Alucinaciones frente al tablero: así pierde al ajedrez la inteligencia artificial generativa

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Luis de la Fuente Valentín, Profesor del Máster Universitario en Inteligencia Artificial, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja

Stock-Asso/Shutterstock

Existe cierta tendencia a pensar que la inteligencia artificial ha llegado para resolver todos nuestros problemas y que es superior a nosotros en todos los ámbitos. ¿Me ganará ChatGPT al ajedrez? Para comprobar su habilidad ante el tablero, podemos hacer un pequeño experimento:

Vamos a jugar al ajedrez. Yo soy blancas: e4

Un movimiento de ajedrez se puede transcribir a texto a través de lo que se conoce como notación algebraica estándar, así que un sistema capaz de generar texto también podrá generar movimientos de una partida de ajedrez. En el ejemplo, mi contrincante reaccionó bien y contestó con un movimiento de respuesta bastante razonable. De hecho, el más utilizado ante mi movimiento inicial. La partida continuó así:

  1. e4 e5
  2. Cf3 Cc6
  3. Ac4 Ac5
  4. c3 Cf6
  5. O-O d6
  6. d4 exd4
  7. cxd4 Ab6
  8. Cd2 O-O
  9. Axb6 axb6
  10. Txa8 Dxa8

En la figura se muestra el tablero tal y como queda después de la octava jugada. Gracias a mi profesor de ajedrez, sé que a es una partida completamente normal; puede que se jueguen miles como ésta cada día a lo ancho y largo del mundo.

Haciendo trampas

En la novena jugada, le tendí una trampa a mi rival: le propuse un movimiento imposible, ya que ninguno de los alfiles de piezas blancas puede alcanzar la casilla b6. ChatGPT no detectó la inconsistencia, aceptó el movimiento y siguió jugando. En la décima jugada, planteé de nuevo movimiento imposible. Como respuesta, mi rival continuó con otro movimiento también imposible. Lo que comenzó como una partida normal, se convirtió rápidamente en una serie de jugadas completamente surrealistas.

Es curioso ver cómo, a pesar de que hace ya muchos años existe software que puede ganar al ajedrez al mejor humano, la herramienta que ha revolucionado por completo el panorama de la inteligencia artificial no es siquiera capaz de detectar movimientos ilegales en una partida muy simple. Y, precisamente por ello, es una oportunidad magnífica para reflexionar en el papel que juegan los grandes modelos de lenguaje (LLM) en el mundo de la IA generativa.

Obsesión por responder (lo que sea)

La clave de la respuesta a mi noveno movimiento está en la forma de funcionar de los grandes modelos de lenguaje: están entrenados para ofrecer siempre una respuesta, sin que ello implique que ésta sea correcta. En este caso, no se trata de un movimiento mejor o peor, sino de un resultado completamente fuera de sentido.

Un gran modelo de lenguaje ha sido entrenado con una tarea muy sencilla: predecir la siguiente palabra ante una secuencia de palabras dada. Este entrenamiento se ha ido perfeccionando de tal manera que, en la actualidad, los modelos pueden generar textos que se ajustan perfectamente a la estructura del idioma. Es decir, que bien podrían haber sido escritos por humanos.

Generar texto de forma correcta no es suficiente para aportar una funcionalidad de utilidad. Por eso, los LLM se combinan con sistemas de búsqueda de información: podemos afinar el sistema para que sea capaz de extraer de un texto grande el fragmento que contiene la respuesta a una pregunta que previamente hayamos formulado.

Además, puede reformular el texto para que éste responda con exactitud a la pregunta. Esta es, de hecho, la base de los sistemas RAG (Retrieval Augmented Generation), capaces de buscar y ampliar información.

Es decir, la capacidad de responder a lo que preguntamos es, en esencia, la capacidad de buscar una respuesta en textos ya existentes unida a la capacidad para reescribir el texto para que la contestación concuerde con la pregunta.

¿Buen conversador es sinónimo de inteligente?

Los usuarios atribuimos inconscientemente inteligencia a este comportamiento, lo cual es en realidad algo muy humano: solemos atribuir inteligencia a una persona con buena retórica. Incluso hay estudios que confirman esta relación.

Esta apariencia de inteligencia se limita –y debemos ser conscientes de este límite– a una capacidad de generar textos con un buen uso del lenguaje, incluso cuando usamos los denominados grandes modelos de razonamiento (Large Reasoning Models, LRM), entrenados para resolver tareas de razonamiento en varios pasos.

Resolución del problema de La torre de Hanoi con cuatro discos.
Wikimedia Commons., CC BY

Tal y como podemos leer en el estudio titulado The ilusión of Thinking, dirigido por la investigadora Parshin Shojaee, estos grandes modelos fallan estrepitosamente cuando ponemos a prueba de forma sistemática su capacidad de razonamiento. En dicho trabajo, los autores utilizaron modelos de lenguaje para solucionar problemas como el rompecabezas conocido como Las Torres de Hanoi y comprobaron que la IA generativa es incapaz de dar con una solución cuando son seis o más los discos que se apilan.

Programas especializados en ajedrez

Volviendo al caso del ajedrez, sabemos que existen programas como Stockfish o AlphaZero, capaces de vencer a cualquier humano. No son, sin embargo, sistemas basados en modelos de lenguaje, sino que utilizan otras tecnologías.

Tenemos, por otro lado, trabajos de investigación como Chessbench, que aplican la tecnología usada en los LLM a la construcción de sistemas expertos en el juego del ajedrez. En lugar de predecir la siguiente palabra de una oración, lo que hace Chessbench es predecir el siguiente movimiento de una secuencia.

No es buena idea dejarse guiar por ChatGPT

Experimentos como el que da comienzo a este artículo nos recuerdan que la capacidad de generar textos no implica necesariamente la capacidad de pensar, de razonar. No debemos atribuir a los modelos de lenguaje cualidades que no tienen.

Sería un error delegar en ellos las tareas que deberían estar haciendo nuestros cerebros, porque corremos el peligro de guiarnos por textos estructuralmente correctos pero con errores tan groseros como comer un alfil en b6 cuando se trata de un movimiento claramente imposible.

The Conversation

Luis de la Fuente Valentín no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Alucinaciones frente al tablero: así pierde al ajedrez la inteligencia artificial generativa – https://theconversation.com/alucinaciones-frente-al-tablero-asi-pierde-al-ajedrez-la-inteligencia-artificial-generativa-259594

Cuál es el impacto de los camiones en el cambio climático y cómo podemos reducirlo

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Javier Pérez Rodríguez, Profesor Titular del Departamento de Ingeniería Química Industrial y del Medio Ambiente. Miembro del Grupo de Tecnologías Ambientales y Recursos Industriales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)

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La Agencia Internacional de la Energía (IEA) cuantifica que el transporte supuso en 2022 un 23 % del total de emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI). Este transporte incluye tanto el que ocurre por carretera, como el aéreo, el marítimo, el ferroviario y el transporte por tubería. Dentro de este conjunto, el transporte por carretera supone alrededor del 74 % de las emisiones asociadas a la movilidad de personas y mercancías.

