Cinco claves para entender el robo en el Louvre y en otros muchos museos del mundo

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Carmen Jordá Sanz, Directora del Departamento de Criminología y Seguridad, Universidad Camilo José Cela

La diadema la emperatriz Eugenia, una de las joyas robadas en Museo del Louvre. Kay Emm Pea/Shutterstock

El robo ocurrido el pasado domingo en el Museo del Louvre de París en el que delincuentes lograron sustraer joyas de alto valor de la Galería de Apolo vuelve a poner de relieve una reflexión de largo aliento para la criminología aplicada al patrimonio cultural. La seguridad en museos sigue siendo un campo donde coexisten amenazas tradicionales y emergentes, visiones simbólicas y dinámicas criminales y un enorme coste simbólico cuando se produce una brecha.

Desde el punto de vista de esa seguridad, podemos destacar cinco ideas claves que nos ayudarán a entender mejor cuáles son los fallos y cómo operan los delincuentes.

1. La ciberseguridad importa, pero la llave sigue siendo física

Aunque no cabe duda de que la ciberseguridad es hoy una amenaza creciente y de primer orden para entidades culturales –con riesgos que van desde el acceso indebido a catálogos digitalizados hasta el sabotaje de sistemas de vigilancia y alarmas–, ello no debe llevarnos a minimizar el rol esencial de la seguridad física.

En muchos casos, los atacantes no requieren –o no solo– vulnerar sistemas informáticos sofisticados: pueden actuar sobre ventanas, puertas de servicio, techos o falsos muros y acompañarse de herramientas rudimentarias. Las primeras informaciones apuntan a que en el Louvre los ladrones habrían utilizado una fachada lateral y aprovechado andamiajes temporales para ganar acceso, sin depender de una intrusión digital compleja.

Esta tensión entre amenazas digitales y físicas debe abordarse de forma integrada: centros museísticos pueden blindar redes, cifrar datos y monitorizar accesos virtuales, pero mientras la puerta trasera permanezca débil o poco vigilada, la intrusión es viable.

2. Entre el lucro, el símbolo y la protesta: múltiples amenazas en juego

Los museos ocupan un punto estratégico y conflictivo porque concentran bienes susceptibles bajo múltiples lógicas delictivas. Aunque en los últimos años han cobrado visibilidad los ataques vinculados al activismo o al terrorismo –mediante acciones que buscan impactar simbólicamente en la identidad o provocar atención mediática mediante el daño o la profanación del patrimonio artístico–, no han desaparecido los robos con ánimo de lucro.

Continúan operando redes dedicadas a extraer piezas para su venta en mercados ilícitos o para fraccionarlas y comercializarlas por vías encubiertas. En los grandes robos de las últimas décadas, las investigaciones suelen revelar esta convergencia de motivaciones: junto a los gestos ideológicos o propagandísticos, persiste la lógica económica del delito patrimonial como negocio lucrativo y altamente especializado.

El valor artístico y simbólico de muchas obras convierte a los museos en objetivos que van más allá del beneficio monetario puro: por eso un robo no siempre obedece a una lógica clásica de ganancia. En el caso del Louvre, las autoridades han señalado que podrían existir lazos con redes especializadas y mercados internacionales de reventa, lo que demuestra la coexistencia de motivaciones materiales y simbólicas en un mismo hecho.

3. La ficción exagera, pero la realidad sigue usando la navaja de Okcham

El imaginario popular –reforzado por el cine y las series– tiende a contemplar robos de museos como operaciones complejas, invasiones de alta ingeniería, tecnología de punta y secuencias espectaculares: túneles desde alcantarillas, rayos láser, sincronización de cámaras o acrobacias imposibles.

No cabe duda de que estos relatos atraen al público, pero la criminología práctica observa que los métodos tradicionales –forzar vitrinas, cortar cierres, neutralizar alarmas de forma sencilla, apalancar puntos de vidrio o marcos, aprovechar huecos de seguridad…– prevalecen en múltiples casos reales.

Casos como el robo al Museo Isabella Stewart Gardner (Boston) de 1990, en el que los asaltantes actuaron durante una noche forzando puertas y accediendo a zonas interiores, o el desmantelamiento del Green Vault en Dresde (2019) muestran que la sofisticación no es imprescindible para el éxito si los puntos de vulnerabilidad existen.

Subestimar lo “rudimentario” es un error frecuente: una simple herramienta, un descuido humano o una rutina mal ajustada pueden abrir la puerta a lo que parecía imposible.

En el fondo, muchos robos de museo confirman una suerte de “navaja de Ockham” aplicada al delito: la explicación más sencilla –una brecha física, una llave mal custodiada, una vigilancia relajada– suele ser la verdadera. Lo aparentemente modesto, una mano hábil o una herramienta elemental puede quebrar los sistemas más sofisticados cuando se combinan con oportunidad y conocimiento.

4. Los ladrones miran con los ojos del visitante

La fase de inteligencia y preparación delictiva suele apoyarse en mecanismos que, a primera vista, parecen triviales: visitas de reconocimiento al museo en horarios ordinarios, observación de rutinas del personal de seguridad, aprovechamiento de horarios de mantenimiento o de montaje de exposiciones y, en ocasiones, la complicidad o el conocimiento interno (los llamados insiders).

Muchos robos han sido posibles gracias a datos aparentemente inocuos: quién vigila determinados pasillos, qué puertas sirven como salidas auxiliares, qué horarios de limpieza se usan, si hay zonas en obras que debilitan la protección física o dónde están los puntos ciegos de cámaras.

Además, hay elementos estructurales ocultos: conductos internos, estancias que no siempre están en los planos públicos, pasillos técnicos, canales de ventilación o accesos secundarios no divulgados al público.

Ese desconocimiento general sobre la anatomía completa del espacio museístico da ventaja al delincuente sofisticado. En el caso del reciente robo al Louvre, varios medios han resaltado que los perpetradores actuaron con rapidez y conocían dónde golpear, lo que sugiere un nivel previo alto de reconocimiento y planificación.

5. El patrimonio no solo se mide en euros

Debemos recordar que el patrimonio que custodian los museos no puede medirse solo en dinero. Cuando una obra desaparece o resulta dañada, la pérdida va mucho más allá de su precio en el mercado: se interrumpe un vínculo con la historia, con la creatividad humana y con el legado cultural que hemos recibido y que deberíamos transmitir.

Cada pieza robada o destruida deja un vacío en la forma en que entendemos nuestro pasado y en cómo damos sentido a la experiencia artística y social del presente.
Los museos son guardianes de esa herencia común: albergan objetos únicos, irrepetibles, que cuentan quiénes fuimos, cómo hemos pensado y qué hemos valorado a lo largo del tiempo.

El daño de un robo afecta al conjunto de la sociedad, porque cada pérdida empobrece la posibilidad de aprender, admirar y reconocernos en lo que otros crearon antes.
Por eso, la protección del patrimonio artístico, histórico y cultural no puede limitarse a impedir robos puntuales.

Requiere políticas amplias que integren restauración, cooperación internacional, trazabilidad de piezas y formación constante del personal, además de un compromiso activo de la ciudadanía con el valor de sus museos. Cuidar el patrimonio es cuidar la historia viva de una cultura.

Si algo enseña el reciente episodio del Louvre es que la seguridad en los museos debe concebirse como un equilibrio entre la protección física y la defensa digital. Las amenazas son diversas, los métodos cambian, pero el riesgo esencial sigue siendo el mismo: perder aquello que nos conecta con nuestro pasado y nos enriquece como sociedad. La criminología patrimonial nos recuerda que cada museo protegido es una victoria colectiva frente al olvido, el expolio y la indiferencia.

The Conversation

Carmen Jordá Sanz está vinculada a Prosegur.

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Las provocaciones constantes de Rusia ponen a Europa contra las cuerdas

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Christo Atanasov Kostov, International Relations, Cold War, nationalism, Russian propaganda, IE University

Las fuerzas especiales del ejército ruso inspeccionan vehículos en un puesto de control en Zaporizhzhia, Ucrania, en febrero de 2024. Sergey Nikonov/Shutterstock

Las escenas se han vuelto tristemente familiares: tanques rusos entrando en Georgia en 2008, la ocupación de Crimea en 2014, la invasión de Ucrania en 2022, los aviones militares rusos violando el espacio aéreo europeo y, ahora, los misteriosos avistamientos de drones que cierran aeropuertos en toda Europa.

Aunque estos acontecimientos puedan parecer inconexos, en realidad no son más que capítulos de una estrategia única, centrada y en evolución. El objetivo de Rusia es ejercer su poderío militar cuando sea necesario, emplear tácticas de guerra en la “zona gris” cuando sea posible y ejercer presión política en todas partes. Moscú lleva décadas haciendo todo esto con un único objetivo en mente: redibujar el mapa de seguridad de Europa sin desencadenar una guerra directa con la OTAN.

