.

Esa coordinación no consiste solo en poner normas, sino en leer “señales” del grupo que revelan necesidades, posibilidades u obstáculos y reformular la tarea docente en función de lo que necesitan. Por ejemplo: cambiar los tiempos o modos de participación, ofrecer apoyos intermedios o ajustar las demandas al momento madurativo.

Desde esa lectura, se pueden ofrecer experiencias corporales y simbólicas como las que se dan en la sala de psicomotricidad, que permitan a cada niño volver a jugar, regularse y estar disponible para aprender: un ritual cotidiano de encuentro con el grupo, el juego sensoriomotor, la utilización de cuentos y la representación a través del dibujo y la construcción.

Un enfoque global, no actividades sueltas

La psicomotricidad es una práctica con un encuadre específico que no se puede reducir a actividades sueltas en el aula. Requiere condiciones de tiempo, espacio, materiales y acompañamiento profesional. Para beneficiarse del movimiento como motor del aprendizaje, es ideal que haya una sala de psicomotricidad en cada centro y de sesiones integradas en el horario escolar.

Si aceptamos que el juego y el movimiento son el lenguaje natural de la infancia, pedir una quietud prolongada pierde sentido pedagógico. La psicomotricidad y el trabajo grupal ofrecen claves para acompañar desde el aula. El reto está en enseñar a las maestras y maestros a actuar con sensibilidad y conocimiento. Quizá así podamos transformar las escuelas en espacios donde moverse no sea un problema, sino una forma legítima de aprender, crecer y estar en el mundo. ¿No es ese, al fin y al cabo, el propósito de la educación infantil?

The Conversation

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Psicomotricidad en educación infantil: moverse, no estarse quieto, es lo que ayuda a aprender – https://theconversation.com/psicomotricidad-en-educacion-infantil-moverse-no-estarse-quieto-es-lo-que-ayuda-a-aprender-267174

‘Femigenocidio’ en Gaza: una guerra también contra las mujeres

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Mª Teresa López de la Vieja, Catedrática Emérita Honorífica de Filosofía, Universidad de Salamanca

Ha sido, es genocidio. El 16 de septiembre de 2025 el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas calificó así las actuaciones de las fuerzas de seguridad de Israel en Gaza. De igual manera, la Declaración, aprobada el 4 de agosto, condenaba rotundamente los atentados cometidos por el grupo Hamás hace dos años.

El término “femigenocidio” aparecía este año en el informe de Naciones Unidas sobre la violencia a gran escala contra las mujeres palestinas. ¿Qué hacer? El marco normativo está definido desde 1949 con la Convención de Ginebra: la protección de civiles es una obligación. Incluso en los conflictos armados se debe reconocer el “derecho a tener derechos”, como lo llamó la filósofa alemana Hannah Arendt.

Genocidio engloba todos los actos cometidos con el propósito de destruir un grupo de forma total o parcial. En 2023, Sudáfrica denunció a Israel por genocidio ante el Tribunal Penal Internacional, solicitando medidas de protección para el pueblo palestino.

En Israel, y en 2025, el informe “Nuestro Genocidio”, de B’Tselem –Centro por los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados– denuncia la limpieza étnica y el genocidio en Gaza. Physicians for Human Rights Israel (PHRI) ha documentado también el impacto de los ataques en la salud, la vida de la población en la zona ocupada.

Datos sobre el número de fallecimientos, destrucción de infraestructuras sanitarias y las condiciones de quienes aun sobreviven en Gaza son actualizados cada mes por la Organización Mundial de la Salud. Más de 1 700 000 niños necesitan urgentemente asistencia, asegura UNICEF. En la franja de Gaza y con la hambruna, entre la población más vulnerable están los menores y las mujeres, según la Clasificación Integrada de Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC).

28 000 mujeres fallecidas

Desde octubre de 2023, han muerto 28 000 mujeres. Pueden ser muchas más, con las víctimas no contabilizadas tras los bombardeos sufridos en los territorios ocupados de forma ilegal por Israel.

Hacer visible la situación de las mujeres y el impacto directo de la ocupación de Israel sobre la salud sexual y reproductiva es clave para entender lo ocurrido en Gaza. Además de la carencia de alimentos y agua potable, sin medidas de higiene accesibles y con apartheid sanitario, se tiene que hablar abiertamente de mujeres y genocidio o femigenocidio en Gaza. Lo ha hecho la relatora de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese.

Violencia masiva y exterminio

“Femigenocidio” es violencia masiva e impersonal contra las mujeres en procesos de exterminio de un pueblo, en la definición de Rita Segato, profesora de Antropología y Bioética en la Cátedra UNESCO de la Universidad de Brasilia (Brasil). El feminicio, asesinato de mujeres, tiene lugar en otro ámbito, las relaciones de género.

Como en anteriores intentos de acabar con la población de un país, la violencia a gran escala contra las mujeres –violaciones incluidas– ha sido utilizada en Gaza [como arma de guerra]. En el Estatuto de Roma, la violencia sexual en los conflictos armados es considerada un crimen contra la humanidad.

Ellas son fundamentales en los procesos de paz

En conclusión, la violencia sistemática tiene especiales formas y consecuencias para ellas, la mitad de la población. Así ha ocurrido en Gaza en durante la ocupación y los ataques por parte de Israel. Conviene recordar, entonces, que la participación de las mujeres es clave para llevar adelante los procesos para una paz sostenible.

Lo viene defendiendo Naciones Unidas desde hace años, tanto para documentar los ataques que ellas padecen en los conflictos armados como para subrayar su papel activo –positivo– en las complejas negociaciones y procesos de paz.
Esto vale también para las iniciativas sobre el futuro de las zonas bajo control de Israel o del comité internacional, al que se refiere el plan de Trump. Nada de eso aparece, sin embargo, en las declaraciones del presidente de Estados Unidos sobre el acuerdo de alto el fuego y el plan de paz.

¿Qué hacer ahora? Es evidente la brutalidad en los ataques del grupo Hamás. Por lo mismo, por el rechazo a la violencia contra los civiles o no combatientes, se debe tener en cuenta la magnitud de los daños provocados en Gaza y Cisjordania por Israel y, ante todo, los derechos de toda la población. También el “derecho a tener derechos” de las mujeres en las zonas ocupadas. De lo contrario, el plan defendido por el presidente Trump –junto al jefe de gobierno de Israel, Benjamín Netanyahu– no será un plan de paz. Será algo distinto.

The Conversation

Mª Teresa López de la Vieja no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ‘Femigenocidio’ en Gaza: una guerra también contra las mujeres – https://theconversation.com/femigenocidio-en-gaza-una-guerra-tambien-contra-las-mujeres-266939

¿Para qué sirve un detector de neutrinos?

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Jesús Daniel Santos Rodríguez, Catedrático de Física Aplicada, Universidad de Oviedo

El proyecto Hyper-Kamiokande comenzó con la excavación de un gigantesco espacio subterráneo para albergar el mayor detector de neutrinos del mundo. High Energy Accelerator Research Organization / Universidad de Oviedo. , CC BY

La física de neutrinos constituye en la actualidad uno de los campos más dinámicos de investigación en física. Los neutrinos son partículas elementales con masa minúscula, sin carga eléctrica y con una capacidad de interacción con la materia extraordinariamente reducida. Esto provoca que su detección experimental represente un reto sin precedentes.