Al profundizar en el transporte por carretera, la movilidad de mercancías supone el 31 % de sus emisiones, alcanzando en 2022 su máximo histórico (1 199 megatoneladas de dióxido de carbono equivalente). Desde el año 2000, sus emisiones mundiales se han incrementado un 56 %. El conjunto de vehículos pesados (camiones y autobuses) son apenas el 8 % de los vehículos a nivel mundial, pero suponen el 35 % de las emisiones directas de GEI.

En el año 2022, en la Unión Europea (UE) se alcanzó un valor histórico de emisiones asociadas al transporte por carretera de mercancías. Se transportaron 1,87 billones de toneladas por kilómetro, lo que supone un crecimiento del 66 % respecto 1995. Este tipo de transporte en camiones supone el 54 % del total del transporte de mercancías en la UE.

De acuerdo con las proyecciones realizadas por la UE para 2030, el transporte de mercancías crecerá un 9 % y la vía terrestre llegará a copar un 68 % de él. Prueba de ello es el continuo crecimiento del comercio electrónico, que supone el transporte de todo tipo de bienes desde cualquier punto del planeta hasta la puerta de casa.




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La logística y el transporte de mercancías crecen con el comercio electrónico


¿Cómo reducir el impacto de estos vehículos?

La Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) afirma que, dado este nivel de impacto ambiental actual y las proyecciones que se manejan, reducir las emisiones (tanto de GEI como de otros contaminantes atmosféricos) de la movilidad de mercancías se presenta como un grandísimo desafío.

Para cumplir con los objetivos climáticos propuestos, se requiere de mayores esfuerzos. En este sentido, se señalan tres vías principales de actuación:

  • Reducir ineficiencias asociadas a la distribución de productos (por ejemplo, minimizar viajes en vacío u optimizar rutas de distribución).

  • Mejorar en gestión, pasando a modos de transporte menos emisores.

  • Implementar medidas tecnológicas que ayuden a reducir las emisiones de los camiones.

En lo relativo a esta última vía, existen tecnologías y fuentes energéticas, como los biocombustibles y el hidrógeno, que pueden contribuir a mejorar el comportamiento ambiental. Estas tecnologías deben evaluarse no sólo durante su fase de uso del vehículo, sino en todo el ciclo de vida –es decir, desde la extracción de materias primas para su fabricación–, tanto del propio vehículo como de la fuente energética empleada.




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El impacto de diferentes fuentes de energía

Con el objeto de realizar un análisis de la huella de carbono de las diferentes tecnologías empleadas en el tráfico rodado de mercancías, hemos realizado una extensa revisión bibliográfica (no publicada previamente). En ella analizamos más de 50 artículos, correspondientes a estudios científicos publicados en los últimos diez años.

Se extrajeron datos en términos de emisiones de GEI por tonelada transportada y kilómetro, para un conjunto de tecnologías o fuentes energéticas, y para todo su ciclo de vida. El análisis supuso desafíos significativos, ya que las investigaciones analizadas se realizaron en diversos ámbitos geográficos y temporales, y consideraban vehículos pesados con características y dimensiones específicas.

Evolución del transporte de mercancías por modo en la UE. Figura superior: datos globales en toneladas por kilómetro. Figura inferior: distribución porcentual por modo: terrestre, ferroviario, aéreo, marítimo y por tubería.
EC, 2024, CC BY-SA

Las principales conclusiones son:




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El hidrógeno verde, ¿una quimera?


Medidas para fomentar la transición

Al igual que ocurre con el transporte de pasajeros, la transición hacia tecnologías de propulsión de bajas o nulas emisiones es esencial para reducir la huella de carbono del sector transporte. Las políticas públicas deben apoyar la investigación y desarrollo de tecnologías sostenibles y la infraestructura necesaria para su adopción masiva.

Por ejemplo, entre las medidas a tomar se incluyen implementar incentivos fiscales para la compra de vehículos ambientalmente más sostenibles; desarrollar infraestructura de carga y abastecimiento de electricidad, hidrógeno y combustibles renovables, y promocionar la economía circular en la industria automotriz, facilitando el reciclaje y reutilización de componentes.

Existen múltiples soluciones para la lucha contra el cambio climático y este análisis comparativo revela que no existe una solución única para todos los contextos. Cada tecnología tiene ventajas y desventajas específicas, evidenciando la necesidad de una estrategia diversificada para lograr las sostenibilidad ambiental de la creciente movilidad terrestre de mercancías.

The Conversation

Javier Pérez Rodríguez participa en una de las líneas de investigación de la Cátedra Fundación Repsol en Transición Energética – Movilidad Sostenible en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid.

ref. Cuál es el impacto de los camiones en el cambio climático y cómo podemos reducirlo – https://theconversation.com/cual-es-el-impacto-de-los-camiones-en-el-cambio-climatico-y-como-podemos-reducirlo-260151

‘Marketing’ consciente: una estrategia de escucha y empatía con el cliente para mejorar su compromiso con la marca

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Elena Cuevas Molano, Profesora e Investigadora: Estrategias de Comunicación, Marketing e Innovación Docente, Universidad Rey Juan Carlos

El marketing ha cambiado. Los profesionales ya no están interesados sólo en los beneficios y, más allá de la simple venta única, ahora también buscan establecer relaciones sólidas con sus clientes.

En este contexto, las redes sociales permiten a las organizaciones humanizar sus mensajes y centrarlos en los valores de la marca. Para alcanzar este objetivo una estrategia útil es el mindful marketing.

¿Qué es el ‘mindful marketing’?

El mindful marketing, o marketing consciente, se basa en la idea de que se pueden aplicar estrategias de marketing para conseguir buenos resultados económicos y, a la vez, generar una repercusión social positiva y alineada con los valores que importan a sus clientes.

El mindful marketing se refiere a la aplicación de una estrategia consciente cuyo objetivo es escuchar a los usuarios y empatizar con sus necesidades e intereses para generar acciones direccionadas y mejorar la comunicación (y la obtención de datos).

Las redes sociales son una herramienta esencial para desarrollar esta práctica porque facilitan la comunicación inmediata, personalizada y la escucha activa.

Clientes conectados a las redes

De los más de 5 500 millones de personas con acceso a internet en el mundo, unos 5 240 millones se conectan a las redes sociales. Esto es un 63,9 % de la población mundial. De ahí que los responsables de comunicación y marketing de las empresas hayan identificado el potencial de estos canales para:

Todas estas acciones tienen por finalidad propiciar una relación duradera y rentable entre la marca y su público.

El ‘mindful marketing’ y las redes sociales

Las organizaciones que aplican el marketing consciente en su estrategia de marca en redes sociales emplean intencionalmente una comunicación basada en la escucha activa y la respuesta a los intereses manifestados por el cliente en sus interacciones.