El objetivo no es improvisado ni ambiguo, y en esencia es irredentista. Busca revertir la expansión de la OTAN tras la Guerra Fría y reafirmar la esfera de influencia rusa en Europa.

Este enfoque singular fue el que rigió las acciones de Rusia en el período previo a su invasión de Ucrania. En diciembre de 2021, Moscú exigió que la OTAN impidiera a Ucrania y Georgia unirse a la alianza, y que sus fuerzas se retiraran a sus posiciones de mayo de 1997, donde se encontraban antes de que los antiguos Estados soviéticos de Europa del Este se unieran a la organización.

No se trataba de una maniobra diplomática previa a la invasión terrestre de febrero de 2022, sino de un objetivo en sí mismo. Desde la perspectiva del Kremlin, la ampliación de la OTAN es tanto una humillación como una amenaza existencial, y debe frenarse a toda costa.

Un conjunto de herramientas de presión

Las acciones de Rusia pueden interpretarse de diversas maneras: como alarde de fuerza, política de riesgo o presión diplomática. De hecho, todas estas etiquetas son acertadas, pero Rusia las utiliza conjuntamente para difuminar las líneas típicas entre la diplomacia, la acción militar y la propaganda interna. Podemos desglosar el “conjunto de herramientas” de presión de Moscú en diferentes tipos de acciones.

  • Política arriesgada para forzar el diálogo: la escalada militar, desde la concentración de tropas hasta la propia invasión de Ucrania, crea crisis que obligan a Occidente a prestar atención. Rusia fabrica emergencias para ganar influencia en las negociaciones, como ya hizo con éxito durante la Guerra Fría y, más recientemente, en Georgia en 2008 y en Ucrania a partir de 2014.

  • Sondeo de la zona gris: las incursiones de drones y aviones sobre Alemania, Estonia, Dinamarca y Noruega son pruebas deliberadas de la capacidad de detección y respuesta de la OTAN. También tienen el propósito más práctico de recopilar información sobre la cobertura y la preparación de los radares sin entrar en hostilidades abiertas.

  • Presión híbrida sobre los aliados más pequeños de la OTAN: los ciberataques y las interrupciones del suministro energético en varios Estados miembros de la UE están diseñados para poner a prueba la solidaridad de la alianza. Moscú señala a los Estados más pequeños y débiles para fomentar el resentimiento y la duda dentro de la OTAN.

  • Teatro nacional: para Putin, enfrentarse a Occidente le da buena imagen en su país. Como afirmó recientemente Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, “Europa teme su propia guerra”. Para el Kremlin, ese temor refuerza la narrativa de que Rusia es la potencia asertiva y Occidente es indeciso.

El uso de estas herramientas por parte de Rusia no es nuevo, sino que se basa en estrategias que se han perfeccionado desde el colapso de la Unión Soviética. Desde Transnistria hasta Abjasia, Osetia del Sur y Donbás, Moscú mantiene guerras “sin resolver” que excluyen a los Estados de la OTAN y la UE, preservando la influencia rusa de forma indefinida.




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La “prueba permanente” de Rusia

Hoy en día, la estrategia del Kremlin favorece cada vez más los medios híbridos –drones, ciberataques, desinformación y chantaje energético– frente a la guerra. No se trata de provocaciones aleatorias, sino de una campaña coherente de pruebas.

Cada incursión y cada ataque tienen un propósito diagnóstico: ¿puede Europa detectarlos? ¿Puede coordinar una respuesta conjunta? ¿Puede poner en marcha esta respuesta de forma rápida y eficaz?

Como admitieron las autoridades belgas tras una reciente serie de avistamientos de drones, el continente necesita “actuar más rápido” en la construcción de sistemas de defensa aérea. Cada admisión de este tipo refuerza la convicción de Moscú de que Europa no está preparada y está dividida.




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En Rusia, estos momentos se recopilan en vídeos propagandísticos para la televisión estatal, en los que los expertos se burlan de la “debilidad” europea y presentan el caos del continente como una validación de la postura beligerante del Kremlin. Esta crisis fabricada, a su vez, es la última aplicación de una estrategia bien perfeccionada.

En lo que respecta a Occidente, el objetivo es el agotamiento, no la conquista: una “prueba permanente” diseñada para agotar los recursos y la unidad mediante una presión constante y de bajo nivel.

¿Qué vendrá después?

Las crecientes provocaciones de Rusia hacia la OTAN y Europa no pueden mantenerse como statu quo. Tal y como están las cosas, hay tres posibles escenarios a los que podrían conducirnos:

  • Una nueva confrontación a largo plazo: Este es el resultado más probable, ya que la OTAN no puede ceder a las demandas fundamentales de Rusia sin socavar sus principios fundacionales. El conflicto probablemente adoptaría la forma de un prolongado enfrentamiento: más tropas en el flanco oriental de la alianza, aumento de los presupuestos de defensa y un nuevo telón de acero en toda Europa.

  • La “finlandización” de Ucrania: un resultado posible, aunque inestable, podría ser que Ucrania se viera obligada a adoptar un estatus neutral, renunciando a la adhesión a la OTAN a cambio de garantías, como hizo Finlandia durante la Guerra Fría. Desde la perspectiva de Occidente, esto recompensaría la agresión de Moscú y afianzaría su veto sobre la soberanía de sus vecinos.

  • Escalada por error de cálculo: en un panorama de tensión creciente, incluso un incidente menor –el derribo de un dron, un ciberataque que sale mal– podría derivar en una confrontación más amplia. Una guerra deliberada entre la OTAN y Rusia sigue siendo improbable, pero ya no es impensable.

El imperativo de Europa: la resiliencia

El enfoque del Kremlin se basa en la fragmentación; la respuesta de Europa debe ser la cohesión. Esto significa desarrollar ciertas capacidades:

  • Defensa aérea y antimisiles integrada: construir un escudo verdaderamente continental, cerrando las brechas que podrían aprovechar los drones y los sistemas hipersónicos.

  • Defensa híbrida colectiva: tratar los ciberataques o las incursiones de drones como retos para toda la alianza. Un mecanismo de respuesta único y previamente acordado por la OTAN impediría a Moscú aislar a los miembros.

  • Autonomía tecnológica y política: invertir en las industrias de defensa europeas, la independencia en materia de energías renovables y cadenas de suministro resilientes. La seguridad comienza ahora con la autosuficiencia, especialmente ante el apoyo vacilante de Estados Unidos.

  • Disuasión mediante la diplomacia: Europa debe combinar una disuasión militar creíble con un compromiso pragmático, garantizando que los canales de comunicación permanezcan abiertos para evitar una escalada.

La estrategia de Rusia no es reactiva, es estructural. El Kremlin pretende obligar a Occidente a aceptar un nuevo orden de seguridad mediante una combinación de coacción, sondeos y pruebas perpetuas. Las herramientas pueden variar –desde tanques hasta drones, desde invasiones abiertas hasta guerras híbridas de desgaste–, pero el objetivo sigue siendo el mismo: socavar la unidad europea y restaurar la esfera de influencia que Rusia perdió en 1991.

El reto de Europa es igualmente claro. Tiene que resistir el cansancio de una crisis interminable y demostrar que es la resiliencia, y no el miedo, lo que define el futuro del continente.

Las provocaciones de Moscú continuarán hasta que los costes se vuelvan prohibitivos. Solo una Europa unificada y preparada puede hacer que eso suceda.

The Conversation

Christo Atanasov Kostov no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Las provocaciones constantes de Rusia ponen a Europa contra las cuerdas – https://theconversation.com/las-provocaciones-constantes-de-rusia-ponen-a-europa-contra-las-cuerdas-267663

El universo como una cáscara de naranja: una propuesta revolucionaria para la teoría del todo

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Francisco José Torcal Milla, Profesor Titular. Departamento de Física Aplicada. Centro: EINA. Instituto: I3A, Universidad de Zaragoza

agsandrew/Shutterstock

Casi todo lo que ocurre a nuestro alrededor puede explicarse con tan solo dos teorías físicas: la Teoría de la Relatividad General y la Mecánica Cuántica. Hasta hoy, todo intento de unificación de ambas teorías ha sido infructuoso. Sin embargo, físicos de las Universidades de Varsovia y Cracovia, ambas en Polonia, han podido dar con la clave que podría, por fin, unificarlas. Si aciertan, estaríamos ante la mayor revolución de la física, la unificación soñada. Antes de ver cómo lo han hecho, pongámonos en antecedentes.