La investigación de estas partículas no solo persigue la caracterización de sus propiedades fundamentales: también proporciona una vía privilegiada para explorar cuestiones abiertas en física.

Primera observación de un neutrino en una cámara de burbujas, en 1970, en el Laboratorio Nacional Argonne de los Estados Unidos. La observación se realizó gracias a las líneas observadas en la cámara de burbujas basada en hidrógeno líquido.
United States Department of Energy.

Difíciles de detectar

El espectro energético de los neutrinos, es decir, la distribución de energía sobre el espectro de frecuencias o longitudes de onda, cubre un rango extraordinariamente amplio. Cada rango energético requiere técnicas específicas de detección, lo que ha dado lugar a una amplia diversidad de detectores y metodologías experimentales.

En las últimas décadas, la serie de detectores construidos en Kamioka (Japón) ha marcado hitos fundamentales en la física de neutrinos. El primero, un experimento bautizado como Kamiokande, permitió la detección en tiempo real de neutrinos solares. El siguiente, conocido como Kamiokande-II, registró en 1987 los neutrinos de una supernova. Ello valió a sus investigadores, Raymond Davis Jr y Masatoshi Koshiba, el premio Nobel de Física en 2002.

Maqueta a escala del Super-Kamiokande.
Motokoka / Wikimedia Commons., CC BY

Super-Kamiokande tomó el relevo a los anteriores y proporcionó en 1998 la primera evidencia directa de las oscilaciones de neutrinos, es decir, la capacidad de cambiar de “sabor” o tipo a lo largo de su desplazamiento. Así se estableció que estas partículas poseen masa, por lo que Takaaki Kajita y Arthur B. McDonald ganaron el premio Nobel en 2015.

Piscinas de agua pura

Hyper-Kamiokande representa la siguiente generación en esta línea de experimentos. Actualmente en construcción en Kamioka, se trata del mayor detector de neutrinos del mundo, con una masa 8.4 veces superior a la de Super-Kamiokande. Esta ampliación de escala permitirá alcanzar niveles de sensibilidad sin precedentes.

El proyecto, que reúne a 630 investigadores de 22 países, se localizará dentro de un espacio subterráneo excavado en la roca, de 330 000 metros cúbicos. Su techo abovedado tiene 69 metros de diámetro, seguido de un cilindro de 73 metros de altura.

En su interior, albergará un tanque equivalente en volumen a decenas de piscinas olímpicas, que se llenará de agua con un elevado grado de pureza.

A pesar de la dificultad de detección de los neutrinos por su escasa interacción con la materia, están involucrados en numerosos procesos físicos. Al llenar el tanque de Hyper-Kamiokande de agua ultrapura, aumenta sustancialmente la probabilidad de que algún neutrino interactúe con protones y electrones y, por tanto, pueda ser detectado.

Probando los fotosensores del Hyper-Kamiokande.
Hiper-K / Universidad de Oviedo.

Capturados por la luz

Cuando un neutrino interacciona en el agua, se generan partículas cargadas secundarias que se propagan más rápido que la velocidad de la luz en el medio y emiten un cono característico de luz Cherenkov –una radiación de tipo electromagnético producida por el paso de partículas cargadas eléctricamente en un determinado medio a velocidades superiores a la velocidad de fase de la luz en dicho medio–.

La superficie interior del tanque cilíndrico estará recubierta por decenas de miles de tubos multiplicadores de esa señal luminosa, conocidos como tubos fotomultiplicadores. Los tubos son capaces de registrar con alta precisión los fotones que conforman la luz y la correspondiente radiación Cherenkov, aportando información de la interacción que la produjo.

Mayor sensibilidad

Un aspecto técnico de gran relevancia en Hyper-Kamiokande es la necesidad de compensar la influencia del campo magnético terrestre sobre los fotomultiplicadores. Este campo puede desviar las trayectorias de los fotoelectrones, que son los electrones emitidos dentro del tubo por la radiación recogida y generan una corriente que se puede detectar.

En experimentos anteriores, este efecto se mitigó mediante el blindaje individual de cada fotomultiplicador con escudos magnéticos. Sin embargo, la escala de Hyper-Kamiokande, que involucra decenas de miles de tubos fotomultiplicadores, hace inviable este enfoque, tanto desde el punto de vista económico como logístico.

La alternativa adoptada consiste en implementar un sistema de compensación mediante bobinas magnéticas distribuidas a lo largo de la superficie interior del tanque. Estas bobinas, al paso de una corriente controlada por ellas, generan un campo magnético que se opone al geomagnético, minimizando así la desviación de los fotoelectrones. El diseño de este sistema constituye un reto de gran complejidad, al requerir un equilibrio entre diversos parámetros.

Nuestro equipo de la Universidad de Oviedo desempeña un papel fundamental en este desarrollo, liderando el diseño y la supervisión del sistema. Esta contribución resulta estratégica para asegurar que el detector alcance la sensibilidad proyectada, así como el posterior trabajo en el análisis de datos.

Interrogantes por resolver

La construcción de Hyper-Kamiokande responde a la necesidad de abordar cuestiones fundamentales de la física contemporánea. Entre ellas destaca la determinación de la escala absoluta de la masa de los neutrinos, así como la jerarquía de la misma. Si bien las oscilaciones han demostrado inequívocamente que poseen masa, su valor absoluto sigue siendo desconocido.

Otra incógnita es si los neutrinos constituyen sus propias antipartículas. La confirmación de esta hipótesis tendría implicaciones en la comprensión de la asimetría entre la materia y la antimateria del universo. Esto abriría la posibilidad de la existencia de un comportamiento diferenciado entre neutrinos y antineutrinos en los primeros instantes del cosmos, lo que explicaría por qué la materia prevaleció sobre la antimateria.

Otros aspectos que se pretenden estudiar incluyen realizar estudios precisos de neutrinos procedentes de supernovas, para esclarecer el papel que estas partículas juegan en los fenómenos astrofísicos de mayor energía en el cosmos.

Una llave al cosmos

De forma paralela, el detector ofrece la posibilidad de abrir nuevas líneas de investigación interdisciplinar como las que ya se ponen de manifiesto en la construcción, al colaborar personal científico y de ingeniería de diversas áreas.

Hyper-Kamiokande constituye no solo un experimento de nueva generación, sino una infraestructura que permitirá responder a preguntas clave de la física, al tiempo que abre el camino hacia nuevas aplicaciones. El estudio de los neutrinos, lejos de estar cerrado, se presenta como un campo para descubrimientos que pueden redefinir nuestra comprensión del universo.

The Conversation

Jesús Daniel Santos Rodríguez recibe fondos de Gobierno de España.