Así se fomenta su predisposición a compartir su información personal y sus opiniones con las marcas, reforzando su percepción de una relación más cercana y humana. Es casi como conversar con un buen amigo. Esta praxis se fundamenta en humanizar los mensajes recreando una comunicación personal que implica escuchar y mantener un diálogo abierto.

Los mensajes de marca van más allá de la mera promoción y venta de sus productos y servicios y buscan fortalecer la relación al enfocarse en los valores tanto de la marca como de los clientes.

Humanizar la marca para comprometer a la audiencia

Estudios recientes que analizan el impacto del mindful marketing en los contenidos de marca en redes sociales muestran que los contenidos de humanización son los que más influyen en la participación con la marca (el engagement) de los públicos en Instagram y LinkedIn.

Por ejemplo, en sus perfiles de marca en las redes, algunas instituciones sanitarias publican contenidos que ponen en valor relatos inspiradores del personal (biografías y trayectorias), testimonios de interacción entre los profesionales sanitarios y los pacientes o sus familiares, reconocimientos a los logros de los empleados, y proyectos innovadores dirigidos a optimizar la experiencia durante la estancia hospitalaria.

Otros ejemplos de estos contenidos en los sectores de telecomunicaciones, automoción, energía, distribución, tecnología y gobierno son aquellos que incluyen concursos, votaciones o preguntas al cliente. Estos contenidos son un recurso óptimo para iniciar el diálogo, porque solicitan de manera proactiva una respuesta u opinión directa de los seguidores de la marca. Su uso ayuda a que estos perciban que hay una persona detrás de los mensajes, como parte de la estrategia de mindful marketing.

Interacciones en las redes

Las interacciones en redes (el social media engagement) son claves en el éxito en la relación de las organizaciones con las personas. No solo fomentan la lealtad del cliente, sino que también proporcionan a la empresa información valiosa para la toma de decisiones.

Por tanto, lo que cuelgan las marcas en las redes es fundamental para conseguir el compromiso de sus seguidores: deben ser contenidos relevantes, útiles y atractivos para que haya interactividad entre los clientes y las empresas y se cree un vínculo de valor.




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El valor del contenido

El diseño y aplicación de una buena estrategia es lo que va a permitir a las organizaciones alcanzar sus objetivos de comunicación y marca. Pero también les va a proporcionar una gran cantidad de datos cuya analítica es fundamental para entender el comportamiento y los intereses de las personas.

Esto les permite evaluar el rendimiento de la marca y desarrollar nuevas estrategias de comunicación e imagen corporativa que mejoren la relación con sus clientes en particular y la sociedad en general.

Evolucionar hacia la humanizacion

El mindful marketing ayuda a las empresas a evolucionar su estrategia de contenidos en redes sociales hacia la humanización de la marca. Este cambio implica priorizar en sus publicaciones los valores de su audiencia y aplicar una comunicación consciente, abierta y cercana.

Este enfoque no solo fortalece el compromiso y el vínculo a largo plazo con los clientes, sino que también mejora la reputación corporativa y el rendimiento empresarial.

The Conversation

Elena Cuevas Molano no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ‘Marketing’ consciente: una estrategia de escucha y empatía con el cliente para mejorar su compromiso con la marca – https://theconversation.com/marketing-consciente-una-estrategia-de-escucha-y-empatia-con-el-cliente-para-mejorar-su-compromiso-con-la-marca-252106

¿En qué se diferencia la posverdad de la propaganda tradicional? El filósofo Alexandre Kojève lo explica

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Luis Javier Pedrazuela Idoeta, Profesor de Filosofía Política y de Economía Política, Universidad Camilo José Cela

Uno de los mítines de agradecimiento de Donald Trump a finales de 2016 después de haber ganado las elecciones estadounidenses, uno de los eventos del año que más llevaron a usar el término ‘posverdad’. Mark Reinstein/Shutterstock

La RAE define “posverdad” como la distorsión intencional de la realidad para influir en la opinión pública, manipulando creencias y emociones. Elegida “palabra del año” en 2016 por el Diccionario de Oxford, se hace difícil distinguirla de la propaganda tradicional.

Tal vez el uso de “verdad” en “posverdad” le dé un aire de autenticidad, haciendo que las distorsiones parezcan más creíbles. Quizás en 2016 la posverdad se independizó de la propaganda y empezó a presentarse como una verdad propia, con muchas narrativas compitiendo entre sí y debilitando cualquier consenso compartido sobre lo real. Esto parece definir nuestro siglo, donde los hechos históricos cuentan poco y mucho los relatos que se los apropian.

En el siglo XX, el filósofo Alexandre Kojève dijo algo parecido: que la historia había terminado y solo quedaban relatos que aparentaban ser nuevos, pero repetían un discurso final. También propuso una teoría de la propaganda en la que esta aparece primero como crítica del viejo orden y luego como la “verdad” de la nueva sociedad después del terror revolucionario, una sociedad global en la medida en que su imperio cubriría todo el mundo.

Propaganda y agenda imperial

Es útil comenzar por el final. En 1968, Kojève escribió un ensayo titulado El emperador Juliano y su arte de la escritura. En él presenta la escritura del emperador Juliano como un “arte del camuflaje”. Según esto, Juliano escribe en dos niveles: uno serio, destinado a los “iniciados” en los objetivos de la agenda política imperial –la defensa de la continuidad del Estado romano, amenazada por la expansión del cristianismo– y otro propagandístico, dirigido a que la “gran masa” acepte sin resistencia dicha agenda.

La teología sería, para el filósofo, el arte de construir relatos falsos de forma que a esta gran masa le parezcan creíbles. Para ello, dichos relatos deben basarse en el “testimonio de las ciudades”, es decir, en los mitos a través de los cuales la gente interpreta y reconoce su día a día. Que las personas se plieguen a cambiar este según los dictados revolucionarios del emperador demostraría que este es un buen teólogo.

Juliano invierte la teología tradicional. Para Kojève, esta inversión rechaza la idea de un “más allá” divino y eleva el deseo de reconocimiento a fuerza motriz del mundo. Juliano supo ver que al deseo humano lo mueve sobre todo la vanidad. Lo que al emperador se le escapó fue que, para ser realmente operativo, este esquema ateo precisa del individualismo e igualitarismo cristianos.

Kojève alude, así, al origen cristiano del “sistema moderno de propaganda”, e introduce a San Pablo como creador de un activismo basado en la fe, capaz de suplir las carencias emocionales del universalismo racional griego –que afirmaba la existencia de una verdad universal, objetiva y eterna, común para todos los seres vivos–, deudor de una visión pagana del mundo sin recorrido histórico.

Revolución y simulacro

En Juliano, propaganda y acción política buscan “restaurar el paganismo en el Imperio romano” como vía hacia un ateísmo en el que los individuos se vean reconocidos. Pero Juliano fracasa por ser el suyo un ateísmo sin el filtro cristiano.