Las dos grandes teorías de la física

A principios del siglo XX hicieron aparición las dos teorías con las que los físicos somos capaces de explicar el funcionamiento del universo, tanto a grandes escalas (Relatividad General) como a escalas atómicas (Mecánica Cuántica).

Imagen de la 5ª conferencia Solvay (1927), que reunió a las mentes que dieron fruto a las dos grandes teorías de la Física.
wikipedia

La Teoría de la Relatividad General

La primera fue gestada por Albert Einstein y puesta en conocimiento del resto del mundo entre 1915 y 1916.

La Teoría de la Relatividad General está ligada a la Ley de Gravitación Universal que Sir Isaac Newton dictó en 1687, pero va mucho más allá. Establece que el espacio y el tiempo son dimensiones con igual consideración y que la atracción gravitatoria no es una fuerza como tal, sino una perturbación o deformación de la geometría del entramado espacio-tiempo, producida por la masa.

A mayor masa, mayor deformación, o lo que es lo mismo en términos newtonianos, mayor atracción. Los objetos más masivos conocidos son los agujeros negros y, por lo tanto, son los que más distorsionan el espacio-tiempo y mayor atracción gravitatoria producen.




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Una de las revelaciones más interesantes de la teoría es que los astros u objetos siguen siempre líneas “rectas” pero estas pueden estar inmersas en geometrías curvas, y esa curvatura la generan los objetos con masa.

Un ejemplo clásico para poder entender este concepto es el siguiente. Si yo me encuentro sobre la superficie de la Tierra y deseo ir del polo norte al polo sur, el camino más corto será una línea recta siguiendo un meridiano, pero ¿es realmente recta? Si otra persona me está observando desde el espacio verá que lo que estoy recorriendo es realmente una curva, porque la superficie sobre la que me desplazo es una curva, la superficie terrestre. A estás “líneas rectas” o de menor longitud entre dos puntos se les denomina geodésicas.




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La Mecánica Cuántica

Al otro extremo nos encontramos con la Mecánica Cuántica. Esta teoría comenzó a gestarse a finales del siglo XIX cuando el físico alemán Max Planck propuso que la radiación electromagnética era absorbida y emitida por la materia en cantidades fraccionadas y finitas que llamó “cuantos”, explicando de esta manera el patrón de radiación del cuerpo negro y los espectros de absorción/emisión, entre otros fenómenos.

En las teorías anteriores a esta, la energía se trataba como una magnitud continua, lo que en esta teoría se sustituye por una energía cuantizada.

Aunque Einstein, detractor confeso de la teoría cuántica, se valió del concepto de cuanto para explicar el efecto fotoeléctrico en 1905, no fue hasta más allá de 1920 cuando empezó a desarrollarse dicha teoría, un proceso en el que participaron grandes mentes como Louis de Broglie, Erwin Schrödinger y Werner Heisenberg, entre otros. Sus postulados explican el comportamiento de la materia a escalas atómicas y subatómicas, así como las interacciones a esas escalas, excepto la gravitatoria.

La Ecuación de Schrödinger tiene el papel en Mecánica Cuántica que las Leyes de Newton y de conservación de la energía tienen en Mecánica Clásica. Describe cómo un sistema cuántico no relativista evoluciona en el tiempo. En el caso relativista, si la velocidad de la partícula es comparable con la velocidad de la luz, se debe acudir a otras ecuaciones más complejas, como la de Dirac o la de Klein-Gordon.

La incompatibilidad de ambas teorías

Y si estas dos teorías funcionan tan bien en sus dominios, ¿por qué no pueden aplicarse satisfactoriamente al mismo sistema? La principal diferencia entre ambas es que la primera es determinista y la segunda probabilística, y eso las hace (o hacía) incompatibles.

Intentos de unificación

Quizá, la teoría de unificación más conocida por el gran público es la Teoría de Cuerdas y es que Sheldon Cooper en la serie The Big Bang Theory trabajaba en ella y la defendía a capa y espada. Esta se basa en suponer que las partículas fundamentales no son partículas sin estructura interna, sino estados vibracionales de un objeto más básico llamado cuerda.

Sheldon Cooper explicando a Penny su pizarra en la serie The Big Bang Theory
CBS, CC BY

Cada partícula se manifiesta mediante un estado vibracional diferente de la cuerda. Para que funcione, además de las cuatro dimensiones clásicas (tres espaciales y una temporal), se necesitan seis más, inobservables en la práctica, aunque, de funcionar, esto no sería ningún inconveniente.

La segunda teoría unificadora que más adeptos tiene es la Gravedad Cuántica de Lazos o de Bucles, defendida en The Big Band Theory por Leslie Winkle, conocida archienemiga de Sheldon Cooper. Aun encontrándose inacabada, ha cosechado algunos éxitos. Plantea que el espacio-tiempo tiene una estructura discreta a escalas minúsculas, del orden de la longitud de Planck.

Otras teorías que persiguen la unificación de la Relatividad General y la Mecánica Cuántica son la supergravedad, la teoría de supercuerdas, la teoría M, la teoría de la gravedad emergente, la teoría de la gravedad cuántica asintóticamente segura, la geometría no conmutativa, la teoría twistorial, la gravedad cuántica inducida o la teoría de variables cuánticas gravitatorias.

Todas ellas trabajan en la línea de cuantificar la Relatividad General para que funcione a escalas atómicas y aunque algunas de ellas han conseguido éxitos, quedan lejos de convertirse en la teoría del todo.

Una herramienta hacia la unificación: el Tensor Alena

La mayor parte de los esfuerzos llevados a cabo en la búsqueda de una teoría de la gravedad cuántica se han centrado hasta ahora en intentar cuantificar la gravedad.

Sin embargo, la piedra filosofal de la propuesta publicada por los físicos de las Universidades de Varsovia y Cracovia, es un tensor que han llamado “Tensor Alena”. Adopta un enfoque completamente opuesto: transforma el espacio-tiempo curvado en un espacio-tiempo plano (como estirar la cáscara de una naranja) de manera que se mantengan matemáticamente los resultados que la Relatividad General y, a continuación, aplican sobre este espacio plano las herramientas conocidas de la mecánica cuántica.

En el artículo, los autores derivan las ecuaciones cuánticas que describen el sistema físico completo, incluyendo todas las fuerzas.

Resulta que estas ecuaciones coinciden con las tres principales ecuaciones cuánticas conocidas hasta ahora, y este hecho lleva a una conclusión completamente inesperada: la gravedad ha estado presente en la mecánica cuántica desde el principio y no habíamos sabido verlo.

Todo esto continuará, y seguiremos contándolo.

The Conversation

Francisco José Torcal Milla no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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La historia tras el álbum ‘Nebraska’: cuando Bruce Springsteen apagó los amplificadores

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Pedro Gallo, Docente e investigador (Comunicación), Universidad Carlos III

Jeremy Allen White como Bruce Springsteen en una escena de _Springsteen: Deliver Me From Nowhere_. 20th Century Studios

El estreno del largometraje Springsteen: Deliver Me From Nowhere ha puesto el foco sobre el que puede ser el álbum más atípico de la carrera de Bruce Springsteen: Nebraska, un disco que vio la luz en el año 1982, con el compositor ya consagrado como una estrella tras el éxito multitudinario de The River.

A la relectura audiovisual se suma la reciente publicación por parte de Sony de una caja especial de varios discos que incluyen grabaciones inéditas de material vinculado a este álbum. Cuatro décadas después, el interés en aquel trabajo “menor” confirma que estamos ante algo más que una rareza en la discografía de Springsteen.

Nuevos problemas

Ubicar el contexto de composición y grabación de las canciones de Nebraska nos lleva hasta una casa en Colts Neck (Nueva Jersey) a comienzos de los años ochenta. Springsteen tenía entonces 32 años y atravesaba una depresión que quizá no sabía poner en palabras. En su autobiografía, el músico describió el momento de regreso a Nueva Jersey tras la gira de The River:

“Mientras estaba en la carretera me habían echado de mi granja y trasplantado a una casa ranchera en Colts Neck, alquilada a ciegas […]. La gira había asegurado que mis acreedores cobrasen y me quedara en el banco lo que para mí era una pequeña fortuna. Tendría que buscar nuevos problemas de los que preocuparme.

Los nuevos problemas no tardaron en llegar. El músico definió este periodo como una etapa de “oscuridad”, marcada por la soledad y la desconexión, en la que soñaba despierto con encontrar un amor estable y reconciliarse con una infancia atravesada por la dureza de un padre distante. El contraste era evidente. Poseía, por primera vez, seguridad económica y reconocimiento internacional, pero vivía en una casa casi vacía rodeado de silencio. Esa tensión explica en gran medida el carácter de Nebraska, un disco que, más que un producto planificado, surgió como el diario de un músico que buscaba desesperadamente darle forma sonora a su desconcierto.