Sergio Luis Suárez Gómez recibe fondos de Gobierno de España, por medio de plan nacional MCINN-23-PID2022-139198NB-I00.

ref. ¿Para qué sirve un detector de neutrinos? – https://theconversation.com/para-que-sirve-un-detector-de-neutrinos-263823

Cuidando nuestra boca protegemos el cerebro

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Teresa Morera Herreras, Profesora agregada del Departamento de Farmacología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea

Cuando pensamos en salud oral, solemos imaginar dientes blancos y encías firmes. Pero mantener una buena higiene bucal va mucho más allá de una cuestión estética: puede influir directamente en la salud de todo nuestro organismo.

Porque lo que ocurre en la boca no se queda en la boca. Las bacterias que se acumulan en los dientes y encías pueden viajar por el cuerpo y tener consecuencias en órganos tan distintos como el corazón o el cerebro.

Una mala salud oral no solo favorece la aparición de caries, la pérdida de dientes o la inflamación de encías (gingivitis): también puede agravar enfermedades crónicas como la diabetes, aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer e incluso contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cerebrales y neurodegenerativas.

En concreto, se ha observado que las personas que padecen periodontitis –una inflamación crónica de las encías causada por la acumulación de placa bacteriana– presentan más posibilidades de desarrollar complicaciones en otras partes del cuerpo. Los datos son claros: un paciente con periodontitis no tratada tiene 2,5 veces más riesgo de sufrir un ictus y casi 3 veces más de probabilidades de padecer una enfermedad cardíaca en comparación con quienes mantienen una buena salud bucodental.

Además, la inflamación crónica asociada con la periodontitis también podría contribuir al deterioro cognitivo, como ocurre en el alzhéimer.

Alzhéimer: el olvido que lo cambia todo

El alzhéimer es la causa más frecuente de demencia neurodegenerativa. A nivel mundial, más de 57 millones de personas viven con demencia, de las cuales entre el 60 % y el 70 % padecen alzhéimer. En España, afecta a unas 800 000 personas, y se estima que su prevalencia se duplicará en los próximos 20 años.

Aunque aún no conocemos su causa exacta, sí sabemos que influyen tanto la genética como factores ambientales, incluido nuestro estilo de vida. Y es aquí donde aparece una conexión inesperada: el cuidado de las encías podría desempeñar un papel protector frente al deterioro cognitivo.

Bacterias, seres invisibles que dejan huella

La boca alberga unas 770 especies de microorganismos que componen la microbiota oral. En equilibrio, esta comunidad bacteriana cumple funciones beneficiosas. Pero cuando la higiene es deficiente o existen factores que alteran ese equilibrio, las bacterias patógenas se multiplican, favoreciendo la aparición de enfermedades como la enfermedad periodontal.

La gingivitis, la forma más leve, afecta hasta al 90 % de la población y puede revertirse con una correcta higiene. Sin embargo, si progresa, puede convertirse en periodontitis, una afección crónica, inflamatoria e irreversible con consecuencias que van mucho más allá de la pérdida de dientes.

Las bacterias implicadas, especialmente Porphyromonas gingivalis, y las moléculas inflamatorias que el sistema inmunitario libera al intentar combatirlas pueden viajar por la sangre y alcanzar órganos distantes, como el cerebro. Allí pueden contribuir a procesos inflamatorios y al desarrollo o progresión de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.

De hecho, varios estudios recientes refuerzan la hipótesis de esa conexión. En modelos animales, la exposición prolongada a toxinas de bacterias como Porphyromonas gingivalis ha inducido neuroinflamación, acumulación de proteína beta-amiloide y deterioro de la memoria, tres características típicas del alzhéimer.

En humanos, también se ha hallado evidencia sorprendente: la cantidad de bacterias orales en el tejido cerebral de personas fallecidas con esa patología es hasta siete veces mayor que en quienes no padecían la enfermedad.

Cepillarse: una rutina que podría proteger nuestra mente

Así pues, dedicar apenas 10 minutos al día a la higiene oral es una inversión para la salud futura. Cada vez que olvidamos cepillarnos, las bacterias se multiplican y pueden acabar en otras partes del cuerpo con efectos imprevisibles.

Cepillarse los dientes, usar hilo dental y acudir regularmente al dentista no solo cuida la sonrisa: también puede ayudar a proteger el corazón, el cerebro y, posiblemente, la memoria. El alzhéimer borra recuerdos, pero hay algo que conviene no olvidar: cuidar de nuestra boca es cuidar de nuestra mente.

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Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

ref. Cuidando nuestra boca protegemos el cerebro – https://theconversation.com/cuidando-nuestra-boca-protegemos-el-cerebro-266680

Paulino Uzcudun, de ídolo del boxeo a icono falangista y “juguete roto”

Source: The Conversation – (in Spanish) – By David Mota Zurdo, Profesor Titular de Historia Contemporánea, Universidad de Valladolid

Hoy pocos recuerdan el nombre de Paulino Uzcudun. Sin embargo, en las décadas de 1920 y 1930, fue una celebridad mundial. En los cuadriláteros de Estados Unidos se enfrentó a los mejores pesos pesados del momento (Delaney, Godfrey o Schmeling) y fue aclamado por la prensa como The Basque Woodchopper.

Fue el boxeador “jamás noqueado” hasta que, en 1935, cuando su carrera se apagaba, tropezó con Joe Louis (El bombardero de Detroit), uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos, quien lo batió por KO.

Con todo, la historia de Uzcudun ha sido olvidada tanto por sus vínculos con el franquismo como por la emergencia de otra figura del boxeo en la década de 1960: el también guipuzcoano José Manuel Ibar (Urtain).

De leñador a campeón

Nacido en 1899 en Régil –hoy Errezil– (Guipúzcoa), Paulino fue el hijo pequeño de una familia de labradores. En el difícil contexto económico de entreguerras, buscó valerse por sí mismo y se dedicó a diferentes actividades: leñador, albañil y operario de una fábrica de embutidos. Pero, con 23 años, después del servicio militar, decidió dejarlo todo y apostar por el boxeo en una época en la que el deporte profesional todavía era una práctica inusual para la clase trabajadora.

Así que se mudó a Francia y se preparó con los mejores entrenadores de boxeo de la Europa del momento. El vasco demostró ser un portento. Para 1924 ya era campeón de España de peso fuerte (hoy, peso pesado) y, dos años después, lo era de Europa tras vencer al italiano Erminio Spalla.

Aquellas victorias, que aumentaron su fama, resultaron muy provechosas para la dictadura de Primo de Rivera, que para entonces irradiaba a través del deporte sus valores y concepto de España: masculinidad, regeneración racial, disciplina y patrioterismo. Para el régimen dictatorial, Uzcudun era símbolo de todo ello: un héroe popular con atributos idóneos.




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El salto a América

Durante los felices años veinte, Estados Unidos fue el país del boxeo. Allí estaban los principales cuadriláteros y en estos era donde se dirimía el campeonato mundial de peso fuerte. En el país norteamericano, Paulino peleó contra los mejores púgiles del momento, como Max Baer, Joe Louis o Jack Sharkey.

Aunque nunca alcanzó el cinturón de campeón, se hizo un hueco entre los mejores y obtuvo una gran fama. Para los emigrantes españoles, especialmente los de origen vasco, se convirtió en un símbolo de orgullo. Uzcudun era el vasco inquebrantable, el que mejor representaba la personalidad de su tierra y así lo recogió la prensa desde distintos espacios ideológicos.