Su fracaso no es el único.

Retrato de Alexandre Kojève de joven.
Retrato de Alexandre Kojève de joven.
Wikimedia Commons

Kojève entiende que la propaganda ilustrada –libelos, panfletos, enciclopedias– actuó como una pseudoacción: no transformaba directamente la realidad, pero preparaba el terreno ideológico para la revolución. Para que tuviera eficacia real, debía completarse con el Terror, que abolió las viejas estructuras y creencias.

Sin embargo, muchos ilustrados no asumieron esa violencia fundacional como parte de su proyecto racionalista, escamoteando así la experiencia que habría permitido la instauración del Estado posrevolucionario. A ojos de Kojève, este Estado realiza en el mundo la noción de individuo que el cristianismo proyectaba en el más allá.

Desde el extremo opuesto, los revolucionarios profesionales –como los trotskistas– también obstaculizan esa realización al negarse a clausurar la revolución. Mientras los ilustrados renuncian al terror, ellos siguen dirigiéndose contra unos supuestos enemigos de clase. Y lo hacen aun cuando el conflicto ya ha sido resuelto mediante la nivelación impuesta por la violencia revolucionaria. En el Estado posrevolucionario, donde todos se reconocen como iguales, la propaganda deja de ser un instrumento de lucha para convertirse en una herramienta de perfeccionamiento del orden instaurado. Pero al mantener una lógica de confrontación, los revolucionarios perpetúan una falsa tensión entre discurso y realidad que ya no se sostiene.

Kojève plasma la superación de esta tensión en su concepto de “simulacro de idea revolucionaria”: un relato cuyo eventual contenido contrarrevolucionario no compromete la autoridad revolucionaria de la élite dirigente.

Con esta forma de posverdad, Stalin pudo justificar tanto sus virajes políticos como las purgas de revolucionarios profesionales, ya obsoletos en un Estado sin clases. Los giros del régimen –del pacto con Hitler a la guerra, de la colectivización a la Nueva Política Económica (NEP), de las hambrunas a las campañas agrícolas triunfalistas– muestran cómo la doctrina revolucionaria se vacía de contenido y queda subordinada a la estabilidad del Estado. El caso de Lysenko, cuyas teorías pseudocientíficas fueron impuestas como verdad oficial y agravaron las hambrunas, ilustra que, en el Estado posrevolucionario, la propaganda ya no disfraza la verdad, la sustituye.

El estudio de estos tres momentos clave de Kojève como propagandista –contra-teología, propaganda como verdad posrevolucionaria y simulacro revolucionario– quizá ayude a entender por qué la palabra “posverdad” fue designada “palabra del año” en su momento y por qué costará despojarla de semejante corona en el mundo globalizado de hoy, hecho de relatos que se presentan como verdades y de sujetos que fían a ellos sus identidades.

The Conversation

Luis Javier Pedrazuela Idoeta no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ¿En qué se diferencia la posverdad de la propaganda tradicional? El filósofo Alexandre Kojève lo explica – https://theconversation.com/en-que-se-diferencia-la-posverdad-de-la-propaganda-tradicional-el-filosofo-alexandre-kojeve-lo-explica-253159

¿Tienen derechos las futuras generaciones? Los Estados comienzan a legislar para quienes aún no existen

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Jose Manuel Olivar Julián, Profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales, Universidad Pública de Navarra

Algunas constituciones ya reconocen derechos relacionados con el medioambiente a las futuras generaciones. AU USAnakul/Shutterstock

Las futuras generaciones heredarán este planeta. Aunque en ocasiones se incluya a los niños en esta definición, lo más adecuado sería referirse solamente a personas que aún no han nacido y de las que no conocemos ni sus nombres ni su apariencia ni sus deseos, pero que vendrán dentro de diez, cien o quizá mil años.

Nos planteamos si las futuras generaciones tienen derechos. La realidad es que casi la mitad de las constituciones de los Estados las mencionan y las vinculan a valores como la libertad, la justicia, la paz, la prosperidad, la democracia o la igualdad. En algunos países como Alemania, Noruega o Brasil incluso se les reconocen derechos en el ámbito del medioambiente.

Hungría, además de derechos relacionados con el medioambiente, reconoce a las futuras generaciones derechos culturales y creó una figura especializada para la defensa de sus derechos: el Comisionado Parlamentario para las Generaciones Futuras. Es de vital importancia, ya que estas no solo no se pueden defenderse por sí mismas, sino que no podemos ni siquiera conocer su voluntad. Debemos interpretarla desde nuestro deseo de legarles un mundo en el que puedan vivir con las mejores condiciones posibles. Algún día formarán parte de la humanidad como nos ocurrió a nosotros.

En el ámbito internacional existen varios tratados que hacen referencia a las futuras generaciones. La primera línea del preámbulo de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas, el tratado más importante del derecho internacional actual, reconoce: “Nosotros los pueblos de las naciones unidas resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra…”. Tras esta frase, establece el actual diseño de la sociedad internacional de nuestros días.

¿Solo tienes derechos medioambientales?

Mas de 30 tratados que se firmaron tras la Carta hacen referencia a las futuras generaciones. Los derechos que a día de hoy se les reconocen son principalmente los relacionados con los aspectos medioambientales que se han desarrollado desde la Conferencia de Estocolmo en 1972 hasta nuestros días y que pasan por multitud de acuerdos, muchos de ellos potenciados por las diferentes cumbres de la Tierra que han tenido lugar. También se les reconocen algunos derechos culturales, pero aún queda por elaborar un catálogo completo de derechos y que este compendio sea admitido por todos los Estados.

El papel de liderazgo de la ONU respecto al reconocimiento de los derechos de las futuras generaciones se ha acelerado en los últimos años, y no solo por la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2015, que ya tenía su base en acuerdos anteriores, sino por toda una serie de iniciativas, entre las que destaca la Cumbre del Futuro celebrada en septiembre de 2024 en Nueva York.

Entonces, se acordó por consenso una declaración sobre las generaciones futuras sin valor obligatorio. Dicha declaración incluye unos principios que servirán a los Estados e instituciones internacionales a esforzarse para que las futuras generaciones hereden un mundo en paz, con respeto a los derechos humanos y en el que las personas puedan prosperar.

Hay países, especialmente en África, donde lo que se transmite entre generaciones no es la riqueza ni la prosperidad, sino la pobreza, el hambre, la desigualdad y la injusticia, y debemos tratar de evitar que esta sea la herencia. Ciertamente, tenemos que esforzarnos en entregar a las siguientes generaciones un medioambiente limpio, sano y sostenible, pero también, como la declaración señala, un planeta en el que haya igualdad de género, ausencia de racismo y en el que puedan desarrollarse con plenitud las personas con alguna discapacidad.