“Nebraska empezó como una meditación inconsciente sobre mi infancia y sus misterios. No tenía una agenda política consciente ni una temática social. Buscaba un sentimiento, un tono en el que me sintiera como en el mundo que había conocido y que seguía llevando en mi interior”.

El resultado fueron diez canciones con un fuerte componente narrativo: relatos donde no hay redención ni guitarras triunfales, sino personajes marginales, violencia sin épica y vidas truncadas. La canción que abre y da título al disco da voz a un asesino múltiple inspirado en el caso de Charles Starkweather (que también fue la base para la película de Terrence Malick Malas tierras). En “Atlantic City”, un trabajador en apuros trata de reinventarse en un lugar donde todo parece perdido. “State Trooper” retrata a un hombre en carretera al borde del abismo. Frente al sonido expansivo de trabajos anteriores, aquí encontramos una guitarra acústica, una armónica, la voz áspera del cantante y la precariedad sonora de una maqueta.

El sonido de la TEAC 144

Ese carácter lo-fi o de baja fidelidad se explica por la tecnología utilizada, una grabadora portátil de cuatro pistas TEAC 144. Lanzada en 1979 como el primer multitrack estándar en cassette, fue considerada por la revista Billboard como “el producto de audio más revolucionario” de su tiempo, porque permitía a cualquier músico grabar en casa con una calidad razonable. Springsteen se encerró en su habitación con ese aparato y un par de micrófonos, sin técnico de sonido ni banda, y registró en cinta lo que terminaría siendo el disco publicado.

Grabadora portátil Tascam TEAC 144.
Grabadora portátil Tascam TEAC 144.
Tascam

El plan inicial era diferente. Aquellas grabaciones se concibieron como maquetas que luego se regrabarían con la E Street Band. De hecho, la caja de Sony recupera las sesiones conocidas como Electric Nebraska, donde la banda intentó vestir aquellas canciones con guitarras y batería. Pero algo no funcionaba. La crudeza de la demo transmitía una verdad que se perdía en el estudio: “Logramos que sonase más claro, con mayor fidelidad, pero ni por asomo tan atmosférico, tan auténtico”. Así, el disco salió casi tal cual, aceptado a regañadientes por la discográfica, sin singles de éxito ni gira de presentación.

Un Estados Unidos en blanco y negro

El álbum fue recibido con desconcierto. Las canciones de Nebraska eran demasiado sombrías para la radio, demasiado desnudas para el rock de estadio. Escuchado hoy, el disco es tanto un gesto estético radical como un documento político. Radical porque desmonta el mito Springsteen justo cuando más rentable parecía. Político porque muestra las grietas de un país que, al mismo tiempo que la administración de Ronald Reagan promocionaba su famoso eslogan publicitario “Morning in America”, dejaba atrás a miles de personas en la desindustrialización.

Portada de _Nebraska_, de Bruce Springsteen.

Sony Music

La prensa comparó esas historias con relatos de Flannery O’Connor o con el cine de Terrence Malick: un Estados Unidos fantasmagórico, en blanco y negro como la portada del disco, donde las promesas nacionales se diluyen entre crímenes y silencios.

Paradójicamente, este disco tan íntimo y oscuro abrió el camino a su mayor éxito comercial apenas dos años después, Born in the U.S.A. (1984), con sintetizadores, estadios y banderas en las portadas. Y, sin embargo, es posible que incluso allí persistiera el eco de Nebraska: la violencia soterrada, la precariedad de los veteranos de guerra, la fractura social bajo la retórica patriótica.

La película que ahora se estrena recupera esa escena. Protagonizada por Jeremy Allen White (conocido por su actuación en la serie The Bear), el largometraje adapta el libro homónimo del periodista Warren Zanes y devuelve al presente el enigma de aquellas cintas caseras: ¿por qué un músico en la cima de su popularidad decidió grabar en soledad un disco sobre personajes derrotados?

Más que un desvío en la carrera de Springsteen, Nebraska es el reverso íntimo de su mito público, el momento en que apagó los amplificadores para escuchar lo que quedaba en el silencio. Y quizá por eso todavía es un álbum que hoy resuena, porque a veces lo que mejor explica una biografía (y un país) no son los himnos coreados en los estadios, sino las grabaciones caseras que alguien hace a solas para sobrevivir a sus propios fantasmas.


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The Conversation

Pedro Gallo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. La historia tras el álbum ‘Nebraska’: cuando Bruce Springsteen apagó los amplificadores – https://theconversation.com/la-historia-tras-el-album-nebraska-cuando-bruce-springsteen-apago-los-amplificadores-266633

La edición genética podría desactivar a uno de los principales culpables del cáncer de pulmón

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Pedro Pablo Medina Vico, Catedrático en el Departamento de Biología Molecular y Bioquímica. Director del Grupo de Investigación de Regulación Génica y Cáncer en el Centro de Investigación Genómica y Oncológica (GenyO)., Universidad de Granada

Yok_onepiece/Shutterstock

El paso del tiempo lo cambia casi todo menos la principal causa de cáncer en el mundo, que en las últimas décadas ha sido el cáncer de pulmón. Solo en España se diagnostican más de 30 000 casos cada año, y la supervivencia a cinco años apenas alcanza el 20 %. Parte del problema es que los tumores suelen detectarse tarde y que los tratamientos, incluso los más novedosos, acaban perdiendo eficacia.

KRAS: el interruptor genético que no se apaga

Entre los principales culpables está un gen con nombre propio: KRAS. Codifica una proteína con un interruptor que indica a las células cuándo crecer y dividirse. Cuando el gen que la produce muta, el interruptor queda atascado en la posición de “encendido”, desencadenando una proliferación descontrolada.

Aproximadamente un tercio de los pacientes con adenocarcinoma de pulmón presenta mutaciones en KRAS. Y los tumores se vuelven “adictos” a estas versiones mutadas de la proteína: si se eliminan, el tumor no sobrevive.

Del “gen intocable” a un blanco terapéutico

Durante años, KRAS fue considerado inabordable desde la farmacología. Todos los intentos de bloquearlo fallaban. El panorama cambió con la llegada de inhibidores como Sotorasib, aprobado en 2021 para una mutación concreta de KRAS llamada G12C. El fármaco supuso un avance histórico, aunque con limitaciones importantes: muchos pacientes no responden y otros desarrollan resistencia en cuestión de meses.

Nuestro equipo ha explorado otra vía. En lugar de bloquear la proteína mutada, hemos intentado eliminar la mutación de raíz, atacando al gen que produce la proteína. Para ello empleamos HiFi-Cas9, una versión de alta fidelidad de la herramienta CRISPR-Cas9.

KRAS.

La clave es la precisión. Diseñamos guías capaces de distinguir las mutaciones más comunes en KRAS (G12C y G12D). HiFi-Cas9 corta exclusivamente el ADN mutado y respeta la copia normal del gen. Así, las células tumorales –adictas a las proteínas mutadas– dejan de producirlas y, en consecuencia, mueren, mientras que las normales no se ven afectadas.

En modelos preclínicos, las células cayeron fulminadas

En cultivos celulares y en esferoides tridimensionales, que reproducen mejor la realidad de un tumor, la viabilidad celular se desplomó tras la aplicación de nuestra terapia. Es decir, las células no resistieron y cayeron fulminadas.

El siguiente paso fueron los xenoinjertos PDX, pequeños fragmentos de tumor de pacientes directamente implantados en ratones. En este modelo más realista, HiFi-Cas9 frenó de manera significativa el crecimiento tumoral. En algunos casos, la eficacia fue incluso superior a la de Sotorasib. Y lo más prometedor: también mostró actividad en modelos resistentes al fármaco.

En organoides de pacientes, es decir, minitumores cultivados en laboratorio, los resultados fueron consistentes: nuestra terapia experimental volvió a limitar la proliferación de las células con KRAS mutado.

Lo más interesante es que KRAS no es exclusivo del pulmón: también está implicado en tumores de páncreas y colorrectales de mal pronóstico. Si logramos aprovechar esta “adicción tumoral” como vulnerabilidad terapéutica, la estrategia podría extenderse a varios tipos de cáncer.

Eliminar la mutación desde el origen

¿Qué aporta la edición genética frente a los fármacos actuales? La diferencia esencial es que CRISPR elimina la mutación en su origen, mientras que los inhibidores como Sotorasib solo bloquean la proteína una vez producida. Esto podría explicar por qué las herramientas de edición genética funcionan en contextos donde los fármacos dejan de hacerlo.