Boxeo. Sesión de entrenamiento del púgil Paulino Uzcudun (en el centro).

Kutxa Fundazioa Fototeka. Fondo Photo Carter. Ricardo Martín (Fotógrafo). ID. 12707959.

Cuando el ring se volvió ideología

Su carrera deportiva coincidió con el auge del fascismo y el nazismo en Europa, dos ideologías de masas que utilizaron el deporte, y en concreto el boxeo, como un espacio político más.

En 1933, en los días de la Segunda República, Uzcudun disputó el título europeo a Primo Carnera, el “Gigante Fascista”, representante de la Italia de Mussolini.

En 1935, se midió en Berlín con el campeón del mundo Max Schmeling, símbolo deportivo del Tercer Reich. El vasco perdió ambos combates. Sin embargo, mostró un gran nivel en dos encuentros que fueron mucho más que duelos deportivos: pugnas propagandísticas entre naciones y modelos políticos diferentes, entre democracia y fascismo.

Aparte de ser una experiencia deportiva, aquellos combates sirvieron para iniciar su acercamiento ideológico a la extrema derecha. Atraído por la heroización de los deportistas, la glorificación de su pasado y, entre otras cosas, su imagen pública, Uzcudun acabó aproximándose al discurso fascista.

Del estrellato mundial a la propaganda política

La biografía de Uzcudun también tiene episodios grises que forman parte de su compleja figura. En 1935 estuvo implicado en el escándalo de corrupción derivado de las máquinas del Straperlo, de las que participó y en el que se involucró por sus contactos en círculos políticos y empresariales derechistas.

Según cuenta el diario bilbaino El Liberal (8 de febrero de 1936, página 3), fue juzgado por ello, pero el estallido del golpe de Estado del 18 de julio de ese año interrumpió el proceso. En esos meses, se acercó a la extrema derecha, alineándose con Falange. Y así lo demostró en la Guerra Civil, combatiendo en sus columnas, siendo rostro visible de su propaganda e incluso formando parte de uno de los comandos que planearon asaltar la cárcel de Alicante para liberar a José Antonio Primo de Rivera en octubre de 1936.

El guipuzcoano fue uno de los ejes de las actividades de Auxilio Social, la organización de socorro humanitario del bando franquista, para la que hizo giras de combates benéficos en España y Portugal entre 1937 y 1939. Falange lo convirtió en modelo de patriotismo, disciplina y masculinidad, y, mediante su imagen, buscaron ganar apoyos a la causa sublevada.

Grupo de soldados. En el medio, el más alto, Paulino Uzcudun. San Sebastián. Septiembre de 1936. Colección Foto Marín. Pascual Marín (fotógrafo). Fototeca Kutxa Fundazioa. Id. 23867147.
Colección Foto Marín. Pascual Marín (fotógrafo). Fototeca Kutxa Fundazioa. Id. 23867147

Entre la gloria y el olvido

Tras la Guerra Civil, Uzcudun se situó en el corazón de una España donde la frontera entre negocio, política y propaganda fue difusa. En plena Segunda Guerra Mundial, montó una empresa de gasógenos e hizo negocios con miembros del Tercer Reich.

Según informes de la Oficina Federal de Investigación (FBI) estadounidense, estuvo relacionado con Rudy de Merode, un colaborador nazi refugiado en España al que sirvió de guardaespaldas y con el que colaboró tanto en una red de contrabando de bienes robados a ciudadanos de origen judío como en una red de evasión nazi en la frontera vasco-francesa.

También trató de regresar al boxeo con 46 años. Lo hizo contra Rodolfo Díaz en un improvisado ring en El Escorial (Madrid) y, tras la victoria, prometió combatir en Nueva York. Pero nunca lo hizo. La negativa del FBI a que se le concediera visado se lo impidió.

Fue entonces cuando su vida dio un giro de 180 grados.

Modelo de padre de familia para el franquismo

En 1942 se había casado con Isabel Huerta Vera, de la familia de ganaderos de Victoriano de la Serna, con la que se mudó a Torrelaguna, en la Sierra Norte de Madrid, de donde ella era originaria y poseía una hacienda.

Ambos dedicaron su vida al campo y a sus cuatro hijos, y la prensa franquista vio en ese cambio un filón para explotar los valores del régimen: un famoso boxeador que, como el hijo prodigo, había decidido regresar a los orígenes, al campo, tras estar en lo alto de la fama, para dedicarse a los suyos. Uzcudun se convirtió así en uno de los modelos de padre de familia del franquismo.


Grupo de personas, con el boxeador Paulino Uzcudun en primer plano, en un salón.

Kutxa Fundazioa Kutxateka. Id. 70456271. Fondo: Foto Marín. Pascual Marín (fotógrafo).

El eco de los golpes

Su estrella, entonces, se apagó. Siguió teniendo contacto con el boxeo, pero dejó de ser reconocido y se convirtió en un “juguete roto”, tal como lo retrató Manuel Summers en el documental del mismo título.

En la década de 1960, recibió pequeños homenajes de federaciones de boxeo como la catalana, pero la dictadura, a la que tanto había servido con su imagen y puños, le olvidó, y nunca le otorgó la Medalla al Mérito Deportivo, distinción con la que el régimen reconocía el esfuerzo de sus atletas.

Paradójicamente, tuvo que ser el gobierno democrático de Adolfo Suárez el que en febrero de 1979 le otorgó el galardón, cuando estaba ya muy enfermo y Urtain eclipsaba su recuerdo, como contó su hijo menor Juan en el programa Documentos, de RNE.

Un solitario final

En 1985, tras una larga enfermedad degenerativa, Uzcudun murió al calor de los suyos, pero lejos de la memoria pública. En aquellos momentos, mientras Rocky IV se convertía en la segunda película más taquillera del año, la consideración social del boxeo en España era pésima.

Los pocos que recordaban a Uzcudun lo asociaban a la dictadura, a un héroe deportivo y figura propagandística del franquismo. Un tiempo que superar. De algún modo, representaba lo que la democracia trataba de dejar atrás.

En 2025, después de 40 años de su muerte, su nombre apenas se conoce, pero su biografía demuestra que el deporte es una forma de hacer política. Su caso ilustra cómo los ídolos deportivos no son solo deportistas, sino espejos de la sociedad que los aclama, de sus contradicciones y de su selectiva memoria.

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David Mota Zurdo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Paulino Uzcudun, de ídolo del boxeo a icono falangista y “juguete roto” – https://theconversation.com/paulino-uzcudun-de-idolo-del-boxeo-a-icono-falangista-y-juguete-roto-266909

Por un mundo sin caprichos individuales: el bien común según Rousseau

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Jesús David Cifuentes Yarce, Profesor de filosofía, Universidad de La Sabana

Una imagen de la Marcha sobre Washington demandando igualdad en derechos civiles, en agosto de 1963. United States Library of Congress’s Prints and Photographs division

Los seres humanos de cada época histórica se han enfrentado a retos impulsados por la idea de conseguir una mejor vida. Nosotros ahora no somos la excepción. Hoy en el escenario de las preocupaciones sociales están, como actores protagónicos, los nuevos avances tecnológicos, el cambio climático, la guerra, la inmigración, etc. Sin embargo hay, tras bambalinas, un problema que podría ser la clave para iluminar la escena social y en ello, quizás, encontrar una solución.