Un punto fundamental para la ONU

Para cumplir con estas propuestas se hizo un llamamiento a la sociedad civil, al mundo académico y a las empresas. La propia ONU se comprometió, por su parte, a nombrar a un Enviado Especial para las Generaciones Futuras y volver a tratar este tema, esta vez de manera específica, al más alto nivel en la Asamblea de la organización.

Esperemos que esa fuera una verdadera señal de salida para que los derechos de las futuras generaciones ganen en protagonismo y se conviertan un tema central en las agendas políticas nacionales e internacionales. Ojalá que en los próximos años un tratado internacional recoja un completo catálogo de derechos de las futuras generaciones y los haga obligatorios para los Estados firmantes.

The Conversation

Jose Manuel Olivar Julián no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. ¿Tienen derechos las futuras generaciones? Los Estados comienzan a legislar para quienes aún no existen – https://theconversation.com/tienen-derechos-las-futuras-generaciones-los-estados-comienzan-a-legislar-para-quienes-aun-no-existen-239790

Castigar con el silencio hace daño: cómo evitar la ‘ley del hielo’ en la crianza

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Sylvie Pérez Lima, Psicopedagoga. Psicóloga COPC 29739. Profesora tutora de los Estudios de Psicología y Educación, UOC – Universitat Oberta de Catalunya

fizkes/Shutterstock

No existe relación humana sin comunicación y, por eso, cuando dos amigos se enfadan decimos que “no se hablan”: que alguien nos retire la palabra es la representación más extrema y tangible de que no nos quiere en su vida. Pero cuando el enfado se produce en el seno familiar, cuando un hijo o una hija hace algo que nos altera, nos molesta o incluso nos enfurece, ¿es buena idea ignorarlo, dejar de comunicarnos con él, y “congelar” nuestra relación, aunque sea por unas horas?

Una cosa es tomarse un respiro en un momento de conflicto: esto puede ser una herramienta útil en la crianza. Una pausa breve, consciente, que permita regular las emociones y retomar el diálogo desde la calma. Pero cuando el silencio se convierte en una forma de castigo, repetida y mantenida en el tiempo, aplicamos lo que se conoce como la “ley del hielo”: una práctica relacional que rompe el vínculo y puede dejar huella en la salud emocional de niños y adolescentes.

Tratamiento de silencio y maltrato emocional

Entre adultos, cuando el silencio se impone de forma sistemática como respuesta a un conflicto, genera desconcierto, inseguridad y dolor.
Pero en la infancia, el impacto puede ser aún mayor. Ignorar deliberadamente a un niño o niña tras un conflicto –dejar de hablarle, de mirarle, de nombrarle– no es una pausa: es una exclusión. No se le ofrece una explicación ni una vía de reparación, bloqueando cualquier posibilidad de reconstrucción y enviando el mensaje: “Ya no existes”.

Por eso, cuando este patrón se repite, hablamos de una forma de maltrato emocional, definido por la negación reiterada del afecto y atención del cuidador, lo que vulnera el derecho del niño a ser escuchado, expresar su opinión y, por tanto, de entender qué ha ocurrido.

De hecho, la exclusión emocional activa las mismas zonas cerebrales asociadas al dolor físico: la corteza cingulada anterior y la ínsula anterior, particularmente sensibles a la exclusión social en la infancia. El rechazo y la ignorancia generan también dolor.

Consecuencias a medio y largo plazo

Los niños expuestos habitualmente a este tipo de castigo aprenden a asociar el afecto con la aprobación condicional y el silencio con la amenaza o el rechazo. Es decir, aprenden que el afecto está condicionado a aquello que hagan o no hagan y que cuando alguien se calla delante de ellos es porque los rechazan o castigan.

El “tratamiento de silencio” familiar se asocia con menor satisfacción relacional en adultos y baja autoestima. Además, se transmite de generación en generación: si nuestros padres lo usaron con nosotros, es probable que a nosotros nos surja esa reacción de manera espontánea cuando nos enfadamos. Esto último nos recuerda como nunca dejamos de ser modelos y ejemplo de lo que los niños serán en el futuro.

Este patrón de crianza que se basa en ignorar al menor cuando no cumple con nuestras expectativas puede generar ya desde la infancia:

  • Baja autoestima y sensación de no ser suficiente.

  • Dificultades para establecer relaciones seguras y confiables.

  • Miedo al conflicto, evitación emocional o respuestas desproporcionadas en crisis.

  • Problemas de comunicación emocional, mostrando incapacidad para expresar o identificar sentimientos.

Un daño que se produce sin pensar

Uno de los aspectos más insidiosos de la “ley del hielo” es que los padres, madres o cuidadores que la aplican no suelen ser conscientes de estos efectos tan devastadores.




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A menudo, no se realiza con intención voluntaria de dañar. Surge de la frustración, el agotamiento o la falta de recursos educativos. Muchos adultos, desbordados por conflictos diarios, optan por el silencio como forma de imponer autoridad sin enfrentarse al diálogo. Pero aunque no haya intención, el daño está ahí.

Alternativas para gestionar el enfado

Distinguir entre una pausa reguladora y un silencio castigador es fundamental. Parar para afrontar de manera más asertiva la resolución del conflicto es saludable. En cambio, si el silencio impide la reparación del vínculo y excluye emocionalmente al niño o niña, no es educativo: es destructivo.




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Educar implica acompañar los conflictos de forma respetuosa y sana. El apoyo emocional continuo y el contacto positivo actúan como amortiguadores frente a los efectos del maltrato emocional. Algunas estrategias eficaces para evitar la sistematización del silencio pueden ser:

  • Nombrar lo que sentimos, poner palabras antes del silencio y limitarlo en el tiempo: “Estoy muy enfadada, necesito unos minutos para calmarme y después hablamos”.

  • Retomar el diálogo siempre, para que el vínculo no sufra. Esto no implica mantener largas conversaciones donde el niño fácilmente puede desconectar. Permitir hablar, ser escuchado y posteriormente poder argumentar desde la protección y el límite sin fisuras.

  • Cuidar el tono relacional: a veces, el acto de ignorar proviene del lenguaje no verbal (mirada, gesto, postura). Se debe tener en cuenta para evitar dolor innecesario y para reforzar el modelo de conducta que queremos ofrecer a los pequeños.

  • Separar conducta de persona: recordar que el menor no es malo o un desastre o torpe; en todo caso será aquello que ha hecho lo que no está bien.

  • Prever y anticipar consecuencias con los menores: avisarles y explicarles qué ocurrirá si se transgrede una norma, los ayuda a autorregularse pero también sirve a los adultos para no tener que improvisar castigos o silencios impulsivos.

  • Distribuir el cuidado y la gestión de las dificultades: otro adulto puede contener cuando el principal está desbordado.

Y en caso necesario, buscar apoyo externo y soporte profesional.