Pero hay que ser cautos. Se trata aún de una prueba de concepto preclínica. El gran reto pendiente es encontrar formas seguras y eficientes de llevar las herramientas de edición génica a las células tumorales dentro del organismo. En nuestro estudio usamos partículas virales como vehículo, pero esta tecnología debe continuar mejorándose antes de que pueda ser suministrada de manera generalizada a los pacientes.

¿Puede ser esta la terapia oncológica del futuro?

La edición genética con HiFi-Cas9 abre un camino distinto en oncología. No es todavía una terapia disponible en la clínica, pero combina la potencia de la investigación básica con la ambición de la medicina personalizada. Mostrar que es posible eliminar mutaciones clave directamente en el ADN tumoral es un primer paso hacia nuevas terapias para quienes más lo necesitan.

Obviamente, plantea una serie de cuestiones importantes. Por ejemplo, ¿podemos garantizar que el sistema actúe solo en células tumorales? ¿Cómo evitamos reacciones inmunes frente a los vehículos de entrega? ¿Qué consecuencias a largo plazo puede tener alterar de forma permanente el ADN?

Responderlas llevará años de investigación y ensayos rigurosos. No obstante, nuestros resultados, junto con otros trabajos pioneros, sugieren que esta terapia es prometedora y merece seguir siendo explorada.


Este estudio ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Granada (GENYO), el Hospital 12 de Octubre (Madrid), el Hospital General Universitario de Valencia y la Universitat Politècnica de València. El trabajo ha contado con la financiación de la Asociación Española Contra el Cáncer, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Junta de Andalucía.


The Conversation

Las investigaciones que han dado lugar a este artículo, cuentan con financiación de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). La AECC no ha tenido ninguna injerencia en el diseño, desarrollo, análisis ni interpretación de los resultados.

ref. La edición genética podría desactivar a uno de los principales culpables del cáncer de pulmón – https://theconversation.com/la-edicion-genetica-podria-desactivar-a-uno-de-los-principales-culpables-del-cancer-de-pulmon-265573

El cansancio emocional del turismo: por qué algunos vecinos están hartos (y otros no tanto)

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Ana Soliguer Guix, Investigadora TWINTUR, UOC – Universitat Oberta de Catalunya

El turismo no solo transforma las calles. También afecta cómo sienten los vecinos su ciudad. Entender el turismo desde la psicología social permite verlo como una relación humana, con tensiones y límites, no solo como una industria.

Hablar de emociones puede parecer poco técnico. Pero es esencial para crear modelos turísticos sostenibles y ciudades habitables.

En ciudades como Barcelona o Lloret de Mar, convivir con millones de turistas es un desafío. No solo urbano sino también emocional. Grafitis como “Tourists go home” o protestas contra los pisos turísticos no expresan odio al visitante. Reflejan el cansancio de quienes sienten que su ciudad ya no les pertenece.

Gente con pancartas contra el turismo masivo.
Protesta contra el turismo en Lloret de Mar (Girona) durante el verano de 2024.
Fotografía realizada por vecinos afines a la plataforma UALEP (Un Altre Lloret És Possible)

En mi investigación doctoral sobre vecinos y turismo quise entender este malestar. Analicé medios, protestas vecinales y emociones cotidianas de los residentes. Descubrí que la turismofobia no es odio al turista. Es una reacción emocional ante un modelo turístico que ha sobrepasado los límites de la convivencia.

La turismofobia nació en los titulares

Aunque el término turismofobia se popularizó en los medios españoles en 2016, no nació en los barrios. Al analizar el tratamiento mediático del turismo en Barcelona comprobé que el concepto surgió en las redacciones. Los medios lo usaron para simplificar un fenómeno complejo. Cualquier crítica vecinal al turismo se interpretaba como “odio al turista”.

Esta etiqueta desvió la atención. Sirvió para desactivar la protesta y presentar a los vecinos críticos como enemigos del progreso. Pero sus quejas no iban contra los turistas: se dirigían al modelo turístico. Señalaban la presión sobre la vivienda, la saturación del espacio público y la pérdida de identidad barrial.

En trabajos posteriores mostré cómo este discurso mediático refuerza los estereotipos y dificulta la empatía. Cuando el conflicto se presenta como una fobia se pierde la posibilidad de diálogo.

Del “no al turismo” al “sí a la ciudad”

En entrevistas con vecinos, activistas y trabajadores del sector turístico conocí colectivos como la Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic, en Barcelona, y Un Altre Lloret És Possible, en Lloret de Mar. Ninguno de ellos pedía eliminar el turismo. Reclamaban recuperar su derecho a la ciudad: a vivir, trabajar y decidir sobre su entorno.

En otros estudios comprobé que los residentes valoran medidas que intentan controlar los impactos del turismo. Por ejemplo, regular los pisos turísticos o limitar el acceso a zonas saturadas. Sin embargo, muchos critican no poder participar en su diseño. “Queremos poder vivir aquí”, repetían. Esa frase resume una reivindicación política y emocional.

El papel de los ciudadanos en la transformación urbana

Los vecinos no solo sufren los efectos del turismo masivo: también pueden ser agentes de cambio. Participar en asociaciones vecinales y proponer soluciones ayuda a que la ciudad refleje las necesidades de quienes la habitan. Colaborar con las autoridades no significa rechazar a los turistas. Significa buscar un equilibrio donde la convivencia, el respeto por el espacio público y la vida cotidiana sean lo más importante. Así, la ciudad deja de ser solo un lugar turístico y vuelve a ser un hogar compartido.

El turismo mata los barrios. Fuente: Arran Països Catalans.

Muchos vecinos y pequeños empresarios prefieren hablar de regulación, no de decrecimiento. En lugar de decir “no al turismo”, piden “sí a la convivencia”. En ambos casos quieren recuperar el control sobre un territorio que sienten saturado e inseguro.

El cansancio emocional del turismo

El impacto más invisible es emocional. En encuestas a más de 400 residentes de Barcelona y Lloret de Mar observé un patrón claro: el estrés, la irritación y el nerviosismo aumentan con la presión turística.

En Barcelona, tres de cada cuatro vecinos muestran signos de malestar; en Lloret de Mar, dos de cada tres. Llamo a esto agotamiento emocional urbano: sentir que se vive en un lugar que ya no ofrece descanso ni control.

No se trata de odio irracional. Es una respuesta al estrés que provoca la presencia constante de visitantes y comportamientos incívicos. En Lloret de Mar, la dependencia económica del turismo suaviza el malestar. En Barcelona, donde la vida cotidiana se ve más afectada, se intensifica.

Hacia una gestión turística empática

La solución no pasa por reducir turistas sino por aumentar la empatía institucional. Escuchar a los residentes y reconocer su malestar como legítimo debe formar parte de cualquier política turística.

Una gestión empática significa diversificar la economía, limitar flujos en zonas saturadas, garantizar el derecho a la vivienda y combatir el incivismo. También supone cambiar el discurso oficial. En lugar de hablar solo de competitividad o atracción de visitantes, se debe hablar de bienestar local.

En realidad, la turismofobia es un síntoma de que una ciudad necesita respirar. Una gestión más humana –con límites, participación y reconocimiento emocional– puede devolver ese aire perdido. Una ciudad sostenible no solo necesita equilibrio económico o ambiental: también debe ser emocionalmente habitable.

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Ana Soliguer Guix no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. El cansancio emocional del turismo: por qué algunos vecinos están hartos (y otros no tanto) – https://theconversation.com/el-cansancio-emocional-del-turismo-por-que-algunos-vecinos-estan-hartos-y-otros-no-tanto-267525

Cómo distinguir la delgada línea entre educar y adoctrinar

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Javier M. Valle, Director del Grupo de Investigación sobre Políticas Educativas Supranacionales, Universidad Autónoma de Madrid

BERMIX STUDIO/Shutterstock

Profesores con pañuelos palestinos en clase en Alcorcón (Madrid) o con lazos amarillos en Cataluña, centros que incitan a la huelga a su alumnado contra una ley educativa o que los animan a participar en marchas contrarias a ella… ¿Es educativo? ¿O es adoctrinamiento?

Educar supone tratar de desplegar el máximo desarrollo integral de cada persona. Esto incluye poder reflexionar de manera crítica sobre los problemas sociales y políticos que nos circundan. Adoctrinar, por el contrario, es imponer una visión concreta sobre esos problemas, la que el profesor o el centro tienen. Esta distinción, que parece muy gruesa, puede resultar a veces muy delgada.

Los estudiantes viven en una realidad que, al igual que a los adultos, les interpela: les invita y exige a tomar posturas e incluso decisiones políticas de activismo social (las guerras de Ucrania, Gaza y tantas otras, la radicalización de las posturas sobre temas muy sensibles como la eutanasia, el aborto, la violencia de género, la transexualidad…).