El mundo actual se debate entre intereses particulares. Hay naciones que se enriquecen tras la opresión de otras, economías que se dinamizan gracias a la muerte de muchos seres humanos en guerra y desprecio por la vida humana, como si nacer en determinado país fuera un sino de dolor ante el privilegio de unos pocos.

En este sentido, el filósofo suizo Jean-Jacques Rousseau se convierte en un referente obligado para pensarnos de otra manera y poder dirigir nuestra fuerza vital a ello. Rousseau considera que lo más importante para estructurar un contrato social es la voluntad general. Esta no debe entenderse como la sumatoria del arbitrio de cada individuo, sino como la búsqueda de un bien común como un deber de la vida en sociedad. Es un principio constitutivo de la sociedad.

Individualidades vs. piedad

Mientras el mundo en general siga conformado por la búsqueda de intereses particulares, el único camino que tenemos a la vista seguirá siendo el odio entre los seres humanos. Así lo planteó el ginebrino en su célebre Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres:

“las usurpaciones de los ricos, los bandidajes de los pobres y las pasiones desenfrenadas de todos ahogaron la piedad natural y la voz todavía débil de la justicia, e hicieron a los hombres avaros, ambiciosos y malvados”.

Rousseau buscó entonces al ser humano en la naturaleza, no para regresar a una vida en las montañas fuera de las ciudades, sino para conocer su origen y poder mejorar su realidad actual, ya que el transcurrir de la historia y las sociedades había ocultado su verdadero rostro. De ahí su hermosa metáfora en el prefacio del Discurso en la que plantea que el alma humana, al igual que la estatua de Glauco, se ha desfigurado con el paso del tiempo.

Ahora bien, ¿cuál es el verdadero rostro del ser humano? Si bien son muchas las características que se pueden citar, sería pertinente hablar de la piedad y el amor a sí mismo. En ellas reside el cultivo de un ciudadano y una sociedad que busca el bien común:

“parece pues indudable que la piedad es un sentimiento natural que, al moderar en cada individuo la actividad del amor a sí mismo, contribuye a la conservación mutua de toda la especie. Ella es la que nos hace acudir sin reflexión en auxilio de aquellos a quienes vemos sufrir; la que, en el estado de naturaleza, suple a las leyes, a las costumbres y a la virtud, con la ventaja de que nadie se siente incitado a desobedecer su dulce voz”.

Valorar la individualidad para valorar la sociedad

Cabe aclarar que el mismo Rousseau diferenció el amor propio del amor a uno mismo. El segundo es un sentimiento natural que “guiado por la razón y modificado por la piedad determina la humanidad y la virtud” y busca conservar la vida. Sin embargo, el primero es el sentimiento originado en sociedad “que mueve a cada individuo a hacer más caso de sí que de cualquier otro”.

Portada de un libro en francés, El contrato social, de Jean Jacques Rousseau.
Portada de Principes du Droit Politique (El contrato social), de Jean Jacques Rousseau en 1763.
Ambre Troizat/Wikimedia Commons, CC BY-SA

Respecto a esto, ¿no sería urgente pensar, pues, en un mundo donde la base de la ley sea la piedad cuya máxima reza “procura tu bien con el menor mal posible para tu prójimo” para poder dejar atrás las leyes que son solo el reflejo del amor propio como manifestación de los intereses particulares?

En la búsqueda de la respuesta es donde reside el bien común, mientras se trabaje por una sociedad civil con base en una voluntad general que no desconozca la libertad de cada persona –en ello reside el contrato social– y que sea reflejo de la bondad natural del ser humano.

Al basarse en la piedad, este bien común descubre que el mayor mal que debemos destruir es la desigualdad entre los seres humanos para que juntos habitemos un mundo común. Como dice un antiguo proverbio de las comunidades palenqueras colombianas, debemos construir juntos para sonreír juntos.

The Conversation

Jesús David Cifuentes Yarce no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Por un mundo sin caprichos individuales: el bien común según Rousseau – https://theconversation.com/por-un-mundo-sin-caprichos-individuales-el-bien-comun-segun-rousseau-265697

Flamingos are making a home in Florida again after 100 years – an ecologist explains why they may be returning for good

Source: The Conversation – USA – By Jerome Lorenz, Biology Researcher, Florida International University

Peaches, who was blown into Florida by Hurricane Idalia in 2023, was sighted in Mexico in June 2025. Kara Durda/Audubon Florida

Hurricane Idalia blew a flamboyance, or flock, of 300-400 flamingos that was likely migrating between the Yucatan Peninsula and Cuba off course in August 2023 and unceremoniously deposited the birds across a wide swath of the eastern United States, from Florida’s Gulf Coast all the way up to Wisconsin and east to Pennsylvania.

After Hurricane Idalia, more than 300 credible sightings of flamingos across the eastern U.S. were reported.
Audubon Florida

I’m an estuarine scientist. That means I study ecosystems where fresh water flows into the ocean. I’ve spent 35 years with Audubon Florida studying the ecology of American flamingos and other wading birds in Florida Bay, Everglades National Park. So naturally, I was thrilled and intrigued by the sudden arrival of these flamingos.

One of the birds was rescued in the Tampa area after nearly drowning in the Gulf of Mexico. His rescuers named him Peaches.

A colleague and I were able to place a GPS tracking device and a bright blue band around his spindly leg, with the code “US02” engraved in white letters.

A woman holds a flamingo while two men are trying to put a band on its leg.
Melissa Edwards, Avian Hospital Director at Seaside Seabird Sanctuary, holds Peaches still while Dr. Frank Ridgley of Zoo Miami and the author, Dr. Jerome Lorenz, place a band and GPS tracker on his leg. Dr. Lorenz has banded or supervised the banding of nearly 3,000 roseate spoonbills, but Peaches was his first and only flamingo to date.
Linda Lorenz

We were hoping to track his movements and see whether he ended up settling in Florida. Unfortunately, a few days after Peaches was released back into the wilds of Tampa Bay, the tracking device failed. His last reported sighting was on a beach near Marco Island on Oct. 5, 2023.

Then, in June 2025, I received an email from colleagues at the Rio Lagartos Biosphere Reserve in Yucatan, Mexico, who had photographed Peaches, blue band still in place, nesting in the reserve.

Peaches’ story is the latest piece in the historical puzzle of flamingos in Florida. Though the native population disappeared more than 100 years ago, recent events lead me to believe that flamingos may be coming back to the Sunshine State, and that their return has been facilitated by the concerted effort to restore the Everglades and coastal ecosystems.

Decimation of a population

In 1956, ornithologist and founder of the National Audubon’s Everglades Science Center Robert Porter Allen wrote “The Flamingos: Their Life History and Survival,” which is still considered a seminal document on the history of flamingos in Florida.