No podemos obviar que cuando el silencio daña, es violencia emocional. Negar la palabra, la mirada o el acompañamiento emocional no es una técnica educativa, es una forma de violencia psicológica que provoca angustia, confusión y vulnera derechos fundamentales. Como adultos, nuestra responsabilidad incluye proteger, acompañar y asegurarnos de que nuestros hijos y alumnos puedan equivocarse sin perder su espacio emocional, ni sentir la pérdida del vínculo sin entender por qué.

The Conversation

Sylvie Pérez Lima no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Castigar con el silencio hace daño: cómo evitar la ‘ley del hielo’ en la crianza – https://theconversation.com/castigar-con-el-silencio-hace-dano-como-evitar-la-ley-del-hielo-en-la-crianza-260427

The Story of a Heart by Rachel Clarke is a powerful account of one child’s gift to another

Source: The Conversation – UK – By Leah McLaughlin, Research Fellow in Health Services, Bangor University

What does it mean to save a life – and what does it cost? In The Story of a Heart, Rachel Clarke answers this not with slogans or sentiment, but with quiet, searing honesty. This book, which won this year’s Women’s prize for non-fiction, is about organ donation, yes, but it’s also about family, grief, love, courage, and the astonishing edges of human experience.

At its centre are two children: Max Johnson, a healthy, active nine-year-old whose heart suddenly begins to fail, and Keira Ball, another nine-year-old – vibrant, horse-loving, full of life who tragically dies in a car accident. In a moment of unimaginable grief, Keira’s parents donate her organs. Her heart goes to Max.

A child dies. A child lives.

That is the simple, brutal, beautiful truth this book never looks away from. But Clarke does more than tell the story of heart. She immerses us in it – every breath, every monitor beep, every unbearable choice.

I read this as a health services researcher who has spent years working in the emotionally complex, ethically charged, and often hidden world of organ donation. My work explores how families navigate these unimaginable scenarios, particularly in the context of recent legislative change. Clarke’s account captures, with rare precision and compassion, the silences, the emotional labour of clinicians, and the profound weight of choice that families like Keira’s carry.


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As both a doctor and a mother, Clarke brings sensitivity to every page. We feel Max’s steady decline: the exhaustion, the fear, the silence that descends as even the doctors grow unsure. We witness Keira’s final hours, the heroic efforts to save her, and the moments where unbearable grief oscillates between hope and despair, eventually giving way to a different kind of gift.

There are no easy heroes in this story, only ordinary people facing the unthinkable with extraordinary grace. Clarke brings them to life with aching clarity: the cardiologist who, in the dim light of a hospital room, sketches Max’s failing heart on a napkin so his mother can understand what words can’t explain; the ICU nurse who stays long after her shift ends, gently brushing the hair of a child who will never wake up; the donation nurse who enters a family’s darkest hour not with answers, but with quiet presence and unwavering care; the surgeon who steadies his hands – and his heart – when every second matters.

And in the chaos of resuscitation, amid alarms and broken bodies, a teddy bear is tucked beneath Keira’s arm: “Someone in the crash team has seen Keira not simply as a body, inert and unresponsive, but as a vulnerable child in need of compassion.”

The Story of a Heart is also a book about history. It’s not just about one child’s transplant, but about medicine, surgery, and the heart itself. Clarke weaves in the stories of early transplant pioneers, accidental discoveries, and the scientific stumbles and breakthroughs that built modern practice. She brings it all to life with a storyteller’s flair, making science feel intimate, alive, and deeply human.

What the heart means

What sets the heart apart, Clarke reminds us, is not just its function, but its symbolism. No other organ holds such emotional weight. “Hearts sing, soar, race, burn, break, bleed, swell, hammer and melt,” she writes. They are not just organs, they are vessels for our hopes, fears and deepest longings.

Clarke shows how, across history, the heart was seen as the source of emotion, morality – even the soul – and how that deep humanism still pulses through our language and culture today. We have our hearts broken, wear our hearts on our sleeves, and as Clarke puts it: “When trying to express our truest and most sincere selves, we do so by saying we speak from the heart, or about all that our heart desires.”

But what makes The Story of a Heart so exceptional is its emotional truth. Clarke never shies away from the pain. Max’s parents watch their son fade, terrified to even touch him. Keira’s father buys her a pink princess dress for her funeral. Max, wired to machines, records a goodbye message; we learn later he even tried to take his own life. And yet, there is light.

Keira’s sisters climb into bed with her, painting her nails and sliding Haribo sweet rings onto her fingers. Then comes a moment so clear, so quietly astonishing, it takes everyone’s breath away. Katelyn, Keira’s older sister, turns to the doctor and asks, with calm, steady eyes: “Can we donate her organs?”

This isn’t a clinical decision or a well-rehearsed conversation. It is an unprompted act of extraordinary love. These moments – fragile, generous, profoundly human – are the true beating heart of Clarke’s book.

From there, we are guided into a world so few know and even fewer ever witness: the quiet choreography that carries a gift of life from one person to another. What Katelyn sets in motion with just five words unfolds with such precision, that reading it feels like witnessing a kind of living magic.

The aftermath is just as moving. Max recovers quickly, walks again, laughs again. The two families meet. There are no big speeches, just quiet awe. And beyond that: a law is passed. Max and Keira’s Law brings in an opt-out system of donation in England. Two children. One legacy. A country changed.

And still, Clarke doesn’t let us forget the hard truths. Not every child survives. Not every family gets a miracle. Transplants are fragile. But in that fragility, she shows us, is the real miracle. Max goes fishing with his dad, the sky glows orange – Keira’s favourite colour. That is enough.

At the moment organ donation consent rates for children are declining in the UK, and there are more children on the transplant wait list than ever before. The Story of a Heart asks us to see the children, the families, and the quiet acts of love behind every donation. It’s a powerful reminder that the greatest gifts are often given in the darkest hours.

This book will break your heart – and fill it up again. It’s not just essential reading for anyone interested in organ donation and transplant. It’s essential reading for anyone who has ever loved.

This article features references to books that have been included for editorial reasons, and may contain links to bookshop.org. If you click on one of the links and go on to buy something from bookshop.org The Conversation UK may earn a commission.

The Conversation

Leah McLaughlin does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organisation that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. The Story of a Heart by Rachel Clarke is a powerful account of one child’s gift to another – https://theconversation.com/the-story-of-a-heart-by-rachel-clarke-is-a-powerful-account-of-one-childs-gift-to-another-260611

Parental leave in the UK isn’t working – here’s what needs to change

Source: The Conversation – UK – By Ernestine Gheyoh Ndzi, Senior Lecturer at York Business School, York St John University

pikselstock/Shutterstock

The recent launch of a government review into parental leave and pay in the UK is a hugely welcome development. In order to bring about meaningful change, it must challenge the fundamental issue at the heart of current parental leave laws. They are strongly influenced by, and so perpetuate, gender norms that see women as caregivers and fathers as breadwinners.