¿Qué hacer si quieren expresar sus posiciones políticas en el marco del centro? ¿Hasta que punto el centro debe alentar posiciones políticas concretas?

Lo que dice la ley

La Recomendación del Consejo de la Unión Europea propone un aprendizaje competencial que vaya más allá de los meros conocimientos debe incluir destrezas y, muy significativamente, actitudes. Ello incluye el pensamiento crítico como un componente esencial: es fundamental para evaluar información, tomar decisiones informadas y resolver problemas de manera autónoma; para comprender los sistemas sociales, políticos y económicos de hoy y participar activamente en la sociedad; para usar críticamente la tecnología digital y para identificar oportunidades, evaluar riesgos y tomar decisiones innovadoras.

Pensamiento crítico y libertad de enseñanza

Esa legislación se aplica a todos los currículos de los países de la Unión Europea. Por ejemplo, la ley española incorpora el pensamiento crítico como parte de su enfoque educativo, promoviendo su desarrollo desde las primeras etapas escolares. Los docentes deben estimular el análisis, la argumentación, el debate y la reflexión en todas las áreas.

La libertad de enseñanza (por un lado, creación de centros docentes dentro del respeto de los principios democráticos; y, por otro, garantía a los padres de poder elegir una educación para sus hijos conforme a sus convicciones religiosas, filosóficas o pedagógicas) está garantizada tanto en los tratados de la Unión Europea como en las democracias occidentales de nuestro entorno, cuyas constituciones así lo recogen.




Leer más:
Cómo fomentar el espíritu crítico en los jóvenes sin convertirlos en opinadores de todo


Por supuesto, la Constitución Española no es una excepción (artículo 27) y, además, nuestros centros tienen la capacidad para establecer un proyecto educativo de centro que marca los valores, fines y principios que orientan su acción en el marco de su realidad contextual. Legislativamente, la autonomía de los centros educativos queda establecida también en los Reales Decretos que marcan el currículo de la enseñanza básica en cada comunidad autónoma.

De la libertad al adoctrinamiento

No obstante, ni fomentar el pensamiento crítico ni la libertad de enseñanza son excusas para que en los centros (desde las estructuras de su titularidad o sus equipos directivos, ni desde sus profesores) se practique el adoctrinamiento. Más bien lo contrario: fomentar el pensamiento crítico es la mejor defensa contra el adoctrinamiento y la libertad de enseñanza es clave para la pluralidad social.

¿Cómo podemos, pues, definir esa delgada frontera? Existe un texto clásico de los años 80, de José Manuel Esteve: “El concepto de educación y su red nomológica” (publicado en el libro Teoría de la Educación. I, coordinado por J. L. Castillejo). Su autor propone aplicar tres criterios: uso, forma y contenido. A ellos podríamos añadir los de sentido y objeto. La siguiente tabla puede comparar estos criterios para discernir los dos términos:

Cuadro con criterios para discernir cuándo se educa en pensamiento crítico y cuándo se está adoctrinando, a partir del artículo de JM Esteve El concepto de educación y su red nomológica.
Cuadro con criterios para discernir cuándo se educa en pensamiento crítico y cuándo se está adoctrinando, a partir del artículo de J. M. Esteve ‘El concepto de educación y su red nomológica’.
Elaboración propia.

Por poner un ejemplo, educar sería enseñar un hecho histórico mostrando los hechos (veraces) –teniendo como base fuentes fiables y diversas– y sus distintas interpretaciones –según actores diferentes de esos hechos–, fomentando un juicio interpretativo propio sobre el análisis crítico de las fuentes; mientras que adoctrinar sería enseñar ese hecho histórico desde una perspectiva única, presentándola como una interpretación auténtica y exclusiva y descalificando otra posible interpretación.

Detectar el adoctrinamiento

Llegados a este punto, podemos concluir que las prácticas adoctrinadoras en un centro quedan al descubierto en los siguientes casos:

1) Imposición ideológica o política:

  • Se obliga o presiona a estudiantes a participar en manifestaciones o actividades políticas.

  • Se promueve el activismo obligatorio como parte del currículo.

  • Se exige adhesión a causas específicas sin opción a disentir.

2) Falta de pluralidad y pensamiento crítico

  • Se presenta una única visión de los hechos, omitiendo o descalificando otras perspectivas.

  • Se ridiculiza, estigmatiza o penaliza la discrepancia.

  • No se fomenta el debate ni el cuestionamiento.

  • Se considera “correcta” solo la ideología del docente.

3) Manipulación de contenidos

  • Se distorsionan hechos históricos o científicos para ajustarlos a una narrativa.

  • Se omiten datos relevantes.

  • Se utilizan materiales didácticos sesgados o propagandísticos.

4) Evaluación ideologizada

  • Las calificaciones dependen de repetir ideas impuestas, no del razonamiento.

  • Se premia la obediencia ideológica más que la argumentación.

5) Confusión entre opinión y ciencia

  • Se presentan creencias personales como hechos científicos o dogmas.

  • Se niegan teorías científicas por motivos ideológicos sin explicaciones racionales.

6) Lenguaje y trato discriminatorio

  • Se usa lenguaje cargado ideológicamente.

  • Se emplean términos despectivos hacia ciertos grupos, ideas o figuras históricas.

¿Qué podemos hacer ante sospecha de adoctrinamiento?

Cuando se atisba adoctrinamiento en la acción escolar, todos debiéramos ponernos alerta; muy especialmente, las familias implicadas deben tomar conciencia de que esas prácticas no son propias de una escuela con potencial educativo real.

Y pueden asumirse actitudes proactivas ante ello que se conviertan en acciones concretas:

  • Lo primero, consultar con otras familias y contrastar esa percepción para ratificarla o descartarla.

  • Contrastar también el currículo que se está impartiendo (ver el Proyecto Educativo de Centro y calibrar su grado de cumplimiento, observar los libros de texto) y, muy especialmente, si las metodologías y los métodos de evaluación que se utilizan incurren es esos supuestos.

  • Si se estiman prácticas adoctrinadoras, plantear (con toda sensibilidad) la inquietud ante la asociación de familias del centro, el equipo directivo y los docentes para abrir un debate respetuoso y plural sobre la situación.

  • Llevarlo al Consejo Escolar del centro, para abrir un debate libre y plural sobre la cuestión en el espacio de representación del centro de mayor legitimidad y entre cuyas funciones está aprobar su Proyecto Educativo.

  • Y, lo más importante, fomentar el pensamiento crítico en casa, promoviendo un diálogo familiar con los menores sobre lo que aprenden y sobre cómo eso modula su percepción de los problemas sociales emergentes, animándolos al contraste de información, a la reflexión crítica y al razonamiento argumentativo de sus ideas.

En la esfera pública, la escuela es hoy la institución educadora de mayor potencial. En toda la historia de la especie, nunca antes tuvo un papel tan determinante en la educación de los individuos, ya que está universalizada, esto es, es obligatoria y gratuita durante la infancia y la adolescencia.

Por eso hay quien la ha definido como el “proyecto más exitoso de la historia”. Ante esa enorme responsabilidad de su misión educadora, su acción no puede verse empañada por adoctrinamiento alguno.

The Conversation

Javier M. Valle no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. Cómo distinguir la delgada línea entre educar y adoctrinar – https://theconversation.com/como-distinguir-la-delgada-linea-entre-educar-y-adoctrinar-267025

What the US$55 billion Electronic Arts takeover means for video game workers and the industry

Source: The Conversation – Canada – By Johanna Weststar, Associate Professor of Labour and Employment Relations, DAN Department of Management & Organizational Studies, Western University

Electronic Arts (EA) is one of the world’s largest gaming companies. It has agreed to be acquired for US$55 billion in the second largest buyout in the industry’s history.

Under the terms, Saudi Arabia’s sovereign wealth fund (a state-owned investment fund), along with private equity firms Silver Lake and Affinity Partners, will pay EA shareholders US$210 per share.

EA is known for making popular gaming titles such as such as Madden NFL, The Sims and Mass Effect. The deal, US$20 billion of which is debt-financed, will take the company private.

The acquisition reinforces consolidation trends across the creative sector, mirroring similar deals in music, film and television. Creative and cultural industries have a “tendency for bigness,” and this is certainly a big deal.

It marks a continuation of large game companies being consumed by even larger players, such as Microsoft’s acquisition of Activision/Blizzard in 2023.




Read more:
Microsoft buys Activision Blizzard: with the video game industry under new management, what’s going to change?


Bad news for workers

There is growing consensus that this acquisition is likely to be bad news for game workers, who have already seen tens of thousands of layoffs in recent years.

This leveraged buyout will result in restructuring at EA-owned studios. It adds massive debt that will need servicing. That will likely mean cancelled titles, closed studios and lost jobs.