In his book, Allen cites several historical and scientific manuscripts from the 1800s that indicate flamboyances of hundreds to thousands were seen in the Everglades, Florida Bay and the Florida Keys.

Allen documents the demise of flamingos in the late 1800s, in Florida and throughout their Caribbean and Bahamian range. Like all wading birds in Florida, they fell victim to the women’s fashion trend of adorning hats with bird feathers. Wading bird feathers were literally worth their weight in gold.

Led by the National Association of Audubon Societies’ vocal opposition, the grassroots environmental movement that followed brought about laws prohibiting the hunting and sale of bird feathers. But enforcement of those laws in sparsely populated Florida was difficult, and on two occasions deputized Audubon wardens were murdered protecting wading bird nesting colonies.

Fortunately, within a few years, societal pressure turned the tide against the practice of wearing feathers. The passage of the Migratory Bird Treaty Act in 1918 officially ended the feather trade.

Given legal protection, most species managed to reestablish huge nesting populations in the Everglades by the 1930s-1940s, presumably migrating from remote populations in Central America and the Caribbean.

Flamingos, however, did not.

A long road to recovery

In 1956, 40 years after hunting had ended, Allen estimated flamingo populations were only about 25% of what they had been in the previous century, with numbers plummeting from 168,000 to 43,000 breeding adults. They nested in significant numbers at only four locations, compared to 29 historically.

Flamingos’ unique breeding behaviors and their longevity – they can live up to 50 years in the wild – may account for their struggle to bounce back. Other Florida wading birds can nest multiple times a year at different locations, laying three to five eggs at a time.

Flamingos, on the other hand, nest only once a year, generally returning to the same location year after year, and lay only one egg. Furthermore, they prefer forming huge nesting colonies, with thousands of nests, in part due to their elaborate group courtship rituals.

Reason to hope

As a result of their rarity from the 1950s to 1980s, scientists – including myself – believed that any flamingos sighted intermittently around Florida were not wild birds but rather escapees from captive populations.

The largest flock observed in the state between 1930 and 1976 was 14 birds spotted in Biscayne Bay in 1934, on the day after Hialeah Race Track in Miami imported a group of about 30 flamingos. The track’s owners had failed to pinion the birds, and they simply flew away upon release.

But my opinion began to change in 2002, when a flamingo that was banded as a chick at Rio Lagartos was photographed in Florida Bay. In 2012, a second bird from Rio Lagartos was photographed.

By that time, I had observed flamingos in Florida Bay on several occasions, including larger flamboyances of 24 and 64 individuals. Although I still thought the majority of these flocks were escapees, the banded birds provided some evidence that at least a few wild flamingos were starting to spend time in Florida.

Then in 2015, my colleagues put a tracking device on a flamingo they had captured at the Key West Naval Air Station. Conchy, as we called him, was given the blue band US01 and released in Florida Bay in December 2015.

He lived in Florida Bay for two years, and the fact that he stayed for that long was proof to me that it was possible for flamingos to make a more permanent home in Florida.

Conchy was banded and given a GPS tracker by Dr. Frank Ridgley of Zoo Miami before being re-released into Florida Bay in 2015.

In 2018, several colleagues and I published a paper laying out both evidence from historical accounts and also previously overlooked evidence from museums that flamingos were native to Florida. We also presented new data from researchers and citizen science portals that strongly indicated that wild flamingo numbers were increasing in Florida. This suggested that the population might be finally recovering.

Call it a comeback

Fast-forward to today, and it appears that this slow comeback may finally have legs. Six months after Hurricane Idalia, my colleagues at Audubon Florida and I conducted a weeklong online survey of flamingo sightings in Florida.

We received more than 50 reputable observations. After sorting through these observations to remove duplicates, we concluded that at least 100 flamingos were left in the state.

Then in July 2025, a flock of 125 individuals was photographed in Florida Bay. Based on our observations, my colleagues and I believe that the flamingos that arrived with Idalia may be reestablishing a home in Florida.

Progress toward restoration

The question is, why now? The 24 flamingos I saw in 1992 and the 64 I saw in 2004 didn’t take up permanent residence in the state. So what’s changed?

To me, the answer is clear: Efforts to restore the Everglades and Florida’s coastal ecosystems are beginning to show progress.

When I arrived in the Keys in 1989, Florida Bay was undergoing an ecological collapse. A 1993 interagency report by the federal government found that a hundred years of draining, diking and rerouting the flows of the Everglades to create urban and agricultural lands had raised the salt content of the water, making it uninhabitable for many estuarine animals.

The report noted that the bay’s famous seagrass beds were undergoing a massive die-off, accompanied by algal blooms that depleted oxygen levels, thereby killing fish in large numbers. Mangrove trees were dying on its myriad islands, and birds that for decades had nested in them had disappeared.

These events kick-started Everglades restoration efforts, and in 2000 the U.S. Congress passed the Comprehensive Everglades Restoration Plan with nearly unanimous bipartisan support. With a cost in the tens of billions of dollars, it was to be the largest and most expensive ecological restoration project the world has ever seen.

Today, the bay’s health is vastly improved from the condition I observe in the 1980s. Water flow has gotten better, and the salinity is back to appropriate levels to support wildlife.

In 2018 and 2021, more than 100,000 pairs of wading birds such as white ibis, wood storks and roseate spoonbills nested in the Everglades. These numbers hadn’t been seen since the 1940s. In the 1980s and 1990s, 20,000 nesting pairs was thought to be a banner year.

While the Everglades and Florida Bay are still a long way from full restoration, I believe that the return of flamingos such as Conchy and Peaches is evidence that these efforts are on the right track.

The Conversation

Jerome Lorenz has received funding from The Lynn and Louis Wolfson II Family Foundation, the Batchelor Foundation and the Ron Magill Conservation Endowment. He is retired from the National Audubon Society but still does some volunteer work for the Everglades Science Center.

ref. Flamingos are making a home in Florida again after 100 years – an ecologist explains why they may be returning for good – https://theconversation.com/flamingos-are-making-a-home-in-florida-again-after-100-years-an-ecologist-explains-why-they-may-be-returning-for-good-258658

Government shutdown hasn’t left US consumers glum about the economy – for now, at least

Source: The Conversation – USA (2) – By Joanne Hsu, Research Associate Professor at the Institute for Social Research, University of Michigan

Economic clouds gathering? Perhaps not yet. Brendan Smialowski/AFP via Getty Images

The ongoing federal shutdown has resulted in a pause on regular government data releases, meaning economic data has been in short supply of late. That has left market-watchers and monetary policymakers somewhat in the dark over key indicators in the U.S. economy.

Fortunately, the University of Michigan’s Surveys of Consumers is unaffected by the impasse in Washington and released its preliminary monthly report on Oct. 10, 2025; the final read of the month will be released in two weeks.

The Conversation U.S. spoke with Joanne Hsu, the director of the Surveys of Consumers, on what the latest data shows about consumer sentiment – and whether the shutdown has left Americans feeling blue.

What is consumer sentiment?

Consumer sentiment is something that we at the University of Michigan have measured since 1946. It looks at American attitudes toward the current state of the economy and the future direction of the economy through questions on personal finances, business conditions and buying conditions for big-ticket items.