Parents in the UK can take maternity leave, paternity leave and shared parental leave in the first year of their child’s life. While these allowances provide parents with support, the support is disproportionate in how it is split between mothers and fathers. Although gender roles have evolved significantly, UK policies lag behind.

Mothers and fathers are equal parents and have equal parenting responsibilities. However, mothers are allowed up to 52 weeks of maternity leave, while fathers are only entitled to two weeks of statutory paternity leave.

The introduction of shared parental leave in 2015 was welcomed as a positive step towards gender equality – but it has failed in this aim.

There are significant barriers stopping fathers from benefiting fully from the legislation. Parents can share up to 50 weeks of leave between them. But because mothers are entitled to a year of leave, the policy requires mothers to act as gatekeepers. The mother determines if the father can share the leave and how long she is willing to give up for the father.

Consequently, fathers have no autonomy or independence to take parental leave at a time that is important to them and their babies – and they may be reluctant to deprive the mother of leave she is entitled to.

What’s more, while maternity and paternity leave is well known and the process relatively straightforward, shared parental leave has been criticised for its complexity. Parents that have explored shared parental leave have found the policy and process incredibly complex because some employers still don’t understand how it works and so are unable to support parents.

The problems with the policy have affected its uptake. Only 5% of fathers take any shared parental leave.

Financial implications

Another problem that affects all three policies is the pay. While the UK has a generous maternity leave allowance of 52 weeks, this is not accompanied by a decent financial allowance.

Although employers can set more generous terms, the law requires only the first six weeks of maternity leave to be paid at 90% of the mother’s salary. This is followed by 33 weeks at statutory pay of £187.18 and 13 weeks of no pay. The two weeks of paternity leave are paid at the statutory rate of £187.18, or 90% of the father’s average weekly earnings (whichever is lower).

Man and pregnant woman silhouetted, looking stressed
Taking parental leave can bring financial and career worries.
christinarosepix/Shutterstock

And while shared parental leave allows the mother to split 50 weeks of leave with her partner, a significant period of this is unpaid. Out of these 50 weeks, parents can share 37 weeks of pay at statutory rate and the rest of the leave would be unpaid.

Mothers have returned to work early because financially they cannot afford to stay longer on maternity leave – a problem compounded by the rising cost of living. Fathers sometimes opt to take annual leave rather than paternity leave because of the low pay.

The same reason applies to shared parental leave because parents cannot afford to both be off at the same time or different times on the statutory rate. While the policies are well intended, there is no financial incentive for parents to take it.

Finances have a significant impact on parental leave choices. The government review should enhance parental leave pay to encourage and support parents, particularly fathers.

Impact on careers

The implications for parents’ careers also need to be considered. While parental leave should not affect the career aspirations or progressions of the parents, my research demonstrates otherwise. Mothers have been bullied, refused opportunities, and have felt forced to leave their jobs.

Research also shows that fathers have concerns about their careers when considering parental leave. While it is illegal for an employer to discriminate against a parent for taking parental leave, this remains an area of concern.

My research has demonstrated that some fathers consider shared parental leave as a “luxury” they cannot afford. They feel they need to work hard to demonstrate their commitment to their job. Equal parenting policies would support women’s careers and encourage fathers to take up more family responsibilities without fear of repercussions.

The last point to consider – and one that often goes overlooked – is that how parents choose to feed their baby may have an effect on their decisions to take parental leave. Babies can be breastfed, formula fed or a mixture of both breast and formula feeding. If the parents make the decision to breastfeed – a choice recommended by the World Health Organisation – this may affect the mother’s decision on how much leave she takes.

Employers have legal obligations to carry out risk assessments for breastfeeding mothers and make reasonable adjustments on specific health and safety guidelines. However, a general policy that covers the wider needs of breastfeeding mothers and offers them more support at work should be implemented.

My research shows that mothers may prefer to take more maternity leave to enable them to breastfeed.

The parental leave review shouldn’t miss the opportunity to introduce breastfeeding policies that ensure mothers are properly supported in the workplace – as well as making sure that both mothers and fathers have the opportunity to prioritise caring and their careers.

The Conversation

Ernestine Gheyoh Ndzi does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organisation that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. Parental leave in the UK isn’t working – here’s what needs to change – https://theconversation.com/parental-leave-in-the-uk-isnt-working-heres-what-needs-to-change-209661

China’s interest in the next Dalai Lama is also about control of Tibet’s water supply

Source: The Conversation – UK – By Tom Harper, Lecturer in International Relations, University of East London

As the 14th Dalai Lama celebrates his 90th birthday with thousands of Tibetan Buddhists, there’s already tension over how the next spiritual leader will be selected. Controversially, the Chinese government has suggested it wants more power over who is chosen.

Traditionally, Tibetan leaders and aides seek a young boy who is seen as the chosen reincarnation of the Dalai Lama. It is possible that after they do this, this time Beijing will try to appoint a rival figure.

However, the current Dalai Lama, who lives in exile in India, insists that the process of succession will be led by the Swiss-based Gaden Phodrang Trust, which manages his affairs. He said no one else had authority “to interfere in this matter” and that statement is being seen as a strong signal to China.


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Throughout the 20th century, Tibetans struggled to create an independent state, as their homeland was fought over by Russia, the UK and China. In 1951, Tibetan leaders signed a treaty with China allowing a Chinese military presence on their land.

China established the Tibetan Autonomous Region in 1965, in name this means that Tibet is an autonomous region within China, but in effect it is tightly controlled. Tibet has a government in exile, based in India, that still wants Tibet to become an independent state.

This is a continuing source of tension between the two countries. India also claims part of Tibet as its own territory.

Beijing sees having more power over the selection of the Dalai Lama as an opportunity to stamp more authority on Tibet. Tibet’s strategic position and its resources are extremely valuable to China, and play a part in Beijing’s wider plans for regional dominance, and in its aim of pushing back against India, its powerful rival in south Asia.

The Dalai Lama celebrates his 90th birthday as many Tibetans living in China fear talking about independence.

Tibet provides China with a naturally defensive border with the rest of southern Asia, with its mountainous terrain providing a buffer against India. The brief Sino-Indian war of 1962 when the two countries battled for control of the region, still has implications for India and China today, where they continue to dispute border lands.

As with many powerful nations, China has always been concerned about threats, or rival power bases, within its neighbourhood. This is similar to how the US has used the Monroe Doctrine to ensure its dominance over Latin America, and how Russia seeks to maintain its influence over former Soviet states.

Beijing views western criticism of its control of Tibet as interference in its sphere of influence.




Read more:
India and Pakistan tension escalates with suspension of historic water treaty


Another source of contention is that Beijing traditionally views boundaries such as the McMahon line defining the China-India border as lacking legitimacy, a border drawn up when China was at its weakest in the 19th century. Known in China as the “century of humiliation”, this was characterised by a series of unequal treaties, which saw the loss of territory to stronger European powers.