In their book Private Equity at Work: When Wall Street Manages Main Street, researchers Eileen Appelbaum and Rosemary Batt point to the “moral hazard” created when equity partners saddle portfolio companies with debt but carry little direct financial risk themselves.

The Saudi Public Investment Fund (PIF) is looking to increase its holdings in lucrative sectors of the game industry as part of its diversification strategy. However, private equity firms subscribe to a “buy to sell” model, focusing on making significant returns in the short term.

Appelbaum notes that restructuring opportunities are more limited when larger, successful companies — like EA — are acquired. In such cases, she says, “financial engineering is more common,” often resulting in “layoffs or downsizing to increase cash flow and service debt.”

Financial engineering combines techniques from applied mathematics, computer science and economic theory to create new and complex financial tools. The failed risk management of these tools has been implicated in financial scandals and market crashes.

Financialization and the fissured workplace

The financialization of the game industry is a problem. Financialization refers to a set of changes in corporate ownership and governance — including the deregulation of financial markets — that have increased the influence of financial companies and investors.

It has produced economies where a considerable share of profits comes from financial transactions rather than the production and provision of goods and services.

It creates what American management professor David Weil calls a “fissured workplace” where ownership models are multi-layered and complex.

It gives financial players an influential seat at the corporate decision-making table and directs managerial attention toward investment returns while transferring the risks of failure to the portfolio company.

As a result, game titles, jobs and studios can be easily shed when financial companies restructure to increase dividends, leaving workers with little access to these financial players as accountable employers.

Chasing incentives and cutting costs

The Saudi PIF has stated a goal of creating 1.8 million “direct and indirect jobs” to stimulate the Saudi economy. But capital is mobile, and game companies will likely follow jurisdictions that have lower wages, fewer labour protections and significant tax incentives.

Some Canadian governments are working to keep studios and creative jobs closer to home. British Columbia recently increased its interactive media tax credit to 25 per cent.

The move was welcomed by the chief operations officer of EA Vancouver, who said “B.C.’s continued commitment to the interactive digital media sector…through enhancements to the … tax credit … reflects the province’s recognition of the industry’s value and enables companies like ours to continue contributing to B.C.’s creative and innovative economy.”

This may buffer Vancouver’s flagship EA Sports studio, but those making less lucrative games or in regions without financial subsidies will be more at risk of closure, relocation or sale. Alberta-based Bioware — developer of games including Dragon Age and Mass Effect — could be at risk.

Other ways of aggressively cutting costs might come in the form of increased AI use. EA was called out in 2023 for saying AI regulation could negatively impact its business. Yet creative stagnation and cutting corners through AI will negatively impact the number of jobs, the quality of jobs and the quality of games. That could be a larger threat to EA’s business and reinforce a negative direction for the industry.

Game players have low tolerance for quality shifts and predatory monetization strategies. Research shows that gamers see acquisitions negatively: development takes longer, innovation is curtailed and creativity is stymied.

Consolidation among industry giants may cause players to lose faith in EA’s product — and games in general, given the many other entertainment options that are available.

Creative control and worker power at risk

Some have raised concerns that the acquisition could affect EA’s creative direction and editorial decisions, potentially leading to increased content restrictions.

While it’s still unclear how the deal will influence EA’s output, experiences in other industries might be a sign of things to come. For instance, comedians reportedly censored themselves to perform in Saudi Arabia.

The acquisition may also have a chilling effect on the workers’ unionization movement. Currently, no EA studios in Canada are unionized. Outsourced quality assurance workers at the EA-owned BioWare Studio in Edmonton successfully certified a union in 2022, but were subsequently laid off. Fears of outsourcing, layoffs and restructuring could discourage future organizing efforts.

On the other hand, the knowledge that large financial players are making massive profits could galvanize workers, especially considering that before the buyout, EA CEO Andrew Wilson was paid about 264 times the salary of the median EA employee.

The deal certainly does nothing to bring stability to an already volatile industry. Regardless of any cash injection, EA remains very exposed.

The Conversation

Johanna Weststar has received funding from the Social Sciences and Humanities Research Council and the Dancap Private Equity Research Award in the DAN Department of Management and Organizational Studies at Western University. She produces the Developer Satisfaction Survey for the International Game Developers Association.

Sean Gouglas receives funding from the Social Science and Humanities Research Council. He also serves as a member of the survey committee for the Higher Education Video Game Alliance.

Louis-Etienne Dubois does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organisation that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. What the US$55 billion Electronic Arts takeover means for video game workers and the industry – https://theconversation.com/what-the-us-55-billion-electronic-arts-takeover-means-for-video-game-workers-and-the-industry-267206

La Mona Lisa, un inodoro de oro y ahora las joyas reales del Louvre: la fascinante historia de robos de obras de arte

Source: The Conversation – (in Spanish) – By Penelope Jackson, Adjunct Research Associate, School of Social Work and Arts, Charles Sturt University

El Louvre, el museo de arte más grande del mundo, cuenta con aproximadamente medio millón de objetos en su colección, de los cuales unos 30 000 están expuestos, y recibe una media de 8 millones de visitantes al año. Se trata de una cifra considerable a cualquier escala, con mucha gente y muchos objetos que vigilar. Y los domingos son especialmente ajetreados.

En una operación ingeniosamente concebida, cuatro hombres vestidos con chalecos fluorescentes llegaron al Louvre en un camión de plataforma plana a las nueve y media de la mañana del domingo. Rápidamente se pusieron manos a la obra y colocaron una escalera extensible hasta el segundo piso. Tras subirla, cortaron una ventana, entraron en la Galería Apolo y, blandiendo herramientas eléctricas, se llevaron nueve objetos exquisitos.

Los objetos sustraídos eran las joyas reales de Francia, que anteriormente pertenecieron a la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III y mecenas de las artes.

Aquí es donde la cosa se complica para los ladrones: ¿qué se puede hacer con estos objetos de valor incalculable? No pueden llevarlos puestos, ya que son demasiado grandes y llamativos como para pasar desapercibidos, y no pueden venderlos de forma legal, ya que hay imágenes de ellos por toda la red.

Las joyas.
Joyas de la emperatriz Eugenia fotografiadas en 2020. La diadema, a la izquierda, y el broche de diamantes en forma de lazo, a la derecha, han sido robados. La corona, en el centro, también fue sustraída, pero ha sido recuperada.
Stephanie de Sakutin/AFP via Getty Images

Lo mejor, desde el punto de vista de los ladrones, es desmontar las piezas, fundir los metales preciosos y vender las gemas por separado.

La corona de la emperatriz Eugenia, que los autores se llevaron y posteriormente dejaron caer mientras huían del lugar en motocicletas, contiene ocho águilas de oro, 1 354 diamantes de talla brillante, 1 136 diamantes de talla rosa y 56 esmeraldas. En resumen, se trata de una considerable cantidad de gemas individuales que hay que intentar vender.

El momento lo es todo

Para el Louvre, cualquier robo es un duro golpe. Pone en tela de juicio su seguridad, tanto electrónica como humana. Había cinco miembros del personal de seguridad cerca que actuaron para proteger a los visitantes y las alarmas sonaron, pero todo el robo se completó en siete minutos.

El momento oportuno es crucial en los robos.

Un inodoro de oro.
America, un inodoro totalmente funcional hecho de oro macizo de 18 quilates, expuesto en el Guggenheim en 2017.
MossAlbatross/Wikimedia Commons, CC BY-SA

En 2019, un inodoro de oro de 18 quilates titulado America (2016), del artista Maurizio Cattelan, fue robado del palacio de Blenheim, en Inglaterra. Se lo llevaron en cinco minutos y medio. Pesaba 98 kilogramos y funcionaba perfectamente.

En otras palabras, los dos hombres que lo robaron (y que más tarde fueron detenidos y condenados a penas de prisión por sus delitos) trabajaron con rapidez y eficacia. En el momento del robo, se estimaba que el valor de los lingotes de oro ascendía a unos 4,5 millones de euros.

El cuadro de Van Gogh Jardín rectoral en Nuenen en primavera (1884) fue robado del Museo Singer Laren, en los Países Bajos, durante su cierre por la covid en 2020. Fue recuperado a finales de 2023 tras una investigación del detective de arte holandés Arthur Brand.

El robo en 2017 de dos pinturas de Gottfried Lindauer del Centro Internacional de Arte de Auckland (Nueva Zelanda) solo tardó unos minutos en culminar con éxito. Los ladrones irrumpieron en la ventana delantera de la casa de subastas donde se exhibían las pinturas, valoradas en medio millón de euros.

Los retratos fueron recuperados cinco años después a través de un intermediario, con daños menores.