Over the decades, it has been closely followed by policymakers, business leaders, academic researchers and investors as a leading indicator of the overall state of the economy.

When sentiment is on the decline, consumers tend to pull back on spending – and that can lead to a slowdown in the economy. The opposite is also true: High or rising sentiment tends to lead to increased spending and a growing economy.

How is the survey compiled?

Every month, we interview a random sample of the U.S. population across the 48 contiguous states and the District of Columbia. Around 1,000 or so people take part in it every month, and we include a representative sample across ages, income, education level, demography and geography. People from across all walks of life are asked around 50 questions pertaining to the economy, personal finances, job prospects, inflation expectations and the like.

When you aggregate that all together, it gives a useful measure of the health of the U.S. economy.

What does the latest survey show?

The latest survey shows virtually no change in overall sentiment between September and October. Consumers are not feeling that optimistic at the moment, but generally no worse than they were last month.

Pocketbook issues – high prices of goods, inflation and possible weakening in the labor market – are suppressing sentiment. Views of consumers across the country converged earlier in the year when the Trump administration’s tariffs were announced. But since then, higher-wealth and higher-income consumers have reported improved consumer sentiment. It is for lower-income Americans – those not owning stock – that sentiment hasn’t lifted since April.

In October, we also saw a slight decline in inflation expectations, but it remains relatively high – midway between where they were around a year ago and the highs of around the time of the tariff announcements in April and May.

Has the government shutdown affected consumer sentiment?

The government shutdown was in place for around half the time of the latest survey period, which ran from Sept. 23-Oct. 6, 2025. And so far, we are not seeing evidence that it is impacting consumer sentiment one way or another.

And that is not super-surprising. It is not that people don’t care about the shutdown, just that it hasn’t affected how they see the economy and their personal finances yet.

History shows that federal shutdowns do move the needle a little. In 2019, around 10% of people spontaneously mentioned the then-shutdown in the January survey. We saw a decline in sentiment in that month, but it did improve again the following month.

Looking back, we tend to see stronger reaction to shutdowns when there is a debt ceiling crisis attached. In 2013, for example, there was a decline in consumer sentiment coinciding with concerns over the debt ceiling being breached. But it did quickly rebound when the government opened again.

Whether or not we see a decline in sentiment because of the current shutdown depends on how long it lasts – and how consumers believe it will impact pocketbook issues, namely prices and job prospects.

The Conversation

Joanne Hsu receives research funding from NIA, NIH, and various sponsors of the University of Michigan Surveys of Consumers.

ref. Government shutdown hasn’t left US consumers glum about the economy – for now, at least – https://theconversation.com/government-shutdown-hasnt-left-us-consumers-glum-about-the-economy-for-now-at-least-267264

New president of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints inherits a global faith far more diverse than many realize

Source: The Conversation – USA (3) – By Brittany Romanello, Assistant Professor of Sociology, University of Arkansas

Missionary Sayon Ang holds up a sign signifying she speaks Cambodian during the twice-annual conference of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints on Oct. 4, 2014, in Salt Lake City. AP Photo/Kim Raff

The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints has spent the past few weeks in a moment of both mourning and transition. On Sept. 28, 2025, a shooting and arson at a Latter-day Saints meetinghouse in Michigan killed four people and wounded eight more. What’s more, Russell M. Nelson, president of the church, died the day before at age 101. Dallin H. Oaks, the longest-serving of the church’s top leaders, was announced the new president on Oct. 14.

Oaks will inherit leadership of a religious institution that is both deeply American and increasingly global – diversity at odds with the way it’s typically represented in mainstream media, from “The Secret Life of Mormon Wives” to “The Book of Mormon” Broadway musical.

As a cultural anthropologist and ethnographer, I research Latter-day Saints communities across the United States, particularly Latina immigrants and young adults. When presenting my research, I’ve noticed that many people still closely associate the church with Utah, where its headquarters are located.

An ornate white building with a tall spire, and green mountains in the background.
The Latter-day Saints temple in Cochabamba, Bolivia, was dedicated in 2000.
Parallelepiped09/Wikimedia Commons, CC BY-SA

The church has played a pivotal role in Utah’s history and culture. Today, though, only 42% of its residents are members. The stereotype of Latter-day Saints as mostly white, conservative Americans is just one of many long-standing misconceptions about LDS communities and beliefs.

Many people are surprised to learn there are vibrant congregations far from the American West’s “Mormon Corridor.” There are devout Latter-day Saints everywhere from Ghana and the United Arab Emirates to Russia and mainland China.

Global growth

Joseph Smith founded The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints in upstate New York in 1830 and immediately sent missionaries to preach along the frontier. The first overseas missionaries traveled to England in 1837.

Shortly after World War II, church leaders overhauled their missionary approach to increase the number of international missions. This strategy led to growth across the globe, especially in Central America, South America and the Pacific Islands.

Today, the church has over 17.5 million members, according to church records. A majority live outside the U.S., spread across more than 160 countries.

One way the church and researchers track this global growth is by construction of new temples.These buildings, used not for weekly worship but special ceremonies like weddings, were once almost exclusively located in the United States. Today, they exist in dozens of countries, from Argentina to Tonga.

During Nelson’s presidency, which began in 2018, he announced 200 new temples, more than any of his predecessors. Temples are a physical and symbolic representation of the church’s commitment to being a global religion, although cultural tensions remain.

Two men in suits walk by a large map of the world framed on the wall of a hallway.
Two missionaries for The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints walk through the Missionary Training Center in Provo, Utah, in 2008.
AP Photo/George Frey

Among U.S. members, demographics are also shifting. Seventy-two percent of American members are white, down from 85% in 2007, according to the Pew Research Center. Growing numbers of Latinos – 12% of U.S. members – have played a significant role sustaining congregations across the country.

There are congregations in every U.S. state, including the small community of Grand Blanc, Michigan, site of the tragic shooting. Suspect Thomas Jacob Sanford, who was fatally shot by police, had gone on a recent tirade against Latter-day Saints during a conversation with a local political candidate.

In the following days, an American member of the church raised hundreds of thousands of dollars for Sanford’s family.

Growing pains

Despite the church’s diversity, its institutional foundations remain firmly rooted in the United States. The top leadership bodies are still composed almost entirely of white men, and most are American-born.

As the church continues to grow, questions arise about how well the norms of a Utah-based church fit the realities of members in Manila or Mexico City, Bangalore or Berlin. How much room is there, even in U.S. congregations, for local cultural expressions of faith?

Latino Latter-day Saints and members in Latin America, for example, have faced pushback against cultural traditions that were seen as distinctly “not LDS,” such as making altars and giving offerings during Dia de los Muertos. In 2021, the church launched a Spanish-language campaign using Day of the Dead imagery to increase interest among Latinos. Many members were happy to see this representation. Still, some women I spoke with said that an emphasis on whiteness and American nationalism, as well as anti-immigrant rhetoric they’d heard from other members, deterred them from fully celebrating their cultures.