This continues to a source of political tensions in China’s border regions including Tibet. This is a controversial part of China’s historical memory and continues to influence its ongoing relationship with the west.

Demand for natural resources

Tibet’s importance to Beijing also comes from its vast water resources. Access to more water is seen as increasingly important for China’s wider push towards self-sufficiency which has become imperative in the face of climate change. This also provides China with a significant geopolitical tool.

For instance, the Mekong River rises in Tibet and flows through China and along the borders of Myanamar and Laos and onward into Thailand and Cambodia. It is the third longest river in Asia, and is crucial for many of the economies of south-east Asia. It is estimated to sustain 60 million people.

China’s attempts to control water supplies, particularly through the building of huge dams in Tibet, has added to regional tensions. Around 50% of the flow to the Mekong was cut off for part of 2021, after a Chinese mega dam was built. This caused a lot of resentment from other countries which depended on the water.

Moves by other nations to control access to regional water supplies in recent years show how water is now becoming a negotiating tool. India attempted to cut off Pakistan’s water supply in 2025 as part of the conflict between the two. Control of Tibet allows China to pursue a similar strategy, which grants Beijing leverage in its dealings with New Delhi, and other governments.

A map of Tibet and surrounding countries.

Shutterstock.

Another natural resource is also a vital part of China’s planning. Tibet’s significant lithium deposits are crucial for Chinese supply chains, particularly for their use in the electric vehicle industry. Beijing is attempting to reduce its reliance on western firms and supplies, in the face of the present trade tensions between the US and China, and Donald Trump’s tariffs on Chinese goods.

Tibet’s value to China is a reflection of wider changes in a world where water is increasingly playing an important role in geopolitics. With its valuable natural resources, China’s desire to control Tibet is not likely to decrease.

The Conversation

Tom Harper does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organisation that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. China’s interest in the next Dalai Lama is also about control of Tibet’s water supply – https://theconversation.com/chinas-interest-in-the-next-dalai-lama-is-also-about-control-of-tibets-water-supply-255843

Lioness Lucy Bronze uses ‘cycle syncing’ to get an edge on her competition — here’s how the practise works

Source: The Conversation – UK – By Mollie O’Hanlon, PhD Candidate, Exercise Physiology, Nottingham Trent University

Bronze has said ‘cycle syncing’ has been important for her performance. Jose Breton- Pics Action/ Shutterstock

England footballer Lucy Bronze recently said in an interview that “cycle syncing” gives her an edge on the pitch. This practice involves aligning your training schedule to the different phases of your menstrual cycle.

Cycle syncing has become increasingly popular in recent years – especially among athletes who are looking to get an edge over the competition. Even Chelsea women’s football team have put this new approach to use, tailoring training schedules according to each player’s menstrual cycle.

For the average person, tailoring your workouts to your menstrual cycle is probably not going to have much of an impact. But for a professional athlete such as Bronze, cycle syncing could be a gamechanging strategy in shaping her elite performance.


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The menstrual cycle begins and ends with menstruation (a period). While the length of the menstrual cycle varies for each person, it’s usually around 28 days.

The menstrual cycle is underpinned by fluctuations in levels of the female sex hormones oestrogen and progesterone. This is why the cycle is divided into three key phases: early follicular, late follicular and the luteal phase.

The early follicular phase usually lasts around seven days and begins with the start of your period. This is when hormone levels are at their lowest.

The late follicular phase follows on from the first seven days, and is where ovulation happens – usually around day 14 of the cycle, though this will depend on cycle length. Ovulation is when the egg is released and you’re at your most fertile.

After that comes the luteal phase (lasting around 12-14 days), when progesterone peaks to prepare the body for pregnancy. If pregnancy doesn’t happen, hormones drop and the cycle begins again.

It’s no secret that mood and energy levels can shift – sometimes significantly – throughout the menstrual cycle. This is why some female athletes have begun using cycle syncing. By tailoring training schedules to match hormonal fluctuations, women are gaining a deeper understanding of their bodies and the symptoms they experience throughout each phase – empowering them to train smarter, not harder.

Bronze said the strategy has transformed her performance, saying that during certain phases of her cycle she feels “physically capable of more and can train harder”.

Despite these testimonials, scientists are yet to reach a definitive conclusion on how the menstrual cycle affects athletic performance.

Lucy Bronze smiles during a match.
Bronze is just one of many female athletes putting ‘cycle syncing’ to the test.
Christian Bertrand/ Shutterstock

So far, there’s some suggestion that there may be a slight dip in performance (specifically to strength and endurance) during the early follicular phase. However, these effects are minimal – and highly dependent on the person. It’s also not entirely clear what mechanisms underpin these small performance dips that some women experienced.

Other research suggests that certain aspects of the neuromuscular system (the network of nerves and muscles that make movement possible) – specifically how our muscles generate force – is altered during the luteal phase. Research has also found that certain muscles may fatigue less quickly during this phase as well.

This implies that during the luteal phase, there may be changes in signals from the brain and spinal cord to the skeletal muscles. However, no changes in the neuromuscular function have been observed.

Part of the reason it’s so difficult for researchers to gather enough evidence to draw firm conclusions on the menstrual cycle’s potential effects on athletic performance is because of the huge variability in menstrual cycle characteristics, which makes it difficult to study. Phase length, hormone levels and symptoms can differ widely between women – and even from cycle to cycle.

The small effects seen in these studies will have little effect on how most of us train or exercise. But for an elite athlete, these minuscule differences could have an effect on their training and competition, which may be why so many are willing to give the practice a try.

So while it isn’t entirely clear how much influence certain menstrual cycle phases have on performance, how you feel during different phases could certainly affect your ability to train at your best.

Around 77% of female athletes experience negative symptoms in the days leading up to and during menstruation. Fatigue, feeling less motivated and even experiencing digestive issues such as bloating and nausea, could all affect your ability to train at your best.

Trying cycle syncing

If you’re still interested in giving cycle syncing a try to see if it has any effect for you, the best place to start is by tracking your menstrual cycle. This will help you understand your body, how you feel in each phase of your cycle and what effect certain symptoms have on your training.

It’s recommended you track your cycle for at least three months before making any changes to your training to establish a baseline and spot trends over time.

For example, if you notice you often feel fatigued when training in your luteal phase, it may help to focus on ensuring you fuel well with carbohydrates before and during workouts. Or on days where you feel more energetic and motivated to train, you might be able to push yourself a bit harder in your workouts.

Whether you’re playing for England in the Euros or simply working towards your own fitness goals, understanding your cycle can help you train smarter, manage your symptoms better and stay consistent with your training.

The Conversation

The authors do not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organisation that would benefit from this article, and have disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. Lioness Lucy Bronze uses ‘cycle syncing’ to get an edge on her competition — here’s how the practise works – https://theconversation.com/lioness-lucy-bronze-uses-cycle-syncing-to-get-an-edge-on-her-competition-heres-how-the-practise-works-260153