Recuperación de los objetos robados

El cuadro de Picasso La mujer que llora (1937), propiedad de la Galería Nacional de Victoria, en Australia, fue robado de forma notoria por los llamados Terroristas Culturales Australianos en 1986, pero su desaparición no se notó hasta pasados dos días.

Recuperado poco más de dos semanas después, el cuadro fue dejado para que el personal de la galería lo recogiera en una taquilla de la estación de tren de Spencer Street. El motivo del robo era poner de relieve la falta de apoyo financiero a los artistas del Estado de Victoria, pero la verdadera identidad de los ladrones sigue siendo un misterio.

En 1986, 26 pinturas de temática religiosa fueron sustraídas de la galería del monasterio benedictino de New Norcia, en Australia Occidental.

Los ladrones no planificaron bien el robo: no tuvieron en cuenta que tres hombres y el alijo de cuadros no cabían en un Ford Falcon. Los cuadros fueron cortados de sus marcos, aparentemente destrozados. Uno quedó completamente destruido. Los ladrones fueron capturados y acusados.

¿Cuál será el próximo destino del ladrón?

Resulta imposible cuantificarlo, pero algunos dicen que las recuperaciones de obras de arte a nivel mundial son posiblemente tan bajas como el 10 %.

Las pinturas son más difíciles de vender, ya que no se puede cambiar su aspecto físico hasta el punto de que no se reconozcan.

Sin embargo, en el caso de objetos como el inodoro de oro o las joyas, los materiales preciosos y las gemas pueden reutilizarse. El tiempo dirá si se recuperarán las joyas napoleónicas.

Nunca digas nunca jamás. La Gioconda (1503), sin duda la principal atracción del Louvre, fue robada en 1911 y recuperada dos años más tarde. El ladrón, Vincenzo Peruggia, era un operario italiano que trabajaba en el Louvre y fue detenido cuando intentaba venderla.

Hombres junto a la Mona Lisa.
Ceremonia de regreso a Francia de la Mona Lisa, Roma, 1913.
Mondadori via Getty Images

Este último robo en el Louvre pone de relieve la vulnerabilidad de los objetos de las colecciones públicas. Lo irónico es que a menudo se donan a estas instituciones para su custodia.

Los ladrones del domingo sabían lo que buscaban y por qué. No conocemos sus motivos. Sabemos que las joyas robadas forman parte de la historia de Francia y son irreemplazables. Su robo priva a los visitantes de la posibilidad de apreciarlas individualmente por su belleza y manufactura.

Pero una parte de mí no puede evitar pensar en cómo los franceses eran parciales a la hora de apropiarse de obras de arte y objetos preciosos que pertenecían a otros. Así que tal vez este podría ser un caso de déjà vu.

The Conversation

Penelope Jackson no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

ref. La Mona Lisa, un inodoro de oro y ahora las joyas reales del Louvre: la fascinante historia de robos de obras de arte – https://theconversation.com/la-mona-lisa-un-inodoro-de-oro-y-ahora-las-joyas-reales-del-louvre-la-fascinante-historia-de-robos-de-obras-de-arte-267919

Pennsylvania’s budget crisis drags on as fed shutdown adds to residents’ hardships

Source: The Conversation – USA – By Daniel J. Mallinson, Associate Professor of Public Policy and Administration, Penn State

Pennsylvania Gov. Josh Shapiro’s first budget, in 2023, was not fully passed until mid-December. AP Photo/Daniel Shanken

While Americans across the country deal with the consequences of the federal government shutdown, residents of Pennsylvania are being hit with a double blow.

Pennsylvania has been without a state budget for over 100 days – and remains the only state currently operating without a budget.

As a political scientist at Penn State who studies state politics and policy, I see how Pennsylvania’s budget impasse has ripple effects that are compounded by the current budget problems in Washington.

Let’s look at the present budget problems in Pennsylvania and what we can learn from past battles over the state budget.

A double crisis

Double government budget crises, like the one Pennsylvania faces now, are rare. One reason is that 46 states, including Pennsylvania, begin their new fiscal year on July 1. The federal government’s fiscal year begins on Oct. 1. Even a state like Pennsylvania, that has had late budgets for eight of the last 10 years, would have to be very late in passing a budget for it to potentially coincide with a federal budget impasse. And, of course, federal government shutdowns do not happen all the time.

Men in suits shown in shadow underneath elaborate ceiling with arches
A group of Republican senators talk at the U.S. Capitol Building on Oct. 15, 2025, during a government shutdown that began Oct. 1.
Andrew Harnik via Getty Images

Pennsylvania’s Democratic Gov. Josh Shapiro faces a delicate political environment in Harrisburg – as he has since his first budget in 2023. The Democrats control the state House by a single seat, whereas the Republicans have a comfortable majority in the Senate.

The parties have been debating over the last several budget cycles how to handle funding surpluses – much of which came from Biden-era legislation like the Infrastructure Investment and Jobs Act – and when and how to deal with the inevitable end to those surpluses.

This year, the two sides are far apart on their views of the proper spending level.

The Democrats in the House passed a US$50.3 billion spending plan, but Senate Republicans want to keep state spending flat at $47.6 billion. The two sides have clashed over proposals surrounding school vouchers, marijuana legalization and more.

As for the federal government, Republicans have a trifecta – control of the White House, Senate and House of Representatives – but do not have the 60 votes in the Senate required to overcome a filibuster. Democrats have dug in over reversing cuts to health care from the earlier passed “one big beautiful bill” and expiring Obamacare subsidies.

There is little sign of an immediate end to either impasse.

In Pennsylvania, there is growing frustration on both sides about an inability to compromise. Nationally, House Speaker Mike Johnson has speculated that this may end up being the longest federal government shutdown in history. In neither case, though, does there seem to be a great deal of urgency in coming to a compromise.

Effects on Pennsylvania

These dual crises are affecting Pennsylvanians in many ways. The state government continues to function even without a budget, but counties, school districts and nonprofit organizations that rely on state funding are being forced to make difficult operating choices.

Some counties like Westmoreland and Northampton are beginning the process of furloughing employees. School districts are taking out loans, freezing hiring and deferring spending. The state already owes school districts more than $3 billion in missed payments for the past three months.

Woman reaches for loaf of bread on shelf that contains food products
Cozy Wilkins, 66, stocks the shelves at New Bethany, a nonprofit that provides food access, housing and social services, in Bethlehem, Pa., on July, 22, 2024.
Ryan Collerd/AFP via Getty Images

The social safety net is also fraying as social service organizations, like rape crisis centers and mental health providers, are also expending reserves, taking out loans and furloughing employees.

Then comes the federal shutdown.

Military families nationwide have been hit particularly hard, with many turning to food pantries to help meet their needs. The recent money maneuvers at the Department of Defense to pay active-duty and activated National Guard and Reserves personnel is temporary. The commonwealth also has the eighth-highest population of federal civilian employees, at over 66,000 who are not being paid.

Services like food banks are especially vulnerable in this situation, as they are seeing greater demand – which may increase due to federal workers going unpaid – but rely on both the state and federal governments for subsidies. Just this week, it was announced that Pennsylvanians buying health care through the state’s Affordable Care Act marketplace for 2026 should expect a 22% increase in premiums, on average. Part of that increase is due to expectations around the expiring Obamacare subsidies at the center of the Democrats’ demands in this shutdown.

All of these forces are coming together to pinch Pennsylvania residents.

Echoes of the past

While the compounding pain of the federal shutdown is unique, long budget delays in Pennsylvania are not.

In 2023, Gov. Shapiro’s first budget was not fully passed until Dec. 14. That budget was fundamentally delayed by the acrimonious implosion of a deal on school voucher spending between the governor and Senate Republicans. The budget negotiations ended after some horse-trading on specific programs, like removing the popular Whole-Home Repairs Program started during the COVID-19 pandemic but adding funding for lead and asbestos abatement in schools.

The difference between then and now, however, is that back then the governor and General Assembly agreed on the overall budget, but typical bargaining was needed to get the votes needed to pass the spending bills after the voucher blow-up. This time, the parties are almost $3 billion apart in what should even be spent.

In the end, however, both Pennsylvania and the federal government will pass budgets, and I expect that each will be the result of protracted negotiations over multiple spending items, as Americans have seen in the past. The question is: How much pain will citizens, nonprofits and local governments face in the interim?

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The Conversation

Daniel J. Mallinson does not work for, consult, own shares in or receive funding from any company or organization that would benefit from this article, and has disclosed no relevant affiliations beyond their academic appointment.

ref. Pennsylvania’s budget crisis drags on as fed shutdown adds to residents’ hardships – https://theconversation.com/pennsylvanias-budget-crisis-drags-on-as-fed-shutdown-adds-to-residents-hardships-267382