A couple dressed nicely and holding hands walks by a large portrait of Jesus, portrayed as a bearded white man, inside a large hallway.
People attend the twice-annual conference of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints on April 6, 2024, in Salt Lake City.
AP Photo/Rick Bowmer

Even aesthetic details, like musical styles, often reflect a distinctly American model. The standardized hymnal, for example, contains patriotic songs like “America the Beautiful.” This emphasis on American culture can feel especially out of sync in places in countries with high membership rates that have histories of U.S. military or political interventions.

Expectations about clothing and physical appearance, too, have prompted questions about representation, belonging and authority. It was only in 2024, for instance, that the church offered members in humid areas sleeveless versions of the sacred garments Latter-day Saints wear under clothing as a reminder of their faith.

Historically, the church viewed tattoos as taboo – a violation of the sanctity of the body. Many parts of the world have thousands of years of sacred tattooing traditions – including Oceania, which has high rates of church membership.

Change ahead?

Among many challenges, the next president of the church will navigate how to lead a global church from its American headquarters – a church that continues to be misunderstood and stereotyped, sometimes to the point of violence.

A white building in the distance, with palm trees and a clear reflecting pool in the foreground.
The temple in Laie, Hawaii, opened in the early 1900s, making it one of the church’s oldest.
Kaveh/Wikimedia Commons, CC BY-SA

The number of Latter-day Saints continues to grow in many parts of the world, but this growth brings a greater need for cultural sensitivity. The church, historically very uniform in its efforts to standardize Latter-day Saints history, art and teachings, is finding that harder to maintain when congregations span dozens of countries, languages, customs and histories.

Organizing the church like a corporation, with a top-down decision-making process, can also make it difficult to address painful racial histories and the needs of marginalized groups, like LGBTQ+ members.

The transition in leadership offers an opportunity not only for the church but for the broader public to better understand the multifaceted, global nature of Latter-day Saints’ lives today.

This article has been updated with Dallin Oaks officially named president of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints on Oct. 14.

The Conversation

Brittany Romanello does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organization that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. New president of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints inherits a global faith far more diverse than many realize – https://theconversation.com/new-president-of-the-church-of-jesus-christ-of-latter-day-saints-inherits-a-global-faith-far-more-diverse-than-many-realize-266337

Harnessing technology and global collaboration to understand peatlands

Source: The Conversation – Canada – By Scott J. Davidson, Assistant Professor and CARCLIQUE Research Chair, Groupe de recherche interuniversitaire en limnologie (GRIL), Université du Québec à Montréal (UQAM)

Peatlands are among the world’s most important yet underappreciated ecosystems. They are a type of wetland that covers a small fraction of the Earth’s land, while containing the most carbon-rich soils in the world.

Healthy peatlands shape water cycles, support unique biodiversity and sustain communities. Yet for all their importance, we still lack a clear picture of how peatlands are changing through time.

When peatlands are drained, degraded or burned, the carbon they hold is released into the atmosphere. More than three million square kilometres of wetlands have been drained by humans since 1700, meaning we have lost a huge amount of carbon sequestration potential globally. This makes it all the more important for us to understand and conserve remaining peatlands.

Traditionally, studies of peatlands have focused on a few well-researched sites, often in temperate or boreal regions. But climate change, land use pressures and extreme weather are affecting peatlands everywhere, including in remote, tropical and under-studied regions.

To predict how peatlands will change and react under future conditions, we need frequent data on different types of peatland habitats that captures how they change over seasons and years.

In our recent research, we harnessed the power of people, easily accessible technology and a research network to collect data using a distributed data approach. This means using data collected following a standardized methodology: everyone collecting similar data using the same methods regardless of location.




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Canadian wetlands are treasures that deserve protection


a small body of water surrounded by a green wetland area
The Grande Plée Bleue peatland near Québec City. To predict how peatlands will change and react under future conditions, researchers need frequent data on different types of peatland habitats that captures how they change over seasons and years.
(Scott J Davidson)

Methods that make a difference

Our study, called The PeatPic Project, used smartphone photography to collect data. We connected with peatland researchers around the world via social media and word of mouth and asked them to collect photographs of their peatlands during 2021 and 2022. We gathered more than 3,700 photographs from 27 peatlands in 10 countries.

We analyzed these photographs to look at the plant colour, telling us how green leaves are across the year, and providing rich information on the vegetation growing there. Changes in green leaf colour indicate when plants start their growing season.

They also indicate how green or healthy plants are, how much nutrient plants take up and when they turn brown in the autumn. Colour shifts can also signal changes in moisture or nutrient conditions, temperature stress or disturbance.

This kind of science, conducted by a global community of researchers, amplifies reach. Local observers can use smartphones to record seasonal changes, water levels, vegetation colour or cover, land use or disturbance. With training, standardized protocols, good metadata and validation, community-generated data can be robust. These methods lower the cost, increase the amount of data available to researchers, and build local stewardship and global networks.

close-up of a plant with small round green leaves
Small statured plants of peatlands (example from a Minnesotan peatland) are difficult to capture using remote sensing but distributed sampling using smartphone photos offers a solution.
(Avni Malhotra)

Better predictions of peatland function are not just academic; they are essential for mitigating the effects of climate change, protecting biodiversity, water security and reducing risks from disasters like fires and droughts.

Information derived from images can be converted into mathematical representations of plant behaviour and this can in turn be added into digital twins of peatlands.

Creating digital twins of peatlands can help experts simulate “what if” scenarios. For example, what happens if drainage increases after a wildfire or restoration is initiated? But to build useful digital twins, we need data in place: across biomes, seasons and scales.




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What are digital twins? A pair of computer modeling experts explain


What needs to happen next

We now have easily accessible tools and technology that allow us to monitor peatlands in ways that were not possible a decade ago. But advancing this depends on action from multiple fronts:

  • Research networks should develop, share and adopt standard protocols and data practices so that data from different places and sources can be combined, compared and scaled.

  • Communities, including members of the public, can be partners in observation. Training, co-design, fairness and recognition are essential. Local observations, including smartphone photography, could feed directly into decision-making.

  • The public can help by supporting policies that fund this work by participating in community science initiatives and recognizing how something as simple as a smartphone photo can significantly contribute to understanding how our planet works.

In fact, the PeatPic Project inspired us to create another community science project called Tracking the Colour of Peatlands. This project involves fixed point locations on 16 peatlands around the world, where members of the public can take a photo of the peatland at different times to help us build a picture how the ecosystem changes over the year.

Peatlands are not fringe ecosystems. They matter for people, climates, water and biodiversity. Harnessing distributed data gathering across a global community, and accessible tools like smartphones gives us a chance to see how peatlands change, to predict where they are most at risk and to act ahead of crisis.

The future of peatlands, and of the Earth’s carbon and water cycles, depends on seeing, recording, sharing and acting together on what is happening now.

The Conversation

Scott J. Davidson receives funding from the Québec Ministry of the Environment. He is a member of the Groupe de recherche interuniversitaire en limnologie (GRIL), an FRQNT-funded network.

Avni Malhotra’s research was supported by the Swiss National Science Foundation.

ref. Harnessing technology and global collaboration to understand peatlands – https://theconversation.com/harnessing-technology-and-global-collaboration-to-understand-peatlands-265472